Castillo Gaunt • (MM B: 102403)

[Kahlan Blackthorn]

Llegando hasta donde estaba Patrick y Mery dentro de la sala de estar en la planta baja, no dudo en elevar con fuerza su varita. Tras cruzar la puerta principal del Castillo, entornando sus ojos hacia donde estaban Pandora y Bel, aquel par de Fenixianas que deseaban pasarse de listas y masacrar a su antojo a la joven Mery.

 

-Creo que han elegido un mal momento, dado que los ánimos no dan para recibirles como se merecen…-soltó dando un fuerte latigazo con su varita.

 

-Celerus Expectro Protego- bramó con ira, emanando de la punta de su varita una estela oscura compuesta de varios nervios. Estos no tardaron en entrelazarse con fuerza, solidificándose en un fénix oscuro que extendió sus alas por completo. Soltando un fuerte graznido, no tardo en colocarse delante de la Ángel Caído, para defenderle de cualquier ataque que viniera en su contra. Además de servirle como curación en algún momento dentro de la batalla.

 

El Strellatus que pandora deseaba lanzar quedo en nada, todo gracias a que el compañero de la Ángel caído Patrick Colt, anulo el mismo antes de que esta pudiera realizarlo

 

Elevando con fuerza su katana, no dudo en empuñar la misma con autoridad, para luego de eso pensar con malicia.

 

-Proyectar Corte de Katana-lanzando un profundo corte contra el pecho de Pandora, abriendo una herida grande que sangro en el acto de forma profusa y considerable. Entornando sus ojos hacia Bel, no se pensó en atacar también a la joven.

 

-Confundus-pensó la demonio, sumiendo la mente de Bel en una profunda confusión, haciéndola divagar sobre sus acciones y pensamientos dentro de la batalla.

 

-Creo que se han pasado de la raya, cosa que no podemos permitirles…-finalizó complacida por darle una lección a esas dos jóvenes.

[Emmet Haughton Gaunt]

Se había desatado un combate en la sala de estar del castillo Gaunt. El mortífago se puso su máscara y salió, desde la cocina hacia el lugar en dónde se encontraban. Su varita de serbal estaba en su mano derecha agarrada firmemente. << ¿Cómo se atrevían a atacar el castillo estando el patriarca allí? >> se decía así mismo mientras corría a toda velocidad. El mortífago lelvaba su máscara plateada encima de su rostro para que no pudiera ser identificado por los delicuentes que habían ingresado a su propiedad para atacar.

 

— Bueno bueno bueno — dijo el vampiro — parece que tenemos visitas hoy aquí — habló con su vos distorsionada por la máscara plateada — Se han equivocado en entrar a mi castillo para llevar a cabo sus planes asquerosos — dijo el patriarca de la Gaunt. El chico sostenía su varita viendo cómo otros de sus compañeros de bando habían llegado para proteger a su sobrina — No se lo llevaran gratis — advirtió mirando a los intrusos. Su capa tocaba el suelo y su máscara estaba fija en el lugar para que no se cayera por cual motivo — Empecemos con el juego — dijo sonriendo.

[Felicity]

Apareció en las afueras de los terrenos de la mansión Gaunt. Llegaba un poco tarde, pero no había podido hacer más ya que ella no tenía ningún tatuaje ni medio directo de conexión con los mortífagos. Ninguna máscara cubría su rostro, no le hacía falta. Gracias a su condición de metamorfomaga había aparecido con una falsa apariencia. No había cambiado el color del cabello, largo y rubio, pero si las facciones de la cara, luciendo una nariz achatada, labios gruesos y ojos verdes y brillantes que iluminaban una tez pálida sin pecas.

 

Caminó por los amplios jardines, la larga túnica verde esmeralda rozaba la fresca hierba, se notaba que estaba bien cuidada y no como la de los Peverell. Una vez llegó a la entrada, materializó en su zurda a Sumlaris, su varita mágica de negra madera, fiel compañera en todos aquellos años de batallas. Era algo vieja por tanto uso y tenía muchas marcas pero no le importaba, le tenía un gran cariño.

 

Solo tuvo que empujar la puerta y dejarse guiar por las voces. Escuchaba hechizos, uno tras otro y una vez en el vestíbulo no dudó en alzar la varita.

 

-Ya he llegado.

 

Rió a carcajadas al escuchar algunas tonterías de boca de los aurores, qué sabrían ellos de proteger a los suyos si eran los primeros en sacarse los ojos entre ellos. Resopló, estaba claro que nunca aprenderían, y era una lástima.

[Anne Gaunt M.]

Los mortífagos pronto comenzaron a atacar. La licántropa asió su varita con determinación: la vida de sus hijos era lo más importante para ella, además de su bando. Así que la defendería con todo lo posible y, de paso, intentaría matar a aquellos que habían osado perturbar la paz de su hogar. Llegó una fenixiana más, a la cuál apuntó firmemente con su varita de roble. Aquella sería su víctima.

 

— Séneca —pronunció, sin vacilar. Los efectos de aquel ataque no eran visibles, al menos no a primera instancia. Sin embargo, eran muy efectivos: provocarían que la chica se deshidratara lentamente, impidiéndole hablar durante un buen rato y limitando así sus ataques y posibilidades de defenderse. «Necrohands», pensó justo después. De la pared que había detrás de su espalda, salieron dos manos fantasmales que se colocaron delante de ella para servirle de escudo ante cualquier ataque. Sin embargo, avanzaron hacia adelante para acercarse a la joven y así dificultarle la puntería y la visión, empujándola. Pero, además, avanzaron en linea recta para interceptar cualquier rayo que le lanzaran a la Mago Oscuro.

 

Vio cómo Emmet llegaba a la escena y no pudo evitar esbozar una tierna sonrisa. Aquellas mujeres no saldrían con vida del lugar, no lo iban a permitir. Regresó la vista al frente, para ver qué sucedía a continuación.

[Hades Ragnarok]

El vampiro habia estado realizando algunas investigaciones en el bosque de albania, buscaba nuevos ingreddientes para pociones cuando sintio el llamado de sus compañeros, nego con la cabeza, si lo llamaban debia ser importante y la orden era dejar lo que estabas haciendo y aparecer alli inmediatamente. Apareció en el lugar (Mansión Gaunt) en el límite de los hechizos anti aparición de la mansión donde ya habia comenzado la acción, tras la máscara blanca con dibujos negros, una sonrisa malévola mostrando los filosos colmillos, con la varita en mano ya estaba dispuesto a entrar en la batalla y a divertirse un poco. Sin más sintió como sus dedos la tomaban con fuerza mientras el calor en el guante de fina seda que usaba para las batallas recorría la palma de mi mano. También pude sentir el peso de su daga japonesa (sai) en el lugar donde siempre se encontraba pidiendo sangre. Iba vestido con aquella túnica negra de seda, sin zapatos sus niveos pies estaban descalzos y podia sentir las piedrecillas del suelo o donde pisara y los guantes también de fina seda que cubrían su nívea piel.

 

Sin más el Ragnarok corrio de manera ágil hasta entrar en los terrenos, e ir hasta la sala donde lo necesitaban.

[Felicity]

-¡¡Sectusempra!! – espetó.

 

Un rayo color carmesí cruzó la estancia hasta impactar en el pecho de la auror Helen Reyes. Heridas sangrantes se abrieron que de no curarse a tiempo harían que la bruja cayera desmayada al suelo hasta que se desangrara.

 

Observó que cada vez eran más, sobre todo de la marca y sonrió, satisfecha.

 

-Crece-uñas – pensó.

 

Otro rayo iba hacia la auror Helen Reyes. Este haría crecer sus uñas de tal manera que no pudiera apuntar bien y, en cuestión de segundos, sostener la varita con ninguna mano viéndose imposibilitada de seguir en batalla a menos que pusiera fin a aquel hechizo.

 

Miró desafiante al enemigo ¿No los habían llamado? pues ahí estaban.

[Hades Ragnarok]

El rostro enmascarado del Ragnarok estaba fijo en todo lo que estaba pasando cuando lelgo a la sala, algunos ataques y defensas por parte de sus compañeros y aquellos sangre sucias y traidores a la sangre se estaban comenzando a ver y ya se estaba destrozando aquel lugar, por lo pronto se encargaría de cumplir el cometido que tenia saciar la sed de sangre de su varita. Sin mas corrio y se coloco a 10 metros de aquellos odefos y a 4 metros de cualquier cosa que pudiera ser transformada, morphe4ada o con lo que pudieran artacarle.

 

-Detritus –dijo el cainita. El efecto fue inmediato provocando que una fina capa gaseosa y transparente de magia rodeara su cuerpo protegiéndolo a él y a Spectum de cualquier ataque

 

Rápidamente movió la varita apuntando a Pandora

 

-¡Anular Aqueora! –dijo apuntando a Pandora. El efecto fue inmediato, ahora la demon hunter no podría usar el aqueora

 

-Creo que algunos no aprenden y tienen que morir para que entiendan.

 

-¡Absorvere!- dijo claramente. La victima de aquel absorvere eran las manos donde Pandora, Bel y helen tenían sostenidas las varitas, más específicamente a las falanges que permitían el agarre de ellas. Se romperían y no podría agarrarlas más.

[Spectum Crouchs]

Sentí como no podía hablar y simplemente. Pensé en dos grandes manos fantasmales que aparecieron del suelo cubriendome de cualquier. cuando el fenix vino a atacarme no pudo pasar por el detritus de Hades que me protegía y las necros lo tomaron afixiando al animal que estaba casi cediendo a la muerte. Me soreí meéficamente mirando a Catherine y mmi segunda acción iba hacia ella.

 

Ahora solo tenía que atacar a los chicos de la orden del fénix, el señor de Nurmengard me había cubierto bajo la capa de humo de Detritus y ahora estaba protegido de cualquier ataque que me hicieran los Fenixiano. Levanté a ledus liesmas a la altura de mi hombro apuntando al cuerpo de Catherine la chica que estaba liderizando el ataque y sisié.

 

- Silencius -

 

Dije exactamente desde que la chica dijo Strellatus anulando el Tripio sempra que había hecho, en lo que conjuró el hechizo no pudo hacer mas que mover los labios sin pronunciar palabras ya que no poddía hablar.

 

- ¿Te faltó algo cariño? -

 

Mientras tantos el Detritus del nigromante y las necros me estaban protegiendo de todos los rayos y criaturas que venían hacia mi.

[Helen Evans]

Tal como lo había pensado más y más mortífagos entraron en batalla, pues bien, más diversión para nosotras en tal caso, un oso había sido conjurado a mi lado y sonreí sabiendo quién estaba detrás de esa máscara, sabiendo que la que me protegía era mi tía. Me sentía más segura con el animal al lado mío y levanté la vista justo a tiempo para ver entrar en escena a otro mortífago más, apunté mi varita en dirección del mago (CentauroLechuza2013) y dije:

 

— Sectusempra

 

El rayo verde le impactó de lleno en el pecho abriéndole un gran corte que necesitaría curar de inmediato si no quería morir desangrado, otro rayo había viajado hacía mi, pero el oso conjurado por mi tía se interpuso para defenderme, el animal se desangraba ante mis ojos, lo lamentaba mucho pero no podía permitirme caer en batalla aquel día. El aparador que había sido originalmente el animal se mostraba ante mi en el suelo, sobre este rebotó otro de los hechizos enviados, no lo había escuchado nombrar, así que seguramente era algún hechizo no verbal

 

— Sectusempra

 

Dije nuevamente atacando a CentauroLechuza2013, nuevos cortes en su piel se formaron de inmediato de los cuales manaba sangre a borbotones, seguramente no tardaría en morir desangrado en aquel lugar, lástima por los elfos que tendrían que ser los que limpiaran luego.

[Etoile Black]

La tarde había caído y los paseos a esa hora siempre habían sido los favoritos de Etoile. Esta vez se encontraba caminando cerca del Castillo Gaunt; los rayos del sol comenzaban a hacer de las suyas contra sus ojos y le perjudicaba un poco la vista, por lo que se guiaba de los sonidos mientras mantenía la mirada en la acera.

 

Escuchó unos gritos y sonidos de apariciones provenientes de aquel lugar, buscó rápidamente donde ocultarse y en su bolsa rebusco una poción multijugos, una vez que se la tomó su apariencia física cambió, su cabello pasó de rubio a castaño y sus ojos tomaron una tonalidad grisácea, su piel era un poco más morena dándole un aire sensual. Paso su mano diestra sobre el sujetador de su pierna derecha y aferró en su mano la varita que se le había otorgado hace mucho.

 

Desapareció de su escondite y apareció exactamente a las fueras del Castillo Gaunt, entro corriendo por la verja abierta y siguió a paso veloz hasta llegar a la zona de batalla. En su momento se posicionó a un costado de Catherine, esperando las indicaciones de sus altos rangos para hacer algo debido.