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Crónicas de luces y sombras I


Mael Blackfyre
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No sabe cuánto ha caminado cuando por fin se desaparece, pero la verdad es que ni sabe a dónde deja que sus pensamientos la lleven. Una teoría loca pasa por su cabeza, no se siente segura, sabe que nadie la entenderá en sus decisiones, ni siquiera cree que Seba la pudiera entender si estuviera, aun que sí, probablemente él lo haría por el mismo motivo que la había cuestionado años atrás cuando tomó su loca decisión también.

—En verdad te extraño —susurró en voz baja mientras aferraba su varita, como si sostenerse de Edelweiss fuera una manera de mantener la cordura que ya cree recuperada. Aunque dados los últimos acontecimientos podría pensar que no es tan así, que no está tan firme ni tan cuerda como hace un año atrás, lo único que es seguro que lo está más que luego de la muerte de Elvis.

La pregunta que llega hasta ella la sobresalta y hace que levante la varita. Ahora se percata de que frente a ella, a varios metros de su persona, se puede distinguir una figura masculina. Pero el hombre no parece ser  un peligro, o sí, si considera la segunda pregunta que le ha hecho, Darla retrocede un paso, aún con la varita en su mano pero sin apuntarle, él no se ha mostrado peligroso y sin embrago.

—Ni siquiera estoy segura dónde estoy, menos a dónde voy —miente en parte, ha llegado a Little Hangleton porque ha pensado en ese lugar, como el recuerdo de la última vez que había estado allí, pero esta vez ha sido más prudente y ha mantenido suficiente distancia y elegido el camino menos visible desde la derruida construcción.

—¿Quién eres? —duda unos segundos, si es un mortífago puede reconocerla de cuando atacó el día de la muerte de Elvis ¿o llevaba máscara ella esa noche? Ya ni lo recuerda, ella misma se ha ocupado de modificar su memoria con ayuda de Kimberly, para resguarda el secreto de un hombre que ha confiado en ella, o más bien que le ha pedido su confianza y se ha desaparecido en las sombras.

—No es que esté perdida es que llevo caminando... —bueno, tampoco que pueda seguir mintiendo, suspira y lo mira, intentando analizar esa figura que le recuerda a alguien visto de pasada en algún evento hace algunos meses ¿la fiesta en la Moody… la gala francesa…? No está claro pero lo ha visto, de lejos y casi de refilón.

Claro que cómo podría olvidar esas cicatrices y el hecho de que le lleva más de una cabeza, el hombre es bastante alto y a pesar de la oscuridad de la noche puede notar su palidez y sus cicatrices. Lo otro que nota es algo que la estremece, su esencia, ¿hay luna llena esta noche? se pregunta con preocupación. Lo otro que nota a pesar de las sombras es el color de sus ojos, no son iguales, si le hubiera cruzado antes duda que olvidaría a un hombre así. Muerde su labio, es un licántropo, pero aunque es extraño que en  sus ojos lleva el color que se imagina tiene cuando se convierte. El gris del otro ojo le recuerda a los ojos grises de otros dos hombres en su vida, complicados. Como ella.

@ Hessenordwood Crouch

Editado por Darla Potter Black
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Mansión Riddle.~

Me giré en seco al notar que alguien se había atrevido a interrumpirme. Pero sonreí al ver que la desgraciada hacía acto de presencia. Casi al final. A pesar de todo, había llegado antes que muchos otros. Otros que cazaríamos si no venían a tiempo para la reunión. Me quedé expectante de a ver que decía y me sorprendí al notar que sus dedos rozaban los mios. Me recorrió un escalofrio. ¿Cuántas veces había tenido ése contacto humano?

Y entendí el gesto. Su cabeza se había dispuesto ante mi habilidad. Sus hermosos orbes chocaron contra los míos y pude notar que la Líder pensaba y re pensaba en algo: Imágenes. Una estructura similar a una casa que no conocía, dentro de un pueblo. Un rayo caía sobre el techo de ésta y se levantaba un fénix envuelto en llamas, que se evaporaba en el aire. El Ministerio de Magia daba algunos flashes y Hogwarts. Estábamos perdiendo terreno. ¿Hasta dónde lo permitiríamos?

¡Si! —exclamé, juntando aire en mis pulmones—. Por los que no vinieron. Por la Orden del Fénix. ¡Demos el golpe al Ministerio de Magia! —volví a gritar. No me importaba si se sumaba, uno, quince o nadie, podría filtrarme y dejar unos cuántos destrozos, como había hecho ya en el Callejón Knockturn. Miré a mi compañera pero ésta vez me acerqué al oído de Arya Macnair para que ella me escuche solamente: — Manon tiene información útil. Tiene algunos nombres que quizás quieras escuchar —me alejé con una sonrisa, aunque ésta no la viera.

La joven mortífaga había visto a un grupo numerosos de personas que se habían juntado ante el sitio que había atacado en el Callejón Knockturn. El secuestro y tortura de Illidan Black Lestrange habían atraído a magos y brujas de dudosa procedencia, casi nadie a nombre del Ministerio de Magia. De alguna manera se habían enterado. Y el chico Black Lestrange se me había revelado como miembro de tal bando. Pero ésa información la resguardaría para mi, si volvía a encontrármelo. ¿Estaría vivo? Manon no había dicho nada al respecto.

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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"Era Darla ¿Por qué ella?..."

Desde el otro lado de la calle,  a diferencia de tantos otros encuentros, ella no lo ha notado a él o su característico cabello rojo brillante que hace que su presencia no pase inadvertida, cuando en momentos como esos, no lleva su boina puesta encima. No le ha hecho ninguno de esos chistes respecto a qué tiene un olor muy particular y característico, o que está llegando tarde por haber estado rezando demasiado.

A Rory no le agrada, ni la marca tenebrosa en lo alto del recinto ya casi difuminándose, ni que Darla haya acabado de salir de allí, extrañamente sin compañía alguna. El impulso de seguirla es grande, calcula que si se echa correr, podrá alcanzarla con relativa facilidad al final de la calle, pero cuando finalmente se decide a hacerlo, un patronus de Ellie aparece frente a él, comunicándole que todos se han trasladado a la residencia Potter y que es necesaria su presencia allí.

Illidan había sido ubicado y eso era un alivio, pero desentrañar las causas de su secuestro es la nueva tarea por la cual todos los miembros están siendo llamados a reunirse en el que es uno de los lugares seguros del bando. ¿Sería entonces que también allí vería a Darla? Guiado por la luz de aquella lechuza Rory dio una última mirada al entorno.

Una presión horrible se desata en su pecho, al ver a la bruja perdiéndose, solitaria, casi tragada por la oscuridad de esa calle donde apenas y hay un par de farolas funcionando correctamente. Pero esa imagen es lo último que alcanza a ver de ella, antes de con un movimiento de varita desaparecer rumbo a la residencia Potter.

Adentrándose en la casa, no tarda en reconocer algunas voces de quienes acaban de llegar también hasta allí. Al acercarse, distingue las quemaduras en el cuerpo de Illidan, pero se sorprende de que el hombre esté con una sonrisa algo boba en el rostro ¿sería que también lo habían aturdido con algún ataque? No termina de comprender la situación, hasta que un gesto de Cillian indicándole que observe la mano de Mica le hace caer en cuenta del anillo que la mujer lleva en su mano.

¿Es que se habían comprometido en semejantes circunstancias? Rory se persigna, sin poder terminar de comprender el orden en que todos esos sucesos han sido dados, pero conociendo de la impetuosidad que caracteriza al joven, incluso algo tan loco como eso parece posible. No está seguro igual, que deba felicitarlos en circunstancias semejantes, así que en silencio, se limita a elevar una plegaria al altísimo por la dicha conyugal para ambos, y en cuanto distingue a Ellie, se acerca ella.

Casi siempre, de uno y otro modo la bruja está enterada de las cosas que suceden. Y él espera que en esta ocasión no sea distinto.

@ Ellie Moody

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Casa de la Familia Potter
Valle de Godric

El mensaje de Mica Gryffindor la había sorprendido en su habitación, en la humilde casa de la familia Moody, mientras se quitaba los zapatos de charol luego de una larga jornada en el Ministerio de Magia. «Por lo menos, todavía no me he puesto cómoda». Volvió a atarse las trenzas y, mientras lo hacía, hizo un repaso mental. A Madeleine, quien todavía estaba recuperándose de las heridas que se había ganado en la batalla contra Laura Nielsen, no podía enviarla a una misión. A Melrose, se sentía incapaz de pedirle favores luego de su sacrificio, aunque estaba segura de que hubiese aceptado sin rechistar. A Joan Armstrong, su aliada en los Estados Unidos, no podía movilizarla sin más tiempo de anticipación. Ellie observa su propia varita mágica reposando sobre su cama y, durante un instante, una idea descabellada pasa por su mente... pero sacude la cabeza, con una sonrisa un tanto amarga.

En varias ocasiones, ha tenido diferencias con los demás por el rol que suele asumir en las misiones, pero rara vez ha hecho algo que no sea poner la otra mejilla. Ellie cree que todos tienen un rol que cumplir y el suyo suele ser el de apoyar tras bambalinas. Organizar la logística de las misiones del bando, así como de los recursos humanos necesarios, revisar la información obtenida en misiones y registrarla, realizar las investigaciones necesarias para una misión, realizar conexiones entre diferentes misiones e intentar realizar cualquier hallazgo útil y además, si es necesario, abastecer las reservas de pociones y arreglar uno que otro artefacto mágico. Ese fue el papel que decidió adoptar cuando ingresó a la Orden hace ya algunos años, y aunque ha intentado forzarse a salir de su zona de confort, Ellie llegó a una realización: que debe permanecer donde es más útil. Así que cuando tomó su varita mágica y dibujó una línea en el aire para abrir un portal, lo hizo visualizando la imagen de la fachada de la casa Potter.

Al llegar y entrar a la casa sumida en el silencio de una noche de semana, se dirigió directamente a la cocina y en la mesa vació el contenido de su bolso de piel de moke, equipado con un encantamiento de extensión indetectable. Tintinearon al caer varios viales con pociones curativas y energizantes, que siempre eran necesarias tras cualquier batalla. Y aunque no había vuelto a tener noticias, lo mejor era imaginar que en ese momento los integrantes de la Orden del Fénix que habían acudido al llamado estaban enfrentándose a los mortífagos.

No está segura de cuánto tiempo ha pasado, cuando escucha voces provenir desde la sala. Ellie camina rápidamente desde la cocina, haciendo ondear su túnica negra, y observa con alivio que se trata de varios de sus compañeros y a primera vista parece que todos están bien —bueno, dejando de lado al que había estado secuestrado, pero que tuviera una que otra herida era de esperarse—. Antes de ir digerirse a ellos, decide conjurar su patronus corpóreo múltiple para enviar el mensaje de que habían logrado rescatar a Illidan Black Lestrange, y que se encontraban en la casa Potter.

No pasa mucho tiempo hasta que Rory se une a la comitiva. Ellie advierte que se acerca a ella, esperando de alguna forma que ella le proporcione una explicación.

—Oh, no he querido irrumpir con preguntas —susurra Ellie, con tono de disculpa—. Escuché un comentario de que los mortífagos lo despojaron de su varita mágica, pero parece ser que por ahora la prioridad es darle sentido a ese secuestro tan repentino —sin embargo, es incapaz de disimular la expresión sombría de su rostro. Y es que, nuevamente, Ellie se encuentra pensando en el que ha bautizado como el Caso Violeta*. Por los momentos no ha querido decir nada y esperar que los demás dirijan el rumbo de la conversación, pero no puede ignorar aquella sensación mala en el pecho, luego de revisar el expediente completo de aquella misión. Quizás lo mejor sea no comentar nada, para no crear temor donde parece no haberlo. 

(*) Línea Cronológica de la OdF: Julio, 2020.

Editado por Ellie Moody
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sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

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La Mansión Riddle:

No entendía bien lo que sucedía en aquel momento en  la Riddle. Sin embargo, lo que fuera, mantenía en una furia casi no contenida a mi compañero @ Mael Blackfyre . Con su máscara de Goldor y con una comunicación no verbal, postular, indicaba que estaba a punto de estallar contra todos. Mi misión era apoyarle, como lugarteniente del bando, pero... ¿Y si también su ira iba dirigida contra mí? Detectaba la llegada de más gente al salón de nuestro punto tradicional de encuentro y me daba la sensación que Goldor aguantaba para esperar la llegada de más gente. Me acerqué un poco más a él, dispuesta a escucharle de cerca y a recibir primero si la bronca iba contra todos. Yo estaba allá con él para lo bueno y para lo malo, aunque esperaba que no corriera la sangre, por lo que fuera que hubiera sucedido.

Noté, sin embargo, algo anormal entre los presentes. Uno no era uno. Uno no era, uno no estaba allá de forma permitida. Fuera quien fuera, había atravesado de forma falsa nuestros sistemas de protección de la mansión. ¿Las serpientes de la entrada le habían dejado pasar? Lo dudaba, más bien lo debía hacer dejado entrar alguien, así que allá había dos traidores en vez de uno.

Me puse alerta y, con movimiento brusco, me quité el peto de pociones y lo dejé encima del respaldo de una silla mientras que, con la otra mano, sujetaba la varita con fuerza. La punta de iba poniendo roja a medida que la movía alrededor de mí, en busca de los traidores. ¿Cómo podía haber detectado eso? No lo entendía bien; sabía que mis poderes de sacerdotisa de Avalon habían ido desapareciendo a medida que me adentraba más en el poder de los Senescales pero... ¿eso implicaba que aún podía detectar auras y esencias amenazadoras? ¿O tal vez era el medallón del peligro que aún hacía que  permaneciera ese mínimo poder disminuyente dentro de mí misma? La cuestión ahora no era la explosión que iba a tener Mael sino que alguien iba a escuchar eso, alguien que no debiera estar entre nosotros.

-- Sshhh -- dije en voz baja, como si Mael me oyera, algo que no estaba segura con el ruido y palabras, rumores, siseos que había a nuestro alrededor.

¿Siseos?

Mael empezó a hablar con voz muy potente, poderosa en cuanto a convincente, aleccionando a los chicos, buenos, a todos, a mí también. Por un momento, olvidó lo del siseo para seguir su elocuencia. Sí, habíamos perdido terreno; por mi parte, la pérdida del Ministerio también me había hecho daño, mucho daño, mucho más que el que le había hecho al bando como grupo. Y Mael tenía razón, no me dejaba amilanar por la pérdida, sino que me daba más fuerzas para seguir adelante. Su dialéctica era tal que muchos gritamos con él ante sus ideas de recuperar el terreno perdido como bando, atacar donde fuera, mostrar presencia en Diagon, en Ottery, en el mismo ministerio. ¡En todas partes! Pero entonces la vi. Una serpiente escuchaba nuestra conversación. ¿Eso sería el espía que había percibido unos minutos antes?

Ni siquiera me hizo falta mover la varita para usar algún hechizo. El Anillo de amistad con las bestias fue más que suficiente para descubrir aquel ofidio en nuestra reunión y poder dominarla sin ningún esfuerzo. Era un vil bicho sin ningún nivel de resistencia y peligrosidad, excepto por su veneno, al que tampoco tenía miedo. Era una gran Magizoóloga y eso no me  impedía reconocer bestias muggles, así que su control no fue un problema.

No le hice daño, adoro las criaturas muggles y mágicas, pero sí le saqué información. Ni me fije si Mael y el resto de compañeros me miraban. Le hablé en parsel y le obligué a contestarme. No era meritoso, hablar con serpientes era algo innato en mí y una criatura muggle no me era enemigo a combatir, acostumbrada a domar animales de más de 5X.

-- ¿Quién te dijo que vieras quién era... Ella? -- No dije el nombre de @ Kamra Ashryver D.  por si el ofidio aún no lo había oído, ni el mío propio. Pero esto confirmaba que estábamos siendo espiados. -- ¿Quién?

Mi orden fue respondida al instante pues, con un siseo corto para los presentes, pero lleno de información para quienes dominábamos Parsel (estadísticamente, más de un miembro del bando debía de estar dotado del entendimiento de aquel lenguaje). La cabeza del ofidio señaló hacia un rincón, donde estaba Lady ( @ Malum Luxure ) y un ser que, ahora  me fijaba, no era quien era, sino que no era. Soy algo despistada a veces, pero cuando me concentro, como ahora, soy capaz de distinguir mis propios poderes cuando los veo reflejados en otros.

-- ¿Por qué usas una serpiente para escucharnos, chiquilla? -- No estaba segura de si bisnieta Lady, a quien amaba sumamente, era consciente de lo mal que pintaba  para ella. -- ¿Y tú quién eres? No eres más que un títere en las manos de alguien. Reconozco la magia de los Senescales, así que eres un mortífago renegado, si no te atreves a venir en persona. 

Mi varita estaba lista para atacarles a los dos si se movían. La serpiente se movía en ondas laterales como si dudara entre uno y otro poder que le sujetaba. Pero yo era una de las hechiceras más poderosas del mundo mágico en aquel momento, aunque pocas veces gustara de mostrar mi poder en público, prefería que siguieran pensando que era una bruja algo patosa o vulnerable; pocas veces me habían visto enfadada aquellos mortífagos presentes. Le ordené a la criatura que se fuera, antes que alguien la hiciera daño con un hechizo mortal o de desaparición. Aunque bestia peligrosa por su veneno, ella no tenía la culpa de que un ser despiadado usara su presencia.

-- Dime quién eres y preséntate personalmente en la Riddle si quieres saber qué sucede aquí -- le dije a aquel títere que aún no sabía que era movido por @ Azrael Lycan , aunque no tardaría en saberlo. Usé mi habilidad de Legeremancia y examiné el resquicio mental de quien lo movía cuando, de repente, cayó al suelo, desmadejado. Le toqué con la punta de mi bota para cerciorarme que ahora no era nada antes de retroceder un par de pasos. -- ¡Cobarde! Ha huido y te ha dejado sola en este berenjenal, nieta!

Estaba enfadada con Lady Luxure y esperaba que se explicara (lógicamente, sin saber nada de lo sucedido con su muerte por culpa de Eterno ni que Malum se había adueñado de su cuerpo); mi ira iba en aumento por momentos y lo pagué no con ella sino con lo que había sido objeto del hechizo del Clan de los Senescales. 

-- Traidor -- acusé a quien ya no podía oírme pues había abandonado el vínculo con su títere. -- Fuego Maldito.

Dos lenguas de fuego en forma de rana saltarina (¡quién se riera de eso, lo mato!) salieron de mi varita. Una de ella fue directa al títere caído al suelo y le hice arder, sin piedad, consumiéndolo. La otra rana dudó y quedó moviéndose en el aire alrededor de Luxure, como si mi mente estuviera aún confusa. Me obligué a recordar que mi biznieta seguro que no tenía nada que ver con todo aquello, o eso quería creer, al menos hasta que hablara. La rana de fuego saltó hacia el títere y se unió a la quema. Como si fuera una hoguera de San Juan, fue consumiendo aquel cuerpo, iluminando una de las esquinas de la Sala dentro de la Riddle. 

Con Lady Luxure (Malum) cogida por el hombro, me volví hacia Arya, quien había entrado y hablado. Le sonreí un poco.

-- Te escuché, Arya, lo juro -- dije en un tono conciliador, como si no hubiera hecho nada malo. -- Iremos por quién tú quieras. Yo me apunto. -- Ahora mi cara se puso más tensa. -- Todos aquí somos libres de decidir si queremos o no apoya a la nueva líder y a sus lugartenientes. No obligamos a nadie, pero quien quiera  estar con nosotros, será en presencia y con total fidelidad. No toleramos traidores.

La pronunciación de esta  última frase coincidió con una mirada circular a todos los presentes. No éramos todos los que pertenecíamos al bando, pero al menos, los que estábamos, seguiríamos fieles las directrices que Arya nos diera. Y ya hablaría yo con Lady para ver con quién estaba hablando, aquel traidor que había traspasado la puerta de la Riddle con una títere camuflado. La arrastré, agarrada del brazo, hacia la líder y hacia el lugarteniente, ambos hablando entre ellos.

-- ¿Qué hacemos con ella? -- En ésto era novata. No sabía cuál era el protocolo a seguir cuando ocurrían estas violaciones de la seguridad en la mansión y, además, me sentía intrigada por lo que había sucedido para que Mael convocara una reunión para aleccionar sobre nuestra forma de actuar.

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-Mansión Riddle-

Estaba allí entre las sombras cuando la marioneta de Azrael se desplomó, aquello llamó la atención de los presentes dejándome expuesta, me quedé paralizada cuando se me acusó de usar una serpiente, automáticamente pensé en Cornelia pero luego entendí que era magia del Titiritero y no mía, mi corazón latía tan rápido como el de un ratón, no por miedo en sí, si no por que me daba ansiedad que todos me vieran, podría funcionar mi hechizo de familiaridad aquí dentro? Estaba a punto de ponerlo a prueba. Hubiese querido que mi presentación fuera otra, ya que podría ser tildada de estafadora o cualquier otra cosa, el riesgo de un castigo que me exponga nuevamente a perder la vida en manos de alguien más...como la vez anterior no terminaría solo con la mía si no con la de alguien más, ni ellos m cualquier otro sabrían que si yo muero automáticamente lo hace Lady, ya que es su cuerpo el que nos contiene.

Antes que pudiera moverme la mano en mi hombro me detuvo, él se había ido pero fue tildado de cobarde y traidor creo que son términos a los que está acostumbrado pero que está vez no llegó a oírlos, la voz de la dama sonaba tan molesta que no entendí por que me dolió el modo, me había llamado nieta y entendí que no se refería a mí si no a la pelirroja, mi mente estaba hecha un lío mientras trataba de anular el dolor que me provocaba su toque, no por que lo hiciera fuerte si no por la consecuencia de mi mismo hechizo que hacía que se replicará en mi cuerpo, "Cada persona que te toque sin tu consentimiento te transmitirá su dolor como castigo por usar esta clase de magia" era la razón que no dejaba que me tocaran.

Su fuego maldito en formas de rana quemaron la marioneta deborando con ardientes lenguas sin dejar más futuras cenizas, la escuché hablar pero no podía racionalizar sus palabras por qué aquella llama me tenía presa de su esplendor, cuando me tomó del brazo con férrea decisión no pude hacer nada más que caminar igual que una niña guiada por su madre con la culpa previa de ser regañada, frente a la líder y aquel otro mago, me encontré tan expuesta que solo quería escapar.

Mis ojos no expresaban todo lo que me azotaba por dentro, ahora si que estaba en un gran lío, serían ellos capaces de aceptar mi realidad? La bisabuela de Lady me aceptaría en su lugar?  Yo no lo sabía...oh voz no encontraba salida para emitir sonido alguno, estaba segura que si salía de esta no sería el último juicio que tendría...

----------------- ❤️

@ Ericen  @ Arya Macnair  @ Mael Blackfyre y todos los demás

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Mansión Riddle

Sia (Serpiente Espectral)

 

Entre las paredes un siseo comenzaba a escuchar, el cual no era de algún ser viviente y mucho menos podía ser doblegado fácilmente, este era una de las herramientas que empleo el Regente para vigilar a los Mortífagos, por esa razón, solo a su amo podía dar rienda cuenta, y a nadie más, si bien los pensamientos de la misma eran de muerte y sangre, esta se encontraba bajo las órdenes del mismo Titiritero.

 

-¿Has dicho traidor?- Siseo y observo a la bruja, y nota como la marioneta de su amo era quemaba, esta no emitió pensamiento al respecto, pero si un profundo odio por ella. –No sabes a quien te enfrentas. – Sisea. –Es a mi Amo a quien buscas, pero el no se presentará ante subordinados. - Asevero con firmeza.

 

-El solo reconoce al Black como un líder.- Aunque, eso era una mentira. -¿Qué has hecho por demostrar tu lealtad a mi Señor?- Cuestiona. -¿Acaso no eres una reconocida bruja leal a la Orden del Fénix?- Y observo al otro mortifago. -¿Y tu quien eres para llamar a mi Amo? El no obedece a seres que ni el profeta menciona, un maestro Senecal especializado en los títeres es el Titiritero.- Hace pausa. –Pero nadie aquí es digno de estar en su presencia. – Y la serpiente se marcha entre las paredes, las cual atraviesa con mucha facilidad.

 

@ Ericen  @ Mael Blackfyre

Editado por Azrael Lycan

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Grelliam

Incierta es esta magia que lo ha traído de vuelta al juego de la vida, hoy por ejemplo, lo hace incapaz de abandonar Little Hangleton a pesar de que, aun si la marca no se muestra más sobre el cielo, el llamado mortífago sigue implícito en la quietud que aún mantiene el exterior de la mansión de los Riddle a poco menos de cien yardas de distancia. Es espeluznante de todas formas, pensar en ello, en la calma que hay solo un segundo antes del amanecer de los días finales, antes de que el caos se desate y las calles de Londres ardan en llamaradas descontroladas. No se mueve sin embargo, porque tiene todo esto que resolver todavía, ¿qué es lo que espera encontrar en este lugar? ¿Era a ella? Es demasiado pronto para entender como es que funciona esta nueva magia que contiene dentro y quizá demasiado pronto para saber por qué quiere que se encuentren esta noche habiendo aún tantas por delante.

Finalmente abandona la postura rígida para verla mejor, para poder mirarla de frente y contagiarse aunque fuera un poco con lo que ella siente. En otro momento se hubiera impresionado con tan solo la presencia de ella, con los ardientes tonos de su piel y de su cabello y -ah- esa mirada, si ella se lo hubiese permitido (o aun si no lo hacía) él hubiera cuidado bien de esa mirada suya, no habría dejado que se marchitase del modo en el que lo hace ahora, hubiera puesto mucha atención y cuidado, le consentiría cada dia para verla radiante, se aseguraría de mantenerla hermosa y cómodamente dentro de cada uno de los frascos de cristal donde la guardaría por siempre en partes iguales. No obstante, ahora hay resequedad en el escaso brillo de sus ojos, más que percibirlo, puede verlo en el modo en el que ella lo enfrenta, algo vacila en su interior y por primera vez le parece alguien por poco interesante.

Pasa de largo cuando ella pregunta su identidad, esa es una cuestión que lo llevará a sí mismo a torturarse mentalmente en busca de la respuesta más adecuada para este encuentro. Sabe quien es ella, de algún modo, y aunque no puede ponerle un nombre ni un lugar específico al rostro aterciopelado de ella, al menos es capaz de identificar lo más relevante. Y es lo único que importa por el momento. Hessen la ha mencionado un par de veces mientras lo asiste a los sitios que se ha limitado a asomar sus narices cuando apenas su cuerpo se ha recuperado; ella es la directora del departamento de seguridad del ministerio de magia Inglés, una Auror. 

Por su definición, no podría extrañarle que ella se encuentre en Little Hangleton, no después de que la marca tenebrosa ha convocado a los seguidores de Arya Macnair a reunirse en aquella edificación, sin embargo, hoy en dia las definiciones que contienen los puestos ministeriales están tan distorsionados y convenientemente reestructurados como las mismas personas que los ocupan, ¿que tipo de auror era ella entonces?

Sus ojos descoloridos volvieron a contemplar la fachada de la Riddle con la fijeza de alguien que teme a que en un instante solo desaparezca de su vista. 

Qué descuidada. Pero bueno, si no sabes a donde vas, y no estas perdida, entonces debes estar en el lugar correcto, ¿donde más estarías si no?-, casi lo está dando por hecho, a pesar de que no conoce las verdaderas o iniciales intenciones de la bruja. —En todo caso, es lo que vienes a hacer aquí lo que realmente importa-, aun no desenvaina su varita ni se ha movido más allá que un par de pasos vacilantes en dirección al edificio, sin embargo, aun en su acento monótono de hablar se encuentra un ligero atisbo de advertencia. —¿Has visto la marca de antes sobre nosotros? Esa que evoca tiempos oscuros, ¿por qué piensas que fue invocada hoy?

 

@ Darla Potter Black


 

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Casa de la familia Potter- Valle de Godric 

 

No dice nada y escucha la respuesta de Ellie para Rory, sólo entonces la vampiresa dirige su mirada a ambos, sonriendoles amablemente y feliz de verlos allí,se dispone a contarles lo que sabe o al menos, a ponerlos en tema y se pregunta cuánto más sufrirán a manos de los Mortifagos. 

 

- Bueno esto es lo que sabemos hasta ahora, Illidian estaba yendo a tomar algo y lo emboscaron, fue un mago solamente, uno de nombre... Goldor... Un segundo, es el mismo que me atacó a mí una vez y al que mordí, lo siento es que me sonaba de algo y ahora se de qué... En fin... Creo que lo hizo para demostrar su poder, sin contar que cuando vimos a mi tío fue en muy malas condiciones, no se mucho de ese mortifago sólo se que le gusta hablar mucho y sabe defenderse muy bien,por lo demas cuando llegamos había abandonado a nuestro amigo a su suerte y se había ido de allí, la pregunta acá es cuál fue su propósito de raptarlo? Por qué lo haría? Tengo teorías y ninguna certeza, debemos hacer algo y pues.. aquí me tienen para lo que sea - Dije pensativa y diciéndome que algo me faltaba pero no sabía el que - 

 

Dicho sea de paso me quedé quieta y pensativa, algo difícil considerando que no paro de hablar a cada rato, sólo podía pensar en que al menos no le había hecho daño y que lo teníamos con nosotros, ahora había que encontrar la forma de vengarnos de alguna manera o eso era lo que pensaba la Gryffindor, que necesitaba vengarse de alguna forma. 

 

- Quiero vengarme de lo que hizo, se que es una locura, pero si lo planeamos bien podríamos hacerlo no? No puede venir alguien a poder atacar y secuestrar a los nuestros, debemos de poner protecciones o al menos, tener una alarma por si pasa, ya saben alguna luz que nos avise cuando a alguien le sucede algo, no sé si podíamos hacerlo pero es una idea nada más - Dije en un susurro esperando que no pensaran que era una locura esa idea - 

 

Tenía en mente que quien lo hizo debería de ser un mago muy poderoso, de hecho sabía que así era, porque como todos alguna vez me lo había cruzado, tragué saliva preocupada, debíamos de extremar los cuidados entre todos y pensar en algún plan, sólo esperaba que a nadie más le pase algo como esto y si para eso debía de montar guardia a todos por turnos, lo haría, todo sea por tenerlos a todos sanos y salvos en la casa. 

 

 

 

 

 

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Rumbo al hogar de los Potter

 

-Uno, dos, tres…-

 

Sisea en parsel el Nigromante, mientras que caminaba portando en una mano el Kansho y con la otra su Vara de Cristal, la cual mostraba su forma única, este poseía su rostro cubierto de una máscara donde se observa el rostro de una mujer, quizás la madre del Lycan (usada con su identidad como mago tenebroso ajeno a la Marca Tenebrosa). Por ende, no se le podía vincular a la Marca Tenebrosa.

 

- ¿Dónde están los inocentes? -

 

Su mirada observaba las calles, en las cuales se encontraban merodeando niños y algunos estudiantes de Hogwarts. Y empleado, sus saberes como Senecal de Caronte se detiene, deja a un lado su Vara de Cristal, la se sostiene en la tierra.

 

-Llego el invierno.-

 

Y un rayo helado se desprende de su mano, en el cual comienza a impactar en la calle, y la comienza a congelar, lentamente su poder tenebroso comenzaba a traer a las mentes inocentes, porque su vestimenta era la de un Arlequín, un payaso amigable. Sin embargo, sus intenciones no eran nada buenas.

 

-Vengan, vamos a jugar. -

 

Menciono, y empleado su saber del Titiritero, controlo a los menos de edad para atraerlo a su trampa, esa manipulación que tanto le encantaba, porque deseaba sacar a las ratas de sus escondites, y como dicen ser defensores de las causas justas que mejor forma para hacerlo ¿Acaso la Orden del Fénix dejaría morir a tantos inocentes? Este no le temía a la muerte, por algo se vinculó a los Senescales de Caronte, porque si moría uno de sus Horrocrux le daría la vida nuevamente, regresándolo a su resplandor, el mago era inmortal en cierto sentido.

 

Y teniendo, el control de los infantes este meditaba si quemarlos vivos y sus gritos invocarán a los que del fénix seguían, o si invocaba el símbolo del Señor Tenebroso a ver si los que dicen ser leales en verdad son capaces de enfrentarlo, y no salir huyendo como cobardes, y como la mente del nigromante no era nada puesta al trabajo en grupo, opto por no hacerlo, igual confiaba en su poder para matar y acabar. Aunque, no estaba seguro que tan cerca se encontraba de la madriguera o ese lugar que servía de fortaleza a los fenixianos, este simplemente se encontraba en la acera de una gran avenida con carros, a treinta metros de una plaza y a lo lejos se escuchaba las campanas.

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