Douce Tentation & Straripante Passione (MM B: 90090)

[Kahlan Blackthorn]

—Parece que el tiempo, ha sido bastante benevolente con ambos—siseaba deslizando su surda sobre su vientre. Observaba el inmenso mar desde su oficina privada, infinidad de recuerdos comenzaron agolparse en su memoria, vivencias de un momento que supo como dejar una huella en su vida, pero no tan profunda como para socavar más allá de lo que sentía actualmente por Joaquin. Si era el padre de su pequeño, pero eso no le daba ninguna clase de tolerancia delante de Malfoy, simplemente le permitía estar cerca de ella lo mínimo. Poco le importaba tenerle cerca de su hijo, deseaba que todo lazo entre ellos pudiera ser cortado de raíz, pero eso era prácticamente imposible.

—Todo está listo, tal y como lo ha ordenado—la voz de Aryma, le hizo volver en sí de golpe. Le gustaba el respeto con el que le trataba, evitando a toda costa tutearla a pesar de que Malfoy se lo pedía constantemente—Vendrá a ver como va el desarrollo del pequeño, pero parece que eso no le acaba de agradar del todo—agregó notando una mueca de desagrado en el marmóreo rostro de la vampiro. Indudablemente dio en el clavo, acertando en su apreciación si estuviera en sus manos, le impediría tener todo contacto con el Granger, pero eso era prácticamente imposible.

—Avísale a Haise y Ken, deseo que ambos estén al tanto de todo. Vigilantes en todo momento y que no se les pase ningún detalle—ordenaba cubriendo sus hombros con una capa de viaje negra como el ala de un cuervo. El sitio donde se llevaría acabo la revisión, ya estaba dispuesto con todos los elementos necesarios y en está ocasión sería Lexy, la contraparte de Juv la que realizará todo el estudio. Tenía casi tres meses de gestación, el tiempo había pasado lento ante tus ojos, acrecentando poco a poco su vientre plano, dándole la forma de una pequeña pelota que crece conforme de va inflando con el aire que entra por el pivote—Aryma deseo que estés a mi lado en todo momento, no te separarás de mi pase lo que pase—le pedía con una lóbrega sonrisa en sus labios.

El guardián del pequeño Kali, ya estaba enterado de la visita del padre de este al recinto hotelero. Una mirada furtiva se colaba detrás de una de las paredes de la oficina de la rubia, analizando cada uno de los movimientos de esta, detectando que estaba inconforme con la presencia del vampiro dentro de sus dominios. El se haría cargo de todo aquello, observando a detalle cada una de las acciones del Granger, dejaría que estuviera cerca de Malfoy y el bebé, al menos por esa ocasión ya que de oponerse las cosas tomarían un tinte más que dramático y podrían poner en peligro el bienestar de pequeño.

—Enviaste la misiva, ¿verdad?—preguntó adoptando una postura displicente en todo momento. El sonido de las olas chocando con el malecón ensalzaba más y más sus ganas de matar al padre de su hijo. Su cuerpo se tensó como un trozo de madera, rígido desde la raíz hasta el exterior, recordando todo lo que charlara con su hijo, respetar la tolerancia que este le pidió que tuviera para con su progenitor. Detestaba pactar la paz como lo haría Suiza en medio de un conflicto bélico. Ella no estaba para cuestiones como esas, además, ¿por qué sentir piedad o misericordia por tl hombre que les excluyo de su vida a ambos?. Ladeando la cabeza recuperaba el control de sus pensamientos, sintiendo una frialdad que le ascendía por la columna vertebral estallando en su nuca volviendo a centrarla en su lado más oscuro y nocivo.

 

[Joaquín Granger]

Ataviado con un traje de raya diplomática negro, zapatos oxford del mismo color, y corbata color borgoña con un intrincado entramado que pasaba desapercibido, había desaparecido de la mansión Granger dónde hasta hacía minutos atrás disfrutaba de una sangrienta copa para acudir a una citación de la que no estaba muy seguro de como reaccionar, pero que sería interesante, eso sin dudas. Ahora estaba en el Callejón Diagon frente al hotel de la dama que volvía a hacerme una invitación a aquel lugar tres meses después. El hotel ya no me parecía deslumbrante como la primera vez, es más, hasta notaba un aire hostil.

 

Hostilidad era todo lo que recibía -en mayor o menor medida- desde que había osado decirle que no a la caprichosa hija del Ministro de Magia. Tenía su gracia todo aquello: Por mucho que la mujer se desviviera en hacerme sentir mal por mis negativas, que se frustrara porque las cosas no salían como ella quería y después me atacaba con una frialdad que a cualquiera abrumaría, pero no a mi. Parecía que no se daba cuenta que era imperturbable y estaba negada a que si no perdía la cabeza ante sus encantos, tendría que perderla ante sus maldades. No era un simple humano, su forma de ser no era tan diferente a la mía en muchas situaciones como para no saber como actuar.

 

-Vengo por una invitación de la señora Malfoy... -Me anuncié en recepción.

 

Como entrenado para la descortesía hacia mi persona, el recepcionista ni asintió y empezó a caminar así que lo seguí; afortunadamente para la prosperidad del negocio, nadie había visto ese destrato, aunque admito que me hubiera gustado que hubiera habido alguien allí para ver si el empleado era más leal a las órdenes de su jefa o al establecimiento en que trabajaba. Me limitaba a sonreír mientras miraba la decoración, al fin y al cabo aquella parte del recinto no lo conocía, mientras saludaba a los huéspedes que me encontraba por el camino. El hombre se paró junto a la puerta y se fue.

 

-Permiso... -dije tras golpear suavemente la puerta- ¡Vaya! ¡Cuanta gente! -exclamé al ver que además de la rubia de ojos azules y yo, estábamos acompañados por tres o cuatro personas más, casi un baby shower muggle. No era nada que no me esperara a decir verdad, Juv tenía un miedo irracional a que me descontrolara, fuera de eso en mi rostro se plantó la sonrisa más encantadora, me acerqué a la mujer encinta y besé su mejilla, deslizando mi mano por el vientre y separándome al instante- ¿Cómo estás? Cuanto tiempo -Mis ojos fueron uno a uno por todos los presentes ¿Sería mala idea comentar que mi familia sabía del bebé y sabían exactamente dónde estaba y que estaba haciendo?

 

 

 

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[Kahlan Blackthorn]

Vaya que el Granger sabia comportarse como un verdadero cretino, no le extrañaba en lo más mínimo a la rubia verlo enfundando en esa pose de “poco me importa lo que piensen de mi”. Aquel beso no le provoco la más remota emoción, ya no sentía nada por el padre de su hijo y eso se lo agradecía infinitamente a Lucifer. Sabía que el tenerlo ahí era un mero tramite, porque por mucho que lo deseará y se empeñará en ello, jamás lograría separar del todo a su pequeño del vampiro

—He estado bien, te presento a mis más cercanos colaboradores. Ellos son los encargados de la protección de tu hijo hasta que nazca, espero que no te moleste o incomode su presencia—dibujandose en sus labios una lóbrega sonrisa permitió que tocará su vientre—Tú, ¿cómo has estado?, ¿cómo te trata la vida de solitario?—le preguntó mostrando un falso interés en la vida de Joaquín. Realmente le importaba poco o nada la suerte del padre del pequeño Kali, ya que se enfocaba más que nada en mantener a su hijo sano y salvo—Ellos son Aryma, Haise y Ken. No te esfuerces en enviar mensajes a tu familia, no están aquí para masacrarte o algo parecido—sentenció desviando su vista hacia el castaño Haise.

Este abandonó la oficina en silencio, el ambiente de un momento a otro se calmo un poco haciendo que los presentes se relajarán—Ya han pasado tres largos meses y restan seis, no te he visto demasiado interesado en el tema y eso es algo que debe preocuparle a tu hijo. Yo me siento de lo mejor al no tenerte cerca todo el tiempo, pero no puedo decir lo mismo de el. No me digas que el trabajo te tiene atado de pies y manos, ¿acaso es que temes que te cierre la puerta en las narices y te impida verlo a toda costa?—se sentó cómodamente en la silla que estaba detrás de su escritorio.

—Por favor, toma asiento. ¿Deseas algo de tomar?. Tendremos que esperar unos minutos, porque la persona que va a realizar la revisión está alistando los últimos detalles—explico bebiendo un poco de sangre mezclada con bourbon. Ya se imaginaba la regañina que le lanzaría el pelinegro, si se diera cuenta de que estaba ingiriendo alcohol en su estado. Pero lo que el desconocía es que el licor, no provocaba daño alguno en el hijo de ambos—Si es lo que te estás imaginando, no me veas con esos ojos que poco me importa lo que opines al respecto—leyendo su mente se percataba de que le había pillado en su afán por esconder su malestar—¿Dónde nacerá nuestro hijo en tu mansión, la mía o San Mungo?—cuestionaba al vampiro, el tema era demasiado apresurado, pero no estaba demás ir dejando esas cosas resueltas de una buena vez.

@Joaquín Granger

[Sophie Elizabeth Granger]

Caminaba a paso veloz por las calles del Diagon hasta dar con el lugar donde estaba su primo Joaquin. Sus ojos azules se posaron con frialdad en la fachada del negocio. Antes de que su primo se apersonara en aquel lugar había soltado la bomba en la mansión y la vampira había gruñido como hacia mucho no lo hacia. No podía siquiera creer que el Granger hubiese alguna vez posado sus ojos en una Malfoy. A diferencia de su antepasada, las Granger actuales eran mas elitistas y que pudiesen tener algún parentesco con esa familia era un gran disgusto para la matriarca y para la familia en general.

 

Su larga cabellera bicolor, caía sobre su espalda, enmarcando sus rasgos finos y delicados, y se había vestido toda de negro desde las botas altas hasta la blusa de manga corta y cuello redondo. Después de todo, aquello no era una situación alegre. Empujo la puerta y se acerco al mostrador en busca del paradero del Granger. No le había asegurado venir, pero tampoco no hacerlo, quería ver con sus propios ojos que aquello era cierto, y ademas de eso, iba a exigir que se le hicieran pruebas de ADN al crio, no iba permitir que nadie que no fuera un Granger, entrara a la familia, mucho menos teniendo sangre de aquellos a quienes despreciaba.

 

- busco a Joaquin Granger, y no te molestes en negarmelo, se que esta aquí - le dijo al empleado que estaba ahi con tono autoritario - quiero asegurarme de que no le hayan puesto una trampa

[Joaquín Granger]

-Es un placer conocerlos -dije con una sonrisa cortés, sin dejar de pensar que ello no pensaban lo que yo por lo menos me limitaba a fingir expresarles- Mi vida ha estado bien, tranquila, no hay mucho que decir al respecto -respondí con un encogiemento de hombros.- Me alegra que todo vaya bien en tu vida también -Posé mi vista uno a uno según los nombraba y volví la vista a la rubia para aclarar cierto punto- Tranquila, no iba a mandar un mensaje a mi familia, ellos tienen otras cosas que hacer -«Sin contar que este tema del niño no les causa nada de gracia...»

 

Escuché la explicación seguido del reproche de la rubia de ojos azules, sinceramente no podía haber esperado otra cosa, y ante la posibilidad de levantar una ceja indignado con sus palabras, me mantuve con expresión serena e imperturbable. Había sido ella la que me había prohibido acercarme y quien sentenció que quizás y me dejaría conocerlo después de que hubiera nacido el niño. Reconocía que había tomado una postura cómoda al respecto dejando que se cumplieran los planes de Juv, cuando mi papel debió de haber sido otro, pero mi justificación era que lo mejor siempre sería no increpar a la futura madre por el bien del pequeño.

 

-En realidad, Juv, solo hice lo que me dijiste cuando te rechacé -no sabía que tan bueno había sido decir eso, pero ya no había marcha atrás- me dijiste que no me acercara y no lo hice. Lo mejor para el niño es que no te alteres y mi presencia no es lo que más te tranquilice a decir verdad. Confiaba en que si sucedía algo me enteraría.

 

-No, gracias, antes de venir bebí un poco de sangre -negué con la mano, tomando asiento. Reí un poco ante la postura defensiva de la Malfoy, era consciente de que las sustancias nocivas para los humanos no nos afectaban, y el pequeño era un vampiro por ambos padres. Sería más fuerte que muchos de la especie- Tranquila, no te lo cuestionaré, sé que no le afectará. -Consideré unos segundos la pregunta, aunque me parecía bastante obvia, no dejaba de extrañarme que ahora me tuviera tan en cuenta, si ella siempre era la que disponía todo.- San Mungo es el lugar que da más garantías desde mi punto de vista.

 

-¿Escuchaste ese escándalo? -dije afinando el oído y sonriendo mirando al piso- parece que mi familia quiere estar presente... -era cuestión de segundos para que Zahil irrumpiera en la oficina. Su tono autoritario era inconfundible.

 

 

 

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[Kahlan Blackthorn]

—Disculparás mi falta de cortesía, pero ninguno de los magos o brujas que formen parte de tu familia tienen libre entrada a mis dominios. Parece que el miedo te agobia un poco, además, ¿Qué te da derecho a meter a seres desconocidos para mi en todo esto?, si llega a entrar a está oficina o al menos lo intenta, no dudes que tus “supuestos” derechos de padre se esfumarán en un abrir y cerrar de ojos. La protección que he colocado dentro de esta sala, no es un capricho o por simple desdén de mi parte—sonreía con suficiencia. Siempre sería el mismo sujeto que se escondía detrás de una careta de frialdad y falsa arrogancia, no le acababa de entrar en la cabeza, como pudo posar sus ojos en un hombre como él.

—Dilo como mejor te parezca, ya no necesito atención de tu parte. Ahora miro hacia horizontes mucho más placenteros y gratos, no es por hacerte menos. Espero que eso te quede en claro, no dudes que encontrarás alguien a tu altura. Oh espera, ya la tuviste pero se decidió a darte una patada en el trasero y despreciarte infinidad de veces, pero tu te empecinabas a amar a una persona que nunca sintió lo mismo que tu. Me imagino que debes ser sumamente frustrante tropezar con la misma piedra una y otra vez, lastima por ti— alargando la mano tomaba la copa de bourbon que estaba delante de ella—Veo que tu familia, no conoce los modales o al menos intentar un poco de educación—siseó bebiendo un trago.

Su cuerpo resistiría los embates del alcohol, agradeciendo que su pequeño no se viera afectado en lo más mínimo—Te invite a que formes parte del proceso de embarazo, pero si no lo deseas, pasa de ello y todos en santa paz. Estos tres meses han sido bastante relajados sin saber si vives o mueres, creo que es la mejor forma de olvidar que este pequeño también lleva tu sangre corriéndola por las venas. Debo rechazar la idea de que nazca en San Mungo, no me apetece para nada la idea de tener contacto con tu familia, ya que ahí no puedo colocar ningún tipo de restricción a mi favor—expresó dejando de lado la copa.

Su mirada escrutaba con severidad el rostro del vampiro, no se enfrascaría en una buena pelea con este y poner en peligro el bienestar de su hijo. El tiempo corría demasiado rápido ante los ojos de la vampira, dejándola con un delicioso sabor en los labios, acariciando por acto reflejo la esmeralda que colgaba en su pecho, la cual era sujetada por una cadena de plata fina. Era un presente sumamente especial para Malfoy, recordando el mensaje que acompañaba dicho obsequio, no dudo en llamar al hombre que le había regalado una noche por demás inolvidable.

—Esto es entre nosotros, pídele a la persona que esta por llegar que se vaya por las buenas o será peor por las malas—le advirtió entrecerrando sus ojos sin soltar la piedra preciosa que quemaba por momentos sus dedos. Era demasiado exigente con todo lo que le rodeaba y muy a pesar de Joaquín, siempre sus demandas eran acatadas costará lo que costará. La tranquilidad y serenidad, ya no reinaban dentro de Malfoy y eso podía poner en peligro la vida del hijo de ambos.

[Emilia Malraux]

- Vaya, vaya pero si han soltado una sangre sucia. ¿Que haces en un lugar como este bonita? ¿Acaso has venido a recoger los estragos que los críos de tu familia hacen?- soltó uno gélida sonrisa mientras detallaba a la Granger con sus zafiros. Acababa de regresar de un largo viaje y deseaba ir a ver a la nigromante ya que sabía de su propia boca que estaba embarazada. Sus pasos resonaron en la entrada mientras aquella sonrisa se dibujaba aun mas en su rostro .

- ¿Acaso nadie te dijo que los de tu clase no pueden entrar a este territorio, cherie-

La ivashkov sabía lo que estaba ocurriendo mas allá de aquella recepción, pues la nigromante no guardaba demasiado secretos con ella. y por lo mismo la pelirroja no estaba dispuesta a permitir que una escandalosa cotorra Granger se entrometiera en lo que no le correspondía. observo a la bruja unos instantes, sabía que si se atrevía a hacerle algo sus compañeros no tardarían en llegar, eso si la ira de la Malfoy dejaba algo de ella que pudieran rasgar del suelo.

 

- Me temo que los problemas de Joaquin no son de tu incumbencia querida, no puedes hacer nada contra las necesidades de un hombre y no puedes culparlo por enredarse con una mujer de verdad- la observo largamente - y si mal no recuerdo ¿Acaso tu vas ha hacerte cargo de esa criatura? Yo creo que no, por lo mismo no entrometas tus narices donde no se te ha invitado. y si tanto te molesta Cherie, creo que deberías empezar a cuidar mejor de tu familia ó analizar por que nos prefieren a nosotros-

se apoyo sobre el escritorio de la recepción, mirándola con burla - Deberías irte, aquí solo perderás el tiempo-

 

 

 

 

@ @ @Joaquín Granger

Editado 12 de Octubre del 2018 por Emilia Malraux

[Mefistofeles Evil]

El ambiente se encontraba algo cargado en aquella oficina, se podía cortar el aire con un cuchillo, la sombra de una de las lámparas se proyectaba hacia el sillón detrás de un muy refinado escritorio, poco a poco aquella sombra empezaba a formar una figura humana perfectamente sentada en él, esta sombra adquirió volumen dejando aquel plano dimensional, materializando un ser obscuro de ojos verdes penetrantes, una sonrisa sarcástica dibujaba su rostro.

 

Miré de un lado a otro sentado cómodamente con la pierna cruzada, reclinado sobre el espaldar de la silla y mis manos entrecruzadas analizando la escena que se estaba dando en ese instante. Mi rubia, con un grupo de personas se encontraban en una discusión la cual poco a poco subía de tono, sentí su llamado el momento en que percibí su ira transmitida a la esmeralda que le había regalado

 

-Bueno, bueno, bueno...-dije sin abandonar mi sonrisa y la pose cómoda que tenía...-creo que las cosas se están yendo de tono y la verdad es que no quisiera que esto vaya más allá de lo que tiene que ir, sería una pena que sangre tan preciada se venga a derramar por temas que se pueden solucionar con facilidad, con palabras diáfanas y sin alterar el ánimo de mi pareja, Juv...-

 

Me levanté despacio y fui hacia mi rubia la abracé fuertemente y le di un delicado beso en la frente, tratando de calmarla un poco y demostrarle que no se encontraba sola.

 

-Aquí estoy mi amor, solo trata de calmarte un poco...-luego viendo al resto de visitantes en la oficina...-les ruego que mantengamos la calma y tratemos los temas como gente civilizada y que se solucione de la mejor manera posible para las partes, pero eso sí que quede claro que no voy a permitir, que nada ni nadie falte al respeto a Juv, por lo demás yo trataré de no meterme, por favor, no me obliguen a hacerlo...-

 

No pensaba moverme un centímetro de alado de mi amada, tal vez no me necesitaba, ella tiene la suficiente capacidad y fuerza de resolver sus asuntos sola, pero quería que ella en especial sepa que a partir del día en que sus labios se juntaron, nunca iba a tener que enfrentar nada sin que yo esté de su lado, para bien y más aún si es para mal...

 

@Juv Malfoy Croft @Zahil Aranel Granger @Joaquín Granger @@Emilia Malraux

Editado 12 de Octubre del 2018 por Mefistofeles Evil

[Sophie Elizabeth Granger]

Mientras se abstenía de entra a la fuerza, pues había escuchado perfectamente las palabras llenas de veneno que la Malfoy le había dirigido a su primo sobre quitarle los derechos de paternidad si ella se atrevía a entrar a la mala, alguien llego parloteando a sus espaldas. Tuvo que poner demasiada atención para que no se le escapara nada de lo que la bruja decía pues su falta de dicción y su atropello al hablar eran notorios, seguramente la pobre mujer estaba furiosa al percibir en ella una amenaza a su autoestima.

 

- Cariño, habla mas despacio, apenas logre entender algo de lo que dijiste, y me temo que tenemos un problema, puesto que Joaquin vendría siendo un sang-de-bourbe como yo, su "supuesto hijo" también lo seria, así que...no se si dejar entrar a Juve a mi mansión o sacarle el niño del vientre, pero claro, eso ultimo seria muy molesto para ella supongo, lo que nos deja a una dueña sin poder entrar a su propio negocio, ya sabes, por la sangre del niño - dijo en tono burlón, usando palabras en frances como la recién llegada, mientras una sonrisa cínica asomaba en su rostro.

 

La bruja se pregunto de repente de donde sacaba aquella mujer que venia a hacerse cargo de los problemas de Joaquin, ella solo había dicho que quería ver a su primo, mas nada. De repente se pregunto si la bruja era legeremantica y había leído en su mente el desagrado que le producía tener que emparentar con los Malfoy, aunque de los males el peor, hubiese sido espantoso emparentar con un Ivashkov, por lo menos la familia de la hija del ministro tenia renombre, su molestia no era cuestión de linajes, si no de reputación.

 

- Chérie, si hubiese querido entrar hace mucho que hubiese abierto un portal, pero mi educación, que yo si la tengo, no me permiten irrumpir sin mas, y si quieres saberlo, el dinero de los Granger y en lo que se usa es totalmente de mi incumbencia, por algo soy la matriarca, aunque si en realidad el crió si es un Granger, no repararemos en gastos para mantenerlo a salvo y confortable, pero si no lo es, no quiero que nuestro dinero termine usándose en el hijo de otro - le contesto a la mujer para después voltear de nuevo a mirar al empleado - y tu que esperas que no llamas a mi primo

 

Aquello le era tan divertido, le gustaba entrenar su lengua afilada aunque si le molestaba aun no lograr entrar a donde estaba su primo, pudo notar la presencia de alguien mas que recién llegaba, todo mundo podía entrar menos ella, empezaba a sospechar que no la querían adentro.

[Kahlan Blackthorn]

—Cariño llegaste, tal y como te esperaba—sonrió al sentir sus labios sobre su frente—Joaquín te presentó a mi pareja, Mefistofeles Evil. Ha venido para intentar hacer que reine la paz, pero parece que tu prima está empecinaba en meterse a esta oficina a toda costa—percibiendo la presencia de Emilia fuera del recinto, no pudo más que agradecerle a su hermana acudir prontamente y ponerse como un obstá.cu.lo delante de la Granger. Si sus ansias por verse a cara a cara con Malfoy, seguían aumentando, no le quedaría más remedio que responder a su exigencia, pero no del modo que la bruja esperaba. Las palabras de su hombre ensancharon aún más la sonrisa que permanecía plasmada en sus labios, dejandole en claro a todos los presentes que siempre estaría ahí para defender a la vampira y al pequeño que crecía dentro de ella.

—Intento encontrar un punto medio en todo esto, pero parece una tarea imposible de concretar—recobrando poco a poco la tranquilidad. Desviaba sus ojos hacia el vampiro, anhelando causarle el mayor daño posible, jamás le perdonaría el armar todo ese teatrito dentro de los dominios de la Nigromante—Estás aquí por una sencilla razón, no veo necesidad de traer a toda la caballería. Pero tal y como tu lo hiciste, yo actuaré del mismo modo—levantándose de la silla tomaba la mano de su novio—Zahil puede ser la matriarca de tu familia, pero yo soy la madre de este pequeño y aquí las cosas se hacen como a mi se me pegue la gana. No pienso permitir que tus familiares, perturben la tranquilidad de mis huéspedes y mucho menos pongan en peligro mi estado actual—la dureza en sus palabras era evidente.

Sus ojos escudriñaban los del Granger, deseando arrancarle la cabeza y clavarla en una pica. Conocida costumbre dentro de las antiguas civilizaciones, exhibir el trofeo obtenido luego de ganar una batalla de forma impecable y aplastante—Me imagino que desean asegurarse de que el crió que llevo dentro es tuyo, sacarse la duda que les carcome al saber que mi sangre pueda verse mezclada con la tuya, dando paso a una nueva generación de seres que podrían dominar y controlar el mundo mágico a placer. Te ahorraré, todo el numerito, recuerdas la visita que hicimos al local de Jessie, aquella noche donde obtuvo una muestra de tu sangre y la cotejo con una extraída de mi vientre, todo eso lo manipulé a mi conveniencia, orquestando aquello para crearte una falsa ilusión que te hizo caer irremediablemente en mi trampa—gozándose como nada ese momento miraba por un breve instante los ojos del demonio que estaba a su lado.

La bomba estaba a nada de ser lanzada por la Vidente, causando un daño que difícilmente sería sanado. Joaquín no volvería a meterse con Juv, ni por error, ya que nada les ataba de ningún modo—El niño que se está gestando dentro de mi, no es tuyo, jamás lo fue y jamás lo será. El padre es Mefistofeles, él le dio su sangre y su semilla, para que se volviera una lazo inquebrantable entre él y yo—confesaba finalmente—Diria que lamentó haberte causando una falsa idea, sobre tener otro hijo que cuidar o malcriar, pero las cosas como son. Jamás debiste retarme, nunca debió pasarte por la mente el intentar humillarme delante de la comunidad mágica, dejando por los suelos mi descendencia y linaje de alta estirpe, pero eso es lo que menos importa. Nada te une a mi, ni te unirá jamás, considera nuestro único encuentro como un error que nunca debió suceder, fuiste una mala pasada del destino en mi vida y agradezco que fueras algo pasajero en ella—soltaba sin sacarle los ojos de encima.

—Ahora tú y tu prima, ya pueden dejarme en paz de una buena vez. No vuelvas a cruzarte en mi camino jamas, porque de hacerlo, no creo que salgas bien librado. Olvida que me conociste, como yo ya lo hice contigo, para mi no eres menos que nada y siempre será así. Te exijo que te vayas inmediatamente—elevando los decibeles de sus voz sus ojos se inyectaron de odio y cólera. La estocada final fue lanzada por ella, ya no le toleraría una insolencia más y el verlo caer ante ella, no era nada más que una victoria que le llenaba de satisfacción—Créelo o no, pero es la verdad—concluía de ese modo su ataque contra el vampiro. Ahora el demonio y ella, verían crecer a su pequeño sin la intromisión de extraños. Su vientre aumentaría de tamaño con el paso de los meses, sólo restaban seis para tener a su pequeño entre sus brazos y darle el mejor obsequió a su amor. El tener el primero de muchos descendientes que surgirían de la unión entre ambos, demonios y vampiros que serian la viva imagen de sus progenitores sin duda alguna.

 

@@Mefistofeles Evil @ @Joaquín Granger @@Emilia Malraux