Castillo Ivashkov (MM B: 106154)

[Leah Snegovik]

—En mi castillo no, malditos Sangre Sucia —murmuró de mala gana, frunciendo el ceño mientras la ropa se ceñía a su cuerpo como un guante.

 

Las alarmas habían empezado a resonar mientras tomaba un rato para leer, uno de esos escasos momentos donde estaba en casa y en ese preciso instante, el estruendoso sonido retumbaba en las paredes como la música marcial que marcaba en el destino una épica batalla. En su habitación, ahí donde nadie podía encontrarla en el cuarto oculto que había hecho luego de la inesperada visita de los Aurores, terminaba de asir la túnica escarlata y ajustaba la máscara de plata.

 

—Vamos a ver...

 

Bajó las escaleras en un santiamén, preguntándose en qué parte de la casa estaría Tau y se encontró con Zack, listo para la pelea, aún dentro del castillo. Él tenía algo en mente, lo sabía y sólo por el movimiento de sus ojos supo que debía seguir una orden. Sin más, desapareció en el acto y reapeció de inmediato en los jardines de su castillo, el Ivashkov, apuntando la varita hacia los fenixianos y hundiendo las botas en el césped perfectamente cortado que ellos se habían empeñado en arruinar.

[Lisa Weasley Delacour]

Sentí su esencia antes de verlos. Me moví hasta dar con ellos y quedar a diez metros de su presencia. Mi anatomía, fiel a sus instintos se posiciono alejada de todo objeto mutable cercano. Kim, en mi diestra, brillaba, pues sabia que tocaba atacar. Comencé – Ardius – El conjuro me daba na poder y rapidez y un hechizo extra al carcaj – Confundus – La mente de Zack entro en una nube, embotellador en un pasado ajeno. No seria capaz de pensar, ni de hablar, ni atacar evidentemente.

Se le pasaría si, pero era una ventaja que tomaría a mi favor – Flechas de fuego – Fue mi siguiente elección. Zack seria quien las recibiese. Las amas blancas envueltas en el elemento primigenio quemarían su torso, hasta dejalo completamente calcinado y muerto en el suelo. Las cátedras de los libros eran impresionantes cuando de atacar y defenderte se trataba, mas si eran de alto nivel. El mago debería lanzarse agua para apagarse y luego curarse de las heridas producidas.

- Cinaede – Una capa gaseosa envolvería a Leah, cortandole las vias respiratorias y matándola por la ponzoña de tal magnitud que era. Los petalos de pensamiento eran magicos, nunca mjor dicho. Paralisis del sistema nervoso para su posterior ahogamiento. El bezoar no actuar contra este veneno. Debes ser un mago de gran calidad para saber salir de aquel lio. Poner a prueba a la femina seria interesante a la par que emocionante.

[That is not my name]

De inmediato conjure mi saga del sacrificio para poder tenerla en mi mano libre y, con ella, hacerme un corte en la pierna derecha para que también afectará a Zack en esos momentos mientras pronunciaba las palabras immolo oppugnare Zack Ivashkov y que este también sufriera los daños que yo estaba recibiendo. Pensé en una cyracion para cerrar la herida en ese momento y esperar a que él mortifago pudiera sentir aquella herida. Justo en ese momento pronuncié Yo juro no defenderme para que todos los ataques que fueran dirigidos a Zack impactaron sin problema o, en su defecto, tener una herida dio si para que se la curara. Sabía muy bien que me unía a ese juramento así que debía de estar atento a las cosas que surgieran en aquel momento. Como primera acción apareció mi viuda negra para inyectarle su veneno a Zack y como segunda acción inyectar su veneno a Leah, de esa forma podría asegurar nuestro avance, después se escondería nuevamente mi arácnido para atacar en el siguiente movimiento que tuviera la oportunidad. Afortunadamente estaban a la vista para nosotros.

[Leah Snegovik]

-Celerus Necromantia Lingua.

 

Automáticamente después de Lisa, logró cancelar su primera acción impidiendo que pudiera confundir a Zack y que su tercera acción saliera.

 

-Detritus.

 

Automáticamente, una capa gaseosa e incolora los cubrió tanto a ella como a su primo y las flechas de fuego o cualquier otro ataque físico que saliera a su posición sería completamente nulo.

 

-Absorvere.

 

Las muñecas donde Ley, Lisa y Arya portaban las varitas se rompieron con un crujido tan violento que pudo escucharlos a pesar de los ocho metros de distancia que los separaban. Ahora no podrían apuntar, lo que les daría una notoria ventaja a la hora de defenderse y en adelante, si no se curaban en consecuencia.

[Zack Ivashkov]

Una vez los Mortífagos arribaron tras él. Zack supo que debía hacer algo para tomar control de la situación desde ese mismo momento. No podían permitir que los otros los arrinconaran de ninguna manera, y eso gracias a lo avanzada que estaba la magia en el pueblo, sería posible en un parpadeo. Hundió rápidamente la mano izquierda en uno de sus bolsillos, alcanzó la mano de la gloria y la lanzó al aire tras sentir una ligera descarga eléctrica que anunciaba la activación de su poder.

http://i.imgur.com/I48isFI.png

Todo el jardín quedó sumergido en una nube de polvo peruano, ninguno de los Fenixianos tendría visibilidad del campo de batalla, nadie perteneciente a la Orden del Fénix, presentes o no. Mientras que todos los Mortífagos, tenían una perfecta visión gracias a la luminiscencia de la mano de la gloria. Con aquello podrían sacar cierta ventaja de sus oponentes.

Luego de su pirmer movimiento maestro, el vampiro quedó bajo los efectos de una confusión. Tan profunda fue que no supo ni siquiera en qué momento un detritus alcanzó a cubrir su anatomía para protegerlo de unas flechas de fuego que le lanzó Lisa. Cuando volvió en sí pudo atacar con exactitud, pero no sin antes realizarse un episkey gracias a una herida en la pierna derecha provocada por Ishaya.

—¡Fuego Maldito! — Dijo a continuación invocando tres águilas de fuego que planearon con velocidad hacia sus objetivos, en ese momento fueron Lisa, Ishaya y Arya. Los tres sellos de fuego se estamparian en sus victimas dejando fuertes quemaduras.

***

Off: Consumible del bando http://www.harrylatino.org/topic/92561-boveda-de-la-marca-tenebrosa/?p=4950867

[Arya Macnair]

—¡Sectusempra!

 

Segunda vez en la noche que alzaba la voz de esa manera, justo después de que Leah le negara una acción a su compañera, pero antes de que lograra cubrir su cuerpo con detritus tanto como el de Zack. Observó a todos sus compañeros, intentó camuflarse entre las sombras y escogió un objetivo entre los enemigos. Apuntó con decisión, sin que el pulso le temblara y conjuró con toda la energía acumulada en su pecho, ésta manaba con cada latido de su corazón y se dispersaba entre la sangre misma que fluía por sus venas. El rayo escarlata salió dirigido hacia el abdomen de Zack con claras intenciones, abriría profundas heridas y comprometería quizás algún órgano, le causaría una hemorragia incapaz de parar si no se apresuraba y amén de debilitarlo por una anemia inminente, le podría causar la muerte.

 

—Confundus— Cambió de mano la varita.

 

Pensó relajando los músculos de su rostro, dejando de sonreír. Sus ojos verdes brillaban con cada movimiento que realizaba donde la luz de luna le impactase en el rostro, deseaba que ellos la vieran, sentía regocijo por cosa semejante. Entre tanto jaleo su capucha había caído y ahora todos podían apreciar el color plata de su largo y lacio cabello, quién quiera pensaría que había utilizado una poción multijugos pero no, seguía siendo ella, o más bien la Arya que se había negado a ser, el demonio que llevaba dentro. Aun apuntaba a Zack cuando el encantamiento surcó su mente e implantó falsas imágenes y mesetas de niebla en la mente de Zack, cosa que le robaría unos minutos y se los concedería a la bruja.

 

—Gubraith

 

Aun sin despegar los labios más que para cambiar la mueca y volver a sonreír, ensañada con Zack bajó ligeramente su varita y apuntó a su entrepierna canalizando tanto su poder mágico como su poder demoníaco y la maldad que aun rondaba su alma. Pronto la ropa interior de Zack comenzó a arder marcando perfectas quemaduras en su piel, debería quitarse la prenda pues ésta no dejaría de arder y a su vez curarse si no quería contraer una infección por allí y morir de forma penosa.

 

Macnair dio un paso atrás, estaba a ocho metros de todo ser viviente.

[Liam Black]

Era la primera vez que visitaba el castillo de Zack y sin dudas hubiera preferido haber ido antes, en otras condiciones, sin embargo no encontraba excusa válida que ahuyentara el miedo de adentrarse en su hogar. El Ivashkov ya era difícil de por sí suelto, ni hablar de cómo sería en su propio territorio. Intentó imaginarse el dolor que sentía sobre el tatuaje de la costilla en ese momento, multiplicado por todo el cuerpo, pero nah, ni siquiera así de complicado.

 

Apareció a unos diez metros de la verja falsa del castillo, con una máscara de plata cubriendo su identidad y una túnica negra y fina, que al parecer era lo único que cubría su cuerpo momentáneamente y a simple vista ocultaba todo, pero con un poco de luz revelaba la transparencia. Sonrió, como siempre acostumbraba a hacer y comenzó a caminar, hasta tocar la verja que lo transportaría hasta la verdadera entrada de los Ivashkov.

 

—Buenas... Da igual, no necesito saludarlos —concluyó, avanzando por los jardines del castillo.

[Tauro M.]

Su estadía con los Ivashkov estaba siendo más que placentera. De día solía pasear por los confines de la mansión, por la tarde pasaba horas acostada sobre la hierba leyendo un buen libro y por la noche dormía de lo más cómoda junto al perfecto cuerpo de su prometida. Podía decirse que Tauro ya se estaba acostumbrando a su nuevo estilo de vida y el lujo no le incomodaba, le gustaba ser atendida y servida aunque fuera por el elfo cuyo extraña fascinación por la líder sobrepasaba los límites de lo ''normal''. Pero como era de esperarse la calma no duraría para siempre.

Afuera, los múltiples ruidos de personas que exigían a los dueños salir no se hicieron esperar. No podían ser otros sino que miembros de la Orden del Fénix que sólo estaban allí para molestar. Tauro saltó de un brinco de la cama y una reluciente máscara plateada cubrió su rostro, mientras que la capucha tapaba su reluciente cabellera azul y el resto de la tela el resto de su ropa. Apoyó un pie en la ventana y tomando un gran impulso dio otro salto que la llevó a la parte trasera de los jardines, donde aterrizó sin hacerse daño. Lo siguiente que haría sería llegar hasta donde los Fenixianos se encontraban y así hacerles frente junto con el resto de Mortífagos que esa noche acudían al llamado.

— Creo que es hora de jugar.

La marca seguía ardiendo con ferocidad, Zack, su invocador, había hecho un buen trabajo como Ángel Caído y de nuevo estaba allí para defender el honor de su familia.

[Alexandra Eirian]

Estaba en casa leyendo algunos informes de mis amigos cuando un patronus en forma de hipogrifo, vaya parece que la lider habia salido a divertirse y se digno a invitarnos a todos a la fiesta.

 

-Hora de divertirse- me puse mi ropa de combate un pantalon jean negro, botas remera y la capa negra con capucha colocandome a Shadows mi fiel espada y compañera y con Raven en mi mano y me traslade a donde el hipogrifo me guio, era una maldita choza casi en ruinas cerrada con una verja- esto debe tener una trampa- toque la verja y casi me caigo de sorpresa a ver semejante mansiòn de las personas, veo a mis compañeros y los saludo con la cabeza y con una seña le indico el bosque haciendole ver que los esperare en las sombras.

 

-Morphos- dije transformando una roca en una pequeña vibora que me serviria de espìa- esperando a que llegara la orden-.

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Haciendo los preparativos de la ceremonia que esperaba pronto tener, fue que sentí aquel llamado. Mi marca tenebrosa comenzó a arder, aquel ardor en mi brazo derecho que me indicaba solo una cosa. Mis compañeros necesitaban de mi ayuda, como era posible que aquellos seres indeseables molestaran en los momentos menos oportunos.

 

En el momento, deje de andar por las calles de Ottery mandando cada invitación para dirigirme al sitio a donde se me necesitaba. Avance hasta las rejas de la mansión Ivashkov, pero antes de tocar la verja me coloque mi antifaz de color dorado para cubrir mi identidad, necesitaba ser precavido ante todo esto.

 

Al momento de tocar la verja, fui dirigido a Rumania sitio donde se localizaba los verdaderos limites de la mansión Ivashkov. Al caer mi pantalón de mezclilla con algunas rasgaduras en el, se había abierto de más, haciendo que esta prenda fuera unos simples hilos que me cubrían la parte inferior, mi camiseta de tirantes hacía que me viera extraño ya que podría parecer como si de un turista en el sitio fuera. Afortunadamente mis zapatillas deportivas a completaban mi conjunto para no verme del todo mal.

 

Me dirigí a los jardines que era donde se libraba aquella batalla, quedando a unos 8 metros de cualquier enemigo u objeto que pudieran usar en mi contra. Solo espere el momento para poder atacar. Afortunadamente un polvo peruano efecto de la mano de la gloria cubría el sitio, por lo que al ser parte de los mortifagos me daba una excelente visión mientras que los de la Orden se encontraban a ciegas.