Flourish & Blotts (MM B: 98551)

[Afrodita.]

Afrodita no se encontraba precisamente del mejor humor, estuvo o esta en una situación demasiado dramática por andar metida en la taberna de la marca y además de eso tenía un mal presentimiento desde hace unos cuantos, su humor se pone peor cuando ve que su hermana la comienza a ignorar como si fuera pintura en una pared desnuda. Chasqueó la lengua, cruzó sus brazos esperado que se le pasara su estado raro y terminara de comprar el libro.

 

-Creí que estabas muerta o por lo menos te trago un dragón - Comentó la Banshee mirándola de arriba hacía abajo, dándose cuenta que se encontraba en un estado perfectamente sano - Puedo preguntar, ¿Donde c*** te metiste?- Anexó, mostrado su humor de perros en las últimas palabras.

 

Múltiples pensamientos pasaron por la mente de la Mortífaga, lo primero que sintió fue incredulidad, luego alivio y después enojo puro lleno de frustración. Hace tanto tiempo que no veía a no solo su hermana, sino una gran amiga y compañera hiper. Lo que quería en ese momento era respuestas y exactamente saber porque desapareció, ya luego le contaría los eventos que sucedían reciente por Londres.

 

-Tenemos mucho que hablar y de aquí no sales hasta que cuentes que te sucedió -La ojiazul señalo una mesa que se encontraba en una esquina, casi al final donde calculo que nadie las pudiera escuchar.

[May Malfoy]

La exmortífaga se encogió al escuchar las palabras de su hermana, en efecto, su trato no sería mejor que el de Gyvraine. Aquel ambiente hostil había sino una de las razones por las cuales había ido a dar a la casa de Aleera, sabía que ella no perdería tan pronto los estribos y aunque la cuestionara le daría mayor margen de acción para escapar de ella misma. Pero Afrodita no era Aleera, Afrodita ya se había interpuesto entre ella y la puerta así que no existía posibilidad alguna de escapar, además, algo en su interior le decía que su hermana era capaz de noquearla antes de que ella pudiera defenderse. Eso no era justo, ella era la menor, tenía que mimarla.

 

El elfo volvió con su libro empaquetado y el cambio de la bruja, ella lo tomó y dio un paso hacia su hermana que ahora le señalaba una mesa un tanto alejada de todo el ajetreo propio de la librería. A pesar de que en ese momento sólo estaban allí ellas dos y los elfos que atendían, May no se sentía cómoda platicando en ese lugar. Lo mejor sería que buscaran un bar donde la mejor pudiera embriagar a su hermana para intentar calmar su pésimo humor, ¿qué le habrían hecho?, ¿habría perdido a alguna de sus presas románticas? Esbozó una ligera sonrisa que al instante borró pues su hermana seguía riñéndola por su ausencia.

 

—Cálmate... —le pidió con una sonrisa— No, no estoy muerta; sólo tuve que marcharme pronto y no pude escribirles porque... —se volvió a callar pues sabía que las palabras que continuaban a su explicación terminarían por sacar lo peor de su hermana, lo mejor sería salir de aquel lugar. Pero.... ¿a dónde podrían ir?—. ¿Te parece si buscamos otro sitio para charlar? Este no es el mejor lugar, lo sabes, mejor... busquemos un bar o vayamos a la mansión de Aleera o a casa, cualquier lugar donde haya alcohol nos vendrá bien.

 

Se atrevió a dar otro paso acercándose aun más a su hermana, ahora podía tocar su brazo si estiraba el propio. Así lo hizo. Con suavidad la empujó hacia la salida mientras ella le pisaba los talones, sabía que Afrodita no se despegaría de ella, la misma May no lo había hecho cuando Afrodita había desaparecido y vuelto aparecer, aunque no recordaba que ella hubiera perdido de esa manera los estribos, tal vez su amiga tenía algo más y ella sólo había sido la gota que derramaba el vaso.

 

—No te notas muy alegre que digamos... ¿pasó algo?

[Afrodita.]

Cada segundo que pasaba la Mortífaga se ponía de peor humor, la tranquilidad de May causaba que su enojo aumentara, no podía creer posible que después de más de un año estuviera tan fresca y pidiera que se calmara. Bufó, llena de frustración aunque entendió cuando le dijo que era mejor irse del local. Ella misma no estaba muy segura si era buena idea haber entrado a un lugar donde no conocía, solo por seguir la pista de alguien.

 

-Creo que sé donde podremos ir - Comentó Afrodita, su tono de voz se suavizo bastante - Es un local que tengo, será el indicado y así podremos hablar tranquilamente.- Agregó pensativamente.

 

La banshee no sabía precisamente que sería mejor, escuchar la huida egoísta de su hermana o comenzar a contar los sucesos que estaban pasado. No importaba por cual tema iniciaran, sería una noche larga y llenas de copas.

 

-Bastante cosas, pero la peor es un mal presentimiento - Dijo en un susurro casi imposible de escuchar, agarró el brazo de su hermana y ambas se dirigieron hacía la salida donde desaparecieron en una nube gris directo hacía un lugar donde tuvieran más comodidad a la hora de hablar.

[Juliene Black Lestrange]

-- Este lugar se fue al demonio-- siseó la castaña.

 

No tenia noción del tiempo en que había decidido a alejarse de todos los trabajos de medio tiempo que poseía. Y sobre todo en ese que había terminado muerta gracias a su padre o...era abuelo. No entendía muy bien eso ultimo. Siempre creyó que Kurt y Keaton eran la misma persona, pero ahora...no sabia que pensar porque el primero había muerto.

 

-- Los Ravenclaws y sus dilemas-- soltó al viento.

 

Todo estaba tan solitario y sucio. No podía creer que además de malhumorados los elfos fuesen tan descuidados en el mantenimiento de la librería. Exhaló un suspiro y comenzó a realizar graciles movimientos con su varita haciendo que la gema de su dedo anular resaltara en medio del desorden.

 

-- Juliene de Ryddleturn-- repitió.

 

Quién lo diría de alguna u otra forma había terminado con el hombre que había detestado desde un principio y ya no tenia vuelta atrás.

 

-- A lo que viniste...-- se recordó.

[Nats Rambaldi Crowley]

"División de Seres, Duendes y Espíritus.

Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas.

Rol Ministerial"

 

Al llegar al lugar estaba cansada de trabajar, iba de un lugar a otro, vestía ropa cómoda como de costumbre, jeans negros, camisa de manga tres cuartos, de botones y a cuadros en diferentes tonos de azul que combinaban con sus ojos azules también, botas de suela gruesa que eran de una color beige casi blanco haciendo un lindo y fresco contraste. Su maquillaje era sencillo, sus ojos con un delineado suave en el parpado y sus labios pintados de un rosa suave pero llamativo. Su cabello castaño se encontraba peinado en una trenza de espiga, solo unos mechones rebeldes se encontraban fuera de lugar pero no arruinaban su look, al contrario, le daban un look más fresco, relajado y natural.

 

Al entrar se sitió un poco mareado y/o aturdida al ver tantos libros y útiles escolares que al parecer nadie necesitaba ya que habían de estas cosas por montón, parecía que el lugar no tenía mucha fama, estaba vacío, solitario, no pudo visualizar a alguien que la ayudase con sus labores del departamento. - Es el lugar perfecto para que habite un fantasma. - Vociferó con un suspiro, sería un poco más difícil cumplir con su trabajo allí que cuando estuvo en el parque de lamentaciones.

 

- Señor Ártico McFly, invoco su presencia en este lugar. - Gritó esperando respuesta del fantasma, esto fue lo único que se le ocurrió y esperaba que funcionase.

[Keaton Ravenclaw]

Ártico McFly. Fantasma de la Librería.

Ártico se hallaba en lo más profundo de la biblioteca divirtiéndose de olo lindo al ver a un par de arañas pelearse por una mosca. Últimamente, con la desaparición de los trabajadores, afiliados y del mismísimo dueño, el fantasma estaba muy aburrido, sin poder salir de los límites de aquel negocio y reducido al aburrimiento eterno ¿sería que en el Departamento de Misterios habían descubierto al fin cómo dejar el mundo físico? Era algo a lo que el ente nacarado estaba esperanzado.

La pelea de aquellas dos arañas había terminado, y el McFly estaba por dar su habitual rondín por la librería en busca de algo más qué hacer. Pero su rutina se vería estropeada por la irrupción de una mujer al establecimiento. En un primer momento, el fantasma no notó la presencia de la mujer, pues estaba en el segundo piso asustando a unos cuantos ratones que intentaban hacerse con las hojas de algunos libre, pero cuando la fémina le invocó a base de gritos, éste se sobresaltó y tiró un par de ejemplares de una estantería.


—Esas no son maneras de hablarle a uno, señorita, debe aprender buenos modales. Un por favor no hubiera estado de más —Dijo Ártico deslizándose sobre las escaleras en pos de la llamativa mujer que estaba en el rellano —Ha invocado a Ártico McFly, y ese mismo soy yo, ¿qué desea? —Dijo a modo de saludo sin dejar de mostrar su curiosidad acerca de la visita de aquella mujer.

[Juliene Black Lestrange]

En apariencia, como todo en Londres, la relación que llevaba con su medio hermano o lo que fuera que terminase siendo Keaton en su árbol genealógico era un poco mejor que la alguna vez tuvo con su padre, Kurt, suspiró, sabía que aún le debía algo al Ravenclaw; pero era difícil pagárselo si él simplemente había vuelto a abandonarle, esta vez de una forma más efectiva. Esa siempre había sido el problema de su relación: los abandonos de parte y parte, las partidas sin avisar, eso que de alguna forma lo hacía tan irremediablemente iguales, pero diferentes a la vez.

 

― ¿Habrá sido buena idea aceptar tal propuesta?― se cuestionó, admirando la librería con cierta ensoñación. No sabía qué pensar del nuevo título que portaba en ese lugar, era bien sabido que Anaximandro no se lo tomaría de la mejor forma, pero ahí estaba un punto a favor el elfo debía obedecerle a partir de ahora.

 

Sonrió. Tampoco es como si tendría que tomarla en contra del elfo doméstico ahora que Kurt no estaba, mucho menos contra el sádico de Ártico, sólo eran culpables de ser como eran y ella de ser molesta. Tampoco es como si fuera su culpa, la vida le había enseñado a ser así, daba igual, todo merecía un nuevo comienzo o… ¿quizás se equivocaba? Posiblemente.

 

― Bien, henos aquí― soltó al viento.

[Nats Rambaldi Crowley]

"División de Seres, Duendes y Espíritus.

Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas.

Rol Ministerial"

Al parecer estaba de suerte, a pesar de que el lugar estaba desierto el fantasma respondió con rapidez a su llamado pero al parecer ella no era la adecuada para aquel trabajo, los fantasmas que había visitado hasta ese momento le habían reclamado lo mismo "esas no son maneras de hablarle a alguien como yo, así no debería hablarle a alguien como yo, esos no son modales señorita" ya comenzaba a irritarle un poco ¿qué hacía o decía de malo? Respiró hondo y vociferó. - Mis disculpas Sr. McFly pensé que era la mejor forma de llamar su atención. - Hizo una leve reverencia.

En segundo el hombre fantasma bajó por las escaleras y fue cuando la joven lo pudo ver fijando sus ojos azules en él. - Así es, lo he invocado por motivos ministeriales, del Departamento de Control y Regulación de Criaturas Mágicas. - Hizo una pausa y luego continuó. - De la Oficina de la División de Seres, Duendes y Espíritus para ser exacta. - Agregó, notó que daba muchas vueltas al hablar por lo que rápidamente respondió a la pregunta del fantasma. - Deseo hacerle unas cuantas preguntas, ¿es posible?. -

[Keaton Ravenclaw]

Ártico McFly. Fantasma de la librería.

Algo era cierto, a Ártico no le gustaban para nada los seres humanos vivos que entraran a la librería que no fueran Kurt y sus hijos Juliene y Keaton. Los demás eran bastante descorteses, era lo él que nunca iba a entender. La educación que el McFly había recibido durante toda su infancia, le obligaba a respetar y hablar con más tacto a las personas mayores, no se podía llegar a cualquier lugar y de pronto decir "lo invoco, señor Ártico McFly". Estaba bien que ya era un fantasma y que solía existir el mito de que si se les invocaba aparecían, pero aquello era un error, un simple "Buenas tardes, busco al fantasma del señor Ártico McFly" era suficiente.

Sin embargo, las cosas eran así y él no era quien para escarmentar en mente ajena, al menos no en el local de Keaton, él era firme en que a los visitantes había que tratárseles con tacto aunque ellos no lo tuvieran con uno. El ente nacarado escuchó atento las preguntas de la mujer, y supo de inmediato que serían de aquellas visitas que le incomodaban. Cuando iban del dichoso departamento ese de Criaturas Mágicas, Ártico se sentía como un bicho raro que necesitaba ser registrado por ser peligroso para la vida de los magos y brujas de Gran Bretaña, y que era mejor tenerlo resguardado en la librería para que no creara problemas. Pero así las cosas debían ser.

―He de decirle que no me hace mucha ilusión el tenerle aquí con esos motivos, siempre me tratan como un bicho de laboratorio y es indignante, pero ande, haga su trabajo, yo soy todo oídos. Solo no tarde demasiado, hay unas arañas en el sótano que tengo ganas de eliminar ―Dijo con total desaprobación el ente pululador y se dispuso a entrar en conversación.

Pero aquello no era lo único entraría, pues de inmediato, y como un total milagro, por la puerta principal entró Juliene Black Lestrange, pero Ártico, al verla, se desilusionó. Ya no era más un fantasma, y eso quería decir que ya no sería para nada un deleite sexual para él. "Mal por ella" pensó el fantasma "conmigo sería muy feliz". Pero aquel día la librería tendría dos milagros, pues detrás de Juliene, entraba nada menos que Keaton, el hijo de Kurt y el nuevo propietario de Flourish & Blotts.

―¡Va a llover! ―Dijo emocionado Ártico ―Los dos dueños de este bello recinto se han dignado a aparecer ―Exclamó sontiendo y olvidando por un momento la presencia de Nats en el vestíbulo.

OFF: En mi próximo rol, le toca a Keaton rolear, Ártico solo lo anunció xD.
P.D. Nats, no te sientas mal por lo que dice Ártico, él es así xD

[Nats Rambaldi Crowley]

"División de Seres, Duendes y Espíritus.

Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas.

Rol Ministerial"

- Créame que sé lo que se siente eso Señor Ártico, solía sentir eso mismo cuando estaba en el orfanato. - Confesó y soltó un suspiro. - Pero si gusta, podríamos entablar una amistad a lo largo de esta entrevista y prometo visitarlo frecuentemente, y si quiere sentirse más cómodo podemos por esas arañas.- Animó con una sonrisa al fantasma y luego comenzó con las preguntas.

- ¿Cuál es su nombre completo? ¿Nacionalidad? ¿Edad a la que murió? ¿Causa de muerte? - Hacía una pausa tras cada pregunta dándole tiempo para responder a Ártico.

Sacó una carpeta y en una hoja que había en ella anotaba las preguntas y respuestas.

En un momento de la visita el fantasma se distrajo por personas que entraban. Al voltear visualizó a May, su jefa en Doyle's y que al parecer era una de las dueñas del lugar, o al menos eso dijo el McFly.

Off: Jajaj no te preocupes @, aunque al parecer tooodos los fantasmas son así.