Jump to content

~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)


Crazy Malfoy
 Compartir

Publicaciones recomendadas

La fiebre de Gatiux era tan alta que ésta no notó que la metían en agua helada. No protestó, se colgó y descolgó del cuello de Nathaniel como si fuese un muñeco de trapo. Echó el cuello hacia atrás. No supo si se durmió durante unos pocos minutos, o si fueron tan sólo segundos, pero notaba que su cabeza se aclaraba y era consciente de la temperatura de su cuerpo, de lo que le rodeaban eran cubitos de hielo. Su vista era más nítida. Miró a Nathaniel, el pobre parecía preocupado y sin saber como maniobrar.

 

- Tienes que ayudarme a salir en un minuto. Y luego darme algo con lo que... secarme. -susurró señalando hacia la pared donde colgaba un albornoz blanco- La f-fiebre está bajando. Ya ha pasado lo peor...

 

Nathaniel hizo lo que le pedían, le trajo el albornoz y la ayudó a salir. Cuando estuvo tapada se deshizo de su ropa interior mojada y la apartó con el pie. Fue a caminar pero trastrabilló y acabó con las manos en el pecho del mortífago, que la sujetaba por los codos mientras la miraba. Ella miró hacia abajo en modo de disculpa, aquella cercanía no debía de ser fácil para él después de todo lo que habían pasado.

 

- No sé qué ha pasado, pero siento haberte metido en esto. -susurró sin mirarlo- No tienes porqué hacerlo y sin embargo aquí estás. Tratando de ayudar a la mujer que te lo hizo pasar mal. Lo siento, mucho.

 

Sus piernas le flaqueaban, se sentó en el suelo. Necesitaba parchear la situación.

 

- Arriba de mi escritorio hay un armarito. Traeme la que dice herbovitalizante. No se si funcionará durante mucho rato, pero sí el suficiente. -la orden no salió con la suficiente fuerza como para considerarse como tal- Es verde brillante. Está... etiquetada.

 

Fue cuando él se marchó del baño cuando la Malfoy se vió en un espejo. Aspiró aire con fuerza llevándose las manos al pecho. Acababa de descubrir que su color de pelo y sus ojos cambiaban de color sucesivamente, sin detenerse. Intentó hacer acopio de su magia para obrar un cambio hacia otro aspecto, pero no pudo, los recuerdos de lo que una vez supo se escapaban como agua entre sus dedos. No podía acceder a aquella magia, todo se volvía difuso. Algo estaba pasando con su metamorfomagia.

 

- Yo no estoy haciendo esto... ¿Qué está pasando? N-no puedo controlarlo.

 

Se tocó la cara mirando al espejo. Los ojos no dejaban de cambiar de color, igual que el pelo.

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
2WW9vjF.png
Magic Land - Serendipia - bxY0Ht2.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Gatiux fue volviendo en sí misma. Menudo alivio para el londinense, que se encontraba como un estudiante ante la peor ecuación de su vida. La mortífaga fue dándole las indicaciones más acertadas que se le ocurrían en aquel estado febril y todo fue mejorando momentáneamente. Le acercó el albornoz y, una vez tapada, se desnudó. Cayó aquel conjunto de lencería al suelo, como las barreras sentimentales del Malfoy, que ladeaba la cabeza de cuando en vez tratando de apelar a la cordura.

 

Se disculpó por meterlo en aquel berenjenal. ¿Para qué negarlo? No era ni mucho menos el momento más feliz de su vida, pero era lo mínimo que podía hacer por ella, al fin y al cabo, era parte de su historia y artífice de sus mejores años en el mundo mágico.

 

- Me parece incluso mal que te disculpes... Sabes que me tienes para esto y más. - musitó cabizbajo. No se atrevía en algunos momentos a cruzarle la mirada, bien por los recuerdos que le evocaba, o bien porque cambiaba de color aquellas orbes felinas más que un semáforo estropeado. Al poco rato, la banshee le pidió que fuese a por la cura a la enfermedad con la que se estaba peleando.

 

- Herbovitalizante. Herbovitalizante. Herbo... - las palabras del ex-Nigromante se sucedían, repitiendo en una cadena lo que Gatiux le había pedido. A veces, en situaciones tan difíciles de controlar por culpa de los sentimientos, tenía pérdidas de memoria. Y no estaba para esos trotes, tenía que saber sobreponerse a cualquier adversidad, la salud de su ex era más importante que sus propios divagares.

 

Alcanzó con máximo cuidado el pedido y lo sujetó con su diestra, tras haber llegado al armario que la joven Malfoy le había descrito más o menos bien. Volvió a la estancia anterior, donde ella se encontraba mirándose al espejo mientras se tocaba la cara.

 

- Incluso así, cambiando de colores como quien cambia de ropa interior. Aún estando deteriorada y envejeciendo a una velocidad alarmante, ¡aún así! - tomó un tiempo para sonreír. Cruzó su mirada con la de Gatiux a través del espejo que los conectaba. - ...¡Aún así estás bonita! - añadió. Bajó la cabeza y ofreció la cura a la muchacha, tendiéndole el brazo, tratando de controlar sus impulsos por rozarla, tocarla, abrazarla...

 

Besarla.


firmanath.png

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- ¡No estoy envejeciendo! -protestó mientras se miraba al espejo- Sólo son colores volviéndose locos.

 

Se agarró del brazo que le tendía Nathaniel para ayudar a levantarse y se tomó la poción que había ido a buscarle. Tras tragarla fue instantáneo, le proporcionó una energía que no tenía antes. Se tocó la frente y las mejillas, seguía con fiebre. No tenía la poción que bajaba la temperatura, no había necesitado nunca de ella, no hasta aquel momento, por lo que tendría que esperar a que su organismo hiciese lo propio por sus propios medios.

 

- ¿Sabes, Nathaniel? Si que creo que tengo que disculparme. Sé que te fuiste del pueblo después de lo nuestro, te esfumaste por mi culpa. -se mordió el labio con culpabilidad- No soy ¡diota. Se que te hice daño y nunca te he pedido perdón por ello. Lo siento mucho.

 

La historia de Gatiux y Nathaniel había sido como una montaña rusa, con subidas y bajadas en picado. El punto de inflexión llegó cuando a él se le ocurrió la maravillosa idea de pedirle matrimonio. Ella era demasiado joven para atarse de aquel modo, quizás podría haber estado toda la vida junto a él si no se le hubiera ocurrido hacer la gran pregunta. Nathaniel siempre había sido demasiado bueno con la banshee, aunque ella no mereciese aquel trato. Huyó como alma que lleva el diablo, aunque no fuese tan malo lo que él había hecho.

 

Gracias a la poción herbovitalizante sentía que sus piernas aguantarían su peso, unos cuantos minutos por lo menos, por lo que salió del cuarto y se metió dentro del armario vestidor, fuera de la vista del mortífago, donde se puso un pijama corto y luego se dirigió hacia la estantería llena de libros. No sabía si contaba con la suficiente información respecto a lo que le estaba pasando. Agarró un par de libros y los llevó hasta su cama. Hizo un gesto al Malfoy para que se sentase allí.

 

- Iremos más rápido con cuatro ojos. -tosió y le tendió el libro- Tienes que buscar algo referente a las interferencias de la metamorfomagia.

 

Se quedó pensando durante un instante. Había algo que se le escapaba. Del primer cajón de su mesilla sacó un espejo de mano con mango, debía vigilar los síntomas. El color de ojos seguía cambiando a un ritmo frenético, mientras que el pelo parpadeaba con intermitencia entre negro y azul oscuro. Por lo menos seguía teniendo las mismas facciones habituales. Sería un problema cambiar a alguien irreconocible.

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
2WW9vjF.png
Magic Land - Serendipia - bxY0Ht2.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- ¿Sabes Nathaniel? Sí que creo que tengo que disculparme. Sé que te fuiste del pueblo después de lo nuestro, te esfumaste por mi culpa... - la muchacha hizo una pausa y se mordió el labio. - No soy idi***. Sé que te hice daño y nunca te pedí perdón por ello. Lo siento mucho. - las palabras de la banshee sentaron como cuando un gato come helado demasiado rápido y se le congela el cerebro. Del mismo modo, ahora el ex-Nigromante estaba paralizado.

 

- Ehm... Y-yo... No sé. No creo que tengas que pedirme perdón por nada. Te hice una pregunta y me la respondiste como sentías, aún a sabiendas de que yo no debería de haber hecho aquella maldita pregunta... - apretó su puño derecho, clavando las uñas en su propia palma de la mano. - No hay de qué disculparse, tienes derecho a ser feliz. - añadió.

 

La joven, sin responder, salió del cuarto y se fue hacia la habitación donde probablemente se cambiaría. El londinense necesitaba un par de minutos para aclararse. Se acercó al lavabo y mojó sus manos con agua fría para luego llevárselas a la cara y a la nuca. Se miró en el espejo. Él era pálido, así que no se podía negar que aquel rubor en sus mejillas era producto de la situación embarazosa que parecía perseguirlo cuando hablaba con Gatiux.

 

Lanzó sus pies en dirección a donde la joven Malfoy se encontraba y se sentó en la cama, como ella misma le indicó. - Tienes que buscar algo referente a las interferencias de la metamorfomagia. - sentenció ella, pidiéndole ayuda. Si había algo que el base sabía hacer, era eso. Leer. Era una de sus actividades favoritas y, entre sus conocimientos mágicos, destacaba Leyes Mágicas e Historia de la Magia, dos conocimientos un tanto dedicados a las letras. No tendría problema en ayudarle a recorrer aquellos tomos repletos de palabras.

 

- Eso está hecho. - dijo sonriente, al mismo tiempo que comenzaba a perderse en el índice del libro, en busca de alguna palabra clave que pudiese ser de ayuda en su búsqueda. Tras ello, se puso a escudriñar por el resto del libro, abriéndolo por la mitad, más o menos.

 

- ¡Eh! Aquí dice algo interesante sobre los cambios de colores de pelo y ojos... Échale un vistazo. - indicó. Al mismo tiempo, había señalado con el dedo el párrafo donde comenzaba a hablar de un tema que probablemente le sirviese de ayuda a la banshee. Ésta se acercó a él, casi colándose en el hueco que dejaba la cabeza de Nathaniel y su hombro. Su olor... era característico.

 

Tenerla cerca era, al menos, una buena señal. No podía negar que le gustaba pasar tiempo con ella y sin duda era la mejor noticia que había recibido desde su vuelta a Ottery y alrededores.


firmanath.png

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- ¡Eh! Aquí dice algo interesante sobre los cambios de colores de pelo y ojos... Échale un vistazo.

 

Se inclinó hacia delante para mirar el párrafo que señalaba Nathaniel. Gatiux leyó en voz queda entre dientes un par de veces. No, aquella información no aportaba nada nuevo a su problema, era una investigación de un científico que se había metido a experimentar con su propio cuerpo y la metamorfomagia había rechazado aquellos cambios, revelándose contra el propietario. No, ella no había estado experimentando.

 

- No, no me sirve, aquí dice que los cambios fueron obrados por culpa del mago, ¿lo ves? -señaló el párrafo al que se refería- Yo estaba echándome la siesta con Trasto y me desperté con fiebre, y supongo que todos estos cambios que no advertí hasta que me vi en el espejo del baño. Hay algo que se me escapa, pero no se el qué.

 

¿Y si la respuesta no estaba en los libros? Tal vez no tenía a su alcance los libros adecuados o se tratase de magia ancestral oscura. Había pocos libros de aquel tipo de magia, todos eran escasos y difíciles de conseguir aún con el contacto adecuado. Se inclinó hacia atrás, mirando el libro que descansaba sobre sus piernas, hojeando desinteresada ya que había leído en varias ocasiones los pasajes que repasaba. Estaba cansada y le pesaba la vista.

 

Miró en dirección a su mesilla de noche, buscando algo que pudiera servir como marcapáginas, ya que consideraba que doblar hojas era un sacrilegio, pero no encontró nada. Abrió el primer cajón, encontrando una carta abierta que metió en el libro, el cual cerró inmediatamente después. Echándose sobre el mullido cabecero cerró los ojos y suspiró resignada. Estaba cansada, y la fiebre no le ayudaba a pensar.

 

- Sé que debería saberlo.. Algo me lo dice, pero estoy demasiado cansada como para llegar a la solución.

 

Rendirse no era una opción, aunque tuviera que pasar horas investigando no iba a dejarse caer. Volvió al libro, cada uno leía por su parte, y así pasaron los minutos. Entre complicados entresijos de metamorfomagos, la mayoría experimentos que acabaron con la muerte del mago. El miedo comenzó a atenazarle en el estómago. No queria morirse, pero los libros se lo pintaban todo de un color azabache muy oscuro. Encontró que un mago tenía los mismos síntomas, fiebre, cambios repentinos y al cabo de unos días sus familiares llevando flores a una piedra con su nombre. Tragó saliva, no se atrevía a mostrárselo a Nathaniel. Se negaba a creerlo.

 

- No creo que haya nada útil en estos libros. -murmuró-

 

Al volver a usar el sobre como marcapáginas se dio cuenta del sello de la Universidad roto en el lacrado. Era la carta que habían usado para notificarle que le habían aceptado en el estudio de la Animagia con la Arcana Suluk. La bombilla se le prendió en aquel instante.

 

- ¡Eso es! Es... ¡esto! Son ELLOS. -miró a Nathaniel, él claramente no entendía su referencia- Verás, hace unos cuantos meses tuve problemas con mi forma animaga, llegó a un punto en el que no podía transformarme. Tuve que acudir a la Universidad para estudiar con los Arcanos una forma de reconectar con mi espíritu animal, con el cual nunca antes había tenido problemas. Son ellos. De alguna forma están intercediendo con mi magia, bloqueándola. Otra vez.

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
2WW9vjF.png
Magic Land - Serendipia - bxY0Ht2.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La información proporcionada por el Malfoy había sido desechada en un abrir y cerrar de ojos. Se notaba a simple vista que no era su fuerte aquello de la metamorfomagia, ya tenía suficiente con sus problemas de licántropo y cómo controlarse y medicarse. Gatiux optó por descansar la vista momentáneamente tirándose sobre la cama y dejando al libro descansar por un instante.

 

Al poco rato, retomó su búsqueda y el base se unió a la tarea. Ambos trataban de encontrar la solución a aquella enfermedad que estaba afectando negativamente a la Ángel Caído. De repente, la mirada de ésta, se posó sobre lo que había usado como marcapáginas. Nathaniel enarcó una ceja, distraído por aquella situación. ¿Qué demonios miraba? ¿Acaso era una carta del noviazgo que habían mantenido?

 

- Verás, hace unos cuantos meses tuve problemas con mi forma animaga, llegó a un punto en el que no podía transformarme. Tuve que acudir a la Universidad para estudiar con los Arcanos una forma de reconectar con mi espíritu animal, con el cual nunca antes había tenido problemas. Son ellos. De alguna forma están intercediendo con mi magia, bloqueándola. Otra vez. - las palabras de Gatiux eran como crucigramas que el londinense no daba resuelto. Sudokus, que era más difícil todavía.

 

- Y... ¿qué se supone que hay que hacer ahora? Hay que matar a alguien, ¿verdad? - inquirió, iluminándosele la mirada cual niño ante su regalo de Navidades. Al mismo tiempo, de manera inconsciente, había cogido su varita con la mano derecha y jugueteaba con ella entre sus dedos, bailándola a su antojo.

 

Al menos el día estaba resultando lo suficientemente interesante como para haber abandonado la lectura inicial del libro en la sala de estar. Sólo había contemplado dos opciones: o leer y quedarse en casa, cerca de la chimenea, o ir al callejón a tomar algo más solo que la una. Y tanto su mente, como su corazón, sabían que estaba mejor allí bebiendo de los momentos que Gatiux le ofrecía que bebiendo de una copa llena de ginebra.

 

- Dime que sí, tengo ganas de hacer algo divertido. - sentenció.


firmanath.png

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Y... ¿qué se supone que hay que hacer ahora? Hay que matar a alguien, ¿verdad? -Nathaniel parecía entusiasmado por la idea de asesinar- Dime que sí, tengo ganas de hacer algo divertido.

 

- Si estoy en lo cierto, esta etapa transitoria pasará pronto y en unos días estaré bien con el suficiente descanso y la alimentación adecuada. -respondió Gatiux- Si son ellos los que han bloqueado mis poderes, o su magia está interfiriendo por todo Ottery... me obligan a pasar por el estudio de la metamorfomagia con ellos, aunque ya supiese utilizarla. Sucedió lo mismo con la animagia.

 

Pensó durante unos instantes, tocándose el labio con la yema de los dedos.

 

- Por el contrario, si estoy equivocada en la teoría de los Arcanos, lo más probable es que termine muriendo. -soltó una risita nerviosa, intentando ocultar el gesto de pánico- Los magos de estos libros no es que acabasen muy bien. Pffff. Tendremos que esperar para averiguarlo.

 

Dejó el libro a un lado de la cama. No le entusiasmaba la idea de acabar varios metros bajo tierra, pero poco más podía hacer contra una enfermedad que no había estudiado. Quizás no se trataba de la metamorfomagia siquiera, tal vez fuese un virus invasivo que afectaba a los magos. Tal vez le quedaran unos días para poder averiguar más sobre ello, pero si se sobreesforzaba subiría la fiebre nuevamente y con la fiebre alta apenas podía hilar pensamientos o palabras.

 

- Estoy hambrienta, y cansada. Me pesan tanto los ojos... -susurró Gatiux- Aunque si te soy sincera me da un poco de miedo quedarme dormida sin tener del todo claro qué me está pasando...

 

Se acurrucó un poco más en su cama, echando la espalda hacia abajo.

 

- Todo esto es muy confuso...

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
2WW9vjF.png
Magic Land - Serendipia - bxY0Ht2.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Gatiux explicó al Malfoy cómo funcionaba aquello en un idioma un tanto infantil para que éste se enterase de todo a la perfección. Al fin. La cosa se puso seria cuando la joven mencionó la palabra "muerte" y "Gatiux" en la misma frase y al joven le dio un vuelco el corazón.

 

- No va a pasar nada, ya verás... - susurró, acariciándole el pelo. Más que nadie, en ese momento, era él quien tenía que tranquilizarla y transmitirle el mayor positivismo jamás visto. La banshee dejó el libro a un lado y fue cayendo lentamente en la cama, recostándose para así descansar y estar lo más cómoda posible. Todo se parecía al pasado, él o ella cuidando del otro. En cama, haciendo cosas juntos. Suspiró.

 

- Estoy hambrienta y cansada, me pesan tanto los ojos... - murmuró, con la voz en un fino hilo que desapareció al instante. Nathaniel se levantó como un resorte, levantando la palma de la mano en un ademán, indicándole que esperase.

 

- ¡Chávez! - gritó. Pluff. El elfo apareció de inmediato, dejando una voluta de polvo tras su aparición. Aquellos ojos serviciales se clavaron en su amo, mientras refregaba sus manos tras la pronunciada reverencia de iniciación a la conversación. - ¿Me llamaban los señores? - inquirió obedientemente, sin poder pasar la vista élfica por el cuerpo de la joven Ángel Caído que descansaba en la cama. Seguramente Chávez estaba siendo curioso en exceso, empujado por el deseo de saber si sus amos volvían a las andadas o no.

 

Cualquiera lo hubiese sospechado, ambos juntos en una habitación, en cama, a aquellas horas. Pero no, la realidad era totalmente diferente. Por desgracia. - Trae algo caliente para Gatiux... Una sopa, pero que no hierva tampoco. Y de beber tráele un jugo de algo apetecible. Con rapidez y buenhacer, que está enferma y tenemos que cuidarla entre todos. Por favor, trata de ser rápido. - el Malfoy instó al elfo a marcharse y este asintió, sonriente, a la vez que desaparecía con el mismo movimiento inicial.

 

- Descansa, pequeña... - se fue acercando de nuevo a la cama hasta sentarse a su lado, con los pies estirados, apoyado sobre el cabecero. - ... no sería la primera vez que me quedo la noche en vela mirándote. Acostumbraba a hacerlo unas cuantas veces por semana... Se te veía tan frágil y tan adorable... - concluyó, riendo. - Pero claro, luego te despertabas y ya eliminabas todo rastro de inocencia, belleza y fragilidad - había guiñado un ojo al final de la frase.

 

Con su mano derecha, pues Gatiux se encontraba allí, acarició los cabellos de la joven para que ésta se relajase y tratase de dormir hasta que la cena llegase. - Yo te cuido, ahora trata de dormir, luego cenamos y sigues durmiendo. No te preocupes, yo te vigilo. - musitó.

 

Movimientos circulares, mientras su sedoso pelo se colaba entre los lánguidos dedos del mago. Ciertamente él estaba cansado porque la noche anterior había sido larga en el bastión tenebroso solucionando unos asuntos, pero toda muestra de cansancio se disipaba con tal de ver que ella mejoraba. Ya tenía mejor color.


firmanath.png

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La voz tranquila de Nathaniel arrullaba a Gatiux, mientras le acariciaba la cabeza, sus palabras eran como un bálsamo. En ocasiones lo único que necesitaba la gente era tener a alguien en quien sostenerse cuando no podía más. Era agotador ser fuerte en todo momento. Por una vez dejaría que alguien más la cuidara. Se acurrucó sobre su almohada, tapándose hasta el cuello con el edredón. Las caricias estaban transportando a la Malfoy al mundo de los sueños con facilidad.

 

- Ay, Nathaniel, eres muy tierno. Debí ser muy buena en la otra vida para tenerte en esta... Gracias.

 

Suspiró. No se merecía que precisamente él la tratase así, después de todo lo que le había hecho. Después del dolor que le había causado. Se comportó terriblemente mal con el mortífago, y aún así éste seguía cuidándola cuando más lo necesitaba. No quería causarle más problemas, pero sin querer lo había vuelto a hacer. Sin embargo, aquel gesto de preocupación sincera la llenaba de gratitud hacia él.

 

La respiración se hizo más lenta, y por fín Gatiux se durmió.

 

Un suave movimiento la despertó unas horas después. Parpadeó confusa y sorprendida por que Nathaniel se hallase allí todavía, cumpliendo su palabra sobre vigilarla. El elfo puso una bandeja sobre la cama una vez se incorporó, tomando la sopa y el zumo que le puso. No tenía muchas ganas de comer, pero sabía que sería mucho peor si no lo hacía, por lo que comió en silencio sumida en sus pensamientos funestos. Cuando acabó el elfo volvió para llevarse la bandeja.

 

Gatiux se volvió a acurrucar en la cama, tendida, agarró el espejo que andaba por la cama y se miró los ojos. El ritmo de cambio de color había descendido de forma considerable, ahora pasaban unos pocos segundos entre color y color. El cuerpo seguía pesando como si fuese de plomo. Soltó el espejo y miró a Nathaniel.

 

- No tienes por qué quedarte, en serio. Siento... ser una carga.

 

Nathaniel volvía a acariciarle la cabeza, finiquitando así aquella parte de la conversación. Gatiux cerró los ojos, dejándose llevar nuevamente a los brazos de Morfeo. Esperaba que un sueñecito largo reparase su malestar, al menos se llevase consigo la fiebre. Soltó un suave gemidito entre dientes cuando estuvo dormida.

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
2WW9vjF.png
Magic Land - Serendipia - bxY0Ht2.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Se notaba que Gatiux estaba cómoda, pues poco a poco fue entregándose a otro hombre que no era Nathaniel, sino Morfeo. Fue quedándose más y más dormida hasta que llegó la cena que el londinense había previamente encargado para ella. Se despertó sobresaltada por unos segundos hasta que el mago siguió acariciándole la cabeza. Chávez dejó toda la cena en una bandeja y, sorprendentemente, Gatiux se la comió sin rechistar.

 

- No tienes porqué quedarte, en serio. Siento... ser una carga. - musitó la banshee. Nathaniel enarcó una ceja y negó con la cabeza, resignado a que Gatiux continuase en su afán por pedir disculpas por un pasado ya olvidado, al menos la parte negativa, y agradeciéndole que estuviese allí con ella.

 

- Ya te dije que me acabaría enfadando si seguías así de cabezota... - se rió y acarició la cabeza de la joven, como llevaba haciendo desde que ésta se había acostado. Una vez dormida, la tapó completamente con el edredón hasta el cuello, le convenía mejorarse. Además, ella solía ser muy inquieta durmiendo y se movía en exceso, lo que provocaba que se destapase continuamente.

 

Se levantó, dejándole la cama para ella. Besó su frente, y se acercó a la mesa del escritorio que estaba a unos cuantos metros de la cama, iluminada por una ventana cuando esta solía estar abierta. Cogió una pluma de escribir y un trozo de pergamino. Comenzó a escribir unas letras.

 

 

 

Pequeñita,

Me voy, espero que estés durmiendo bien y descansando como tienes que hacer. Espero también que cuentes conmigo para cualquier cosa y, sobre todo, para arreglar éstos problemas de la Metamorfomagia.

Te quiere sólo un poquito,

Nathaniel Malfoy.

 

Dejó la carta en la mesita de noche, acercándose una vez a la Ángel Caído, sin evitar soltar una mirada tierna. Volvió a besar su frente y se fue, en dirección a la puerta. Cerró tras de sí con extremo cuidado y se desapareció entre las sombras de los prácticamente centenarios pasillos de la mansión.

Editado por Nathaniel Malfoy


firmanath.png

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.