El Hipogrifo Asustado (MM B: 105757)

[Reena Vladimir]

Si no me esperaba una aceptación tan rápida por parte de mi tía no esperaba nada, cuando recibí la lechuza con el aviso de que necesitaba agua no esperaba que me acompañara, había bromeado cuando la invitaba pero su compañía no era mala por mucho que dijera el resto del mundo, me iría de compras con ella muy alegremente, solo esperaba no gastar mucho.

 

-Bueno pues garrafas de agua, ¿algo mas que se necesite?

 

Ya puestos a gastar pues hacer la lista de cosas necesarias y comprarlas todas juntas porque si sabía algo de compras, los proveedores solían hacer descuentos por volumenes y era mejor aprovechar eso.

 

-Vamos pues- Le ofrecí mi codo para salir y fui directa al trapo. -Háblame de ese descuidado, porque no puede volver a ocurrir.

 

Y si para eso tenía que ir personalmente de compras pues lo haría, no me quedaba de otra, el negocio iba bien y no podía dejar que cayera en vacío, iba demasiado bien como para hacer semejante barbaridad.

 

Salimos a Diagon escuchando un revuelo en una de las clases, ambas llevábamos en los labios una sonrisa cómplice.

[Tais Sara Black E.]

Caminaba por las calles de Diagon con Noel en mis brazos, mientras mi mirada buscaba aquel lugar que me habían recomendado tanto. Sabía que necesitaba a alguien que cuidase de mi engendro mientras yo trabajaba en San Mugo, se lo pediria a mi peque, pero a mi parecer ya me era muy abusivo pedirle ese favor a mi Ania.

 

Seguia caminando aprisa escuchando los balbuseos de mi hijo y su particular ruido lo cual me decia que su compañero estaba con nosotros. Suspire levemente con una media sonrisa dibujada en mis labios a unos cuantos metros de nosotros se encontraba la guarderia, solo esperaba que ese lugar cuidara de mi pequeño demonio.

 

--¿Sabes?, que ya no eres el mismo bebe que pesaba tres kilos?--comente divertida besando su mejilla

 

Cruse la calle con cuidado sosteniendo fuerte a Noel junto a su pañalera que cargaba en mi brazo izquierdo.

 

Mi demonio reía divertido al instante que entrabamos al lugar, pude notar como sus ojos negros brillaban, su mirada seguia cada cosa que llamaba su atención, Sonreí al instante que mi hijo lo hacia, era una sensación inexplicable que le ocurria a mi corazón cada vez que Noel era feliz.

 

--Si queremos que estes aquí tenemos que arreglarte un poco

 

Mientras llegaba la recepcionista acomode la pequeña chaqueta de mezclilla de mi engendro al instante que este estaba entretenido con su alrededor, revolvi un poco sus ondas negras como la noche. No podía evitar recordar la mirada de su padre en mi pequeño =algo bueno tengo de ti= me anime acomodando la playera roja y sus pantalones cafes.

 

--Debo de admitir que me gustan tus tenis rojos--recorde el día que Lucas se los compro

 

--¿Puedo ayudarle en algo?

 

Mire a la dueña de esa voz deducendo que ella era la recepsionista del lugar.

 

--Bien, vengo a dejar a mi hijo por primera vez en esta guarderia--me escuche sintiendo mi voz temblar ya que era la primera vez que me separaria de mi demonio

 

Por la mirada de la chica pude denotar que no era el primer padre que sentia ese sentimiento y sin decir nada me dio un formulario para llenar.

 

--Gracias--me limite a decir tomando la pluma con dificultad para poder escribir

 

 

 

Nombre de los padres: Tais Sara Black H. (padre desconocido)

 

Mansión en la que vive: Black

 

Nombre del infante: Noel R. Black

 

Fecha de Nacimiento: 25 de agosto

 

Registro en MM: en proceso

 

Vacunas, reviciones medicas, alergias: Todas sus vacunas del cuadro basico las tienes y no a presentado ni una alergia

 

Mascotas: Enigma (gato hungaro de pelaje largo color cafe de unos 4 meses, pero considero que mi gato siniestro de ojos verdes y negro lo visitara)

 

Alimentación: Por el momento come de todo papillas un poco de carne en trositos, jugos de frutos rojos y solo una mamila de leche con chocolate antes de dormir (al aparecer la leche no es mucho de su agrado)

 

Observaciones: De cariño le digo engendro, cuando se siente en peligro o algo que no le agrade sus ojos se tornan completamente negros ya que es mitad demonio, al dormir emite un ruido particular como al de un gato (solo lo hace cuando se siente comodo), duerme mejor boca abajo.

 

Datos Academicos:

 

Horario:

 

Curso:

 

 

Por un momento leí lo escrito y sonreí en la parte del nombre de los padres =tal vez debí de a ver puesto que fue un incubo= negue evitando reirme.

 

Le entregue el documento a la chica esperando que me dijera que era lo que se tenía que hacer ahora.

Editado 3 de Mayo del 2013 por Tais Sara Black E.

[Xell Vladimir Potter Black]

Un elfo se acercó a nosotros, a Matt y a mi, para decirnos que había llegado una madre con un niño en los brazos. Le iba a decir a mi primo que se encargara él, pero después me di cuenta que Matt no era muy sociable. Puestos a escoger mal o peor, seguro que prefería quedarse con los niños, al fin y a cabo, tenía la ayuda del lobo, quien prácticamente hacía todo el trabajo.

 

- ¿Puedo ayudarle en algo? - le dije, intentando no asustar al pequeño que llevaba en brazos.

 

Aunque era evidente lo que quería, pero era una forma de comenzar una conversación. Ella confirmó que quería dejar a su hijo en la guardería. Le miré, parecía una niño majísimo, con unos ojos negros abiertos, parecía feliz de estar con su madre en los brazos.

 

- Espere un momento, por favor. Nadie puede matricular a un niño sin permiso de las dos directoras, pero como han tenido que salir, iré a buscar un formulario.

 

No tardé en regresar del despacho de Dirección y le ofrecí el formulario sin añadir nada más. Contemplé como lo rellenaba, algo curiosa porque era la primera vez que atendía a una madre. Eso siempre lo quería hacer Sagitas, porque quería que el primer contacto con los padres se hiciera desde dirección, pero ella no estaba, ni tampoco Reena, con lo que me permití hacerla yo,

 

Suspiré un poco al leer lo que ponía.

 

- Tendrá que pasar obligatoriamente por una entrevista con las dueñas, pero de momento está muy bien. Si me sigue, le enseño la clase de los pequeños. Vamos, Noel, vas a ver a otros niños...

[Reena Vladimir]

Lejos de la guardería, por el callejón:

 

El paseo por diagón se estaba haciendo largo, estábamos llegando a la salida muggle y aun no parecíamos llevar un rumbo exacto. Eso me mantenía en vilo, me gustaba eso de no saber a donde ibamos a parar pero hubiera preferido que Saguitas me guiase en vez de hacerlo yo.

 

-A todo esto tía, ¿donde se compra agua?

 

Para mi, como sacerdotisa, el agua era un derecho inalienable pero de que se vendía tal vez no lo fuera, aunque eso me daba que pensar porque bien podría atrapar una nube y dejarla en un ricon de la guardería para que nos abasteciera de ese líquido elemento y así evitaríamos un gasto innecesario. Pero que yo lo llegase a proponer dependía de lo que nos costase el agua de hoy.

 

-Mira Sagitas mira que túnica mas bonita!!

 

Estaba expuesta en un maniquie que saludaba y hacía ver lo bonito que me quedaría. Me quedé maravillada y si mi tía no me dejaba entrar a comprarmelo tendría que pedirles qe me lo guardaran.

 

-¿Puedo entrar? será solo unos minutitos y me daré prisita.

 

Le puse cara de niña buena y luego le pestañeé muy rápido, para cogerla de la mano y tirar hacia la tienda, cuanto antes entráramos antes saldríamos con la compra hecha y de mejor humor por haber sacado algo para mi y no solo para la guardería.

[Matt Blackner]

Miré a Fenrir. El lobo correteaba, saltba y hacía reir a los niños, que perseguían al lobo, que por supuesto se dejaba atrapar. el animal también lo pasba bien, y eso que el inicio había sido horroroso, pues casi lo devoran.

 

Xell afirmó que estaban bien y que era yo quien lo pasaba mal.

- Ya bueno, verás, es que...es que no se que hacer con ellos, y si les pasa algo yo no se...no... - me puse muy rojo y callé. No sabía cuidar de los niños. Por eso me ponía tenso.

 

Xell dijo que tocaba clase de modelismo yq eu jugarían con barro, asi que nos llenaríamos de pegotitos de barro pringoso. Fruncí el ceño y reí levemente al ver a los niño scorrer y gritar entuasiasmados, al parecer aquella clase les gustaba mucho.

 

Seguimos a los niños hasta el interior. Sabían lo que tenían que hacer, llegar y ponrse la bata, coger un pegote de barro y marchar a su mesa, colocar mantelitos para no mancharlas y comenzaban a modlar.

 

Tomé la bata y me la puse, aunque no m eimportaba mancharme. Fenrir pasó junto a un niño y le puso la mano encima, con lo cual, el lobo acabó con una mancha de mano marrón. Fruncí el ceño. ME daba a mi que el lobo cambiaría al color marrón del barro ntes de terminar el día.

 

Con un movimiento de varita, le puso un peto a Fenrir. El lobo gruñó sorprendido y se revolvió, mordiéndolo para quitárselo, levantando la pata para pedir por favor, no estaba acostumbrado, pero al final, se aburrió y lo dejó estar. Era graciso, Xell reía, los niños también, incluso yo, porque se movía de forma un poco rara.

 

Pero un elfo vino y me dijo que mientras no estuviera Sagis, me quedaba al cargo de la guardería.

 

- Mios? pero yo no...ahora seguro que tenemos un accidente - murmuré.

 

Xell salió para atender a una madre que venía para incribir a un niñito. No podía dejar a aquellos pequeños solos, asi que...

 

- Bien, que estais haciendo niños? - les preguntñe.

[Tais Sara Black E.]

La chica sonrío ante la cortezia de la mujer, al parecer ella era la encargada por el momento y por el aspecto del lugar y del personal dejaban una tranquilidad en la Black ya que no estaba dispuesta a dejar a su hijo en las manos de cualquiera aun cuando tuviera que dejarlo con su padre la peli castaño la pensaria más de una vez =Eso nunca pasara Tais=celebro la mujer mientras seguia los pasos de la cuidadora ya que si algo estaba segura es que aquel hombre jamas cuidaria de su hijo aunque sean unas horas.

 

La mano de su hijo en su mejilla hizo que regresara a la realidad y borrar todo recuerdo de su padre. Por la sonrisa de Noel pudo notar que no le era indiferente el lugar la mujer sonrio más al escuhar las voces de otros niños que acompañarían a su hijo sin embargo no pudo evitar sentirse triste ya que eso significaba que su hijo estaba creciendo rapido e inevitablemente se estaba volviendo un ser independiente. La chica nego tratando de no transmitirle tal nostalgía a su hijo y seguir los pasos de la mujer

Editado 15 de Mayo del 2013 por Tais Sara Black E.

[Xell Vladimir Potter Black]

La madre parecía algo perdida en sus pensamientos. Respeté eso, porque todos tenemos momentos de reflexión interna que nadie debe interrumpir. Avancé hacia la clase donde Matt estaba con los niños, esperando que estuviera dominando la situación. Sólo faltaba que abriera la puerta y estuvieran volando cosas o que los niños estuvieran castigados cara a la pared.

 

- Esta sería la clase de su hijo, son los pequeños y ahora deben de estar en plena clase de modelismo con barro. Así que tal vez los encuentre algo sucios, pero eso es lo que les gusta y con lo que aprenden más, usando las manos. Piense que estos juegos con el barro ayuda en la precisión de sus muñecas para que en el futuro sepan usar bien la varita. Todo es aprendizaje aunque parezca que tan chiquitines todo es juego. En la guardería aprovechamos todo momento para que aprendan sin darse cuenta.

 

Dije "uno, dos, tres" de forma mental y abrí la puerta. Hasta yo misma estaba sorprendida. Matt y Fenrir estaban llevando muy bien la clase porque todos estaban en su sitio y no había pegotes de barro por las paredes. Me giré a la madre y le sonreí, feliz de lo que veía.

 

- ¿Ve? Los niños son geniales. Se comportan como hombrecitos.

 

Y levanté el pulgar hacia Matt, para felicitarle por lo que había conseguido. Era todo un mérito después de lo que se había quejado de que no se veía capaz de hacerse cargo de los niños.

[Matt Blackner]

Los niños jugaban con el barro, hacían bolas, o los convertían en cosas alargadas que, según ellos, eran serpientes. Reí levemente, se portaban bien, aquello les entretenía y Fenrir ya se había acostumbrado a aquel peto de Xell, aunque aun intentaba quitárselo de vez en cuando, no había podido evitar mancharse todo el hocico de marrón.

 

- Eh, niños. Queréis aprender a hacer figuras de animales? Puedo enseñaros

 

Había hecho figuras con madera, tallándolas como hacían los muggles, usando una navaja, asi que con barro debía ser más fácil...

 

- Haremos a Fenrir, quereis?

 

Los niños mostraron su conformidad, riendo, hablando entusiasmados en voz alta. Pero había alguien fuera, y no quería que al entrar, pensaran que los niños iban a su bola, que no era capaz de cuidarlos...

 

Vale, no lo era. Pero aun asi no podían descontrolarse, no quería accidentes.

 

- Bien, entonces...

 

Les expliqué como hacer cada parte, y luego fui moviéndome por las mesas. Los niños miraban al lobo, que se había sentado ante todos y jadeaba con la lengua fuera, contento, mientras vigilaba también que no hubiera sorpresas.

 

Estbaa agachado, ayudando a una niñita a hacer una pata para el lobo. Yo había hecho una figura de Fenrir y esta se secaba ya en la mesa del profesor, cuando la puerta se abrió. MIré y vi a Xell llegar con una mujer que no conocía...seguramente la madre que había venido a ver la guardería.

 

Levantó el pulgar en señal de aprobación visiblemente aliviada, tal vez incluso feliz de que los niños no se estuvieran matando...sonreí levemente y agaché la cabeza, poniéndome rojo. Ni yo me lo creía.

[Reena Vladimir]

Elfina Taga:

 

La ama me había mandado a la guardería con una caja que estaba fría, no me lo podía creer y no sabía que había en su interior, pero no había dudad de que allí dentro había algo que debía mantenerse frío. Por eso es que me llevó mas tiempo del que esperaba llegar a la guardería, porque tenía que ir a recogerla y luego entregarla, por la sombra siempre para que el sol no contrarrestara el hechizo enfriador.

 

Entré en la guardería y no muy lejos de la entrada vi a la niña Xell con una mujer. Ambas estaban mirando el interior de una clase curiosamente silenciosa.

 

-Que suerte ha tenido.-Murmuré para mi misma yendo hacia las cocinas para dejar la caja en un ambiente mas frío mientras esperaba por la niña rubia.

 

Me acerqué sigilosamente a la puerta por la que miraban y me sentí confusa. Allí estaba Matt y estaba su lobo, y todo parecía bajo control, todo perfectamente normal. Aquello era muy extraño. ¿Le habrían echo un encantamiento a la puerta para que mostrase una clase totalmente anodina? Me dieron ganas de alargar la mano para tocar el hueco pero me retiré rápidamente para no estropearlo. La guardería necesitaba clientes y niños en sus aulas. La seguridad estaba garantizada osea que el resto me daba igual.

 

-Ama Vladimir, traigo algo para las clases -interrumpí su conversación y luego añadí la disculpa de rigor- Búsqueme mas tarde por favor.

 

Me metí rápidamente por el pasillo de las cocinas para que supiera donde encontrarme después y no molestarla mas, quería poder volver a casa a ver si era capad de sacar de las paredes de la sala de juegos la mermelada de mora que los niños habían untado ganas durante la tarde pasada. A medida que crecían se volvían mas odiosos y mas ahora que pasaban gran parte del día en aquel local donde aprendían las diabluras de sus compañeros.

[Sagitas E. Potter Blue]

Ir de compras con Reena...

 

Eso era genial. ¿Cuánto tiempo hacía que no iba de compras con mi sobrina? Añoraba un poco tener espacio para mí, para poder salir juntas y divertirnos, como cuando éramos más jóvenes ambas y más solteras ambas. Ahora, entre las obligaciones de la familia y de los negocios, ambas habíamos perdido la naturalidad para salir juntas y disfrutar de un día de asueto.

 

No se lo dije, pero amaba estar así, con ella, sin pensar en los niños propios y, por supuesto, en los ajenos que nos esperaban en la guardería. Y no quería pensar en que Matt y Xell se quedaban al cargo. Ya era hora que Matt saliera un poco de su caparazón y se atreviera a lidiar con los niños.

 

Tenía ganas de salir, de relajarme, de pensar un poco en mis hijos, de los problemas que daban y de lo maravilloso que era tenerlos. Y salir con Reena iba a ser el mejor dessestressante que podía conseguir.

 

-- ¡Ay, por los dioses! -- pensé, al sentir barullo en una clase. Pero no di media vuelta, apreté el brazo de Reena y salimos del local.

 

Caminaba alegre con ella, con una sonrisa divertida, mirando a los lados. ¡Qué diferente era el barrio cuando lo veías en horas poco acostumbradas! Siempre había bullicio, pero a estas horas en que todos trabajan o estudian, sólo los ociosos como nosotras paseábamos por el callejón. ¡Era genial!

 

-- ¿Comprar? A parte del agua, me gustaría renovar las sábanas de las cunas y comprar más platos para la clase media. Tienen los colores descoloridos. Y si hay tiempo, tal vez renovar las batas de los monitores. Y comprarle una a Matt. Es el nuevo y no tengo de su talla. Como todo era de chicas... Y un peto para el perro... Y cuentos parlanchines. ¿Debería traerles a mis globos? Oh, no, seguro que me los petan y les tengo cariño. Y sobre todo, comida para Uniojo, que le dieron pastelina el otro día y tiene el estómago revuelto, necesita pienso especial.

 

Y antes de que protestara por todo lo que quería invertir en la guardería, me puse a saltar sin soltarle el brazo, con lo que se meneaba conmigo.

 

-- ¡Nos vamos juntitas de compras!

 

No quise pensar en todo lo que les dejaba a Matt y a Xell, pero que se aguantaran...

 

Reena parecía cansada de pararse en todos los escaparates, pero yo amaba los escaparates. Los artículOs eran tan interesantes... Me encantaba ver todo, desde libros, varitas, escobas, ropa...

 

-- ¿Ahora quieres una túnica, sobrina? -- puse un tono de riña, por pararse a comprar particulares. -- Bueno, si sólo son dos minutos...

 

Entré en la tienda, tras ella, enfurruñada. Pero es imposible estar más de un minuto enfadada con la de cosas que había en esa tienda.

 

-- ¡Halaaaa! Un pebetero de incienso mixto... Huy... ¡Qué lindoooo! Podemos poner fragancias dobleeees... Yo quieroooo...

 

Lo toqueteé y me encantó. No sé donde se metió Reena, tal vez se probaba la túnica que tanto le gustaba. Yo seguí separando objetos que me gustaban. Uno me intrigó, parecía un...

 

-- Hala... Si me llevo esto a casa, Jack me pide el divorcio -- dije por lo bajo, toda colorada, volviendo a ponerlo en su sitio.

Editado 27 de Mayo del 2013 por Sagitas E. Potter Blue