Castillo Ivashkov (MM B: 106154)

[Zack Ivashkov]

Estar ocupado era su hobbie favorito. En su vida no había espacio para el aburrimiento, pues el reducido tiempo libre lo desperdiciaba en buscar el equilibrio en su interior, le gustaba creer que era la manera que tenían los vampiros de dormir. Pero ahora que su agenda se libraba de tanto peso estaba considerando una propuesta bastante especial, a una persona el doble de exclusiva que la misma actividad que tenía en mente. No, no, Liam todavía no se ganaba ese puesto. De hecho, nadie aparte de su familia.

Con el agua tibia acariciando la desnudez de su cuerpo desperdició media hora planeándolo todo para su siguiente distracción. No podía ser tan preciso, pues al final las cosas se daban como el destino lo decidía, y poca era la conexión que tenía con Voldy como para consultar qué tan bien se le daría todo. Así que decidió dar el primer paso sin ver más allá de la alucinante idea. Dio por finalizado su baño relajante y salió de la tina empapando todo a su paso.

De vuelta en la habitación desplazó una toalla por cada uno de sus músculos y posteriormente los cubrió con un atuendo casual que consistía en una camiseta azul, jeans a juego y zapatos deportivos. Peinó su cabello utilizando las manos como peine y se detuvo en la puerta, esbozando una sonrisa traviesa con vista a las escaleras. Estaba radiante, y no solo por la pulcritud que le ofreció el baño, sino por la incontenible felicidad que le provocaban sus pensamientos. Tendría que controlar la ansiedad antes de revelar el secreto.

—¡Estuvo increíble! Aunque me perdí parte de ella sé que todo salió perfecto — dijo en voz alta en cuanto llegó al comedor. De camino pudo escuchar la interrogante de Alyssa sobre la boda de Leah y Tauro. Antes de que la pareja o Lyra, pudiera responder, lo hizo él con tono divertido. No es que lo fueran invitado a la velada, pero ya qué, él mismo se hizo parte de la manera más informal posible —. Por cierto, me alegra tenerlas en casa, chicas. Y también es un placer verlas a ustedes, ahora es todo un desafío coincidir — añadió desplazando la mirada desde su prima a la líder mortífaga.

—Lamento interrumpirlas, solo vine para hacerle una consulta rápida a Leah — explicó procurando ser lo más rápido posible para no tener que retrasar ni ser partícipe de las conversaciones de mujeres. Aunque al principio planeó decírselo a solas, tendría que hacerlo de inmediato sólo para ver si concretaba el viaje o tendría que deshacerse de todas las ilusiones que él mismo se había hecho. Así que se acercó a su prima y lo soltó.

—Al norte del sur hay un país increíble, aunque insignificante para muchos. Pero está en mi lista de lugares por visitar, y me han dicho que tú lo frecuentabas en tus tiempos de zo… soltería— tuvo que contenerse esbozando una sonrisita antes de soltar una obscenidad delante de su esposa y las otras dos féminas —. En fin, ¿te gustaría darme un recorrido por Caracas? — cuestionó sin soportarlo más. Les vendría bien un tiempo juntos, solos… sin el bando, Tauro, o el dolor del Concilio. Dependía de ella aceptar la invitación.

No puedes decir que no. Me voy mañana

[Lisa Weasley Delacour]

- Expecto Patronum

Pronuncie con seguridad. Miles de hilos blanquecinos conformaron la forma de un bello hipogrifo. Este no se volvió corpóreo. Enorme y de aspecto temible. Lo mire con orgullo. Aquel animal era mi tótem, salia directamente de mi alma, mostrando al mundo mis sentimientos e ideales. La criatura me regalo una reverencia en señal de respeto y en cuanto se la devolví, supo bien a quien tenia que avisar. Mei. Hacia tiempo que no no veíamos, amen de que habíamos discutido, no obstante, ella era mi pilar en la vida y mi mejor amiga. La mejor forma de retomar el rumbo de nuestra relación era salir a cazar. Nos complementábamos al cien por ciento, desde que yo era una simple aspirante. Ahora como demon hunter, seria incluso mas fácil.

Portaba en mi anatomía una túnica negra, la cual ocultaba mis facciones también. Debajo de esta vestía de forma casual, como me gustaba; un pantalón vaquero roto en algunos p*** y una camiseta de tirantes en tonalidades burdeos. Botas altas de cuero y un colgante e forma de lobo. Aquel dije de plata era de las cosa mas importantes que tenia. Era mi unión con la manada que comandaba. Sonreí con euforia, al sentir la adrenalina que circulaba por mi torrente sanguíneo. Me gustaba lo que hacia, había nacido para ello. A cincuenta metros de la verja que separaba Ottery de la caseta derrumbada que me servia de traslador a Rumania, esperaba paciente por la Delacour. En cuanto sentí su presencia, me encamine hacia lo que seria mi destino. Toque una de las tablas de madera y al segundo aprecie como la magia fluía hacia mi tierra.

Pocos segundos después y algo mareada, hacia acto de presencia a veinte metros de la verja del castillo Ivashkov, en Rumania. La castaña se hallaba conmigo, a mi lado. Me carcomía por dentro que mi país tuviese que soportar a aquella gentuza viviendo allí y la fémina lo sabia, pues su mano apretaba con severidad mi hombro, recordándome las lecciones que ella misma me habia dado en su tiempo – Te cedo el honor – Debíamos abrir la verja o explotarla para ingresar a la propiedad y que mejor que la argentina para hacerlo con estilo - Pero no causes demasiado ruido, quizás se levanten con dolor de cabeza – El castillo estaba lejano, pero igualmente los mortifagos siempre encontraban la manera de inculparnos las cosas que ellos cometían a diario.

[Mei Black Delacour]

El patronus con forma de hipogrifo irrumpió en la sala en la que se hallaba mientras leía una carta proveniente a Elodia y a ella misma. En un principio no le había prestado demasiada atención al patronus dado que había quedado en shock y bastante sorprendida con la carta, pero en cuanto oyó que quien le hablaba era la voz de Lisa, solo en ese momento se centró en lo que el animal de aspecto fantasmal tenía para decirle.

 

–Bien, aunque sigo un poco enojada contigo… – le habló al hipogrifo, aunque sabía que éste no le respondería ni llevaría un mensaje de regreso – pero tengo ganas de utilizar un poco mi varita.

 

Se puso en pie entonces, dejando la carta en un lugar bien visible para que Elodia la viera en cuanto llegara y se fue en busca de su capa de viaje. Se la colocó, cubriendo por completo el atuendo que llevaba por debajo -un vestido corto y pegado al cuerpo y unos zapatos a juego-, y llevó a su varita justo por delante de su rostro en un acto reflejo. Pero se detuvo en cuanto se percató de lo que estaba por hacer.

 

–Vaya – murmuró, riendo a su vez y bajando a Aukan –. Cómo cambian las cosas…

 

Y sonrió, sintiendo que por primera vez mostraría su rostro, de forma muy orgullosa ante una situación de batalla. Claro, si la situación derivaba en ello.

 

Desapareció entonces, reapareciendo a unos diez metros de una vieja y destartalada casita de la cual tocó sin dudar las verjas de entrada y fue trasladada hasta el castillo Ivashkov junto a Lisa, quien la había esperado allí para ir juntas.

 

–Sólo la mansión Malfoy se lleva el placer de que le explote sus verjas para poder entrar – dijo, riendo por lo bajo y moviendo la varita para abrir las verjas fácilmente.

[Lisa Weasley Delacour]

Sonreí al escuchar la respuesta de la castaña. Tan egolatría cuando quiere, pensé, pisando con firmeza y no por primera vez la propiedad de la familia Ivashkov. Caminamos un poco, hasta dar con la entrada principal. Yo me mantenía reacia a entrar, prefería campo abierto siempre. Aunque y si la Delacour me lo pedía, ingresaría con ella a donde fuese. De momento, lo ideal era crear algún tipo de defensa.

- Corpus patronus – Como había sucedido antes, miles de hilos conformaron la forma de un animal. Brillaban como si fuesen de plata. En un instante lo que parecía ser solo una voluta de humo, tomo la forma de un hipogrifo, el animal se volvió tan corpóreo y real como yo misma. Erra enorme, como de dos metros de alto. Me sacaba cabeza y media. Imponía, con sus garras fuertes y el afilado pico que abría y cerraba probando su fuerza. Era de un pelaje grisáceo, con manchas blancas. Tan dual como yo misma. Se movió cuando estuvo totalmente consciente de su poder. Su misión seria sencilla; protegerme de todo lo que se enviase en mi contra. Se situó a mi derecha, a no mas de tres metros de mi figura. Sus ojos verdes incidieron en los míos. Su lealtad, arrojo, fuerza y valentía no distaban mucho de los míos. Era veloz, ágil y podía volar.

- Morphos – Dije, apuntando a una roca del camino empedrado. Esta muto, transformarse instantáneamente en una araña. Una viuda negra con ponzoña mortal. El animal, ante una orden mental miá, se perdió por el alto cesad que rodeaba la edificación. Atacaría si yo se lo ordenaba. Nadie mas sabia donde estaba. Su veneno se incrustaría en el torrente sanguíneo de mis enemigos para que estos acabasen sin vida. Era una suerte contar con el anillo que una de las cátedras adjuntaba, pues a mi nada de aquello podría afectarme. Me tense al sentir en mi propia piel como el viento aumentaba de intensidad. Era una sel. La batalla pronto comenzaría.

Murmure un claro - Me alegro de verte cari.

[Mei Black Delacour]

Entró de forma decidida, caminando en dirección a la entrada del castillo por los jardines delanteros, pero en cuanto vio la estructura por delante de ella a unos metros de distancia, se detuvo. Observó todas las ventanas de aquella cara visible, tratando de encontrar a alguien, pero parecía estar muerta.

 

Mientras lo hacía, oyó a su mejor amiga comenzar a recitar algunos hechizos ya conocidos para ella, pero no le prestó demasiada atención, pues aún se mantenía alerta. Dudaba que los mortífagos aparecieran, su cobardía había llegado al límite de esconderse tras la fachada de “civiles inocentes” y se dedicaban a intentar señalarlos a ellos para manchar su figura y reputación. Por un momento el nombre de un viejo mortífago se le vino a la mente y se percató de cuánto habían cambiado desde aquel hombre hasta los de ahora. Mucho, pero en parte para bien de los objetivos de la Orden del Fénix, a fin de cuentas ya parecía que no atacaban a nadie.

 

–Una ronda nocturna, ¿crees que se pongan como locos si dejamos un fénix por acá? – comentó, mirando a su alrededor – De seguro saldrán con el cuento de “invasión de propiedad” y el típico “destrozos a la morada”. Son bastante predecibles – comentó como quien no quería la cosa y alzó la varita en el aire.

 

Comenzó a moverla de forma grácil, marcando a fuego vivo en el cielo unas palabras y una imagen que permanecería allí durante un largo rato, aunque sin hacer daños ni destrozos algunos a el jardín o algo que pudiese llegar a preocupar a los primitos Ivashkov.

 

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[Lisa Weasley Delacour]

Entendí el mensaje a la perfección, aunque este no fuese dicho verbalmente. Eras lo que demostraba al mundo la conexión que nos unía a la Delacour y a mi. Habíamos hecho nutro trabajo; custodiar y ver todo estuviese en orden y lque los mortifagos no estuviesen atacando a ningún civil. De cierta manera necesitaba un poco de acción, no obstante, el saber que la luz estaba tomando terreno a la oscuridad me valía para sonreír un día mas. Era por lo que luchaba constantemente. Me encamine hacia la verja, caminando con tranquilidad aprendiéndome de memoria cada recoveco de aquel extenso jardín. Ahora se estaba y mantenía tranquilo allí, pero nunca se sabe a ciencia cierta que sucederá mañana. Mi hipogrifo mee acompaño. A mi y a Mei y cuando estuve a veinte metros de la verja, donde los conjuros anti aparición dejaron de hacer efecto, gire sobre mis talones y desaparecí de allí en dirección al cuartel general de mi amado bando, dandole las gracias a mi lider y meejor amiga por su compañía y entrega.

[Mei Black Delacour]

Bajó la varita, viendo su propia creación, y sonrió, satisfecha.

 

Permanecieron por un momento allí, unos minutos más, sólo por si acaso, pero al parecer aquella sería una noche tranquila. Y el pasar del tiempo se lo confirmó. Nada apareció, ni nada sucedió.

 

Le dirigió una rápida mirada hacia la Weasley, la ahora Demon Hunter más activa de la Orden del Fénix y sólo eso bastó para entender su mensaje. La verdad ya no quedaba mucho más por hacer allí, no entrarían al castillo, no en aquella ocasión, tenían otras cosas que hacer también y no podían perder tiempo con eso. Además, una curiosa carta la estaba esperando, y de seguro ahora Elodia también.

 

Deshizo el camino que había emprendido en un inicio hasta llegar a la verja y salió, y justo antes de que Lisa desapareciera del lugar, le echó una mirada curiosa al hipogrifo que había invocado y le dedicó unas palabras.

 

–Deberías aprovechar un poco más tus poderes.

 

¿La escuchó? No estaba segura, pero sin detenerse a pensarlo demasiado y estando ya en área libre, desapareció para dirigirse a un nuevo destino lejos de allí.

[Leah Snegovik]

—¿Cómo no aceptarte? —negó con la cabeza de solo imaginar algo similar justo después de que Lyra dijera sus palabras tras el brindis—. Es una tontería, cuñada, siempre serás más que bienvenida y créeme que Zack estará más que encantado de modificar el árbol, aunque creo que ya se modificó solo.

 

En ese momento, como si lo invocara, su primo apareció de la nada un poco demasiado airado para su gusto. Alzó una ceja al verlo, interviniendo en el comentario de Alyssa y poco después, mirándola como si quisiera decirle algo. Consideró pedir una disculpa y retirarse un segundo para que le dijera lo que fuera que considerara tan importante como para decirlo en medio de la comida, pero como ya había pensado, Zack tenía las baterías recargadas y lo soltó delante de todas.

 

Su petición la tomó por sorpresa, haciendo que abriera mucho los ojos. ¿Venezuela? ¿En serio? Pestañeó un par de veces, procesando la información y mirando en sus ojos algo que no veía hacía mucho tiempo, una necesidad de compartir algo juntos más allá del bando o sus prioridades familiares y una sonrisa se dibujó en sus labios. Antes de responder, miró a Tauro para pedir su silenciosa opinión y como esperaba, la respuesta fue afirmativa. Cuando volvió a mirar a Zack, estaba decidido.

 

—Me parece una idea excelente, estoy segura de que te encantará. Además, te arrepentirás de no haberlo recorrido en tu tiempo de zo...soltería —le lanzó una mirada significativa y lo hizo sentar con un ademán, pues no lo dejaría fuera del almuerzo por más apurado que estuviera.

 

Si había algo sagrado en la Ivashkov eran esos escasos momentos donde los ocupados miembros de altos puestos, ya fueran ministeriales o de bando, podían sentarse a tener una charla tranquila sobre cosas sin demasiada importancia. Por supuesto, lo que estaba a punto de comentar era la cosa más importante que había hecho en su vida. Dio un trago a la copa y retomó la conversación con Alyssa, pasando una mano por debajo de la mesa hasta hallar la mano de Tauro.

 

—El castillo fue construído hace varios siglos por nuestros padres aquí en Transilvania. Eran vampiros, así como lo de los viejos cuentos de terror —rodó los ojos—, por eso es que todo está adentro, para evitar el sol. Pensamos casarnos en Rusia pero no fue posible, el Servicio Administrativo del Wizengamot es tan inservible como los Warlocks en sí, por lo que no pudimos alquilar lo necesario... Pero bueno, quizás podamos renovar allí nuestros votos el año que entra —miró a Lyra con cierto reproche—. Espero que a esa sí asistas o no te dejaré arañar más muebles que el de la salita.

 

Dejó escapar una risita, donde dejaba muy en claro que no todo el tiempo era la sanguinaria mortífaga de las batallas y se olvidó del asunto de su propia boda, empezando a comer un poco de lo que había servido antes en su plato.

 

—¿Qué tal ha estado tu regreso, Aly? —cuestionó, después de meterse un bocado a la boca. Al terminar de tragar, miró a Lyra—. Estoy ansiosa por conocer a Lionel, ¿qué parentesco tendremos? Soy un poco mala con estas cosas, ya se podrán imaginar el enredo que tengo ahora que mi sobrino sale con mi primo.

 

@@Alyssa Black Triviani @@Lyra Katara Selwyn @@Zack Ivashkov

[Lyra Katara Selwyn]

Sonreí ante la contestación de mi cuñada, realmente me hacian sentir bienvenida en esa familia.

 

-Ustedes conocen mi situación y lo que paso con la otra familia que tenía, por lo que el no ser aceptada en una no seria nada nuevo.- Bromeé. Esta vez no me dolía hacer ese comentario.-Me siento bastante a gusto aqui, asi que me acostmbraré de nuevo a esa sensación de ser parte de una familia, es agradable.

 

Zack llego en ese momento, por lo que parecía bastante emocionado con un viaje que planeaba hacer. ¿Cuál era mi parentesco con él? Intente no pensar en eso.

 

Escuché con atención la explicación que le daba Leah a Alyssa sobre el castillo, la cual me encantaba. Nunca había sido una persona que gustara mucho del sol, por lo que para mi mejor si se evitaba. Me encontraba tranquila hasta que escuché el reproche de mi cuñada.

 

-No puedes hacerle eso a un gato, cuñada linda. Sufriría si no lo dejas arañar sus muebles favoritos o cortinas. - Comenté, moviendo la cabeza negativamente.-Protmeto que esta vez, vaya quien vaya iré a su renovación de votos. Iremos, llevaré a Lionel también, obvio.

 

Di un trago a la bebida que tenía y comía un poco también. ¿Desde cuándo no comía?

 

-Lionel esta haciendo unos arreglo. Decidimos cerrar el castillo de la familia, era mucho para los dos, y aprovechamos una cabaña que tenemos en Chroockshanks. No es cualquier cabaña, algún día deberían conocerla.- Comenté orgullosa.-Pero vendrá pronto. En cuanto a parentescos, ni siquiera he logrado descubrir el que tengo con Zack. De Lionel, solo sé que es sobrino de Tauro, pero eso es fácil. ¿No eres su tía?

 

Miré a Alyssa y a Zack en busca de ayuda, antes de que me diera dolor de cabeza al hacerme lios con esa cuestión. Recorde otra cosa que quería preguntar.

 

-¿Qué tan seguros es el bosque del castillo? Quisiera traer a un par de visitantes especiales en la zona, pero sin romper el estatuto del secreto, para que los conozcan.- Comenté. -De preferencia antes de enviarlos a la reserva de Rumania, afortunadamente, con el haz de la noche puedo ir a verlos más fácilmente.

 

Sabia que los presentes estarían acostumbrados a los dragones gracias a los creados por mi hermana, no comprendía el porque pero me la imaginaba invocando a aquellas mascotas. No estaría mal que conocieran al resto de la familia y de una vez a Lionel.

 

De todas formas debía investigar como reaccionarían a la propuesta, algunos no les tenían mucho cariño a esas adorables criaturas.

 

@@Alyssa Black Triviani @ @@Zack Ivashkov

[Maida Black Yaxley]

Ni siquiera Maida misma estaba segura de cómo había dado con el Castillo Ivashkov, se había pasado la mayor parte del camino pensando en la última colección de Ivanno, una casa de moda italiana bastante exclusiva y el mago que había conocido en el tren. ¿Qué posibilidades había de volverlo a ver? A cómo iba su suerte, muy pocas, seguro, pero bueno. Luego de tanto ajetreo y de posponer tantas veces el regreso a Ottery, ahí estaba, frente al castillo dónde seguramente sería recibida por su madre. Aquellas vacaciones se habían hecho más largas de lo esperado y llevaba casi un año sin verle el rostro a la animaga.

 

Se tomó otro tiempo prudencial para pasear por los jardines e intentar recordar las instalaciones que no había extrañado, se preguntó seriamente si la servidumbre había cambiado y si la reconocerían. Cuando se fue del lado de su madre, vestía como una niña atrapada en los años veintes, vestidos recatados en tonos pasteles y el cabello castaño recogido en una cola alta y juguetona. Ahora venía como una chica parisina de postal, con el cabello suelto enmarcando sus facciones bajo una boina de pana y enfundada en un saco rojo.

 

Solo había pasado un año, pero cuánto había cambiado.

 

— ¿Estará en casa la señora Lyra? —preguntó en cuanto un elfo hizo acto de presencia apenas ella cruzó el umbral rumbo al recibidor.

 

Se sentía ligeramente nerviosa, estaba segura que era una sorpresa positiva para su madre, pero de todas maneras, no había enviado siquiera una lechuza en todo este tiempo, para Lyra, la ojiazul podía bien estar en medio de Albania en este preciso momento.

 

@@Lyra Katara Selwyn