Aethonan’s House (MM B: 103478)

[Samantha Sokal]

Samantha vio un muchacho que se acercaba a atenderla. Había estado hablando con una chica mientras ella miraba los juguetes para gato que había en las estanterías.

 

- Ante todo necesito un jarabe antiparsitario- dijo. -No se si lo venden sin receta como en el mundo muggle, pero de todos modos debo ver al veterinario para apricarle la vacuna triple. Viví unos años en el mundo muggle y no se si acá utilizan las mismas vacunas.

 

- Y voy a llevar unos caramelos para gato y uno de esos juguetes con plumas. También un comedero, un bebedero y una bolsa de comida balanceada apara gato bebé. Ella tiene solo dos meses. pero por ahora vivirá en una casa grande así que podrá salír y afilarse las uñas en un árbol- dijo sonriendo.

 

Luego de pensarlo agregó -Y dame una bandeja sanitaria y unas piedritas aglomerantes. Mas le valía a Lisbeth acostumbrarse a hacer sus necesidades ahí, algún día se mudaría a un piso.

 

@Fokker

[Fokker]

Pues exactamente no sabia si se daban recetas para la compra de medicinas, el chico comúnmente solo seguía las indicaciones de la veterinaria de turno, que anotaba en un pergamino. Probablemente en el mundo mágico eso se tomaría por recetas. Lo que si sabia es que el medicamento que pedia la joven no necesitaba de ello.

 

—Pues si, no necesita receta para adquirir el jarabe. Respecto a las vacunas, hay ciertas cosas mágicas que se utilizan, pero como es una criatura no magica, todo el tratamiento es el mismo.

 

Anotaba todo con diligencia, y en algunos casos se sentía algo avergonzado, no es que el le haya dado las mismas comodidades a su gata en su momento, a lo mucho la dejaba libre para que rondara por ahí y se pudiera divertir escalando los arboles del castillo Rambaldi. En todo caso estaba aprendiendo a cuidar a un felino.

 

—Bien tengo todo anotado, en un momento tendré todo listo para que se lo lleve. Es bueno saber que esta gatita cayó en buenas manos— dijo con una sonrisa, al instante que el elfo le informaba que la veterinaria estaba lista para atender a la joven.

 

—Bien ya puede pasar al consultorio— y espero a que la siguiera por el pasillo hasta llegar a la primera puerta a la izquierda donde estaba la doctora. El lugar era amplio con todos los implementos necesarios para llevar a cabo el tratamiento de las diferentes criaturas que llegaban al local.

 

—La señorita trajo a su gatita para que le aplique la vacuna triple—

 

La joven doctora agradeció e invito a pasar a Samantha.

 

—Buen día, me gustaría primero hacerle un chequeo antes de aplicarle la vacuna— dijo ella, invitándola a que dejara al felino sobre la camilla (? para atenderla.

Editado 7 de Noviembre del 2015 por Fokker

[Samantha Sokal]

Samantha dejó a Lisbeth sobre la camilla y vio como la doctora la auscultaba, le tomaba la temperatura, le revisaba los oidos y la boca, le palpaba el abdomen. Como médica muggle estaba muy conforme con la atención, Luego vio como la profesional sacaba un frasquito de la heladera y cargaba una jeringa con una aguja finita . Samantha sostuvo fuerte a Lisbeth del cuello y la gata apenas se movió con el pinchazo.

- En un mes hay que repetir la vacuna- dijo la veterinaria. Samantha asintió. Siempre había tenido gatos y sabía cual era el protocolo de vacunación.

 

Se despidió de la doctora con un apretón de manos. Lisbeth solo hizo un gruñido. No le había gustado la experiencia, sobre todo la toma de temperatura. Samantha pensaba que estaba ofendida.

 

Dueña y gata salieron a la sala de espera para pagar sus compras y la atención veterinaria. La poción antiparasitaria se la daría ella en su casa cuando Lisbeth estuviera mas tranquila.

[Fokker]

Mientras la doctora recibía a Samantha, el chico al fin tuvo oportunidad de ver a Phobos, su halcón. El motivo por el que estuvo de vuelta en aquel local, o mejor dicho la excusa que busco. En todo caso, fue una excelente idea regresar al Aethonans House, sentía que era un lugar prohibido para él, por cosas que estaba demás enumerar.

 

Phobos no estaba tan tranquilo luego de recibir una revisión medica que no necesitaba, pero al chico no le importaba demasiado, estiro el brazo para que se posara como sabia hacerlo, pero el ave rechazo la oferta y salio volando directo al callejón, para dirigirse a la Mansión Rambaldi a reclamara una buena ración de comida. El Crowley solo sonrió y comentó al encargado.

 

—Es un ave muy orgullosa. Gracias por la molestias—

 

Sin nada mas que hacer, siguió los pasos del ave, sin saber exactamente a donde ir, claro que eso no le inquietaba.

[Sherlyn Stark]

Habían transcurrido varias semanas desde su última visita a Aethonan’s House, lo que le producía angustia, ya que nunca hubiera querido abandonarlos por muchos tiempo. Debía haber mucho trabajo por realizar, criaturas por cuidar y seres humanos por atender, era una labor complicada puesto que debían calcular bien los tiempos para que nada se interpusiera en algún pedido. Así que allí estaba una vez más, con grandes expectativas y ánimos de recibir al primer cliente que se atreviera a cruzar el umbral de la puerta.

Reposó sus codos sobre el escritorio de la sala y llevó sus manos a sus mejillas en señal de aburrimiento. El local se encontraba totalmente desolado. Sin embargo, tenía una hermosa lechuza en frente de ella, a la cual debía cuidar hasta que uno de los miembros de su personal diera su presencia. En los frascos que se mantenían estáticos y llenos a unos centímetros de ella, se encontraban diferentes tipos de golosinas por si alguien deseaba comprar algunas para premiar a sus mascotas.

— Esto te gustará —señaló la bruja, entregándole una pequeña porción a la criatura atravesando sus dedos sobre las rejas de hierro del que estaba hecho la jaula. Era un ave maravillosa y, como siempre creía, debía estar en un sitio más agradable en vez de tras cuatro paredes. Su empleado siempre hacía caso omiso a sus peticiones, pero la ésta le pertenecía por lo que, de su parte, no podía hacer mucho.

— Ven, te llevaré a un sitio más tranquilo —dijo sosteniendo la jaula desde un extremo para conducirla hacía los pisos superiores, donde estaban las salas ambientales—. Cuida el local por un rato, Blondie —solicitó a su elfa, mientras se encargaba de ascender por las escaleras e imaginando cómo se pondría su dueño al verla volar de una forma tan maravillosa.

[Emily Karkarov]

http://i.imgur.com/C4m1Y0f.png

 

Luego de la tienda de joyas, el lugar que visitó Emily a continuación fue Aethonan´s House. Lugar del que sí había escuchado pero no había ido nunca, a pesar de que a Emily le gustaban mucho los animales y aquella era una especie de tienda de mascotas. La simple fachada la hizo sentirse extremadamente a gusto, el cartel en forma de huesito la llenó de ternura y la inundó de un muy buen humor.

 

Entrar al local no cambió su estado de ánimo. La estancia era sencilla pero extremadamente acogedora y colorida. Mientras no había nadie, aprovechó para dar vueltas mirando los juguetes y las golosinas destinadas para los muchos animales que había en el Castillo Dumbledore. Pensar en ellos le recordó a Goderic y el gran zoológico que manejaba, no solo ahí sino también en la mansión Weasley, la próxima vez que lo viera, le recomendaría visitar aquel bonito local.

 

Salió de sus pensamientos cuando una empleada de recepción llegó hasta su puesto y le preguntó si necesitaba algo en especial. Emily regresó hasta el escritorio para pedir indicaciones sobres sus jefes mientras iba revisando entres sus apuntes quienes eran los dueños del negocio, pues había olvidado revisar ese detalle. Demoró más de lo debido en acercarse, pues había hecho un desastre todos los pergaminos y formularios que tenían mezclados.

 

-Hola ¿qué tal? – preguntó haciendo algo de tiempo – ¿Podría decirme si están … @@Sherlyn Stark o @@HELEN Reyes ?

 

Se había llevado una sorpresa al leer el primer nombre de los propietarios. Sherlyn era una de sus compañeras de bando que conocía de hacía mucho tiempo atrás y le gustaba mucho la idea de que estuviera presente. De todas formas, debía recordar que no se trataba de una visita casual, sino de una visita netamente profesional por parte del Ministerio.

 

-Vengo de parte del Departamento de Transportes y Deportes Mágicos – finalizó, esperando respuesta.

Editado 17 de Junio del 2016 por Emily Cartwright

[Ethan Lenteric]

Ethan Lenteric en su oficina

Esa tarde era demasiado aburrida, si... esa era la palabra: aburrida. La verdad era que después de la comida no había pendientes en cuanto a licencias que registrar o reclamos de alguna especie, eso era bueno por una parte pero Ethan siempre agradecía algo de drama en su día a día. Terminaba de dibujar una especie de caballo deforme sobre un pedazo de pergamino cuando Natasha Huxley, la nueva secretaria del departamento entro en su oficina portando una hermosa sonrisa junto con un pergamino; camino con ese bamboleo tan característico de ella hasta el escritorio de su jefe y se recargo en este mirando al castaño quien alzo una ceja al mirarla. Ethan después de leer el pergamino suspiro y cerro momentáneamente los ojos, ¿A quien podría mandar a una subasta en donde pedían la valoración de una moto voladora?....

 

-Emily...- Susurro entre dientes y alzó su vista sonriendo a la secretaria para después indicarle que tomara el dictado para el recado que mandaría por medio de lechuza hasta Diagón.

 

Emily:

 

Pido de la manera mas atenta que te reportes a mi oficina cuanto antes, necesito tu ayuda en la subasta de la viuda Robbins para avaluar sus pertenencias. Entre estas se encuentran motos voladoras y escobas antiguas, supongo que será divertido. Te espero.

 

Ethan A. Lenteric.

Jefe de Oficina, Departamento de Transportes y Deportes Mágicos.

Ministerio de Magia.

 

@

[Emily Karkarov]

... Pero la respuesta nunca llegó. Había jurado que le habló a un empleado pero este o bien desapareció mientras Emily veía las vitrinas o nunca hubo uno y se trataba de algún fantasma que habitaba en el local, pero que no atendía a nadie. Tenía dos opciones, o recorrer el lugar para ver si había alguien o alejarse hacia otro negocio y volver otro día. Suspiró, le hubiera gustado que alguien se acercara pues le habían interesado varias cosas, en especial los juguetes para los cachorros y alguna distracción para su micropuff.

 

Cuando iba a ir a sentarse en la sala de espera, una lechuza se acercó posándose sobre una mesita que parecía para té, imaginó que las dueñas se enojarían de verla allí, pero no le importó demasiado al no haber nadie. Desenrolló el papelito y vio que era Ethan quien la llamaba a una subasta o algo parecido. Volvió a bostezar, realmente parecía una idea entretenida hacer valuar las pertenencias de algún mago adinerado. Miró el reloj notando que empezaba a hacerse tarde.

 

Le dejó unos cuantos knuts a la lechuza como recompensa por llevar la carta, pues la economía de Emily iba en decadencia. Pero para la lechuza, aquello fue suficiente porque desplegó sus alas con rumbo desconocido. Cuando Emily iba saliendo del local, se preguntó si Ethan ya estaría casado con Kutsy, a quien había conocido en su anterior visita a un local, o si todavía no. Probablemente, en caso de que no hubiera sido la boda todavía, pudiera hablar con los demás chicos en transportes para organizarle una fiesta de despedida de soltero o algo parecido, la nueva secretaria parecía bastante dispuesta a colaborar en el asunto como la atracción principal.

Editado 27 de Junio del 2016 por Emily Cartwright

[Sherlyn Stark]

Se preguntaba cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez que había visitado su local y no podía llegar a la conclusión de los meses fueron, seis, o quizás siete. Posiblemente el lugar correría la misma suerte en el futuro por más que en ese momento una nube de culpa invadía su interior haciéndole sentir la peor persona del universo. Podía remediar los hechos realizando esos trabajos que quedaron abandonados en el negocio: brindar apoyo a sus empleados y obtener nuevas adquisiciones para ofrecer al público. Esto último fue de lo que se encargó esa mañana.

— Es un excelente día, ¿no es así? —indagó dedicándole una amplia sonrisa a uno de los elfos que trabajan voluntariamente en Aethonan’s House -no se aceptaban humanos a menos que ella tuviera una buena impresión de su persona-.

Sobre un cielo índigo se elevaban nubes de diversas figuras y lucían una perfecta tonalidad blanca gracias a sus componentes el cual, claro, no era algodón como antes solía pensar. Sus recuerdos hicieron que su sonrisa se ampliara aún más. No habían sido los mejores años de su vida los de su niñez pero fue como sobrellevó esa situación lo que hizo que se renovara su visión de esa etapa.

Para ella lo importante era la parte beneficiosa de una circunstancia porque a pesar de que algunos eran malos podía sabía que había aprendido algo de ellos. Frenó su mirada sobre una de las lechuzas que se exponían en el mostrador y la escudriñó hasta el punto de preguntarse cuáles eran los recuerdos que podía haber tenido una criatura como tal, podrían haber llevado mensajes de suma importancia o vivido diversas aventuras en el aire. Uno de sus mayores deseos personales era interpretar lo que ellos sentían, así tendría la posibilidad de ayudarlos mejor.

— Este luce perfecto, ¿verdad? —soltó la bruja detrás del mostrador apoyando con sus manos el jarrón rustico que estaba en frente de ella.

Había dado el día libre a los demás empleados así que se encontraba a cargo de todas las tareas internas por lo que le recaía una gran responsabilidad sobre sus hombros. Podía asegurarse de la seguridad del local, jamás debía olvidar a qué bando pertenecía y cuáles eran sus ideales. Se creía lo suficiente capaz de proteger esas instalaciones. Antes de que la paranoia apareciera sintió el fuerte estruendo que hacía la puerta al cerrar y esto despertó su inquietud. « No podía ser»

Su pulso cardiaco comenzó a aumentar hasta oír la pintoresca voz de un payaso –sólo era una persona-. — ¡Están invitados…! —éste comenzó a promocionar el siguiente evento:

http://i67.tinypic.com/dxogtf.png

(Pincha en la imagen para más información)

Por supuesto Sherlyn tenía conocimiento de lo que se llevaría a cabo en ese lugar aun así tomó el folleto que amablemente entregaba. El sujeto debía tener más cuidado con las propiedades ajenas y aquello le hacía creer que todo formaba parte de una conspiración personal en contra de ella. Pero, era imposible. A pesar del acontecimiento que hizo que se le pusieran los pelos de punta, lo dejó pasar.

Una vez que la presencia se hubo retirado dejó el aviso publicitario encima del escritorio para que quienes entrasen pudiesen informarse sobre esto. Se apartó unos centímetros para luego seguir examinando cada uno de los detalles de su alrededor porque debía saber cuáles eran los que tenía que modificar. Sin embargo, esperaba que pronto llegara alguien así podía brindarle ayuda.

— ¿Hay alguien?

[Lestat Rambaldi]

Paseando por el callejón.

Lestat Myrddin Rambaldi.

 

Hace mucho tiempo no hacia aquello, tomó su capa de viaje y con su varita en la mano salio de aquel gran castillo, lestat era uno de esos hombres preparados y solitario a su vez, salió aquella tarde sin ningún rumbo, lo primero que tenia que hacer era visitar cada uno de los locales pertenecientes a su bando, conocer gente , comer o pasar rato con amigos era uan de las cosas que mas le gustaba....¿conseguiría a alguien con quien pasar aquella hermosa tarde no lo sabia?.

 

Desapareció dando solo unos pasos hacia adelante y un segundo después ya se encontraba en el callejón.

 

un pergamino que tenia en el bolsillo enseguida le dijo a donde se dirigiría primero:—Manifiesto de la orden del fenix— Aquella lista larga de mansiones y locales eran sus objetivos...¿solitario? tal vez era una de esas misiones que el mismo se había colocado, pero la misión en sí era visualizar a todos los magos que en el presente se encontraban en todo otteri y el callejón diagon.

 

¿cuantas caras nuevas conoceria? ¿cuantas viejas amistades encontraria?.. no lo sabia... caminó siguiendo el borde de la cera entonces vió aquella tienda, ¿encontraría a alguien?, no lo sabia, dando un paso adelante observó al rededor...

 

—Buenas, ¿hay alguien en casa?— dijo a voz en cuello justo al atravezar la puerta.