El Hipogrifo Asustado (MM B: 105757)

[Sagitas E. Potter Blue]

Mi mente buscaba frenéticamente una explicación de lo que decían. ¿Un niño? ¿Qué niño? ¿Para qué querían secuestrar a un niño? Por un momento recordé el secuestro de Ithilion y empecé a temblar por dentro. Fue una experiencia horrible que quería olvidar para siempre.

 

-- No sé ... a que niño... te...

 

Ni tiempo me dio de gemir, no vi llegar la torta en mi ya malograda mejilla. Me dejó boquiabierta. No estaba acostumbrada a la violencia. Bueno, sí, de otro tipo, pero esta me había provocado el resuello.

 

-- ¡Mi hijo! La z... de su madre me lo quitó cuando aún era un bebé. ¡Huyó de mí y se llevó a mi hijo! ¿Dónde está?

 

¡Por Merlín! Sabía el caso. Era una mujer que huía de los maltratos y la violencia de género. Y este era el bestia de su marido. Apreté la mandíbula. Desde el Wizengamot, el ahora organismo desaparecido, habían hecho las gestiones para encontrarle un trabajo y un lugar donde esconderse. Ottery quedaba muy lejos de su ciudad natal y habían borrado todo su rastro. Tenía identidad nueva y había rehecho su vida.

 

Y ahora la habían encontrado.

 

Sabía del caso, yo le di trabajo durante sus primeros meses en el pueblo, en el Circo, de Taquillera. Ahora era una mujer con cierto cargo importante en el pueblo y su trabajo le obligaba a dejar el niño en la Guardería.

 

Nunca pensamos que la descubrirían.

 

-- No sé de qué me hablas -- repliqué fríamente.

 

-- Lo sabes, mujer, y me vas a dejar ver todos los archivos hasta que descubra quien es.

 

¡No lo sabía! Sólo sabía que estaba en el Hipogrifo...

 

-- No podrás verlos. Son confidenciales y sólo yo puedo verlos.

 

-- Pues o me los enseñas o te quedarás sin ojos para hacerlo, mujer.

 

Y supe que lo haría. Aquel hombre era muy violento. Lo sabía, había visto el estado en que quedó su mujer cuando la ingresaron en San Mungo. Suspiré, decidida. Confiaba en que Jesse y Matt sabrían proteger a los niños. Miré a Xell. Me preocupaba mi sobrina, pero no tanto como el niño de dos años. Ella sabría defenderse.

 

-- En los archivos no encontrarás a tu hijo.

 

Y vi como levantaba la varita.

[Matt Blackner]

Que habia pasado?

 

Tenía a los niños en su clase, empezaban a despertar de la siesta y de pronto había sentido dolor en las costillas, en la cabeza, tanto qeu me había desmayado.

 

Aunque no duró mucho.

 

La mano de ithilion en el hombro me hizo despertar. la cabeza me mataba y no solo eso, sino que los tobillos, las muñecas e incluso la boca me dolían, como si algo me las atara...

 

"Fenrir" - pensé.

 

Escuchaba ruido y recordaba en aquel estado de inconsciencia haber oido a Sagis decirme algo de los niños.

 

- Chicos, vamos a jugar a un juego, vale? - susurré, hablaba muy bajito, querí que entendiesen que debían guardar silencio. - Vamos a jugar al escondite. Si lo hacemos bien y no os encuentra nadie, os darán un premio. Quereis ganar?

 

No sabá tratar con niños, no los sabía manejar, no sabía cuentos ni juegos, y no entendía cuando se ponían a llorar. Pero si sabá de supervivencia. Y si los niños empezaban a chillar o se asustaban, los encontrarían, los que habian atacado a Fenrir y a las demás.

 

Los nños asintieron con la cabeza, despacio. Ithilion tenía una mirada distinta, él al fin y al cabo era un Potter Black y estaba acostumbrándose a ese tipo de situaciones, pero entendió qeu no debía hablar.

 

- Bien, pues....

 

debía sacarlos de esa clase.

 

"Jesse, me escuchas? estoy en la clase con ithilion y los otros niños. Algo pasa."

 

Pero Fenrir me llamaba.

 

 

 

Fenrir

 

Abrí los ojos. El lobo efectivamente estaba atado. Veía a Xell enfadada, y estaba a los pies de sagitas. Me moví pero estaba fuertemente atado, y eso solo me provocó dolor en las articulaciones. pero el nudo del hocico ería fácil de quitar.

 

Empecéa frotar en hocico con el suelo, intentando desplazar un poco la cuerda.

 

Pero aquel hmbre pedía a Sagitas ver algo, unos archivos, y como se negó, le golpeó la cara. Grunñí y froté con más fuerza.

 

El tipo alzaba la varita.

 

me revolví gruñendo, sacando los dientes a aquel tipo, dispuesto a arrancarle el gemelo si le alcanzaba el mordisco.

[Reena Vladimir]

Si me sorprendió que Jessie saliera corriendo mas lo hizo la reacción de Fenrir cuando se lanzó como un loco tras la protestona de mi tía. Y no fue para menos cuando escuché la voz que llegaba desde fuera de la guardería. Solo se me ocurrió esconderme entre los algodones del disfraz de papa noel, me hice invisible y me metí en el remolino de algodón.

 

-Los niños, las pulsera.

 

En mi cabeza solo se formó una palabra mas: Alarma.

 

Mi cuerpo invisible se movió sólo mientras entraban Sagitas, Xell que a saber de dónde había salido y los maleantes que querían al niño al cual ni conocía. Mi varita se agitó y de mi salió una luz muy brillante que se vería sin problema, aunque eso no sería problema, la magia estaría hecha.

 

Mi luz se intensificó un segundo y después se apagó llevándose a los niños con sus respectivas familias. Estarían a salvo. Daba igual lo que me sucediera a mi después, porque ya no sabía si quiera, si seguía siendo invisible o no...

 

OFF: Jessie, te agradecería que leyeras al resto de personas con las que roleas, no solo estás roleando con Matt y si yo digo que los niños desaparecen, desaparecen y punto. No obstante te recuerdo que hace tiempo hablamos de ponerles unas pulseras trasladadoras a los niños para casos como este y te lo has saltado a la torera.

 

On:

 

Me pareció fuera de lugar que mi prima corriera ante la idea posible de que le tocara ser a ella Papá Noel el invierno que viene, pero no dije nada, no pude, de repente tuve cosas mejores en las que pensar.

 

Voces extrañas en el exterior que gritaban agresivas a mi tía por un niño, decían robado. Yo no sabía nada al respecto pero escucharle a mi tía decir que en los archivos no encontrarían nada me dio la idea de que solo yo podía hacer algo por la guardería.

 

Vi el brillo de una de las puertas y supuse que Jessie habría cerrado la puerta con magia, me pareció una buena medida y estuve por hacer lo mismo con todas las puertas el único problema era que veía era que no me daría tiempo y por eso reculé hasta la puerta de la cocina y apunté hacia las clases que suponía sin cerrar sellándolas contra los intrusos y viendo como mi tía y mi hija entraban en la guardería seguidas de una varita poco amiga.

Editado 3 de Marzo del 2013 por Reena

[Jessie Black Lestrange]

Jessie Potter Blue, salón hipogrifo

 

Observaba a los pequeños, nerviosa por lo que sentía alrededor. Escuchaba ruidos extraños y una voz que no era la de nadie que conocía cuando la voz de mi hermano Matt sonó en mi cabeza. Mi hermano... él no sabía muy bien como tratar a los niños en estas situaciones y no lo culpaba, culpaba a Jack por nunca dejarlo ser un niño.

 

-Matt tranquilo, lo se. Los salones están conectados por la parte trasera, la puerta esta oculta... Itilion... debe de haber un gran oso color beis apoyado en la pared del fondo, ahí esta una trampilla, tráelos al salón hipogrifo... yo los cuido, busca a mamá

 

Indique a mi hermano recordando los detalles del salón de clases de Itilion, yo estaba con los más chiquitos, pero igual podía ponerlos a dormir y resguardar las puertas para que nadie entrara ni saliera una vez que Matt llegara al salón.

[Xell Vladimir Potter Black]

Estaba enfadada, pero no era tonta. Aquello estaba saliéndose de madre y si nadie aparecía pronto, Sagitas iba a acabar mal. Al principio, ni ella entendía de qué hablaba uno de los hombres, el más violento. Después su cara se iluminó por unos instantes y, aunque después dijo que no sabía de qué hablaba, todos supimos que mentía.

 

No entendí bien lo que sucedía, él hablaba de que su mujer le había robado al niño y que se lo quería llevar. Pero parecía que no sabía como era, tal vez llevaba mucho tiempo sin verle. Y Sagitas no le iba a ayudar, de eso estaba segura. Conocía a mi tía, cuando se ponía tozuda, no había manera de sacarle nada.

 

- ¡Eh! Si ella dice que no sabe nada, es que no sabe nada - les dije, en un atisbo de exceso de confianza. - ¡No, no, no le hagáis daño!

 

Pero el hombre levantó su varita. Me agité en la silla, sólo si pudiera llegar hasta la mesa, donde estaba mi varita allá tirada. Y sentí el gruñido de Fenrir. Era mi oportunidad.

 

- ¡Ataca, atácalos!

 

Y me lancé con la silla hacia la mesa, una postura incómoda pero... si llegaba...

[Sagitas E. Potter Blue]

Mira que he corrido mil aventuras y no todas positivas. Pero estar allá, viendo como la varita se levantaba y yo, estando atada, no poder hacer nada, fue una de las cosas más horribles que me haya pasado. El tiempo pareció detenerse mientras veía la punta de la varita vibrar al hablar él. Vi salir el hechizo a cámara lenta y sentí el impacto en la cara. A partir de ahí, todo se hizo más rápido, aunque no lo vi.

 

Sentí el gruñido de Fenrir, de alguna manera el lobo había conseguido librarse de las ataduras. ¿De todas? No lo sé, no veía.

 

Sentí la voz de Xell, defendiéndome y después diciéndole al lobo que les atacara, pero no la vi.

 

Sentí golpes, ruidos que se sucedían a mi alrededor. Uno de los hombres gritaba algo, con voz herida. Tal vez Fenrir le había mordido, o tal vez Xell le había dado con algo o yo que sé. ¿Habrían conseguido entrar Matt, Jesse o Reena?

 

No sabía nada.

 

Me había alcanzado un Embrujo Punzante y era muy doloroso. Me tiré hacia atrás y la silla cedió. Caí de espaldas sobre mis brazos atados. No sentí más. El dolor de la cara era horrible pero creo que al caer me rompí algo porque sentí un crack. Ya no veía, todo era borroso. Sólo podía respirar, intentando que todo pasara...

[Matt Blackner]

Esperé impaciente, no sabía qeu pasaba, no podía ir en busca de Sagis porque aquellos niños no podían quedarse solos.

 

Pero no tardó en responderme.

 

Al momento comencé a buscar aquel oso, que no tardé en ver, en un rincón de la sala.

 

- Vale Ithilion, escúchame. ME tienes qeu ayudar con tusamiguitos vale? Teneis que cruzar por etrás del oso, y despuéshaced mucho caso a Jesse, vale?

 

Ithilion asintió. le revolví el pelo y lo dejé pasar. Los otros niños lo siguieron en cuanto se lo pedí, se fiaban de Ithilion claro, lo conocían, era su compañero de juegos.

 

Y en cuanto el último cruzó, salí de alli varita n mano, en busca de los culpables. podía escuchar los gritos de Sagitas y Xell en el depacho.

 

 

 

Fenrir.

 

la chica rubia, era familia de Matt, tambien estaba alli. me gritó que atacara, y aquel hombre hacia daño a la mamá de Matt.

 

Me revoví aun con las patas atadas y le mordí el tobillo, mordí y no soltaba, agitaba la cabeza y notaba como los huesos crugían bajo la presión de los dientes.

 

tanto movimiento aflojó las cuerdas, y en cuanto noté que estaba libre, apoyé las patas en el suelo y tiré hacia atrás, haciendo caer a aquel tipo.

[Sagitas E. Potter Blue]

-- ¡Demonios toscos! -- grité, en cuanto sentí que el dolor iba disminuyendo.

 

Sentía los gruñidos de Fenrir y la expresión de dolor de uno de ellos. Pero... el otro... ¿Qué estaría haciendo?

 

Forcé la vista y noté que Xell y él forcejeaban, aunque no pude ver mucho más desde mi postura en el suelo y con los ojos llorosos y medio cerrados. Había mucho ruido, seguro que los elfos se darían cuenta de que pasaba algo y pronto acudirían a ver qué sucedía. Intenté moverme para un lado pero aquello despertó más dolor, así que probé hacia el otro lado. Ahí, aunque doliera pero no tanto, pude afianzarme mejor y protegerme de algunos rayos que rebotaban sin control. ¿De donde salían? ¿Quién estaba disparando hechizos? ¿Quién era, amigo o enemigo?

 

La vista se aclaró un poco más y sentí que la puerta de la Dirección se abría.

 

-- ¿Matt? -- dije, al notar su figura en ella. O tal vez no, no veía bien para saberlo.

[Matt Blackner]

Abrí la puerta del despacho de dirección, varita en mano. Lo primero que vi, a Sagis tirada en el suelo, intentando protegerse, con la cara medio deformada por culpa de un embrujo punzante. Moví la varita en su dirección, deshaciendo el hechizo.

 

Pero fue algo rápido. Fenrir agitaba para asegurarse el cuerpo sin vida de aquel tipo, al que casi le había arrancado el brazo, y se lanzó a ayudar a Xell con el otro tipo.

 

Pero no eran los únicos. El tercero me lanzó un hechizo del que me protegí con rapidez.

 

- Sectumsempra - dije, atacando al secuetrador

[Andrómeda Perseus]

Andrómeda Perseus Rambaldi

 

Andrómeda paró de caminar y se paró frente a la fachada de colores en el que reposaba bien grande el nombre del lugar, el “Hipogrifo Asustado” Sinceramente, como madre temía y nunca había confiado en tales cosas, pero si confiaba plenamente en sus amigas, y ellas daban buena referencia del lugar. Se quedó un rato allí pensando antes de entrar, hasta que los movimientos de Altair aburriéndose, la sacaron de sus pensamientos. En esos momentos, lo alzaba con sus brazos y este jugaba con el broche de oro que reposaba sobre el hombro de ella y sostenía así su larga capa escarlata.

 

Finalmente ingresó en el local luego de dar un suspiro. Tal vez hicieran el típico gesto de sorpresa de ver a una mujer tan joven como ella siendo madre, tal vez no… Porque aun así aparentaba unos años más que no tenía, admitía que seguía siendo muy joven. Aunque ella ya definitivamente no se podía catalogar de adolescente, luego de todas las experiencias vividas. Esperaba que Altair fuera aceptado y este se pudiera integrar, a simple vista… era un niño como cualquier otro, con ojos marrones como los de su madre y cabellos revueltos y oscuros como los de su… “padre”

 

- Quiero ver a Caleb –escuchó decir a su hijo

 

Andro negó con la cabeza, no podía llevarlo a Grecia… Aunque estaba segura de que Altair ni se enteraba que iban a otro país cuando iban a su lugar de nacimiento, seguramente se pensara que era un lugar cercano como ir de allí a Ottery. Aun así lo fuera, no pensaba dejarlo en un lugar en el que había una guerra peor que en la de Gran Bretaña.

 

- Ahora no, Altair, ya veraz a Caleb otro día –le tranquilizó

 

Al parecer el hijo de una de sus mejores amigos había terminado haciendo buenas migas con Altair. Al entrar dentro del local se esperó tener una visión normal de una guardería, con niños corriendo y las personas encargadas atendiendo pero… Parecía que había llegado en mal momento porque además de no divisar a los niños, sino que alguien gritó “Sectumsempra” y no pudo evitar ponerse tensa y en guardia ¿Ataque? ¿Mortífagos? Estando sola no le importaba pero, estaba con su hijo en esos momentos.