Kiosko: Una mordida rapidita (MM B: 95066)

[Valeskya Granger]

La mirada de la Granger había permanecido perdida durante algunos minutos, o eso había creído ella, cuando una voz hizo que saliera de su ensimismamiento. Un joven se había acercado a ella para saludarla y preguntarle si se acordaba de él; ”por supuesto, cómo olvidarte” pensó la ojivioleta, recordando que en antiguo trabajo en el Ministerio de Magia, había cruzado un par de palabras con él, sin contar con que pertenecía a la familia Gryffindor; al pensar en eso último, trató de que su rostro no delatara su molestia ante ciertos recuerdos que nada tenían que ver con aquel joven.

 

- Hola Seba – Saludo Valeskya, al mismo tiempo que hacía sus pensamientos a un lado y su rostro trataba de formar una sonrisa; trataba de portarse lo más amable posible, aunque no estaba segura de poder lograrlo. - Claro que me acuerdo de ti, mi memoria no es tan mala como crees. – Se levantó de su lugar y se acercó para darle un beso en la mejilla al joven de cabellos castaños. - ¿Gustas sentarte? – Se arrepintió casi al instante de haber dicho eso, temía haberse escuchado impertinente. - Claro, si es que no esperas a alguien más…-

 

Había evadido a propósito la pregunta acerca cómo se encontraba, pues ni ella misma estaba segura de poder tener una respuesta certera en ese momento. Inmediatamente tomó asiento y con un ademán invitó al ojiazul a sentarse frente a ella. En ese momento vio a la joven que había visto atender una mesa minutos atrás, que se acercaba hacia ellos; tal y como había esperado, pregunto si se les ofrecía algo. La pelinegra dudó por un instante: no sabía si el hecho de pedir algo, era una forma de obligar al Gryffindor a quedarse con ella, lo cual no era lo que quería que él pensara.

 

- Un café… sin azúcar por favor.- Dijo la joven, pensando en que al final, ella se quedaría ahí en el kiosko durante un buen rato, pasara lo que pasara. Había dicho lo primero que se le había ocurrido, ni siquiera había hojeado el menú. Esperó a que el mago ordenara y al ver que la joven dueña se alejaba, soltó sin más. - Cuéntame ¿Cómo has estado? ¿Qué ha sido de ti en todo este tiempo sin vernos? – La Granger pensó que sería una buena oportunidad de ponerse al día con las noticias, así como para saber qué había sido de sus amigos y familia.

 

- He estado algún tiempo fuera, haciendo… nada.- Hizo una sonrisa a medias y continuó. - Así como ya te habrás dado cuenta, dejé el Ministerio y me alejé completamente de todo, supongo que era mejor para mí. Por cuestiones familiares, tuve que volver y bueno… aquí estoy. – No estaba segura del porqué había dicho todo eso, quizás era para no quedarse completamente callada. El Gryffindor siempre había representado un misterio para la joven, pues siempre lo notaba muy serio, incluso en alguna ocasión había llegado a confundir ese gesto como antipatía, pero finalmente se había dado cuenta que era parte de la personalidad del joven ser así.

[Kutsy Stroud Lenteric]

Hacía ya bastante tiempo desde que Ángel y yo conversábamos, por lo que agradecía mucho aquella oportunidad que la vida me daba, el estar junto a mi hermana me hacía sentir de cierto modo menos confundida y por primera vez en meses lograba entablar una conexión afectiva que sabía sería correspondida, lo cual resultaba muy gratificante después de meses sin sentir nada más que dolor, tristeza y decepción.

 

La contemple con atención mientras me contestaba, la miré sonriente al saber que ella era la dueña, por un momento su mirada pareció ensombrecerse pero no estaba muy segura de que así hubiera sido, ya no me resultaba tan sencillo el leer las expresiones de los que me rodeaban y era algo que sin lugar a duda lamentaba… Me alegraba saber que le iba bien en su trabajo como sanadora, la Myrddin resultaba una mujer muy compasiva y por demás amorosa.

 

–Lo sé, me desaparecí por un largo tiempo –confesé mirando sus orbes azules –necesitaba un tiempo para… -guarde silencio, realmente no deseaba hablar del tiempo que había pasado en el inframundo sellando mi corazón –despejarme de todo un poco, ya sabes que me encanta desaparecer sin decir nada –añadí en tono de broma, sabía que mi hermana se había preocupado por mí.

 

La vi tomar el dibujo de la libélula y por vez primera parecía alegre, me gustaba oírla hablar de mi sobrina hacía que sus ojos brillaran de la forma como los recordaba, porque al menos mis recuerdos aún perduraban, -me complace escuchar eso, sabes que adoro a Jayden.

 

Miré al elfo que estaba a la espera de mi pedido –me parece que quisiera un pastelillo de chocolate y plátano –exclame evocando una pequeña risa por ese antojo tan inusual –y té estaría bien para mí. ¿Tú me acompañaras verdad? –Le pregunte a mi hermana – te ves hermosa no cabe duda que el embarazo te ha sentado de maravilla –declare con inocencia, una de las cualidades de ser un demonio y un vampiro era poder reconocer la cercanía de una nueva vida.

[Leslie Ashryver PB]

Alessandra Myrddin Con Kutsy un dia despues.

 

La Myrddin tomo la mano de su hermana en comprension, no queria molestarla preguntando donde, Alessandra estaba segura que cuando Kutsy quisiera hablar ella estaria a su lado para escucharla.

 

-No te preocupes, es bueno tomarse un tiempo para viajar-le dijo a la pelinegra con una sonrisa.

 

Alessandra se removio incomoda en su asiento, le alegraba saber que estaba feliz con su hija pero no sabia si estaba preparada para nuevos sobrinos, habia avandonado el castillo Myrddin por aquella razon instalandose con su familia adoptiva sabiendo que su madre no era una persona que estuviera en ese lugar mucho tiempo.

 

el elfo asientio ante las palabras de la pelinegra y miro a su jefa, esta solo asintio ante la mirada del ser sabiendo que ellos conocian el gusto obsesivo de Alessandra por el chocolate, el elfo se marcho para traer el pedido de ambas brujas.

 

-Claro que te acompaño, no he desayunado nada y me muero de hambre- le dije con una risa a la pelinegra. Alessandra pego un salto ante las palabras de su hermana, sus mejillas se pusieron rojas y llevo sus manos a su vientre.

 

-¿Es tan obvio?-le dijo a la pelinegra-tengo cuatro meses, y el panico esta volviendo-le dijo con una risita nerviosa -esta pasando como paso con Jayden- le dijo con un suspiro.

[Kutsy Stroud Lenteric]

La visita al Kiosko estaba resultando por demás agradable y liberadora, finalmente platicaba con uno de mis familiares por lo que podía decir –no estoy tan mal –reí internamente ante aquel pensamiento. Me gustaba pasar tiempo con ella, sencillamente adoraba a Alessandra con todo el corazón y ciertamente le había echado de menos durante mi aislamiento.

 

Sentir la calidez de sus manos sobre la frialdad de mi piel me hizo experimentar una extraña calidez que me recorrió el cuerpo haciéndome sentir segura, hacía tiempo que no convivía con nadie que no fuera mi elfo y mis pensamientos. Le sonreí para tranquilizarla, ya vendría el tiempo en el que podría contarle la forma como mi interior había quedado en ruinas después de esa ruptura, consciente era que mi hermana era de las pocas personas que sabía que mantenía una relación amorosa.

 

Vi como se removía inquieta, lo cual me pareció inusual ya que sólo hablábamos de la pequeña por un momento me pregunte si realmente todo estaría bien, ahora que miraba con mayor detenimiento su semblante existía algo que se me escapaba de las manos, segundos después lo adivine, aunque espere decirlo después de pedir lo que comería.

 

Su reacción me hizo reír inesperadamente, la cual acalle con rapidez no quería que se sintiera más incomoda de lo que la había hecho sentir ya, sus mejillas se habían tornado de un tierno color rojo, el que posara sus manos sobre su vientre me hizo sonreír con ternura, así que me acerque a ella para poner mi mano sobre las suyas.

 

-Mi querida Alessandra –le dije con tranquilidad –digamos que tu hermana posee cierto don –añadí guiñándole el ojo derecho –es algo que por mi condición logras adivinar –aclaré con naturalidad mientras detectaba los nervios en su risa, sus últimas palabras confirmaron mis sospechas de que no todo estaba bien.

 

-Lamento haber estado tanto tiempo fuera –puntualice abrazándola suavemente –mas he vuelto y bueno estaré contigo a cada paso del camino, si me lo permites –le sonreí en un intento de tranquilizarla –además, cuando desees hablar al respecto sabes que aquí me tienes.

[Melrose Moody]

Catherine

 

Era la primera vez que iba a visitar aquel lugar, pero estaba segura de que no sería la última. Llevaba días yendo de un lado a otro, buscando sitios en dónde poder pasar un rato tranquilo. Así, finalmente terminó decantándose por el negocio de su ahijada, Angel.

 

El lugar era agradable, aunque no estaba segura de dónde podría encontrarla, porque era grande. A pesar de todo, una vez entró y vio todo lo dispuesto, se quedó algo perdida en la puerta. Sólo la animó a avanzar el hecho de que llevaba un buen rato buscando el sitio por el callejón Diagon y... bueno, hacía mucho que no tenía aquellos ataques de timidez.

 

-Angel -llamó, una vez consiguió ubicar donde se encontraba. Estaba sentada junto a una chica que juraba haber visto en la feria mágica, pero no podía asegurarlo con certeza-. Vine a hacerte una visita. Espero no interrumpir.

[Leslie Ashryver PB]

Alessandra Myrddin D. Ángel se perdio Pando

 

Alessandra se rio ante lo dicho por su hermana, aquello le habia resultado un deja bú, le habia hecho acordar cuando tenia diez años y su madre adoptiva Laimi le hablaba asi cuando cometia un eror y temia que la lastimara, incluso actualmente habia momentos que la trataba asi pero con el tiempo y viendo que la Delacour no cambiaba desistio rindiendose a esas palabras.

 

-Ambas sabemos que por ser demonios podemos captar cosas- le dijo a su hermana sacandole la lengua como una niña, todos los demonios tenian habilidades que no siempre se repetia hasta ella misma tenia una que era manipular las mentes pero era algo que odiaba usar y que gracias a su siglo de vida habia podido controlar -tanquila, lo importante es que llegaste y estas aqui ahora- le dijo con tranquilidad.

 

La campanita del local sono para anunciar la llegada de la persona menos esperada por la Myrddin, Catherine su madrina.

 

-Cathe- le dijo con una sonrisa a la Stark-No te preocupes, no ahi problema ¿cierto?-le pregunto a su hermana -Ven toma asiento- la invito.

[Kutsy Stroud Lenteric]

El escuchar la risa de mi hermana me hizo sentir sumamente contenta porque eso quería decir que algo bueno había dicho y parecía un poco más relajada algo que sin lugar a duda le caería muy bien en su estado, yo también reí al ver como me sacaba la lengua, realmente ambas comenzábamos a divertíamos comportándonos como dos pequeñas, aunque bueno Alessandra lo era más que yo. Eso era algo irrefutable, a veces no me gustaba pensar en los siglos de vida que pesaban sobre mí, mas al perder la memoria sólo recordaba uno solo, aunque cierto era que yo podría ser un demonio muy antiguo o un vampiro muy joven.

 

-Tienes toda la razón del mundo –declaré mirando su rostro, aunque no estaba tan segura de que ella supiera que no era un demonio completo, aunque eso poco interesaba, -aunque debo confesar que este don me resulta muy lindo, porque puedo ser parte del crecimiento de una nueva vida –puntualice sonriendo. Sabía que tenía otros más como el que podía hacer crecer o marchitar la vegetación a mí alrededor pero eso dependía de mis estados de humor, por eso la mayor parte del tiempo me mantenía tranquila.

 

De pronto el sonido de una campanilla me distrajo, haciendo volver mi atención hacía la nueva chica que había llegado, la reconocí en un instante no podría olvidarle ya que era la madre de una de mis mejores amigas, mi hermana la invito a sentarse con nosotras –por supuesto que no, encantada de verte nuevamente Chaterine –exclame extendiéndole mi mano en forma de saludo –llegas justo a tiempo para comer algo de chocolate –dije alegremente, sabiendo de antemano que alguien tenía cierta debilidad por dicha golosina.

 

-¿Cómo has estado? –Le pregunté una vez que se sentó con nosotras.

[Melrose Moody]

Catherine

 

-Oh, gracias -dijo de vuelta Stark, sorprendida del agradable recibimiento.

 

Tomó asiento tal y como le indicaba Angel y dio un saludo a la joven a su lado. La recordaba de la feria mágica y podía adivinar que estaba emparentada con su ahijada a través de los Myrddin.

 

-No soy gran fan del chocolate, pero lo tomaré -soltó Catherine como si se impusiera un reto propio.

 

Lo cierto es que realmente no era una fan masiva de aquel dulce, como parecían ser la mayoría en Ottery. Sin embargo, estaba segura de que no le haría daño echarse un poco al gaznate de vez en cuando y aquella prometía convertirse en una ocasión especial.

 

-Oh bien, sólo algo liada con las cosas de.... bueno, ya saben...

 

Su mirada era bastante significativa. Las rondas de vigilancia que había estado realizando junto a sus compañeros de bando la habían dejado extenuada. Eso, y el ánimo de sus "familiares" cada día más despiertos. Aun a veces soñaba que seguía en el polo norte, sin preocuparse por grandes cosas. Pero aquella época había pasado.

 

-¿Qué tal ustedes?

[lia scamander lovegood]

Caminaba rápidamente esquivando el mar de gente que había en el callejón diagón, a esas horas el lugar estaba sumamente concurrido, mi estomago estaba vacío ya que había salido del castillo sin haber comido ni un bocado, tenía que visitar a mi adorada hermana en su trabajo, necesitaba ver cómo le estaba yendo, no dudaba que las cosas estarían bien pero aun así la quería visitar y de paso comer algo.

 

Llegue al corazón del callejón diagón y busque el negocio, hasta que di con un pequeño local con un letrero que rezaba “Kiosko: una mordida rapidita”, sonreí ya que el local no era tan exuberante ni grande pero el nombre del negocio era algo que atraía a que la gente entrara tal vez por curiosidad o el delicioso olor a café que desprende del negocio.

 

Camine directo hacia el edificio y entre en este, el interior no era muy grande pero si cómodo, me acerque a una de las mesas desocupadas y me senté, mire a mi alrededor esperando alguna señal de memi, pero no la vi, así que me quede ahí para ver si aparecía.

[Leslie Ashryver PB]

Alessandra Myrddin con Kutsy y Catherine.

 

-Cathe si quieres otra cosa pide- le dijo la Myrddin a su madrina.

 

Alessandra miro como el elfo traia lo que ambas brujas habian pedido hace un rato, deposito cada taza delante de cada bruja para mirar a Catherine esperando que la bruja le dijera lo que deseaba tomar.

 

Alessandra comenzo a comer mientras ambas brujas charlaban, la rubia se moria de hambre y el olor a chocolate y torta le abrieron el apetito, fue tomando de trozos aquel pastel de chocolate que los elfos habian preparado minutos antes de abrir el local cuando la campanita del local anuncio una nueva visita, Alessandra se atraganto con la torta cuando vio pasar a su hermana Lia, por un momento quedo en shock al ver su hermana menor en el kiosco.

 

-Chicas si me disculpan ya vuelvo- les dijo sin dar tiempo a contestar se levanto y marcho donde estaba su hermana.

 

-Lia- le dijo con lagrimas en los ojos que al momento cambio para mirar mal a la chica -¿Donde has estado se puede saber? -le pregunto.

 

Sabia que se estaba comportando como su madre y que si la vampiro la vei le retaria por decirle eso a su hermana pero era su hermana menor y llevaba tiempo preocupada por ella y su desaparicion.