Animagia

[Anna T. Ryddleturn]

Tras responder a la arcana miré a mi alrededor. Había varios magos, probablemente fueran los nuevos estudiantes a los que Suluk tendría que enseñar. Reconocí a todos ellos, a pesar del tiempo que hacía que los había visto por última vez no habían cambiado mucho, esperaba que tuvieran suerte y pudieran superar rápidamente aquella etapa.

 

Vi como Ishaya me hizo un gesto, como dándome ánimos para lo que me esperaba, y moví levemente la cabeza para agradecérselo. A pesar de las enormes ganas que tenía de superar la prueba, era cierto que una parte de mi temía fallar.

 

Akku me comunicó que tendría que esperar sus próximas instrucciones para poder adentrarme en la Gran Pirámide y realizar de aquella manera la prueba final, de allí con suerte saldría con la confirmación de que podría convertirme en halcón peregrino siempre que me viniera en gana, sin ningún riesgo, o prácticamente con ninguno.

 

- Estaré preparada.- fue mi respuesta a la anciana, la cual me abandonó para proseguir con su nueva clase.

 

Había llegado mi momento de descanso y meditación, tenía que alejar de mi la parte negativa, aquella pequeña parte que pensaba que podría no superar la prueba. La falta de confianza en mi misma podría terminar arrastrándome al fracaso.

[That is not my name]

[...]

 

El tiempo transcurría sin ningún tipo de cambio en los alrededores, la calma en ese sitio se podía sentir a varios kilómetros a la redonda aunque estaba a punto de ser interrumpida. El enorme cisne blancoseguía lanzando su boznido con tranquilidad, siendo interrumpido únicamente cuando metía su cabeza al agua brevemente, sin importarle que se estaba acercando a los gansos canadienses, con los cuales podría cruzarse en su hábitat natural; la diferencia de tamaños se podía notar desde lejos, por ello es que el cisne mantenía su camino llamando a sus iguales.

 

En un segundo, un grupo de gansos comenzó a grasnar agresivamente, sobre todo los machos, alertando al cisne blanco sobre el pposible peligro al que se estaba enfrentando. Como priemr movimiento, simplemente extendió sus enormes alas para mostrarse más imponente y majestuoso, funcionándole en primer medida manteniendo a la parvada de la otra especie a distancia; pero esto no se´ria suficiente, al superarlo en número, comenzaron a acercarse revoloteando cerca de este, por lo cual la hermosa ave de pico amarillo con negro revoloteó sus alas avanzando entre planeando y caminando por el agua, junto con su boznido alejando y separando a los gansos que se quitaban de su camino de inmediato. Este ritual duró poco, máximo unos tres minutos, pero fue suficiente para que las cosas en el lago se calmaran.

 

Era una pena el que no encontrara más compañeros como él, dejando que su majestuosidad continuara recorreidno el lago esperando que, dentro de poco, encontrara una respuesta ante su sonido.

 

[...]

 

Algo que hubiera preguntado en su momento a la arcana Suluk era sobre el tiempo de aquella exploración o el momento en el que debía de regresar ante su presencia, aunque la respuesta podría ser bastante sencilla: hasta que encontrara la respuesta ante el sentir del instinto animal.

 

Continué así durante unos momentos más, intentando dejar mi consciencia humana en el fondo de mi mente para no prestarle atención al leopardo de Edmund o el puma de Niko, que desde esa distancia tampoco sería posible observar lo que sucedía en tierra a menos que me acercara a la orilla, lo cual comencé a realizar. Por una parte Ishaya necesitaba estar cerca de sus amigos y familiares y, por otra, el cisne siempre era protector de los suyos e inconscientemente estaría buscando a su descendencia, aunque no en la forma en la que se suponía debía de estar.

[Mei Black Delacour]

Hasta hacía unos meses atrás, la habilidad que tenía en mente para tomar era otra muy distinta a la que había decidido aquella semana. La Oclumancia siempre le había parecido una habilidad muy interesante y útil, cerrar la mente para evitar que intrusos entraran en ella, y para hacer creer, a aquellos que se atrevían a hurgar, que podían verlo todo, pero en realidad mostrarles sólo lo que uno deseaba que vieran. Sí, esa clase la habría tomado desde hacía años atrás incluso para mantener ocultos sus secretos uno sobre todo, pero las circunstancias de la vida daban tantas vueltas que al final ella misma había terminado por revelar su mayor secreto, ser miembro de la Orden del Fénix, y una actual líder.

 

El permanecer entre las sombras por tanto tiempo había sido por decisión propia, siempre pensando en su familia y amigos, las personas que amaba, para intentar protegerlas de ser posibles puntos de ataque; y ahora que ya todo el mundo sabía quién era realmente, por decisión propia también, las cosas eran distintas, se mantenía mucho más en posición defensiva, como esperando un ataque por la espalda, aunque había que admitir que aquello había tenido su lado bueno, y es que ya podía ser realmente como era, dejar en claro sus pensamientos e ideales, y dejar de presentar máscaras falsas frente a la sociedad en general. Sí, allí también se hallaba el motivo por el cual ahora su decisión para tomar la próxima clase de habilidad se hallaba. Libre, como un ave planeando por el cielo, así era como se sentía, más que nunca. Y deseaba hacerlo literal.

 

Caminaba tranquilamente por los terrenos de la Universidad luego de haberse cruzado a Mr. Pippin una vez más y que le diera un largo discurso acerca de la animagia y de Suluk. Tuvo que escuchar con paciencia la larga perorata que recitaba, pues no parecía escuchar a las preguntas que uno intentaba hacerlo, pero sabía que tarde o temprano le develaría la ubicación de la casita de la animaga. Tardó sus buenos minutos, pero ya podía dirigirse casi al límite de los terrenos, para encontrarse una casita como cualquier otra. Sabía que debía de reconocerla en algún momento, o eso esperaba.

 

De pronto, la sombra de un ave pasó por encima de ella, tan cerca incluso que le alborotó el cabello, por lo que alzó la cabeza.

 

–Lys, – dijo, sorprendida al ver que su jobberknoll volaba próxima a ella y daba vueltas en círculos – ¿me has seguido? Deberías haberte quedado en casa – siguió hablando en cuanto el ave se posó en su hombro, pero lejos de moverse o estar dispuesta a irse, le picó la oreja –. ¡Auch! Está bien, puedes acompañarme, siempre y cuando me ayudes a encontrar la casa que estoy buscando.

 

Gracias al ave mágica fue que logró encontrar la casa, pues el jobberknoll la guió hasta ella luego de verla desde las alturas, y para cuando estaba llegando, alcanzó a ver a un numeroso grupo de magos, entre ellos una mujer llena de ropa, ¡como si estuvieran en pleno invierno!

 

–Buenos días, – saludó, para cuando iba entrando a la morada, pero entonces, sintió tal frío, que inmediatamente se rodeó con los brazos, y Lys se hizo lo más pequeña posible sobre su hombro, tratando de evadir el frío con el cabello de Mei – s-soy Mei Black Delacour y… y b-busco a maestra Akku.

[Suluk Akku]

El primero en transformarse fue el mayor de los Tonks, su transformación fue muy rápida y sin problemas - Parece que domina bastante bien su forma animal, pero vamos a ver - La arcana estaba un poco impresionada, sus estudiantes normalmente se tenían que esforzar mucho para realizar la transformación y era la primera vez que le tocaba alguien un poco más entrenado. No obstante, no implicaba que tuviera una verdadera conexión con su forma animal, solo que era bueno realizando transformaciones.

 

- Es muy interesante que sea un Leopardo - El otro joven había dado la respuesta a sus preguntas antes de atravesar el portal, pero la arcana no había tenido tiempo de responderle e indagar un poco más - Creo que lo vas a tener mucho más complicado que tus compañeros, pero un verdadero animago es capaz de adaptarse a todas las situaciones así que no espero menos de ti - La mujer no soportaba que las actividades no fueran realizadas con esfuerzo y ganas, no importaba si salían mal pero debían intentarlo al menos.

 

- Debes realizar la misma tarea que tus compañeros, o al menos la que está realizando Ishaya. Parece que a Niko le ha impactado mucho la noticia y no ha logrado reaccionar - Suluk no entendía qué había pasado con el Tonks, estaba paralizado en frente de ella sin decir nada, pero esperaba que ese no fuera el caso del otro mago o tendría que darle muchas explicaciones a los Directores y era lo que menos deseaba realizar en un día tan bonito.

 

Ishaya estaba realizando muy bien su actividad, pero necesitaba una mejor conexión - Espero que vuelva pronto - Pensó la mujer, por ahora era el que más adelante iba en su aprendizaje y quizás sería el primero en poder realizar la prueba o quizás todos la podrían realizar al tiempo. La arcana no tenía muy claro todo en ese momento - Una nueva estudiante - Solo eso faltaba, tendría que atender a una nueva persona y nuevamente sería un grupo grande como en la última ocasión.

 

- Creo que buscas en el lado incorrecto, y no sé con quién hablas - Las palabras de Suluk aparecieron en la mente de Mei, su casa estaba sola y no había nadie en ella. Por suerte había dejado abierto el portal para evitar situaciones como esa, no deseaba regresar para buscar a nuevos alumnos - Debes atravesar el portal que hay en el jardín, te traerá al lugar en el que estoy junto con otros aprendices - Fueron las palabras de la arcana, no le daría más indicaciones por ahora, al menos no hasta que hubiese llegado ante ella.

[Edmund Browsler]

Entonces Suluk pareció reparar en su presencia y le respondió. Sus palabras no le reconfortaron en absoluto, pero era una afirmación a sus suposiciones. «Aquí no hay lugar para un leopardo» pensó. Pues entonces tenía que hacerse un lugar en aquel valle.

— Debes realizar la misma tarea que tus compañeros, o al menos la que está realizando Ishaya. Parece que a Niko le ha impactado mucho la noticia y no ha logrado reaccionar. —Y era cierto, ¿en qué estaría pensando Niko? Tal vez tampoco dominaba la animagia, como él. ¿Se quedaría allí parado como Niko? ¿O lograría transformarse en un santiamén?

— Está bien —respondió Edmund más convencido de lo que en realidad estaba.

¿Ahora qué se suponía que debía hacer? ¿Tenía que decirle a Suluk que no sabía cómo hacerlo? Justo antes de abrir sus labios, la arcana habló. Pero allí no había más nadie, ¿a quién se dirigía en esta ocasión? Edmund se encogió de hombros y decidió no molestarla, tendría que transformarse por sus propios medios.

Browsler decidió alejarse un poco del grupo y descender por el sendero que serpenteaba a sus pies. Necesitaba un poco de soledad, necesitaba pensar, necesitaba concentrarse… No recordaba qué había pasado por su mente las pocas veces en las que se había convertido en un leopardo. El mago se detuvo en seco y cerró los ojos. Su varita se encontraba dentro de su túnica pues, tal y como Aldair lo había mencionado, no la necesitaría en aquella oportunidad. Tenía que resolver todo mediante aquella esencia animal que se asomaba de vez en cuando desde su interior, pero por más que se encontraba, seguía siendo él en carne y hueso.

«Aldair, te he decepcionado»

Mientras había estado concentrad en convertirse en un leopardo, Browsler no había notado que se había alejado mucho de la arcana y que había cruzado un sendero cuyo paso estaba restringido según citaba un letrero. Suluk aún lo podía ver colina abajo, pero él no pues se encontraba de espaldas a la bruja. «Un leopardo… Vamos, Edmund. ¡Ya lo has hecho muchas veces! Vamos… Un leopardo… ¡Rayos! ¿Qué dirá Aldair?...»

Entonces varias cosas sucedieron a la vez. Un súbito gruñido, un golpe fuerte que lo dejó sin aliento y el impacto de su cuerpo contra un árbol. Edmund tardó varios segundos en recuperar el aliento e incorporarse. ¿Dónde había quedado su varita? ¿Qué estaba sucediendo? En cuando abrió los ojos se le erizó la piel. Un enorme oso grizzly se encontraba frente a él, medía más de dos metros pues se encontraba de pie bajo sus patas traseras y no estaba de buen humor. El mago tanteó en su túnica pero no encontró su varita. El oso lanzó un zarpazo con su mano derecha que él evitó corriendo, pero no el segundo, este cortó superficialmente su espalda pero destrozó sus ropas. La sangre comenzaba a emanar…

El oso se colocó en cuatro patas y embistió contra él. Aquel golpe había sido posiblemente el más doloroso pero no le había roto ningún hueso aún. Edmund himpló con agresividad. ¿Pero qué? ¿El himplaba? El mago se encorvó lentamente hasta colocarse en cuatro patas al tiempo que su piel mutaba con todo lo que tenía puesto encima, incluyendo sus ropas rasgadas. Y allí, donde antes había estado un mago ahora se encontraba un temible leopardo, posiblemente el leopardo más grande de todo el mundo, parecido a un nundu.

[Mei Black Delacour]

Se sobresaltó en cuanto oyó aquellas palabras en su mente, ¿de dónde venían? O mejor dicho, ¿de quién venían? Miró de un lado al otro, tratando de buscar su procedencia, pero entonces fue que se encontró con aquel portal que había abierto, aunque un poco oculto a simple vista. Temblando aún de frío, se dispuso a dirigirse hasta él y atravesarlo, siguiendo las palabras que había oído en su mente, confiando en ellas. No podía irle tan mal… ¿verdad?

 

–Ven, Lys, vamos – animó al ave, cubriéndola con su mano para evitar que sintiera más frío del que de por sí ya invadía al pobre animal.

 

Atravesó entonces el portal, sintiendo una extraña sensación, como si aquella magia ya la hubiese visto anteriormente, pero pasando de ello, se centró en su alrededor. Allí alcanzó a reconocer a Niko, parado allí, bastante tieso, a Edmund, quien se alejaba por un lado, pero si bien los notó, su atención real se centró en quien estaba buscando. Dedujo que se trataba de ella luego de oír toda la perorata que Mr. Pippin le había lanzado antes de revelarle la ubicación de la casita de la Arcana.

 

Era una mujer bajita, ¡incluso más que ella! Rechonchita y de aspecto bastante simpaticón, envuelta en pieles y abrigada hasta el cuello. Sus rasgos característicos le revelaban que debía de tratarse de una mujer esquimal, eso explicaría fácilmente aquel ropaje tan abultado.

 

Se acercó entonces, sonriendo levemente a Niko en forma de saludo, para luego dirigirse a la mujer.

 

–¿Maestra Akku? Lo siento, no vi el portal – se disculpó, sonrojándose levemente – No sé si oyó mi breve presentación…

[Niko Uzumaki]

- Canadá, perfecto - Pensó, llevaba mucho tiempo sin visitar dicho país, solo esperaba que fueran a una zona en la que pudiera demostrar sus conocimientos de Idiomas y pode practicar un poco su francés. La última vez que había hablado en dicha lengua había sido dentro del portal en su prueba de Metamorfomagia y todo le había salido bastante bien. Sabía que sería un viaje frío pero siempre lo había preferido en lugar del calor así que eso no sería un problema para el Tonks, su ropa era bastante adecuada para viajar a dicho país.

 

- Hola Ed - Su compañero de bando había llegado al lugar y al parecer a la Arcana no le había gustado que se conocieran - Tranquila, todos nos portamos bastante bien - El Knight decidió hablar por todos, en especial por su padre que a veces no era muy bueno en las clases pero sabía que estando él en el mismo lugar, se comportaría y no haría nada malo. Al menos no algo en contra de la Arcana y que hiciese que los sacara a todos de su clase para nunca poder ingresar en el portal - Me encanta los portales - Amara también los había utilizado mucho en su clase, era una magia muy poderosa y quizás la única interesante y agradable creada por los Uzza.

 

- Acá no puedo hablar en francés - Se resignó al ver que estaban bastante lejos de las zonas en las que podría practicar, pero al menos había llegado a un lugar muy adecuado para los Pumas. Al menos podría realizar su transformación sin ningún problema y en un clima bastante apropiado - Muy bien, es una actividad interesante - Agregó al escuchar las palabras de la Arcana, su padre lo abrazó y decidió corresponderle, no podían negar el cariño que sentían y eventualmente la mujer lo podría entender o se cansaría de verlos.

 

Su mente se quedó en blanco por completo durante unos segundos hasta que algunos recuerdos comenzaron a pasar por ella. El más reciente era la transformación realizada durante su clase de Libros que había resultado ser bastante buena y adecuada para el momento en el que se encontraban. En dicho recuerdo, observó nuevamente los problemas que había tenido para adoptar la forma de un Puma y para dejarse llevar por las habilidades de los animales. Era como si la Arcana hubiese tenido acceso a toda su mente y hubiese notado que su conexión no era muy fuerte.

 

- Lo siento mucho, no es que me haya impacto - No sabía como explicar lo sucedido, pero la anciana se notaba un poco molesta por la falta de actividad del Tonks, así que tendría que esforzarse mucho para no hacerla enojar más y que decidiera enviarlo de nuevo a la Universidad - Solo que estaba pensando un poco antes de realizar la actividad - Era justo eso lo que había realizado y estaba listo para salir de viaje por todo el Lago, quizás en busca de uno de los Diez Picos que había en lugar y de algunos pumas.

 

- Vuelvo tan pronto haya cumplido con la actividad - Fueron sus últimas palabras antes de comenzar a caminar, no sabía que le esperaba pero seguramente eran grandes cosas y en especial, aprendizaje que era la razón por la que estaba en dicho lugar y con la arcana.

[Cissy Macnair]

Nunca había ido a la parte más alejada de la Universidad, donde se alzaba la pequeña casa con clima propio, tan diferente al desierto caliente a mis espaldas. La vivienda de la Arcana Akku era la más llamativa o, al menos, era la que más me extrañaba de todas. Hasta ahora sólo había ido a la mazmorra de Báleyr y a la residencia de Amara, que se encontraba repleta de cuadros (yo misma le había ayudado a clasificar varios de ellos), pero nunca en un lugar donde la magia contagiara tanto como allí, donde el aire helado podía sentirse nada más poner un pie en el frío jardín, donde la nieve imponía una capa más mullida que la arena del desierto y el césped verde del campus.

 

El lugar parecía vacío y un extraño juego de luces me llamó la atención. Quizá por haber estado más pendiente de la construcción o del frío que ahora comenzaba a calarme los huesos, no podía decirlo, no había notado que en medio del jardín había un portal abierto. Solté un gruñido de queja por lo bajo. Báleyr y Amara me habían hecho atravesar esos portales al menos unas diez veces y tener que volver a sentir la sensación de agua fría en mi cuerpo al hacerlo no era una sensación que quisiera repetir. Quizá podría dejarle una nota... ¿Eso podía hacerse? No, seguro que Suluk Akku terminaría por darme un intento fallido si salía huyendo como una cobarde por un simple portal.

 

Así que suspiré, resignada y esperando no encontrarme con ninguna sorpresa desagradable, atravesé el portal. Como era de esperarse, una capa de fría agua (aunque no era agua y no me mojó), atravesó mi cuerpo, propinándome calosfríos por todos lados y aterricé en un lugar inesperado. Era normalmente buena para ubicarme en Londres, en Irlanda y en algunos otros países que había visitado recurrentemente, pero aquel paisaje no me resultaba normal. Más a más, allí había otras personas presentes. Tres hombres y una mujer.

 

-Oh, lamento interrumpir- hice una inclinación de cabeza hacia la anciana que en aquel momento estaba hablando-. Hola a todos- no tenía idea si la Arcana era partidaria de alguna formalidad en particular, pero estaba segura de que a nadie le gustaría que interrumpieran su clase. Esperé a que Mei (sí, la conocía), terminara de hablar y luego carraspee levemente para no ser descortés-. Soy Cissy, Maestra Akku. Disculpe la intromisión pero en su casa no había nadie- un viento helado se levantó y me tomé de los brazos por instinto.

 

Ojalá hubiera elegido algo más abrigado. ¿Pero quién se iba a imginar que estaríamos en... aquel lugar tan frío? Bueno, sí, la residencia de la Arcana era fría pero pasando el jardín existía todo un clima cálido en la Universidad. Allí, sin embargo, hacía mucho frío. Miré alrededor. Unas enormes montañas y un lago donde había un cisne. Era algún lugar de América, sospechaba. Sin poder contener los calosfríos, busqué en mi bolso con hechizo expansor y encontré la capa con bolsillos de piel de Moke que había comprado hacía muchos años atrás; la coloqué sobre mis hombros y el alivio fue inmediato.

 

No sabía qué más agregar a lo que había dicho. ¿Le habrían avisado a la Arcana sobre mi? Parecía que tenía suficientes alumnos como para no desear uno más, así que esperé. Quizá me dijera que regresara en otro momento.

[Suluk Akku]

El Tonks había reaccionado por fin, Suluk entendía la razón por la cual no había hecho lo indicado pero no podía volver a ocurrir. La Arcana no pensaba estar en dicho lugar durante mucho tiempo, tenía muchas cosas para realizar y viajar para experimentar con el clima o crear nuevos artefactos para controlarlo era una de sus actividades favoritas - Claro, escuché el nombre - La líder de la Orden del Fénix había logrado atravesar el portal, pero una nueva bruja las interrumpió. Suluk suspiró para no perder la paciencia, seguramente tendría que hablar con los Directores para evitar tener grupos tan grandes.

 

- Me preocuparía que hubiese alguien - Su casa siempre estaba protegida y nadie se atrevía a entrar, el control de la anciana sobre el clima era tan grande que podía reflejarse en su casa totalmente encantada y llena de magia. Era una fortaleza helada a la cual solo podían ingresar quienes ella deseaba y definitivamente no quería invitar nuevamente a sus estudiantes, la última vez le habían dejado mucho desorden y algunos ni siquiera le habían ayudado con la comida.

 

- Muy bien, ya que llegaron juntas podrán realizar todo al tiempo - Esta vez habló sin mirar a una de las dos brujas, ambas tendrían la misma actividad aunque todavía no había decidido qué realizarían. Suluk pensó en lo interesante que sería volar como una gaviota ártica pero no podía realizarlo en dicho momento o quizás sí para poder analizar el desarrollo de sus otros tres estudiantes, los podía observar a través de sus mentes pero siempre era mejor verlo con los ojos y no como imágenes mentales.

 

- Hay una cosa que siempre acostumbro a preguntarle a mis estudiantes y esta vez no será diferente - La mujer necesitaba conocer un poco sobre su pasado y su experiencia con la habilidad para determinar qué harían - No sé si este clima sea el más apropiado para ustedes, así que necesito un poco más de información. ¿Cuál es su forma animal? También me gustaría que me cuenten una situación en la que hayan tenido que adoptarla - Por ahora esa sería su única actividad pero necesitaban ser muy específicas si querían continuar en su aprendizaje.

 

- Los espero muy pronto - El mensaje era para los tres hombres que las acompañaban en la clase, el tiempo que les había dado era más que suficiente y tendrían que regresar para continuar con las siguientes actividades o con la prueba si estaban completamente preparados para realizarla.

[Cissy Macnair]

¡Ups! Pensé, pues la molestia se notaba en la expresión de la anciana. Cualquiera hubiera dicho que prefería encontrarse en su casa, rodeada de sus cosas, en vez de tener que estar con varios estudiantes que parecían bobalicones frente a ella. Me sentí intimidada, tanto como cuando había conocido a Báleyr. Al menos Amara poseía más paciencia que Suluk, pero no quería compararlos, después de todo, los Arcanos habían nacido, se habían críado y crecido en circunstancias completamente distintas cada uno de ellos, el único punto de comparación que tenían es que daban clases en el Ateneo de Habilidades.

 

-Un hurón, Maestra Akku- respondí antes de que Mei pudiera abrir la boca-. Hasta ahora sólo he podido convertirme una vez y no creo que haya sido del todo bien hecha la transformación, ya que sólo conozco lo más básico sobre la habilidad- me ruboricé a pesar del frío o quizá fuera por el frío mismo también que mis mejillas ya estaban coloradas-. Fue hace un tiempo, cuando me estaban persiguiendo un grupo de bandidos en el Callejón Diagon. Terminé metiéndome en un callejón sin salida y cuando me entró el pánico, simplemente cambié a la forma de un hurón y encontré un pequeño agujero una pared donde poder colarme- fruncí el ceño. Aún recordaba lo asustada que debía haber estado para hacerlo.

 

¡Qué tonta había sido por dejar la varita en el Pandora's! Simplemente había pensado que salir a tomar un poco de aire no acarrearía nada malo, pero me había perdido completamente en mis pensamientos y, de un momento a otro, me habían acorralado un grupo de borrachos babosos. Si hubiera tenido la varita, era más que probable que hubiera terminado atacándolos a todos, pero qué impotente me había sentido al comprobar mi olvido. <<La única vez>> pensé, en que mis instintos más naturales me habían ayudado. A pesar de eso, nunca más había conseguido transformarme y creía que era porque me faltaba mucho que aprender sobre la transformación misma.

 

Suluk Akku, entonces, se dirigió a los otros chicos que estaban con ella y les dijo algo que me sonó ambiguo. ¿Acaso ellos estarían listos para tomar la prueba? Ojalá hubiera podido acudir antes, quizá hubiera aprendido algo sobre lo que ellos hacían. Bueno, ahora tendría que hacerlo con Mei.