Flourish & Blotts (MM B: 98551)

[Juliene Black Lestrange]

―Y es que hay que amarlo en todas sus formas, Atria―

 

Llevó el último vestigio de la tableta a sus labios, desgastándolo. Ese dulce era lo único que le quedaba de su humanidad, en conjunto con sus recuerdos, pero estos no eran importantes, sin embargo, solían decir que el pasado era importante para saber con exactitud quién eres, de ser así ella seguiría en las calles, sin familia y quizás asesinando para poder ser respetada, suspiró, no había sido una vida fácil, pero había mejorado en los últimos tiempos.

 

Escuchó lo que Atria tenía para decir, así que venía de Rusia, vaya eso no lo esperaba, tal vez debería mencionarle sobre la cantidad de papeleo que tenía que hacer como internacional, no, eso lo haría en otra ocasión, cuando no tuviera que leer tan pesados volúmenes, era algo pronto para estresarla con todos los tramites que exigía el ministerio de magia. Si algún día se topaba con su abuelo Crazy, por casualidad, le diría que eliminara unas cuantas leyes tontas.

 

― ¿Accidentes, dices?―inquirió la vampira, interesada― Es un buen departamento, pero a la vez es muy peculiar, ya te darás cuenta por ti misma…por cierto, si ves a Babila, lo saludas de mi parte―acotó―. Dile que soy la reportera que lo entrevistó cuando estaba en Santos Mangos, algo me dice que sólo mi nombre no bastará―recordar su época como reportera, sin asociar a Babila con eso era una locura, él había sido su primera entrevista, su primer reportaje.

 

Fue transportada de nuevo a esa entrevista, los pocos datos que el hombre poseía acerca de su situación, suspiró, no había sido de mucha ayuda, pero a la vez había sido una entrevista amena, de las mejores que presenció en su corta época como periodista. La idea de volver a El Profeta bailaba en su mente, pero estaba a gusto en el Departamento de Cooperación Mágica, si era sincera ese parecía haber sido su lugar siempre.

 

― En cuanto a tus estudios, te deseo mucho éxito con eso―externó―. Con respecto a tu prima, es una lástima que aún no comience mis estudios de leyes mágicas, tal vez así podría ser de más ayuda para ti, pero siendo sincera no veo la forma de resolver ese asunto sin que ninguna reputación se vea perjudicada―comentó― Así que al igual que con tus estudios, éxitos con tu búsqueda, pero estoy segura que ese volumen te ayudará.

[Atria Black]

-Pues tú pareces amarlo en demasía aunque eso no es algo que yo pueda juzgar comparto tu amor por este delicioso alimento - comento ella dando los últimos sorbos a su taza de chocolate paladeando suavemente el sabor del liquido.

 

-¿Babila, quién es y que lo hace tan particular como para que lo recuerdes tanto ? - preguntó la muchacha , pese a que pronto empezaría a trabajar en el departamento aun no lo había conocido y por lo tanto las personas que en el trabajaban, si bien no todas las personas le eran desconocidas aun no sabia bien quienes eran todos los trabajadores del área.

 

- ¿Trabajas como reportera May?,sabes me impresiona la cantidad de trabajos que parecen tener todos aquellos a quienes conozco no solo poseen negocios y trabajan en ellos si no que ademas son empleados de diversas instituciones es increíble la forma en que dominan su tiempo - pronuncio ella ciertamente asombrada por la forma de vida que parecían llevar todos en Londres.

 

- Pues espero que me vaya bien con los estudios en cuanto a lo de mi prima comparto en gran medida tu opinión pero siento que no puedo dejarla sola en todo esto , ademas creo que ella preferiría perder por completo su reputación que tener que casarse espero de corazón que estos libros puedan ayudarme- comentó ella con la voz cargada de esperanza sabia que el estudio requeriría mucho tiempo pero ella no tenia problema alguno con pasarse horas sepultada entre volúmenes y legajos si con eso conseguía una alternativa.

[Juliene Black Lestrange]

― Me declaro adicta al chocolate, aunque intento controlarlo, pero me es imposible―mencionó, divertida a Atria.

 

Sabía que la pregunta llegaría, ni ella misma sabría explicar cómo es que balanceaba su tiempo con todo lo que tenía que hacer en el día, más aún cuando en sus días más agitados iba a visitar castillos y mansiones vecinas, sonrió, habría que vivir en Londres, conocer a su gente y verse envuelta en la necesidad de hallar galeones para mantener las riquezas familiares, para comprender a fondo de dónde sacaban el tiempo para estar, literalmente, en todos lados.

 

― Fui reportera de El Profeta sí, hace como tres meses―respondió― Babila, si mal no recuerdo, es el recepcionista del Departamento de Accidentes y fue la primera persona a quien entreviste, sufrió un atentado y me tocó cubrirlo, no puedes imaginar lo extraña que me sentí ese día, pero él, pese a su amnesia, fue de gran ayuda―acotó.

 

El par de gorilas que le habían impedido entrar la primera vez, el permiso que se había visto obligada a pedir a la directora para poder entrar a ver a Babila y en especial esa singular entrevista, que a pesar de no aportar mucho a su investigación fue simplemente genial. No pudo evitar que una sonrisa sincera fuera emitida por sus labios, existían personas que sabían cómo ganarse a otras, simplemente.

 

― Londres nos enseña a ser versátiles, Atria, ya lo entenderás luego de algunos años―informó―. El tiempo es un buen amigo si sabes cómo administrarlo, sin embargo, aún no debes preocuparte por esas cosas, concéntrate en tus estudios y en tu nuevo trabajo―concretó, devolviendo sus pasos por el pasillo, tenía que verificar si Diana estaba cumpliendo con el trabajo que le había encomendado― Yo también espero que los libros puedan ayudarte, en serio.

[Atria Black]

― Pues ya somos dos las adictas si conseguimos mas tal vez podemos poner un club - habló ella con una sonrisa pensando en la agradable visita que había hecho a una de las chocolaterias del pueblo.

 

-¿Fuiste y por que dejaste el trabajo si se puede saber claro esta ? - preguntó ella mientras trataba de pensar en como seria Babila ella empezaría su trabajo al día siguiente y sin duda tendría la oportunidad de conocerlo esperaba que fuese amable a pesar del extraño nombre que tenía, sin duda sería una persona bastante singular como lo eran todos aquellos que había conocido hasta el momento.

 

Pensaba en como sería trabajar en ese lugar la mayoría de las personas a las que les había comentado su intención de trabajar ahí le habían dirigido miradas incrédulas antes de advertirle de las cosas extrañas que sucedían en aquel lugar , pero ella había tomado una decisión de modo consciente y no era del tipo de personas que se amedrentaran o retrocedieran ya se encargaría ella de hacerse un lugar en el departamento.

 

- Tienes razón uno va adaptándose a los lugares en la medida en que vive en ellos y de momento con los estudios y el nuevo trabajo me siento mas ajetreada que nunca, agradezco mucho tu ayuda en serio -dijo mientras buscaba los galeones para cancelar lo que llevaba y seguía a su madre por el pasillo para concretar la compra y partir rumbo a su casa aquel dia ya habia comprado todo lo que necesitaba y un poco mas.

[Juliene Black Lestrange]

―Créeme, puedo conseguir a más adictos al chocolate―acotó―, pero el dilema está en que acepten ser parte de un club, ya veremos si logramos armarlo, mientras sigamos disfrutando del chocolate en todas sus versiones.

 

Al escuchar la pregunta de la morena no pudo evitar verse guiada por sus recuerdos y pensamientos, si era sincera ni ella misma lo sabía, un día había despertado con la necesidad de cambiar de trabajo y se había visto de nuevo en ese departamento en el que trabajó bastantes años antes. Algo le hacía pensar que estaba destinada a ese puesto, porque siendo sincera se sentía mucho más que cómodo en ese lugar.

 

― Sólo quería cambiar―respondió alzándose de hombros―. Verás el trabajo de un reportero es algo…movido, me agradó tener un par de aventuras durante varios meses, pero suele gustarme más la sobriedad y tranquilidad―señaló la librería con gesto dramático―, por algo trabajo aquí.

 

Si el negocio no fuera de Kurt, podría atreverse a negarse aceptar los galeones que la chica le ofrecía, pero tomando en cuenta de que era una empleada más, con muchos más beneficios que otros por su amistad con el dueño, no podía darse ese lujo. Le entregó los volúmenes a la Black Lestrange, cerrando por completo la compra.

 

― Dentro de algunos meses no serán las únicas cosas que te preocupen, créeme―mencionó la castaña con una ligera sonrisa en sus facciones―, que tengas un buen día, Atria― acotó.

 

Era el momento de encargarse de terminar de entrenar a Diana. Había mantenido una interesante charla con su hija, pero esta ya había llegado a su fin, al menos por el momento, ya tendría oportunidad de conocer a la chica más a fondo, sonrió, aún no comprendía el por qué se le había ocurrido adoptarla, pero no se arrepentía, algo le decía que la chica dejaría en alto el apellido Black Lestrange.

 

― Anaximandro espero que dejes de espiarme―soltó al aire.

[Finnick Oddair]

Finnick y Akamaru

 

Aquel día tenía ganas de comprarme unos cuentos libros después de todo no solo había que entrenar el cuerpo sino también la mente y ampliando tus conocimientos era una buena opción para tal objetivo. El día se encontraba lluvioso, frías gotas caían de un cielo color gris uniforme.

 

Los magos y brujas valientes que habían decidido ha realizar comprar se protegían del clima através de paraguas o pilots. Yo no era para menor y me protegía de la lluvia con un paraguas completamente negro que no solo me protegía a mí sino también a mi cachorro Akamaru.

 

Muchas personas eran las que subestimaban al animal, solo lo veían como una simple mascota, pero mi sangre vampira había formado un gran lazo con el perro convirtiéndonos a ambos casi en un mismo ser, yo obtuve más características animales y el más humanas, claro no podía hablar, pero yo era capaz de entenderlo.

 

Entramos al local mas recomendado en Londres para comprar libros de cualquier tema Flourish & Blotts. Cerré el paraguas en la puerta e ingresamos al local, estaba muy tranquilo como me esperaba. No me molestaba la lluvia, en Río la lluvia era algo habitual, lo que si me incomodaba un poco era el frío con la lluvia.

 

Toqué una campanilla que había en el mostrador y aguardé que alguien se nos acercara para atenderme.

[Juliene Black Lestrange]

Cuando se disponía a desaparecer tras una hermosa estantería de color escarlata la campanilla sonó, anunciando a un nuevo cliente, suspiró, y se obligó a mostrarse tan amable como lo había hecho con Atria, podía lograrlo, por algo había terminado trabajando en el Departamento de Cooperación. Dio media vuelta y encaminó sus pasos hacia la entrada, de nuevo.

 

Si era sincera la imagen le sorprendió, pero intentó que esto no se notara en sus facciones, que el nuevo cliente tuviera en su poder un cachorro, le parecía, por demás, peculiar, pero no cuestionaría acerca de eso, más le valía a Kurt aceptar animales en el local, de lo contrario se temía que la compra no se completaría. Delineó el contorno ubicando algún cartel que impidiera la entrada del animal, pero nada, sonrió, entonces no habría problema alguno, esperaba que los elfos pensaran igual.

 

― ¿Algo en lo que pueda servirle, joven Lockhart?―inquirió enarcando una ceja.

 

Luego de haberlo registrado como inmigrante no sería fácil olvidarlo, si para algo estaba preparada, era para recordar los nombres y apariencias de todos los magos internacionales que pasaran por el Departamento, mientras ella estuviese ahí, aunque tuviese que hacer varios libros de fotos.

[Finnick Oddair]

Finnick y Akamaru

 

Una bruja se me acercó para atenderme y su rostro me resultó familiar, ya conocía aquella chica, pero de dónde y al parecer ella también lo reconocía y es más sabía su nombre, claro en el Ministerio, en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional – Tu eres la mujer que me atendió en el Departamento de Cooperación cuando me registré como mago extranjero, un gusto – le dije a la bruja mientras le tendía la mano – Por cierto nunca supe tu nombre – le sonreí a la mujer.

 

Akamaru se sentó junto a mis piernas y levanto el hocico mirándonos a los dos – Espero no haberte interrumpido, buscaba unos libros de anatomía y fisiología humana y ¿me recomendaría algún libro sobre venenos? – le pedí a la mujer.

 

- ¿Uno no se aburre aquí nunca no? – traté de entablar conversación haciendo referencia a la cantidad de libros de todos los temas que se encontraban en el recinto.

[Juliene Black Lestrange]

― Maylis Black Lestrange y sí, lo soy―acotó.

 

No le parecería extraño que el joven se cuestionara el hecho de que precisamente ella estuviese allí, en una librería, cuando poseía un bien remunerado cargo en el ministerio, suspiró, como le había mencionado a Atria: Londres te enseña a ser versátil. Miró el cachorro sentarse a un lado de dónde estaban las piernas de su dueño, interesante.

 

El pedido del chico le hizo pensar, vaya, tendría que buscar por varias secciones, sabía qué libros podría proporcionarle, así que el chico tendría que seguirla, mientras lo guiaba hasta las mismas, extraía los ejemplares y demás. Chasqueó la lengua, quizás Diana sería la apropiada para eso, mejor no, la chica aún no estaba preparada.

 

― Sígame, por favor, lo llevaré hasta las secciones correspondientes― acotó―. La verdad no, es difícil aburrirse cuando tienes poco más de diez millones de libros para distraerte, créame, puede encontrar mundos inexplorados en varios de los libros de este local.

 

Era la pura verdad, en ese lugar era imposible aburrirse, ella misma se había percatado de esto desde el primer día, sin mencionar, que a pesar de ser pocos los clientes que solían asistir, siempre podía aprender una y otra cosa sobre ellos, incluso compararlos con varios personajes de libros.

 

― ¿Y cuénteme qué le ha parecido Londres? Tengo entendido que es del sur ¿no?―inquirió enarcando una ceja.

[Finnick Oddair]

Finnick y Akamaru

 

Comencé a seguir a Maylis en cuanto este me lo pidió, la tienda era enorme, la mujer debía de tener una gran memoria para conocer dónde era que se encontraba cada libro del lugar, por su puesto que la tenía, ¿no había sido capaz de distinguirle el rostro y el nombre en cuanto entró?.

 

- Si me lo imaginó, deben ser emocionante cuando uno no sabe que es lo que va a encontrar dentro de alguno de ellos - agregué mientras la seguía por la cientos de estanterías del lugar. Era increíble que allí hubiera más de 10 millones de volúmenes de libros de todo tipo, debía de ser uno de los lugares con más conocimientos acumulados del Reino Unido, un lugar así tendría que ser considerado Patrimonio pensé para mis adentros.

 

- Si es otra cultura, de hecho es mi tercera cultura, pasé toda mi vida entre Brasil y Japón los cuales eran muy distintos y ahora llegó al Reino Unido que no tiene nada que ver con los anteriores, aunque Londres es una metrópoli multicultural, es increíble la cantidad de magos y brujas extranjeros que aportan sus conocimientos y modos de vida a los ya existentes aquí, es como un mosaico – deduje rápidamente.