Chateau Dumbledore (MM B: 78647)

[Ada Camille Dumbledore]

La mañana iba bastante tranquila el desayuno estaba en la mesa:los pancakes dorados, el jugo de naranja recién exprimido en una jarra de cristal, variedad de fruta y un humeante tetera con un aromático te de la India. La mañana estaba algo gris todavía Sasha y Misha estaban cerca de la chimenea de la sala tranquilos dormitando a causa del frío. La temperatura en estos días había empezado a descender y no dudaba que en un par de días empezará a nevar pues ya se acercaba le época de invierno y en una par de semanas de seguro empezaria a nevar y podríamos patinar en el lago congelado... Amaba patinar y era la única época del año en que podía hacerlo, además que este año estaba acompañada estaba mi primo @@Datura y mi cuñada @ tambien en casa, en ocasiones mi hermana Luna venía desde la mansion Di Médici a visitarnos y a ver a Maeva su elfina quien permanecía en servicio en el Chateau.

 

Tome asiento en la cabecera de la mesa como era mi lugar de matriarca y empecé a servir los pancakes en mi plato y a servir el delicioso sirup sobre ellos, probé el jugo de naranja.

 

- Profitez du petit déjeuner... Disfruta el desayuno Lobito

 

Con alegría empecé a comer, la verdad habían quedado bastante bien, ojala la familia bajara a desayunar.

 

@@taison logan greyback

[taison logan greyback]

El Rubio empezando a mirar a su amada, mientras comía pensaba en lo pleno que era ahora con ella en su vida y la de su hijo, el cual no dudaba que ella era su mamá.

 

Cuando ella lo miro, el tontamente le sonrió sin darse cuenta que tenía un pedazo de panqueques en sus dientes, cuando se dio cuenta rápidamente se limpio la boca.

 

-Eres la mujer que amo y no quiero que lo nuestro termine jamas- la situación era propisia para algo que había pensado, sese levanta de su silla poniéndose de rodillas mientras sacaba una cajita de su bolsillo -te casarias conmigo? - al abrir la Caja un hermoso castillo de oro relucia dentro.

 

Un extraño olor llegó a la nariz del lycan y al parecer al hocico también ya que ambos salieron del Castillo a investigar.

 

@@Ada Camille Dumbledore

[Ada Camille Dumbledore]

El olor de los pancakes había inundado la cocina, no esperaba que tuviéramos que comer sólo con El lycan, aunque éramos padres de Asher James y vivíamos bajo el mismo techo, yo había puesto un alto en nuestra relación a causa de mis problemas. No quería que el niño ni su padre sufrieran ningún daño por estar relacionados conmigo de manera cercana y más aún después de perder a mi bebé no nato a causa de un envenenamiento del que había sido víctima. Jamás me perdonaria que dañara a ningún miémbro de mi familia. Terminé los pancakes y me serví algo de Te verde y mire detenidamente a @@taison logan greyback estaba sospechoso sus palabras salieron atropellada ente una detrás de la otra, sabía lo que sentía pero escucharlo me lastimaba. Depronto lo vi hincarse en una rodilla y ofrecerme un hermoso anillo de una caja, pase saliva y contuve las lágrimas me lleve la mano al cuello de la impresion me puse de rodillas y lo abrace me dolía la situación.

 

-Taison yo lo siento, no puedo aceptarte ahora... Existen muchas razones que no me permiten estar a tu lado ahora...

 

Me separe para mirarlo a los ojos y pase mi mano por su mejilla, sonreí tratando de calmar el momento, lo ayude a levantar.

 

-Este no es el momento adecuado, dame tiempo de... Solucionar algunos asuntos y podré darte una respuesta a lo nuestro

 

Sonreí tratando de tranquilizar el momento, pero no era fácil.

[taison logan greyback]

Al Rubio la respuesta de @@Ada Camille Dumbledore le había caído como un balde de agua helada, los pensamientos se agolpaban en su mente, su mirada se había quedado clavada en la nada.

 

El aturdimiento se había apoderado de el, mientras que con la ayuda de la rubia el se volvía a poner de pie, dejó el anillo con la cajita sobre la mesa, mientras lograba volver en si mismo.

 

La miro a la joven acariciandola en las mejillas, su mente trabaja a toda velocidad -yo...yo...yo-las palabras no lograban salir por su boca.

 

-Ire a hacer vigilancia- dijo excusandose, necesitaba apagar su mente , salió raudo del lugar mientras su corazón se rompía en pedazos, antes de salir por la puerta se volteo a ver a la Dumbledore con su mejor cara para no demostrar como se sentía en verdad -le daré el tiempo que necesite srta Dumbledore- traspasar aquella puerta le estaba costando mucho.

Editado 23 de Diciembre del 2020 por taison logan greyback

[Ada Camille Dumbledore]

Fiesta de antifaces

La noche había llegado, en el nuevo año era momento de que el baile de máscaras por el cumpleaños de cinco maravillosos personajes de la comunidad mágica. Los jardines del Chateau Dumbledore habían sido escogidos para la gran celebración, el laberinto construido en la parte trasera del edificio, tenía centenares de años y esperaba ansiosamente a los visitantes.

Los 31 Kilómetros de bosque que rodean el Chateau dan límite al laberinto del jardín posterior. El laberinto está formado por setos de tres metros de altura que por varios caminos llevan al centro en dónde hay un salón llamado el Petit Chateau, en donde será la celebración de Cumpleaños y esta comunicado por un pasadizo subterráneo al Castillo, por donde los elfos y elfinas encargados de la cena iban y venían.

En el Petit Chateau todo esta preparado para recibir a los invitados, mesas alrededor de una gran pista de baile en mármol a blanco y negro como una gran tablero de ajedrez, como si esta noche se jugará una gran partida entre todos los que bailarán en él. La primera pieza de la noche sería el vals de Rey y la Reina que lo bailarían las parejas que se hubieran formado en el juego del laberinto.

El código de vestimenta también estaría escrito en la tarjeta: los invitados irían vestidos de blanco y con su respectivo antifaz. Los homenajeados estaban con traje negro y rojo.

La Dumbledore espero a que todos los invitados llegarán para anunciar la entrada al laberinto y que empezarán con el primer juego, todos ya estaban en los jardines con copas de champagne en las manos, donde se les había dado el recibimiento antes de ingresar al gran salón por medio del laberinto, que era el camino hacia el Gran salón.

Salí del Chateau hacia los jardines traseros del edificio en donde habían dispuestas varias mesas con copas de Champagne, muchos de los invitados ya estaban llegando. Mi vestido negro y rojo destacaba la cintura, ahora solo esperaba a los invitados.

@Hanitty Ollivander @@Danny Lestrange @ @@Albus Renaldi Macnair Editado 12 de Enero del 2021 por Ada Camille Dumbledore

[Darla G Dumbledore]

 

La Potter Black continuaba sentada frente al espejo de la cómoda en la habitación que había compartido con Seba. Se sentía fuera de lugar en cierta forma, era el ala de los patriarcas y aunque su prometido lo había sido ella no era más que una invitada hoy en día. Suspiró mientras dejaba que la metamorfomagia apagara el tono de sus cabellos hasta un castaño, como lo usaba cuando había llegado a Ottery.

 

Sus ojos se posaron en el reflejo sobre el espejo era increíble lo que la magia lograba, pensó mientras se giraba para ver el vestido que se pondría, el maquillaje estaba sobre la cómoda, junto a los aros de perla y el colgante de corazón. Había decido maquillarse en tonos dorados y marrones a tono con la vestimenta color champagne.

 

Cuando terminó se sintió sorprendida, no parecía ella misma, menos tras aquella máscara que su cuñada se había empeñado en que lucieran. Se observó en el espejo de cuerpo entero, los estiletos le daban más altura aún de la que tenía. No había probado si tenía permisos para desaparecerse del lugar, por ello bajó con salió de la habitación, para bajar con lentitud hacia los jardines en donde Ada pensaba iniciar la celebración de su cumpleaños. Todo lo hacía por su prometido, él hubiera querido que ella agasajara a su hermana.

 

Caminó despacio hacia el lugar en que los elfos se movían entre los invitados con copas de champagne y otras bebidas más fuertes. Ella hubiera pedido un whiskey de fuego, pero prefirió empezar lento, igualmente dudaba fuera a emborracharse alguna vez, los vampiros no lo hacen.

[Dana Gryffindor]

Eros Triviani

 

La señorita Gryffindor podía ser manipuladora cuando lo deseaba, jugaba con el deseo del mago por las finas artes de la muerte y le había comentado que aquella fiesta organizada por una querida integrante de la familia, sería el escenario ideal para saciar sus oscuros deseos. La misma Gryffindor había hecho una invitación para él con su puño y letra y dijo que su firma bastaba para permitir su ingreso al macabro juego que se llevaría acabo en aquel sitio.

 

Seguro quiere un escándalo para su querida colega: vuelapluma. Pensó.

 

Aquella noche se había vestido para la ocasión, con una camisa mao color blanca con gemelos de plata sosteniendo sus mangas, pantalón suelto de lino también blanco y zapatos marrones con algúnos tonos más tostados. En el rostro una media máscara ocultaba su rostro y su identidad.

 

Entregó la invitación al recepcionista y se incorporó rápidamente a los jardines donde una larga barra le daba la bienvenida. Decidió mantenerse apartado, analizar a los invitados que iban apareciendo. Socializar no estaba en sus mayores características por lo que se limitó a pedir un brandi en la barra y mantenerse apartado de la pista de baile.

 

Se preguntaba quiénes serían los miembros de la familia Dumbledore, poco conocía a las prestigiosas familias de Ottery sin embargo todo el mundo mágico había oído hablar de las hazañas del gran Albus Dumbledore y esperaba que su familia le llegue al menos a los talones.

 

El italiano se relajó en el taburete frente a la barra mientras empinaba el vaso con brandi y se preparaba para una noche que prometía ser muy interesante.

[Ela Karoline]

Una sonrisa trémula afloraba a los labios de la Lockhart, si una joven Lockhart, la matriarca actual, pero no era la rubia que todos conocían Cye no, era una bruja de cabellos rojizos, de temperamento efervescente, modales delicados y unas ganas de socializar contagiosa.

 

En principio extendió la nivea mano para entregar la invitación que recibiera con antelación, esperó a que el elfo la tomará y corroborara su nombre o al menos su apellido dentro de la lista de invitados, agradecía enormemente llevar un antifaz porque así quizás no se notará tanto el rubor que cubría sus mejillas por tomar el lugar de su prima.

 

Poco después fue conducida hacia los hermosos jardines donde circulaban invitados envuelto en espléndidos trajes, también circulaban las copas de champán como la nota introductoria de una velada que prometía mucho.

 

Era la primera vez de Ela Karoline en aquel chateau de la familia Dumbledore, pero sabía que ambas familias tenían lazos de amistad, incluso una de las matriarca, Adda, era ahijada de Cye, así que presentaría sus respetos en nombre de los Lockhart y aprovecharía para conocer a miembros de la sociedad mágica que estaban presentes.

 

Las orbes verde tras el antifaz blanco perlado brillaban como preciosas esmeraldas, y el rosado pálido de los delicados labios acentuaba la palidez tanto de la piel como del vestuario, de blanco, como sugería la invitación. Ela tomo una copa del líquido ambarino mientras con la mano libre deslizaba una arruga imaginaria del vestido, a la vez que con la mirada buscaba algún conocido, aunque con los rostros cubiertos seria casi imposible.

[Danny Lestrange]

Era día de volver a salir a explorar nuevas calles en el pueblo mágico y como siempre, su mapa de las calles no podía faltar. Lo único diferente era la vestimenta del joven mago, pues esta vez no se componía de la acostumbrada ropa de deporte o de pantalón de mezclilla y chamarra. Esta ocasión iría vestido formal.

Así es como llega al lugar señalado y por un momento duda de acercarse, ya que Danny no estaba muy acostumbrado a las multitudes y si se trataba de magos mucho menos. El joven mago solía quedarse solo durante las celebraciones y no quería pasar por un momento así otra vez, y menos ahora que se trataba ni más ni menos que de la celebración de su cumpleaños. Su cumpleaños y el de varios chicos más, personas a las que estimaba muchísimo. Quizá era la razón por la cual había aceptado ir.

Luego de pensarlo un momento se acerca y camina hacia la entrada un tanto nervioso, pero finalmente pierde la vergüenza como solía pasarle con regularidad, llega a la entrada y se anuncia con quien recibía y así entra. Tenía suerte, esta vez no le habían pedido hasta el acta de nacimiento y comprobante de su existencia. Pensarlo le saca una sonrisa y una risita que trata de aguantarse a medida que camina hacia donde se encontraban los invitados a los cuales reconoce y los observa con atención. La primera vez que los había visto con ropas elegantes había sido eilla fiesta de cumpleaños de su hermana Lady.

"Hola"

Saluda mirándolas fijamente para no perderse su respuesta, ya que al ser incapaz de escuchar necesitaba prestar mucha atención a las expresiones faciales y movimiento de labios de las personas. Habría sido más sencillo si le hablasen con señas pero como era imposible que todos conocieran ese lenguaje, el chico había aprendido a leer los labios desde muy pequeño. Quizá con ayuda de su sangre mágica lo dominaba casi a la perfección si las personas no articulaban las palabras demasiado rápido.

[Syrius McGonagall]

Leonid Sila

 

 

Una imponente luna llena bañaba de plata la fastuosa fachada del castillo de la familia Dumbledore, sin dudas aquel ancestral hogar de una de las más prestigiosa líneas de sangre mágica británica era una reminiscencia del Palacio de Versailles en Francia, no le debería de sorprender después de todo una de sus habitantes y festejadas de aquella ocasión era nada más ni nada menos que la Primer Ministro Mágica de aquel país.

 

El mago recorría los lujosos jardines frontales mientras cavilaba lo que lo aguardaba aquella noche, debería de sentirse honrado por la invitación pero aún así se sentía como si aquello no debiese ser, el era un extranjero recientemente llegado al país, con apenas casi contactos en las Islas Británicas, un completo desconocido pero pese a todo recibió la invitación y no podía rechazarla.

 

No era un hombre de fiestas y mucho menos cuando las mismas eran de tal magnitud como la que estaba apunto de tomar parte y repleta de extraños, abrazaba la esperanza de que al menos se realizaría en el exterior, en un supuesto extenso laberinto de arbustos. Si el bullicio y el espectáculo lo agobiaban siempre podría alejarse hacia el silencio del laberinto.

 

El pelirrojo vestía como lo exigía la ocasión (los ingleses parecían disfrutar mucho de la etiqueta), llevaba una Kosovorotka blanca con un bordado tradicional ruso en rojo y azul que decoraba su cuello y las mangas, un cinturón de cuero con pesados medallones de bronce rústico pero prolijo lo completaba, debajo llevaba unos cómodos pantalones de lino también blancos y unas botas negras, para finalizar el atuendo llevaba una antifas negro liso y sencillo, bastante tradicional pero cumpliendo con los requisitos de la familia.

 

El ojiazul fue recibió por un elfo doméstico en la entrada al castillo, el cual con palabras elegantes lo recibió y acompañó hacia los terrenos traseros donde tendría lugar la celebración, el joven mago simplemente gruñó y asintió con la cabeza mientras la pequeña criatura no paraba de parlotear todo el camino. Leonid no era una persona dispuesta a las charlas triviales, prefería los silencios.

 

Los jardines traseros eran aún más impresionantes que los delanteros y su extensión mayor, el laberinto se alzaba unos cien metros delante, oscuro y silencioso pero en el centro del mismo se veía la luz del espacio dedicado a la fiesta propiamente dicha. Pero antes una serie de mesas con botellas y copas de champagne aguardaban junto con el resto de los invitados, el elfo que lo acompañaba se despidió tras cumplir su misión y regresó a su puesto en la entrada del castillo.

 

El ojiazul recorrió el césped en aquella noche de plata rumbo a donde las personas se reunían, risas, saludos, todos conocidos y dispuestos a pasar una gran noche lo esperaban, que tan ajeno podría llegar a sentirse.

 

-Buenas Noches - saludó a los presentes en un inglés marcado por su fuerte acento ruso, observó las copas con el burbujeante champagne, no era aficionado aquel trago, esperaría si se presentaban otras opciones.