Elviris Pub (MM B: 103956)

[Thomas E. Gryffindor]

Rol Ministerial

Control de Comercio Universal

-¿Yo? Ehhh sí, todo bien. Me... me alegro que pudieras avanzar con las facturas de los negocios. El trabajo más "administrativo" no suele ser el fuerte de nadie, menos de mí... por eso te encomendé esa labor. Las chicas son mucho más pulcras con los papeles importantes... Yo, o sea... mi ineptitud, pronto lanzaría por la borda todas aquellas investigaciones mercantiles que tanto esfuerzo me han costado desde que asumí la jefatura del Control de Comercio Universal- expresó Elros con mayor confianza en sus palabras; percibiendo que Athena desviaba su mirada de sus propios ojos, como queriendo no fijar su atención en sus resplandecientes esmeraldas. -¿Un daiquiri fresa? Vaya... no sabía que te gustaba el ron blanco. Aunque tienes razón que es mucho más suave que el dorado... y si este trago de cocktail se acompaña de zumo de limón, es mucho más refrescante- comentó, justo cuando su ceño se frunció al ver que la griega buscaba algo en su cartera con un dejo de insistencia que le tensó. -Eh... ehhh, es que... ehh muchas gracias. La... o sea, la verdad... no sé qué decirte, Athe... Gracias- correspondió el fenixiano mientras recibía, con una sonrisa tímida dibujada en el rostro, el presente que la auror le extendió. Al interior de la caja, se encontraba una hermosa medalla de plata con el rayo del primogénito del titán Cronos; junto a una curiosa inscripción que alegró su existir en aquella jornada laboral. -Es... es muy gentil de tu parte el que tú hayas recordado... A ver, espera... ¿Cómo sabes de mi cumpleaños?- preguntó el adolescente, en el instante en que el mesero se acercó con ambos brebajes y la tabla cuatro quesos; dejándolos sobre la pequeña mesa de cristal.

Pero su ágil e intrépida consulta se quedó en el tintero por dos razones: el abrazo que la Rouvás le dio de manera inesperada (dejándole con las mejillas sonrojadas y con el corazón encendido en llamas), y el arribo de un mago demasiado alto y corpulento (algo intimidante) que les saludó educadamente con un "¿buenos días?" -Ehh... ¿Ya aclaró? Buenas noches, joven. No sabría responder su pregunta, pues... recién llegamos- manifestó el fiscal del Ministerio de Magia; preguntándose sobre quién era ese hombre (Edward Smith) y lo que éste quería de las dueñas de "Elviris Pub". -Quizás debas preguntar por ellas en la barra o en la mesa de billar- añadió, abriendo sus orbes como platos de la impresión de ver a su tía Talia, la hermana de Annick, precisamente donde había enviado al tipo que se les había acercado. -Bo... bonitas las dianas que tienen sobre las paredes ¿No lo crees, Athe? Es un detalle que le da estilo al local- susurró el vidente antes de coger su vaso con Jack Daniel's Honey con tal de alzarlo para brindar con su amiga. -Por el mañana... nuestro futuro- exclamó sonriendo, sin despegar sus ojos de los diamantes azules de la rubia.

Editado 20 de Octubre del 2016 por Thomas E. Gryffindor

[Beryl Serenity Hawthorne]

Ligue Músical & Encuentros Inesperados

Con Talia

 

 

Estaba oscureciendo en Ottery, vagaba por sus calles con la esperanza de conseguir algo de diversión en alguno de los locales de ropa o en algún bar. Al estar dando vueltas por uno de los callejones pude ver una pequeña pero elegante taberna llamada “Elviris Pub”, me llamo la atención el lugar y decidí aventurarme en mi curiosidad.

 

Los bares de Londres me encantan, para ser honesta me había hartado ya de todo lo relacionado con Francia, Amo mi país pero quería salir de la rutina parisina. Cruce por la puerta de aquel Pub me enamore de la decoración, de la música en vivo y de aquel chico que armonizaba con su voz el lugar.

 

Me acerque a un mesero y pedí un trago para aquel atractivo hombre:

 

-Me harías un favor?- le susurre- Sírvele un trago al joven que está cantando y entrégale esto- añadí entregándole una nota en su mano y partió el mesero.

 

Rato después el chico recibió el trago, volvió a verme y me guiño el ojo, sonreí disimuladamente, después el mesero volvió con otra nota que decía:

 

 

GRACIAS POR EL TRAGO

LA PROXIMA CANCIÓN VA DEDICADA A TI GUAPA

 

PD: SALGO A MEDIA NOCHE, TE ESPERO EN LA PUERTA

 

 

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Después de ese momento de ligue con el cantante del Pub me dirigí a la barra sedienta de tan agitado y excitante momento-Un whisky, por favor-Dije.

 

Al estar bobeando un rato en la barra puede notar a una pelirroja que me era muy familiar, Así que decidí acercarme para sacarme de la duda.

 

-Disculpa, Nos conocemos de algún lado?-Le cuestione aquella chica.

Editado 21 de Octubre del 2016 por Beryl Serenity Hawthorne

[Talia Mckinnon]

—Un calimocho, con solo un cubo de hielo —ordenó en la barra, no queriendo empezar con bebidas más fuertes.

Era temprano aún, y la escocesa no quería perder los sentidos antes de media noche. El lugar era increíble, y la música gloriosa. Talia dio un giro en su asiento, recargando los codos y la espalda en la barra, para poder tener una mejor visión del grupo que tocaba en vivo, cabeceando al ritmo de la música.

Sin querer, sus marrones ojos se pasearon por las mesas, inspeccionando los rostros congestionados de algunos ya subidos en tono, y de los que charlaban de forma amena entre sí. En una de ellas una chica enviaba una nota al cantante. Risas, carcajadas, o simplemente como ella disfrutando de la música y las bebidas. El barman le llevó en seguida la suya y la pelirroja puso un galeón sobre la barra. Eso alcanzaría para un par de tragos que iría ordenando.

Tomó la copa y la llevó a sus labios para sorber un trago y refrescar su garganta, notando el sabor dulce del vino mezclado con coca-cola; asintió con aprobación. Fue en ese instante que logró conectar su mirada con la de alguien inesperadamente familiar. Thomas, el "sobrino" de su hermana se hallaba en el lugar, y cabía resaltar que tenía hermosa compañía, por lo que desde la distancia la pelirroja convino en solo sonreír y guiñarle un ojo para no interferir.

Repentinamente una joven se acercó a ella, preguntando si se conocían de algún lado. Talia ni siquiera había reparado en el momento en que la joven se había colocado a su lado, por lo que la sorpresa impuso que tardara en reaccionar a su pregunta. Se trataba de la misma chica que había visto mandar una nota al músico. Escudriñó su rostro, encontrándola vagamente familiar.

—Lo lamento, hace tanto que no estoy en Inglaterra —repuso —, pero me resultas familiar —y así era, aunque Talia no sabía cómo ni de dónde, y ello era muy extraño porque jamás olvidaba una cara. No obstante le ofreció su mano a la vampiro — Talia... Talia Gaunt —dudó —, más precisamente Talia Mckinnon, pero siempre he sido reconocida como Gaunt. ¿Tu eres?

@@Beryl Serenity Hawthorne

[Athena Rouvas]

http://i.imgur.com/RaZIccE.png

 

—Pues. . . Quizás Annick mencionó que harían algo en la Mansión por el cumpleaños de Elros. . . y bueno, yo solo lo deduje. . . y además alguien más lo comentó, que sería un doble cumpleaños, por ti. . . —Intentó salir del apuro sin dar demasiadas luces de lo que sabía.

 

Otro mago, que parecía ser empleado Ministerial llegó a su lado. Rouvás no lo vio ingresar, pero si vio la placa que colgaba en sus ropas y que indicaba algún cargo en algún Departamento. Al menos no eran los único que hacían usos de sus cargos más allá de un horario hábil. Fue Gryffindor quien se encargó de informar que no tenían idea de la presencia de las dueñas por el momento, pero quizás con más personas en su búsqueda dichas mujeres podían aparecer.

 

Aunque dado el tiempo que llevaban quizás era mejor acudir a investigar otro lugar. Se puso como nota mental mencionárselo más adelante a Thomas, puesto que una vez salieran de allí tendrían que analizar lo poco que habían conseguido.

 

—Sí, son bastante. . . llamativas, y bonitas. —Correspondió. Hasta el momento no se había percatado en ese detalle con lo concentrada que estaba en buscar cosas más sugerentes al trabajo. — Aunque creo que la Harley Davidson de la entrada sigue siendo lo más significativo del lugar, debe ser genial andar en una de esas.

 

Al contrario de las escobas, las motos si eran de su agrado, con ellas se podía andar a velocidad sin despegarse tanto del suelo. No eran una gran conocedora de los distintos tipos, pero si reconocía varias.

 

— Por el futuro. . . —Alzó levemente el vaso con intención de chocar el de él. Sonó un débil click con el contacto. — También por nosotros, por nuestra amistad. . . —Se tuvo que obligar a mirar algo que no fuese los ojos de Thomas, se sentía un poco intimidada de alguna extraña manera, además que sus mejillas amenazaban con comenzar a encenderse antes de siquiera haber bebido algo.

 

> —¿Crees que los demás hayan tenido más suerte con los lugares que visitaron? —Y por los demás se refería a Kyttara, no recordaba con exactitud a dónde había ido, y también a Pomfrey, quien de seguro se había quedado de guardia. —No parece que vaya a presentarse nadie, podríamos decir que esto está un poco en el abandono de los que atienden, el tipo de la puerta y el barman. Tal vez deberíamos regresar al CCU, no creo que consigamos demasiado aquí. —Ciertamente no se veía nada sospechoso.

[Thomas E. Gryffindor]

Rol Ministerial

Control de Comercio Universal

-A tu salud, Bonis... Cheers!- expresó sonriendo el adolescente con un brillo singular en sus orbes, misma emoción que se conectó entre ellos cuando las copas de ambos se unieron en un armónico sonido que llamó la atención de su tía Talia que estaba cerca de la barra junto a una desconocida, guiñándole un ojo en señal de complicidad absoluta y discreción familiar. -¿Más suerte que nosotros? Lo dudo, Athena. Kyttara estaba muy molesta ante la actitud que tomó Anne en otro de sus negocios donde no la atendió... "Café Tacuba" ¿Lo conoces? Y bueno... Groter desapareció justo luego de que yo le asignara su misión mensual; se volvió un tipo muy irresponsable y engreído desde que asumí el mando en el CCU, no logro explicarme el porqué de su proceder tan personalista... siendo hermanos- respondió el muchacho con pesar en sus palabras, ahogando su incertidumbre en el alcohol de miel que cada vez se reducía más en el recipiente de cristal que el garzón le había servido previo al brindis. -¿Regresar? ¡Claro que no! Mira la hora que es, linda. Cuando nos vayamos de aquí... nos iremos a la mansión de mis padres. Allá también tienes una alcoba a tu disposición ¿Cierto?... No quiero que te vayas a La Madriguera hoy, de verdad, es... peligroso- agregó antes de terminar su trago, para después guardar su obsequio de cumpleaños entre las ropas que lo vestían. -Espera unos momentos aquí... Iré a hablar con el tabernero del pub. Voy y vuelvo- aseguró Elros mientras se ponía de pie con el propósito de encaminar sus pasos (no olvidando lanzarse a la boca un trozo de queso) hasta la ubicación de Zeta; el mismo que estaba con la guitarra en la mano para empezar a entonar sus canciones "a capela" durante dicha velada amistosa que reunía a muchas parejas de amigos y enamorados.

-Señor Zacharias. Ante la ausencia notoria e incómoda de las propietarias de "Elviris Pub". Yo, Thomas Gryffindor, fiscal del Control de Comercio Universal del Ministerio de Magia; declaro que esta cafetería-bar-pub se encuentra en calidad de CLAUSURADA hasta nuevo aviso. Se llevará a cabo una investigación interna para dar con el paradero de las dueñas... aunque la señorita Anne Gaunt es mucho más fácil de ubicar siendo una warlock que debería practicar con el ejemplo ante la comunidad mágica. ¡Pésima imagen deja ante la sociedad, eh! Vaya pecado- manifestó con un dejo de superioridad que no dudó en dejar plasmada frente al imponente hombre de piel tostada. -Por favor, si usted llega a saber algo de las señoritas Gaunt... Dígales que las espero en las dependencias del CCU, aquí mismo en el Callejón Diagón, para entablar una conversación. Pero por ahora... Esto está ¡CLAUSURADO!- vociferó con alegoría el medimago, para que todos los allí presentes se dieran cuenta de la falta y vieran cuando un cartel emergiera en una de las paredes frontales del local, luego de un rápido movimiento con su varita; el mismo afiche que pondría en la puerta de ingreso-salida del pub a su retirada. -¡Vayámonos Athena! Ya dejé cancelada la cuenta al mesero. No tenemos nada más que hacer aquí- concluyó tras llegar al lado de la auror; orientando su andar con prisa hasta el peculiar portón de madera donde desplegó, una vez más, la pancarta con el sello ministerial respaldando sus actos bajo el amparo de la Ley Mágica.

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Editado 9 de Noviembre del 2016 por Thomas E. Gryffindor

[Dylan Ramsey]

Joey Foster

 

El muchacho se paseaba tranquilamente por el callejón mientras observaba a su alrededor como pasaban las personas con algunos productos de los negocios del lugar, sonriendo apenas ya que le parecía tonto algunos productos que llevaban aquellas personas. -De verdad que la gente compra cosas innecesarias- Dijo en voz baja mientras un viento frío recorría alrededor suyo, por lo que inmediatamente decidió ponerse una chaqueta de cuero negro que llevaba en su mano derecha, además de portar una camisa blanca, unos pantalones negros y unos zapatos negros bastante cómodos.

 

Joey avanzó lentamente observando algunos de los letreros de los negocios. Avanzó un poco más pasando por el banco gringotts, hasta que observó un rótulo de madera el cual trajo recuerdos a su mente. -Elviris Pub- Acotó después de suspirar ya que le hacía falta tanto ese lugar en donde había conocido personas importantes para él. Entró en aquel negocio, observando la Harley-Davidson que siempre había estado en la entrada.

 

Foster caminó unos cuantos metros hasta llegar a los altos taburetes del bar, tomando asiento en uno de ellos, posando sus codos sobre la barra observando detrás del barman, algunos de los más finos licores del negocio. -Buenas, ¿podría darme un mojito por favor?-Dijo al empleado del lugar mientras observaba alrededor esperando toparse con alguna persona conocida, y ¿Por qué no? Conocer a alguien y poder hacer nuevas amistades.

[Veronica Prince Rambaldi]

http://i.imgur.com/nCSKGQV.png

 

Caminar desde El Profeta por el Callejón hasta aquel pub no me había llevado más de media hora, de hecho, por mirar vidrieras es que había demorado tanto. Había recabado información sobre aquel local, Anne era la dueña y no debía dejarme engañar por aquel viejo portón de madera que parecía sólo cubrir un hueco cerca del Banco mágico. No, las instrucciones eran precisas, poner las manos sobre las iniciales del nombre escrito sobre él. Observé el Elviris Pub y la madera sobre la que estaba escrito, necesitaban un buen plumereo. Bajé la mirada hacia mi traje, al menos no era blanco, el gris de la pollera y la chaqueta era de los claritos, pero no tanto, la camisa si sufriría más, era blanca.

 

Me arremangué, acomodé la cartera en mi hombro y posé, algo incómoda, mis manos sobre la E y la P. Magia, era algo que me resultaba tan natural desde pequeña, que no me asombré al ver aparecer la verdadera puerta al local ¿sería por eso que se había perdido Anne? ¿nadie la habría abierto o la gente habría olvidado como entrar? Di un paso al frente con valor y mis zapatitos de media estación, a juego con mi cartera en gamuza gris plomo, se posaron sobre una superficie que no esperaba.

 

Las imágenes se me hacían tan extrañas y sin embargo agradables, una moto, a todas pintas muggle, una máquina tragaperras, vaya, una pinta de garito ¿eh? No lo esperaba de una bruja que parecía seria. Atravesé rápido el pasillo y me encontré en el local mismo, lancé un silbido por lo bajo y busqué ¿Estaría @ allí o debería pedir por ella al hombre alto y musculoso que estaba tras la barra? Ahhh, olvidé todo lo demás, pool, sillones, mesas, ¿clientela? y me dirigí hacia el hombre que de espaldas limpiaba unas copas y me mostraba buena y atractiva parte de su anatomía trasera mientras el espejo frente a él reflejaba un rostro bastante atractivo.

 

--Ehmmm, disculpe, busco a la dueña, Anne Gaunt ¿ella se encuentra? --y si no me puedes atender tú muy bien, pensé esperando que el tipo no fuera legilimántico.

[Gatiux]

Ultimamente estaba tan atareada que no le daba el tiempo que merecía a su otro pasatiempo favorito: el alcohol. Al final del día, cuando debía estar echando un trago de whiskey al gaznate por lo bien que rodado de los acontecimientos, acababa en la cama con los zapatos de tacón a medio quitar totalmente derrumbada. Necesitaba desentumecer el estómago con urgencia, o acabaría siendo de esas que se emborrachaba con apenas dos tragos de cualquier bebida con poca graduación.

 

A Gatiux le llamó la atención el ambiente rockabilly del local. Era como una vuelta al pasado, cuando el estilo pin up estaba en auge, y Elvis Presley empujaba a los muggles a mover las rodillas. Sonrió de forma aprobatoria, preguntándose a sí misma cómo había tardado tanto en descubrir un sitio como aquel. ¡Si hasta tenían mesa de billar! A la banshee de cabellos violetas le encantaba jugar al billar y a los dardos, y todo lo que pudiera contribuir a una buena juerga.

 

Dejó el abrigo en el perchero. Iba vestida con un ajustado y seductor vestido negro que se ceñía por completo a su figura, apenas cubría la mitad del muslo con la prenda e iba subida a unos altísimos tacones de color violeta, a juego con su larga cabellera. Se encaramó al taburete cerca de la barra donde un atractivo camarero limpiaba un vaso. Juraría que lo había oído silbar mientras se quitaba el abrigo y ahora la miraba de forma lasciva de arriba a abajo.

 

- ¿Qué va a ser, bombón?

 

- Un Long Island. -contestó Gatiux, devolviéndole la sonrisa- ¿Se puede elegir ya la canción?

 

Él camarero sonrió y le enseñó la máquina donde podía elegir el disco y la canción que quisiera. Después de un rato mirando canciones, eligió Rock this town de los Stray Cats. Regresó a la barra moviendo los pies al ritmo de la música, donde el camarero esperaba con el cóctel preparado. Ella lo tomó y se lo llevó hasta una mesa cercana a la mesa de billar, donde empezó a preparar las bolas con mimo para practicar ella sola. Luego enfiló la bola blanca y sacó, el particular ruído de bolas chocando unas contra otras llenó el ambiente, mientras sonaba la siguiente canción: Blue Suede Shoes, un cover más lento de la versión original.

[Carlomagno Malfoy]

El hombre tenía un par de horas dentro del establecimiento sentado en un taburete pegado a la apolillada barra de madera apoyando sus brazos con comodidad y con la mirada perdida al fondo de su vaso cuyo ambarino liquido casi había desaparecido por completo por cuarta vez en los últimos treinta minutos.

 

Apenas y se mantenía un poco consiente de lo que sucedía a su alrededor, seguía sumido en sus pensamientos como desde el mismo día que había podido escapar de cautiverio, tratando de recordar voces, rostros, complexiones… cualquier cosa que le sirviera de pista para saber o al menos intentar saber la identidad de sus captores.

 

Tenía claro el hecho de que debían ser de Inglaterra a juzgar por los acentos, pero las voces en su presencia habían sido poco menos que susurros y la realidad es que aún no había podido relacionarlos con alguien a quien hubiera escuchado de antaño. Muy a pesar suyo sonrío amargamente y se llevó el vaso a la boca terminándose de una el poco contenido que le restaba.

 

Una ligera brisa ondeó dentro del local cuando se abrió la puerta y se esfumó casi instantáneamente cuando un comensal más entro al lugar; él estaba a punto de pedir que le rellenaran la bebida cuando una voz que si despertó en él un sentimiento de familiaridad llegó hasta sus oídos.

 

- Un Long Island.

 

El Malfoy casi se rompe el cuello al girarlo con brusquedad al tiempo que si mirada se posaba en la esbelta figura de una joven de cabello violeta que se encontraba al otro lado de la barra pidiendo una bebida e inmediatamente girándose hacia la máquina de la música. Se quedó con la mirada en ella esperando que volteara para hacerle una seña, pero al parecer no había visto al hombre.

 

La joven tomó la bebida ya preparada y se alejó hacia una mesa a unos palmos de la mesa de billar, donde dos jóvenes justo terminaban una partida y se marchaban. El ojiverde se levantó de su lugar mientras le hacía señas al camarero para que le rellenara el vaso y lo llevara a la mesa de la chica; y comenzó a moverse en esa dirección con sigilo.

 

Se sentía tan solo un poco mareado, afortunadamente no había perdido la habilidad de tomar mucho whiskey de fuego en poco tiempo o estaría pegado a la barra en calidad de bulto. Al aproximarse un poco más sus ojos recorrieron la silueta de la joven con una mirada bastante reveladora y no era para menos, el vestido negro se ceñía perfectamente a su figura y además era demasiado corto… no se podría culpar a si mismo por ese comportamiento, era simplemente naturaleza humana.

Gatiux estaba demasiado concentrada preparando su tiro de salida, tanto así que no se percató de que Carlomagno ya estaba pegado a la mesa y observaba con atención. El sonido del choque de la bola blanca con el resto se esparció rápidamente por el bar y el ojiverde haciendo gala de su gran destreza como buscador atrapó la bola 8 antes de que se clavara limpiamente en el bolsillo de la esquina.

 

- ¿No sabías que si la bola 8 se encaja con el tiro de salida pierdes automáticamente el juego? - Dijo el Malfoy sonriente mientras posaba nuevamente la bola dentro del campo de juego y enfrentaba la mirada enfadada de Gatiux… quien seguramente de primeras no lo había reconocido.

 

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@Gatiux

[Veronica Prince Rambaldi]

http://i.imgur.com/nCSKGQV.png

 

El hombre me había negado la presencia de la bruja en el lugar, en realidad no me sorprendía, aunque había algunos comensales había estudiado el lugar y el mismo no tenía demasiado movimiento en el último tiempo. Pedí una copa de hot toddy, y para mi sorpresa no debí explicarle al bartender qué es lo que deseaba. Mientras tanto mi curiosidad me había llevado a alejarme de la barra y estudiar por unos momentos a los presentes, ¿Sería que podría obtener algo interesante para el periódico en esta oportunidad?

 

Tomé asiento en una mesa en el rincón, mientras buscaba mi libreta y anotaba en ella algunos datos. El cantinero no tenía ni idea de cuándo podría llegar Anne de visita a su propiedad, no me quedaba de otra, busqué entre mis notas, mientras continuaba probando el trago que me habían servido en un vaso labrado. Mi pluma corrió por sobre el pergamino y taché Elviris Pub, como había hecho con Puntos Cardinales, después de todo ella no era más socia allí. Podía ir a Café Tacuba o a Ramen Kingdom, busqué una vez más, no recordaba de qué trataba aquel negocio. Me preguntaba si debería recorrer todo el Callejón Diagon o sería mejor ir a alguna de las dos familias, la Gaunt o la Haughton, pero ¿a cuál de ellas ir primero? Sería cuestión de azar o aún mejor, de análisis, mostrando mis dotes periodísticas.

 

Levanté la vista, mientras pensaba, y observé una vez más a la pelivioleta y al mago que ya no la observaba desde el otro lado de la barra sino que se había acercado a la mesa de billar. Las bolas habían chocado antre el impulso del taco y la charla entre ellos parecía iniciar.