Aethonan’s House (MM B: 103478)

[Sherlyn Stark]

Había esperado la respuesta de desconocido sin poder ocultar el pánico y la paranoia que le producía su presencia. En su mente comenzaban a surgir muchas suposiciones y sucesos que podrían pasar sino lo evitaba antes. Curvó sus labios en señal de desconfianza, y siguió esperando la respuesta con suma paciencia. Creía que sea quien fuese debía mostrarse amable, siempre y cuando el cliente mostrara lo mismo.

Decenas de pensamientos se le cruzaban por su cabeza, pero esto no le impedía mantenerse atenta a la situación. Su tranquilidad aumentó cuando una voz muy conocida llegó a sus oídos. Se trataba del director del departamento relacionado con las criaturas mágicas. Si no hubiera verificado mediante métodos personales, creería que todo se trataba de un sueño. Le alegraba demasiado la presencia de él en el local, y muchas veces o había considerado imposible.

La impresión que le causó la había dejado pensativa algunos minutos por lo que no había podido responder la pregunta de Cillian como correspondía. Hacía tiempo que no lo veía, creía que desde la boda falsa que había tenido Leah Atkins con su sobrino cuyo nombre se había borrado de su mente. Era su deber visitar a su madre en algún momento, pero aún tenía varias cosas las cuales reflexionar.

— Me causa muchísima alegría tu presencia —comentó la castaña, luego de corresponder el abrazo.

Le daba curiosidad saber qué le traía por allí, y pensaba que podría ser por causas de su trabajo o para pedir ayuda para asear a alguna criaturita. Aprovecharía para entregarle algunos folletos de la tienda para que se lo ofreciera a los clientes de su departamento. Estaba segura que a él no le importaría de ninguna manera aquello y estaría muy satisfecho por los servicios que ofrecía.

— Hace más de un año se abrió —informó Kirara—, ¿qué te trae por aquí?

[Cillian Haughton]

— Y yo estoy bastante feliz de haber encontrar un momento para visitarte —correspondió.

 

La verdad era que no tenía una razón certera por la cual estar ahí, simplemente le apetecía visitar a algún amigo y Kirara le había parecido la opción respuesta así que no sabía exactamente como responder a la pregunta que la chica acababa de de hacerle. Se separó un poco de ella y dio otro vistazo a la tienda.

 

— La verdad es que no tengo una razón, simplemente me apetecía visitarte —respuesta simple—. Y un año, creo que es bastante tiempo, nunca he tenido un negocio que dure tanto tiempo. Bueno, está Isla Atlantida, pero es más un lugar familair y fue mi madre quien lo mantuvo a flote durante tanto tiempo, yo llevo relativamente poco con él.

 

Sonrió, otra vez. Ya no sabía si seguía siendo ese ser sin sentimientos, por que las sonrisas salían tan naturalmente que parecían verdaderas... Pero aunque no lo fueran, la verdad era que sí que le daba gusto estar ahí. Señaló una puerta tras de él.

 

— ¿Puedes mostrarme el lugar? Creo que es un negocio excelente.

[Sherlyn Stark]

Bajó su varita para guardarla dentro del bolsillo de su chaqueta. Cillian era una persona completamente confiable y le tenía mucho aprecio, no sólo por eso sino que por su dedicación en el Ministerio de la Magia, era un ejemplo como ciudadano en el mundo mágico. Aunque, consideraba que si volvía a trabajar en el establecimiento sería dentro de Accidentes, donde las mascotitas iluminaban los días con su bella presencia. Tanto extrañaba a los globitos que todo el día los recordaba.

— Espero que Lyra se encuentre muy bien —sonrió la bruja tras pensar en la extraña condición de su madre. Ella también era una persona de admirar, puesto que no todos tenían la capacidad de convertirse en gatito. Hacía tiempo que no la veía, pero se sentiría muy mal si le pasara algo malo, aunque no la conociera tanto como quisiera.

— Puede que el próximo mes vaya a visitarlos —comentó adelantados para mostrarle el lugar a Cillian—, tengo planeado dar paseos durante esas semanas, y espero que pueda ser posible —añadió con mucha alegría mientras examinaba cada uno de los detalles del negocio para verificar que estuviera todo en orden. La veterinaria parecía que se encontraba en licencia, por lo tanto uno de los asistentes, el cual estaba más especializado, cubría lugar de la misma. Al ver aquello inmediatamente pensó en hablar con Helen para encargar más personal.

— Ese es el cuarto de baño donde lavamos a las mascotas de nuestros clientes —dijo Kirara, creyendo que no sería muy entretenido visitar un sanitarios que lo único extraño que tenía era el encantamiento para que las criaturas se relajen—. Mi gusamoco está constantemente en ese cuarto. Es muy limpio y ordenado, más que otros de su especie.

— Arriba están los cuartos de ambientación, son tres. Uno de ellos se trata de un enorme acuario, otro simula un ambiente terrestre y al aire libre, y por último está la zona especializada para criaturas voladoras —contó la bruja con mucho entusiasmo—, ¿por cuál te gustaría comenzar?

[Cillian Haughton]

— Lyra esta bien —afirmó, aunque la verdad era que no podía hacerlo con todas la de la ley ya que últimamente no la veía tanto como quisiera—. Y estoy seguro de que le encantaría verte por casa... Podríamos organizar algo, si quieres. Sólo es cuestión de que nos pongamos de acuerdo.

 

Cillian prestaba atención a todo a su alrededor, al parecer Kirara también lo hacia. Caminaron en silencio un por un momento y después la chica comenzó a explicar un poco sobre su negocio. Así que, tenían tres hábitats diferentes, genial- A Cillian le encantaba esa idea y visitarlos los tres era la única opción.

 

— Uhm, comenzamos por el acuario, ¿vale? —Cillian ya se dirigía a las escaleras antes de que su amiga le indicara si podían o no—. ¿Tienes alguna criatura interesante a tu cuidado ahora mismo?

 

No sabía él si su amiga estaba al día con los movimientos del lugar, pero seguro que lo estaba, porque si él fuera el dueño lo estaría. Sonrió y comenzó a subir. Un gusamoco limpio, era casi un chiste, pero estaba seguro de que Kirara no estaba bromeando. Aquella chica era bastante especial.

[Anthony R. Dracony M.]

Regreso nuevamente aquel lugar, la última vez había sido un rotundo fracaso, ya se sabe, hay días que son nefastos, suelen ser días así, donde nada te sale bien. Lo malo, es que te queda ese mal sabor de boca y molesta.

 

Entro de nueva cuenta, no prestaría atención a ese mal recuerdo. Tenia que servir ese recurso suyo de pensarse que lo pasado solo eran malos sueños y nada más.

 

No traía su mochila negra, ni Kautle le acompañaba. Su ropa oscura hacia juego con su túnica negra. Todo era negro, de haber querido habría usado otro color pero no se sentía con humor.

 

Lo que requería comprar era básico, muy simple en verdad. Espero pacientemente a ser atendido.

[Helen Evans]

Había pasado mucho tiempo.... demasiado en realidad, suspiré profundamente antes de entrar aquel negocio; aquel día no parecía haber clientes en el lugar, no había tampoco mucha gente pasando por allí y ella.... Kirara.... ¿Estaría allí? avancé un paso más hacía la puerta pero antes de entrar otro pensamiento me detuvo.... él.... él tendría que haberse ido... si hubiera sido justo tendría que haber renunciado, pero... ¿Un mortífago justo? tal vez estaba pidiendo demasiado.

 

Inconscientemente llevé mi mano al dedo sobre el que anteriormente había descansado un anillo.... ahora se encontraba vacío, y se encontraba así desde hace mucho tiempo en realidad, ¿Cómo era posible que aún no me acostumbrara a la sensación? Sacudí mi cabeza ligeramente y llegué a la conclusión de que ver a mi amiga, valía por mucho cualquier riesgo que pudiera significar encontrarme con él. Había huído cobardemente luego de todo eso.... había dejado a Kirara en peligro y con la única protección de Irri a la que tampoco había querido llevar conmigo, toda la Orden respaldaba a mi amiga, estaba segura, pero aún así...

 

No sabía dónde ir y no quería pensarlo, imaginar simplemente llegar donde estaba Catherine, en este momento me producía escalofríos al final.... jamás sería como Pandora y yo lo sabía, lo que no tenía claro era como habíamos quedado al final pues yo me había marchado sin mirar atrás.

 

Al fin empujé lentamente la puerta y me animé a decir:

 

— Ki... Kirara, ¿Estás?

 

Ni siquiera sentía que tenía el derecho de entrar a aquel lugar como si fuera mio, aunque legalmente tal vez lo seguía siendo.

[Sherlyn Stark]

Resultaba lamentable no haber podido cuidar de aquel bello negocio como hubiera querido, de todas maneras estaba pendiente de toda actividad que se produjera. Semanas atrás había encomendado el trabajo a su elfina doméstica, mientras ella se encargaba de los asuntos ministeriales de los últimos días. Blondie era una elfina encantadora, claramente, y le gustaba mucho pasar tiempo con ellas y las demás mascotas, pero últimamente no tenía el tiempo que ellos merecían. En los últimas semanas lo que más necesitaba era un giratiempo para cubrir todas las actividades que le concernían.

El negocio se encontraba tal cual lo recordaba, armoniosa y ordenada. Le gustaba que ese tipo de ambiente fuera el que recibiera a las criaturas en caso de que fuera necesario. Recorrió las instalaciones con mucha atención, seguida de uno de los empleados quien le informaba acerca de cómo iban los casos administrativos. Blondie no le había mencionado acerca de una visita importante, como lo sería Helen, pero imaginaba que su amiga tenía asuntos importantes que realizar que merecían más atención. La extrañaba muchísimo. Quizás, uno de sus días libres se tomaría las molestias de visitar a la bruja y a su familia.

Le impresionó la cantidad de animales que habitaban cómodamente en los ambientes que ofrecían. Era admirable la labor que los empleados realizaban en cada una de aquellas zonas. Esperaba que más miembros de la comunidad mágica se animaran a visitar aquellas criaturas, de esa manera evitarían que se sintieran sola. A pesar de que en el espacio vivían más animales de los que hubiera imaginado, ellos necesitaban que alguien los admirara para poder estar completamente felices.

No se esperaba a ningún visitante en particular aquel día, ni menos en aquel horario, por lo que le sorprendió escuchar la campanilla de la puerta y una voz muy familiar que pronunciaba su nombre. Cruzó las escaleras tan rápido como pudo pero manteniendo la mayor calma posible. Había un alto porcentaje de personas que se accidentaron por apresurarse, por lo que retomó su ritmo normal de caminata. Le impacientaba saber de quién se trataba la persona que estaba preguntando sobre su persona, por eso se le vino a la mente una lista larga de personas que podrían ser; pero, por más que pensara, ninguna de ellas le convencía. Quizás, podría ser nuevamente Cillian, pero no lo sabría hasta llegar a la planta baja.

Una vez en su destino, al llegar hacía la puerta pudo divisar a su amiga.

— ¡Qué bonita sorpresa! —exclamó la bruja mientras, dejando aparte el consejo que había estado reflexionando segundos atrás, camino de forma apresurada hacía ella para darle un cálido abrazo. — ¿Cómo te encuentras? —indagó. Creía que hubiera sido mejor preparar el local para la ocasión, pero lo importante era que ambas se encontraran en el local.

[Helen Evans]

Pude verla apresurarse hacía mí y yo también hice lo mismo, apurando mis pasos a su encuentro, necesitaba estar segura que las personas que quería estaban bien, estaban tranquilas y a salvo; en fin, que estuvieran igual o mejor de cómo las había dejado.

 

— Mejor ahora que estoy aquí

 

La calma había regresado a mi al verla bien, sana, intacta y con el mismo humor alegre de siempre; ahora podía estar por completo tranquila, la observé cuidadosamente y sonreí al fin, al ver que en efecto, estaba perfecta. Se veían animales nuevos por aquel lugar, y me alegraba saber que todo había estado yendo bien, aunque por mi cobardía no había contado con mi ayuda.

 

— ¿Estás bien? ¿Está todo bien? — de pronto me percaté que él no estaba por ahí y pregunté rápidamente — Y... ¿Fokker? ¿Ya no trabaja aquí, verdad?

 

Tenía que contarle a mi amiga todo lo ocurrido, por lo menos para que ella supiera del peligro que significaría tenerlo allí, yo había prometido no delatarlo, pero no podía dejar de contarle a mis mejores amigos, sabía que podía confiar en ellas, y no dudaría un segundo en poner mi vida en sus manos.

 

— ¿Cómo has estado Kira?

 

Quería saber todo, sobre su carrera en la universidad y el ministerio, sobre su familia y su actividad en la orden, en fin, sobre todo lo que le hubiera sucedido.

[Anthony R. Dracony M.]

Estaba observando el sitio, esperando tranquilo a que vienese alguien a atenderle, lo que veía era bastante asombroso. Escucho la voz fina y suave de una chica, llamaba a alguien.

 

Después fue testigo mudo de un encuentro y no supo que pensar, permaneció en el mismo sitio y el afecto entre ambas chicas fue evidente, lo suyo no era importante, podía ir a otro local, así que con sigilio se giro y salio de aquel lugar para no molestar con su presencia.

[Groter Shulton Granpié]

Groter Shulton Granpié

 

Caminaba por las calles viendo negocios al azar, no tenía nada que hacer, así que cuando vi la tienda recordé quienes eran los dueños, tal vez encontraba a alguien conocido, alguien con quién pudiera platicar o cosas así, también podría encontrar algo lindo para los dos lobos Alaska cachorro que no hace mucho que había comprado.

 

Sonreí y entré caminando directo hacia el mostrador, pero no vi a nadie así que hice sonar varias veces con una moneda en el cristal para ver si alguien salpia, no sabía cuanto timepo tenía que no venía a visitar por aquí, no parecía mala idea, parecía que no había cambiado en lo absoluto, era como estar en el pasado.

 

Venía vestido con unos pantalones de mezclilla de color azul despintado y una playera blanca pegada, unos tenis blancos también, el cabello recogido en una coleta, la barba recién cortada y me había bañado hace poco, ni siquiera había desayunado aún, lego buscaría un buen lugar para hacerlo.