Jump to content

~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)


Crazy Malfoy
 Compartir

Publicaciones recomendadas

La joven siguió durante algunos segundos a la elfina y cuando esta se detuvo la chica la imito, miro al frente encontrándose una hermosa puerta tallada de manera elegante, esta se abrió de improvisto y dio paso a una sala con decorados majestuosos y dentro de esta se encontraban dos brujas.

 

A una la conoció de inmediato, se trataba de Felicity, que la saludaba animadamente, la joven fijo su mirada en la otra chica que se encontraba en la habitación.

 

-Hola Felicity, sí que ha pasado tiempo- dijo sonriendo, mas para la joven desconocida que para Felicity- No te preocupes, no tengo conmigo tantas cosas- camino adentrándose en el salón- Claro que me quedare por aquí algún tiempo… o eso espero- una sutil risa invadió la habitación.

 

La chica se mantuvo de pie mirando a la joven que se encontraba sentada, su cabello de un suave rubio platinado caía delicadamente sobre sus hombros, piel blanca como el mármol y sus ojos color miel que resaltaban perfectamente en su rostro de rasgos bien definidos y delicados.

 

-Pero veo que tienes visita, espero no estar importunando mucho- la joven acepto la invitación de la mujer y se sentó con elegancia digna de los Malfoy en un sillón quedando a un lado de la rubia- Dime Felicity ¿Cómo han estado las cosas por aquí?- su sonrisa era suave pero divertida, mientras miraba a la joven con un destello de curiosidad en sus ojos, cosa bastante natural en la pelinegra.

http://i.imgur.com/O9owX.gif

||
http://s6.tinypic.com/2mcsmqq_th.jpg

http://i.imgur.com/qWV38dB.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La puerta no tardó en abrirse, todos los músculos de su cuerpo se tensaron y se preparó para lo que fuese que la recibiese del otro lado, más sus pupilas se dilataron volviendo sus ojos completamente negros al toparse con quien deseaba, él estaba allí, como esperaba desde un principio, cuidando de su hija y esperando que llegase. Sin decir siquiera una palabra dio un paso al frente, extendiendo los brazos por inercia y rodeando al Malfoy, que por desgracia no tuvo escapatoria, sostenía a la bebé con ambos brazos, por lo que de haberlo visto venir, no podría haberla detenido ni aunque quisiera; —Gracias, Gracias, Gracias— repetía ahogando unas cuantas lágrimas en su pecho, la calidez y la cercanía de su hija le habían hecho bajar la guardia más de lo que debería en zona de riesgo.

 

El rubor invadió sus mejillas cuando cayó en cuenta de lo que estaba haciendo, su corazón latía con fuerza y las piernas le temblaron violentamente, amenazando con dejarla caer de no apartarse cuanto antes, —Lo siento..— se disculpó desviando la mirada hasta sentir que su rostro dejaba de hervir por un segundo, le debía todo lo que era y todo lo que Ámbar sería algún día a él, Alexander había llegado sin previo aviso, había confiado en ella sin saber lo que hacía y había rescatado a su hija sin siquiera chistar u oponerse, ¿Cómo pagaría tal hazaña?, a fin de cuentas no era tan detestable como ella pensaba, de no ser por su ex compañero de Academia todo habría acabado de la peor manera en la Mansión Macnair, puesto que Arya pensaba desatar una batalla campal entre Sean y Cissy de no conseguir a su hija, y posiblemente hubiera perdido.

 

Lentamente deslizó sus brazos por entre los del mago y tomó a su hija, el aire se le agolpó en los pulmones y por un momento se sintió ahogada, —No sé como pagarte ésto ... Yo solo ...— no lo miraba a él, ya no, sus ojos habían encontrado algo más interesante que ver, ¿Tanto tiempo había pasado desde que se la habían arrebatado?, tres largos meses, y Ámbar ahora contaba con siete meses, se había perdido demasiado y eso provocó que un nudo en su garganta se deshiciese en forma de transparentes lágrimas, —Gracias por aparecer— musitó, los labios le temblaban y no quería decir nada que pudiese arruinarlo todo.

 

—Lamento haberte hecho pasar por todo ésto— Dijo por fin luego de guardar varios minutos, incómodos, de silencio.

 

Acunaba a su hija con dulzura, jamás había visto cosa más hermosa en toda su vida, la niña la miró por un instante y ese instante se le hizo eterno, ella tenía los ojos de su padre, claros y del color de la miel, por ello su nombre, "Ámbar", entonces supo que cada vez que la mirase, por el resto de su vida, estaría mirando a Aziid, donde quiera que estuviera. Acomodó su abrigo de repente y volvió a levantar la guardia, siempre alerta, —Quizás será mejor que me vaya— dijo de forma rápida, —No quiero molestarte más de lo que ya lo he hecho— agregó con una mueca torcida de sus labios, lo extraño era, que no quería irse, o no sentía la necesidad de hacerlo, muy por el contrario, se sentía protegida allí, bajo la sombra de Alexander.

nqOolSA.gif

xQB7Qk7_d.webp?maxwidth=640&shape=thumb&

uhmdsoi.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Las palabras de su madre habían resonado dentro de ella por algunos minutos, el que se le haya mostrado un poco de su brazo desnudo hizo que no sintiera la necesidad de mirar más, oh aquellos ojos se iluminaban solo de saber que estaba en el lado que tanto había deseado desde hacía años, cuando se encontraba en Alemania, tan atada y cohibida de sus deseos, ésta vez sería diferente, su historia daría un vuelco colosal que la llevaría a la gloria, eso era como Mishelle deseaba llamarlo, "la gloria".

 

De pronto alguien irrumpió en la habitación, una chica de cabello negro con mirada tierna y aspecto inocente se dirigía hacia su madre y se saludaron como dos conocidas, parecía ser que ella era la única extraña en el salón, luego le habían indicada que la recién llegada era su prima, la Riddle le dedicó una sonrisa amigable, - es un gusto conocerte eres la segunda persona se la familia a quien conozco yo apenas acabo de llegar,- señaló dos maletas que se encontraban en el suelo y antes de que su madre respondiera,- no inoportunas en lo absoluto me alegra no ser la única que empezará a alojarse aquí desde ahora, creo que podremos encontrarte impresionantes historias en ésta magnífica mansión, ¿verdad mamá?,- miró a Felicity arqueando con encanto y levantó la copa del vino apenas chocando con sus labios para beberlo,- está realmente delicioso-.

 

Agatha que estuvo todo el rato en el lugar notó que Mishelle le hacía un gesto de que le sirviera una copa a su ahora prima.

http://i.imgur.com/veuJfcE.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La joven esperaba que la que respondiera fuera Felicity, pero al parecer la chica que se encontraba sentada se le adelanto y Yara le sonrió suavemente, la miro durante largo rato, claro que evitando mirar sus ojos directamente.

 

-El gusto es mío, no pensé que alguien más de la familia llegara recientemente- sonrió de manera dulce- No te preocupes querida, yo también acabo de llegar y también eres a la segunda familiar que tengo el placer de conocer.

 

Si algo caracterizaba a Yara, era aquella sonrisa suave y dulce que siempre permanecía dibujada en sus labios, aquella mirada llena de diversión y ternura con la que miraba a todos a los que conocía sin importar el lugar o la actitud de la gente.

 

-Creo que tienes razón en eso querida, estoy segura de que esta mansión está llena de historia y claro que muchísima magia, seguro que será realmente entretenido hospedarnos aquí- la elfina que minutos antes la había conducido hasta el lugar, apareció repentinamente con una copa de vino- Muchas gracias- tomo con delicadeza la copa y le sonrió abiertamente a la criatura.

 

Poso sus labios en el borde de la copa y bebió un poco del contenido de esta, el liquido se deslizo suavemente por su garganta, definitivamente el vino era una de las bebidas que más le gustaba, pero claro que no era su favorita. Miro la copa y comenzó a jugar con el contenido procurando que este no se callera.

 

-¿Acabas de llegar a Londres o ya tienes tiempo aquí?- la pregunta iba dirigida a su recién conocida prima.

http://i.imgur.com/O9owX.gif

||
http://s6.tinypic.com/2mcsmqq_th.jpg

http://i.imgur.com/qWV38dB.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

La mujer que ingresaba a la Mansión Malfoy no podía ser otra que Arya, quien acudía en busca de su hija con el todo el amor que sólo una madre podía darle, pues estaba claro que, entre tantos lloriqueos y súplicas, la pequeña criatura no encontraba ninguna protección entre los brazos de un Malfoy como yo. Al fin y al cabo, ¿quién era yo sino un mago intrínsecamente malvado, incapaz de sentir, ni mucho menos de cuidar a un bebé como aquel? Me sentía hasta patético sosteniéndolo entre mis brazos.

 

La bruja caminaba con prudencia a través del hall, con una mirada lastimera que por un instante rompió cualquier coraza que pudiese llevar encima. Bajo unos nervios que amenazaban con hacerla estallar en un llanto de un momento a otro, totalmente apreciables en el temblor de sus labios y la inseguridad de sus movimientos, se acercó lo suficiente a mí como para poder escuchar con claridad sus palabras, pronunciadas en un hilo de voz que se perdió en el corrompido aire de la Mansión.

 

No tienes que agradecerme nada –le dije, cortante, sin intención de restarle importancia a aquel asunto en el que yo mismo me había involucrado, sin que nadie me lo impusiese, y aún no sabía bien por qué. O mejor dicho, quizás no quería aceptarlo–. Si he pasado por todo esto, es porque fui yo quien lo ha elegido.

 

Di un paso hacia adelante y le entregué en los brazos a su hija, cuyo rostro se había iluminado nada más sentir mínimamente cerca el calor de su madre, comenzando a soltar ruiditos molestos con los que buscaba algún tipo de cariño. Era demasiado tiempo separada de su madre y muchos peligros que se habían interpuesto entre las dos, así que en cierto modo podía llegar a entender esa necesidad.

 

Contemplé la figura de Arya durante unos instantes mientras ella estaba totalmente obcecada sobre su retoño, cuidándola y apretujándola entre sus brazos como hacía mucho que no podía hacer. Sonreí para mis adentros y añadí a mis palabras, travieso:

 

En realidad, y ahora que lo mencionas... Sí se me ocurre una forma con la que podrías pagarme lo que he hecho por ti –el tono de mi voz delataba mis intenciones, sin saber dónde terminaba la broma y dónde daba comienzo una verdadera proposición–, pero eso ya lo iremos hablando durante estos días. No creo que debas marchar por esa puerta, al menos por un tiempo. Debéis protegeros tanto tu hija como tú de lo que os espera ahí fuera, y no es conveniente salir ahora.

 

¿Acaso estaba preocupado de verdad? Más valía que sí, ya que acogerla en la Mansión podría costarme más de una reprimenda por parte de mis familiares.

 

Ya ha sido imprudente de tu parte venir hasta aquí –la frialdad de mi voz hizo que por un momento se rompiese cualquier ternura que aquella escena familiar pudiese hacer surgir, regresando el helador aliento de los Malfoy.

http://i.imgur.com/DGnrjDe.png



http://i.imgur.com/EiXFDyl.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Acunándola suavemente fue que logró que Ámbar se rindiera entre sus brazos, la niña parecía añorar su calor y compañía tanto como ella lo había hecho, su corazón latía desbocado, habían sido los peores cuatro meses de toda su vida, incluso le habían parecido una eternidad, el día a día sin su hija había sido el desafío más difícil que por atravesar, pero ahí estaba, con la pequeña en brazos, sonriendo con cierta nostalgia, dejando, por fin, escapar un par de lágrimas que rodaron por sus mejillas y cayeron suicidas hacia el vacío que la rodeaba. Respiró profundo e intentó tragarse todo lo que sentía, no podía olvidarse dónde estaba, un paso en falso le podría costar caro.

 

—¡Alex!— Alzando la mirada lo fulminó, pero por mucha dureza que sus ojos azules transmitieran, aquel rubor juvenil en sus mejillas le contradecía los sentimientos.

 

Frunció un poco el ceño, ¿Estaba bromeando?, rodó los ojos, claramente la atracción había sido demasiado fuerte desde un principio, pero aquel era un momento serio, personal y preocupante. Y las palabras consiguientes simplemente le parecieron la verdadera broma, —¿Éstos días?— cuestionó con notorio sarcasmo, —¿Es que te has vuelto loco?— agregó acercándose a él una vez más sin apartar la vista de sus poderosos ojos, —Si alguien más sabe que estoy aquí...— se detuvo, no podía decir la verdad más algo le decía que Alexander lo sospechaba, —Eso no sería conveniente— finalizó.

 

Del solo pensarlo un sudor frío le recorrió la espalda, se hallaba en las fauces del león, solo esperaba que su confianza no fuese traicionada, ni su sexto sentido le estuviera fallando, porque en su mente solo podía oír esa única palabra redundante, "Confía" y por primera vez en su vida sintió la necesidad de hacerle caso. Lo meditó un instante, realmente estaba tensa, e incluso agotada, necesitaba dormir un poco, así que se negaría, era una persona muy terca, se marcharía inmediatamente, eso fue lo que intentó decir al despegar sus labios y alegar, cuando un ensordecedor trueno lo tiñó todo y anunció la inminente tormenta que se avecinaba, los relámpagos comenzaron a refulgir, el estrépito de la lluvia se volvió melodía copiosa, que inestable era la primavera.

 

"Por todos los Dioses" Pensó, incluso el clima se empeñaba en mantenerla cerca del Malfoy.

 

—Al menos, ¿Podemos ir a un sitio menos .... concurrido?— Preguntó casi en un susurro, como avergonzada, —No quisiera quedarme a recibir a cada persona que cruce esa puerta— inquirió señalando el lugar por donde había ingresado momentos atrás.

nqOolSA.gif

xQB7Qk7_d.webp?maxwidth=640&shape=thumb&

uhmdsoi.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 4 semanas más tarde...

La mortífaga sonrió a su hija y a su sobrina. Le gustaba que ambas conectaran bien. Además, las dos tenían muchas cosas en común, como que acababan de llegar a Londres y que cursaban la Universidad a la vez. No sabía si coincidían en clase pero, en caso de ser así, sería genial, ya que podían compartir experiencias hasta ser graduadas e ingresar juntas a la Fortaleza Oscura donde la Marca entera les daría la bienvenida.

 

Tomó unos sorbos de vino y se relamió el labio inferior. Unas palomitas y estaría perfecta, y es que le encantaban y más cuando eran acompañadas con vino. Siempre entraban, a cualquier hora del día. Agatha, la elfina, pareció leerle la mente porque apareció con un bol enorme entre las manos que depositó sobre la mesa ratona.

 

-Si, esta mansión está repleta de historias... todas registradas, no en libros, sino en cada rincón,en casa objeto objeto, todo tiene su historia y todas las familias de Ottery desean tener en su posesión todo lo que nosotros tenemos entre estas paredes.

 

Un fuerte ruido procedente del piso superior asustó a las presentes y Felicity miró hacía arriba con el ceño fruncido.

 

- Quizás sea Armand... ¿habéis oído hablar de él? es el fantasma por excelencia de la familia, tiene una gran historia pero con el paso del tiempo se ha vuelto algo... paranoico y no le gusta desconocer a quienes pisan esta mansión - explicó, con actitud desenvuelta - dudo que Clemente esté aquí dentro, suele rondar los jardines cual desquiciado y, si puede, evita ser visto, aunque pocas veces lo consigue.

 

Condujo sus manos al bol y se llevó unas palomitas a la boca.

 

@@Yara Sarahi @mishelle_riddle

Mortífaga retirada
http://i.imgur.com/07QuPGN.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 4 semanas más tarde...

En los límites.

El Malfoy Tonks observó a lo lejos la mansión Malfoy. El recuerdo comenzaba a invadir su mente y todo lo que le pudiera relacionar con aquella familia. La primera evocación en su mente se encontraba atada por el dolor y la tragedia que había ocurrido en aquel hogar, ya hace algunos años, cuando aparecía en las ramas familiares su nombre y lo que provoco que el patriarca decidiera bórralo de la misma.

 

El demonio respiro profundamente sintiendo como sus sentidos se agudizaba y la fría brisa rosaba sus mejillas, al cerrar los parpados un ardor en su cuello comenzó a indicar que la persona que le había realizado la marca tenebrosa se encontraba cerca, aun podía escuchar los lamentos de su pasado y el siseo del terror que se escondía en las mazmorras. Es allí donde le vino su segunda evocación, donde Cornelius se encontraba encarcelado con cadenas por el Señor de la Tempestad, por un castigo que seguro no merecía, y como su cuerpo era manoseado por reptiles que obedecían el siseo de su señor tenebroso, pues a su voz hasta el héroe más poderoso temblaba.

 

Sus pies descalzo sentía la tierra maldita, esta no era maldita por el hecho que un mago tenebroso la maldijera hace siglos o por ser donde el Señor Tenebroso decidiera que fueran sus cuarteles, sino por el motivo de la muerte que a cualquier curioso le esperaba. En el pasado ya muchos se habían aventurado a morar por los alrededores y su destino era peor que la muerte, era enfrentarse a cada mascota del patriarca o al mismo incluso.

 

El terror y oscuridad, era la tercera evocación que le venía y todo en su entorno se le vino abajo, fue allí donde comenzó a bajar la cara y abrir los parpados. Penetrando en su interior el rostro de la mujer que alguna vez llamo madre, dulce era su voz y macabra sus intenciones, pues todo en ella era aparente un ser de luz. Aunque si la conocías, y te osabas a verle fijamente a sus orbes como de serpiente, era seguro que la sangre de su víctima comenzará a brotar de su cuerpo, ello pareciera ser producto de una abismal brisa cortante que le rodeaba y manejaba a su voluntad, al menos antes lo hacía, ya que su poder fue reducido a casi nada.

 

Comenzó a escuchar como los relámpagos y truenos rugían en el firmamento, como tambores de la guerra que anuncia muerte, el latir del corazón oscuro del demonio era lento y calmado, como si sus últimos alientos de vida se fueran a extinguir. No obstante, este dominio era para no alertar a los carroñeros que se encontraban vigilando a cada momento el hogar, pues a todo inicio alertaban a la Matriarca, una mujer sin corazón y sanguinaria traidora de la sangre, al casarse con un miembro de la Orden del Fénix, una posible traición que nunca fue pagada, pues el poder y autoridad que ella representaba era suficiente, para que todos miraran para otro lado.

 

Sintió la primera gota de lluvia caerle en su cuerpo, era como mil agujas heladas que impactaban contra su cuerpo, mojando hasta la última morada que pudiera encontrarse en él. Aquella sensación, fue acompañada por la visita de uno de los carroñeros, el cual apareció envuelto de un fuego azul, y en su rostro se notaban algunas cicatrices. -¿Quién eres?- La respuesta de este fue mandarle, un rayo que le impacta y lo deja sin vida. Esta no era maldición imperdonable, pues había tardo más en hacerlo, es más la sangre del cadáver ahora rosaba los pies de su asesino.

 

Un crack se comenzó a escuchar atrás de donde se encontraba el demonio, quizás ero otro carroñero, pero ningún sonido se produjo. Pero si se escuchó el grito de una mujer, una voz que pudo reconocer, seguido de un frio de ultra tumba que se lleva todo rastro de esperanza y de felicidad. Esa situación le preocupo un poco, pero a la vez produjo que en su rostro se le dibujara una sonrisa.

 

–Veo que aun sigues vivo.- Escucho la voz de Clemente el Demente.

 

Le clavo la mirada, reconociendo que la demencia que le atribuían a ese Muggle era la misma que pudiera emanar Cornelius. Este se encontraba en uno de esos raros momentos de lucidez, pero era posible que recordara el rostro de aquel que durante años no venía, y que se había desterrado. La intriga interrumpió los recuerdos nostálgicos que hasta ese momento comenzaba a tener.

 

-Y es lamentable, que no poden tus ramas.-

 

Volviendo a escuchar la voz de Clemente el demente, suponiendo que se había escapado del sótano donde vivía y ahora se encontraba hablando con un árbol. En ese momento fue un alivio para el demonio, pues sin preocupaciones comenzó a guardar su varita entre la desgarrada y ensangrentada vestimenta que llevaba. De su espalda comenzaba a salir dolorosamente sus alas negras, las cuales comenzaron a elevar su cuerpo, pareciendo un ángel de la muerte, faltándole únicamente la guadaña.

 

-¿Por qué no regresas?-

 

Pregunto Sebastián, elfo domestico personal del demonio, al momento que observa a su señor elevarse y con las intenciones de marcharse, este al escucharlo comienza a descender de manera muy lentamente, y cuando llega al suelo se arrodilla y deja sus alas extendidas, para ese momento su cuerpo ya había crecido algo, y sus uñas se encontraban algo largas y acariciando el rostro de la criatura.

 

-Sebastián, no hay nadie que me pueda estar esperando…-

 

Elfo doméstico, asustado por la clemencia que estaba teniendo su amo y algo tembloroso, comenzó a responderle, pero ante todo no deseaba extinguir su vida con lo que estaba haciendo.

 

-Si ha regresado, es porque de alguna forma su corazón aún sigue latiendo por sus hijos y desea volver a verlos, a pesar que ellos no le recuerden y muera en el intento.-

 

El demonio comenzó a guardar sus alas, y le orden a su elfo que se marchara. Las palabras que le había pronunciado habían hecho recapacitar al mismo, y fue por ello que comenzó a dar los primeros pasos para acercarse a lo que una vez llamo hogar.

 

Entrada

 

El tiempo pasó y el recorrido le pareció largo. Cornelius ahora se encontraba recorriendo angosto, flanqueado por matorrales salvajes, que desemboco un par de impresionante verjas de hierro forjado que marcaban el inicio de los terrenos de la mansión. Al acercase las barreras de la puerta se comenzó retuerce hasta formar un rostro espantoso que comenzó a cuestionar al mago.

 

-¿Qué intenciones te hacen venir al hogar de la familia Malfoy?­- Expresando la puerta, con una voz rebúmbate y metálica.

 

-A saludar a Crazu Malfoy…- Responde muy seguro.

 

-El Sr. Malfoy tiene días que no asoma su rostro y no desea que nadie le visite - Expresando la puerta, con una voz rebúmbate y metálica.

 

-Le aseguro que él me espera.- Mintió al respecto, ya que durante años no entablaba una lechuza o palabra con el mismo.

 

-Miente, el Sr. Malfoy ha dejado instrucciones que no deje pasar a nadie sin la aprobación del mismo o de algún miembro de la familia- Expresando la puerta, con una voz rebúmbate y metálica.

 

-Yo soy un Malfoy…-

 

-¿Quién eres?­- Expresando la puerta, con una voz rebúmbate y metálica.

 

-Cornelius Malfoy Tonks…-

 

-Tú eres el desterrado, tienes prohibido el acceso al hogar y se te ha prohibido incluso morar por los terrenos - Expresando la puerta, con una voz rebúmbate y metálica.

 

-Pero soy un miembro de la familia, y te ordeno que me dejes entrar.-

 

-Tu no me puedes ordenar nada - Expresando la puerta, con una voz rebúmbate y metálica.

 

Off:

El rol es sencillo, me apegue a la leve introducción que tiene en el hogar, sobre la forma de cómo se entra. Si alguien, se anima ahí vemos que rol se creamos. A ver si damos vida a la familia Malfoy.

http://i429.photobucket.com/albums/qq18/d4rw1nd/corni_zpsyrgf1n9n.png


http://i113.photobucket.com/albums/n221/andretti386/yoapoyord.gifhttp://i.imgur.com/pxs5f.gifhttp://i113.photobucket.com/albums/n221/andretti386/yoapoyord.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 4 semanas más tarde...

Una bofetada en la mejilla me hizo dar vuelta la cara y escupir un par de gotas de saliva mezcladas con sangre. Me quedé mirando el suelo, perpleja, acomodando suavemente la mandíbula con mi mano derecha mientras volvía en mí y se me fruncía el entrecejo.

 

-Sabes bien que no tienes que jugar conmigo, Malfoy.

 

La voz del italiano, con ese tono de arrogancia, me exasperaba. Apreté los dientes, giré la cabeza nuevamente hacia Federico aún con la mano posada en la mejilla y lo escupí en la cara. La expresión de asco en su rostro no hizo más que dibujar una sonrisa en mi rostro dolorido, seguida de una suave carcajada.

 

-Tú crees que puedes conmigo luego de todo lo que me has hecho. -Me acerqué un paso mientras el muchacho sacaba un pañuelo de su bolsillo y se limpiaba el mentón.- Luego de todo lo que me robaste... -Volví a dar otro paso, ya con la mano metida en el bolsillo donde tenía guardada la varita.- ...dejándome sin nada: sin vida, sin familia, sin amigos, sin...

 

Hice una pausa, tragué saliva y resoplé negando con la cabeza.

 

-Ni siquiera puedo amar. -Chasqueé la lengua.- Ya no creo en el amor. No creo en nada. Y tú aún crees que puedo tenerte miedo.

 

El italiano alzó una ceja mientras terminaba de limpiarse.

 

-Lo único que creo es que quieres terminar arrojada en una zanja si me sigues hablando de esa manera. -Replicó Di Giorno, acercando su rostro al mío mientras volvía a guardar el pañuelo en el bolsillo.- Pero si tanto insistes...

 

Volví a sonreir mirándolo a los ojos, inhalando parte del aliento que emanaba por su nariz como si fuese una especie de perfume.

 

-No te animas. -Solté una carcajada. Sentía sus labios tan cercanos a los míos que era capaz de morderlo.- Ya me hubieses destruido hace tiempo. Lo único que te interesa hacer conmigo es divertirte.

 

Lo tomé del cuello de su camisa jugando con mis dedos y pegando su torso al mío. Sentí cómo sus manos se posaban en mi cintura por defecto y le hablé al oído.

 

-Ya no te tengo miedo, Federico. Me resultas demasiado predecible. -Alcé las cejas y fruncí los labios.- Ahora vete de mi cuarto.

 

-Te vas a arrepentir...

 

-No lo creo. -Lo interrumpí.

jD8hy.gif
FdFFT8Y.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 3 semanas más tarde...

Ya había pasado varios veranos desde la última vez que el mago había estado en Londres, y había que añadirle un par de más desde que visito Hogsmeade por última vez, pero aun recordaba aquella noche como si solamente hubiese pasado un par de horas desde aquel momento. Las calles de aquel pueblo no habían cambiado en lo absoluto, aún seguía teniendo aquel aire de inseguridad escondida. Los rostros que pasaban por las calles del pueblo mágico iban a su propio ritmo y cada uno en su propio mundo donde la seguridad mágica existía para protegerlos perpetuamente o por lo menos eso querían pensar y algunos creían sin cuestionar los motivos del ministerio de magia.

 

Los tiempos parecían haber cambiado en la comunidad magica desde la última vez que el licántropo había estado en aquel lugar del Reino Unido, se podía apreciar una leve atmosfera de tranquilidad en los rostros de las brujas y magos del lugar como si la preocupación de tiempos de terror ya fueran cosas de un pasado aun no olvidado pero lo suficientemente lejano para no causar una preocupación constante en los habitantes de Ottery, un pueblo que de por sí ya era rutinario hasta el punto del aburrimiento, por lo menos para alguien con las múltiples personalidades del licántropo que normalmente era alguien razonable con el cual se podía uno divertir… en ocasiones podía ser totalmente retorcido, sádico y hasta un riesgo para sí mismo, el lado positivo? Aquella personalidad desalmada que nació en Azkaban no había hecho acto de presencia en muchísimo tiempo y se mantenía encerrado bajo extrema protección.

 

El licántropo se detuvo y observo con curiosidad a sus dos acompañantes (un lobo blanco y un elfo albino), sonrió levemente mientras observaba como ambas criaturas se encontraban una vez más entre mordeduras y arañones y chillidos de dolor. Ambas criaturas siempre se encontraban peleando entre sí mismas por una u otra razón, tanto el elfo albino como Excalibur habían estado al lado del licántropo desde antes de sus inicios en el lado tenebroso y aún seguían a su lado, fieles a su amigo. El matador había dejado de considerarlos propiedad de el ya bastante tiempo atrás cuando la marca en su brazo dejo de arder y así su estadía en Londres llego a su fin, a lo cual el veterano mago opto por irse a vivir al Norte de Gales en compañía de sus dos compañeros de antaño… en la casa que alguna vez le perteneció a sus padres y lugar que no había pisado desde su niñez y la cual se había convertido en su hogar temporal por los últimos años.

 

Siempre temporal...

 

Sus ojos bicolores observaban ahora su reflejo en el ventanal de una de las casas cercanas, el mago traía puesto un par de botas de cuero marrón, un pantalón marrón más claro que las botas el cual estaba sostenido por una correa hecha de piel de hipogrifo, una camisa impecablemente blanca cubierta por un chaleco carmesí y un saco largo pero ligero de mismo color de las botas que traía puesto, y sobre su cabeza un sombrero que ya se podía apreciar algo desgastado y sucio. Sus rubios cabellos largos llegaban hasta su cuello y estaba amarrado con un bandana carmesí. El licántropo lucia igual de siempre, no había envejecido día alguno y no era debido a genética o algo similar, el factor clave era un tipo de magia antigua, oscura y ya olvidada para el mundo moderno hoy en día. Una magia que se remonta incluso a tiempos más remotos de los orígenes de licántropos o vampiros y en un lenguaje que quedo olvidado en el pasado ya varias generaciones atrás en un Imperio cuyo alcance llego a controlar tres continentes en su apogeo.

 

En su reflejo observo con curiosidad a los magos y brujas concurrir por aquella calle y sonrió casi diabólicamente ya que en otros tiempos el caos hubiese salido de su varita en varias direcciones y con un propósito en mente, causar pánico y terror. El licántropo no se encontraba de buen humor ya uqe se veía forzado a estar en el pueblo mágico pero también sabía que tenía que encontrar algo que había dejado enterrado en una de las mansiones del lugar antes de dirigirse a su destino, las antiguas instalaciones del ministerio de magia.

 

Tras un chasquido de sus dedos el elfo albino Copito y Excalibur dejaron de morderse el alma, caminaron rápidamente para ponerse al lado de licántropo quien ahora se encontraba trazando un mapa mental de las viejas instalaciones del ministerio de magia; en el segundo nivel del ministerio a la izquierda, luego al Escuadrón para la aplicación de la ley mágica.

 

Primero tenía que recuperar lo que había dejado enterrado en las afueras de la mansión Malfoy.

 

El licántropo paso su mano sobre el elfo albino y una túnica gris cubrió al elfo de pies a cabeza, un segundo chasquido de sus dedos y ahora la piel del lobo blanco cambio a un color tan negro como la mismísima muerte. El mago no podía pecar de ser cuidadoso cuando lo que quería es no estar en el radar de algún veterano amigo o enemigo, había vuelto a Londres por un motivo único y lo último que quería era desviarse del plan que tenía.

 

El licántropo miro con curiosidad la mansión Malfoy mientras caminaba directamente hacia la mansión, un recuerdo de antaño paso por su mente y no pudo más que sonreír mientras pensaba en la forma más efectiva de entrar en la propiedad, tomar lo que dejo enterrado ahí y salir sin perturbar la monotonía del pueblo mágico o la inusual familia, pero había un pequeño detalle que podría cambiar todo y era que la personalidad más sádica del licántropo había escondido dicho artefacto, por lo que ninguna de las otras personalidades sabían el preciso lugar en el cual el objeto había sido enterrado.

 

-Esto va a doler bastante…

 

El elfo y el lobo blanco miraron a Luch con curiosidad y algo de preocupación mientras se desaparecían junto al mago quien ahora sonreía con una mirada vacía y perdida…

 

Un instante después los tres caían encima del establo, rompiendo con la tranquilidad del lugar. El elfo logro levantarse y se disponía a correr pero una mano lo tomo de los pies y lo levanto sacudiéndolo de lado a lado. EL lobo fue tomado del cuello por una segunda mano quien lo cogía cual cachorro malcriado.

 

-Tsk tsk tsk la diversión recién empieza y ya se quieren ir…

 

Los ojos del mago eran de unos colores negro azabache, vacíos de todo sentimiento y con una expresión perdida en la locura total…

ll Familia Lupin-Tonks ll I Legend ll There will Be Blood ll
http://i55.tinypic.com/2m281o4.png
ll He called me his 'dream.' I guess now I've become his nightmare ll

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.