Castillo Ivashkov (MM B: 106154)

[Emilia Malraux]

Los pasos de la pelirroja resonaban en esa cabaña que se encontraba en Ottery’s, el suelo enmohecido daba el olor de antigüedad y peligro en aquel lugar que era la entrada a su hogar, una sonrisa torcida curvo sus labios cuando tocando la madera fue transportada a Transilvania hogar de sus padres y el castillo en el que ella vivía desde hacía algunos años.

 

No pudo evitar cerrar los ojos dejando que sus fosas se llenaran de aquel aire cargado de misterio y antiguas leyendas mientras avanzaba hasta el umbral del castillo, donde no tardó en ser atendida por Athos, su elfo el cual abrió las puertas dándole la bienvenida a casa. Todo parecía estar igual a como lo recordaba, un castillo con amplios pasillos y hermosos salones que en algún momento de su pasado fueron los protagonistas de bailes de sociedad.

 

Pero a decir verdad en ese momento no estaba de humor para contemplar la belleza del lugar donde vivía más de lo necesario, pues su mente estaba centrada en aquella noticia que había llegado a sus oídos, y que no le había agradado del todo. Sabía que su hermana pensaría igual que ella y más cuando ambas hijas de Leah habían faltado al compromiso sin recibir ninguna invitación.

 

- ¿Dónde esta mi madre Athos?- dijo la pelirroja mientras esperaba la respuesta del elfo que seguía de pie mirándola con sorpresa - vamos dime donde esta Athos- iba a decir algo mas pero en ese momento el timbre volvió a sonar, dejando a la vista a una muerta en vida - Circe..- dijo saludando sorprendida a su hermana.

@@Circe Atkins C. @

Editado 31 de Agosto del 2016 por Emilia Malraux

[Circe Atkins C.]

Atónita pero sobre todo decepcionada.

 

Eran varios sentimientos entre mezclados los que tenía, pero esos dos ganaban ante la noticia que había llegado tan solo hacía un par de días, era inaudito lo que estaba leyendo en esa carta anónima, ¿su madre casada?. Aún recordaba como esa carta "rompe momentos" como le puso la rubia, llegó a sus manos arruinando su pacifica vida, porque si, Circe Ivashkov tuvo la decisión de dejar todo aquello que amaba en antaño.

 

Dio un pequeño suspiro mientras caminaba por las calles de Ottery dirigiendo sus pasos al Castillo Ivashkov, tenía que saber si ese casamiento era cierto y el porqué nunca recibió invitación de tal acontecimiento importante, hasta recordaba que casi se desmaya; la rubia no era de demostrar sus sentimientos y muchísimo menos con su madre, pero no por ello le agradaba saber que no era importante para Leah para no invitarla.

 

―Si la veo, de seguro terminaré peleando. ―Musitó con desgana al imaginarse la situación. No importaba, ya estaba en la inmensa puerta de ese castillo, no se podía dar marcha atrás y tampoco es que quisiera hacerlo realmente.

 

Puso a un lado sus maletas y tocó el timbre esperando que alguien le atendiese, cosa que pasó rápidamente aunque no pudo evitar poner una cara sorprendida al ver quién fue la persona que le abrió.

 

―Emilia... ―Susurró apenas en un hilo de voz. Sin más apareció su duende Syna quien tomó sus maletas.― Syna, llévalas a mi habitación por favor. ―Entró haciendo de lado a su hermana, a pesar de que le había extrañado horrores no lo iba a demostrar, su orgullo no se lo permitía.― Vine por un simple motivo, no daré vueltas he iré al grano. ¿Qué significa eso de que nuestra madre se casó? ―Preguntó un poco irritada y es que, lo estaba.

 

Se sacó su sombrero blanco y cruzándose de brazos esperó la contestación de su hermana. Quería respuestas y las obtendría en esos momentos.

 

―Mejor dicho, ¿dónde está ella? se lo preguntaré directamente. ―Dirigió su vista a Emilia mientras se acomodaba su vestido blanco.

 

@@Emilia Malraux @

[Emilia Malraux]

¿La había extrañado? Muy para sus adentros Emilia sabía que su hermana era parte fundamental de su vida y la había extrañado pero jamás se lo diría, A veces el orgullo era más fuerte que el aprecio y eso era algo que pasaba con mucha frecuencia entre ambas, Pero aun así agradecía la presencia de la rubia que al parecer estaba tan enojada como ella al enterarse de la boda.

 

- me temo querida hermana que hemos venido por la misma razón- dijo la pelirroja con cierto aire de fastidio y enojo al pensar en cómo había reaccionado cuando le anunciaron aquel compromiso, miró a su hermana unos segundos antes de girar el rostro a su elfo que desapareció con sus maletas en cuestión de segundos dejándolas solas - Si supiera donde está ya le estaría gritando por la desfachatez que tuvo, creí que al menos tu habías sido invitada- su tono de voz rasgaba en lo colérico - No sé qué pasaba por su mente o si el amor le fundió las neuronas, pero madre nos debe una explicación y creeme no me ire sin respuestas-

@@Circe Atkins C. @

[Circe Atkins C.]

Hizo una mueca de desagrado ante las respuestas de Emilia, eso no le ayudaba en nada para saber el paradero de su madre, aunque bueno, podía gastar su tiempo en molestar a su querida hermana, ya lo pensaría bien...

 

―¡Já! No puedo creerlo, no solamente no nos invita sino que la desvergonzada ni siquiera nos viene a saludar, para colmo no se sabe quien demonios es su pareja. ―Hizo un ademán con la mano en signo de molestia.― Hermana, mejor no grites o lo único que lograrás es romper los vidrios del castillo con esa voz chillona que Merlín te dio. ―Intentó aguantarse una carcajada ante su propio comentario.

 

Lo admitía, extrañaba muchísimo el molestar a esa fémina de misma sangre, por supuesto que se lo haría saber con sus comentarios despectivos.

 

Miró a su al rededor hasta encontrar un pequeño sofá donde se sentó con las piernas cruzadas. Esperaba que Leah hiciera acto de presencia lo más rápido posible pero de mientras de divertiría con su hermana.

 

―Tampoco me iré sin respuestas aunque eso signifique tener que respirar tu hedor. ―Le sonrió socarronamente.― Supongo que valdrá la pena pero... Cuéntame, ¿qué es de tu miserable vida, hermanita querida? ―Enfatizó lo último con veneno. Si lo pensaba con detenimiento, ¿por qué no hacer un poco de drama antes del drama mayor que le haría a su madre? no era mala idea.

 

@@Emilia Malraux

[Emilia Malraux]

Ese día estaba resultando de lo más molesto para la pelirroja que se encontraba atrapada en ese instante con su hermana, el tiempo corría y su madre no se dignaba en aparecer por lo que a Emilia no le quedaba de otra que matar la espera metiéndose con su hermana que al parecer había pensado lo mismo que ella.

 

- Oh mon chéri, ya quisieras tu una voz como esta, pobrecita con esa voz de troll yo también sentiría envidia- dijo tras una carcajada -Agradezco a merlín por ella, ya que va acorde con el don que me fue dado en la música, lo sabrías si tuvieras uno más interesante que el roncar en escalas cada noche con esa voz l- le guiño un ojo a su hermana mientras se apoyaba en la pared contemplándola con una sonrisa socarrona.

Extrañarla era poco, pero no se lo pensaba decir y esperaba con sus actos de desprecio la rubia entendiera sus palabras de cariño, acomodo su melena cobriza en uno de sus hombros mientras le daba suspenso a la situación haciendo esperar a Circe sus tan ansiadas respuestas. Si ambas iban a estar juntas en la misma habitación disfrutaría cada segundo de suspenso hacia su hermana.

 

- no confundas mi “hedor” con el tuyo propio hermanita, cuéntame te dio tiempo acaso de bañarte hueles a Sexo y a que llevas días sin una ducha- hizo ademan de alejar el aire que llegaba a ella solo para caminar hasta el sofá contiguo al de ella y sentándose con parsimoniosa calma curvo sus labios en una sonrisa satisfactoria al decir - estuve de viaje, un rato por acá y por allá ya sabes lo cotidiano además periódicamente tengo que regresar no querrás que tu hermanito saboreo cada palabra - Mi querido Hades este mucho tiempo lejos de su novia no?- sabía que a su hermana la noticia le caería como un balde de agua.

En cuestión de segundos Emilia gozaría en primera fila uno de los más comunes estallidos de malcriadez en los que su hermana era diosa - Oh, vamos circe cierra la boca no querrás que entren moscas en esa sensual boquita-

 

@Cirse Atkins C.

[Leah Snegovik]

—¿Las tres? —si el Squib no hubiera estado temblando tanto, seguramente le habría creído menos—. Maldición.

 

Suspiró con agotamiento y se giró para ver a Tauro, que alzaba ambas cejas como quien no entiende nada. Y era comprensible.

 

—Ashura, Emilia y Circe. Las tres están abajo —alzó la mano izquierda, presionando su sienes con los dedos pulgar y medio—. Si escuchas explosiones, no bajes, prefiero que las conozcas en mejores circunstancias.

 

Por un segundo parecía haber ganado unos cuantos años más, aunque todo rastro de cansancio se borró de sus facciones al ver la expresión divertida de su esposa. Le sacó la lengua como si de verdad estuviera ofendida y luego notó que el Squib seguía ahí. Si hubiera sido una persona normal, lo habría despachado con cierta hostilidad, pero como no era normal lo que hizo en realidad fue darle tal cachetada que fue un milagro que el hombre se mantuviera en pie. Sin decir nada, salió de la habitación con la mano en la mejilla y la rubia, negando con la cabeza, desapareció haciendo su túnica escarlata ondear.

 

Como matriarca, no era ninguna novedad que apareciera en cualquier lugar del castillo de un momento a otro. Por ello, esperaba no haber matado de un susto a nadie cuando al llegar al salón se encontró no sólo con una, sino con tres de sus hijas. Primero miró el rostro de Circe, tan similar al suyo que casi era doloroso a la vista, después miró a Ashura que estaba tranquila con la compañía de su gato y por último, miró a Emilia. La primera y la última, como siempre, discutían y cuando rodó los ojos, quedó muy en claro quién de las tres era la favorita para la herencia familiar cuando alguien se dignara a matarla de verdad.

 

—De no ser por su tamaño, diría que estoy en medio de la guardería de mamá —avanzó con elegancia hacia el sillón donde reposaba Ashura y se inclinó, dando un beso en su cabeza—. Hija.

 

Posteriormente, decidió que Emilia era la menos violenta entre las dos restantes y fue con ella.

 

—Cariño.

 

Su mano encontró el hueco entre su hombro y su cuello, donde dio una caricia rápida para evitar perder la mano y luego se quedó mirando a Circe, su hija mayor, la que al verla tenía menos caras de querer un saludo cariñoso. Pero, ¿qué más daba? La última vez que la había visto habían tenido la discusión del siglo y por una vez, sintió algo de nostalgia al verla ahí. Sin embargo, se limitó a darle unas palmaditas en el brazo antes de dar un par de pasos prudentes hacia la pared que no estaba ocupada por ninguna de sus hijas. Aunque Ashura parecía tranquila, no sabía qué podía estar pasando por su cabeza, así que era mejor poder mirar a las tres a la vez.

 

—Quisiera decir que las esperaba, pero no es así —recorrió los tres rostros con los ojos y se preparó para la bomba, pues no había engendrado a ningunas catalinas—. ¿A qué debo el honor?

 

@@Ashura Lestrange @@Circe Atkins C. @@Emilia Malraux

[Maida Black Yaxley]

A decir verdad, lo expresado por su hermana y madre la confortaron un poco, al lo mejor eran las circunstancias de su llegada al Castillo lo que motivaban o mejor planteado, desmotivaban sus palabras. Estaba mental y emocionalmente agotada, lo suficiente para incluso ignorar el tema de no haber sabido de la existencia de Eliah hasta esos precisos instantes. Se decía una y otra vez que no estaba por cuestionar a su madre y por otro lado, estaba siempre la tentadora opción de verla en aprietos. No había exacta necesidad de ser crueles, pero si de divertirse un rato.

 

Pronto los elfos trajeron algunos potajes y entre ellos, un plato con unas rodajas moradas del fruto que había solicitado, cogió un tenedor y cuchillo para dedicarse unos minutos a cortarlas en trozos más pequeños.

 

— No, yo no creo que debamos hacerle preguntas Eliah, de hecho no se me ocurre ninguna ahora mismo —dijo comenzabo a sentir la vena traviesa palpitar en su sien—, aunque mmm, veamos, ¿Bulgaria era un país muy grande como para no hacer coincidir a tus dos hijas? Me lo pregunto porque la última vez que revisé un mapamundi no me lo pareció así, pero a lo mejor es sólo que jamás fui buena con la geografía muggle.

 

Decidió no mirar a Lyra mientras se llevaba un trozo del morado fruto a la boca. Le faltaba sal. ¿era real la sensación que tenía de querer asesinar a alguno de esos pequeñajos? Sonrió y miró a su hermana, le parecía que con este ligero cuestionario pornto se harían, mucho antes que amigas, cómplices. Muggles, brujos o demonios, era sabido que es un placer culposo de los hijos, poner en aprietos a los padres.

 

@@Eliah Ryddleturn

@@Lyra Katara Selwyn

Editado 1 de Septiembre del 2016 por Maida SC

[Alexis Miller]

Parece mentira que sea tan difícil

considerar inevitables

las cosas que ya han sucedido.

Henri Beyle Stendhal

 

Es momento, de ir a casa, tantas vueltas que da la vida, de pronto extrañaba todo, las peleas desmedidas con las hermanas, no iba a ser fácil, si divertido, arreglaba mi andar, mis botas gastadas mi vestido oscuro mientras muchas preguntas se me venían a la cabeza, el regreso de la oveja negra, con mi varita en mis botas sin maquillaje y la espera de una respuesta se vuelve un poco vasta, mientras escuchamos el silencio en las calles empedradas de ese camino a mi casa.

Tengo sed. Me acomodo el cabello y miro de soslayo la mansión, hago un ademán con una mano para abrir la reja, y el squib corría a abrir la puerta, por lo demás, yo odiaba las etiquetas, él lo sabía porque no se esperaría más que la bofetada que tenía ganas de darle, pero sale corriendo en dirección a su lugar preferido, huye de mí, mientras pisaba el hall de entrada y los ruidos se habían hecho sentir, palabras… voces todo me parecía tan conocido - ¿reunión familiar?

 

Vamos que reunirnos a todas no requiere de un cuento de hadas... si no de una guerra mundial… algo sucedía lo sé, tanto como la mirada herida de Cirse severa, y de todas las presentes, ladeo mi rostro, y las miro unos momento, sobre todo fijamente a la mujer que nos dio la vida, fría y distante como siempre, hay una ventana, y alfombras rojas, las cortinas doradas y hay maceteros de cerámica pintada con detalles de la época de oro, con grandes arbustos florales que dejan su aroma en el aire, tomo asiento, tocando los bordes del sofá que tanto me recordaba.

 

¿Por qué la ven como si fueran a matarla? ...-le digo a Ashura quien estaba más cerca de mi mirada mientras mi sed, absorbe mis ganas de saber por qué tanto odio, Por unos momentos observo la mirada de Leah, me pregunto sobre sus pensamientos. ¿Qué dice Alexis? ¿La escuchas?... ¿Puedes decirme qué está pensando? El silencio a veces atraviesa atmosferas desconocidas y esta es una atmosfera demencial.

 

@@Emilia Malraux @@Circe Atkins C. @

[Ashura Lestrange]

Observé detenidamente a la recién llegada, aún no conocía a la mayoría de la familia, cosa que me intrigaba bastante. Un incógnito que sin duda había que resolver dentro de mi estancia en el castillo y esta al parecer era una oportunidad única y rara en todos los aspectos.

 

Las otras dos chicas que observaban a mi madre con cierto desdén de odio entre sus ojos provocaba en mí una cierta curiosidad de estudiar las personalidades de cada una, después de todo, era uno de los dones que solía poseer al conocer nuevas personalidades.

 

- ¿Hermosa reunión familiar no? - Exclamé en dirección hacia la recién llegada sin estar segura de cómo llamarla.

 

- La verdad es que no tengo ni idea del porqué tanto odio, yo solo soy una recién llegada - Me incorporé en dirección de Leah.

 

- Madre, por mi no te preocupes, solo he venido a conocerte, es todo, yo no vengo a reclamar nada - Solté observando aquella escena digna de un novio celoso dirigida hacia su novia infiel.

 

- No las conozco, pero estas dos pequeñas parecen un viejo matrimonio a punto de quebrarse, lo digo por las demostraciones de afecto que se tienen cada una, aunque admito que es algo divertido de presenciar. - exclamé divertida esperando a que la situación se relajara un poco.

 

 

@@Circe Atkins C. @@Emilia Malraux @@Alexis Miller @

Editado 5 de Septiembre del 2016 por Ashura Lestrange

[Circe Atkins C.]

Emitió un pequeño bufido ante tanta palabrerías de su hermana, realmente le gustaba gastar saliva.

 

―¿Voz de troll? Te has equivocado con la tuya pero no importa. ―Estaba bastante molesta, cada frase que largaba la fémina hacía que su sangre hirviera más. Quería a Emilia, eso era obvio pero tampoco es que la soportara mucho aunque tenía que admitir que era con la que más congeniaba y terminaba haciendo sus travesuras.

 

La fulminó con la mirada... Oh vaya, si las miradas matasen la pelirroja estaría más que muerta. Se mordió el labio para no soltar un improperio, ¿qué demonios significaba eso?, ¿Hades estaba con esa mujerzuela? lo peor del caso es que no estaba enterada de nada sobre aquel suceso. ¡Maldición! Iba arder trolla en ese instante.

 

―¡Já! ¿Con mi hermano? Te felicito. ―Mencionó con sarcasmo.― Me he bañado querida pero supongo que tener tan buenas noches de sexo tienen sus secuelas, algo que vos no tendrías ni tendrás con Hades... Después de todo, ya lo probé con anterioridad. ―Se relamió los labios disfrutando la cara sorprendida de su hermanita.

 

Como se estaba divirtiendo ante eso y por los dioses que iba a seguir con algo más pero unos pasos interrumpieron todo. Viró su vista y grande fue su sorpresa al encontrarse con Leah, pensaba que no iba a aparecer, que equivocada que estaba; observó todo lo que hacía y hasta ese momento se dio cuenta de la mujer que se encontraba sentada apartada de ellas dos.

 

Dio un pequeño suspiro con un chasquido de lengua. Su madre jamás cambiaría y lo peor, Circe se parecía tanto a ella físicamente que le helaba todos los huesos. En fin, no podía engañar a nadie, extrañaba a la Ivashkov más de lo que quisiese; su último encuentro con ella no había sido muy grato, después de todo la rubia terminó haciendo uno de sus tantos berrinches y en consecuencia una pelea con su madre.

 

―Madre. ―Suavizó su mirar sin poder evitarlo.― Que pregunta tonta, obviamente vine a tener explicaciones del porque no fui informada que te ibas a casar... o mejor dicho, que lo estás y para rematar ni siquiera sé con quién. ―Se cruzó de brazos levantando una ceja. Si le daba una buena excusa tal vez luego le daría alguna muestra de afecto.― Pero lamentablemente me encontré con un troll maloliente en el camino, ¿lo peor? su voz terminará rompiendo los tímpanos de los demás. ―Señaló a Emilia con una muesca de asco.

 

Miró de soslayo a la joven que parecía era su nueva hermana y a Lex, su melliza junto con Isabella.

 

―Veo que el tiempo no te afecta Lex, no has cambiado en nada. ―Sonrió con diversión.― Y... supongo tú eres mi nueva hermana ¿o me equivoco? ―Esta vez se dirigió a la otra chica.

 

@@Ashura Lestrange @@Alexis Miller @ @@Emilia Malraux