Douce Tentation & Straripante Passione (MM B: 90090)

[justo]

Todos los placeres tienen un final y el masaje que recibi fue ese final. Pero ahora hemos realizado una variante. Monica esta masajeando a Yanira, cuando Monica concluya le tocara el turno a ella. Estamos usando aceites aromáticos, de cedro y de esencia de rosas. El primero es para mi y el segundo para ellas. Estoy viendo como sus cuerpos esculturales adquieren, poco a poco, una tonalidad broncínea.

 

Los poros van absorbiendo el aceite, están adquiriendo una tonalidad rojiza, los musculos se están tensando por el esfuerzo pero no por eso se ponen duros, mas bien están relajándose por momentos. Yo las miro y ellas me sonríen, el placer de ver como sus anchas sonrisas se reflejan en las tenues luces de la estancia. Creo que tardaremos mucho mas de lo previsto en el tratamiento del Spa, Esto es debido a que, generalmente, el masaje lo reciben de parte de profesionales y, en mi caso, mis chicas lo son.

[Jessie Black Lestrange]

Revisión del caso #4876, cuartel de Inquisidores

 

El tiempo pasaba y Akiza no llegaba. Comenzaba a preocuparle que algo le hubiera pasado. Había gente en el hotel de su madre, eso era malo porque podrían alterar las evidencias pero no debía preocuparse por eso.

 

Un ruido llamó su atención y se asomó por una de las ventanas a la calle principal del Diagon. Sonrió aliviada al ver llegar a Akiza, podrían finalmente comenzar aquello.

 

-Descuida Akiza, no pasa nada- la tranquilizó con una sonrisa Verás, me han llegado reportes de distintos lugares tanto del Diagon como de Ottery dónde han encontrado cosas que no deberían de estar ahí y falta de otras

 

Explicó mientras avanzaba por los pasillos del hotel una vez superada la recepción. Observó a su alrededor notando las mismas marcas que en Mistery Page y en la mansión Black Lestrange. Hechizos de batalla que nada tenían que ver con los hechizos que ellos utilizaban.

 

-Mira las marcas, se ve que son hechizos poderosos pero no nuestros... Observa bien las marcas de quemaduras... No es de hechizos tenebrosos

 

Aquello comenzaba a preocuparle, con este eran tres lugares con las mismas marcas y su lista aún estaba incompleta. Tenía otros tres lugares que revisar y seguramente vendrían más después de este.

 

@@Akiza Ravenclaw H.

[justo]

La estancia en el Spa ha terminado, es hora de volver a las habitaciones. Cogidos de la mano subimos por el ascensor a nuestra habitación, es hora de vestirnos para bajar al comedor. Nos arreglamos en la habitación, gastamos algunas bromas mientras nos ponemos la ropa apropiada, no podemos olvidar que se trata de un Hotel de lujo. No se trata de ir de cualquier manera. Yo voy normal, una tunica de lino con una chaquetilla a juego, pantalones también a juego y botas de piel de ante.

 

Ellas se han puesto sendos vestidos, el de Monica es un conjunto dorado con un cinto rojo y sandalias a juego. Yanira se ha decantado por un vestido verde que resalta sus formas, unas elegantes sandalias anudadas al tobillo completan el conjunto.

 

Bajamos al comedor. Nuestra entrada es espectacular. Nos dirigimos a una mesa situada en un punto del comedor donde podemos ver en conjunto sin que nos vean demasiado. Una sonrisilla se me escapa al ver el efecto que ellas causan en la concurrencia, me temo que la estancia en el hotel va a dar que hablar.

[Kutsy Stroud Lenteric]

Antes de que una de las empleadas de recepción pudiera mostrarme los diferentes paquetes que había solicitado, la voz de una bruja llamó mi atención. Sonreí al girar un poco mi cuerpo hacía la derecha y contemplar a la bella mujer, que me daba la bienvenida, –gracias –le contesté al tiempo que miraba con más interés los paquetes que había mencionado Mía –y sí, en eso estaban cuando llegaste –declaré indicándole con la mano a la empleada que deseaba el paquete numero dos –de igual forma admito que de todas la personas en Londres, nunca pensé encontrarme con la directora del banco.

 

 

La señorita que me atendía me hizo firmar un par de formularios antes de entregarme, un mapa, la tarjeta de acceso y por supuesto un pequeño presente, el cual consistía en un coctel caribeño que también ofrecieron a Mía. Una vez terminado el papeleo cogí mi pequeña maleta y sin más pregunte a joven bruja –¿estás de vacaciones? – sentía cierta curiosidad por su presencia ahí, después de todo era casi de dominio público que aquella mujer pasaba casi todo el día recluida en su trabajo.

 

Agarré la copa que resplandecía entre tonos rosas y morados para darle un pequeño sorbo mientras esperaba que la inesperada cuestión no fuera inapropiada, después de todo hacía ya bastante tiempo que cruzáramos alguna palabra.

 

@@Mia Black Lestrange

[justo]

Las miradas de los comensales eran todo un poema, los hombres miraban embobados y las mujeres soltaban chispas, no cabe duda que mis muchachas siempre llaman la atención alla donde van. La camarera vino a tomar nuestra nota, me tome un tiempo antes de pedir el menu.

 

- Tome nota, por favor. Cocteles de gambas, Sopa de tortuga y ensalada de palmera. Para beber, agua mineral con gas.

 

- Tomo nota, Señor.

 

La camarera se fue. Se puede decir que había pedido una serie de platos de lo mas variado, dignos de un hotel de primera categoría. Añadire que la ensalada de palmera es un plato digno de las Mil y una Noches. Un plato al alcance solo de millonarios o de reyes.

 

Bromeamos entre nosotros, no he pedido nada de alcohol por un detalle muy particular, Yanira esta embarazada, solo que ella aun no lo sabe.

[Mia.]

Sabía que muchos pensaban, que vivía encerrada entre las paredes del Banco Mágico de Gringotts y aunque casi era una realidad, todavía tenía el placer de darse algunas escapadas para consentirse y relajarse o simplemente, para cumplir con sus obligaciones como profesora de Hogwarts. La verdad, es que dependía mucho de su estado de ánimo, el saber si se tomaba un descanso o si continuaba enterrada bajo las miles de cuentas y trámites que requerían los magos, y ciertamente, ese día estaba de buen humor y por eso había decidido salir.

 

— ¿Vacaciones? Desde hace tres años, no conozco el significado de esa palabra —confesó con una sonrisa—. Decidí darme un día de relajación y descanso… porque un par de días, es lo más que puedo tomarme del banco. —añadió tomando el coctel que le ofreció su empleada.

 

Bebiendo un sorbo, disfrutó de la sensación fresca que corrió por su garganta. Sin embargo, no era suficiente, necesitaba un poco de alcohol en su sistema, a pesar de ser solamente el medio día. Por lo que le pidió a su empleada, que le trajera un whiskey de fuego, y miró a Kusty, esperando a que ella pidiera lo que fuese más de su agrado, que no recordaba si la bruja bebía o incluso, si podía hacerlo.

 

— ¿Qué te trae por aquí a ti? —cuestionó, indicándole que la siguiera— La última vez que te vi, creo que estabas por casarte o ¿recién casada? No estoy segura, pero sé que fue hace mucho tiempo. —concedió con tranquilidad.

 

Pasados unos segundos de caminata, llegaron hasta la orilla de las albercas, zona que tenía algunas mesas, sillas y hamacas para que los huéspedes disfrutaran de tomar el sol relajadamente. Invitándola a sentarse en una de las sillas, se dejó caer en una de ellas, sintiendo como su cuerpo se relajaba al contacto con la suave tela que la cubría y como el sol, no le daba el rostro, pero si en el cuerpo.

 

— ¿Quieres que suban tu equipaje a tu habitación? —añadió recordando que aún, no se instalaba por completo.

 

@@Kutsy Stroud Lenteric

[Allensote]

Un cigarrillo reposaba entre dos de los dedos de la mano derecha de Allen. El humo se esparcía alrededor de su cara y en vez de desaparecer enseguida, permanecía y se condensaba en el aire gélido por unos segundos hasta al fin desvanecerse. En estas épocas era de esperarse un tiempo así y mas que todo en Londres, una ciudad conocida por sus cielos grises, su lluvia y sus ventiscas. Él, que no estaba acostumbrado a llevar abrigo, sabía que una camisa blanca no era suficiente para soportar este clima, así que vestía una gabardina de color negro que le había sido obsequiada en la navidad pasada.

 

Siendo esta la primera vez visitaba Inglaterra tenía muchas expectativas a lo que este país nuevo le podría ofrecer, pero hasta ahora la realidad era otra y encontraba la ciudad de Londres bastante ordinaria. En unas horas, todo este cambió cuando el mago se adentró en el Callejón Diagón, era totalmente diferente a lo que había contemplado hasta ahora ya que, el mundo mágico, era la principal razón por la que había decidido venir a Londres.

 

-¡Ahora sí! Esto está mucho mejor.- exclamó con una sonrisa en su rostro.

 

Sus pasos eran cada vez mas lentos porque estaba entretenido viendo los diferentes negocios que habían hasta que, de repente, estos se detuvieron por completo. Sus ojos cafés se quedaron atónitos al presenciar el gran edificio que se imponía enfrente. Supuestamente había decidido de no quedarse en un lugar tan caro y lujoso, pero no necesitaba pensarlo dos veces para elegir en donde se hospedaría, y lo mejor es que tenía también el dinero suficiente para darse este lujo. Fumó el cigarrillo una ultima vez antes de entrar al Hotel Douce Tentation & Straripante Passion.

 

Allen se quitó el abrigo enseguida ya que la temperatura era cálida. Se arregló unos cabellos castaños oscuros que caían sobre sus ojos, ya que aunque le gustaba tener un poco desordenado su cabello, también se preocupaba por su presentación personal. Su boca se abrió un poco al observar con atención lo que este lugar ofrecía, Era un hotel de en sueño, trataba de recordar la ultima vez que había estado en un lugar así. Allen estaba acostumbrado a los lujos y a la buena vida; gracias a que su padre adoptivo era un abogado muggle exitoso, aún así no halló lugar en su memoria que se comparara a este hotel. Cruzó el espacio que separaba la entrada de la recepción, mientras que admiraba la decoración y la iluminación del lugar. Sus ojos brillaban y su respiración se había acelerado un poco; causar esta sensación en él era algo difícil de conseguir. Sin darse cuenta ya se encontraba en la recepción.

 

-Buenas, buenas...- exclamó mientras acomodaba el equipaje al lado de sus piernas, era una maleta de cuero pequeña que guardaba su ropa mas que todo. -Quisiera una habitación, por favor.-

 

 

[Kahlan Blackthorn]

El clima era demasiado incierto dentro de Londres, no era capaz de recordar los rayos del sol colarse por la pared grisácea que era el cielo, bajo el cual todas las tardes y noches transitaba del Ministerio hasta su lujoso hotel. Era raro sentirse lejos de ese paraje tan enigmático tomando en cuenta el trajín que tenía por vida, no podía darse el lujo de descansar a sus anchas o tumbarse frente a la playa. Su modo de vida distaba mucho de poder pavonearse dentro de su emporio hotelero, pero eso no le impedía tratar como reyes a las personas que visitaban todos los días ese sitio tan elegantemente acogedor y justo en ese preciso instante un caballero esperaba ser atendido en la recepción—Bienvenido sea—soltó con una lóbrega sonrisa en sus labios Malfoy. Pocas veces se tomaba la molestia de atender a los recién llegados, pero ese hombre atraía su atención de una forma intrigante y misteriosa.

—Contamos con diferentes tipos de habitaciones y zonas de descanso. Me imagino que desea lo mejor de lo mejor y justo eso es lo que le tenemos reservado—agregó deslizando una tarjeta de color blanco, la cual le serviría para registrarse—Le pidió que me proporcione sus datos, para proceder a registrarlo y además indicarle los privilegios con los que contará el tiempo que dure su estadía con nosotros—estaba siendo demasiado esplendida con un hombre con el que jamás tuvo el más mínimo contacto. Empero no le desagradaba la idea por desvivirse en ese sentido, ya que no perdería nada y podría ganar demasiado sin lugar a dudas.

—Soy Malfoy, sólo Malfoy. No considero que sea apropiado, decirle mi nombre, al menos no de momento—acomodando su dorada cabellera sobre su hombro izquierdo revisaba las últimas reservaciones que estaban pendientes por confirmarse—Puede quedarse en la suite Vip, cuenta con una villa espaciosa, además de un par de albercas y una residencia amueblada donde será atendido por los empleados que se encargan de atender a la dueña de este sitio. Espero que todo sea de su agrado y si no es así, puede decírmelo y veremos un sitio más acorde con sus deseos y comodidades—sentenció mirándolo directamente a los ojos. Algo extraño emanaba de ese hombre, pero no daría con ello hasta sentir que era el momento justo para ello.

—Veo que trae poco equipaje, no se preocupe el mismo ya ha sido llevado a la habitación donde descansará como se lo merece—le anticipo detectando una mueca de asombro en su rostro. Le gustaba adelantarse a las cosas ir siempre un paso adelante sin lugar a dudas, atreverse a verse un poco descarada y atrevida sin el mayor miramiento o contemplación con respecto a sus acciones,apareciendo en sus labios una enigmática sonrisa esperaba conocer la identidad de tan distinguido y especial huésped.

@Allen

[Allensote]

Allen casi pierde la compostura cuando una figura alta de largo cabello dorado se acercó al mostrador para atenderlo. Como una obra de arte o como el sol cuando salía, era a lo que la podía comparar en aquel momento. Era inexplicable y extraordinario lo que sus ojos veían, y en un momento consideró que se trataba de alguna ilusión, de algún hechizo, de algún fallo en su ojo artificial, pero enseguida se dio cuenta de que era real. -Mon dieu- Susurró el mago mientras pensaba que decir, pero decidió callar y escuchar atentamente a lo que ella le decía.

 

-Mi nombre es Allen Murdock, un placer conocerte.- se presentó serio y seguro; no quería mostrar la impresión que le había causado al verla unos segundos atrás. -Soy de Versailles, Francia. Me quiero hospedar por una semana, quizás un poco mas. La habitación no tiene que ser muy grande, eso sí, me gustaría que tuviese una buena vista.- sentenció esbozando una sonrisa.- Ah, disculpa. ¿Cuál es tu nombre?-

 

-¿Malfoy? Vaya apellido.- exclamó el mago. Nunca había tenido el placer de conocer a alguien de la familia Malfoy. Esto llamaba aún mas su atención, y de alguna forma sabía que la criatura que tenía al frente no se trataba de cualquier bruja. Sus ojos se perdieron por un momento en el azul de los de ella. Sentía que si los quedaba mirando por mas tiempo iba a quedar hipnotizado. Aunque contemplaba la idea de admirar a la bruja por mas tiempo, volvió a sus sentidos y se dio cuenta que ella se dirigió a él de nuevo, pero no alcanzó a entender que había le dicho. Cuando sintió que su maleta ya no se encontraba al lado suyo comprendió lo que había pasado. Una sonrisa se dibujó en el rostro de la bruja, y Allen no pudo evitar devolvérsela.

 

-Eres muy atenta. Te lo agradezco. La verdad es que no me encuentro cansado, y quisiera saber que puedo hacer ahorita para pasar el tiempo en el Hotel, señorita Malfoy.- dijo mientras acercaba su cuerpo hacia el mostrador y hacia la bruja.

 

 

@

[Kahlan Blackthorn]

—Si, Malfoy solamente. Si te interesa conocer mi nombre, no dudó que hagas hasta lo impensable por obtenerlo—sonrió escuchando con atención su nombre-Un placer, Allen. Para mi es un honor tener a un hombre tan distinguido dentro de mi hotel, no importa el tiempo que decidas quedarte. Ya sea una semana o un mes, considéralo un sitio que siempre tendrá las puertas abiertas para ti y te brindará todos los lujos y comodidades a las que me imagino debes estar más que acostumbrado—agregó sin borrarse la sonrisa que engalanaba sus labios de una forma especial.

—Puedes hacer de todo un poco, justo están por abrir el bar y la zona de entretenimiento. Podes jugar dentro del casino, bailar o pasar un rato ameno, escuchando a la banda que está por iniciar su espectáculo. Aquí tienes infinidad de cosas a tu disposición y podes elegir la que más se acomode a tu antojo en ese momento. Yo te recomiendo que tomes un masaje dentro del spa, tal vez luego de eso decidas caminar por la playa o cenar algo ligero—sentirlo cerca de ella en parte, causaba una sensación desconocida para Malfoy.

Les separaba el mostrador de la recepción, pero eso no impedía que la mirada de ese hombre se clavará en sus orbes lapislázulis. Mirarla fijamente, le haría ganarse una sorpresa inesperada, quizás era lo que buscaba al mostrarse tan interesando en captar la atención de la rubia. El magnetismo entre ambos era por demás evidente y que decir de la química que sus cuerpos destilaban con cada parpadeó de sus ojos, intercambio entre café y azul, creándose una amalgama por demás atrayente y seductora de un momento a otro.

—Me gusta ser atenta con las personas que me agradan y tu me agradas, bastante a decir verdad—apoyándose contra el mostrador acortaba la distancia que les separada. Sólo unos centímetros fungían como una barrera improvisada entre ambos magos, aspirar el aroma que emanaba de su cuerpo, desataba a todo lo que daba el misterio que brotaba de su sola presencia—Yo nací en Londres, pero tengo diversas nacionalidades en mi haber. Además de dedicarme a intentar salvar la vida de las personas, pero siempre gana mi lado malvado y todo de va por la borda—comentó soltando una pequeña risita maliciosa—Tu habitación es espaciosa, ya te dije que no es nada pequeña y gozarás de todo lo que la misma ofrece—susurró dejando en su mejilla un beso como gesto de bienvenida.

—Tu estadía aquí sera inolvidable, yo personalmente me haré cargo de ello—afirmó esperando que elegiría hacer primero esa noche. Ella estaría encantada de acompañarlo, claro si el se lo permitía y no venía acompañado por alguien que aún no hacia acto de presencia dentro del hotel. Aquella idea era probable, pero para ella esos detalles, no le sacaban la idea de compartir un poco con el francés.

@Allen