Librería "La Hermana Quisquillosa" (MM B: 98425)

[Hayame Snape Potter Black]

-Verá...

Comenzó a decir el elfo de forma nerviosa mientras que se removía las manos y volteaba en todas direcciones como si alguien fuera a escuchar sus palabras

-Usted ya sabe que su hermana fué una hechicera que pertenecía a las fuerzas oscuras de Ottery- comenzó a contar muy por lo bajo y despacio aquel elfo a pesar de que no había sidoen su época sino en la de su antecesora, la elfina Zapphyre que atendiese a Hayame- eran tiempos oscuros donde el corazón de su hermana... bueno...

Inspiró profundo y se removió en su lugar sin hacer sonido alguno en los maderos del piso

-Siempre había sido atraída por su devoción al Señor Oscuro...

Se cubrió la boca con el horror pintado en los ojos al tiempo que agachaba las orejas y las pegaba al cráneo de manera que se veía todavía más asustado si se podía; casi como un cachorro al que su amog acabara de regañar o patear por hacer algo indebido pero es que a pesar de los pasos de su ahora ama, el anciano Esparta sabía que era un soporte de la causa de la Órden del Fénix...

Lo que venía a significar que el propio elfo estaba de su lado también y servía con alegría, pero ahora que Hayame era su dueña...

No estaba muy seguro de si lo correcto era hablar al respecto

[Ashley Peverell]

La preciosa y encantadora ángel bajada a la tierra cambió su mirada y los gestos de su fino rostro de mármol a unos más serios al escuchar las palabras de la pobre e indefensa criatura que se notaba que estaba haciendo muchos esfuerzos para poderle decir a la preciosa jovencita lo que quería saber y aquello que había preguntado, Czésar era un elfo muy bueno que de todo corazón deseaba complacerla en ese deseo de conocimiento de la Ketchum.

Y es que el conocimiento eran fuerza y sabiduría que todos debían de aspirar a obtener para poder sobrevivir en un mundo que era muy cruel y frío y muy despiadado con los magos y brujas que lo transitaban.

Dejó el libro a un lado aún sobre las telas de su vestido para no ensuciarlo y sin sonreír porque sentía que iba a ofender al pobre elfo doméstico, asintió una vez.

La historia no le extrañaba, la hechicera pelirroja desde que la conocía siempre había tenido esas inclinaciones tenebrosas que hacían daño a los demás sin que esta los notara y ahora se preguntaba si ella misma habría podido ayudarla en algún momento si se lo hubiera permitido.

Quería llorar.

¿Porqué era incapaz de salvar el alma perturbada y oscura de su hermana mayor?

[Hayame Snape Potter Black]

Aquel anciano dió un par de suspiros muy profundos intentando tranquilizarse y movió las manos hacia el frente, aún con el miedo reflejado en sus redondas y grandes orbes cafés.

-El ama Hayame tenía gran respeto por el Señor Tenebroso -hizo un movimiento con una de sus manos como si se librara de una especie de mal de ojo- y leía todo lo que podía acerca de ese ser, se empapaba de todo lo que pudiera saber de ese mago y hasta que no pudo unirse a su seguidores... bueno...

Hizo una mueca que pretendía ser una sonrisa

-Creo que el amo Esparta yyo no la habíamos visto tan feliz por ese día...

Aseguró viendo en otra dirección ahora como si se sintiera avergonzado de lo que estaba diciendo, empezando a tirarse una de sus largas orejas con nerviosismo

-Y después de eso supimos que había sido adoptada por la familia Malfoy, una familia muy oscura que solo sembraba todavía más la semilla de la malignidad y la alevosía en el espíritu de mi ama que parecía sentir que mientras más cerca de esa familia tenebrosa estuviera, más cerca de estar en los ideales de su Señor quedaría

Gimió muy por lo bajo

-Mi ama... ha desviado tanto el camino y ahí fué todavía más lejos...

Al siguiente momento el elfo había emitido un chillido de anciano y corrió hacia un librero donde se golpeó de cabeza con este, con mucho dolor y frustración

-NO DEBO DE HABLAR MAL DE MI AMA!!

[Ashley Peverell]

-¡No!

La niña gritó con fuerza y corrió en dirección del elfo dejando caer sin querer ese libro que tenía tan bien cuidado y hasta olvidó por unos momentos que no debía de ensuciarse las ropas ni el vestido que llevaba puesto.

Ahora se sentía mal por el pobre elfo que se pegaba de esas maneras y que hacía un sonido hueco con la cabeza a causa de las maderas del mueble con el que se estaba pegando.

La pobre chica no podía soportar una tortura de esas maneras así que lcanzó al elfo doméstico y le sostuvo para impedirle que se siguiera haciendo daño.

-Ya, ya.

Dijo moviendo un mano para empezar a sobarle la cabeza al pequeño ser y le abrazó en contra suya de una forma para darle consuelo y que ya no se lastimara.

-Estoy aquí contigo Czésar, no debes de preocuparte porque no has hablado mal de Hayame, de verdad.

Movió varias veces la cabeza y le dió un pequeño beso en la frente al elfo, sabía que ese tipo de cosas como lo de las madres podía hacer sentir animado a cualquiera.

-¿Estás mejor?

[Sagitas E. Potter Blue]

Hacía tiempo que no me pasaba por la librería de la familia. El buscar un libro era una excusa como otra cualquiera para entrar en la librería y aspirar aquel agradable aroma de pergamino viejo y arrugado por el tiempo. Me encantaba esa zona de la librería donde te dejaban toquetear los diferentes volúmenes y podías leer cual quisieras sin necesidad de comprarlos. No es que fuera agarrada en cuanto al dinero sino que ya tenía tantos... Además, que yo disfrutaba abriéndolos, leyendo fragmentos sueltos y dejándolos de nuevo en la estantería. Sólo tenía que tener precaución de no dejar las huellas en ellos.

 

Así que me dirigí a la librería de Reena, donde esperaba encontrarla a ella o a su elfina Taga, porque siempre había una de la dos en el lugar. Abrí la puerta y la campanilla sonó de la forma agradable que recordaba. Estaban abiertos. Pasé al interior y me entraron ganas de cantar bajito. Me sentía bien cuando entraba en la tienda y el olor de libro viejo me recordaban toda la sabiduría que encerraban.

 

-- ¿Hay alguien? Soy una cliente que vengo a comprar mucho.

 

Bueno... Más o menos...

[Lisette Ryddleturn]

Aquella librería estaba también entre la lista de lugares que su novia le había dicho que hiciera el favor de visitar cuando pudiera, así que la chica le dió un vistazo rápido al pergamino en su mano

Este ya se veía bastante usado pero era porque hacía días que solo lo tomaba del aparador y se lo llevaba consigo

Después de todo, no quería perderlo para nada

-Las cosas que una hace por amor

Se dijo a sí misma la rubia poniendo expresión de circunstancias para después, cerrar los ojos y comenzar a reír divertida consigo misma; bueno, al menos la rutina ahora era diferente, cuando estaba en Westown no salía demasiado del pequeño pueblo estilo del oeste y ahora estaba haciendo viajes nuevos y conociendo brujas y magos nuevos

Al menos eso ya en sí era un cambio de la rutina que se tenía establecida desde que fuera una niña

Ojalá que sus padres fueran capaces de verla ahora

Se sentirían orgullosos de ella, estaba segura

Sin embrgo cuando se acercó le pareció ver a una bruja de aspecto que se le figuraba algo familiar, así que se intentó acercar detrás de esta cuando abrió la puerta y se coló por detrás

-Muy buenas tardes

Saludó a quien iba por delante y que parecía ver los alrededores con nostalgia, pero entonces vió con sorpresa a su querida y rubia cuñada estandose con un pequeño elfo doméstico

-Ashley, Czésar! -saludó con sorpresa al ver a los presentes y entonces, miró a la bruja de pelo de color purpura- señorita...?

[Hayame Snape Potter Black]

El elfo doméstico emitió un suspiro apenado y asintió un par de veces con nerviosismo ante lo que le indicaba la niña de cabellos rubios, empezando a sobarse la zona de los golpes; y es que la magia de los elfos a veces era tan dura que estos reaccionaban sin apenas darse el tiempo de meditar que quizás no era eso lo que buscaban de ellos

El auto-castigo ya era un lazo mágico que no parecía desaparecer de ninguna manera

-Gracias señorita Ashley...

Comentó Czésar un poco bizco pero entonces un sonido de puerta abriéndose hizo que volteara, seguro de que la otra jovencita lo había escuchado también; no se puso nervioso, ya conociendo a la niña Peverell era por seguro que había sacado su varita para protegerlos a ambos

Parecía que esas familias eran de cuidado de una manera u otra

-Permítame ir a ver

Pidió el elfo haciéndole un signo con una de sus pequeñas manos a la encantadora niña y entonces, él mismo corrió en dirección de la entrada donde una bruja ya se había metido viendo los alrededores del negocio; los ojos del elfo se abrieron mucho al ver finalmente de quién se trataba por lo que corrió delante de la bruja y comenzó a hacer varias reverencias

-Ama Sagitas, es un honor verla nuevamente

Saludó Czésar para entonces percibir como una segunda bruja ingresaba, reconociendo al instante aquellas maneras por lo que también se inclinó en dirección de esta

-Ama Lisette, un gusto verla tambien a usted- saludó de nuevo con educación

[Ashley Peverell]

-¿Dijiste Sagitas?

La hermosa rubia que los caireles se mecín y brillban como si tuviera en sus pelos todo el oro del mundo se puso de pie casi de un salto, admitía que momentos antes había estado preocupada porque detectaron a dos personas que entraban en el lugar cuando ellos dos pensaban que iban a estar solos por un tiempo muy largo porque nadie parecía acordarse de esa librería para nada pero entonces, resultaba que alguien si recordaba que esta existía y ahora iba a visitarla.

Por un segundo había reconocido la esencia y la voz de su futura cuñada porque ella siempre olía a jardines y a tierra mojada, que tenía que aceptar que le gustaba ese tipo de aroma pero nada en el mundo le haría admitir que quizás algo en Lisette le agradaba pero entonces el elfo de su hermana dijo algo más y eso la emocionó.

Que la propia Sagitas había ido a la librería.

-¡Hermana!

Gritó con fuerza la hermosa jovencita que parecía un hada recién despierta del capullo de la flor donde estuviera siendo guardada y se lanzó a abrazar muy fuerte a aquella hechicera para demostrarle lo mucho que la quería y que la había extrañado.

-No esperaba que fueras a venir a este lugar ¿sabes?

[Tamarindo]

Abrí la puerta de golpe, haciendo un gran estruendo, todos se me quedaron mirando y en el silencio que se creó despues de mi entrada magistral (?) pude gritar como me gustaba cuando entraba en locales de amigos:

--¿A quién me tengo que arrimar para que aquí me den una taza de café?

Hacía muchisimos años, meses o no sé, mucho tiempo que no venía por aqui y claro, había que visitar a veces a los amigos, lo del café es meramente una escusa (no tanto porque quiero un café, que luego iba a ir a por unas galletas por ahi y necesitaba la bebida para mojarlas).

--Qué está pasando aqui... es que nadie me saluda? Que mal tratáis a vuestros clientes...

Negué con la cabeza y chisqué la lengua. Qué mal iba el mundo si asi estaban siendo las cosas por aqui...

Entré a ojear un poco los libros mientras me preparaban ese café, que seguro que aqui era buen sitio para conseguir uno... me da que alguna vez conseguí alguno de aqui, pero no estoy segura... No sé, visito a tantos amigos que ya no sé donde consigo el café...

--¿Qué? ¿Viene ese café o no? No tengo todo el día, me gustaria tomarmelo pronto que luego voy a por galletas. ¿O aquí tambien teneis galleta sde Harapos? Porque entonces es un 2x1 y me quedo con todo el pack.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Estaba dándole vueltas a la cabeza a la condición de mi madre, estaba pendiente de cualquier cambio anormal en su cuerpo, le había dado las pruebas muggles y no sabia si se las había hecho pero su renuencia a cualquier cosa muggle me dejaba un sin sabor… no podía llevarla a la clínica a la fuerza a que le hicieran un examen de sangre, no podía tomar una muestra de orina para hacerle una prueba muggle casera y de seguro que ella no me dejaría si quiera mencionárselo así que el único camino que me quedaba era mirar a ver si existía alguna manera mágica de determinarlo antes de las 12 semanas.

 

Me frote las sienes, los únicos lugares que poseerían una biblioteca de esas magnitudes y con esas exigencias donde pudiera buscar ese tipo de información eran la biblioteca de Hogwarts y la librería de mi prima Xell y a la primera no tenia acceso. Así que lo único que podía hacer era ir, buscar algún libro que me ayudara con eso, luego ir a buscar los ingredientes y así fuera a punta de varita obligarla a hacerse la prueba para poder hacer algo antes de que fuera un problema mas grande con el que no pudiéramos lidiar.

 

Entre en la librería lo mas silenciosamente posible, y me dirigí hacia la zona de los libros de pociones: alguien alguna vez debió de hacer pociones para cosas cotidianas: limpiar vidrios, desmanchar ropa, pruebas de embarazo, cosas así y necesitaba saberlo.

Busque entre los libros los más prometedores posibles: mil pociones para el hogar, filtros y pociones mágicos, mil hierbas mágicas y hongos, 100 recetas que toda bruja debe saber y los lleve a un puesto libre para empezar a buscar, los primeros cuatro libros me llevaron a una búsqueda de mas libros entre ellos de herbología:

 

-Necesito Saúco, jengibre, ortiga, granada, algodón en flor, agua y levadura de rosa… ¿Eso existe? ¿Que mas necesitare? – volví a repasar la lista – debo agregar el agua, con el saúco y el jengibre, la ortiga debe ser blanca… ¿como se ve la ortiga blanca? Mezclarla con la levadura de rosa y cuando la primera mezcla hierve meterlo todo al caldero. Frotar el interior de la granada en el algodón y luego frotarlo en… ¡Por todos los dioses! Ni obligandola a dormir me permitirá que me volviera a acercar a esa parte de su cuerpo, me faltaría ese fluido de ella... puaj ¿como voy a conseguir eso? - traté de concentrarme – apagar el fuego del caldero y cuando la mezcla este fría agregar el algodón si la poción queda verde el resultado es positivo si queda violeta es negativo…

Editado 16 de Octubre del 2018 por Perenela Arya Grindewald Potter Blue