The Magical Purge

[Mael Blackfyre]

En las afueras del Ministerio de Magia.

Miré atónito al chico que se había despertado de aquel desmayo. Parecía sano y salvo, solo que se encontraba demasiado tranquilo para la situación en la que estábamos metidos en el medio. ¿Estaba drogado? No me sorprendería, como tampoco me sorprendía la mentalidad de los jóvenes en la actualidad, a pesar de mi corta edad no me sentía igual que ellos de ninguna manera. Eran demasiado débiles e ingenuos. Y aquel muchacho lo estaba demostrando. Levanté una ceja cuando éste me extendió la mano, que se la aparte con otro manotazo.

— ¿Acaso te has golpeado la cabeza? ¿O estás drogado, muchacho? Mira a tu alrededor, ten los pies sobre la tierra. No hay tiempo de hacer sociales. Saca tu varita y alejémonos de aquí.

Era claro que el chico no podría volver al Ministerio. Aunque en ése momento yo no sabía que había salido de allí mismo. Tampoco podíamos quedarnos en el centro de toda aquella multitud porque aunque mucha gente lo ignoraba, aún nos encontrábamos en medio de la purga donde cualquier cosa podía pasar. Una voz a lo lejos resonó hasta donde estábamos, que provocó que me detuviera para mirar hacia el Ministerio de Magia. La voz gritó:

— Debieron hacer caso y expiar sus pecados, en su lugar decidieron venir a clamar justicia y clemencia, por eso han pagado esta noche, aún es tiempo para seguir con su explicación pero si no lo hacen, las otras bombas que están distribuidas por toda la comunidad mágica, explotarán.

Miré por unos segundos a Amit, que se había detenido por detrás.

— No sé quién de los inútiles del Ministerio hicieron esto, pero no es buena señal, alejémonos un poco de aquí —le di un empujón al chico para que caminara. No entendía la razón aún de porqué lo había rescatado ni por qué no había aprovechado de la situación. No nos alejamos demasiado del centro de toda aquella gente, nos fuimos en dirección para el final de la calle, así aún teníamos visión del panorama y estábamos más alejados del centro. Me di la vuelta a Amit Lockhart—. ¿Qué sabes de todo lo que está ocurriendo? ¿Quién dirige la purga? ¿Y expiar nuestros pecados, de qué habla?. 

Aún aferrado a mi varita, le alerté al chico que hiciera lo mismo. Más allá había fuego y un grupo de personas que se querían enfrentar a otras. Una de las razones era que todo aquel descontrol no era creado por el bando. Ningún mortífago como tal. ¿Dónde estaban? ¿Y  la Orden del Fénix? Por razones obvias creería que intentarían detener todo aquello, al menos.

@ Amit Lockhart

[Darla G Dumbledore]

Darla Potter Black en las cercanías del Ministerio de Magia

No pudo contener la furia que sentía, había movido sus influencias mágicas y muggles para evitar el daño a la mayor parte de la comunidad posible y era ahora la propia gente que le pagaba su sueldo la que movía los hilos más perversos y menos lógicos del universo. La pelirroja movió su varita con enfado y el suave murmullo del —detritus —que salió de sus labios la cubrió a ella y a un mozalbete que no debía ni llegar a los quince años. ¿Por qué le había elegido? Ni idea, pero le hizo pensar que estaba allí no por su propia voluntad sino más bien arrastrado por sus mayores. Darla era consciente de que no podía proteger a todos, a nadie, a ella, a… mordió su labio, no podía ni pensar en el nombre del Malfoy.

En aquel momento un estallido se dejó escuchar y la vampiresa agradeció poder estar cubierta por el detritus. Encogió su cuerpo y dejó que la onda expansiva la arrojara lejos y rodó con poca gracias hasta recuperar su postura, lo que no lograba recuperar eran los oídos, notó varios vidrios incrustadas en la piel pero no le habían hecho daño alguno y se los quitó con un movimiento de la varita. Molesta, física y emocionalmente. Sangre que corría a raudales, llegaba el aroma mezclado de los diversos heridos y muertos. No podía dejar de sentirlos, su estómago le pedía por favor y sus colmillos rozaban sus delicados labios mientras ella buscaba heridos entre los escombros, a los cuales aplicó primeros auxilios  y envió a través de diversos portales a San Mungo hasta que ella misma fue la víctima.

No supo cuánto hacía brillaba aquella marca sobre su cabeza, no le había prestado atención, igual, el aturdimiento que sentía continuaba. Un memorando apareció ante ella, causándole asombro, alguien reportaba que había más disturbios en la Calle Oxford, a casi una milla de donde estaba. Bueno, seguro había sido alguno de los novatos de la policía ministerial, el que fuera pedía ayuda, ella solo pudo multiplicar el memo y enviarlo hacia todos los dependientes del Departamento de  Seguridad.

Los gritos de “hay una bruja ahí” la alertaron, no supo en qué momento había vuelto a intentar apagar el fuego de las explosiones. Los oídos aún le zumbaban, pero no era una est****a que se dejara atrapar simplemente de la nada. Salvaguarda Mágica, pensó aunque ya tenía un detritus encima, las cuerdas la atravesaron, por la salvaguarda y no supo si por el detritus o qué el expeliarmus no hizo efecto en ella —¡Silencius! —gritó apenas intentaron desarmarla dejando a la bruja con la lengua moviéndose con un simple des… en sus labios para en ese momento desaparecerse, con lo justo, porque la muchacha venía  con todo, la nueva explosión fue un nuevo dolor de cabeza y la hizo actuar fuera de sí, Daga del sacrificio pensó e inmediatamente se hizo un corte en la mano que equivalía a la que aquella bruja, Binny, llevaba su varita —immolo oppugnare —susurró con los ojos inyectados en sangre e inmediatamente el dolor de su mano fue sanado por un curación, evitando que el daño durase de más, cosa que no sabía si la bruja que la había atacado y que ahora recibía el daño, sabría hacer cómo se debía.

No, no era una heroína, y menos con el enojo que traía con el Malfoy desde que había comentado aquella est****a e irracional idea. Miró la hora faltaban tres para que aquello terminara y aún le quedaba algo por hacer aprovechando esa situación y no era quedándose allí precisamente. El Haz de la noche que invocó abrió un portal hacia una zona que parecía más tranquila y sin incidentes. Un mosquito no detiene un tren, ya se lo habían advertido, y por lo visto, no había un solo maquinista en aquella mier**, porque solo había estorbado a la nada, pensó mientras el portal se cerraba tras ella y la sacaba de aquel maldito lugar. Que Ludwig se las arreglara por su cuenta, ella, por su parte había marcado a la bruja que la había atacado, luego sería llevada a proceso por atacar a uno de los inmunes de aquella noche.

 

[Eterno Black Triviani]

Se sentó en medio de una multitud de ociosos, donde macizos tulipanes al otro lado de la avenida ardían, estos convertidos en palpitantes anillos de fuego. Un polvo blanco, se diría a una trémula nube de polvo de lirios, que flotaba en el aire jadeante.

 Unos parasoles de colores brillantes se desprendieron, subiendo y bajando un tanto inservibles ante la oscuridad de la noche donde el viento lograba helar los huesos. "Aún así, si yo tuviera algún traje que pudiese guardar tal calor me resultaría un tanto desagradable" pensó en ese momento aunque en su locura desconocía que él estaba dentro de uno.

En ese breve instante tampoco sintió como se le ocultaba la superficialidad y vanidad de alguien que notaba a cierta distancia y advertía en ello un peligro ínfimo para el mago y para su felicidad. Los hilos de la vida comienzan amando a sus padres; al hacerse mayores, los juzgan, y en ocasiones los perdonan al verse aliviados. Con ello no lograba comunicar su alegría ya que todos sus esfuerzos solo conseguían otro eco que una débil sonrisa en las comisuras de aquella boca, en el instante pasaron dos damas frente a él para lo cual se puso de pie de un salto.

 - ¡Ahí está! -exclamó.

- ¿Quién?

Señalando con un gesto de rostro usando sus labios como señal, respondió volviendo a indicarle con la vista en la oscuridad, tomando bruscamente del brazo de su acompañante una de ellas para aparentar que no hablan de ella, guiándole a otro lado para no cruzarse no necesitaba tenerle cerca ni mucho menos respirar de su mismo ambiente aunque resultase agradable el picor la ceniza en la punta de su lengua. Sonrió abiertamente aunque con varita en mano la cuál le picaba en ser utilizada y mucho más al maldecirle sin soltar las costuras que llevaba sobre su piel del entrecejo, mientras su caminar hacia círculos como jugando en su propio eje en esa dirección que cubría el fuego 

[Malum Luxure]

Las calles y el caos era un plato tan sabroso, los gritos como melodía en mis oídos, mi varita moviéndose como si fuera la directora de una orquesta con una batuta pero asesina, los cuerpos caían sin reparo, sin mirar quién era...los muggles tienen algo que los delata como una esencia desagradable que los impregna.

Caminaba despacio por las veredas, con toda la tranquilidad que puede dar el anonimato y el poder, la magia es tan egoísta en nuestras manos, tal letal que está dando su fruto más oscuro en estos momentos, no hay quien nos pare lo que sentará un nuevo precedente para el futuro.

No estaba segura a donde ir pero pensaba que mis pasos se Irán al ministerio, juntarme quizás con mi osito asesino o con el grupo que andaba por ahí haciendo de las suyas, los había visto actuar y era un placer verdadero, que los magos por fin se sacaran toda esa frustración que venimos arrastrando desde hace tanto tiempo, la represión sin medida de esos que en verdad no valen nada.

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[Eterno Black Triviani]

Los cuerpos regados por el lúgubre camino que dejaba tras de sí, llevándose consigo su pesada alma la cual se precipitaba a conmoverse ante la dicha de observar el como la esencia vital salía de los cuerpos a través de la boca  como una luz casi imperceptible pero no para los ojos del Walpurgis quien aprovechando de ello las dirigía con su varita como un accio hacia su interior, deborándolas a su antojo aprovechando lo más mínimo para sentirse agusto.

Sobrepasó la lengua sobre sus labios después de todo el deguste mientras acariciaba su estómago  y  sus tripas sonaban de manera constante como queriendo aún más en su insaciable hambre.

Su mirada se reposo nuevamente en su siguiente víctima quien intentaba escapar arrastrando su mísero cómo desgarrado cuerpo, el cual caía a corta distancia del mismo en su torpe movimiento le daba una insuperable ventaja para poder alcanzarlo y esa lucha que este quería darle le resultaría insuficiente dado su estado físico en que se encontraba. El mago paso su brazo sobre su cuello del individuo para proporcionarle un susurro tranquilizador mientras sus garras del furry se incrustaron por su costilla tan sutilmente notando los blanquesina ojos de la víctima, el cual dejaba su último suspiro a punto. 
 

[Ludwig Malfoy]

Ludwig Malfoy

El estrés de la situación lo había dejado fuera de si mismo, había permanecido una gran cantidad de tiempo pensando y contradiciéndose a si mismo. No es que deseara el mal para la comunidad mágica. Al contrario deseaba una prosperidad y una evolución más allá de la pensada anteriormente pero tal y como muchas personas lo habían dicho anteriormente, el Malfoy se contradecía en muchas cosas, hacía cosas malas que parecían más malas y al parecer el único que parecía que eran buenas era el mismo y su circulo de allegados. Había llegado a un límite y si quería ser respetado y que su gobierno prosperara debía tomar las decisiones más difíciles.

Las palabras de su amiga resonaban en su mente, se escuchaba como un eco muy lejano aunque la tuviera a tan solo unos centímetros de distancia. En su mente de confusión pasaban muchas cosas al mismo tiempo pero de algo estaba seguro. Tenían que seguir con el plan y tenían que aguantar un poco más. Miró el reloj y vio que ya eran las cinco de la mañana lo que significaba que la purga terminaría en un par de horas y el sol saldría de nuevo para todos. Recuperó la conciencia y dijo – tienes razón, vamos ocultos en la capa de invisibilidad, será lo mejor.

Acto seguido sacó den su bolso de piel de moke dos capas, ya que había comprado dos, le entregó una a su amiga y la otra la usó para el – no le ofreció ninguna a Mefistófeles pero esperaba que el se uniera a Mica o al Malfoy en aquella expedición. Salieron seguidos también de Yuriko quien optó ir descubierta y poco a poco se acercaron al atrio para salir finalmente al exterior donde una escena terrible los esperaba. Negocios destrozados, gente muerta por doquier, algunos cuerpos ni siquiera podían reconocerse. El rubio estaba oculto pero detrás de la capa de invisibilidad estaba pálido. Quería morir.

 

@ Mica Gryffindor  @ Mefistófeles Evil.

Pepé dela Creme

No quería hacer daño a nadie, absolutamente a nadie pero tampoco deseaba ser lastimada. No quería pasar como una cobarde y después de ver como aquellas personas le habían roto las medias se sentía más enojada que nunca. Había optado por unírseles no por sentirse en empatía con ellos, si no por miedo y por un coraje interno que la obligaba a avanzar y proseguir. Deseó que la noche acabara pero lo mejor sería seguir ese juego de depredadora y convertirse en una fiera en la pasarela, o mejor dicho en las calles de Ottery. Con una serie de hechizos reparó su vestimenta y cambió su maquillaje por uno un poco más exagerado para permanecer oculta y caminó con todo el grupo.

Observó entonces como era jalada por la chica y ella misma comenzaba a lanzar hechizos hacia otras personas. Era Darla, la jefa del Departamento de Seguridad Mágica – creo que no deberías atacar a esa chica – dijo a su colega, sin embargo fue muy tarde. Los hechizos comenzaron a lanzarse y Darla se defendió de ellos con eficacia. En un instante su colega estaba sangrando terriblemente por lo que la drag queen se apresuró a curarla con curación. Cuando finalmente volteó a ver, la pelirroja se había ido y en su lugar solo había más destrozos y cuerpos tirados.

 

@ Binny Evans  @ Ada Camille Dumbledore  @ Eterno Black Triviani  @ Malum Luxure  

 

 

[Malum Luxure]

Algo llamó mi atención parecía un duelo, magos contra magos? Esto es el colmo, tenía claro que lo mío era matar muggles, no pensaba en acercarme a esa persona, es más pensaba ir al ministerio o ver a mi osito letal.

Mi varita fue más que certera y eso me gustaba mucho pues había podido aplicar todo lo que venía aprendiendo en todo este tiempo, si bien tendría que practicar un poco más un par de cosas con intensión de mejorar, hoy en día ser lo más efectivo posible es la mayor ganancia...no arriesgar la vida en vano si sabes que no podrás ganar.

Las maniobras en esta lucha eran más bien improvisadas, mientras seguía mirando con curiosidad a ese personaje tan llamativo parecía que las brujas se habían calmado pero no estaba segura que fuera a pasar más nada.

El ambiente tenso y crítico estaba sumamente emocionante era una adrenalina que sumada a mis hormonas estaba muy a full.

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@ Ludwig Malfoy   @ Ada Camille Dumbledore   @ Eterno Black Triviani   @ Binny Evans

[Mica Gryffindor]

Se tranquilizó al saber que su amigo había accedido a salir bajo la capa invisible, aunque sabía que debía estar más que atenta si quería realmente proteger a su amigo. Claramente las cosas que habían sucedido en el exterior no serían en absoluto agradables de ver pero ¿qué más podía hacer que proteger a quienes amaba de tal masacre?

-Quédate, será lo mejor -pidió a Mefistófeles, mientras tomaba la mano de Ludwig, asegurándose de que las capas lo cubriesen para no ser vistos, era el único modo de poder controlar la ubicación de su amigo una vez fuera, pues no podrían verse.

Avanzaron hacia el atrio, para luego salir al exterior. Las cosas eran mucho peores que como las había imaginado la Gryffindor, ciertamente. Destrozos por doquier, en pleno territorio muggle. El silencio reinaba en la tétrica escena. Sus ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente ¿dónde había estado la Orden en ese momento? ¿Acaso tenían mejores cosas que hacer que cuidar la ciudad?

No necesitaba ver más, dejó caer su capa, sin soltar la mano de Ludwig y se metió bajo la de él para abrazarlo con firmeza, no solo porque supuso que él lo necesitaría, ella lo necesitaba también.

Tras unos momentos, tomó su rostro entre ambas manos, obligándolo a mirarla.

-Ya vimos lo suficiente, no podemos hacer nada para revertir esto- susurró, su corazón, no solo por la terrible situación, sino por ver al ministro tan herido. -Tenía la esperanza de que la Orden actúe… es evidente que no lo han hecho. -no pudo seguir aguantando, sollozando escondió su rostro en el hombro de su amigo, aferrándose a él con fuerza.

@ Ludwig Malfoy

[Ludwig Malfoy]

Sus piernas apenas lo sostuvieron, ya estaba a punto de amanecer, pronto acabaría la famosa purga y la vida de todos los presentes quedaría sellada como un antes y un después. Un día en el que se permitió la violencia, la injusticia y el asesinato. Las manos del ministro habían quedado manchadas para siempre. Mica también se sentía fatal, podía sentirlo en su mirada pero al menos la decisión no había sido de ella. La mujer era la menos culpable en aquella situación. Todo había sido culpa del Malfoy quien no era digno más de ser parte de la orden del fénix. Por el contrario se sentía culpable y bastante responsable. Sus colegas y demás miembros del ministerio se lo habían advertido, las amenazas del MACUSA tenían sentido por supuesto y aunado a eso, había defraudado la confianza de todos los que habían votado por el.

-Tengo que irme, en verdad lo lamento – le dijo fríamente – no puedo más con esto y espero me entiendas, hay algo que debo hacer antes de que acabe la purga – comentó con la misma crueldad. Sin más tomó su varita y conjuró el famoso fulgura nox hacia el lugar que tenía como destino la embajada donde se había refugiado Darla Dumledore. Se acercó con cuidado y observó como el recinto estaba completamente lleno de guardias y policías ministeriales. Su mirada era seria y con solo pararse frente a la puerta los custodios lo reconocieron para abrirle las puertas de par en par.

Ingresó con pocos ánimos, estaba cansado y demacrado, parecía que tan solo en una noche había envejecido diez años o más y no obstante estaba ahí con la intención de acabar con algo que venía semanas torturándolo - necesito ver a la jefa del departamento de seguridad mágica, es algo urgente – dijo esperando que llegara la chica donde quiera que estuviese, después de todo ella era la indicada para que le borrara la memoria pues había decidido dejar la orden del fénix.

 

 

@ Darla G Dumbledore  @ Mica Gryffindor

[Kahlan Blackthorn]

 

 

Su última visita al Inframundo, le había dotado de nuevo conocimiento, corriendole por las venas el veneno que depositará en ellas, el Dios de la Muerte “Thanatos”. El precio que pago, le resultó demasiado bajo a cambio de poder ver más allá del mundo de los muertos y con un simple toque, causar en un ser viviente tanto dolor que lo volcaría a una existencia de locura interminable. 

— Purgar no es tan malo, posiblemente sea la forma más certera de erradicar las manzanas podridas que han sumido a la sociedad en un retroceso innegable—detestando como nunca el letargo en que todo giraba actualmente dentro del mundo mágico. Esa pasividad de la Orden del Fénix por mantenerse escondidos dentro de sus mansiones o en el peor de los casos, sepultados debajo de montones de pergaminos que reflejaban el poco interés de salvar a los que aún continuaban apoyando a los defensores de la luz.

No le extrañaría que esas lucecitas, finalmente se fundieran de tanto iluminar un camino que jamás tuvo como meta acabar con la marca tenebrosa. Esos anhelos que siempre usaron como estandarte, para intentar desacreditar a los magos tenebrosos— La misma canción suele cansar, luego de bailarla un par de veces—rodeando con elegancia el mango de su oscura varita, no le quedo más que continuar con su satisfactoria tarea. Dando un estocada con la punta de su espada del invierno, congeló en el acto el cuerpo del mago transformándolo en un pedazo de hielo que se vio abrazado por las fauces ardientes de Vermithor.

— Al menos no debes comerlo, no estás acostumbrado a carne que ni a retazo llega—la sonrisa maquiavelica que se proyectará en sus labios, quedaba bajo el resguardo de su máscara. Volviendo a sentirse como hace unos meses, echando de menos salir a matar a destajo por la falta de tiempo debido a sus compromisos como Ministro de Holanda.

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