Jump to content

Chateau Dumbledore (MM B: 78647)


Ada Camille Dumbledore
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Pasaron segundos que parecieron horas mientras me congelaba al ver a la Luna. Mi reaccion de sorpresa inicial, evidentemente remarcaba que la ultima persona que pensaba encontrarme en el laberinto, incluso en un compleaños de Ada, era a ella. Muchas cosas habia pasado que no me daban dulce sabor de boca...principalmente con Alessandra...y su casi amenaza constante a mi hermoso cuello y claro el saber el enredado entramado familiar que llevaba a cuestas por mis relaciones dispersas. Claro al principio no se dio cuenta que era yo el que estaba frente a ella. En mi defensa he de decir...que estaba en shock por eso no la ayude a incorporarse. Aunque tambien era evidente que no me duraria toda la noche el susto.

 

-Venga...deja de decir palabras inconexas -dije sonriendo mientras me arrascaba la cenza en sintoma claro de nerviosismo- que el que deberia estar asi soy yo. Ademas yo pregunte primero. -acaso lo habia hecho??.

 

Me cruce de brazos....no era de pedirles explicaciones a nadie pero sin dudas @@Luna21 y yo tendriamos que hablar largo y tendido de cuestiones que teniamos en comun y que estaban a la sombre de un pasado no muy amable.

 

-Como estas?? -fue lo proximo que salio de mi boca...nada como si de una conversacion casual se tratase.- Te dañastes???

MATADORES-FINAL.gifSean-y-Leslie.gif

T9wDvtJ.gif

XXBPo79.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El juego seguía su curso y la temperatura iba en aumento, solo había que relajarse, esa era la premisa principal del asunto. Al sentir el tacto de la bruja el joven black decidió simplemente dejarse llevar, después de todo habían muchos ojos indiscretos en el lugar y para un hombre de su posición podía resultar fatal.

 

Mientras era arrastrado hacia la oscuridad el pelinegro pudo disfrutar de las bondades que la bella bruja tenía para ofrecer, el vestido era lo suficientemente ceñido como para revelar un cuerpo tonificado, tal vez por el ejercicio, tal vez por pura genética, poco importaba ahora.

 

-Lo desconocido siempre es sexy, genera adrenalina.- Contestó el ojiverde de forma sugestiva. -Aunque el origen de mi nombre es realmente divertido e irónico al mismo tiempo.- Dijo mientras continuaba con el recorrido, esquivando a varios invitados.

 

-Me llamo Kaiser, nombre de procedencia alemana, significa "emperador", pero soy de origen Ruso y ahí justamente está la ironía, un ruso con nombre alemán, mi padre siempre fue un admirador de las ideas supremacistas y aún cuando Alemania invadió Rusia el seguía enamorado de la idea, de ahí mi nombre, todo lo contrario es mi segunda denominación, Pilu, de origen esloveno, significa algo así como "el bendecido", a mi madre siempre le pareció muy simpático el contraste, pero en fin ud. puede llamarme como desee señorita.-

 

Casi al mismo tiempo que terminaba la frase tuvo que soltar a la dama y girar sobre su propio eje para evitar a un elfo apurado que corría con dos bandejas de tamaña envergadura. El giro provocó que ambos quedaran pegados y apretujados contra la pared

 

-Esto es a lo que yo llamo un "feliz" accidente.- Comentó divertido sin dejar de mirarla a los ojos.

 

El recorrido continuo por una escalera en forma de espiral hasta llegar a lo que parecía ser la mazmorra, lo cual resultaba lógico, después de todo cada edificación antigua de ottery tenía una.

 

Cruzaron un pasillo extremadamente largo sin soltarse y eligieron al azar una de las viejas puertas de madera. Al ingresar y sin previo aviso el black tomó a la bruja de la cintura con ambas manos, la levanto sobre si mismo y la sentó en una de las viejas mesas de tortura, quedando de pie entre las piernas de la joven.

 

-No se si es momento de escuchar su nombre o tal vez prefiera decírmelo mas tarde.- Le susurró al oído pegándose cada vez mas a la joven.

 

 

 

@@Lady Luxure Grindelwald

 

 

SYwSmIQ.png


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La peliblanca aún seguía en shock recordando todo lo que había pasado e intentando hablar con claridad, pero las palabras perecía que no querían salir, miró hacía arriba soltando un breve suspiro- Disculpa... yo... hace mucho que no nos veíamos.- ahora avergonzada porque apenas era consciente de lo que decía.

 

-Estoy... bien bien, supongo.- Levanto su falda para observar sus rodillas un poco raspadas por la arena.- Eso creo.- Sonrió tímidamente un poco más tranquila aunque aun con la respiración agitada.- ¿Y tú como estas? Cuanto tiempo sin saber de ti... ni una... lechuza, ocupado como siempre imagino. - Volvió a respirar hondo.

 

-¿Que ha sido de tu vida? no has cambiado mucho.- Le observó de arriba a abajo .- Aunque si se nota que han pasado los años.- Por un momento volvió en si recordando donde estaban, en aquel laberinto perdidos, y solos.

 

@@Sean -Ojo Loco- Linmer

10tV0ei.jpg



hziDp0k.gif elq0o7Z.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Ernest se quedo en silencio y dejo que la chica hablara por unos momentos, su mente trabajaba a mil por hora viendola, vio como olia la rosa de una forma bastante delicada y sonrio, la chica lo dirigio a la salida del laberinto y hacia el salon del baile, en donde habia una mesa. El chico hasta ese momento hablo pues un elfo le habia preguntado que queria....

 

-Se me antoja un whisky de fuego y traigale uno a la señorita de mi parte- dijo guiñandole el ojo a la muchacha- Yo lo pagare- no sabia si iba a costar algo, pero tenia que ser lo mas galante posible con esa chica, mas con lo que se le acababa de ocurrir e hizo una sonrisa picarona.

 

-Se me acaba de ocurrir algo para conocernos mejor...- dijo el muchacho mientras sacaba la varita- Y tambien para conocernos con honestidad. - dijo el muchacho y empezo a dirigir su direccion a la varita. - Accio Veritaserum- dijo y unos momentos despues el frasquito que habia comprado en el mall hace unos dias llego a la mesa. - Te tengo un juego, voy a decirte dos cosas de mi que son verdad y una que es mentira....Si adivinas la cosa que es mentira, te debere un regalo, si no tendras que tomar un trago del whisky de fuego con un poco de Veritaserum, y tendras que responder cualquier pregunta sobre ti que te haga personal sobre trabajo o familia o sobre ti, que luego se que hay ambitos que para nada hay que tocarse- dijo mirandose disimuladamente la muñeca izquierda donde tenia la marca tatuada.

 

-Empiezo yo- dijo el mago mirando a la chica- Lo primero que te digo, no me gusta ninguno de los sortilegios weasley, se me hacen excusas baratas para perezosos. - dijo y sonrio- Mi segunda cosa que te digo es que me expulsaron de Hogwarts, por la muerte de una chica- dijo el joven mirandola sonriendo- Y la tercera es que el animal del mundo magico que mas detesto es el Thestral, no le veo necesidad cuando ya tenemos escobas- dijo el chico y sonrio picaronamente. - ¿Cuales son verdad y cual es mentira? te dire toda la verdad cuando las adivines...- dijo sonriendo- Claro...si eres tan valiente como para querer jugar...- dijo mordiendose el labio.

 

Pero dejando la melosidad para otro momento de esta bella pareja o amistad que se forje entre Ernest y @@Ada Camille Dumbledore pasemos a la entrada del Chateau Dumbledore, querido lector, en donde se veia por la calle llegar a un personaje que hace mucho no se veia por el mundo magico, Enoc Zapata, llego a la puerta del Chateau y la empezo a tocar esperando que alguien rapidamente lo atendiera.

 

Al momento un elfo llego.

 

-Viene a la fiesta Señor, necesito su...- dijo el elfo pero Enoc lo interrumpio con un ademan de manos.

 

-No no vengo a la fiesta, no me invitaron y no tengo invitacion, vengo por que estoy buscando a la Señorita Darla Potter Black.- dijo el joven impaciente.

 

-Esta en el castillo adentro Señor, pero...no se si.... - Enoc estaba impaciente, no podia perder mucho tiempo y tenia que apurarse, sabia como lograr convencer al elfo.

 

-Te acuerdas de Dobby ¿verdad amiguito? Que le fue a avisar al joven hechicero que vivio que no fuera a Hogwarts, pues podria haber problemas y tenia razon, este es un tipo de esos casos en donde tengo que avisar o si no las cosas se podrian descontrolar, ¿me podrias dejar pasar?, Te prometo que nadie me vera- le dijo al elfo y el elfo se quedo por un momento pensativo hasta que abrio la reja.

 

-Entonces esta dentro del castillo Darla verdad?- dijo Enoc y el elfo asintio, -¿Hay algun tipo de sala especial o algo asi en donde pueda hablar con ella sin que nadie nos escuche?- pregunto el mago y el elfo asintio- llevame alli y dile a Darla que la busca enoc, amigo...ex-amigo del que se hace llamar Ernest Macnair...- dijo el director- Y dile que venga rapido....que es algo urgente. - dijo mientras se quedaba en el lugar en donde el elfo le habia indicado. Esperaba que la joven llegara rapido, no podia quedarse mucho tiempo...

 

@@Darla Potter Black

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

EQGTOop.png

 

El gesto del mago le hizo una cierta gracia, parecía esos dibujos a los que los muggles eran aficionados, agradeció que la sutil máscara de perlas cubriera parte de su rostro, porque sino se hubiera notado su risa, aunque su mejor amiga de la juventud le había dicho que sus ojos eran demasiado expresivos, por eso había aprendido oclumancia y metamorfomagia desde que tuvo acceso a aquellas artes, no era bueno que sus enemigos, ni sus "amigos" conocieran a la verdadera Darla. Se encogió de hombros ante las palabras de Taison y le dedicó una amable sonrisa, fue en ese momento, en su gesto al hacer la reverencia, en el que la esencia real del hombre se le reveló.

 

--Lycans --susurró para sí, negando, conocía la naturaleza de la mayoría de ellos y eso explicaba demasiado.

 

Estaba por disponerse a retomar el camino correcto hacia la sala en que se celebraría el cumpleaños cuando de repente frente a ella se materializó un elfo.

 

--Por las barbas de Merlín ¿por qué te apareces así frente a mí de esa manera? --gruñó más por su mente molesta con las distracciones que con el elfo --ya, ya, no pasa nada --dijo al darse cuenta de que el elfo podía comenzar a autoflajelarse por su comentario.

 

--Yo molesté a la Señorita Darla porque un mago la busca con urgencia en el despacho de la señorita Ariane--dijo el elfo estirando hacia bajo la levita, y evitando hacer algo más ante el gesto de la Potter Black.

 

--¿Un mago me busca con urgencia? ¿Quién...? --comenzó a preguntar.

 

--Que tonto yo, el Señor Enoc, amigo, ex amigo de Ernest Macnair, el pidió que le ayude como Dobby a Harry Potter --dijo el elfo con expresión nerviosa.

 

--¿Cómo a Harry... --una vez más comenzó a preguntar y no pudo terminar, el elfo había extendito su manita tomando a la pelirroja de la muñeca y se había desaparecido para aparecer nuevamente con ella en la puerta del despacho de Ariane --... pero qué demon... --comenzó a decir cuando el elfo se desapareció con gesto aterrado al notar sus colmillos fuera.

 

Darla lanzó un juramento y se calmó, bajó la cabeza, alisó su vestido blanco con detalles dorados y olvidando que tenía aún puesta el antifaz de perlas ingresó al despacho de Ariane, para encontrarse con un alto mago de tez y cabellos oscuros. Lo observó con curiosidad, recordaba que alguna vez había cumplido algunos encargos para Guardianes, cuando Ernest era aprendiz o ya empleado en Inquisidores, épocas revueltas en realidad.

 

--Señor Enoc, me han dicho que me busca con urgencia, soy Darla Potter Black, ¿en qué puedo ayudarlo? --preguntó al joven mago, acercándose a él con cierta curiosidad y recelo a la vez, habían pasado demasiadas cosas y mucho había cambiado desde la última vez que sus vidas se habían cruzado.

 

 

@@Ernest Macnair Wilfred

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No pudo contener una tenue risa cargada de admiración hacia la chica, bebió un leve sorbo de su wisky mientras la oía hablar, en un leve movimiento de su mano tocó la de la joven.

 

-Permítame mi bella dama que esta mascara enmarque un poco más el misterio de mi identidad- le contestó cortésmente.

 

Tomando la mano de la peliazul, le sonrió haciendo una leve reverencia -antes de que inicie el baile gustaría usted concederme el honor de pasear conmigo? -

 

La compañía de la macnair le resultaba agradable, la velada había empezado muy mal para el Rubio pero empezaba a mejorar muy gratamente para el.

 

@@Idylla Macnair T.

2j7M9VB.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La noche se había puesto fría, podía sentir la acidez en la lluvia previendo la tormenta, estábamos a unos 30 o 40 minutos de la fuerte lluvia, solo esperaba que no hubieran rayos.

 

Saliendo del laberinto el caballero me guió hasta una de las mesas, me deje llevar por el hasta allí. Tome asiento con gracia mientras observaba a uno de los elfos que se acercaba, me reconoció y poniendo suavemente mi dedo en mis labios en gesto de silencio atendió al pedido del mago.

 

La verdad era divertido el momento, no sabíamos quienes éramos, pero estabamos allí sentados a punto de compartir un trago.

 

La propuesta del juego me hizo soltar una sutil carcajada, sin perder la compostura lo mire directo a los ojos con mis ojos zafiro.

 

-Esta bien jugaremos... No estoy segura de lo que suceda después de esto, pero estoy segura que nadie se dara cuenta...

 

Solté con voz suave y melosa, era libre sin compromiso y me animaba a jugar. Sentí una pequeña punzada en el pecho de pensar en ciertos ojos avellana, pero esos a esos ojos no existía yo y era mejor para ambos.

 

Blanquee los ojos al ver como se mordía el labio, era un gesto que podía poco soportar sin pensar en cosas más interesantes. Me recompuse tratando de evitar el rubor en mis mejillas. Apoye los codos en la mesa y delicadamente puse mis menton sobre mis manos, casi como una pequeña niñas esperando jugar. Los tragos llegaban y era momento de jugar

 

-Bueno sus afirmaciónes solo me hacen pensar que la que es mentira su afirmación sobre los thestrals, son criaturas muy interesantes a decir verdad

 

Le miraba a los ojos fijamente, era fortunada que el antifaz no cubriera ni mis ojos, ni mis labios.

 

@@Ernest Macnair Wilfred

IMG-20220208-WA0203.jpg

Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿Crees que no lo sé? —preguntó con tono jocoso mientras la miraba fijamente a los ojos.

 

Cada vez conocía mejor a la Hasani. Era una mujer que siempre estaba preparada para todo, se lo había demostrado con creces en más de una ocasión y seguramente lo volvería a hacer en el futuro. Era alguien con quien era mejor no tener ningún tipo de problema. No solamente le atraía, también la admiraba por varios motivos. Ser atractivo para otra persona no era nada demasiado complicado, pero en cambio ser admirado sí que costaba más y por lo tanto tenía más mérito.

 

Pensaba que era al revés, ¿qué ha pasado? —sonrió. El australiano siempre le había dicho que la consideraba su amuleto de la suerte, su runa. La que lograba que todo lo que se propusiese le saliese bien. Desde que la había conocido así había sido, no había nada malo que le hubiese sucedido. Sabía que mientras estuviese cerca de ella nada malo podría suceder. Todo eso le daba una confianza extra en su persona, lo que le llevaría a atreverse a intentar logros más complicados.

 

Por el contrario, hasta ese momento nunca había escuchado de los labios de la mujer que él le diese suerte. Que ella pensase eso le hacía sonreír y esperaba que tuviese razón. Lo bueno de todo aquello es que la mortífaga le había demostrado más veces de las que quisiera admitir que todo lo que decía solía ser cierto y solía cumplirse. Cuando tuviese una duda esencial no había duda de que se dirigiría a ella para que lo ayudase. Era en la mujer en la que más confiaba del mundo entero.

 

Empezaba el juego para ellos, pero sería ligeramente diferente de lo que todos esperarían.

 

El australiano se pasó por encima una capa que llevaba bien guardada. Se trataba de su capa de invisibilidad. Al ponérsela dejó de ser visible para cada una de las personas que se encontraban en la zona, nadie podría saber cuál era su ubicación exacta. Se aseguró de no se le veía ninguna parte de su cuerpo y comenzó a caminar todo lo rápido que pudo detrás de la Hasani. No sabría decir con exactitud cuánto tiempo había pasado hasta que llegó a su lado, pero no fue demasiado.

 

¡Sorpresa! —le dijo tomándola de la mano nada más que la alcanzó. Le pasó la capa por encima para que también estuviera oculta y comenzó a caminar agarrado a su mano. Desde ese momento el paso fue lento, no quería que por un descuido descubriesen que se estaban ocultando. Había cambiado de idea, había decidido secuestrarla para él. Habría tiempo para dar los regalos y para disfrutar la fiesta con los demás, cada invitado parecía estar demasiado ocupado.

 

No podía dejar pasar la oportunidad de enseñarle a su pareja parte de sus pertenencias y parte de las zonas donde vivía. No sabía cuándo iba a ser la próxima vez que la tendría en el Castillo de la familia Dumbledore, por tanto iba a aprovechar cada segundo para disfrutarlo a solas. Los compromisos sociales podían esperar un rato. Seguramente aunque fuesen con los demás nadie les haría caso, así que... ¿Por qué no aprovechar que todos estaban en un lugar para escaparse?

 

Tenía varias ideas interesantes que podía hacer junto a ella, pero antes quería enseñarle a algunas de sus criaturas. Nunca había destacado por ser un mago que adquiriese un número muy grande de ellas, pero últimamente sí que había comprado bastantes. Ni siquiera podría decir cuál había sido la razón para ese cambio, pero tampoco entendía como en el pasado no había dedicado más galeones a la compra de ellas. Siempre le habían gustado, había muchas que eran magníficas.

 

Caminando a su lado y conociendo de memoria el laberinto la llevó por el camino adecuado para salir de allí sin encontrarse con nadie. Salieron por la parte más alejada de todos y de todo para poder tener su intimidad, aunque en esos momentos seguían sin ser vistos por los ojos ajenos en caso de que alguien estuviese mirando para su ubicación exacta. Tal vez le debería haber advertido de sus planes antes de dejarla entrar, pero así era mucho más divertido. ¿O no?

 

Ya fuera, se paró y la miró dentro de la capa. No les quedaba más remedio que estar muy juntos, la capa no era excesivamente grande, pero aquello no era una queja sino todo lo contrario. Se había parado para poder explicarle sus planes, tal vez ella quería estar en el centro de la fiesta y no quería privarle de esa opción. Lo que pretendía era darle más opciones, que pudiera elegir qué hacían. Porque sí, harían lo que ella decidiese. Él no se separaría en ningún momento.

 

Podemos ir con los demás o puedes venir conmigo, hay unas cosas muy chulas que quiero enseñarte. —comentó bastante emocionado. Nunca le había presentado sus criaturas a ninguna persona ajena, así que tenía interés por saber qué opinaría de ellas. Seguramente sus criaturas no serían tan geniales como las que podría tener la Vidente, pero todas tenían algo que las hacía ser especial. Lo único que no tenían era nombre y le parecía divertido que juntos le buscasen uno a las más interesantes.

 

¿Qué me dices? ¿Qué hacemos? ¿Te anotas a mi proposición? —le preguntó esperando con impaciencia su respuesta mientras acariciaba con la yema de sus dedos la mano que sujetaba. Ya sabía cuál sería la primera que le mostraría y le iba a dar una pista con la siguiente cuestión. —¿Crees que hay algún problema entre nosotros?

 

 

 

@@Juv Macnair Hasani

 

Harry-and-Ginny-harry-james-potter-96641

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—Se que lo sabes—respondió sin sacarle los ojos de encima.


El tiempo le había dado la oportunidad de conocer otras facetas de James, cada una de ellas terminaba de sorprenderla más. Le gustaba su personalidad aguerrida y valiente, matizada con esa elegancia y gargo que lo caracterizaba desde que lo conoció. Se admiraban mutuamente, sintiendo un profundo respeto el uno por el otro. Era sensato no tentar el lado malo de la Vidente y lo mismo pensaba ella con respecto al Tempestad.


— Nada a cambiado, pero me di cuenta que tenerte cerca me da más que suerte—sonrió. Sintiendo que era su mantra personal, aquella fuerza que te hace levantarte en medio de la batalla, aunque te encuentres abatido y sin fuerzas para lanzar el último golpe. El Australiano era su bálsamo, cobijo que estaría siempre para ella, amuleto que llevaba plasmado en lo más profundo de su ser.


Agradecía que confiará en ella plenamente, siempre estaría a su lado para brindarle una mano y su compañía por el resto de la eternidad. Eran la pareja perfecta, complementándose como lo hacen las almas gemelas, existiendo en un mismo entorno donde se potenciaban a cada instante. Dándose fuerza y renovando sus energías para enfrentarse al mundo costará lo que costará.


El juego había dado comienzo, pero algo le decía que la mecánica sería diferente para el par de mortifagos.


Avanzando con sigilo por el laberinto, no deseaba perderse e ir a parar a los brazos equivocados. En su pecho un agradable ardor se hizo más intenso, sintiendo un tacto conocido que envolvió su mano para secuestrarla después debajo de una capa de invisibilidad—Eres la mejor sorpresa de la fiesta, no puedo pedir nada mejor que tú—sonrió tomando sus manos colocándolas alrededor de su cintura lo sentía más cercano a ella—Así es menos probable que nos pillen, solo camina junto conmigo y será sencillo escabullirnos a donde quieras—la idea de perderse con el dentro de una sección de los terrenos Dumbledore, no le desagradaba para nada.


La fiesta perdió todo toque de interés especial para la Nigromante, no deseaba ser una mal educada. Justamente por eso agradecía el accionar de su pareja, sacarla sin tener que dar demasiadas explicaciones y de paso aprovechar para tenerlo muy cerca de ella. Jamás se atrevería a rechazarlo, pero no entendía porque no le comentó sus intenciones desde el comienzo, quizás de ese modo no habrían perdido tiempo valioso que pudieron ocupar en cosas más divertidas.


Las parejas terminaron formando toda una ensalada de frutas, quedando empatadas de curiosas formas. Para su buena suerte, ella no tuvo que pasar por dicho proceso y fue raptada por el único hombre que existía para ella—Como no lo sospeche, debí suponer que harías algo así. Y todo para que no me tocará bailar con un desconocido—soltó al salir del laberinto estando lejos de la vista de todos los invitados. El tenerlo ahí solo para ella, no hizo más que disparar las ideas más divertidas y aventureras que se le podrían ocurrir.


Tomando su mano libre la levantó llevándola hacia sus labios, dejando un roce sobre ella, le gustaba sentir su tacto era como tenerlo adherido a su piel como el tatuaje que compartían—Claro que iré contigo, yo vine aquí para verte a ti y a nadie más. Me fascina la idea de ver lo que tienes preparado, pero antes de eso—cerrándole sus ojos con su surda, le pidió que no los abriera.


— Nada de trampas, James—le advirtió dejando dentro de la bolsa de su saco una pequeña bolsita— Ábrelo cuando estés a solas, no puede verlo nadie, solo tú. Y si me anoto a tu propuesta—acercando su frente a la del castaño rozaba con sus labios los de él sin besarlo. Sabía que con ese acto le erizaría la piel al mortifago, pero de momento no habría más que eso. Aunque no podía negar sus ganas por besarlo y sabía que el experimentaba el mismo deseo—¿Qué?—se quedó de una pieza ante su pregunta—No, realmente no creo que existan problemas entre nosotros. ¿O tu crees que si?—contraatacaba con una interrogante. No podía bajar la guardia, porque la competencia entre ambos era constante y ninguno cedía un solo ápice de ventaja al otro.


Estaba emocionada por lo que deseaba enseñarle, ya deseaba tenerlo delante de sus ojos. Cada una de las posesiones del Tempestad eran valiosas para la Vidente, no importaba el monto que pago para hacerse con ellas. El ponerles un nombre era un reto y ella jamás le decía que no a uno.



Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

BwJfDFR.jpeg

Básicamente ya eres la mitad de una maldición

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Escuchaba al joven mago con atención, sobre lo original de su nombre y de donde provenía, sonaba divertido lo cual me hacia soltar de vez en cuando risitas, al llegar abajo tomamos por un pasillo largo poco iluminado, metiéndonos finalmente por una de la tanta puertas de madera.

 

-Oh!..- Escapo apenas de mis labios cuando me levanto de la cintura con total facilidad.

 

El mago parecía apasionado y con ganas de sumar un paso mas a este jueguito en que nos habíamos metido, me sentó en una antigua mesa de tortura y se coloco sugerentemente entre mis piernas casi pegado a mi cuerpo, el muñequito precioso tenia un brillo en sus jade único.

 

-Jajaja...solo llámame Lady...tu ama o tu dueña por ahora tampoco suenan tan mal .- Le dije mirándole a los ojos divertida, levantando mis manos lentamente hasta hundirlos en su negro y suave cabello. -Que tienes en mente?.- Pregunte casi rozando sus labios en un susurro.

 

La sonrisa picara no me abandonaba esperaba que él no me defraudara por que a la hora de jugar yo subiría la apuesta sin dudarlo, la tentación a milímetros de dar un salto, el ambiente semi oscuro era bastante intimo, la música de la fiesta se oía suave y lejana, su perfume cercano era bastante agradable...esto era muy bueno.

 

-------------------------

@@Kaiser Lord Pilu

     famlux10      flia.gif

header.jpg

Mal-Et-ever.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.