~ Ink Master ~ (MM B: 104529)

[Juliene Black Lestrange]

― Bien, hora de trabajar.

Uno, dos, tres pasos y ya estaba en las callejuelas de Ottery, varita en mano y mascara sobre el rostro, mientras el suave viento hacia danzar su cabellera casta%2

[Lisa Weasley Delacour]

Madre santa, madre santa, ¿que pasa aqui? Yo veia caer cadaveres al suelo, pero todos de mi bando, respira, respira, me decia mi voz interior, debes centrarte y asi lo hice, pero no escuchaba mi voz interior, si no la voz de Mei, aquella mujer que era parte de mi vida, mi pilar fundamental en ella, tenia que aguantar, por ella, por mis sobrinos y sobre todo por la orden del fenix. Me movi y dije - Liberacorpsu - La hostia que me di al caer fue bonita, pero no me heri, era una altura corta para poder hacer ninguna herida, me levante y me volvi a poner a diez metros de mis rivales, que mirandolo bien, era todos.

 

- Episkey - Dine para curarme de la herida del abrosvere que Velkyria me habia regalado. Estaba a mil, necesitaba salir de alli, pero ¿como? la pregunta del millon, seria complicado, pero no impisoble

[Kahlan Blackthorn]

Juv Malfoy Haughton

 

-Celerus Fuego Maldito Mortis…-sentencio altiva la Ángel Caído, dando un fuerte latigazo con su oscura varita. Brotando de la misma tres enormes lenguas de fuego, aquellas no tardaron en ascender hacia el firmamento, extendiendo sus alas con fuerza y determinación. Tres águilas reales dejaron escapar fuertes graznidos por sus picos, ordenándole a la primera de ellas impactar por la espalda en Arya. El golpe fue certero y doloroso, provocándole quemaduras que le escocieron la piel de forma considerable y muy lacerante.

 

-Dolor, dolor eso todo lo que van a experimentar a enfrentarse a nosotros…-musitó entornando sus ojos hacia Hank, agradeciendo que Radamantys usara efectivamente un Necromantia en contra del Demon Hunter, impidiendo que realizara la acción que este deseaba. La segunda águila rea impacto por la espalda en Hank, igual que en el caso de Arya, varias quemaduras se hicieron presentes en la piel del Demon Hunter. Era lindo escucharlo hablar, pero cuando dejaba que eso le nublara la razón y le sacara del eje que marcaba la batalla si que le provocaba mucho más gracia a la Malfoy.

 

La tercera águila real hizo lo propio, impactando en el cuerpo de Lisa, golpeándole fuertemente por el costado derecho. Era un golpe que arranco un quejido sordo de los labios de la Delacour, algo que no le desagrado en lo mas mínimo a la demonio.

 

-Lindo, pero creo que le falta sabor al caldo…-sonrió volviendo a centrar su vista en Hank-Confundus…-pensó la demonio, provocando que la mente de Hank de viera envuelta en una maraña de confusión y desolación, arrancándolo de forma violenta del lugar de la batalla, lanzándolo a un pozo oscuro que no tardaba en convertirse en su tumba.

 

-Necrohands-pensó la Ángel Caído, invocando un par de manos que se colocaron delante de ella, fungiendo como un escudo que le protegería de lo que desearan lanzar en su contra.

[Arya Macnair]

Respiró profundo y se incorporó, la frente perlada en sudor y los ojos vidriosos por las lágrimas, pero no había derramado siquiera una, - Episkey - pensó una vez más, y la piel quemada sanó por completo, el alivio fue ligeramente mejor, aun quedaba para reponerse, y por extraño que pareciese lo único que le molestaba era el desorden en su nuevo negocio, probablemente ella debería limpiar, no veía a Hank con una escoba en la mano si no era para volar; - Episkey - volvió a pensar, y las heridas dolorosas y sangrantes en su espalda cerraron por completo, ahora si estaba como nueva, aunque algo exhausta, no acostumbraba a tales cosas, desde que Ámbar nació lo había relegado por miedo.

 

- ¿Quién limpiará todo esto? - Preguntó en voz alta ciertamente renovada, al menos esperaba que los invitados con Máscara y todo se quedasen a ordenar un poco, y quién sabe, quizás querrían un tatuaje.

[Juliene Black Lestrange]

― Bien, hora de trabajar.

Uno, dos, tres pasos y ya estaba en las callejuelas de Ottery, varita en mano y mascara sobre el rostro, mientras el suave viento hacia danzar su cabellera castaña, suspiró, dejándose guiar por la desaparición. Era momento de la verdad, de al fin hacer algo con su nuevo rango, y de divertirse.

Instantáneamente apareció frente al local nombrado Ink Master, olisqueando, la batalla se sentía cerca y el incesante dolor en su antebrazo se hacía cada vez más fuerte, avisándole, bueno no es que fuera espeluznante rápida con la varita, pero sí que lo era con las piernas, para algo había entrenado durante tantas noches de caza.

Así que no fue mucho el tiempo que duró para adentrarse al mentado negocio y decidir brindarle un poco de ayuda a sus compañeros, se posicionó a una prudente distancia de sus oponentes fenixianos, siete metros, dedicándose a esperar por el momento de la verdad.

― Es un buen día para morir, ¿no creen?― fue entonces que vio perderse un hechizo en la llanura― Creo que necesitas lentes nuevos, cariño o... mirar más allá de lo que ves.

[Lisa Weasley Delacour]

Sin mirar atrás, ¿para qué? Quería salir de allí cuanto ante, algunas veces como era el caso huir era la mejor solución, para así poder volver a recopilar información, ponernos las pilas de nuevo y volver al ataque. Estaba con la adrenalina a mil, pero por extraño que pareciese pensaba a las mil maravillas, le di las gracias meramente a Mie por haberme entrenado de aquella manera. Corrí como nunca, como si tuviese un cohete en el culo, a hacia la salida y cuando los conjuros anti aparición dejaron de hacer efecto, así como a unos diez metros de la puerta de entrada del negocio, gire sobre mis talones y desaparecí de allí en dirección vete tú a saber dónde. Ya no estaba allí, allí solo quedaban los restos de una batalla masacrante contra la orden y no iba a permitirlo más, debía entrenar, crecer para detén el bando oscuro y loara. Ya no seguía presente, pero si micforaozn.

[Arya Macnair]

Sus palabras al parecer molestaron a alguien, pues de nueva cuenta le estaba atacando, su cuerpo se volvía a ver envuelto en llamas oscuras, abrazadoras, ardientes, dolorosas, dañinas, pero en esa ocasión no se dejaría estar, era momento de actuar y ser ligeramente más rápida, - Episkey - pensó luego de que aquellos animales flameantes buscaran otro objetivo a quien dañar, y el dolor amainó lentamente, debería abrir más los ojos si quería lograr salir ilesa de allí, no pretendía volver a San Mungo como paciente, lo odiaba, era molesto, la mayoría de las enfermeras le temía, y odiaba ser tratada como tal, ella era una empleada allí, no una don nadie.

 

-Episkey- su mente resonó con aquella voz tan femenina, y las heridas de aquel fuego desaparecieron como si nunca hubieran sido creadas, - Veo que tenemos audiencia, éste negocio fue una buena idea - dijo en voz alta, estaba casi segura de que Hank estaba por ahí, había creído verlo realmente.

[Radamantys]

Radamantys nego con la cabeza, no era que se le diera mucho estar discutiendo o estar viendo cosas que no existian en lugares que no habia y su paciencia era poca, Radamantys contemplo como Juve se ponia a quemar a todos los presentes por lo que para evitar mas conflictos apunto la varita a hank y penso:

 

-Confundus-

 

La mente de Hank vagagaria sin sentido en su siguiente accion una disntinta a la que juve le habia confundido, una ves mas Radamantys apunto a hank y penso de nueva cuenta:

 

-Confundus-

 

La siguiente accion despues de las de los anteriores confundus seria perdida por el Mago hank asi que para acabar de una vez por todas con aquello Radamantys susurro por tercera y ultima vez:

 

-Avada Kedavra-

 

Hank moriria pues no podria defenderse de aquel rayo mortal y mucho menos curarse de lo que juve le habia emviado, Rada miro como una odefa corria despavorida del lugar, aquello habia sido una verdadera matanza en favor de la marca y esperaba que aquello se diera mas a menudo, Slytyherin se movio un poco viendo con ganas a sus compañeros.

[Hades Ragnarok]

El Ángel Caído se mantenía sentado en la rama de aquel árbol. Observaba el cielo con tranquilidad. Había paz, no había ni Muggle, sangre sucia o ningún tipo de animal cerca. Al parecer sentían el aura oscura de aquel vampiro. La brisa era tenue y esta golpeaba la nívea faz del Ragnarok.

 

Se encontraba en equilibrio. Sin embargo la tranquilidad fue sustituida por un ardor. Sabía lo que significaba, había llegado el momento de jugar. Sin perder tiempo el Ragnarok se levanto sobre aquella rama. Colocó su máscara blanca con dibujos negros en su faz y abrió los ojos. Un brillo intenso estaba en ellos.

 

Iba vestido con aquella túnica negra de seda, sin zapatos solo las medias de fina seda que le permitían sentir las piedrecillas del suelo o donde pisara y los guantes también de fina seda que cubrían su nívea piel. Sin perder tiempo salto de aquella rama para caer sobre sus dedos en el suelo de aquel sitio. Después de aquello no perdió tiempo. Desapareció del lugar.

 

……………………………´

 

Apareció en aquel lugar del Callejon Diagon, en las afueras de aquel negocio (Ink master). Tras la máscara dibujo una sonrisa malévola mostrando los filosos colmillos. Si es que alguien hubiera podido ver su faz cubierta podría haber notado lo peligroso de aquello. Con la varita en mano ya estaba dispuesto a entrar en la batalla y a divertirse un poco. En su otra mano refulgía la empuñadura con figura de dragones de su fi9losa katana.

 

-llego el momento garras de fuego, vamos a jugar cono en los viejos tiempos –susurro.

[Melrose Moody]

Catherine

 

Curiosamente, el primer llamado que sintió poco antes de la llegada del patronus, fue el de la pulsera de la Orden Oscura. Vagamente, se preguntó si alguno de sus compañeros de clan estaría pidiendo una reunión en la Fortaleza Errante. Pero no era así. Una gacela entró por su ventana, importunándole en medio de su lectura de "Resurrección" de Tolstoi.

 

Escuchó el mensaje el tiempo suficiente como para saber que no debía perder tiempo ni energía. Dejó la ventana abierta, corrió al ala central a avisarle a Freya que tuviera la casa bien resguardada y que la dejaba a cargo y abandonó los terrenos Stark fundiéndose en la noche.

 

El lugar quedaba en el Callejón Diagon. Un negocio que Mona le había comentado, de pasada, que acababa de abrir por el callejón y por el cual estaba un tanto emocionada. "Ink Master" era su nombre y Catherine estaba segura de que Mona no podía equivocarse con algo así.

 

Pronto, distinguió la fachada ante ella, luego de apenas corretear un tanto por el empedrado.

 

Se encontró en la entrada del local con resuello y con la luz brillando en su rostro. Llevaba la varita en la zurda, como siempre. Por suerte el patronus la había cogido por sorpresa con sus típicas túnicas negras y botas de similar color, algo gastadas pero decentes. No se distinguía de cualquier otro mago, salvo quizá por la trenza que colgaba de su espalda.

 

-Por dios, vayan a las mansiones de sus allegados a montar escándalo -soltó de mala gana, alzando la varita lista para atacar... o defender.