~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Romina Black Lestrange]

Romina Evans Targaryen

 

Todo se había de control, yo ya me había imaginado que esto iba a salir muy mal y además mi madre estaba completamente loca si creía que entre dos podríamos con alguien que tiene tanto poder. Definitivamente lo estaba y además podía ser capaz de dejarnos morir aquí y para empeorarlo todo el solo quedábamos dos; las demás habían desaparecido. En ese momento no pude evitar dejar de pensar gracias a un fuerte ardor que sentía en la espalda; reconocía muy bien eso, era una quemadura y en algún momento tendría que curarme.

 

--Morphos-- fue lo único que pude decir. Apunté en dirección hacía un cuadro que estaba a pocos centímetros de Juv, este se convirtió inmediatamente en una abeja que en tan solo unos segundos le pico el rostro a la chica (Juv). La abeja era un insecto peligroso que le provocaría hinchazón y luego si no se curaba la muerte.

 

<<Episkey>>. Pensé, la quemadura que tenía en la espalda estaba comenzando a sanar, al menos eso me serviría por ahora y durante los siguientes turnos.

[Kahlan Blackthorn]

-Celerus Káidan…-parafraseó con una sonrisa maniática en sus labios sabiendo a la perfección que sus víctimas no podían apreciar aquella mueca. Era como sentirse atraída por la idea de arrancarles la piel a tiras dejando expuesta la carne viva para que fuera devorada por los rayos del sol. Realmente se estaba comportando como una verdadera malnacida, arrogante, prepotente y despiadada. Pero era la cara que realmente poseía la Croft, ya que los sentimientos y el amor era algo que se guardaba celosamente para compartir con su amado Dimitri.

 

Proyectándose en sus ojos un brillo verdoso que paralizo a Mía en el acto apareciendo en la cabeza de la joven sus peores temores. Representados cada uno de ellos por docenas de arañas que subían por sus extremidades deslizándose con sus asquerosas patas por cada uno de los rincones que les era permitido.

 

-Mueve tus cartas si puedes…-asintió desafiante-Un consejo…-carraspeó con suavidad-Cuando oséis provocarme asegúrate de tener el poder necesario para hacerlo…-le aconsejó clavando su azul mirada en los atemorizados ojos de la chica-Mala idea…-reconoció que el entrar a molestar a los Malfoy, ya no parecía ser una travesura tan encantadora y extrema. Ahora solo pensaba en acabar con esas intrusas provocándoles el mayor dolor posible, centrándose en masacrarlas hasta la locura y el delirio. Se habían metido a la mansión equivocada y provocaron la ira de una de las personas más peligrosas que habitaban dentro de Londres.

 

-Tú y tus amigas morirán en cualquier momento…-señaló el cuerpo herido e Romina-Prefiere salvarte la vida a vos y morir ella…-se mofó con desdén-Un hermoso acto se sacrificio y amistad, bah patrañas…-elevando su katana con fuerza y elegancia pensó con ferocidad.

 

-Proyectar Corte de Katana…-lanzando un profundo corte contra el pecho de Mía abriendo una herida que expulso una gran cantidad de sangre que le hizo soltar un grito de dolor. Un segundo corte se proyecto en Romina abriendo una herida profunda que expulso grandes cantidades de sangre-Lección número uno…-siseó altiva-Nunca descuiden sus espaldas, no sea que un águila en llamas les queme la retaguardia y que haríamos…-mostrándose simpática se tomaba las cosas con la diversión que estas ameritaban-Touché…-finalizo dando el golpe final contra Mía, no podría curarse de todo y eso le provocaba una profunda satisfacción a la Croft.

 

Sintiendo el piquete de una abeja se preocupo en extremo por perder la vida, Oh maravilloso ataque realizado por la grandiosa Romina, Oh podre de la Malfoy que si no se curaba moriria, oh dolor, oh decepcion, oh, oh, oh

[Romina Black Lestrange]

Romina Evans Targaryen

 

Las palabras de Juv no me cayeron para nada bien pero era mejor no seguirle el juego, todos los mortífagos eran iguales y atacaban solo para que no pudiéramos encontrar pruebas, estaba segura de eso. Y mi madre era otra muy parecida a ellos que seguramente en este momento estaría afuera divirtiéndose viéndonos morir; y lo había logrado porque ya Mia estaba al borde de la muerte y sería imposible que se salvara.

 

<<Episkey>> pensé, ahroa además de la quemadura tenía una herida y tenía que curarmela; y como bien decía Juv ya no podía salvar ni intentar salvar a mi compañera. El episkey era de emergencia para curar el corte de la katana. <<Episkey>> pensé nuevamente, pero esta vez para curarme la quemadura que tenía en la espalda; esta ya tenía que curarse por completo y por suerte fue así.

 

Ahora solo esperaba la muerte o algo parecido.

[Adryanie]

—¿Hola? — Se fue hasta Liam y lo medio zarandeó pero el hombre estaba muerto — Iug — Dijo limpiándose la sangre del base en su pantalón. Se volvió corriendo a la mansión dodne se llevaba a cabo la otra batalla. ¿cómo es quehabía dejado a sus compañeras atrás? Estaba acostumbrada a ir con más altos rangos a las batallas y se habái olvidado por completo de ellas.

 

Corrió hasta allí para ver un paisaje devastador. Se tapó la boca con las manos. Las chicas no estaban muertas aún, pero a poco estaban por estarlo, la que se mantenían aún en pie era romina. Se acercóa ellas para comprobar que efectivamente estaban muertas.

 

— ¡Qué diablos! Ya basta, nos vamos...—Dijo tomando el cuerpo de Mia y la mano de su hija romina. — Ya te las verás conmigo algún día, mortífaga.... — Bramó con el mayor odio del mundo. Sin más cerró los ojos para desaparecer de ahí, como es evidente la mansión no tenía hechizos anti - aparición así que desaparecieron sin problemas de allí. Se dirigían hasta La Madriguera, al no haber lugar de sanación sabía que allí podría encontrar más sanadores.

 

 

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off

 

Yo solo quiero agradecer a Juv por aceptar venir para esta redada de práctica es bueno saber que de vez en cuando se encuentran mortífagos colaboradores *-*

[Kahlan Blackthorn]

-Morphos…-apunto la demonio a un cuadro que estaba sobre la pared transformando este en un bezoar que se llevo a la boca en el acto. Curándose el veneno que la poderosa abeja inyectara en ella con tal fiereza, no se imaginaba morir un por un insecto tan pequeño e insignificante que deseaba acabar con la vida de un ser tan poderoso como lo era la Croft. Estaba completamente ilesa y lo sabía a la perfección aquel par de jovencitas estaba al borde de la muerte, dado que no podrían curarse de todo y ambas lo sabían.

 

-Necrohands…-pensó la demonio invocando un par de manos que se colocaron delante de ella como un perfecto escudo que le protegería de cualquier ataque que viniera en su contra. El par de manos serian un escudo infalible a favor de la Malfoy, pero no necesitaba defenderse de nada que le causara un daño grave o mortal. Ya que sus rivales le causaban una inmensa sensación de aburrimiento, no tenían idea de cómo coordinar sus ataques o acabar con lo que había comenzando ellas mismas.

 

-Levicorpus…-pensó la Malfoy dejando colgada a dos metros del suelo a Romina impidiéndole moverse con libertad dentro del terreno-A ver, ¿ahora me vais a lanzar una araña de rincón o una ranita flecha?...-le cuestiono rodeando sus ojos soltado un bostezo que daba a entender que le cansaba lidiar con ese par de jovencitas tan molestas

[Anna T. Ryddleturn]

Anna T. Ryddleturn, Directora de San Mungo. Con Juve.

 

Los nuevos puestos ya habían salido, iba a conservar mi puesto de Directora de San Mungo, lo que suponía un gran esfuerzo y muchas horas de trabajo, tenía que acostumbrarme al nuevo cambio, enterarme de como sería todo exactamente y sobre todo, enseñarle a mis empleados como deberían de moverse para que el caos no nos ganara la partida y pudiéramos volver a tener nuestra marca de buenos sanadores. Rápidos y eficientes.

 

Antes de que pudiera encargarme de aquellos asuntos una carta de mi hermana llegó ante mi, necesitaba con urgencia consejos médicos y no se fiaba de nadie que no fuera yo, quería mantener oculto el incidente lo más que pudiese, al menos hasta estar segura de lo que realmente le ocurría.

 

Aparecí en las calles de Ottery, cerca de la vivienda de mi hermana. Hacía una eternidad que no pisaba la mansión Malfoy, prácticamente desde que había decidido dejar de vivir allí. ¿Habría cambiado mucho el lugar? Seguramente si, los castillos y mansiones no solían durar mucho tiempo igual debido a los asaltos y redadas, era renovarse o morir, bueno, o mejor dicho vivir entre escombros.

 

Me acerqué a la puerta, y la golpeé con el dorso de mi mano. Luego esperé pacientemente hasta que uno de los elfos domésticos atendió a mi llamado, abriéndome la puerta e invitándome a pasar mientras se disculpaba, avisándome de que iría a buscar a Juve. Probablemente mi hermana ya le hubiera avisado de que estaba esperando mi llegada.

[Luna Gryffindor Delacour]

No era la primera vez que iba a aquello tampoco era que estuviera asustada sólo me encamine a los terrenos del lugar con algo de nerviosismo e impaciencia a partes iguales.

 

Mi vestimenta consistía simplemente en un vestido largo y blanco y mis sandalias blancas mas mi cabellera roja en mi prendedor del fenix dorado.

 

Esperaba que fuera algo de lo que pudiera aprender me preguntaba cuánto tardariamos en lograrlo más no me preocupaba sea cual sea el tiempo lo lograriamos.

 

Mi cara estaba cubierta con un velo blanco para que nadie me reconociera mi corazón latía fuertemente esperando que todos llegarán.

 

No faltaba mucho para la batalla esperaba que todo me saliera a pedir de boca y reze internamente para que todo me saliera bien.

[Sira Loveless Haughton]

Había ido para descansar después de estar todo el día en el hospital atendiendo a los heridos. Las criaturas que se habían escapado de la reserva de animales, aquellas criaturas que a los muggles les parecerían monstruos, pues nunca habían visto algo así, habían ocasionado grandes destrozos. Muchos heridos, nunca habían tenido tanto trabajo en el hospital, quemaduras, envenenamientos. Traerlos a la vida como si nada hubiera pasado no era tarea fácil y menos aun cuando se trataban de muggles, a que además, había que trastocarles un poco la memoria para que no tuvieran constancia de todo aquello, no podían saber de ellos y mucho menos de lo que eran capaces de hacer.

 

Sus pasos resonaban lentos, se dirigían directamente hacia su habitación, Dama había desaparecido del Hospital al ver todo aquello, se disculpo y se retiro, le dijo que la esperaría en la mansión para cuando ella llegara. Su herida estaba causándole un dolor que no podía controlar. Nada más entrar por las puertas de su cuarto se quito la camisa que llevaba dejando ver un vendaje medio caído e impregnado de sangre, a eso había que sumarle la sordera del oído izquierdo:

 

- Dama, prepárame un baño o algo- Tiro la camisa al suelo realizando un doloroso movimiento con sus hombros. Avanzo hacia el baño privado que tenía en su habitación. Se miro al espejo, su rostro era cansado, y parecía que hacía días no había dormido:- Señorita, ¿se encuentra bien?- Dama comprobaba el estado de su ama, la mortífaga no se encontraba bien, aquella herida cada día era peor.

 

“Terminaras dejando que yo posea por completo tu cuerpo querida” Fyre la miraba de nuevo desde aquel precipicio, sentada, como si de una niña se tratara. “Lo llevo deseando demasiados años, y ahora que sabes lo del medallón no dejare que lo utilices” Carcajeo y desapareció entre las llamas a la vez que la herida le ardía.

[Mei Black Delacour]

Llovía de forma torrencial, incluso aunque le había colocado un hechizo impermeable a su capa y gran parte de su ropa, había algunas partes donde inevitablemente se había empapado debido al rato que llevaba allí y al largo tiempo que aquella tormenta había comenzado a azotar sin descanso, solo esperaba no terminar resfriada o con algo peor y quedar en cama por varios días.

 

Pero no le importaba realmente, había salido a patrullar y se había entretenido en la mansión Malfoy, aquella familia que tenía una pésima imagen en el mundo mágico aunque nadie se atreviese a decirlo en voz alta. ¿Y quién podría teniendo a dos miembros de esa familia como el ministro y vice-ministra?

 

Se tocó la capucha, acomodándosela para que nadie viese su rostro, aunque sería un poco imposible dado a que el mismo estaba cubierto por una luz tenue que impedía identificarla y, además, por su posición: es que mantenerse en cuclillas todo el rato entre las ramas de un frondoso árbol no era normal, o por lo menos para el resto de la comunidad mágica; ella iba a su bola, como siempre.

 

–Expecto Patronum – susurró, haciendo que de su varita salieran varios Jobberknoll que fueron en busca de los miembros de la Orden del Fénix para comenzar un cateo.

 

Nunca estaba demás, sin mencionar que era porque estaba ya demasiado aburrida y si no se movía, terminaría por pescar una pulmonía.

[That is not my name]

Aquella noche azotó una lluvia intensa en el pueblo mágico de Ottery St. Catchpole por lo que salí de inmediato de la seguridad del Castillo Lockhart a la Hacienda Tonks, en las afueras de la localidad para poder resguardar a mis criaturas, no porque lo necesitaban ya que ellas se sabían cuidar bien, sino por el hecho de mantener una buena relación con cada una de ellas y que no sintieran olvidadas. Llevaba un abrigo especial que repelía la lluvia evitando así el empaparme, debajo mi túnica habitual blanca con detalles plateados y unas gruesas botas para cubrir mis pies y que no se me atascaran en en lodo.

 

- ¿Pero qué...?

 

Una figura blanquecina apareció revoloteando desde la lejanía y llegó hasta donde me encontraba mientras resguardaba a mi par de aethonans en los límites del bosque. Al estar frente a mi me di cuenta que era un patronus, un jobberknoll, por lo que entendí que Mei era quien me lo había enviado. Terminé de hacer mis deberes y cubrí mi rostro con una luz mágica para proteger mi identidad, era momento de contestar el llamado de la Orden del Fénix ahora que regresaba a sus filas.

 

En un instante estaba en las afueras de la Mansión Malfoy, en un lugar seguro donde me pudiera aparecer para que no saliera rebotado mi hechizo por la protección de dicho hogar. Miré a mi alrededor y noté a varios compañeros llegando al lugar por lo que, de inmediato, estiré mi brazo derecho para mantener mi varita frente a mi en posición defensiva. Estaba esperando las siguientes órdenes.