El espíritu de la Navidad

[Anne Gaunt M.]

Regresar a Ottery siempre le resultaba interesante y extraño a partes iguales. Ya no sentía la misma conexión hacia esas tierras que, años atrás, la habían mantenido atada a sus calles y costumbres. Había dejado de sentir dependencia de aquella sociedad y, sin embargo, sentía añoranza cada vez que recordaba a algunas de las personas que, según le habían chivado, seguían viviendo allí. Echaba de menos a Jeremy, y no estaba segura de si ya la habría mandado al cuerno, si seguiría acordándose de ella, o ni siquiera si tenía derecho a seguir pensando en él después de haberle abandonado ; le ocurría lo mismo con sus hijos, aunque estaba tranquila sabiendo que cada uno había continuado con su vida, siempre bajo la vigilancia de su propio padre, al que también se sentía culpable de haber abandonado, cargándolo de todas sus responsabilidades; echaba de menos a sus amigos, en especial a la mejor de todas ellas. ¿Habría cerrado el negocio que compartían? ¿Se acordaría de ella? ¿Le sacaría los ojos si cometía el atrevimiento de ir hasta su casa para visitarla? 

Llevaba un rato caminando por los terrenos del castillo Gaunt sin decidirse a entrar. Su fiel elfo, Secajo, parecía haber sentido su presencia en cuanto había puesto uno pie en los terrenos porque había aparecido a su lado y se había deshecho en halagos y demostraciones de alegría al verla. 

-- ¿Está el viejo en casa? --le preguntó Anne, mirando hacia uno de los ventanales de la sala de estar. Le había parecido vislumbrar una figura allí, pero no había podido reconocerla desde tan lejos. 

-- Por supuesto, el amo Shiro se pondrá muy contento al saber que ha venido, la echa mucho de menos. 

-- Quieto ahí, Secajo. No le digas nada... no sé si voy a quedarme --se excusó la bruja. El elfo pareció desinflarse un poquito al escuchar aquellas palabras, pero se mantuvo en silencio--. ¿Están todos bien en casa?

Secajo solo asintió con la cabeza por toda respuesta. Anne se agachó a su lado y le pellizcó cariñosamente una oreja. 

-- ¿A qué viene esa cara de disgusto? Me alegro mucho de verte, ¿sabes? Te he echado de menos --le dijo, intentando así apaciguar el frágil caracter de la criatura. 

-- Secajo podría ir con la ama Anne allá adonde ella vaya --se apresuró a decir la criatura--. Podría acompañar a la ama en sus viajes y servirla en todo lo que necesite. 

-- Prefiero que cuides de mi hogar y de mi padre, Secajo. Intentaré venir más seguido, ¿de acuerdo? Pero ahora mismo no me siento con fuerzas de ir a casa. Voy a darme un paseo... la mansión Potter Black sigue en el mismo sitio de siempre, ¿verdad?

Secajo la miró con extrañeza. 

-- Claro, ama. Las mansiones no saben andar... ¿quiere que vaya a avisarles de su visita? ¿Quiere que le mande un mensaje a la señora Sagitas? 

-- No, no --Anne negó enérgicamente con la cabeza--. Prefiero darle una sorpresa navideña. Seguro que su casa está llena de adornos y luces de colores. 

Secajo no parecía muy convencido de no anunciar la llegada de su ama, pero terminó asintiendo con la cabeza y, tras una profunda reverencia, desapareció de los terrenos. Anne supuso que había vuelto al castillo, y no estaba segura de si podía confiar en su discreción respecto a su regreso. No obstante, tras un último vistazo al ventanal por el que le había parecido ver a su padre, salió de los terrenos y encaminó sus pasos hacia el hogar de los Potter Black, en el que esperaba encontrar a Sagitas. 

¿Qué habría sido de su amiga? ¿Cómo le iría liderando el bando por el que ella había vivido y luchado durante tantos años? Se moría de ganas de ponerse al día con ella, aunque más le valía llevarle un buen regalo para evitar posibles enfados. ¿Un vino, quizás? ¿Una flor de pascua? ¿Dulces? Decidió hacerse con un combo y, tras una breve visita al Diagon, se personó en las cercanías de la mansión Potter Black con una caja de cartón envuelta en papel de regalo que contenía un surtido de dulces y vino con los que agasajar a su líder y, esperaba, aún amiga. 

Se detuvo a escasos metros. Ahora, la idea de que Secajo avisase de su llegada no le parecía tan mala. ¿Y si Sagitas se enfadaba después de tanto tiempo desaparecida? No quería estropearle la navidad... Miró de reojo la caja que llevaba entre manos, indecisa.

 

@ Sagitas E. Potter Blue

[Jack Davies]

Desperté con las sábanas enrolladas sobre mí, tenía la sensación de no saber qué hacer. Fui a la cocina donde estaba mi compañera de piso, le saludé sin demasiado ánimo. Intenté preparar un desayuno completo, tenía en mi cabeza la idea de “La Marca” pero también la de un amigo fiel. Al acabar el cuenco lo dejé en la pila y me puse a fregar, en ese momento se despertó mi compañero. Tenía la cara de dormido, la noche anterior había estado hasta muy tarde con sus familiares en el salón. Le pregunté que qué tal estaba y me dijo que podía estar mejor pero bien.

 

Sobre el primer tema, lo tenía claro. De momento prefería ser neutral e ir empapándome de lo mejor de cada bando, me atrae la valentía de La Orden, pero la ambición de La Marca me convence, además de que ambos bandos están ocupados por gente con un nivel de inteligencia superior. En cuanto a lo del amigo fiel, no tenía claro nada. ¿Realmente buscaba un amigo o algo más? ¿Necesitaba conocer un amigo de verdad y con el tiempo se verían las cosas? Quizás fuese lo segundo. Pero ¿a quién iba a conocer ahora para plantearle esa posibilidad? En ese momento me acordé de un amigo que había conocido un día que salimos a la playa. De verdad sentí algo por él y él confesó lo mismo hacia mí. ¿Debía marcar su número? No estaba convencido en absoluto. Nos llevábamos 8 años más o menos y era mi ejemplo a seguir, pero no solo como amigo, estaba seguro de que le quería en mi vida y haría cualquier cosa por él, hablando las cosas.

[Darla G Dumbledore]

House of Books

No es fácil decir el por qué había dejado pasar tanto tiempo desde la última vez que sus elfos se lo habían dicho. Pero seamos honestos, hacía meses que la pelirroja no sentía deseos de nada. Ahora, sus elfos le venían con la historia que no era solo a ellos que se les habían perdidos los adornos navideños, de hecho, ella era consciente que en un solo lugar los mismos se habían mantenido a salvo, porque esa pared estaba protegida con magia de runas antiguas que ella misma había colocado hacía mucho tiempo.

Suspiró cuando por nonagésima vez Lualú le dijo que había elfos y magos murmurando sobre la desaparición de adornos navideños y la elfina aseguraba que era porque el espíritu de la Navidad se había desaparecido. Darla apoyó su barbilla en su mano, con el codo apoyado sobre el documento que acababa de recibir.

—Lualú, el espíritu de la Navidad no desaparece, simplemente la gente está agotada por los últimos acontecimientos ¿crees que a los ingleses le ha gustado que aplicaran una idea semejante como a la purga? —la pelirroja se encogió de hombros y su elfina no parecía demasiado feliz pero resignada se fue del escritorio.

Darla tomó el documento y sonrió al ver firma refrendando la aprobación de su solicitud de cambio de apellidos, con cuidado guardó el documento y selló el archivero en el que este estaba. Y se giró para descubrir en la puerta del escritorio a Tommy, su elfo.

—¿Qué ocurre Tommy?

—Todo desaparece, Tommy está seguro que dejó adornos navideños en la caja del depósito y ahora no están.

—Quizás Leto cambió de lugar la caja, Tommy, tú y Lualú están exagerando ya.

—Tommy no exagera, la caja está, los adornos no —había un cierto tono rebelde en la voz del elfo y Darla lo calmó con su mano.

—Está bien, está bien, algo está pasando, y no es mi falta de ánimo, ni la de los demás, averiguaré, ahora, solo pongan velas o calcetines comunes, no lo sé, improvisen y despreocúpense.

El elfo se retiró refunfuñando pero más tranquilo mientras ideaba qué calcetines usar y si se podrían hacer adornos de papeles de colores. La pelirroja suspiró, algo estaba mal, era cierto, pero no tenía ni idea de por dónde empezar, quería creer que todo era culpa del mal humor generalizado, pero no quedaba más remedio que reconocer que algo no estaba bien, no era normal que los objetos navideños desaparecieran.

Darla se echó hacia atrás y miró el escritorio, guardando el otro documento que estaba sobre la mesa. Eso también debía terminarlo, pero ahora mejor ocuparse del por qué el Grinch o qué otro amargado, se había robado la navidad.

[Sagitas E. Potter Blue]

Mansión Potter Black:

Aunque mi mente seguía buscando una explicación lógica a lo que no había en las calles y pensando en qué o no hacer al respecto, y, sobre todo, si merecía la pena hacerlo, ya que este año precisamente no es que fuera una amante de las Navidades y sus caóticas consecuencias, intentaba que los presentes no notaran el rompecabezas en que se habían convertido mis pensamientos. Moví a mi nieta en el brazo en que la tenía sentada para que sus rizos violetas, digno reflejo del linaje del que procedía, sonriendo ante sus toqueteos, feliz de sentirla compartiendo sus sentimientos conmigo. Era algo nuevo para mí, puesto que yo nunca había compartido mis pensamientos con nadie y Matt nunca había podido sentirlos. Sin embargo, Elentari sabía "olerme" cuando tenía problemas emocionales y conseguía transmitirme sus propios sentimientos, sirviéndome de filtro para apaciguarme.

Su risita era contagiosa y mandé al cuerno el problema de la navidad, al menos hasta que Sean apareció. Juro que estuve a punto de soltarle un improperio al maldito fantasmón cuando me llamó vieja delante de mi niñita, algo así como "al menos, yo llegaré a vieja, no como tú, que estás muerto", pero hasta a mí me pareció hiriente, sobre todo en las fechas que estábamos.

Vale, en la que "no estábamos", ya que parecía que a nadie le interesaba la Navidad en el pueblo. Reconozco que soy rara y me gusta llevar la contraria de una forma innata, casi sin pensarlo. Así, que yo no quisiera celebrar la Navidad en el territorio de la familia Potter Black o de la "Ojo Loco" Potter Blue, no significaba que el resto del mundo se parara. Que en Ottery no se estuviera celebrando estas fiestas, me mosqueaba. No tenían derecho a copiarse de mis problemas. Así que me carcomía el no saber qué estaba pasando.

-- ¡Quieto parao! -- le dije a @ Sean -Ojo Loco- Linmer  cuando le puso la estrellita a la nena en la pechera. Por supuesto, mi mano le traspasó, pues no hay que olvidar que es ser etéreo, cuando quiere, jajaja. -- A la nena, ni tocarla. Como se atragante con eso que le has puesto, te lo haré pagar caro. Y quítate eso de la cabeza, que no quiero celebrar las fiestas.

Y por "eso", me refería al gorrito de elfo que llevaba puesto para disgustarme, estaba segura. Gruñí, pero muy flojito, para que Elentari no lo oyera (a pesar de estar a un palmo de mi cara). Matt cogió a la chiquita y se puso a hablar con ella, ¿tal vez pensara que iba a estallar en rabia contra el tocho-plasta de Sean? Bueno, tal vez sí, a veces me cuesta controlar el volcán que llevo dentro. Aún así, me volví a sentir culpable al verle aún cojear. Pero volví a gruñir y me encogí de brazos.

-- Como se te ocurra talar un árbol más, te corto las amígdalas. -- Espera que encontrara el símil de lo que le iba a cortar, todo amenazas inútiles cuando él era incorpóreo, pero de alguna manera tenía que desahogarme. -- Si queréis que vayamos a la plaza del pueblo a decorar el árbol central pues... Esto... Huummm... ¡¡Y te llevas el que has cortado, no vas a sacar ni uno más del suelo!

¿Quién había visto a aquella Sagitas de días atrás que se había opuesto de forma vehemente a celebrar las fiestas? Porque ahora estaba cediendo, por una sensación de culpa inmerecida porque yo la había prohibido en mi casa, no en todo el pueblo; por la ternura en la mirada de Elentari y su primera navidad con nosotros; por intentar dar una normalidad que no sentíamos a la familia, tal vez así @Matt sonreiría de nuevo... Pero, sobre todo, para que las energías de mi ex-yerno se dirigieran hacia otro lado y dejara de destrozar la casa.

-- Eso es trabajo del Ministerio, pero si el Primer Ministro @ Ludwig Malfoy  carece de presupuesto para adornar las calles, será mejor que un particular haga su trabajo. ¿En qué estará metiendo el dinero, con lo limpito que dejé yo la Tesorería? Y quiero decir en buen estado, no que mangara el dinero -- me apresuré a puntualizar, pues de Sean me esperaba cualquier respuesta. -- Hale, abriga a la niña con este trajecito que... ejem... compré para ella, y vámonos a la plaza del pueblo.

Reconozco que había pensado más en la navidad de lo que quería confesar. Pero es que la niña iba a estar preciosa con ese vestido.

-- Se parece al que Xellita llevaba en la Gala de Halloween y... -- Guardé un minuto, otra vez arrepentida de lo sucedido en aquella gala, cuando le hice daño en la pierna a Matt. Suspiré tan alto que Elentari se río y aplaudió, no sé si por el ruido o por el vestido que la elfina y Matt intentaban ponerle. Al menos, estaría calentita.

Intenté disimular mi desasosiego. La niña seguía aplaudiendo, ya con su vestidito puesto. Era maravilloso tener a alguien que te alegraba el día. Carraspeé y moví la varita en el aire para que apareciera la pluma y el pergamino y le dicté una nota para @ Helike R V PB , @ Xell Vladimir Potter Black , junto a @ Mael Blackfyre y a @ Mica Gryffindor .

"Reunión informal en la Plaza Mayor del pueblo de Ottery. Vamos a adornar un árbol de navidad y discutir sobre el hecho que nadie haya arreglado las fiestas. Traer adornitos de esos que se ponen en medio. ¿Podéis hacer una cadena y traer a más gente? A ver si entre todos arreglamos ésto.

SAGITAS"

Por supuesto, le di un aire casual por si caía en manos extrañas, pero quería tener a los lugartenientes cerca (sin pensar si estarían o no celebrando la navidad con sus familiares y amigos) para aprovechar algún momento y preguntarles si creían que era un complot o qué manos habría detrás de aquella ausencia de celebración. ¡¡Yo quería celebrar las fiestas!!

Sí, algo bipolar en mis pensamientos, lo reconozco. Como tampoco quería pasar frío, también me puse un disfraz de algo verdoso, del color de La Marca, y un traje rojizo de navidad, con máscara incluida. Me sentaba muy bien y me sentía calentita.

-- Bueno, he enviado una carta a Xell y Heliké para que vengan a ayudarnos y traigan más gente -- ¡qué forma tan poco original de no mencionar a mis lugartenientes y, a la vez, justificar su presencia! -- Vamos. Cargar con el árbol y traer luminajos de esos. Tenemos que iluminar una plaza.

Y le di la espalda a Sean, para que se diera por aludido que podía quedarse a conversar con el ghoul del desván, si quería. No le necesitábamos. Y en ese gesto altivo de mira con la nariz levantado en un ángulo que sólo te deja ver las altura, salí y me la pegué contra alguien que estaba esperando demasiado cerca de la puerta. Tropecé y casi pego en el suelo con el pompis, algo que evité con una acrobacia de payasa algo forzada. Pero lo conseguí y mantuve el tipo.

-- ¿Pero qué demonios hace parado delante de la puerta de una familia honorable? -- Bueno, la familia lo era, no me vengáis con chistes malos. - ¡¡Anne! ¡ @ Anne Gaunt M. !! ¡¡Ooh, Anne!!

De acuerdo, no sé qué pensaría ella de ver a un monigote rojo y verde dándole un abrazo y gritando su nombre como si fuera lo único que sabía decir, pero es que me alegraba tanto ver a mi ex-líder, a mi amiga y a mi socia, un tres-en-uno al que echaba muchísimo de menos!

--Anda, ¿ya traes adornos de navidad? ¿Cómo es que has recibido el mensaje tan rápido. ¡Ay, gracias por venir! Eres la primera en responder a la lechuza. Vamos, vamos, de prisa, adornemos el árbol de la plaza del pueblo. Ay, cómo me alegra verte aunque sea por un motivo tan noble. Vamos todos, que la noche es larga y nos espera la aventura de la Navidad.

Sí, de repente, me sentía muy feliz, como cuando era niña huérfana y merodeaba por las calles heladas de Asturias y veía a los pueblerinos celebrar aquellas fiestas tan bonitas.

[Ada Camille Dumbledore]

Callejón Diagón

El amanecer me había atrasado fuera de casa, tras algo bastante incómodo,  iba con el cabello recogido  con una sudadera prestada bastante grande y el vestido en la mano, evitando ser reconocida por los demás camine de forma rápida para salir rápidamente del callejón y evitar encontrarme con alguien, si llegaba al Chateau pronto evitaría que alguien me viera por las calles usando la sudadera de alguien más y con mi vestido en la mano, podrían pensar lo peor. Una carta llegó a mis manos y me hizo soltar un pequeño grito  de sorpresa, yo solo disimule dejando caer el cabello en mi rostro y haciéndolo ver de una totalidad rojiza para no ser reconocida. La misiva venia dirigía de parte de Noeline, hijastra de mi hermano hermano hija de mi querido amigo Ludwig. Quería que le ayudara a hacer una pequeña cena de navidad. En mi mente quedó sonando la palabra pequeña, yyo no preparaba nada “pequeño” me gustaba la idea pero haría algo magnífico. Ahora con más prisa debía aparecer en casa y prepararme para ir a la Malfoy. Finalmente me desaparecí directo a mi hogar ancestral.

 

Chateau Dumbledore 

 

Llegue a mis habitaciones de la Dumbledore. con prisa deje el vestido sobre el sofá y fui

quitandome la ropa hasta llegar arriba a la ducha de mi habitación, Sasha salió a mi encuentro y despeine suavemente la cabeza de mi linda loba Huargo. Con una suave floritura deje que el agua llenará el espacio de la tina, mientras que me iba a acomodando en ella mientras el gua iba subiendo y cubriendo mi cuerpo. Había bebido algo para la resaca física, pero la moral aún la tenía  tendría que disimular muy bien hoy, aun tenía molestia. Tras un tiempo en la tina me retire directo al vestidor y elegí un vestido dorado, deje mi  cabello liso, maquillaje brillante tome unos zapatos de tacón alto y fui directo a la Mansión Malfoy en donde me esperaba 

@ Noeline Malfoy McFarlan

 

Editado 3 de Enero del 2023 por Ada Camille Dumbledore

[Jack Davies]

Pero no, definitivamente no iba a hacer aquella locura. Si bien es alguien especial para mí, tengo que respetar su momento y esperar a que se encuentre mejor y podamos volver a salir por ahí. Se me hacía tarde y tenía que hacer muchísimas cosas. Me había pasado la noche de Navidad dormitando tras la cena y la videollamada con mis padres. Y, aunque no existe mayor placer que el de estar tumbado sin hacer nada, no me lo podía permitir en aquellos momentos. Me había mudado a un piso con compañeros desde hace poco tiempo, íbamos a ser uno, o dos, más. Un nuevo compañero y su novia iban a mudarse, íbamos a ser 5. Ellos entraban dos por el precio de uno. Lo consideraba injusto.

Simplemente pensé en lo que me aportaba el vivir solo, lejos de mis padres y lo que me daba el estar con ellos. Es cierto que tenía más libertad, pero ¿tenía que invertir en un piso de 5 personas pudiendo ser 3 y estar gratis? Porque de normal no salgo de mi cuarto. Además, que con mis padres las comidas y las cenas las tengo hechas por mi madre, no tengo que desplazarme al súper ni gastar de mis ahorros. Pensé en la posibilidad de mandarlo todo al ca***o. Sí, quizás era lo mejor.

[Eterno Black Triviani]

El ambiente se encontraba lo más denso y sentía que debía entrar en este acometido pero con ello le conllevó a buscar la forma de entender lo que realmente estaba pasando, no entendía bien la situación y aún no encontraba nadie que le pueda informar, miró el cielo indistintamente transformando su cuerpo para salir de este lugar que le tenía prisionero, escarbando con sus garras y empezando a sentir como la tierra caía a su rostro imposibilitándole ver pero el continuo impulsando su cuerpo para buscar alguna bocanada de aire la cuál necesitaba para poder respirar en su desesperación, logró sacar la cabeza seguidamente de sus brazos en aquel terreno áspero y duro, ejerciendo su último impulso y con ello estar de pie mientras se limpiaba su rostro y quitarse la tierra húmeda que aún tenía pegado en el rostro. 

Algo realmente habia cambiado tratando de ubicarse para dirigirse a Ottery sin mucha demora, fue donde sabía que podría estar su esposa en estos momentos, con ella habían quedado un punto de reunión en estos casos, se topo con un puesto de periódicos vacío pero que aún llevaba algunos periódicos colgados de los cuales leyó a informarse de algo. "¿No habría navidad? ¡Que miércoles sucede!" No sería que está cumpliendo la predicciones(?) Esas estrellas ya están ahí en lo alto.. todo está a favor de ello. 

Salió apurado en búsquedas de respuestas en dirección donde estaba su maestro lo más rápidamente que podía, tenía que buscar alguna solución después de todo era su responsabilidad.

[Mael Blackfyre]

MANSIÓN GRYFFINDOR

Cerré los ojos durante unos segundos, respirando lentamente. Intentaba por todas las razones callar mi voz interior de lo que podría pasar. Levanté una de las manos con la palma de la mano en dirección al panteón. Estuve a punto de recitar las palabras, de abrir aquel puente entre ambos mundos. Pero un pequeño fogonazo hizo que detuviera todo aquello. ¿Sería una señal? Tomé el pergamino que me había enviado Sagitas.

¿Plaza mayor de Ottery? ¿Para qué quería adornar un árbol de navidad?

Si no hubiera sido el pequeño detalle que se trataba de la mismísima Líder de la Mara Tenebrosa, tal vez la habría enviado al demonio y habría continuado con lo mío. Pero tal vez tras aquellas acciones, había un interés en particular, siendo otra razón por la que me llamaba a mí. Arrugué la carta y dejé caer el bollo de papel al suelo, un poco frustrado por haber sido interrumpido en mi valentía.

 

Plaza Mayor de Ottery St. Catchpole.

Había dejado atrás a la mansión Gryffindor para aparecer en una de las calles laterales de aquella zona verde. Tenía que admitir que jamás había ido para aquella zona, por lo que llamaba la atención de porqué me había citado allí. En ése momento, empecé con algunas cuestiones en mi cabeza sobre si había avisado a alguien más y por qué en ése sitio en especial. Por ejemplo, el Ministerio era uno de los lugares que podríamos habernos reunido, o en la mismísima Hogwarts.

Sin embargo ahora estaba parado en una de las calles que bordeaba a la gran plaza, con una túnica gruesa color negra que tapaba del clima invernal que se iba potenciado a cada día que pasaba.

Miré para un lado y para el otro. No iba a responderle a Sagitas, la sorprendería allí. Aunque tampoco sabía muy bien a quien hora. Me mantuve un poco alejado, apoyado sobre uno de los árboles, tal vez pronto vería alguna cara conocida.

[Malum Luxure]

Mi mirada era bastante despectiva, los adornos que se supone que hacen más festiva la ciudad no estaban, no era que me preocupara realmente pero pensando por mis futuros bebés, creo que tenía que poner manos a la obra pero a dónde ir?

Caminaba dentro de la mansión como un gato enjaulado, no me gustaba esa sensación de sentirme atrapada o inútil, pero era con quien contactar para saber que hacer, quizá hablar con mi esposo para ver como actuar o para dónde ir.

Decidí enviarle un mensaje para reunirnos o ver si viene a casa, no podíamos perder más tiempo así que busqué pluma y pergamino para enviar un mensaje lo más pronto posible así actuar.

Cita

Querido mío:

Estoy algo preocupada por la situación actual, crees que puedas venir a casa o juntarnos cariño en algún lado? Quizá con alguien más que pueda saber sobre qué está pasando en todo el mundo mágico.

Creo que esto es grave pero es importante tomar cartas en el asunto.

Contesta pronto.

Besos tu esposa

La mandé lo más rápido posible junto con Court para que llegara a su destino con seguridad, así que con eso me quedé más tranquila.

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@ Eterno Black Triviani

[Eterno Black Triviani]

La situación navideña cada vez era más trágica, ya nadie recordaba a los villancicos aquellos que se cantaban para el niño recién nacido conmemorando las buenas nuevas de aquel mensaje que ya había olvidado de que se estaba hablando, aunque un grupo de personas reunidas cocinaban para dar un banquete para las doce, el ambiente olía divino con el sofrito de cebolla y las especias  aromatizantes que era la base de toda comida casera. 

En aquel instante un cuervo aparece buscando llamar su atención, dicho animal llevaba sujeto en un pequeño envase de una de sus patas un mensaje, el picudo se dejó sostener para poder retirar el papel que llevaba, después de leer la misiva quedó pensando brevemente lo que estaba haciendo aunque realmente no recordaba nada.

Tomando luego una de sus tarjetas las cuales llevaba en su bolsillo de su gafete y escribiendo con una lapicera la respuesta a su mensaje

Cita

Querida mía, no entendí tu mensaje pero aún así no tengo idea de lo que me hablas aunque aquí la gente está alborotada por algo, justo mi grupo y yo íbamos a salir a cantar algo que no recuerdo bien, yo ando por Ottery si quieres venir vente sin demora, pero recalco la gente se encuentra un tanto confundida,  quizás si vienes me ayudas a descubrir que cosa estaba buscando, realmente la situación está algo trágica. Besos para mis gemelas. Pd: el pan calentito está divino. Pd2: tu cuervo muerde.

Arrugó gentilmente el papel pegándole en la pata del animal el cual no le gustaba que el lo toque, cerrando luego el tubo que contenía el mensaje. El animal voló y desaparece a su vista. @ Malum Luxure

Editado 10 de Enero del 2023 por Eterno Black Triviani