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[Sunar PBT]

Sunar

 

La Potter Black volvió a reir al escuchar por la interrogante acerca de Argi. El chico no había entendido o solo se hacía el queno entendió pero la joven madre no le dijo nada.

 

Desde que su amigo casi se convierte en parte de la familia, no lo veía como un hombre de muchas mujeres. Hubiera querido tanto que en esa ocasión el hubiese sido feliz. Sin embargo, a su manera su tío era feliz.

 

- Nada tío, no me hagas caso - solo rio al verlo.

 

Pronto Sagitas se tornó diferente, pero Sunar siguió observando lo que acontecía. Sus comentarios provocaron que la ojimarrón se llevara una mano a la boca para no reír. Algunas veces la bruja de cabello violeta le daba miedo.

 

También Jesse su tía, por ser hermana de Matt e hija de Sagitas, le realizaba comentarios graciosos acerca de futuras "pretendientes".

 

- Será que me convertiré en alguien como Sagitas cuando mi niño crezca - expresó en voz alta, mientras caminaba hacia Matt. - Creo que es hora que descanses los brazos, yo me ocupo de él. - le comentó tomando al niño y colocándoselo en uno de sus hombros.

 

Argi parecía muy exhaustopor la travesura pasada, porque no despertaba con toda la conversación que los adultos tenían en torno a él.

[Matt Blackner]

Alcé una ceja mirando a Jesse, mientras me explicaba que no era que no quisieran un nieto ni nada de eso, sino qeu no podía salr con cualquir chica. La miraba sin entender. Por que? jo, no me iba a ir con la primera persona que me cruzase al salir...

 

- Crees que saldría con alguien asi? malvado? - le pregunté, sorprendido.

 

EN serio, era nulo para aquellas cosas...

 

- Eh, podeis estar traquilas, estoy más solo que la una y no creo qeu le vaya a interesar a nadie - les dije.

 

Jesse se había dado cuenta también de qeu teníamos a alguien rondando pr el local, pero no quería ir a mirar, no fuera que Argentus se despertara.

 

- Traer entre manos? nda! si soy un chico muy normal - dije, restando importancia.

 

Sunar me llamó la anteción al decir qeu ella sería igual qeu Sagis con Argentus cuando fuera más mayor. Reí levemnete, no me la imagnaba asi, igualq ue me costaba imaginar al enano de pelo au como un hombre, tan pequeñao, dormido como estaba ahora.

 

Se acercó hasta mi y cogió ella al niño, poniéndolo sobre su hombro. Los miré sonriendo, siempre había sido tierno ver a mi sobrinita con su hijo.

 

- Bueno, voy...voy a ver qeu era tanto ruido. - dije.

 

Y me escabullí, buscando a xell, donde estaba?

 

- Xell! Xell, estás aqui? - pregunté, aunqeu sin gritar demasiado.

[Xell Vladimir Potter Black]

Sonó la puerta. Solté un gritito pensando que era Matt. ¡Y yo con esos pelos! ¡Malditos micropuffs!

 

- No entres, aún no. No entres...

 

Me pasé la mano por el pelo, abrí el grifo y me puse agua en las manos, para adecentarme un poco.

 

- Espera, espera, que ya...

 

Pero entonces me di cuenta que quien hablaba era un elfo. Me miré al espejo, aún estaba más desmelenada que antes.

 

- ¿Dónde ha dicho?

 

- En la trastienda.

 

Suspiré, qué ganas de entregar los floreros e irme, porque iba de mal en peor con tanto sobresalto.

 

- Vale, salgo ahora mismo.

 

Abrí la puerta y controlé que nadie mirara. Después salí de puntillas y caminé hasta la trastienda, aunque tuve que volver a por las bolsas porque me las había dejado en el lavabo. Cerré las puertas detrás de mí y volví a apoyarme en la puerta. Aquella trastienda daba miedo, no había luz y se notaban miles de cajas. En algunas se oían gruñidos.

 

- ¡La diosa Fortuna me acompañe! ¿Qué guardan aquí dentro?

 

Y la voz de Matt se oyó algo lejos. Me giré y abrí un poco la puerta.

 

- Aquí, Matt, aquí estoy. Ven... ¿Dónde se enciende la luz en este lugar?

[Matt Blackner]

Escuché jaleo, más bien gritos. Era Xell, al parecer había confundido a Harpo conmigo y decía algo de que debía arreglarse...porque? si solo eran unas flores.

 

- Guardamos pociones, plumas, pergaminos...y no se que más, antes era la tienda de Sagitas, y lleva tiempo cerrada - dije a Xell, con tono divertido, después de escuchar la pregunta qeu lanzaba al aire.

 

Entré donde me decía, mirando a mi alrededor. Noté una cadena que colgaba, junto a una ieja bombilla, pero al tirar de ella me di cuenta de que no se encendía, si que tomé mi varita.

 

- Lumos - dije.

 

La luz azulada llen´el pequeño espacio, aunque aquello, más que la trastienda, el espacio amplio donde estábamos Sagis, Jesse, Argentus, Sunar y yo para comer, era una especie de trastero diminuto. Lo miré, etrañado, sin recordar aquello.

 

- Tendre qeu arreglar esta luz. Estás bien? parecer asustada.

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Eres bobo --le dije a Matt.

 

Pero mi hijo se iba a algún sitio. Me acerqué a la mesa y puse el pergamino del pedido.

 

-- Vaya, ya lo han aceptado. Glups, no sabía que subía tanto...

 

Rebusqué por los bolsillos y conté los galeones... Sí, tenía bastante. Dejé las monedas encima de la nota. Ahora sólo faltaba que no se tardaran porque me gruñían las tripas. ¿Qué miraba Jesse?

 

-- "Sólo preguntaba, sólo preguntaba" -- repetí a Jesse y a Sunar, imitando a Matt. -- En realidad este chico necesita de nuestra ayuda, no se da cuenta del potencial que tiene y de las sensaciones que despierta. Tenemos que vigilarle de cerca o cualquier pelandusca intentará hacerle una trampa y él, que es bobo, caerá en ella sin darse cuenta.

 

¿Pero dónde se había metido aquel chiquillo?

 

-- ¿Matt? Están a punto de llegar las pizzas. ¿Qué haces en la trastienda? -- y después me volví de nuevo hacia ellas: -- Creo que se trae algo entre manos, está raro. Lleva así un buen rato. ¿Le oís? Está musitando algo. Oye... ¿No tendrá algo escondido? Una mascota, o un ghoul...

 

De repente me emocioné con la idea.

 

--Nunca vi un ghoul. Conozco varias fantasmas pero no un ghoul.

[Sunar PBT]

Sunar

 

La ojimarrón paseaba al niño mientras su tío desapareció de la presencia de las brujas. La jove madre ni se percató que el no estaba con ellas, hasta cuando Sagitas le llamó.

 

- Sera que se asustó por los comentarios - rió un poco la chica.

 

Cada rato tarareaba una cancioncita para que el niño se despertar por la conversación. Además que la bruja de cabellos violetas poseía un tono alto y seguramente podría despertar al pequeño Potter Black.

 

De repente, sintió el ardor en su estómago, ella también tenía hambre. Miró a sus dos tías.

 

- ¿De verdad crees que haya uno aquí? - se sorprendió Sunar, - Sería interesante, yo tampoco los he visto, solo he escuchado sobre ellos. A todo esto, tampoco tenemos uno en casa o sí?. - agregó algo dubitativa.

 

La conversación acerca del comportaminto de Matt y de posibles causas fue bastante emocionante para la pelicastaña. El comentario de la Potter Blue le abrió el intéres.

[Xell Vladimir Potter Black]

Tenía algo de miedo allá dentro, así que al sentir la voz de mi primo me giré hacia él, rogándole que encendiera la luz. No me gustaban los gruñidos que salían de esa caja, así que me abracé a él y gemí cuando vi que no había bombilla, que tiraba del cordel y no se encendía.

 

- Pues sea lo que sea que guarda en esas cajas, la tía Sagitas debería ir con cuidado, parecen fieras que lleven sin comer desde hace mucho tiempo.

 

¿Por qué mi tía siempre estaba en medio de animales peligrosos?

 

- Sí, estoy bien... Sólo que no me gusta que me gruñan cuando me he dejado la varita en el otro lado, el en lavabo.

 

Le señalé el sitio y me reí un poco, por mi miedo.

 

- Mira, te traje los tres regalos, están aquí, me da miedo que se hayan roto con las carreras. Lo siento.

 

Y le miré, un poco triste, él que quería hacer un regalo a sus familiares y yo seguro que había metido la pata.

 

- Mira a ver, si están rotos, corro a la Floristería y te compro yo más, para ellas.

[Matt Blackner]

Sentía asustada a Xell. Seguro que era por esos gruñidos. No parecían peligrosos, pero clro, a scuras, uno podía imaginrse cosas...

 

Menos mal que a oscuras no me veía, pero aquel gesto tan repentino, de abrazarse a mi, hizo que me sonrojara un poco.

 

- Sagis siempre guarda alguna sorpresa en cajas. - bromee, para que se le quitara el susto.

 

Vi que señalaba hacia otro lado, hacia un pequeño cuartito de baño. Sonreí, mientras agitaba mi varita.

 

- Accio Varita de Xell - dije.

 

La varita vino, levitando, atraida, hasta acabar en la mano de mi prima con suavidad. La miré, sonriendo para tranquilizarla del todo.

- Problema solucionado

 

Miré las bolsas, cada una con una de las macetas. Sonrei, alegre de verlas.

 

- No te preocupes, estan perfectas. Muchas gracias prima - y la abracé.

 

Pero decía que tenia que irse, asi qeu la ayudé a salir del trastero. iba hacia donde estaban ellas, pero me encontré de frente a Sagis. la miré, algo nervioso y luego miré los tres paquetes.

 

- Yo...esto...

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Pues no lo sé, Sunar, pero lo voy a averiguar ahora mismo.

 

¡Un ghoul en la tienda! Eso sí que sería digno de ver. Así que mientras no llegaban nuestras pizzas, me acerqué hacia el lugar en el que había desaparecido mi hijo Matt. Abrí la puerta de la trastienda pero no había nadie. Aunque tampoco se veía mucho, por cierto. Me giré para salir y me encontré de cara con Matt, parecía que acababa de entrar por la puerta.

 

Estaba azorado.

 

-- Oye... ¿Eso son nuestras pizzas? ¿Es que querías comértelas tú solito? anda dame.

 

Y tomé las tres bolsas de cartón, con demasiado ímpetu, porque si le dejaba a mi hijo, nos quedábamos sin comida. Volví hacia el lugar en el que estaban mi sobrina y mi hija y le señalé las bolsas.

 

-- Mirar, han llegado las pizzas. Es la primera vez que veo que las traen en bolsas en vez de en esas cajitas de cartón. A ver de qué es esta...

 

Y la abrí, lanzando una exclamación:

 

-- ¡Leñe! ¿Qué tipo de pizza es esta? ¿Para mosquitos?

[Matt Blackner]

De pronto me habían pillado y no supe que hacer. Pero Sagis pensaba que eran las pizzas, asi que me las quitó. Me habría reido de la broma acerca de comérmelas solo, pero me los quitó.

 

Temí que se hubieran roto, pero las tres fueron hacia a parte de atrás donde íbamos a comer.

 

Sagis estaba extrañada por la forma de las cajas de cartón, pero claro, no eran pizzas! a final lo vio, y reí levemente.

 

- No, no son para mosquitos, son...son...

 

Se las cogí de las manos, dejándole a ella el que tenía en la mano

 

Luego fui hasta Jesse y le pasé el que tnía en la mano izquierda

 

Por útimo Sunar. Como ela tenía al niño dormido en brazos, se lo dejé delante, en la mesa, abierto, solo para que lo sacase

 

Luego di unos pasos atras, quedandome ante ellas

 

- Yo...esto...bueno...siempre andamos juntos y queria...no se...por la tienda, en casa... - las miraba, esperando, sin saber que más decirles. Metí las manos en los bolsillos, poniéndme rojo, esperando, sin saber para donde mirar. No sabía si les iba a gustar, esperaba que si. Era la primera vez que lo hacia.