Crónicas de luces y sombras I

[Cillian Haughton]

¿Por qué nadie reaccionaba? Dejó escapar un suspiro, al parecer estaban atrapados en algún tipo de bucle en el que no hacían más que intentar avanzar. Se alejó un par de pasos del grupo y los observó por un par de segundos, realmente no sabía que estaba haciendo ahí ya que no estaba aportando realmente nada. ¿Era hora de irse? Se acercó a Ludwig y se detuvo frente a su espalda para acercar sus labios hasta su oído.

- ¿Por qué no buscamos un lugar un poco más privado? Creo que solo estamos dando vueltas en el mismo lugar y por lo menos yo no estoy aportando realmente nada.

Sabía bien que quizá no estaba haciendo realmente algo apropiado para aquella situación, pero… ¿Realmente alguien estaba haciendo algo apropiado en ese momento? Tenían demasiada información y no lograban procesarla realmente. ¿Debían ir hasta la Burke para impedir que los Luxure realizaran un ataque? Sabía bien que esa familia tenía algún tipo de problema oscuro, pero si no había nadie en aquel lugar, ¿realmente debían defenderlo?

Sí, era el hogar de la Líder de bando, pero al fin y al cabo en aquel momento estaba vacío.

- ¿O quieres seguir aquí intentado descubrir que es lo que tenemos que hacer? -sabía bien que Ludwig tenía un puesto importante en el bando y era su deber estar ahí. Y aunque también podría decirse que era su deber, lo cierto es que aún no llevaba del todo bien eso de llevar tatuado el lema “Lealtad y Sacrificio” en el cuerpo.

@ Ludwig Malfoy Haughton

[Thoth]

Existen medios, formas y causas qué el nigromante conocía para lidiar con los Gryffindor. Este empleo la metaformagia para inmitar todas las cualidades fisicas, es decir voz, comprensión,  y dicción y con la varita el atuendo anticuado y de baka categoría que usaba en todo momento ese ex auror, ese despreciable sangre sucia,  al cual en más de una ocasión se topo cómo Demian o Darius esas falasas identidades del pasado, y de esa información recolectada vistio, se vio y camino como Elvis F Gryffindor.

 

El plan del nigromante era sencillo, ya alguiem empleo en el ataque contra la inquisidora esa apariencia ¿Quién era un misterio? Y eso no le importo, solo se limito a tomar esa apariencia, el sabia de antemano que ese Gryffindor era un conocido partidario de la Orden del Fénix,  si bien desconocía la explicación que habia empleado su anterior inmitador de como salio airoso del combate contra Aaron Black Yaxley o algo así,  era algo que no le interesaba ¿Acaso no existe mejor carnada para atrapar a un Gryffindor que otro de su calaña?

 

Ahora bien,  el Ministerio de Magia y Hechiceria no sería una opción,  ya que seria algo aburrido, en cambio recorrer las calles del Callejón de dudosa reputación con esa apariencia sería más que divertido, y fue así que lo realizo, para dar a conocer entre los magos tenebrosos la creencia que ese Gryffindor seguía con vida.

[Malum Luxure]

- Mansión Riddle -

Escapé lo más rápido que pude, no sabía como había salido sin ser detenida, aún estaba furiosa por todo lo que pasó pero me negaba a llorar como si fuera débil, no me iba a desmoronar por lo menos no frente a esos magos, caminé alejándome tanto como me fue posible y así poder desaparecer con tranquilidad, mi mente estaba atormentada por todo, pensaba que si no era aceptada ahora como haría para seguir con el legado de Lady.

Supe que era mejor volver a Luxure, que en sus paredes estaría más segura que en cualquier otro lugar. Quién me mandaba a mí a responder llamados mortifagos y tener que pelear contra ellos, centré mi mente y no deje rastro alguno.

- Mansión Luxure -

Ya en mi hogar empecé a caminar de un lado a otro pues no podía decidir qué hacer, quizá quedarme en casa era lo más justo, entonces me percaté que aún llevaba la máscara en mi rostro, al quitármela la miré un largo momento pensando que significaba para mí realmente y si realmente me pertenecía o como explicaría que yo la tenía, debería entrar al bando como aprendiz? Serían capaz de aceptarme como Malum? Cuántas dudas me perseguían sin descanso, en ese instante como atraída por mi desesperación Cornelia llegó donde estaba, este enorme reptil que solo se volvía dócil con la familia me tenía a consolar.

-Estoy bien pequeña...solo no quiero más sorpresas por hoy.- Suspiré pesado dejándome caer en el sofá con su enorme y escamosa cabeza sobre mis piernas, podría compararla con perrito pero sin duda no lo era...totalmente peligrosa y letal como yo si me lo proponía.

Pensé por un momento en Azrael pues los aurores egipcios estaban por toda la propiedad tanto como los austriacos, esperaba que mi bella Ada no cargue con las consecuencias de mi huida y que la bisabuela de Lady me pueda entender cuando le explique todo y me acepte.

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@ Azrael Lycan   @ Ada Camille Dumbledore    @ Sagitas Ericen Potter Blue

[Thoth]

Elvis F Gryffindor 

 

Aquel mago nacido de forma bastarda,  es decir no reconocido y eso era lo que se rumoreaba entre las calles de aquél Callejón de mala fama, en donde muchas ocasiones el semblante serio de Gryffindor se hizo aparecer,  aquella época donde varios magos tenebrosos y brujas le conocían por en sus últimos años de vida perder la razón y juicio coherente. En consecuencia,  para Lycan no sería tan difícil vivificar un ser tan errático,  que si bien era amado por algunos pocos seres de poco valor y falto de razón,  este mago era simplemente un ser como uno de tantos. 

 

Y era su forma física,  en la que Azrael más puso detalle, su rostro de preocupación y mirada perdida, a pesar que no le dio chance de tener la varita del mismo, pero eso era someramente algo que poco le importaba,  igual tantos años de labor se fue reducida a una muerte ante la Marca Tenebrosa, demostrando de esa forma que el mal siempre vence y que la Orden del Fénix después de tanto esmero en hacer algo, esto se reduce a nada, ya que al final no tienen frutos y sean algo la pena seguir. 

 

Y bajo esa concepción,  Lycan siguió pasándose por las calles, este no hablaba, ya qué no tenía la menor intención de platicar,  sólo hacerse ver, si bien pudo mandar una marioneta en su lugar o miles para albergar más territorio, por extraño que pareciera el opto divertirse un poco con esa repugnante apariencia. 

[Mael Blackfyre]

ATRIO.
Ministerio de Magia.~

Se escuchaban tres tipos de sonido de manera principal. De primera mano, los fogonazos alertaban cada vez que un mago o una bruja salían expulsados de la red flú, para llegar a trabajar al Atrio. También se escuchaba el borbotear del agua de la fuente, con aquellas estatuas enormes que se encontraban erguidas de una manera imponente. Y por último, las rejas de los ascensores que distribuían a los recién llegados (o salidos) de aquella institución mágica. Apoyado en aquella pared, moví mi varita.

Un pequeño estallido, tan diminuto como una snitch, se llevó el pequeño rollo de pergamino que recién acababa de materializar, con algunas líneas y trazos escritos sobre él. Este recitaba una carta para Mica. Una segunda carta, mejor dicho: “Me enteré lo de Illidan. Todos están hablando de eso aquí en el Ministerio. Puedo ayudarte a buscar información, si necesitas. Estoy aquí en el edificio.” Era una especie de doble intención, en conocer los planes de aquel que había sobrevivido, a la vez mantener vigilada a Mica y Luna y poder sacarme de encima a esos traidores que lo único que hacían era llamar la atención y manejarse con aires de grandeza. Aires que se escapaban ante cualquier hueco que encontraran.

Pude ver como la carta desaparecía rumbo a Mica Gryffindor. Con aquella advertencia ante el ataque de la Burke y mi ofrecimiento de ayuda por el ataque en el Callejón, tenía que lograr cubrirme de alguna manera. En la vida uno se iba cruzando con algunas personas en las que muchas se iban convirtiendo en amigos. Y otras en enemigas. Potenciales enemigos que podían llegar a destruir lo que uno había formado. Y la joven bruja sentía que podía llegar a cubrir ambas posiciones. Tenia que ser astuto y mantenerla lo más cerca posible. Y alejar a ésas personas que solamente lograban comentar amenazas pero que quedaban en la nada, inútiles a la causa, simples estorbos que lograría enterrar muy profundo.

@ Mica Gryffindor

[Mica Gryffindor]

Aquella nota de Mael llegó a sus manos y frunció el ceño al recorrer las palabras con la mirada. ¿Cómo había llegado a aquel mago la noticia del ataque? ¿Quién estaría difundiendo la información más allá de la Orden? No quería responderse, no quería pasar a desconfiar de nadie, así que se propuso preguntar en forma directa al emisor del mensaje.

Ya había llegado de Mael información respecto a la familia Luxure, quienes parecían estar implicados en el asunto, pero no habían logrado corroborarlo todavía. Lo cierto era que los hechos se habían sucedido en forma tan inesperada que poco habían podido hacer para investigar, al menos por el momento.

No sabía muy bien qué pensar, por momentos, respecto a su socio. Si bien había sido de gran ayuda para ella en su peor momento, era muy poco lo que él le revelaba respecto a su realidad. No sabía más que lo poco que veía en sus escasos encuentros. Tampoco comprendía del todo el por qué él había llegado a su familia y se había apropiado de tal modo del patriarcado. Eran tantos los motivos para tener dudas que no podía comprender el por qué de su confianza hacia él.

Algún día podría descifrar lo que veía en él, lo que le generaba confianza. O eso esperaba.

Sin demorar demasiado, tomó su varita y, tras dar un par de instrucciones, dejó la casa Potter para dirigirse al Ministerio, al encuentro de Mael.

Pronto, se encontró a sí misma atravesando la chimenea hacia el Atrio, buscando con la mirada al ojinegro.  

@ Mael Blackfyre

[Mael Blackfyre]

Aquella cabellera como una leona fue característica ante el primer vistazo. Estaba recostado contra la pared, esperando que la bruja se dignara a venir al Ministerio. No estaba seguro si el plan que había estado efectuando, funcionaría, ya que tenía algunos huecos. Pero ante la situación que había sufrido en la Mansión Riddle, me había prometido que no volvería a ocurrir, que cualquiera que estuviera en nuestra contra, lo pagaría. Se habían metido conmigo así que intentaría llegar un poco más de la cuestión. Tenía el poder, solo tenía que mover algunos hilos.

Lo que no entendía era porqué confiaba tanto en aquella muchacha. Eran muy pocas las veces que me había relacionado a los magos y brujas, pero las pocas que me conocía eran muchos más intensas. Pero lo que realmente no me gustaba era cómo me había hablado aquella mortífaga y solo quería que tomaran con respeto todas sus decisiones. Ahora era un lugarteniente de la Marca Tenebrosa. Y algo me decía una cosa: tenia que tener mis contactos. Los mortifagos tenerlos cerca, claramente. Pero a los enemigos, mucho más cerca. ¿Por qué? Porque serían los capaces de quitarme todo.

Y era una persona que de a poco me había vuelto mas cautelosa. También más sociable, porque no tenía otra alternativa, tenía que relacionarme, porque no podía hacer todo solo. Mi madre me había envuelto bajo sus alas solo al principio y luego se había ido. Pero Mica aún se mantenía cerca. Era alguien que aún me miraba con cierto recelo pero me contenía al menos. En el trabajo, en su vida personal. No entendía aún qué sentía por ésa muchacha, era una relación extraña de socios. Pero de algo estaba seguro y era que no podía tenerla de enemiga.

— Mica… te ha llegado mis cartas, por lo que veo —el Atrio estaba lleno de personas y si de algo estaba seguro, era que teníamos que irnos de allí mismo. Me acerqué a la bruja colocándome a su lado—. Vayamos a mi despacho, que aquí no podremos hablar libremente —le dije. Debíamos llegar a los ascensores, luego al primer piso, luego al despacho del fondo y allí tendríamos un poco de libertad para hablar de todo.

@ Mica Gryffindor

Editado 8 de Diciembre del 2021 por Mael Blackfyre

[Anthony R. Dracony M.]

Su capa se agita cuando el mago se gira con violencia y "barre" con el brazo extendido floreros, figurillas de porcelana y ceniceros que posaban de adorno en aquel mueble de madera...caen los objetos al suelo rompiéndose estrepitosamente, un tímido elfo aparece con una escobilla  para recoger, nota que el joven mago está de mal humor, murmura frases que no son audibles con facilidad, pero debe andarse con precaución para evitar en lo posible, ser en quien revuelque su enfado.

Sus pasos del ojimiel por la estancia, son marcados de apuro porque tiene solo unos días que ha recuperado su humanidad y desconoce que ha acontecido desde aquella reunión en la Mansión Riddle..."recobrar territorio"...eso se remarco, pero...¿En dónde habrán comenzado?...el no está cierto de que mansiones pertenecen a sus compañeros de Bando, no está enterado si fueron a algún local u otro sitio de importancia...va y viene pensando en como "unirse a la diversión"....

"Algo recuerdo de que deseaban celebrar...tal vez, siguen en la mansión Riddle...o...no...no creo, no pueden ser tan pacientes, no como les recuerdo...habrá que probar suerte..." piensa a sus adentros. Ajusta su capa negra sobre su hombro izquierdo, siente el peso de la daga que su "hermano de guerra" le cedió antes de marcharse...el mortífago sonríe de lado...no es que necesite realmente aquella arma blanca, pero...es un recuerdo bueno de que por algún lugar esta Deltha, su daga mágica es el medio para conjurar al bravo y peligroso mercenario...pero por ahora, debe "abrirse paso solo, sin ayuda de su hermano o padres adoptivos"...

Ryvak reconoce que le gustaría volver a ver al enigmático mago pero Deltha es mucho más reservado que él, además de que tiene otros conocidos que pueden serle igual de útiles. Pensando en los últimos encuentros, surge la idea de ir al encuentro de @ Luna Gryffindor Delacour ....si...¿porqué no? después de todo se lleva bien con la hermosa joven y hubo mucho que no se abordo en aquella misteriosa carpa por la festividad de Halloween...ahora solo queda un detalle por conocer...¿Dónde se encontrará Lunita?...mejor si le envía una nota con su halcón peregrino y concertar un encuentro casual con ella...solo debe aguardar su respuesta.

[Mica Gryffindor]

Recorrió el atrio unos momentos, intentando reconocer a Mael en cada rostro que se cruzaba, pero le resultó algo difícil hasta que éste se ubicó a su lado, sorprendiéndola. De seguro había pasado cerca sin fijarse justamente en él, debido a la afluencia de gente que se encontraba asistiendo a sus respectivas ocupaciones.

-Las recibí, sí, y vine apenas tras hacerlo…- aseguró y asintió, ante la necesidad de marcharse de allí para poder conversar a solas.

Ella era consciente de que debía tener cierta cautela respecto a todo lo referente a su interlocutor, sin embargo, no podía evitar sentir confianza por él. Era una dualidad extraña y molesta, que tal vez se debía a su forma de ser que, siempre, intentaba rescatar lo bueno de cada individuo con el que convivía. No obstante, los años le habían enseñado a no demostrar esa ¿ingenuidad? ¿debilidad? No sabía definirla.

Siguió al patriarca Gryffindor hacia los ascensores, los cuales se movieron hasta el primer piso, luego hacia el fondo del largo pasillo y atravesaron una puerta que les dio la privacidad buscada.

-¿Tu despacho? -indagó, mirando alrededor, intentando conocer mejor el espacio, como si así pudiese conocer más a Mael, al menos un poco.  

@ Mael Blackfyre

[Mael Blackfyre]

— Si, mi despacho. El del fondo. ¿O no recuerdas que me dieron la dirección de Educación Mágica? —miré a Mica un poco sorprendido y con una sonrisa, negando con la cabeza. Las puertas metálicas del ascensor se cerraron a nuestro paso, mientras caminábamos decididos a llegar ante la puerta que le había señalado a Mica Gryffindor.

Era un día particular, tal vez, porque no había mucho movimiento. Desde que había asumido aquel nuevo ministro de magia, jamás lo había visto presente en su despacho, como lo había hecho con Sagitas. Llegando ante la puerta de la Dirección de Educación Mágica, abrí el acceso con magia. En las últimas semanas había logrado colocarle algunos encantamientos que protegían de ruidos, de encantamientos y de infiltraciones del interior al exterior. Lo había tratado de un despacho a una fortaleza, prácticamente.

— Disculpa pero no soy un anfitrión muy bueno. Solo puedo ofrecerte algo de café o té allí. Y no esperes que te sirva —dije a modo de risa pero para aliviar la verdad de que no iba a hacerlo. Cerré la puerta (del otro lado no tenía manija o picaporte) y las lámparas se encendían, con una tenue luz amarillenta. Le señalé donde estaba aquello que podía tomar.

Mi cabeza no dejaba de pensar ni por un segundo. Pensaba en cada uno de los pasos que tenía que dar, qué decir, que hacer. Cualquier cosa que sucedería podría costarme la vida, prácticamente. Y más con Mica Gryffindor. Todo lo que había hecho, lo había hecho porque lo sentía, pero había sido muy explosivo al reaccionar asi. Le había mandado a decir a Mica que atacarían la Burke y que habían atacado a Illidan. ¿Cómo me habría enterado de eso?

En mi despacho no había escritorio. Solo cuatro sillones mullidos individuales de un color bordó oscuro puestos en ronda, con una mesita ratona en el medio. Había 3 o 4 lámparas alrededor, una biblioteca con libros, una mesa con una máquina de café y de té. Señalé dónde podría sentarse libremente. Yo la imité. Estaba cansado.

@ Mica Gryffindor