Edicto #2 sobre la Educación en las Escuelas Mágicas

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Espere un tiempo a que la Ministra se desahogara. O sea....si yo estuviera en su lugar no lo haría y esperaría a que le explicara mas. Pues ya bien sabia la Sagitas que yo como bien intrigante no daba puntada sin hilo...así que algo mas debería estar cocinándose en el horma de mis grandes ideas. (Si..Si...tengo un ego desmesurado.) Así que simplemente me quede mirándola....aunque eso si....lo de demiguise me dolió...que dolor...sabia lo que conllevaba ser despellejado. Y que mal...ventilar trapos sucios de familia estaba muy mal. Ademas...libreme Merlín...yo nunca me atrasaba con mis pensiones alimenticias...siempre que tuviese dinero...y ahora mismo tenia el suficiente.

-Ahhh al fin te calmas y comienzas a pensar con la cabeza.- dije acomodándome en la silla. -Y ya que preguntas te responderé. -Me incorpore y dando vueltas para ponerme detrás de Sagitas la desate...No había problemas...aquí todo estaba condicionado a que no se pudiese hacer magia. -Bien..empecemos por lo primero..Manipule la Seguridad del Ministerio para demostrar que pese al buen trabajo de Darla...ningún sistema es invulnerable. De ahí que necesitamos un plan B.

Sonrei mientras me rascaba la cabeza y regresaba a mi asiento.

-Y no...hablarte en el Ministerio hubiese pasado por una sugerencia....que pensándote invulnerable habrías desoído. De hecho lo hable con Matt y estuvo de acuerdo..pero siempre apareció la pregunta...Nos escucharías???

Deje un momento de silencio para mirar el rostro de la Ministra...dando unos segundos para lograr un efecto.Y ahora...como no acostumbraba irme por las ramas..mejor ya dejarle caer el asunto.

-Lo cierto....es que necesitas un doble. Por dos razones. Una, te aligeraría el trabajo de estar en los bodrios de los actos públicos...incluso en entrevistas en la oficina y segundo y la mas evidente tu seguridad. Mejor que rapten..maten  o lo que sea a un doble que a ti. Por ultimo...la finalidad de este ¨secuestro¨es que esto quede entre ambos...De estar de acuerdo...solo escenificaremos tu rescate...aprovechando para darnos buena prensa.

Y sin mas a mis espaldas volvio a abriese una puerta dejando ver al hacercarse a una bruja pelivioleta. La copia exacta de la Ministra...Y no...nada de magia ahí..la magia se detecta...los medios muggles son mas dificiles..principalmente porque no los buscarian.

-Bien...Sagitas...te presento a Sagitas.

@ Sagitas Ericen Potter Blue

[Cillian Haughton]

Hormiga 247

Habían pasado ya varios días desde que hormiga 247 hablara con la reina de su hormiguero y que ella accediera a probar aquel extraño liquido que le había brindado los mismos poderes que a ella. Si bien no había permitido que las demás hormigas obreras bebieran a sabiendas de la revolución que aquello podía causar, si lo hizo ella y también todas las hormigas reproductoras. Y ahora, tanto hormiga 247, hormiga 505 y el resto de las que había bebido de aquella poción habían dejado de de ser simples obreras para convertirse en informantes. 

La reina quería saber todo sobre los humanos, quería ser la hormiga más poderosa que existiera sobre la tierra y descubrir de alguna forma como escalar a su especie a un lugar mucho más alto que el que tenían los humanos.

Hormiga 247 no tenía ni idea del error que había cometido al hablarle a su reina sobre aquel extraño liquido, pero ella era feliz de poder pasar el día observando las acciones de aquellos humanos, sobre todo las de Sagitas. Sí, con el transcurso de los días había logrado conocer su nombre. Su nombre, ¿por qué ella no tenía un nombre? ¿Acaso 247 era su nombre? Sus antenas no dejaban de moverse ante tal confusión.

Y más confundida estaba aún con aquella información que había obtenido en esta ocasión. ¿De que iba esa humana? ¿De verdad era necesario hacer todo aquello para distinguir a un humano de otro?

[Rory Despard]

Hormiga 505

Sus peores temores se iban confirmando día con día. Desde que la reina había accedido a beber aquel brebaje humano, las cosas habían dado un vuelco y 505 tenía claro que ya nada volvería a ser como antes. Relevadas de su función de obreras (trabajo que ella había adorado toda su vida) y convertidas en informantes, ahora tocaba observar todo el día las acciones de los malévolos humanos.

Malévolos...había oído esa palabra hace unas horas y aunque no tenía comprensión perfecta de su significado, sospechaba que no era el tipo de palabra que pudiese considerarse positiva. Era la palabra con la que calificaban al nuevo edicto que la Ministra de los humanos mágicos había sacado, y no eran pocos los que la empleaban para referirse a ella misma.

Malévola.

Todavía reticente a emplear lenguaje humano 505 llamó la atención de 247 con un movimiento enérgico de sus antenas. Sabía que a diferencia de ella, que se esforzaba por mantener sus características y cualidades de hormiga, su colega cedía más y más a los encantos de los saberes y pensamientos humanos. Y hasta cierto punto, eso no era problema, dado el status que poseía, pero cuando al finalizar el día volvían a los aposentos de la reina y ella hurgaba en la mente de 247 es que el verdadero peligro emergía: Cada día 505 rogaba porque a la reina no le interesase lo que la obrera llevaba dentro de su cabeza, pero para su infortunio, la reina parecía más y más interesada en aprender todo cuanto pudiese del mundo humano, hasta el día en que estuvieran listas para oponérseles.

[Cillian Haughton]

Hormiga 247

Hormiga 247 no entendía porque después de tantos días hormiga 505 seguía prestando resistencia al nuevo régimen que la reina había implementado en el hormiguero. ¿Sería acaso que hormiga 505 se sentía realmente feliz de ser solo una hormiga? Desde que hormiga 247 había logrado adquirir aquellas habilidades forma de ver las cosas había comenzado a cambiar gradualmente. El pensamiento colectivo había pasado a segundo plano y podía mantener sus propios pensamientos fuera él aunque lo cierto es que nunca podría ocultarlos de la reina.

- Debes comenzar a ceder, 505 -Hormiga 247 tenía aprecio por su compañera y sabía que si seguía mostrando resistencia a las nuevas ordenes, podría terminar perdiendo su vida -. ¿O acaso pretendes ir contra lo que ha ordenado nuestra reina? ¿No se suponía que tu vida giraba en torno a cumplir sus deseos? Así nos enseñaron desde pequeñas y aunque las cosas ahora hayan cambiado, es lo que tenemos que hacer.

Hormiga 247 había olvidado sus miedos y volvía a creer firmemente que todo aquello era por el bien del hormiguero en general, pero lo cierto es que estaba equivocada, realmente equivocada y ya llegaría el día en que se tendría que arrepentir de haber bebido aquel extraño liquido.

[Rory Despard]

Hormiga 505

Observar a aquella mujer de cabellos violetas era insulso  ¿que le encontraba de emocionante 247 para pasarse con tranquilidad horas de horas examinando hasta el más mínimo de sus movimientos?  Enfurruñada (otra palabra bonita del lenguaje humano, y es que... no todo podía ser tan malo) con la tarea asignada, 505 detuvo su tarea para responder a las palabras que su compañero acababa de darle.

— De no amar a la reina como la amo, ni siquiera me verías aquí 247. Sé que ella es feliz escuchando las noticias que le traemos cada día, y sé también que se está esforzando para traer más hormigas al mundo, y dice, que estas ya nacerán con la conciencia humana, pero ¿te das cuenta? antes nuestras funciones determinaban nuestras características y tareas específicas. No se iban creando falsas diferencias, pero ahora ¡pensando como humanos! ¡distinguiendo como ellos! buscando ser únicos y especiales, querer un nombre...

"Tonterías humanas" terminó de decir en su mente antes de volver la vista otra vez hacia mujer llamada Sagitas, solo para comprobar estupefacta, que otra Sagitas había aparecido justo al lado. Como si no fuera suficiente martirio ¡los mágicos ahora la multiplicaban! 

[Cillian Haughton]

Hormiga 247

— ¿Acaso tu no quieres un nombre? 

Hormiga 247 estaba exasperada, podía sentir como todas sus patas a la vez que sus antenas temblaban por el coraje que sentía en ese momento hacia hormiga 505. Sabía que las cosas habían cambiado, pero estaba segura que las cosas serían para mejor ya que aunque ahora cada una de aquellas que habían bebido la poción pensaban diferentes aún así seguían estando bajo las ordenas de la reina y eso nunca cambiaría ya que ella siempre sería superior a las demás.

— Estoy harta de ser solo un número, 505. Quiero tener un nombre como cualquier otro humano. ¿Tanto te cuesta entender que nuestro mundo ha cambiado ahora? ¿Que nuestra reina esta intentado crear un mundo mejor para nosotras? Estoy segura de que cualquier otra de nuestras compañeras que no ha bebido la poción lo entendería mejor que tu.

Nadie había obligado a hormiga 505 a beber aquella poción derramada en el piso, lo había hecho imitando a sus compañeras que después de un largo día de trabajo pensaron que aquel líquido les ayudaría solo a recuperar un poco de fuerza. Y fue entonces en medio de aquella pelea que hormiga 247 lo notó, ¿cómo había pasado aquello? 

— ¿Ves lo mismo que yo? ¿Como puede haber dos Sagitas? ¿Acaso ambas son reinas de los humanos?

[Rory Despard]

Hormiga 505

— Me gusta el que tengo, me identifica como parte de un todo, de un grupo con el que comparto vínculos y labores.

La irritación de 247 era evidente pero no le importó. También ella se sentía cansada de esforzarse por preservar las costumbres que durante tantísimos años las habían sostenido y que por una tonta bebida humana, estaban siendo dejadas de lado, con la promesa de que eso traería mejores cosas para cada uno ¿pero cuál era la garantía de que eso sucediera? 

— Yo jamás iría en contra de la reina, pero contigo, contigo si puedo hablar— sus patas se movieron rápidamente y apartó la vista de su objetivo para volverla hacia 247— ¿qué diferencia hará que tengas un nombre propio? A los humanos sus nombres solo le sirven para crear más y más muros entre ellos. Si un mundo mejor es posible, estoy seguro que nuestra reina querrá llevarnos a él, pero tengo legítimas dudas que los conocimientos humanos puedan ser la fórmula para conseguirlo. Ellos apenas conocen nuestro mundo y sin embargo tú crees que sus artilugios y artimañas van a servirnos.

No quiso decir más. Tampoco tenía sentido pelear si eso iba a conducir a que no hicieran del modo correcto la misión que se les había encomendado. 

— Hay una Sagitas que es falsa, según entendí. Pero no sabría decir cuál es cual. O por qué es que está actuando así.

Volviendo la atención a su blanco, 505 se esforzó por escuchar un poco más la conversación que en esos momentos sostenía el secretario y las dos Sagitas. Hasta donde estaba entendiendo, la medida pretendía darle protección ante ataques de las gentes que no la querían. Oh, y eso  era la mejor prueba de decadencia humana, que siendo una reina de los humanos mágicos, hubiese quienes la aborrecieran al punto de lastimarla.

[Sagitas E. Potter Blue]

-- ¡¡Yo siempre he pensado con la cabeza, hijo de una runespoor de pega! - Vale, hasta aquí llegaba mi surtido de insultos porque él ya empezaba a explicarse, que ya era hora, leñes.

Aproveché que me soltó las cuerdas para pegar un salto hacia adelante y alejarme de él, no fuera que me diera por arrearle un guantazo y se callara. Porque yo necesitaba explicaciones de todo antes de decidir si estaba loco de remate por atacar a la Ministra y su ex-suegra o  si aún perduraba cordura en aquella cabezota. 

Me giré y le escuché. Pero antes activé mi Anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos. Lo que fuera que Sean me dijera, sólo podría ser escuchado por mí, nuestra conversación sería secreta y sólo para nuestros oídos, puesto que el anillo de bronce biselado en oro nos permitiría esa seguridad en la privacidad. Nadie ni nada, ni objeto ni insecto ni ser ávido de noticias podría escuchar nada, pues el sonido quedaba bloqueado en el área de acción de aquella sortija. Era uno de los mejores regalos que la magia Uzza nos había regalado a los occidentales.

Ahora le escuché con algo más de calma, sólo hasta que volví a escuchar lo que decía. Pegué una patada en el suelo con tan violencia que se me resintió la rodilla. Seguro que, si llego a pillar a algún bicho debajo, de esos que son minúsculos e insignificantes, lo habría espachurrado. Sólo a esos, que soy magizoóloga y amo a las criaturas que tienen sentido y capacidades maravillosas para dejarnos a los humanos con la boca abierta.

-- ¿Qué Matt estaba de acuerdo con... con esta pantomima de secuestro? ¡Yo lo mato! O no, que ahora es padre, pero lo convierto en piedra un rato, hasta que se me pase el enfado.

Y volví a patear el suelo, pero esta vez con la otra pierna, por eso de compensar el dolor de la rodilla.

-- ¡Pues claro que no os iba a escuchar! ¡Estáis los dos como un patético Graphorn cojo! ¡No sois fiables, ni que fuerais un águila de sabiduría! No pienso escucharos a ninguno de los dos. ¿Dónde está la salida?

Y mi gruñido, aquel que emergía con fuerza por la garganta, se apagó al verme aparecer por la puerta de aquel almacén. Torcí la cabeza un poco hacia un lado, como si quisiera verme desde otra perspectiva. Después, abrí la boca para decir algo, que no salió, y me señalé con el dedo. Por fin...

-- ¡Demonios desdentados! Soy yo... Yo soy yo, quiero decir que ella es yo... queyono...queella... -- Tomé aire porque las palabras se me juntaban e intenté relajarme, aunque sentí un calor que me subía por el cuello hasta las orejas. O era la furia o la menopausia. Y eso aún no me tocaba. -- ¿Cómo diablos os habéis atrevido a crearme un doble? ¿Estás loco? No se llamará también Sagitas, sólo me faltaba tener dos Sagitas juntas.

 

[Cillian Haughton]

Insoportable.

— Algún día entenderías, 505, algún día. Y te recuerdo que lo que yo hago es en nombre de la reina así que si estás en contra mía, estás en contra de ella y eso no va a cambiar de ninguna forma.

Hormiga 247 estaba a punto de explotar, podía sentir una extraña presión en su cuerpo y cada parte de su cuerpo temblaba. Hormiga 505 no podía seguir con esa forma de pensar.

Dió un par de pasos atrás y casi caía de la cornisa en la que se encontraban. No quería hablar más con hormiga 505, que en aquel momento le explicaba lo que en realidad estaba pasando en aquel lugar con Sagitas. No lo entendía, no del todo y no se sentía cómoda con que hormiga 505 si lo hiciera. 

— Creo que nos han descubierto —hormiga 247 había dejado de escuchar de repente lo que aquella mujer platicaba con la otra persona en el lugar—, tenemos que irnos... Creo que estamos en peligro en este lugar.

Negó, hasta ese momento se sentía tranquila observando a Sagitas, pero en ese momento ya no lo hacía más. No quería cambiar de objetivo, no estaba interesada en escuchar información sobre nadie más así que lo mejor sería que lo dejara de momento.

@ Rory Despard

 

 

[Darla G Dumbledore]

Kimberly había llegado con un expediente a la oficina de la Potter Black y había solicitado a la pelirroja que activara el anillo contra escuchas indiscretas, cosa que la bruja había hecho y tras utilizar algunos hechizos de seguridad, incluyendo aquellos que impedían que alguien entrara sin permiso a su despacho. La expresión de su rostro se iba volviendo más furiosa cada vez, volvió a leer y verificar cada papel y fotografía mágica tres veces antes de cerrar el archivo sellándolo con magia. A Darla no le importaba disimular sus sentimientos delante de su amiga de toda la vida.

—Todo esto está verificado ¿verdad? —su mirada castaña se posó en el rostro de su compañera quien asentía con la cabeza.

—Personalmente rastree cada una de las pistas, el dejar que alguien más confirmase alguna de ellas no me pareció seguro, además, socavaría todo lo que se ha intentado hasta ahora.

La expresión molesta se Darla se acentuó.

—Ya lo ha hecho, como siempre, quedas en libertad de seguir en tu puesto luego de esto pero yo no voy a seguir siendo su títere —el tono de voz molesto de Darla era evidente, miró la fotografía sobre el escritorio, luego el almanaque y finalmente el expediente debajo del que acababa de revisar, con un movimiento de varita desapareció ambos hacia un lugar seguro.

—Además, como te comenté antes, él tampoco necesita de mi ayuda y si los demás están dispuestos o no a traicionarlo es algo a lo que tendrá que enfrentarse solo, hizo una estupidez y pagará por ello pero estoy segura de que la magia que ha estado utilizando lo ayudará —lanzó un bufido y se echó hacia atrás en su asiento, cerrando los ojos.

Kimberly se mantuvo en silencio durante los segundos ¿o serían minutos? que Darla estuvo meditando. Cuando abrió los ojos su expresión se había suavizado pero la determinación en su mirada era evidente.

—Como dije, queda a tu criterio lo que hagas de ahora en más, dale las gracias a Van Helsing por ayudarnos una vez más y ya vete, debo escribir un par de misivas, esto se acabó.

Kimberly se puso de pie mientras Darla movía a Edelweiss deshaciendo algunos de los hechizos que luego volvió a echar sobre su oficina. Tomó una pluma y un par de pergaminos, en verdad estaba harta y tenía que encontrar las palabras adecuadas para cada una de las cartas que iba a redactar.

Spoiler

Estimada @ Sagitas Ericen Potter Blue , sé que para cuando recibas la presente ya estarás “a salvo”, he tomado conocimiento de las circunstancias de tu “secuestro” y alegrándome de su resolución, lamento tener que informarte que tendrás que buscar nuevos miembros para la Seguridad del Ministerio, Mack ha sido despedido y tu Directora de Seguridad presenta su renuncia indeclinable a partir de este momento. Atte, Darla Potter Black

Londres, Septiembre 6 de 2021.

Darla firmó y lacró con su sello la nota, sintiendo que esos once meses habían sido para ella una cabal locura de la que acababa de despertar. Había intentado varias salidas y vivido situaciones que jamás hubiera esperado en esos trescientos treinta y cinco días. Había llegado la hora de volver a su vida real. Solo quedaba una nota más.

Spoiler

@ Sean -Ojo Loco- Linmer , en verdad espero que sepas lo que demonios haces y que cuides tu maldito c.ulo mejor de lo que haz hecho hasta ahora, también cuida tu espalda, porque yo renuncio, ya envié mi renuncia indeclinable a Sagitas, pero si me vuelvo a cruzar contigo, ten por seguro que no dudaré en desatar toda mi magia contra tu persona. No me gusta que me usen y tú lo hiciste por última vez. Saludos, Darla Potter Black, ex Directora de Seguridad Mágica.

Darla hizo un rápido movimiento con la varita y las dos notas se transformaron en dos aves de origami que partieron volando a encontrarse con los destinatarios de cada misiva. La pelirroja cerró los ojos y se recostó una vez más en su asiento, sacó su taza mágica del cajón y observó por unos segundos la fotografía en su escritorio, para luego extender la copa hacia la pareja sonriente y beber el contenido con que se había llenado la taza.

—Ah sí… necesitaba esto —murmuró con satisfacción, cerrando los ojos y dándose un tiempo para ella misma, al fin.

Editado 6 de Septiembre del 2021 por Darla Potter Black