Castillo Gaunt • (MM B: 102403)

[Melrose Moody]

Catherine

 

Parpadeé ligeramente la ver las reacciones de la mortífaga. Tenía razón en cuanto a ciertas cosas... aunque había otras que se le escapaban. Por ejemplo. su situación actual. Sonreí aun bajo la luz que traía en el rostro. Su calma representaba una ventaja, aunque por supuesto podían suceder muchas cosas.

 

Tomé las cuerdas que ataban a Mery y la arrastré cerca a nosotras.

 

-Ardius Accio varita de Mery Anne -susurré apuntando hacia ella ya que la tenía cerca.

 

Al instante, el mágico objeto voló a mis manos. Sin mucha prisa, lo guardé en mi bolsillo. Luego, la observé un instante y me decanté por partirla en dos contra mi rodilla. No estaba segura de qué hacer a continuación, pero tenía una idea que quizá podría funcionar. En el castillo solté un profundo silbido que resonó dentro sus muros e incluso fuera de ellos. El eco se repitió una y otra vez, gracias al amplio espacio que poseía la construcción.

 

-Llegaran pronto.

 

Podía percibir la presencia de alguien más, llegando, muy cerca. Quizá afuera.

 

-Corpus Patronus

 

Al instante, el fénix blanco, grande y adulto, surgió de mi varita y sobrevoló a mi alrededor, con cautela. El animal, formado por la magia blanca que inundaba mi interior, me curaría con sus lágrimas y desarrollaría las múltiples órdenes que pudiera otorgarle. Por lo pronto, hacía las veces de protegerme.

[Rory Despard]

Aflojé la cuerda que ataba su boca, yo no había venido por nada, me agradaba que se mostrara colaboradora ¿podía suponer que nos dijera algo? de todos modos, a lo mejor la presencia de otros miembros en la sala y su afán de protegerlos era la razón por la cual la mujer no mostraba la peligrosa faceta que nosotros sí que le conocíamos.

 

-Vaya, resulta irónico pensar que con ideales tan egoístas quieran proteger seres queridos o familia- solté en dirección a la joven, mientras contemplaba a los otros miembros que se quedaban quietos y no hacían nada por proteger a la joven que ahota teníamos atada- lástima que al parecer los sentimientos solo son de un lado ¿no? estoy segura que si alguien se atreviera a ponerme un dedo encima, mi familia saldría cuan leones a defenderme. Una pena que en su familia la gente tenga tan pocas convicciones señorita Mery Anne.

 

Mientras Catherine recogía el arma de la joven, aproveché para conjurar un Morphos apuntando con la varita a uno de los aparadores de la sala que eran usados para guardar la vajilla . El aparador se convirtió en un robusto oso joven que parado sobre sus dos patas medía mas de dos metros, con ojos ávidos y dientes y garras filudas me protegería de cualquier ataque que los contrincantes pudieran lanzarme, los mortífagos eran traidores, así que no podía confiarme.

 

- Morphos conjuré de nuevo, esta vez hacia un pesado mueble de cuatro cuerpos, donde de hecho estaban sentados algunos de los familiares de mery anne, ese convirtió en una leona adulta, de gran porte, con la mirada fija en la puerta del comedor, poderosa y fuerte, que cual si se tratara de un vigilante daba vueltas alrededor de Mery anne y yo, protegiéndonos de los ataques que pudieran enviarnos.

[Patrick Colt]

Avanzo, contagiando los jardines del Residencial Gaunt con su presencia demoniaca a traves de sus rejas ya vencidas a causa del paso de sus compañeros mortífagos. Llevaba su varita en mano, era grisácea, perlada y con una longitud atemorizante. Solo brillaba y cimbraba cuando se trataba de cumplir con los deseos de su amo quien solo se encargaba de repartir luto y dolor por toda Inglaterta.

 

La lengua de luces abstractas en su cuerpo delineaban los trazos de la negra túnica que bailaba cual ilusión a su alrededor. Se formaba por el consumo de energía mágica que habia en su entorno, y que manaba de su habilidad demoniaca, lo que la hacia totalmente intangible.

 

Entro al residencial Gaunt y se topo con Mery, quien era atacada por dos delincuentes mientras estuvo sentada en un sillon. Se coloco a diez metros de todo mago y bruja y apuntó a Pandora.

 

- Expectro Protego - y aunque apuntara a Pandora, la acumulacion de oscuridad avanzo hasta donde se encontraba Mery y la encerro en una burbuja impenetrable y exquisitamente perfecta. Lo mismo sucedio con el, quien parecia observar con sobreactuado asombro la interconexion entre ambas burbujas.

 

- Celerus Anular Strellatus - comentó contra Catherine, erradicando de su magia ese hechizo instantaneamente.

 

- Absorvere - comento y los huesos en los hombros de Catherine y Bel del brazo donde sostenian sus varitas se partieron de inmediato.

[Helen Evans]

— Algún día tendría que terminar de ordenar esto

 

Replicaba en voz alta mientras veía como todas mis cosas estaban desparramadas por el suelo, había enviado a Irri por mis cosas restantes, y de todas formas, no quería ayuda, simplemente quería estar sola; pero aquel cuarto era un verdadero enjambre de ropa revuelta y maletas a medio abrir. En ese momento un hermoso oso polar entró a mi habitación, me paré de inmediato, si había algo que aún me animaba era realizar mi labor como miembro de la Orden del Fénix, sin embargo nunca había visto ese patronus. Cuando habló y reconocí la voz, estuve a punto de ignorar el llamado, no podía batallar al lado de ella.

 

<<Que infantil>> dijo una voz en mi cabeza, tenía que dejarme de todas esas tonterías si quería seguir adelante. Me incorporé lentamente y escuché las instrucciones, salí hacia afuera de los terrenos y una vez que estuve segura que podía desaparecerme, coloqué una luz en el rostro y desaparecí del lugar.Acababa de aparecer en las afueras del castillo Gaunt, nunca había estado en el lugar, pero no tenía nada de esplendoroso tampoco, un gran castillo, jardines, fuentes, más de lo mismo. Vi a dos mujeres a corta distancia de donde me encontraba, caminé entrando en el castillo, había con ellas una bruja ya atada, que imaginaba era la mortífaga que habían ido a buscar.

 

— ¿Y bien?

[Spectum Crouchs]

Aparecí en las afuera de la mansión Gaunt, corría el rumor de que los fenixianos se encontraban atacando a una de mis compañeras de la Marca Tenebrosa. El portón de la andino estaba abierto de par en par y supe que si era cierto, camine lentamente buscando a los culpables del ataque. Ledus Liesmas apareció en mi mano derecha dejando escapar una chispa de luz verdosa, me decía que quería asesinar alguna alma noble.

 

A lo lejos vi la presencia de los fenixianos que estaban en la acción, sonreí abiertamente mientra la máscara olivácea llena de sangre brillaba a la luz del ambiente, la magia negra se escapaba de mi y gracias a mis conocimientos en meteorología hacían caer truenos y comenzaba la tormenta, me adentre a la mansión hasta la sala de estar en la planta baja y sin ninguna noción de tiempo me preparé a la batalla.

 

Ya un nigromante se encontraba en el lugar y se trataba del Cardenal de la muerte Patrick Colt que arremetía contra los fenixiano usando todo su poder.

 

- Buenas Noches Cardenal -

 

Salude a mi compañero y me preparé a la batalla.

[Kahlan Blackthorn]

La mirada de la Malfoy estaba centrada en el cielo, desdibujándose en su mente infinidad de recuerdos que le pasaban por la misma. Percibiendo una ligera brisa que agitó con fuerza su capa de viaje, no dudo en entornar sus ojos hacia el lugar de donde provenía la misma, acariciando con malicia el mango de su katana de levanto del un salto de los jardines Malfoy. Su hora de matar había llegado, no permitiría que la misma pasara sin pena ni gloria.

 

Cubriendo su marmóreo rostro con una máscara plateada, chasqueo sus dedos para aparecer su varita en su mano. Estaba lista, ya no necesitaba nada más para poder ir a matar a placer a Catherine y Bel. Estaban sentenciadas a muerte sin duda alguna, caerían bajo los embates de los hechizo que la demonio lanzara sobre sus cuerpos, masacrando los mismos de una forma aberrante.

 

Saliendo de los terrenos de los Malfoy, cruzo la verja con paso elegante y decidido, desapareciendo en medio de una estela verdosa. Aquella no tardo en llevarle delante de la verja del Castillo Gaunt, dentro del cual vivía su compañera, amiga y hermana Anne. Además de la hermana de esta, la pequeña consentida de la Malfoy Mery.

 

Desenfundando su afilada katana, no se pensó dos veces el profanar con sus pasos los verdes pastos.

 

-Vamos a darles una buena lección…-asintió sintiendo la conexión que esa hoja de plata tenían con la Malfoy.

[Helen Evans]

La batalla sin duda ya había empezado, los mortífagos empezaban a llegar uno tras otro, no podía confiarme en que solamente serían ellos, probablemente venían más en camino, no sería la primera vez que pasaba algo similar; sin dudarlo demasiado levanté mi varita en dirección a uno de ellos, apunté a Spectum y dije firmemente:

 

— Silencius

 

Con lo cual la garganta del mago no podría producir sonido alguno, evitando que pudiera lanzar cierta variedad de hechizos, imitando el último movimiento dirigí mi varita hacía Patrick y apuntándole, repetí el mismo hechizo:

 

— Silencius

 

Ahora ambos magos estaban imposibilitados de producir algún sonido, por lo menos durante un tiempo, lo cual debía admitir que era un gran alivio; sobretodo si pretendían hablar como siempre, cosas sin sentido. Me quedé en calma observando lo que sucedería a continuación, tal vez no hubiese sido tan mala idea acudir al llamado, podría usarlos para practicar mi hechizos, aunque probablemente todos los presentes tuvieran ya más experiencia que yo, no planeaba quedarme sin hacer nada o como una simple expectadora, yo había ido a luchar y eso precisamente era lo que haría.

[Melrose Moody]

Catherine

 

-Silencius -pronunció al instante.

 

El hechizo impactó en el mortífago (Patrick). Aunque no lo conociera, grabó a en su memoria aquella extraña superficie oscura que representaba su rostro. Así, se aseguró de que no lo olvidaría. A la par, el fénix se había lanzado para dañar los ojos de Spectum, quien se vería enceguecido por las garras del animal. Mientras tanto, de paso, había conseguido detener el hechizo que había intentado lanzarle (Celerus Anular strellatus). Así también, quedó mermado el último hechizo que había intentado lanzar (Absorvere) debido a que no había tenido la fuerza suficiente dada por ningún tipo de hechizo que se le permitiera lanzar uno extra en un tiempo inferior al habitual.

 

-Strellatus

 

El hechizo hizo efecto de lleno, cuando el flash de luz avanzó hacia sus ojos, en Juve y Patrick. Ambos mortífagos no estarían en la capacidad de mirar con claridad, tendrían la visión borrosa y encima dolores horribles, plagados de ardor, que les impedirían apuntar con propiedad. En el caso de Juve, el flash tuvo que viajar un poco más. Catherine no sabía al respecto pero supo que este le había dado aun estando lejos de allí.

 

-Tripio sectusempra.

 

El hechizo viajó directo y luego se partió en tres. El primero, fue hacia Juve, el segundo hacia Spectum. Ambos se las verían con heridas abiertas, profundas como surcos y sangrando profusamente que tendrían que curar para no morir.

[Anne Gaunt M.]

Dos mujeres (por las voces) entraron en la sala de repente y comentaron que se llevarían a Mery. La chica no respondió... al contrario, esperó en silencio. Sin previo aviso, las dos la atacaron primero confundiéndola para que no pudiese defenderse y luego la despojaron de su varita. La mujer se estremeció, pero se puso en pie y se colocó delante de su hija Sophie para hacerles frente, e intentando que no se llevaran a Mery. Sin embargo, la pelirroja dijo que las acompañaría, y la licántropa supuso que así pretendía evitar desastres mayores en la sala de estar.

 

— No, aquí nadie va a ninguna parte. ¿Quiénes creéis que sois para entrar en nuestra casa y llevaros delante de mis narices a mi hija? —soltó, con rabia, alzando la varita—. No os lo voy a consentir...

 

De repente, comenzaron a entrar mortífagos y la Haughton soltó un suspiro de alivio. Agradecía que estuviesen allí, ya que así tenían más posibilidades de salvar a Mery y evitar así que le hiciesen más daño del que ya le habían hecho.

[Rory Despard]

Y no había tardado nada en aparecer un tipo que en cuanto pronunció su primer hechizo me quedó claro que se trataba de un mortífago, y lo peor de todo, no mostraba reparo en dejar traslucir su rostro como para que toda la comunidad la fuerza de sus poderes y proteger a una mujer, que con esto dejaba claro el bando al que pertenecía.

 

-Morphos- apunté hacia la indumentaria que llevaba un mortífago (Spectum) sobre el cuerpo y la convertí al instante en una avispa marina que se enroscó alrededor de su torso, pecho y cuello inyectándole su mortífero veneno. Si no se curaba pronto, sin duda aquel veneno acabaría con su vida.

 

-Morphos- murmuré nuevamente apuntando a un aparador enorme, el cual se transformó al instante en un oso pardo adulto de poderosas patas, garras fuertes, con todos sus sentidos perfectos y listos en este caso para proteger a mi compañera que acaba de unírsenos (Helen), que sabía que era mi sobrina y a quien había jurado proteger en el lecho de muerte de Pandora.

Con Mery podíamos haber sido pacientes, pero si ellos venían por sangre, sangre encontrarían.