~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

-Bueno el pasado de la mayoría de la gente no es lindo hermana - le dije a Jessie cuando se vio sorprendida por mi revelación de sangre con los Malfoy, hice una mueca - Pero dejemoslo en que hace parte del pasado negro de mi madre - era la única que sabia del pasado negro de mamá, al ser la menor de todos ya que tanto Jess como Matt crecieron lejos de ella y bueno al yo nacer viví tan protegida tanto por mi padre como por mamá.

 

Suspiré, aun sentía que estaba en deuda con mis hermanos por tener a mamá mas tiempo del que ellos pudieron, negué con la cabeza y centré mi atención en mi hermana, adoraba los cachorros de Estrella, era bueno que la casa tuviera vida y la que hubiera mas forma de generar bullicio, no pude evitar echarme a reír por su sobreprotección y por su repentina ira, le sonreí:

 

-Estoy embarazada y estoy comprometida- le sonreí a mi hermana y espere a que reaccionara, de cualquier modo mi prometido tenia ya prometida una flecha con su nombre por parte de mi madre y una buena discusion con Matt, a saber que le haria Jessie

[Jessie Black Lestrange]

Esto de estar platicando en la entrada de la Mansión Malfoy con mi hermana era de lo más loco que jamas hubiera imaginado que pudiera pasarme en la vida. Mis hermanos eran sabios, ambos. Esperaba aun seguir teniendo tres hermanos, porque cada que me iba mami salía con otro hermano nuevo, con que siguiera así la cosa seguro tendría unas palabras con mamá y papá para hablar de métodos anticonceptivos. Me reí de mis propias ocurrencias, no sabía que cara pondría mi hermana si se enteraba lo que estaba pensando.

 

-Mamá tiene un pasado muy oscuro, bueno, creo que por eso somos como somos- me encogí de hombros mientras seguía riendo de mis ocurrencias.

 

Más me sorprendí muchísimo al escuchar la respuesta de mi hermana y que aun se lo tomara tan a la ligera. Me sorprendía que ese chico siguiera vivo con lo sobre-protectora que era mamá y no se diga Matt, aquel chico podía ponerte un ejercito de Inferius para protegerte si era necesario.

 

-¿Sigue vivo aquel tonto?... ¡No espera! ¡Mamá sabe esto, o se lo estas ocultando? Juro que cuando lo vea... ¿Lo conozco acaso?.

 

Si, tal vez me había alterado más de lo normal, porque el cachorro comenzó a temblar aun estando yo abrazándolo y eso no pasaba, yo los había visto nacer y le había ayudado a su madre en el parto así que los conocía como la palma de mi mano. La observé detenidamente poniendo mi mano libre en mi cadera y frunciendo el ceño.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Me eche a reír ante la reacción de Jessie, era algo así como lo había pensado que reaccionaria, aunque me daba algo de terror decírselo a mi abuela o a mis tías, de seguro salían disparadas de allí para matar a mi prometido solo por mancillar a su dulce niña, me cansé un poco de estar de pie en la entrada de la mansión de mi abuela y me senté en los escalones de la entrada de la mansión y le hice señas a mi hermana de que se sentara junto a mi, esperé un poco mientras miraba al cielo y le contesté a Jessie:

 

-Estoy prometida con Sean, hemos tenido una relación casi por un año, me pidió en matrimonio hace algo mas de 3 meses y tengo 6 semanas de embarazo, obviamente mi mamá no lo sabe, aun no, acaba de regresar de su retiro espiritual y bueno estoy buscando el momento oportuno y Matt... bueno he convencido a Matt de que no le haga nada, pero esta preocupado por mi, por mi embarazo, no ha empezado de un modo fácil y todo se ha complicado por el envenenamiento en la sangre.

 

Me quedé mirando al cielo recordando todo lo que había pasado en los anteriores meses, hice una mueca pensando también en papá y empecé a darle vueltas al anillo de zafiro que Sean me dio por nuestro compromiso, miré a mi hermana:

 

-Sean me ha mantenido viva, con su sangre, su magia y sobretodo ha intentado ayudar a Matt a convencerme para que yo mantenga al bebé, aun lo estamos debatiendo, Matt se valdrá de cualquier ayuda que tenga a la mano para convencerme pero yo soy mas realista que cualquiera de los dos: se que no puedo conservar la vida de ambos. O soy yo o es mi hijo, pero ambos dudo mucho que vivamos.

[Jessie Black Lestrange]

-No puedes estar comprometida con él, es un... es que es un... -estaba furiosa, como era posible que mi hermana saliera con alguien como él, la verdad no lo entendía, no sabía como mi hermana lo soportaba y todavía para rematar el asunto estaba esperando un crío de él.

 

-Cuando se entere mami pegara el grito en el cielo y no entiendo como Matt esta de acuerdo con todo esto la verdad, él más que nadie sabiendo como es el chico- daba vueltas de un lado a otro, estaba molesta, como mi hermana, mi única hermana salía y se comprometía con un idi*** como ese.

 

Me pare enfrente de ella, dejando al cachorro a mis pies, le di la espalda y comencé a caminar formando un circulo por donde caminaba, el cachorro estaba detrás de mi siguiendo mis pasos brincando y jugando. Aun estaba el problema del envenenamiento de mi hermana, no sabía porque pasaba eso. La observaba mientras me daba la explicación, no entendía como es que ese chico ayudaba a que mi hermana se mantuviera viva, negaba molesta, mi hermano, mi hermana y ahora... ¿mi cuñado? me ocultaban cosas. No era posible que esto estuviera pasando esto justo cuando volvía, justo cuando quería estar un momento tranquila en casa.

 

-Me vas a tener que explicar todo y si tengo que colarme en Santos Mangos para revisarte lo haré, así que cuenta, que tal parece que nos quedaremos aquí un buen rato charlando.

 

Me senté a su lado abrazando al cachorro para no comenzar a gritarle a mi hermana.

[Mei Black Delacour]

Hacía tanto tiempo que no salía de caza… Bueno, en realidad hacía unos días atrás, pero esa experiencia no contaba del todo, había sido bastante aburrido dado que no había tenido el resultado deseado. En aquella ocasión se había dado unas vueltas por Ottery, pensando en lo aburrido que estaba resultando los días, cuando de repente una lechuza llegó volando hasta ella, trayendo una nota consigo.

 

La tomó y la leyó antes de que la lechuza se fuera volando y, en cuanto terminó de leer la misma, la apuntó con la varita y la incendió, eliminando así todo rastro de evidencia.

 

Había deseado que alguien hubiese visto la sonrisa, pero con la luz que llevaba en su rostro era imposible hacerlo. Alzó una vez más la varita al aire y exclamó en un bajo pero orgulloso susurro:

 

–Expecto Patronum.

 

Inmediatamente un sinfín de Joberknoll salieron de ella en busca de algún miembro de la Orden del Fénix disponible a acompañarla, y sin más, se giró sobre sus propios tacones y, moviendo la capa de viaje que llevaba por encima del vestido corto, comenzó a caminar en dirección al destino. No tardó demasiado en llegar, a fin de cuentas se hallaba cerca. La mansión Malfoy, aquella ya tantas veces visitada por su persona, se alzaba a unos metros delante de ella. Sabía que había movimiento en el lugar, estaba segura, a fin de cuentas, acababa de recibir aquella información.

 

–Ah, pensé que estaría sola – comentó como quien no quería la cosa al oír los pasos detrás de ella. Tenía compañía, por lo que aquello no tardaría mucho.

[Jank Dayne]

Hank Dayne

 

El llamado de Mei hizo que arroajara el paquete de Meigas Fritas que llevaba comiéndose toda la noche. Tenía tantas en la boca, que ni siquiera se acababan de derretir las bolas de helado en la garganta cuando ya estaba a dos metros sobre el suelo, pataleando los pies. Pero la responsabilidad podía contra todo, incluso con la magia. Terminó de tragar y se desperezó rápidamente, alzando los brazos para recibir los fríos vientos de invierno que ya le helaban las mejillas y le entumecía las piernas. Le resultaba profundamente fascinante.

 

El Jobberknoll le guió hasta cierto punto, lo suficientemente cerca de su destino, donde decidió hacer desaparecer la boluta de luz y seguir a solas el camino hacia la Malfoy que había almacenado en su memoria. Eso también le hizo pensar que hacía meses que no la vistiaba, por lo que Mei tendría que tener una buena razón para irrumpir con la privacidad del majestuoso hogar de los ministros. Aunque sinceramente, para él, solo había que fijarse en sus hijos para sospechar de sus raíces.

 

- Ah, pensé que estaría sola...

 

- A veces la soledad no es una buena compañía - dijo, mientras se acercaba lo suficientemente al portón que protegía la Mansión. Sus metales se iban retorciendo a medida que Hank se acercaba cada vez más, frunciendo el ceño, después arrugando las "expresiones". Sabía que podía sentir su energía y deducir sus intenciones. Pero, estando a un punto ventajoso, Hank extrajo a Libra de su zapato izquierdo e hizo falta un simple movimiento en cruz para hacer volar en pedazos las verjas de hierro forjado, haciendo que se desviara cada trozo que podía llegar hacia Mei o él. Con una reverencia le dio señas de que pasara primero y, una vez dentro, se encaminaron hacia la entrada principal. Hank prestó atención al jardín que atravesaron y después, a los detalles de la puerta. Las serpientes le recordaban a sus amigos de Slytherin, y la pureza del roble estaba prácticamente diseñada para fabricar centenares de varitas. Pudo sentir la magia en cuanto la abrió.

 

Una vez dentro, iluminó a Libra en la punta y recorrió pocos metros más hasta llegar a las escaleras principales, haciendo sonar a propósitoo el marmol con sus botas de punta metálica, allí donde localizaron a su objetivo. Apuntó a Jessie al instante, preguntándose por qué estaría tan cerca de la entrada en lo que parecía ser una conversación sumamente intensa.

 

- Creo que tenemos que arreglar unos asuntos..

[Mei Black Delacour]

–Rara vez la soledad es buena compañía en realidad.

 

Comentó para cuando vio cómo Hank era el encargado de deshacerse de aquel portón tan molesto que siempre era el que se interponía entre la Orden del Fénix y los terrenos en sí, por lo que le hizo un asentimiento de cabeza en señal de aprobación, en aquella ocasión ella había olvidado hacerlo y el muchacho se le había adelantado.

 

Caminaron, avanzando por los jardines delanteros, viendo la silueta de dos mujeres en la entrada de la mansión, más precisamente en los escalones, ambas sentadas. Mei reconoció a una de ellas, su objetivo, y aunque la reconocía como tal, también la reconocía por motivos ajenos a ello. Hacía mucho tiempo no veía a Jessie, hacía mucho tiempo había desaparecido luego de haberse ido del bando, y allí estaba, en los terrenos de la Malfoy, seguramente esperando entrar. Mei, en su tiempo anterior, nunca lo habría podido creer, pero a esa instancia de su vida, ya nada le sorprendía.

 

Su mirada era fría, aunque nadie podría verla, y su postura delataba que estaba lista para atacar. No, ella ya no dudaba, los golpes que había recibido en su vida se lo habían enseñado a la fuerza.

 

–Disculpen, señoritas, – dijo al fin, alzando la varita y apuntando directamente a Jessie – pero tendremos que interrumpir la charla que están teniendo. Espero puedan entenderlo, una de ellas sobre todo lo entenderá.

 

Y sin más, la castaña movió rápidamente su varita, preparándose para el ataque.

 

–Silencius – dijo, haciendo que el efecto impactara inmediatamente en Jessie, siéndole imposible de realizar hechizo alguno que requiriese del habla ya que se vería privada de la misma – Morphos – agregó la Delacour, haciendo que una piedrita del tamaño del puño de un bebé que se hallaba entre la hierba, a unos tres metros de la mortífaga, se transformara en una araña de rincón que inmediatamente se dirigió a atacar a Jessie, teniendo la orden clara de trepar por su pie y colarse por debajo de su ropa para picarle en la pierna, inyectándole el veneno del cual el arácnido disponía.

 

Luego de hacer eso, notó que su compañero no estaba con ella… ¿adónde se había metido? ¿Es que acaso…? ¡¿Había entrado a la casa directamente?!

[Jank Dayne]

Hank Dayne

 

Las ilusiones ópticas ya se le hacían comunes luego de tantos aturdimientos y caídas en batalla(?) por lo que no tardó en comprender que no había gran cosa dentro de una mansión muda, donde lo que más atemorizaba era la mismísima soledad y no sus habitantes. Aun con la cabeza alta, Hank volvió a encontrarse con Mei y Jessie en la entrada, y se posicionó a un lado de la primera, justo cuando ésta propinaba los ataques respectivos a Jessie. Si tenían suerte, la lista de The Hunters tendría otro nombre tachado y un cabello extra para analizar y, posiblemente, usar en un futuro.

 

- Será mejor que te alejes de ella - le dijo a Perenela, apaciguadamente. No tenía intenciones de asustar sin necesidad, y más cuando en realidad sus palabras tenían un peso significativo. No merecía pasar el resto de su vida en resto por una compañía tan oscura -. Estoy seguro que no tienes intenciones de unirte a esta guerra, ¿o sí? Te recomiendo que escojas mejor a tus amistades, incluso cuando hayan hilos sanguíneos de por medio. Esto nunca termina, pero cuando se detiene, siempre hay lamentos - estiró el brazo, mostrándole la salida con un gesto sutil -. Irte es lo mejor que puedes hacer, la Mansión Malfoy nunca será un lugar seguro.

 

Mei había culminado justo cuando él lo había hecho con Perenela. Y fue entonces cuando alzó la varita solo para decir:

 

- Expelliarmus!

 

De su vara mágica surgió un largo rayo escarlata que recorrió unos seis metros que le separaban de Jessie y chocó contra su varita, la cual voló a tres metros a su derecha. El tiempo en que tardaría en buscarla y el que emplearía en defenderse no sería el suficiente ni por muy veloz que actuase. A Hank le extrañó que para esas alturas sus compañeros de bando no estuviesen allí, defendiendo. En otras ocasiones habían servido como escudo en favor a Jessie y a muchos otros mortífagos visitantes de la Malfoy, ¿por qué sería la excepción? ¿Ya había pasado de moda el protegerse unos a otros?

 

- Floreus!

 

Exclamó al final, sintiendo una leve vibración en la muñeca. De la varita de Jessie no saldrían más que margaritas marchitas en su próximo encantamiento, por lo que literalmente estaba bloqueada por todos los flancos posibles. La misión había funcionado.

[Mei Black Delacour]

Negó varias veces con la cabeza al ver que Hank regresaba y llegaba hasta donde ella y las otras chicas se hallaban. No pudo evitar soltar una risita muy baja en cuanto vio su rostro, intentaba imponerse ante la situación, pero la verdad es que no dejaba de ser realmente graciosa.

 

Evitó lanzar una risotada, a fin de cuentas el Demon Hunter estaba dedicando unas serias palabras a Perenela, por lo que, haciendo uso de toda su fuerza de voluntad, aspiró y volvió a centrarse en lo que estaba sucediendo.

 

Uno, dos, tres. Y ya todo había acabado.

 

Jessie había terminado desarmada y envenenada, veneno el cual no tardó en consumir todo su sistema nervioso, causándole una nada agradable muerte. Sólo en ese momento fue cuando Mei retomó la seriedad en sus fisonomías. La muerte no era algo por lo cual reírse, nunca lo haría, así se tratara de su peor enemigo.

 

–Lamentamos esto, – dijo para que la otra muchacha la oyera, agregando en un tono más bajo: – pero el deber es el deber, y no admite excepciones.

 

Giró sobre sus talones, dándole la espalda a la mujer y sin detenerse a ver más la escena, comenzando a caminar en dirección a la salida de los terrenos. Alcanzó a ver que Hank la seguía por detrás, por lo que, en cuanto llegaron a la salida y estuvieron lo suficientemente lejos, la Delacour tomó de la mano al Demon Hunter y desapareció junto al muchacho para dirigirse hasta el Callejón Diagon, lugar donde dejarían la información de lo sucedido.

 

 

 

OFF

Luego de pasada una hora de enviados los ataques, los mismos se dan por impactados, por lo que Jessie Stabolito muere y por ende debe dirigirse al centro clandestino de la marca tenebrosa para curarse. Hasta no haberlo hecho no podrá rolear en Ottery o el Callejón ni entrar a alguna situación de batalla.

 

¡Saludos!

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

¡Oh vamos es en serio! Esto tenia que ser una maldita broma y era por este tipo de cosas que odiaba visitar a la familia de mi padre, aun así no había nacido la primera persona que me dijera que tenia que hacer, y la única que lo había hecho había muerto hace ya 7 años, puse mi mejor cara: la que era totalmente inexpresiva y escuché casi que con aburrimiento la diatriba que me lanza el joven que había irrumpido en la mansión de mi abuela mientras la figura femenina atacaba a mi hermana.

 

El cachorro que llevaba mi hermana en la capa había corrido a esconderse entre las plantas de alrededor, sino tal vez hubiera sido herido de nuevo, fruncí el ceño en una leve arruga mientras pensaba las cosas que mi boca no iban a decir: ¿Guerra? Hacia mucho tiempo no había escuchado esa palabra, aun cuando no era tonta, sabia que mis familias estaban en medio del conflicto pero tanto como para llamarlo guerra entre los dos bandos era demasiado.

 

Hice todas las muecas mentales mientras el interpelado me decía que debía buscar mejores compañías y cortar lazos incluso si tenían lineas de sangre, se notaba que este tipo no tenia ni idea alguna de la gente con la que habitualmente me reunía, con quienes trabajaba o incluso quien era mi familia y se notaba que no tenia ningún vinculo familiar o amoroso que lo atara a alguien, aun así guardé sus aromas en mi memoria para rastrearlos después.

 

Los vi marcharse, hice una mueca y me volví para buscar a Jessie pero también había desparecido, es que esta visita a mi familia iba a ir en mal en peor, aun así respiré y apoyé mis manos en mi rostro, esperaría a ver si Jessie aparecía o si algo más iba a salir mal