Castillo Gaunt • (MM B: 102403)

[Hades Ragnarok]

-<<Un, dos, tres pollito ingles>> -penso el vampiro para si mismo comenzando a canturrear aquel mantra tan infantil, pronto llegaria la hora de acantarlo en voz alta y ese seria el final para aquellos sangre sucias y traidores a la sangre que habian aparecido.

 

-<<Episkey>> -penso apuntando a Anne para que esta quedara curada de aquel strellatus de catherine

 

los ojos negros como la noche se posaron en aquel hipogrifo que se habia colocado frente a él, a pear de que aun tenia el detritus aquella criatura tenia la mision de defenderle, aun asi el ragnatok lo envio a atacar a Etoile, el cual tenia la mision de desgarrarle la cara y el pecho y dejarla gravemente herida.

 

-¡Fuego Negro! -Espetó arrogante, invocando en el acto una bola que levito a tres metros de altura, esperaría que la mima creciera, para lanzarla contra algún posible enemigo que osara aparecer o atacarle. Además esta bola de fuego tenía la orden de evitar cualquier ataque o cosa que pudiera ir contra ella, -¡Fuego Negro! -repitio divertido, invocando una segunda bola que levito a la misma altura que la primera. Ambas tendrían el mismo fin, acabar con quien osara presentarse a darles batalla.

[Evarela Black Haughton]

Hacía tanto tiempo que no entraba a una batalla que un segundo después de que su tatuaje comenzase a arder no pudo evitar fruncir el ceño. Sin embargo, eso fue durante un momento, pues antes de que el mensaje pasara, Evarela ya se había puesto en marcha. Unos cuantos minutos después, salía del Castillo Black ataviada con una capa negra, bastante gruesa, y con la varita en la mano. Todavía no llevaba puesta la máscara plateada pues sería bastante sospechoso que un mortífago saliera de la casa de su familia. Bastante tenían los Blacks ya con que se los acusara sin pruebas.

No tardó demasiado en vislumbrar el Castillo Gaunt, que ahora pertenecía a una de sus hijas pero antes de acercarse demasiado, pasó la mano derecha, completamente abierta, para colocar sobre su rostro aquella máscara plateada que la designaba como seguidora del Señor Tenebroso. Atravesó la verja casi corriendo y no tuvo que buscar demasiado. El escándalo proveniente de la sala de estar del primer piso delató la posición de los atacantes.

— Armáis una fiesta y no me invitáis... ¿dónde queda la educación?

[Felicity]

-¡¡Morphos!! – exclamó, apuntando a una lámpara que había en el lugar sobre una mesita. Esta se convirtió en una tarántula enorme cuyo veneno es mortífero. No tendría orden inicial alguna, por ahora, más que ocultarse bajo uno de los sillones, aquel que estaba a dos metros de ella. Y así lo hizo, sin tener impedimento alguno en su recorrido.

 

Pronto habría una víctima…

 

Volvió a alzar la varita pero esta vez para crear una defensa para ella.

 

-¡¡Avis!! – pronunció con un elegante movimiento de muñeca. Seguidamente y doce pájaros azules fueron invocados de la punta de su varita. Se situaron ante ella, justo a la altura del pecho al acecho de algún ataque físico que pudieran evitar de su invocadora.

 

Ya iban dos aurores muertas, pero otra les daba la bienvenida...

[Emmet Haughton Gaunt]

El vampiro seguía sin ningún rasguño. Vio cómo sus doce media lunas invocadas impactaban en el cuerpo de la mujer (Bel) a la que había atacado. Ya se encontraba débil por lo que el vampiro miró al tigre siberiano que había creado de un sillón que se encontraba en la sala de estar. Estaba quieto a su lado por lo que, acariciándole el suave y fino pelo de la criatura le dijo — ¡Atácala! — le ordenó y envió al animal a atacar a Bel para terminar con ella y poder sacarla del Castillo así se limpiaba un poco de toda peste.

 

No se iba a quedar mirando sin seguir atacando a los demás que iban llegando. Alzó su varita sosteniéndola firmemente mientras apuntaba a Sally y pronunció:

 

— ¡Sectusempra! — un rayo de luz de color amarillo salió despedido de la punta de su arma. Si llegaba a destino (Sally) le producirían a la muchacha un corte profundo en el pecho del cuál brotaría sangre a borbotones y si no lo curaba podría morir desangrada y caería al piso muerta y seca como una pasa de uva que estuvo expuesta al sol. Volvió a levantar la varita y atacó a Sally de nuevo pronunciando — ¡Expelliarmus! — un rayo carmesí salió de su varita el cuál al impactar haría que la varita de la mujer saliera despedida quedando desarmada.

[Felicity]

Felicity miró a su alrededor, eligiendo a quien atacar. Tras ver a las dos parlanchinas muertas se dirigió a la primer auror a la que atacó.

 

-¡Crece-uñas! - el rayo amarillo alcanzó el pecho de Helen Reyes y provocó que sus uñas crecieran de una manera descomunal. No podría apuntar y en cuestión de escasos segundos siquiera sostener la varita por el tamaño de las uñas.

 

Seguidamente dio una orden a su tarántula, que saliera de su escondite y picara a Etoile en la pierna, inyectándole su mortífero veneno para que cayera lo antes posible y sumar una más en aquella batalla.

 

-¡Expelliarmus! – un segundo rayo fue contra Helen Reyes. Este haría que su varita resbalara de los dedos y saliera volando tres metros a su derecha, dejándola desarmada. Si no lo conseguía de una manera lo conseguiría de otra.

[Spectum Crouchs]

Ahora tocaba la hora de Protegerse de cualquier daño en futuro y lo que pensé fue hacer el velo de gas que prtotegía mi cuerpo de cualquier ataque y cualquiera que viniera a decirme algo, nada pasaba por allí, solo salían de mi varita los hechizos provenientes. Vi el cuerpo de otra caída y se trataba de Catherine, Mi Ángel Caído la había asesinado y todo decía que ya los mortífagos estaban dando una buena batalla. Pude sentir el el aire la traición y sin ningún remordimiento le hablé a Etoile.

 

- ¿Que tenemos aquí? Huele a Traidora, siempre supe que tenías ... Combate conmigo... Avada Kedavra! -

 

De mi varita salió toda mis mallas energías, el poder de la magia oscura se concentró en ella. Quería asesinarla, la odiaba y deseaba que la luz se le escapara de los ojos. El rayo de luz verdosa salió de mi varita haciendome temblar el brazo en donde blandia mi arma. Esta traidora moriría lo mas rápido posible y nada de lo que pasara la salvaría de eso. El aura de Evarela llegaba al lugar y la miré desde mi posición sonriendo tras la máscara olivasea ensangrentada.

 

El cadaver de Bel estaba en mis pies y ahora nada ni nadie me quitaría el placer de disfrutar despues de la batalla con el. Tome mi tiempo suficiente y pensé de nuevo en Dos grandes manos fantasmales que aparecieron del suelo cubriendome a mi y a BEl que yacia debajo de mi pié derecho. Mis necros tenían la orden de cubrirme de cualquier ataque mal intensionado.

[Anne Gaunt M.]

Las palabras de una fenixiana de las que habían entrado captaron su atención, y volvió la mirada hacia ella, alzando las cejas a causa de la sorpresa. Tras aquellas palabras, soltó una sonora carcajada y alzó el pulgar hacia ella con gesto burlón.

 

— Querida señorita que no hace más que incordiar —le dijo, con una sonrisa siniestra—. Debería usted dejar de consumir bebidas alcohólicas antes de entrar a cumplir con sus deberes para con su bando, ya que la embriaguez la hace decir cosas bastante idi***s —comentó, con sorna—. Así que deje de incordiar a mi familia y, sobre todo, no se le ocurra amenazar mi hogar y, por tanto, a mi gente. Podría salirle muy caro —amenazó a la mujer (Bel), cambiando su sonrisa por un gesto más serio y amenazante.

 

Tras aquellas palabras, regresó la vista a la batalla, que no se detenía por estupideces como las de aquella mujer. La Gaunt mantuvo la calma y siguió con la varita alzada: si había algo por lo que no quería que se descubriese su afiliación a la Marca, era precisamente para evitar que su familia sufriese las consecuencias de aquello. De repente, un ataque de una de las fenixianas la alcanzó, perjudicándole la visión. Inconscientemente, se llevó la mano derecha a la cara pero pronto uno de sus compañeros, Hades, le lanzó un episkey que la sanó parcialmente. «Episkey», pensó entonces ella, apuntándose con la varita a sí misma.

 

De esa forma, quedaba sanada totalmente del ataque. Tras esto, vio que seguía llegando gente, por lo que apretó los dientes y decidió que le tocaba hacerse una defensa, por lo que pudiese pasar.

 

— Detritus —exclamó. Una fina capa de gas azulado la cubrió por completo, defendiéndola de cualquier ataque físico que le lanzasen.

[Sally Sigel]

Sonrió al ver las máscaras que cubrían los rostros mortífagos, hace tanto tiempo que no veía una de ellas que había llegado a pensar que fueron sólo parte de su imaginación, tal vez el recuerdo demasiado real de alguna historia de cuento que alguna vez leyó en una de sus tantas noches de insomnio.

 

Empezó a buscar entre sus ropas, aquella varita de caoba que no había tenido necesidad de utilizar. Cuando la tomó por el mango se sintió tan incómoda... Aún así la tomó con fuerza, paseando sus azules ojos por el escenario de aquella batalla que comenzara hace ya rato. El interior del castillo definitivamente no era como recordaba, estaba diferente, tal vez aquel recuerdo también fuera un sueño...

 

En ese momento un agudo dolor empezó a hacerse presente en su espalda.

 

- Ardius Aqueora - dijo, una esfera de agua se formó alrededor suyo, curándola parcialmente de la herida en su espalda y protegiendola de futuros ataques en su contra, como el sectusempra de Centauro.

 

Casi había olvidado el dolor también... Y por un momento lo olvidó ya que cayó presa del confundus de Juve, la responsable de aquel dolor también, un fuego maldito impactado sin oportunidad a ser detenido siquiera.

 

- Strellatus - pronunció, en cuanto despertó de su superficial desvarío, aunque para entonces se encontraba colgando por los aires. Y con cierto recelo, como si no estuviera segura de que el hechizo fuera así o de que lograra funcionar. Para su sorpresa, el haz de luz que emergió de la punta de Maomi se dividió en cinco pequeños haces de luz que se proyectaron en cinco mortífagos. Patrick, Spectum, Juve, Felicity y Evarela, todos ellos caerían bajo el efecto enceguecedor del hechizo.

[Rory Despard]

No podía creer las las palabras con que aquella mujer defendía los ideales mortífagos (Felicity). <<Seguro que acaba de ingresar a ese bando, o quizá todavía es aspirante, solo eso puede justificar tamaña comparación sin sentido y tanta clamorosa defensa de la pérdida injustificada de vidas>> , y no pude evitar reirme de como intentaba que su sectusempra me impacte teniendo por delante el enorme mueble de cuatro cuerpos que me había servido para morphear mi leona.

 

<<Algo tan grande atravesado entre ella y yo, claro, la ha protegido del hechizo de Catherine, pero afortunadamente también me ha protegido a mí de su horrendo sectusempra>> pensé agradeciendo a aquel mueble y su afortunada labor, pero de pronto como no podía ser de otro modo, al atacar y al ser tantos los mortífagos (una manada entera) y nosotros apenas unos cuantos, no había podido caer en cuenta de un absorvere que un mortífago (Patrick) me había enviado y que pronto me produjo un dolor inimaginable en el hombro, y sabiendo que toda aquella extremidad pronto estaría gangrenada, sin pensarlo dos veces, cambié de mano mi varita, hacia la extremidad izquierda que todavía tenía sana, recibí los fuegos malditos que dos mortífagos de alto rango (Patrick y Juve) lanzaban a una initié como yo, y solo pude pensar en un primer episkey para curar las heridas dejadas por aquellos dos fuegos que laceraban mi piel, y un segundo episkey más que cumplió la misma labor de aliviar aquellas heridas de fuego maldito.

 

- Interesante cuanto batallan contra una simple initié, tendré en cuanta sus atenciones.

[Hades Ragnarok]

El nigromante observo como llegaba otra asquerosa alimaña sangre sucia a jugar cojn ellos, ya 2 de aquellas traidoras a la sangre habian caido muertas y poco a poco caerian mas. El seria el causante de otra muerte y asi saciaria la sed de sangre. rapidamente obsercvo a aq2uellos fuegos negros que crecian en el techo a un par de metros de el, los cuales en un komneto o de un momneto a otro harian el peor daño que pudieran hacer. Sonrio aun mas divertido mientras pasaba la lengua por los filosos y ponzoñosos colmillos vampiricos. podia sentir en su pecho aquella rabia contenida, si ya pronto todo acabaeria y se llevaria la cabeza de aquellos sangre sucias como premio.

 

-¡Anular Strellatus! –dijo el vampiro apuntando a sally antes de que pudiera hacer su Strellatus. El efecto fue inmediato, ahora no podría usar el Strellatus

 

Otra vez mopvio la varita, no permitiria que la mujer se saliera con la suya.

 

-¡Anular Corpus patronus! –dijo apuntando a sally. El efecto fue inmediato, ahora no podría usar el Corpus patronus

 

Y sin mas volvio a apuntarle a sally sabiendo que sin aquellos hechizos quedaria a la merced de sus compañeros o tendria que salir corriendo a rastras de alli a menos que quisiera dejar las plumas en el lugar.

 

-¡Anular Aqueora! –dijo apuntando a sally. El efecto fue inmediato, ahora no podría usar el Aqueora