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Librería "La Hermana Quisquillosa" (MM B: 98425)


Xell Vladimir Potter Black
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-Es Sakato Shôji... solo dile Shôji, así no te enredas madre... - le dije a mi madre mientras miraba pidiéndole perdón a Shôji con los ojos, mi madre podía ser despistada con los nombres pero que eso no les confundiera era una genio con las caras, sonreí a Shôji mientras mi madre estaba con la chica que había entrado antes, le pregunte:

 

- ¿Que tan desentrenado estas con las espadas, Shôji-san? No te imaginas la cantidad de armas que mi padre me dejo a recargo desde que regrese a casa, podríamos entrenar juntos, a ver que tanto he mejorado y que tanto te has desentrenado tu. -Escuché la retahíla de mi madre que le daba a Heliké sobre que Matt no estaba aquí y que para mi aun era solo prima, no cuñada, fruncí el ceño y le replique a mi madre:

 

-Bueno mami, Shôji no solo es un conocido, es un amigo y Heliké es la pareja de mi hermano mayor, sí que técnicamente es cuñada, aunque no lo quieras. - miré a Shôji - lamento esto, aunque no lo parezca somos una familia muy unida. - miré a mi madre que atendía aun a la chica:

 

-Nos llevamos estos dos libros mami, quiero enseñarle a Shôji todos los negocios de Diagon, y tal vez practicar un poco en el circo... si no esta siendo usado, aunque no lo parezca es un buen profesor de espada y me enseño muchísimo mientras estuve fuera, además sabe utilizar muy bien sus armas - sonreí ante la percepción de doble sentido de la frase y sobretodo de lo maliciosa que paso por mi mente...

Siempre seré tu hija... Reiven Grindewald te quiero // NiqQIUZ.gif

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en realidad no me molesto que confundiera mi nombre, en Alemania nadie podía decirlo tampoco, así que estaba acostumbrado,

 

"¿entrenar espada eh?" dije para mi mismo. La mire de arriba a abajo mientras le hablaba a su madre "no he tenido un buen reto en algún tiempo, veremos si has mejorado en algo" le dije cuando me presto atención, tome los libros y los puse bajo un brazo y e ajuste la corta espada en el cinturón de la túnica, "aunque debo admitir que hace mucho que no practico contra alguien bueno"

 

mire a su madre, ya ocupada con la otra cliente de la librería, y aproveche un momento en el que me miro para hacer una leve reverencia a manera de despedida.

 

"no conozco todavía muy bien Diagon, así que por ahora te sigo" le dije a Arya mientras me alistaba para salir.

 

"¿hay un circo en el callejón?" me pregunte mientras avanzábamos hacia la puerta.

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Asentí con la cabeza cuando me preguntó si iba a llevarme aquel libro, sin duda me vendría bien. La sigo y escucho aquel relato que me cuenta, sin duda lo hace con el corazón como transmitiendo algo que pasó hace mucho tiempo que llevaba guardado dentro. Cada persona tiene su propia historia y cada una debía ser escuchada.

 

No comprendo como puede haber personas que desprecia tanto los libros que hasta los usa para quemar, eso sí es un sacrilegio. Los libros son cultura, experiencia, sentimientos... cada uno deben ser leído y escuchados al igual que las historias de las personas.

 

- Me lo llevaré -le contesto a su pregunta- Me gustó mucho escuchar su historia, se nota que es una mujer muy sabia y que tuvo una vida llena de esperiencia. -mi madre siempre me decía que una de mis grandes virtudes era la de saber escuchar, aquello era algo verdaderamente valioso y util para todo ya que así conocía más facilmente a las personas y podría comprenderlas.

 

- A mi también me calló mal Darcy -le seguí la conversa cuando cambió de tema- Lizzie es una persona con la que es fácil identificarse -me gustaba llamarla de ese modo para abreviar el nombre de Elizabeth, no me acordaba de mucho y varias cosas puntuales me las olvidé por eso quería volver a leerlo. Pero recordaba haberme quedado con esa profunda sensación de que comprendía a aquel personaje como si yo viviera aquella historia.

 

- Muchas gracias, seguramente me pase a menudo por aquí -cuando hubiera demasiado ruido cerca de donde me hospedaba ya que siempre había un bar cerca y quisiera leer con tranquilidad- Además, me gustaría seguir escuchando más aquellas historias -refiriéndome a las historias que ella podría contarme como la que narró hace tan solo unos minutos de como conoció aquel libro, aunque no lo parecía me gusta escuchar historias, al igual que leerlas.

 

- Nos veremos pronto -digo manteniendo aquella aura mística que siempre me acompaña como el viento mientras le pago el libro y me dirijo a la salida teniendo aquel ejemplar en la mano. Lo más seguro era que mañana volviera deo volente.

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Le quite a Shôji los libros del brazo y los puse de nuevo en la repisa del mostrador, deteniendole la salida del negocio, faltaba un par de detalles por.determinar con mi madre pero aún así le conteste:

 

-Si hay un circo, ahí termine de pulir mis habilidades o parte de ellas y bueno uno de los anteriores itinerantes me ayudo a pulir mis artes con la espada, además mi padre me dejo a recaudo una buena colección de armas... Ya sabes a pesar de que soy un demonio también tengo que cazarlos si se pasan de la linea -aproveche un momento que mi madre estaba mirándonos a ambos y le dije:

 

-Carga estos a mi cuenta, además de cualquier Libro de demonologia que tenga mension alguna sobre los parasitarios, aún debo conseguir información sobre esos bastardos para la hora final dado el hecho de que no tengo... Que no tenemos otra opción.

 

Mire a Shôji y le sonreí un poco mientras lo miraba y le dije:

 

-se pueden enviar a tu casa el paquete con los libros, así que sólo deberías dejarle el nombre de la mansión y allí te los dejarán.- espere a que Shôji le dijera a mi madre en que mansión estaba viviendo y tire de su brazo para salir del negocio y llevarlo hacia el circo.

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logré ver en sus ojos un poco de preocupación cuando menciono a los parasitarios, pero siguió sonriendo así que decidí no presión ar mas el tema, después de todo, no había nada que yo pudiera hacer por ella ahora.

 

"¿la mansión donde vivo?" dije mirando a su madre "claro, si tienes algo en que anotar con mucho gusto" me acercaron un pedazo de pergamino y una pluma con tinta, escribí lo mejor que pude "Haughton" y se lo entregue a la señora Sagitas con una sonrisa "cualquier cosa que necesite quedo a su disposición" le sonreí una ves mas antes de salir de la tienda tras Arya

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logré ver en sus ojos un poco de preocupación cuando menciono a los parasitarios, pero siguió sonriendo así que decidí no presión ar mas el tema, después de todo, no había nada que yo pudiera hacer por ella ahora.

 

"¿la mansión donde vivo?" dije mirando a su madre "claro, si tienes algo en que anotar con mucho gusto" me acercaron un pedazo de pergamino y una pluma con tinta, escribí lo mejor que pude "Haughton" y se lo entregue a la señora Sagitas con una sonrisa "cualquier cosa que necesite quedo a su disposición" le sonreí una ves mas antes de salir de la tienda tras Arya

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  • 3 semanas más tarde...

No me había dado tiempo a siquiera a responder o decir el motivo por el que había ido a la librería cuando mi cuñada había hablado. Al parecer estaba con un joven que a decir verdad, no conocía de nada. Pero las presentaciones no tardaron en salir. Al parecer era un amigo y yo me encogí de hombros.

 

- Es un placer Shôji - saludé con la cabeza mientras se disponían a hablar con la pelivioleta. Escuché su comentario sobre Matt.

 

- Pues la verdad es que no venía a buscarlo, tampoco pretendo ser una novia acosadora que va a buscarlo por todos lados - terminé de decir, gruñendo por lo bajo. Pero como había más gente que atender...

 

- Bueno, entonces si os molesta yo voy a ir a buscar por las estanterías - y los dejé que hablasen mientras yo fui a rebuscar por la zona de la biblioteca, buscando algún libro de Artes Oscuras, aunque los que me interesaban estaban en la zona prohibida, tendría que buscar una ocasión para tratarlo con Sagitas.

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  • 3 semanas más tarde...

Aunque amaba aquel libro, tuve que reconocer que me gustó hacer aquella venta, pues me afirmaba que aún quedaban vecinos con buenos gustos literarios, aunque fueran libros muggles...

 

Cuando se fue, miré alrededor y vi que Perenela seguía con su amigo el tal Shoji. Me acerqué a ellos.

 

-- Claro que somos una familia unida. Nada une más que el pelearse juntos, jajajajja...

 

Vaya manera de acercarme a ellos....

 

-- ¿Practicar en el Circo? Miedo me das, tú con tus gustos con las armas blancas... Claro que podéis usarlo, siempre que me prometas que irás con cuidado...

 

Profesor de espada... Lo que me faltaba... Pero no iba a expresar en voz alta todos mis miedos, que eran muchos, como toda madre protectora.

 

Les despedí, mientras aún pensaba que no me gustaba la idea de que mi niñita jugara con espadas. Así que vive en la Haughton, pensé... ¿De qué conocería a esa familia y cómo había ido a parar allá? Sería interesante conocer esos detalles. Tal vez la próxima vez que le viera, se lo preguntaría.

 

Vi a Heliké que buscaba entre las estanterías y me acerqué.

 

-- ¿Encuentras lo que buscas?

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Di un bote pequeño cuando escuché a Sagitas. Estaba tan distraída que no la había escuchado acercarse.

 

- Pues verás - no sabía porqué, pero me puse nerviosa aunque, menuda tontería sabía que podía hablar con ella de todo aunque lo que no sabía era cómo se tomaría lo que iba a decirle.

 

- Andaba buscando un libro de Artes Oscuras, lo que no sé es si están por ésta zona - me encogí- pero supongo que esos libros especiales están guardados en la Sección Prohibida ¿no? -pregunté yo.

 

- No me importa pagar un poco más por ellos. Ya sabes que me gusta bastante y fui profesora de esa asignatura - le dije con una sonrisa, esperando al menos, que no me regañase por comprar un libro de esa temática.

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Sonreí ante el bote que pegó Heliké. Me gustaba ver que se había asustado, tal vez porque buscaba o pensaba en algo que no sería del todo correcto. Así que puse cara de buena (que ni ella ni yo nos la creíamos) y me acerqué más aún.

 

-- Anda, cuéntale a tiita Sagitas qué es lo que necesitas.

 

Si algo sabía reconocer es cuando alguien quiere decir algo pero se muerde la lengua, y eso acababa de hacer mi sobrina. Fuera lo que fuera, le debía dar corte pedírmelo. ¿Sería una revista de esas porno para practicar con mi hijo? Si fuera algo de eso, le iba a caer una colleja...

 

-- ¿Un libro de Artes Oscuras? -- ¡qué imaginación más pobre, con la de cosas que podía pedir, va y pide un libro de su especialidad! -- Bueno, en el estante 12 del pasillo tres están los libros digamos "oficiales", aunque he de reconocer que en la sección prohibida hay los libros que no están reconocidos para el estudio de estudiantes sino para magos con grandes conocimientos. Puedo presupones que tú, como profa de la asignatura, cumples los requisitos para entrar, aunque requiere un sacrificio de sangre pasar por el arco que los custodia...

 

Le miré muy seria pero no pude evitar sonreír.

 

-- Es broma. Sólo necesitas una llave que yo tengo para abrir la cristalería, no más... Anda, acompáñame...

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