¤ Ladurée ¤ (MM B: 102947)

[Fydha Guilty]

Cuando el Ragnarok siguió con aquello de que posiblemente hubiera manejado antes mi varita recordé primero a mi madre dándome clases, pero luego mi mente vagó por recuerdos que preferiría que se olvidaran, cuando usaba la magia para causar el caos y el temor, aquellos tiempos en los que yo llamo los años negros.

 

“Es un vampiro” –Escucho la voz en mi cabeza más llena de rabia por haber recordado aquellos momentos en los que estaba siendo engañada- “No merece saber nada de nosotras” –A mi sinceramente no me importaba, solo no lo veía interesante y tampoco quería aburrirle.

 

Entonces vino la camarera salvando el momento, aunque me encontré con otro obstáculo pues… también era de aquella raza –“¿Es que aquí solo hay vampiros?” –Sinceramente, creo que es una prueba del destino, pues las casualidades no existen porque sí, siempre tienen una finalidad de ser, pero era mejor no decírselo a mi hermana o me mordería con su lengua a mí también, solo espero que no pase nada más o perderá el control pues en esos momentos me sentí un poco atrapada entre dos vampiros.

 

-Muchas gracias señora –le digo educadamente al ver que solo había venido para ver si necesitábamos algo- Todo está bien, agradezco su atención. –aunque no sé que diría mi profesor, en mi opinión no había ningún fallo a destacar pero no se cuan crítico es. Decía que los alumnos le temían porque era muy estricto con las cosas pero a mí no me lo parecía.

[Hades Ragnarok]

El vampiro se mantenía atento a cada uno de los movimientos de la chica, principalmente porque si, tenia curiosidad sobre que podía esconder en su mutismo, además aquel brillo en los ojos que cada cierto momento o tiempo aparecía, quizás cuando estaba molesta os e sentía incomoda, pero había notado alguna cosa en Fydha que le llamaba la atención.

 

Mientras observaba los ojos de la Guilty noto que alguien se acercaba lo cual lo puso en guardia, no pensaba que allí, justamente irían los odefos a molestarle, mas aun estando una joven chica inocente presente, quizás lo estaban vigilando si, quizás simplemente lo habían dejado en paz sabiendo que no tenían nada contra él. La voz de Helike llamo la atención del cainita por lo que se limito a observarla y escuchar lo que tenía que decir.

 

-<<Cría fama y acuéstate a dormir>> -pensó el vampiro sabiendo perfectamente a que se refería la chica- Por ahora todo se encuentra bien y la atención es excelente –le dijo a Helike- y claro que si hay algo que no me guste me ocupare de decirle –dibujo una sonrisa- y también espero que no haya inconvenientes ni problemas, es primera vez que entro al lugar por lo que a menos que alguien me este siguiendo pro algún a razón no creo que debería preocuparme de ello ni usted tampoco –dijo divertido- a menos que sea el familiar de algún paciente al que no haya podido curar, o capaz que haya curado y el querían muerto –se encogió de hombros- pero gracias por la atención personalizada.

 

Luego de aquello poso nuevamente su atención en el vaso de té frio que tomaba y en Fydha esperando saber si el contaría alguna cosa o no.

 

@

@@Fydha Guilty

[Rory Despard]

Con @@Emma Dobbs, esperando a @@Zoey A. Quinn

No podía recordar a ciencia cierta si alguna vez había visitado Ladurée en el pasado. Como todo lo relacionado a mi entrañable amigo, compañero y hermano Deiwan, mi memoria parecía tornarse frágil a propósito, como para ahorrarme el sufrimiento que suponía cargar con los recuerdos vívidos ahora que no estaba más en Ottery.

 

Sin embargo, tenía motivos para sentirme contenta y tomarme una buena taza de café y una torta de chocolate. Las cosas en el Ministerio marchaban bien y mi clase de la universidad había resultado todo un éxito, pese a los problemas ocurridos. Así que de pie ante el establecimiento, me quité la gabardina que traía encima nada más entrar al local, y colocándola sobre mi antebrazo, empecé a buscar en el lugar un sitio para sentarme.

 

No tardé en comprobar lo atestado de gente que estaba el sitio, al punto que me costaba dar con un lugar libre. Tras diez minutos de infructuosa búsqueda, me tenté de sentarme junto a una ex alumna mía (Fydha) pero al notar que se encontraba bastante ocupada, me desvié y finalmente quedé de pie frente a una joven que al instante se me hizo conocida, tan parecida a Zoey...mi hija.

 

Negué con la cabeza y parpadeé para cerciorarme que no estaba soñándolo. ¿Cómo aquello podía ser posible? Recordé entonces porqué con tanta insistencia Zoey había querido que viniera a ese lugar ¿acaso ella lo había planeado de esa forma?

 

Inquieta, carraspeé buscando llamar la atención de la jovencita, y tras de forma nerviosa alisar arrugas inexistentes en mi vestido de algodón blanco como la nieve, finalmente hice acopio de fuerzas para dirigirme a ella.

 

- Disculpa ¿puedo sentarme aquí contigo? Eh...ando esperando a mi hija, pensé que ella reservaría un espacio pero no fue así y...espero no te vaya molestar, pero como está tan repleto el lugar...

Tragué saliva. Fija como si fuera alguna clase de estatua, permanecí allí, con la mirada en ella esperando por su respuesta, y confiando en que esa oleada de nervios que sentía en ese momento se disiparía pronto.

[Zoey A. Quinn]

Zoey Ada Evans Macnair.

-Con @Emma Dobbs &

 

 

Decir o siquiera pensar que no estaba asustada era una completa mentira, podía sentir mis propias piernas temblar ligeramente y era consciente de como retorcía mis dedos con nerviosismo. Aunque sabía o al menos pensaba que tenía todo el derecho a estar nerviosa, me sentía un poco débil allí parada en las afueras de Ladurėe tratando vagamente de ver el interior por la ventana en busca de mi madre.

 

Solté un suspiro agudo y una vez más le eche un vistazo a mi reflejo en la ventana del negocio, aquella noche llevaba conmigo un gran abrigo negro que ocultaba por completo el resto de mi ropa, y mi cabello blanco griseasco suelto. De alguna manera quería cubrirme la cabeza con el abrigo, no sabía lo que Bel iba a pensar al verme tan cambiada y eso era lo que me daba miedo.

 

Sin más, me encamine dentro del local en busca de la roja cabellera de mi madre, la cual no tarde en encontrar entre la multitud, me extrañe de verla sentada con otra persona, pero rápidamente lo deje pasar y con lentitud arrastré mis pies detrás de ella.

 

No era capaz de soltar palabra alguna, por lo que simplemente posé mi mano cubierta por un guante de cuero en su hombro.

[Emma Dobbs]

Con @@Zoey A. Quinn y @

- ¿Ho....la? -exclamé extrañada al ver la actitud de una joven desconocida. - Sí, siéntese, si problemas. -sonreí con mucha levedad, simplemente para no mostrar una actitud grosera de mi. Volteé mi cabeza al sentir una pequeña corriente de aire, era uno de los empleados caminando a toda velocidad por el establecimiento. Se habían olvidado de mi pedido y eso no me gustaba en absoluto, así que, no dudé en hacerles un llamado de atención.

 

- Repito... un croissant de chocolate y un café. - el empleado que tantas dotes de velocidad había mostrado anteriormente, se percató de mi llamado y con total rapidez se dispuso a preparar lo que ansiaba. La chica que se había sentado en la misma mesa que yo, no hablaba mucho y parecía nerviosa ¿quién era? No conocía a mucha gente del mundo mágico pero esa mujer me miraba de una forma extraña. - Ehm....- intenté hablarle mirándola a los ojos, sin embargo rápidamente mi mirada se desvió hacia su hombro. Una mano le tocaba por detrás, era otra clienta más.

 

- Siéntate si quieres también, no hay problema. -exclamé deduciendo que ambas se conocían. Además, el local estaba repleto de gente por lo que todo próximo que quisiera acceder, lo tendría complicado.

[Rory Despard]

Con mis hijas bellas *O* @@Emma Dobbs y @@Zoey A. Quinn

Agradecida por su respuesta, dirigí una sonrisa a la joven y tomé asiento. Al parecer llevaba ya su buen tiempo en el lugar, y la escuché dirigirse a uno de los mozos con algo de molestia reiterando su pedido. Era el momento en que normalmente me presentaba, pero todavía, presa de la turbación del parecido de ella con mi hija, no podía articular palabra.

 

De pronto sentí un peso sobre mi hombro. Me giré sin mucho preámbulo, quizá fuera algún conocido y me ayudaba a superar esos nervios, pero el corazón me dio un vuelco al notar que se trataba de Zoey ¡pero como podía estar tan cambiada! simplemente no era ni por asomo la niña de adorable apariencia que conservaba en las fotos del album de la familia en la biblioteca del Castillo.

 

- Zoey...¡tu hermoso cabello!- me paré como si hubiera tenido un resorte en la silla y abracé a mi hija con la mayor fuerza que me fue posible- podrías haberme avisado antes ¿sabes? como para evitarme el sobresalto ahora.

 

Reí, y alcé la mano lo más posible para desordenarle el cabello. Sí que había crecido también, y ahora estaba mucho más alta que yo. Toda una hermosa (e inquieta) jovencita en la flor de su vida. Escuché hablar nuevamente a la muchacha desconocida, esta vez ofreciéndole asiento a mi hija, y decidí entonces a hablar también yo de una vez.

 

- Muchas gracias por tu amabilidad, mi nombre es Bel, Bel Evans McGonagall- cogí la mano de mi ahora peliblanca hija y con una sonrisa proseguí- y ella es mi hija, Zoey Ada Evans, que acaba de volver a Ottery hace apenas unos días- solté una leve exhalación antes de proseguir- ¿y cuál es tu nombre? ¿llevas mucho tiempo aquí en Ottery? Llevo tanto tiempo aquí que la mayoría de personas me son conocidas, y tú también te me has hecho familiar aunque quizá y solo me pareció.

 

¡Lo había dicho! bien, era cosa solo de esperar. El mozo llegó con el pedido de la joven y mientras lo servía, dejó las cartas a mí y a Zoey para que hiciéramos nuestros pedidos. No podía sentirme más aliviada de que lo había hecho en el momento oportuno, pues me diatraería pensando en que pedir en lo que conseguía dominar esos incómodos nervios.

[Fydha Guilty]

Cuando la mujer se fue mis ojos grises vuelven a atender al vampiro que tengo en frente y siento con la rabia de mi hermana que esta estaba comenzando a preparar su plan. Sin duda sería el de siempre pero al saber que es un profesor y que no parece un chico fácil lo irá a planear bien ya que tampoco le gusta arriesgarse sabiendo que es más fuerte que ella. Al menos aquello me daría tiempo y espero poder evitar que vuelva a asesinar gente como pasó con aquel chico en la taberla La Rosa Negra. Todabía me acuerdo de aquel hecho.

 

Tomo un sorbo de mi café pensando que era mejor no seguir con aquel silencio que se había formado gracias a la interrupción. Sin duda dos personas antisociales juntas no eran buena opción para tener una charla, pero aquel obstáculo de no saber con qué hablar con las personas era algo que quería superar por lo que tengo que hacer un esfuerzo y volver a la pregunta que mi profesor me había dado.

 

- Fue mi madre quien me enseñó todo lo que sé de duelos -le digo, ya que era un profesor de duelos hablar sobre duelos que sería un tema agradable para él- Aunque personalmente... no me gusta mucho -le confieso sin saber que pensaría él- No quisiera abusar de mi poder ni herir a nadie -digo recordando todas las catástrofes que en mi tiempo había creado, no había luchado con nadie directamente como hasta ahora pero mi hermana si había llegado a matar y a destrozar edificios importantes, aquello era algo que no quería volver a desatar. -Mi madre se llamaba Carrigan Guilty- aunque dudo que haya podido conocerla Hades puede comprobar que cogí el apellido de mi madre.

 

Entonces recuerdo algo que siempre tenía conmigo, de mi bolso saco un libro y de este una foto para mostrársela. En esta estaba mi madre. Sin duda se podía ver que el gusto gótico lo saqué de ella. Me gustaba mucho esta imagen y por eso es la que guardé con mayor cuidado porque es donde se muestra no solo su belleza sino también su poder. Me gustaba mucho verla de vez en cuando.

Editado 5 de Septiembre del 2015 por Fydha Guilty

[Emilia Malraux]

caminaba sin rumbo por las calles empedradas del callejon diagon, solia pasaear muy poco por aquel lugar, ya que era una joven tímida y los lugares públicos le daban un poco de miedo. Pero le habia prometido a su hermano que intentaria sr mas extrovertida por lo que habia decidido salir a dar un paseo, quizas tomar un té.

 

lo cual era una vieja costumbre que tenia de su ciudad natal Lyon, la cual habia dejado en 1820 y jamas habia regresado a esas tierras francesas. sus ojos miraban cada una de las vitrinas de los diferentes locales que adornaban el callejón, cuando dio de golpe con una tienda, un tienda de donde salia un delicioso olor a hierbas e infusiones de te, mezclado con la distinta variedad de olores que se mezclaban.

 

Al entrar tuvo que pestañar un par de veces, pues habia viajado en el tiempo a los antiguos salones de época francesa que se habian vuelto una moda en los años de su humanidad, camino hasta una mesa donde se sento con cuidado de no arrugar su vestido , a esperar alguien la atendiera.

[Hades Ragnarok]

El Ragnarok observo los ojos de Fydha esperando saber si el contaría alguna cosa, la verdad es que era normal que de una u otra forma la chica desconfiará o no quisiera contar algo, simplemente se habían conocido en clases y de allí no habían cruzado ningún tipo de palabras hasta aquella tarde en aquel café. Suspiro y bebió otro trago de su te frio.

 

Luego de un minuto la chica comenzó a hablar, el vampiro escucho atentamente sin interrumpirla, lo mejor era dejarla hablar y luego si era necesario hacer preguntas. Cuando la joven menciono a su madre el Ragnarok tomo aquella foto y la observo atentamente. Dibujo una sonrisa aquella mujer era hermosa, no había dudas pero sabía que la había visto en algún lado, si, su memoria era mala de eso no había dudas y todos quienes lo conocían lo sabía, para lo único que no era malo o su memoria si el funcionaba era cuando tenía que mover la varita para quitarle la vida a algún sangre sucia o traidor a la sangre. Ladeo la cabeza e intento recordar mientras le devolvía la foto a la chica.

 

Entrecerró los ojos y se forzó un poco, si estaba seguro que no había conocido a la mujer pero sí que la había visto.

 

-Entiendo perfectamente cuando dices que no te gusta mucho tener duelos –comento- la verdad he tenido muchos alumnos así que simplemente ven la clase para graduarse o para saber lo necesario para poder vivir tranquilamente en su vida normal –dijo- aunque te aseguro que muchos estaban que no sabían tomar una varita, pero en ti parece innato y eres buena en ello –comento sonriéndole para seguir rompiendo el hielo.

 

Al escuchar el nombre el vampiro siguió pensando, si, había visto aquella cara y había escuchado el nombre en algún lugar, quizás, el Ragnarok debía hacer muchas más preguntas para encontrar la pieza que el faltaba en todo aquello.

 

-Espero no le moleste que pregunte, pero… y su padre?

 

@@Fydha Guilty

[Fydha Guilty]

Cuando el profesor dijo que parecía innato que pudiera coger la varita aun sin saber luchar mi mentre bagó por un momento al pasado nuevamente. Debería de dejar encerrarme en el pasado, lo sé, pero es algo que no puedo evitar. En aquel tiempo mi madre me estaba enseñando los hechizos básicos para que tuviera una idea del tema, casi no necesitaba su ayuda y lograba hacerlo por mí misma incluso, como si fuera un instinto o una habilidad. Más bien, como ella decía...

 

"Tienes el don de tu padre" -Sus palabras resonaron en mi mente, pocas veces mi madre hablaba de él, pero cuando lo hacía sus palabras salían con un gran cariño y comprensión. Para que yo no estuviera preguntando o odiara a mi padre por no estar, ella me explicó cuando tuve la edad adecuada lo que había pasado y porqué tuvo que marcharse. Realmente yo no sentía nada hacia él, ni ira ni tristeza, pues no le conocía y él no me conocía a mí. Siempre me pregunté si alguna vez supo de mi existencia pero tampoco era algo que me pusiera triste, será que mi madre se aseguró de darme todo el amor que necesitaba para reemplazar lo que podría hacer un padre.

 

Entonces el Ragnarok llamó de nuevo mi atención al mundo presente, tengo que admitir que aquella pregunta no me la esperaba, nadie preguntaba por aquella pieza faltante que nunca llegué a mencionar y que procuraba no tener en mi mente, tampoco sabía como pensar en él pues mi madre a penas me dio unos pocos rasgos que lo caracterizaba. Se notaba que lo alababa mucho pero posiblemente no quisiera hablar de él para no caer en tristeza al no sentir su presencia cerca de ella. Me pregunto... si ahora mismo habrán conseguido encontrarse...

 

Una canción sonó en mi mente, triste y melancólica, por un momento me pregunto si está realmente en mi mente o si estan tocando el piano en aquel lugar pues la escuchaba con tanto detalle y me envolvía en aquel ambiente de tal manera que parecía ilógico que solo la estuviera escuchando yo. Tomo aire y llevando el borde de mi taza a los labios tomo un leve sorbo de mi té para luego volver a apollar la taza sobre la mesa y mirar las hondas que se habían formado y desaparecían del líquido que esta contenía.

 

- No lo sé -le confieso- Nunca le llegué a conocer. -levanto la mirada para verle, aquello siempre parecía una historia triste pero para mi no lo hera, simplemente era algo que desconocía- No se preocupe, no se quien es así que a penas me afecta, no tengo ni rencor ni tristeza. -aquello debió de confundir a mi profesor, y por su expresión debo de estar en lo correcto con ello.

 

Pienso un momento lo que voy a decir -Mi madre a penas de habló de él. Decía que era un gran guerrero, ábil sobre todo en el arte de la espada -aquello me recordó que siempre tuve una gran atracción y deseo por querer obtener una katana y poder manejarla, mi madre nunca me lo contó pero lo más provable es que aquello lo sacara de mi padre, debía tenerlo en la sangre- Destacaba bastante, sobre todo porque tenía una larga melena plateada y sus ojos tenían un brillo verde que llegaba a intimidar.

 

Por una milésima de segundo, mi hermana quiso tomar el control para mostrarle a Hades el legado de aquel ser. Frente a él, mi apariencia había cambiado radicalmente, mis ojos tenían un brillo de aquel color de la hierba y mi cabello, más corto y algo más desordenado, ahora era plateado. Mis facciones también habían cambiado ligeramente, siendo aun más pálida mostrando una belleza que mi madre mencionaba la "belleza de la luna" Por ser tan blanca como la misma. Sin embargo aquella imagen a penas duró una fracción de segundo y mi aspecto volvió al de siempre, con solo un par de mechas plateadas dispersas por mi largo cabello.

 

Seguramente mi profesor pensaría que aquello había sido una ilusión, pero sin duda había sido la misma imágen que yo había descrito, solo que en el género opuesto. -Su nombre era... -mis labios se volvieron a abrir para terminar aquella frase- Zephyrus.

 

@Hades Ragnarok