El Hipogrifo Asustado (MM B: 105757)

[Reena Vladimir]

Le rasqué tras las orejas al lobo de mi primo, no sabía si la curiosidad que sentía el animal era que no me reconocía o que el olor a galletas navideñas le atraía sobre manera. Fuera como fuese no me molestaba, al contrario.

 

-Bueno entonces que vaya a jugar con el resto de los niños.

 

Cuanto antes se marchase antes podría salir de mi disfraz y respirar porque con tanta ropa me estaba poniendo mala ya.

 

Esperé a que el pequeño saliera corriendo por la puerta y quedarme a solas con la familia para sacarme el gorro y abrir la mullida chaqueta que tanto me agobiaba y como si de mi barriga saliera un álien de derramó por todo el suelo el relleno que me hacía parecer gorda.

 

-uf, para otro año que se encargue otro... yo no quiero pasar tanto agobio...

 

Le pasé el gorro de papá noel a Jessie y me agaché para poder seguir acariciando a Fenrir el cual ahora no sabía donde olisquear con tanta espuma de almohada como había alrededor de mi.

[Matt Blackner]

Fenrir

 

Aquel hombre de rojo...no era un hombre. Me sonaba su olor.

 

Si, en la playa, había estado en la boda de la mamá de Matt, y también había estado una vez en su casa, seguro.

 

La conocía, era familia de los chicos.

 

Pero estaba rara, no la recordaba asi. Aunque sus manos me gustaban, me acarició detras de las orejas y era agradable. Y además, olía a galletas. Me darían una? porque me gustaban las galletas.

 

Reena dejó de rascarme y Jesse estaba dejando al niñito de correr con los demás cachorritos.

 

Y de pronto, un montón de cosas blancas salieron. Llenaron todo el suelo, lo que me hizo saltar sobresalado de donde estaba sentado y mirarlas atento. No se movían. Comencé a olerlas, rápido, con curiosidad. Quería saber que eran aquellas cosas...

 

Las toqué con el hocico, era suave, pero no se movía. ME puse con el c*** en alto, en posición de juego y ladré, esperando ver si se movían o no.

[Jessie Black Lestrange]

Jessie Potter Blue me canse de poner mi estado

 

Voltee a ver a Renna sorprendida por lo que decía, ni loca la hacía de papá Noel, ya bastante tenía con colocar el árbol de navidad y luego quitarle. Así que no, ni loca me podría el traje de santa y menos verme toda gorda por todo los artilugios que tendría que traer encima.

 

-Creo que le quedaría al fantasmal esposo de mi madre ese trabajo- sonreí en dirección a Matt mientras observaba a Fenrir sorprendido por las cositas blancas del piso.

 

-Son como nubes Fenrir... pero no se comen, sino te harían daño y no soy veterinaria- sonreí al lobo y le rasque detras de las orejas- ire a quitarme esta cosa, es raro traerla puesta.

[Reena Vladimir]

Me parecía interesante ver a aquel lobito fascinado por lo que a mi me había se me había salido del traje. Di un par de saltos para terminar de sacarme el relleno y ver cómo Fenrir se excitaba mas aún.

 

Entonces busqué mi varita, la despegué con cuidado de mi piel sudada y la sacudí, no por quitarle la humedad sino para encantar todo aquel relleno esponjoso para deleite del lobo de mi primo. Sonreí y vi los trocitos como se levantan en el aires y empezaban a hacer ondas, espirales y círculos alrededor del animal.

 

-¿Te gusta el juego?

 

El cuadrúpedo parecía fascinado y yo me reía de gusto viéndolo jugar. Miré hacia mi familia para ver si estaban disfrutando tanto como yo y mi sonrisa se ensanchó, al parecer nos embobaba a todos. Y aprovechando empecé a hacer figuras con las bolas para ver si se atrevía a romper mis composiciones.

 

Empecé haciendo un enoooorme Hueso.

[Sagitas E. Potter Blue]

-- ¿Qué demonios pasa aquí? -- exclamé al ver a Reena jugueteando con Jesse y con el lobo. -- ¿No podrías hacer levitar estas bolsas? Pesan como si llevara mil hipogrifos dentro.

 

Acababa de volver del mercadillo. Les había dejado al cargo de la guardería y ahora me encontraba que estaban jugueteando entre ellos. No iba a decir nada, suponía que Matt estaría a su cuidado, ya que Fenrir no estaría aquí si mi hijo se hubiera ido.

 

-- ¿Han llegado ya los encargados de Mantenimiento? Me juraron que llegarían hoy y arreglarían la puerta del sótano.

 

Me estremecí. ¿Qué habría sido aquello? Lo que fuera, ya no estaba, ya no había nada allá abajo. Lo habíamos removido todo. Lo que fuera, se había ido. Pero ahora tocaba arreglar la puerta. Suspiré.

 

-- Venga, recoger todo eso que no quiero que piensen que somos unos sucios.

 

En realidad, quería haber dicho que ellos parecían más niños que los niños, pero me lo callé porque en realidad me parecía hermosísimo que hubieran estado jugando, y en mi disfraz de adulta responsable me moría por juguetear con el lobo.

 

-- Oh, llaman a la puerta. Venga, a trabajar, llevar a los niños al comedor, que se acerca la hora. Que todos se laven las manos. Y vosotros los primeros.

 

Y les dejé allá para abrir la puerta a los de mantenimiento.

 

-- Ya era hora, llevamos siglos con la puer...

 

-- No se mueva. Entre despacio y con las manos alejadas de su varita, por favor.

 

Una mano enguantada me quitó la varita del pelo, que cayó en cascada hacia mis hombros.

 

-- Entre y no avise a nadie. Vamos...

 

 

 

 

OFF:

 

¡Secuestro en la Guardería! ¿Te lo vas a perder?

[Matt Blackner]

Fenrir[/i]

 

la hermana de Matt me dijo algo, pero no la escuché. yo quería saber qeu eran aquellas cositas blancas, eran suaves y esponjoss y...

 

aquello se comía? a lo mejor estaba rico.

 

Pero la chica comenzó a saltar y salieron más cosas de esas. ME aparté un momento sorprendido, parecían salir de su cuerpo! pero luego volví a saltar, a corretear y regresar, esas cosas eran curiosas, quería probarlas, quería jugar con eso!

 

Lamí una de las bolitas y de pronto se elvó. Sorprendido, miré como todas se iban elevando en el aire y gruñí, retrocediendo con las orejas en alto, atento.

 

Se habían elevado y comenzaban a moverse, como si bailaran. me puse de pie, salté intentando coger alguna con el hocico, tal vez podría volar si lo mordía.

 

Y formó un enorme hueso. Me relamí, iba a morderlo...

 

Y llegó la mamá de Matt. Ladré, un ladrido agudo, más de cachorro para demostrarle que estaba contento, para enseñarle a que jugaba. Pero ella dijo qeu debíamos recoger y agaché el hocico entristecido.

 

Se marchó a abrir la puerta y gruñí. Algo no me había gustado. Un olor, esa voz...

 

No podía abrir!

 

Me lancé directo hacia el hombre que le apuntaba con la varita a Sagis, mordiéndole el brazo, retorciéndolo, tirando de él, zarandeándolo para que no le hiciera daño mientras visaba a Matt.

 

Lo otros hombres me golpearon, no quería soltar pero al final acabé haciéndolo, inconsciente.

[Xell Vladimir Potter Black]

¡Por fin habían llegado los libros que había encargado la tía para la Guardería! Había estado preguntando por ellos día sí y día también desde hacía tres semanas así que en cuanto hoy habían llegado, ya no esperé a que ella se personara en el lugar. Los tomé dentro de la caja y desaparecí del lugar para aparecerme en la entrada de la guardería.

 

En la entrada había dos hombres que parecían hablar con tía Sagitas. Sonreí y me acerqué a ellos.

 

- Permiso, que vengo cargada y...

 

Ni tiempo me dio a decir nada más. Uno de ellos lanzó algo con su varita hacia mí y la caja se abrió. Los libros se desparramaron contra el suelo.

 

- ¡Oh! Pero...

 

Habían hecho un Expelliarmus y mi varita salió del bolsillo hacia su mano. El hombre me miraba feo. Desde la puerta, Sagitas parecía igual de sorprendida.

 

- Adentro las dos, y en silencio.

 

En el suelo, Fenrir respiraba dificultosamente.

 

- Pero, pero... ¿Qué sucede aquí? ¿Mortífagos?

 

No, mortífagos no eran, pues llevaban la cara descubierta. Pero... Fuera lo que fueran, no era nada bueno.

[Sagitas E. Potter Blue]

Ni tiempo tuve de reaccionar cuando sentí los ladridos. Me había quedado petrificada, no por miedo sino por responsabilidad. En aquella guardería había al menos diez niños cuyos padres aún no habían venido a buscar. Así que no podía hacerme la heroína, menos sin varita. Apreté la mandíbula y retrocedí un paso, por el empellón que me habían dado.

 

- Eh, tranquilos. No... No voy a oponer resistencia...

 

Mi mente corría, buscando una forma de avisar a todos para que se llevaran a los niños. No entendía qué esperaban encontrar en una guardería. Si buscaban dinero, iban apañados; todo se movía por Gringotts y allá sólo había gastos, nada más.

 

De repente, Fenrir apareció y mordió a uno de ellos. Reaccioné. Intenté golpear al que giraba la varita hacia el lobo. No iba a permitir que le hiciera daño. Sin embargo, ellos eran de rápida reacción y, a pesar de que casi le quito la varita, me golpeó en la cara. Noté un golpe de luz en el ojo y después, cuando ya pude ver algo más que luces y sombras, Fenrir yacía en el suelo.

 

-- ¡Matt! ¡No, no! ¡Matt!

 

Me preocupaba mi hijo. Su alma estaba demasiado unido al lobo. ¿Habría sentido el dolor? ¿Sabría lo que había sucedido? La voz de Xell llegaba en la entrada.

 

-- ¡Corre, Xell!

 

Pero ella también fue atrapada. La empujaron hacia mí. Me arrodillé en el suelo.

 

-- Matt, por favor, ponte bien. Huye, llévate a los niños...

 

-- Calla, bruja...

 

¿Se suponía que era un insulto? Claro que era una bruja, y como me tocaran mucho las narices iba a demostrárselo.

 

-- Tú, llévalas a la Dirección y las atas allá.

 

-- Pero son dos. No tenía que haber más que una. ¿La mato?

 

Le lancé una mirada asesina. El que parecía mandar miró alrededor y le dio una patada a Fenrir.

 

-- No. Mete a su lobo Matt en Dirección, con ellas. Átalo también. Venga, ir para allá.

 

Eché un vistazo al despacho de Dirección. Había dos sillas porque Reena y yo compartíamos el lugar. Fruncí el ceño cuando dejó caer el lobo a nuestros pies. Varios Incárcerus nos inmovilizaron y después retrocedió.

 

-- ¿Dónde está?

 

-- ¿Dónde está quién? -- respondí, malhumorada.

 

-- El niño. Nos lo vamos a llevar.

 

-- ¿Quién? -- pregunté. Tenía 11 niños a mi cargo. Esperaba que Reena y Jesse les pusieran a salvo. Y a Matt. ¿Pero qué niño estarían buscando?

[Xell Vladimir Potter Black]

Todo había sido tan rápido que no supe bien lo que sucedía hasta que me vi atada a una silla. Todo había pasado en un plis plas. Ahora mismo sólo pensaba en los libros, que habían quedado tirados en la entrada, desperdigados. Lancé un suspiró y fue cuando visualicé a la tía, hablándole al lobo.

 

- ¿Crees que Matt estará herido? - le susurré.

 

Porque ella le había dado un mensaje a Matt mediante el lobo, lo que había hecho que los atacantes pensaran que el lobo se llamaba Matt. Pobre Fenrir, tumbado a nuestros pies, atado de patas y de morro, para que no mordiera si despertaba.

 

Y menos mal que nos habían atado, porque uno de elloos había preguntado si nos mataba, al lobo y a mí. Se iban a enterar en cuanto pudiera reaccionar.

 

- ¿De qué niño habla? - intervine. - No se van a llevar a ningún niño, malhechores.

 

Estaba muy enfadada y era el único insulto que se me ocurría. Ya verían, Matt se iba enfadar por lo que habían hecho a su lobo y a su madre. Y a mí, esperaba...

[Jessie Black Lestrange]

Jessie Potter Blue

 

Había corrido de la loca idea de la tía Renna de convertirme en navidad en Santa Claus, ni loca, no me podría un traje de un viejo gordo que asustaba a los niños. Razón de más para correr al aula de los pequeños y encerrarme con ellos bajo llave, comenzar con juegos que me distrajeran de esa idea y poner a los pequeños a cantar.

 

Por ese motivo no había escuchado el alboroto que se estaba armando en los pasillos de la guardería, ni sabía nada de lo que pasaba con los demás que se encontraban ahí. Poco a poco los pequeños se habían dormido y fue cuando escuché los ruidos en el pasillo.

 

Había alguien más en el hipogrifo asustado aparte de mi familia, ya que los únicos que trabajábamos ahí eramos familia, las otras voces no las conocía. Tomé las medidas precausorias en estos casos, me acerque a la puerta y la cerré con magia a fin de que nadie entrara.