Librería "La Hermana Quisquillosa" (MM B: 98425)

[Ela Karoline]

Era una interesada y lo sabía, bueno solo un poquito, seguro que Xell no se habría olvidado de traerle algo de su largo viaje, y es que la Lockhart no esperaba una costosa prenda de vestir, chocolates, bueno eso si lo esperaba siempre, ni zapatillas, sino más bien cosas raras, como caracolas recogidas de alguna playa, piedras de tonalidades extrañas, alguna flor disecada poco común, un trozo de papel de esos de imprenta moderna, tenía una carpeta llenita de ellos se fijaba en las tramas para los decorados de las tortas, una planta exótica o algún yerbajo medicinal. Esos eran los obsequios que le gustaba recibir, aunque viniendo de Xell el verla ya era un regalo.

 

Porque estaba tan nerviosa, era su sobrina linda, con la que había vivido muchas cosas en el pasado, hasta que se hizo novia de Lisa y ya no le conto más nada ¿estaba celosa de lisa? Nooo, claro que no, y siendo justa no fue Lisa la que las alejo sino la propia rubia (ambas son rubias) la de acá ósea Cye. Pero el tiempo había pasado y mentiría si negaba extrañarla muchísimo.

 

Allá se apareció en su alfombra voladora, sentada ella al frente y detrás una carriola con un bebe, más un bolso que pesaba como… y una elfina custodiando a ambos. --¡Demonioooos!-- grito cuando casi se carga la escultura de la Ola de libros del segundo piso, precariamente descendió hasta la puerta exhalando un suspiro de alivio al evitar el choque, tanto por el daño de la puerta como por el pasajero estrella, miro hacia atrás y carriola bolso y elfina habían desaparecido, para materializarse dentro de la Librería La Hermana Quisquillosa ya que no habían hechizos antiaparición contratados, claro que la elfina no lo sabía solo lo intento y se dio. La elfina apareció un poco más adelante que Helike asi le puso la pañalera en las manos sin palabra alguna pero eso fue después de haber ubicado a Sagitas, Reena y Xell y de rodar la carriola con Eirian adentro hasta el trío, sin decir más desapareció dejando a las cuatro mujeres con el paquete y a Cye buscando como loca fuera del local.

 

Si, si pudiera parecer que la elfina era loca, dejar al heredero Lockhart en manos de... cuatro familiares, sin previo aviso, pero vamos que la criatura sabia que el trío estaba entrenado, habían lidiado con niños y tenían una guardería, que Eirian se fuera acostumbrando jajaja o ellas se fueran acostumbrando, luego a Heliké le había dejado la pañalera con los biberones y pañales para que se hiciera una idea de lo que le esperaba con Matt y a Cye, a ella ni le avisaba nada por darle tremendo susto y encima batirle el estómago después de esa copiosa comida, no se iba, y se fue.

 

@ @

@ @@Reena Vladimir

[Xell Vladimir Potter Black]

Mi tía y mi mami eran dos personas excepcionales aunque, he de reconocerlo, se comportaban a veces como niñas pequeñas. ¡Me gustaba eso por lo que accedí a contarles una aventurilla que había corrido durante mi ausencia! No quise asustar a Reena, por lo cual sólo conté sucesos divertidos para levantar el ánimo y añadir risas a sus caras. Pronto, fuimos interrrumpidas por la llegada de la prima Heliké, a quien saludé y la invité a quedarse con nosotras. Era feliz con mi regreso al pueblo aunque sabía que pronto tendría que ausentarme, aunque no por tanto tiempo, esperaba.

 

- Pasa, prima, pasa... Eres bienvenida al grupo de locas.

 

Sabía que la tía Sagitas iba a protestar, como siempre que la llamaba loca; sabía que lo decía de forma cariñosa. Seguíamos hablando cuando todas sentimos un ruido extraño. Al principio fue una exclamación de susto y enseguida una elfina apareció a nuestro lado y nos dejó un bebé en el centro del grupo.

 

- ¿Nos persiguen los bebés? - pregunté, asombrada. Era el segundo en varios días que nos dejaban en la puerta.

 

Iba a coger al niño porque era precioso pero alguien (?) se adelantó. Así que decidí salir a la entrada por si aún se veía a la mamá que lo hubiera abandonado. Asomé medio cuerpo por la puerta y, un poco más allá, reconocía a mi tía Cye, que parecía buscar algo por el suelo. Había una alfombra arrugada junto a ella. Me sentí muy feliz, tanto que corrí hacia ella, me arrodillé a su lado y la abracé.

 

- ¡¡Tiita @!! ¡Cuánto te añoraba! Recuerdo todas tus enseñanzas y me sirvieron de mucho en mi lejanía. ¿Qué haces en el suelo? ¿Perdiste algo? Nosotros encontramos algo - recordé al bebé pero la tía no era de las que perdían bebés, ¿no?

[Helike R V PB]

Apenas hice caso a la aparecida criatura pero sí a la prima Xell que sonreí gratamente, ya la veía en el ministerio claro, pero siempre era grato verla fuera de las oficinas aunque fuese en un negocio suyo.

 

- Verás, venía a ver si tenías novedades en los libros y eso -le dije, encogiéndome de hombros - hace meses que no me paso por aquí y bueno, me gustaría comprar algo -comenté, con una sonrisa.

 

Y en éstas se apareció Cye...

 

- ¡Hola! Tanto tiempo Cye, ¿cómo estás? - saludé a la mujer con otra sonrisa amable- ¿has venido también a comprar? -pregunté inocentemente.

[Ela Karoline]

Estaba emocionada por encontrarse de nuevo con su sobrina rubia y bonita, y hubiera sido un encuentro perfecto si le hubiera casi que tirado el aviso de los libros y terminar descolocada junto con la alfombra arrugada allá por el suelo, luego y no menos importante su elfina y su bebe no estaban ¿los habría tirado? ¿la alfombra los habría aplastado cubierto? En fin, no estaban, se daba perfecta cuenta cuando sus sobrina dejo escuchar su voz, Cye la miro de insofacto arrugando la nariz ante su pregunta.

 

--Si, pero no te preocupes, nada más perdí a mi bebe con todo y elfina-- alcanzo a decir luego que un par de brazos la alcanzaran y rodearan, ella por supuesto correspondió al gesto pues quería muchísimo a aquella chica y la había extrañado, casi que no pisaba la mansión Vladimir desde su partida, y si había ido nunca a pasar larga temporada o a pernoctar como antes, eso debía cambiar claro estaba.

 

--¡Estas radiante! Has de contarme tus aventuras. Seguro que tu madre esta que brinca-- la contemplo por un par de segundos acariciando su cabellera --La ha pasado muy mal sin ti, algo en ella cambio me consta, pero…-- alzo las manos en gesto defensivo --yo no he dicho nada, que luego se enoja porque te vine con el chisme-- le guiño el ojo y volvió a mirar debajo de la alfombra, no definitivamente no estaban.

 

--¿Ya te contaron que tengo un bebito? Uno hermoso, chiquitito de apenas un mes de nacido y… ya lo perdí-- vamos que si seguía así iba a necesitar un curso de ser mamá, con Eirian todo era nuevo y distinto, no por nada era su primer hijo biológico. Estaba a punto de ponerse a llorar, el corazón le latía con fuerza a pesar de que no podía sentir ningún peligro. Se levanto y enrollo la alfombra cuando escucho otra voz conocida desde dentro del local, era la de Helike que saludaba y le preguntaba si venia a comprar.

[Sagitas E. Potter Blue]

Tenía en mente muchas dudas sobre el cargo que ostentaba y yo, como siempre, recurro al único lugar donde creo que se puede encontrar todo: la biblioteca. La de mi mansión era amplia pero no trataba sobre esos temas. La de la Universidad tampoco tenía información y la del Ministerio... Pues que no pude encontrar ninguna. Así que, tras desesperarme por un tiempo, acudí al último lugar donde supuse que podrían encontrar algo.

 

Encontrar, que no tener. No creía que hubiera ningún libro que hablara sobre los Warlocks pero sí tenían un montón de información sobre proveedores editoriales que, tal vez, tuvieran disponible información: la librería de mis sobrinas. Sabía que era así porque, durante algún momento, aquel negocio también había sido mío y sabía cómo se trabaja en el interno del negocio.

 

Por ello, me acerqué dando un paseo, sin aparecerme ni nada, para saborear del poco sol que aún quedaba de aquella tarde, y llegué hasta la fachada de libros que salía por la ventana. Me encantaba aquella decoración tan original que había escogido, en su día, mi sobrina Xell.

 

Entré y una campanilla sonó, anunciando que había visitantes.

 

-- ¡Hola! Soy yo... ¿Hay alguien en casa? -- grité, sin pensar que podría haber compradores en la tienda.

[Reena Vladimir]

Una campanilla me sacó del sueño en el que me encontraba. No me apetecía nada moverme, estaba tan agusto en aquella postura recostaba en el sillón que apenas si podía mantener los ojos abiertos, pero la voz que sonó después me despejó y al bostezar, me moví, poco pero ya no tenía la misma postura que al dormirme.

 

-Arriba!

 

Sagitas iba a hacer que el sueño se me marchase de un plumazo, estaba segura, solo esperaba que no me agobiase, porque hasta que mi cerebro echase a andar, todavía pasarían unos minutos y tal vez necesitase un buen chute de café.

 

Tenía la sensación de haber dormido unos cuantos años y que pronto volvería a dormir. Pero me había surgido la curiosidad de qué andaría buscando mi tía para pasarse por la librería y la curiosidad siempre era mala en mi.

 

-Que te trae por aquí? -le pregunté cuando apareció por las escaleras.

 

Yo seguía en el sillón sin querer moverme.

[Sagitas E. Potter Blue]

Enseguida me llegó la voz de mi sobrina. Reena me indicaba que estaba arriba. No era muy claro para cualquiera de los presentes pero yo me conocía aquella librería como la palma de mi mano, teniendo en cuenta que había sido dueña de ese local durante muchos años. Así que, sin titubear, me dirigí hacia ella. La encontré enseguida, recostada en un sofá. Le sonreí y me acerqué a darle un abrazo. Sí, lo sé, es muy raro que yo reparta abrazos, pero hoy tenía ganas.

 

-- ¿Así me recibes, sobrina, después de tanto tiempo? -- Eso después de mi abrazo, que conste, que primero la amabilidad y después las críticas.

 

Por supuesto, me senté a su lado, inclinada hacia adelante, con las manos en las rodillas y entrelazadas entre sí. La miré en silencio durante unos instantes y después solté un suspiro (no un bufido, no aún al menos)

 

-- Pues busco un libro, sobre los orígenes de los guarlos... Ya sabes, los monstruos esos que dice que Babila que tienen rabo y cuernos.

 

Le sonreí y, disimuladamente, me toqué el pelo. No, en realidad me tocaba la sien para ver si tenía algún bultito por ahí.

[Helike R V PB]

*hago nueva entrada, que me perdí... raro xDDD*

 

On:

 

Quería un nuevo libro de ocultismo y otro de pociones. Había pocas librerías especializadas en ello y sabía dónde podía obtenerlos a buen precio. Tampoco quería que me hiciesen una rebaja por ser familiares de las dueñas, pero tampoco iba a decirles que no...

 

Ataviada con camiseta, cazadora, tejanos y botas de piel de dragón, me aparecí a unos tres metros del negocio. Guardé la varita y até el pelo en una cola de caballo alta. Miré el interior del monedero de piel de moke y comprobé mi dinero. Saqué el anillo de habilida de animagia, y lo coloqué en el dedo corazón...

 

Encaminé mis pasos hasta el lugar y abrí la puerta, parecía que en su interior, ya había gente...

 

- ¡Hooola! -saludé con efusividad a los presentes.

[Oriánthi]

Departamento de regulación & control de criaturas mágicas.

Ganas de leer un libro fue lo que sintió la vampira, el nombre del lugar le daba un poco de intriga... Recordó a su hermana Lady cuando vivían en el orfanato. -Creo que este es el ultimo lugar de la lista por revisar.- Murmuro.

 

La castaña tomo un pergamino & lo pego en una de las puertas de la librería, a la vista de todo aquel mago o bruja que ingresara al lugar, una ves dentro se dirigió a la persona mas cercana & pidió hablar con algún encargado. Aun que tenia la costumbre de hacer las cosas sin pedir permiso alguno.

 

Agito su varita & los pergaminos salieron volando por todo el lugar adjuntados de un mensaje para quien lo tomara;

 

http://i.imgur.com/XUfzJG0.jpg

-Hola! Mi nombre es Cissy Black Lestrange Luxure, Jefa del Departamento de Regulación & Control de criaturas mágicas. Actualmente tenemos una campaña para registrar a sus animales, recuerden que una criatura legal es una criatura feliz!- Concluyo el mensaje.

[Reena Vladimir]

Entré de puntillas en la librería, bajo mi brazo derecho iba envuelto en tela un libro de lo más antiguo.

 

Esperaba no tener que dar muchas explicaciones sobre mi ausencia o sobre lo que había traido. Pero tenía la sensación de que no iba a ser tan fácil.

 

La chimenea del piso de abajo se encendió al acercarme yo, todo iba bien por el momento. Pasé a la parte de atrás del mostrador y palpé la madera hasta hasta dar con la llave que teníamos allí para el armario peligroso.

 

Esperaba que mi tía no mirase allí, pero la luz que se encendió en la chimenea de atrás, me dejó ver la figura espatarrada de mi tía sobre un sofá, esperaba que no me escuchase...