Ollivander's (MM B: 94928)

[Mael Blackfyre]

Todo era oscuridad y opresión hasta que abrí los ojos y me encontré con un negocio que nunca había visitado de antemano. Sabía que era de mi hermana Selene, pero nunca había tenido la necesidad de reparar o de hacer ver mi varita. Pude sentir mi arma dentro de mi bolsillo, y recordaba el momento en que la había comprado. Y ni siquiera era de aquel país donde vivía, trabajaba y amaba tanto. Sabía que los londinenses tenían otro fabricante y otro tipo de varitas, pero eso no me importó a la hora de entrar en el local, después de sacudir mi túnica, que se había visto llena de nieve.

 

Tenía la cara tapada hasta la nariz. El frío era insoportable y todas las personas se iban refugiando en el interior de todos los negocios. El tintineo que producía la puerta al abrirse, resonó en el lugar a la vez que veía que mi sobrino Gastón ya había llegado. A pesar de todo lo veía como si no quisiera ser visto por los magos presentes en “Ollivander’s” Saludé con un gesto de la mano al vendedor y observé todo detenidamente. ¿Qué era lo que podía llegar a haber allí? Seguramente que nada pero eso era el protocolo.

 

Le hice una seña a Gastón, para que se dirigiera hacia la izquierda del lugar. Estaba claro que por ésa seña, le daba a entender que yo me encargaba del otro lado del negocio. Las personas miraban atentamente cada caja que contenía las varitas, y todos los objetos que decoraban ése lugar. De la misma manera debíamos ocuparnos nosotros y no debían percatarse de que estábamos haciendo un patrullaje. Aunque Selene era miembro de la Orden, no se vería muy bien en su local, si entraban dos miembros de la Orden. Rocé con mis dedos, la varita que tenía guardada. Debía actuar con disimulo.

[Ada Camille Dumbledore]

Esperaba que Hakoda me respondiera si deseaba que yo le acompañara al Castillo para que se acomodara y descanzara del viaje, seria que el regreso de la muerte era agotador?

 

La campanilla de la puerta se abrio, los ds personajes que ingresaron eran extraños, pero la mirada de confianza de uno me tranquilizo, disimule que no los habia visto y me dirigí a los estantes a buscar a Joacoo a quien encontre casí de inmediato.

 

- Corazón es largo de explicar pero Él es mi esposo, el que estaba muerto, sí y bueno despues te lo cuento todo. La puerta del final del pasillo despues de mi oficina es la tuya, queria terminar de acondiconarla con fotos del bebe, pero veo que sera imposible, ocupala cuando desees y espero la disfrutes. Saldre de la tienda- le bese la mejilla y le dí un abrazo - gracias.

 

Fuí a donde Eug y Kriss estaban, bese en los labios a Kriss, como era costumbre, en la mejilla a Eug.

 

- chicos luego debo hacer algo urgente, el asesinato del hostigador lo planeamos con calma...

 

Salí hacia el mostrador.

[Hakoda Albus Gryffindor Dumbledore]

Hakoda no se dio cuenta en qué momento Ariane se había despedido de su ayudante y sus hermanos y estos la habían despachado, puesto que por unos instantes su cabeza se había enfocado y centrado en un par de personas que entraron a la tienda, sin ningún interes en comprar nada y observando disimuladamente los estantes y los pasillos que llevaban a las oficinas contiguas. Se habría dicho a si mismo que serían mortifagos y que probablemente querrían problemas, de no ser porque en una visión fugaz reconoció las facciones de su hermano Elvis. Dejó de preocuparse, pues los asuntos que incumbían a Elvis solo podían traer algo bueno y puso su concentración de nuevo en su esposa, muy a pesar de que deseara fervientemente preguntar a su hermano por su presencia, pero seguramente eran misiones en extremo secretas de la organización a la que alguna vez había pertenecido.

 

- Bueno, ya que no me hiciste caso y te deshiciste de tu trabajo, al menos irás a descansar a casa antes de que ocurra lo que te tengo preparado. - Una clara sonrisa apareció en su rostro, en conjunto con un brillo de felicidad en sus ojos por regresar a la tierra, con las personas que tanto quería. Salió del establecimiento en conjunto con Ariane, para dirigirse rumbo a la mansión Dumbledore.

[Ada Camille Dumbledore]

El día ya habia dejado ver su luz, la Dumbledore estaba felíz de volver a su trabajo, era una fortuna tener en sus manos este lugar maravilloso que le llenaba de tranquilidad.

 

El día anterior no más se habia reencontrado con su esposo, la demonio se habia enamorado del ángel guardían de su huesped! Algo ilogico pero que le había hecho vivir instantes maravillosos. En aquel entonces hasta había suavizado su caracter. Seguro por ello se lo llevaron de regreso al cielo.

 

Acaricio la tallada puerta de madera del local, recorrio con ss dedos aquel árbol genealogico hasta llegar a Selene, ella lo hacia y parecia que Ariane no podia evitarlo.

 

Entro al taller directamente y alli saco algunos elementos, la madera la llamaba, una varita debia hacerse y todos los elementos de ella gritaban que se juntasen para estar listos, su dueño vendría por ella.

 

Las varitas tenían voluntad y eran fieles a quien ellas elegían, logro cntrolar aquella escama de dragon que levitaba, teniá prisa la varita.

 

Empezo a tallar la madera

[Joaquín Granger]

Un nuevo día había comenzado, y yo caminaba por el callejón Diagón, rumbo a la grandiosa tienda de varitas que dirigía con Selene, una decisión ciertamente fabulosa, y de la que no me arrepentía, siempre había querido hacerme cargo de un local y ahora podía. Sonreí, pensaba en Seishiro, me adorado ahijadito, que había quedado a cargo junto con mi hermana, ahora llamada Valeskya, y con quien pude coordinar horarios para poder cumplir con mi trabajo, me costó un poco convencerla, pero al final pude, y aunque a Valeskya no le gustara cuidarlo, sabía que estaba en buenas manos.

 

Me detuve ante el local, sonreí, y me revisé la vestimenta, sobre todo negro, una camisa blanca, y una corbata a rayas rojo oscuro y negro. Unos simples pantalones negros, y para completar el atuendo unos zapatos negros también. No estaba muy seguro de como pero sentía un cierto gusto por la moda muggle, y sabía algo de los diseñadores más famosos del mundo entero, recordaba que en el últimos siglo había leído varias veces una revista llamada "Pasarela" no era la gran cosa, a decir verdad eran puros artículos de moda y muggles luciéndose, pero servía cuando querías saber que se usaba entre los no mágicos, y "pasar desapercibido" aunque pasaba todo lo contrario, todo el mundo te miraba, no comprendía porque atraía tanta atención esa ropa, no era muy cara, no para mí al menos.

 

Dejé de pensar en los muggles y en su ropa, y entré en el lugar, con una gran sonrisa en mi rostro que dejaba a la vista mis colmillos perfectamente blancos. El olor a madera enseguida llegó a mí, y con mi sensible olfato aspiré, adoraba ese olor, adoraba todo en esa tienda, sobretodo mi oficina, la que me había entregado en el confuso día de ayer pero que aún no había tenido tiempo de amueblar, lo haría luego, ahora debía saber si Ariane ya había llegado, busqué al elfo con la mirada y lo encontré al costado del mostrador como esperándome.

 

-Buen día- dije fríamente, más por educación que por otra cosa -¿Tu ama ha llegado ya?- le pregunté mirándolo a sus enormes ojos.

 

El elfo respondió, luego de saludar atentamente con una reverencia, que "La ama Ariane había llegado minutos antes, y que se encontraba ahora en el taller". Asentí con la cabeza a la criatura, pensé en ir por mi oficina pero, seguro que ahí me entretendría pensando en los muebles el estilo y donde colocar las fotos, por lo que fui directamente al fondo del local, hacia el taller, donde me encontraría con la dama que seguramente estaría haciendo varitas, y tal vez hoy fuera el día en que yo también aprendiera ese fino arte. Llegué hasta la puerta del taller, y pensé en golpear antes de entrar, pero al fin y al cabo ello no estaría haciendo nada privado o personal, no golpearía, abrí la puerta lentamente y asomé la cabeza, la vi concentrada en algo.

 

-Buen día Ari, querida- Le dije acercándome por detrás, me encantaba sorprender a la gente así.

[Ada Camille Dumbledore]

Estaba totalmente concentrada en la madera mi varita hacia florituras y el torno mágico daba vueltas, ella misma ya había encontrado el tamaño adecuado, el grosor y habia elegido los 28 centimetros, la textuta era ahora lo que ella elegía aún no estaba segura si seria flexible o rigida.

 

Mi cabello de visos rojos se movia alegremente, Me llenaba de pasion hacer varitas y él parecía danzar con ello, la cinta magica descanzaba sobre la mesa. El suave saludo de vampiro me tomo por sorpresa.

 

- Hola, sigue creo que es el momento perfecto esta varita quiere ser creada ven

 

Le hice seguir al taller, Ya estando a mi lado de indique

 

- cierra los ojos

 

A su espalda,lo hice acercar la palma de la mano a la madera

 

- la sientes? Esa fuerza te indica qye ya quiere ser creada. Deja hay tu mano, con la otra sientes que quiere ella unir a sí misma, lo sientes

 

Dije mientras guiaba su mano

 

- Ellos se llaman entre sí, en el momento que se unan dejaran de hacer eso. Ella te indica que escoger para armarla

 

Sonreí alegre

[Joaquín Granger]

Pasé al taller de Ariane, ella me había indicado que yo aprendería a crear varitas, esa sería mi varita de práctica, solo esperaba poder hacerlo bien, y que esa varita fuera para reponer y no especial para un cliente, porque se llevaría una gran desilusión al ver la apreciada varita que él o ella había encargado, bueno de todas formas tenía a la maestra de varitas a mi lado, ella podría resolverlo en un minuto no había de que preocuparse.

 

Ariane me hizo cerrar los ojos, y sentir la madera, me dijo sobre una fuerza que me indicaba que ya quería ser creada. Y me pareció sentir algo, como una voz que me susurraba un "créame" en la cabeza, o un sentimiento positivo. Claro que podría ser inconscientemente y sentir eso solo porque la joven me lo decía pero, no, algo me hacía sentir una extraña seguridad que aclaraba que si era la varita la que me "hablaba". Le asentí a la joven dándole a entender que sentía la fuerza.

 

-Si, la siento- le dije aún con los ojos cerrados.

 

Pronto ella habló de los núcleos de la varita, ni idea tenía que ellas mismas elegían a que ser unidos, eso demostraba lo mucho que tenía que aprender sobre la fabricación de los instrumentos más importantes de los magos. Guió mi mano, la cual junto con la de la varita, parecían estar desesperadas por algo, como si ya no tuviera control de mi cuerpo, la mano en la que tenía la varita apuntó algo y mi mano libre, lo tomó leí la etiqueta del frasco "Nervios de corazón de Dragón"

 

-Creo que esta varita quiere ser unida a nervios de corazón de Dragón- Le dije mirándola, esperando su respuesta. Pronto recordé mi oficina y que no le había agradecido -Por cierto Ari... Gracias por mi oficina- le sonreí.

[Ada Camille Dumbledore]

La Dumbledore a espaldas del vampiro lo rodeo con sus brazos para ir guiando sus manos, la chispa habia brotado de los nervios de corazón de dragon, ella ya estaba acostumbrada a sentirla.

 

- No todas las maderas sirven para hacer varitas, solo algunas poseen ese espiritu magico el nogal, el ebano solo son algunos...ahora saca la varita y elevala, saca los nervios de dragon ya estan listos para el nucleo de la varita, los llevas levitando, jamas los toques con tus manos. Llevalos hacia este trozo de nogal, que ya esta en el torno... Ahora solo ingresalo por este pequeño orificio y ya esta implantado el nucleo.

 

Sonrio sin soltar la mano del vampiro y casi con la mejilla sobre la suya, nesecitaba tener su mismo angulo de vision

 

- Ya esta la madera en el torno solo es hacerlo funcionar. Esta torno es magico y es creado por duendes que conocen del arte de la varitas, solo la accionas con la varita ordenadole encenderse al torno, el se va amoldando a lo que la varita quiere, tamaño grosor y demás

 

Sonrio felíz

[Joaquín Granger]

Hacer varitas era más fácil de lo que parecía, o al menos lo era teniendo una maestra en el arte como lo era la joven que me estaba guiando en la creación de mi primera varita, de nogal, núcleo de corazón de dragón de Dragón, solo faltaba saber su flexibilidad y el largo de la varita. Yo sonreía, era increíble como el simple hecho de trabajar con madera y unos cuantos nervios de algún desdichado dragón podría ser tan emocionante.

 

Al parecer no todas las maderas eran útiles para la fabricación de aquellos artefactos mágicos. Algo de eso sabía pues había leído en un libro que unas criaturas pequeñas, de las cuales no recordaba su nombre o su apariencia, habitaban en árboles de los que se podían extraer madera para la fabricación de varitas, sin embargo resultaba algo peligroso. Seguí prestando atención a Ariane que desde detrás de mi me guiaba, para introducir el nervio de dragón en la madera de nogal que reposaba en el torno, no se podía tocar el núcleo, por lo que todo era a levitación.

 

-Ya casi, ya casi...- murmuré insertando el nervio en la madera. ¡Lo había conseguido!

 

Por poco no saltaba de la alegría, mi autocontrol resistió y solo sonreí más pronunciadamente, tenía ganas de celebrarlo, tenía sed, me pregunté si la joven no tenía alguna que otra botella por ahí o al menos que me dejara mandarle a su elfo a buscarme un poco. Dejé de pensar en eso antes de que la situación se pusiera fea, y siguiendo las indicaciones de la inmortal tras de mi accioné el torno, y observé como viruta comenzaba a flotar hasta tocar el suelo.

 

-Gracias Ari por enseñarme esto- Le dije sonriéndole -tengo sed y ganas de celebrarlo, ¿no tienes sangre por aquí?- le pregunté casi rogando por un "si"

[Ada Camille Dumbledore]

La varita se moldeaba, parecia que no iba a tomar una forma muy recta, sino con algunas ondulaciones en la base que estaba seguida de un mango grueso, mis ojos estaban fijos en la varita, calculaba unos 28 centimetroa, pero no era seguro podian er mas o menos.

 

Joacco estaba casi exaltado de la emocion de haber hecho una varita, sonrei al verlo de reojo, si esa emocion se sentia muchas veces, la varitas se fabricaban con amor y pasion, aunque como demonia tenia mas de la segunda que de la primera.

 

-Gracias Ari por enseñarme esto

 

Voltee a verlo nunca lo habia visto asi, pero notaba que Selene mantenia por alli un recuerdo de el feliz, aunque no tan emotivo, sonrei amable, el sentimiento que me lleno ciertamente no era mio, pero lo disfrute ya que yo no podia sentir, esa capacidad no la poseia.

 

-tengo sed y ganas de celebrarlo, ¿no tienes sangre por aquí?

 

Solte una carcajada poco sonora, pero lo mire y me acerque a el casi frente a su rostro con una mirada llena de familiaridad, tome su mejilla pellizandola como a un niño

 

- Claro que tengo y te lo ganaste por ser tan colaborador...

 

Sali del taller hacia mi oficina y de alli un pequeño cajon encrustado en la pared que no se notaba mucho saque una botella con un coloidal liquido rojo con un gran moño azul. volvi al taller sonriente casi triunfadora.

 

- Creo que en tenemos tiempo de ir a tu oficina y celebrar alli tu primera varita, se demorara un poco el que termine en el torno...killian avisame cuando termine

 

Susurre al elfo que estaba en el frente de la tienda, tome de la mano a joacoo y lo lleve a su oficina quede de pie en frente de la puerta.

 

- Es tuya abrela...

 

Espere con una mirada de picardia, ya estaba amoblada y demas todo en perfecto estado y en una gama de colores verdes oliva y marrones.