Mega Ayudas Sagitas (MM B: 89081)

[Sagitas E. Potter Blue]

-- ¡Hum! -- le contesté. Me puse de puntillas y miré por encima de su hombro. ¿Por qué era más alto que yo? Fruncí el ceño. No veía a Heliké. ¿Estaría escondida para que no la viera?

 

Avancé hacia él y le di un beso en la mejilla, mientras le sacaba el lápiz de detrás de la oreja. Le amenacé con él.

 

-- Sabes que las orejas no son lugar para lápices ni varitas. Te puedes hacer daño, Matt. ¿Estás solo?

 

No me iba a quitar los zapatos si estaba con alguien, sobre todo si ese alguien era Heliké. Olisqueé el aire, como si fuera un hipogrifo detectando el olor de un lirón. Aún quedaba algo de su perfume pero parecía que allá no estaba, seguro que se había ido hacía poco.

 

-- ¿Qué hacías? Tienes algo de polvo en la ropa. ¿Estabas en el almacén, observando material? Hace años que lo dejé por imposible, el ordenar esa habitación. Creo que hasta puedes encontrar un nido de gusamocos, espero que no haya ninguna doxy despistada por ahí.

 

No me preocupaban las plagas controladas. Todos las criaturas eran divertidas, hasta las doxys traviesas, pero claro, había que evitar que se expandieran por las casas, pero si se quedaban en aquel almacén, no me importaban. Miré una silla y languidecí un poco.

 

-- ¿En serio puedo desaparecer estos malditos tacones? No sé porqué no me puse mis queridas bambas... Pero no pegan con este vestido y hoy tenemos reunión de Warlocks. ¿Puedo sentarme?

[Matt Blackner]

Me hizo gracia ver que Sagitas se ponía de puntillas, haciendo grandes esfuerzos por mirar por encima de mi hombro, seguramente afanándose en comprobar si estaba solo o acompañado.

 

Al final avanzó hacia mi, y reconozco que me puse un poco rojo...no terminaba de acostumbrarme a algunas cosas, y menos a que me regañara por llevar un lápiz a la oreja.

- Vamos, y me regaña la mujer que vive con su varita enganchada al pelo? - respondí, volviendo a cerrar el mostrador y caminando con ella hacia la trastienda.

 

- Si, a veces intento dar algun tipo de orden a ese almacén...algún día conseguiré saber cuantas cosas tenemos ahí dentro...se supone que nos encargamos de conseguir cosas increibles, pero a saber si no acabaré encontrándome cualquier día algo inesperado mientras saco de ahí raíces de mandrágora secas.

 

La observé, era cierto qeu iba muy elegante, cosa que solo pasaba, a regañadientes, cuando iba al trabajo. Desde que ascendió a Warlock, se hizo común verla asi mientras protestaba por la casa y Jack la seguía entre carcajadas y sonrisas bobas.

- Claro! sientate, y manda lejos esos tacones. Por suerte yo cuando voy al trabajo puedo llevar mis deportivas. - comenté, sacándole la lengua para burlarme de ella.

 

- Quieres café? galletas? chocolate? - pregunté, mientras abría uno de los cajones superiores y colocaba todo tipo de dulces sobre la mesa. Siempre tenía escondidos por algún sitio.

 

- POr cierto, tengo...tengo qeu contarte una cosa. - murmuré, agachando ligeramente la cabeza. Me di la vuelta para buscar tazas. - - Yo...esto...he...he solicitado el puesto de dirección de accidentes.

[Sagitas E. Potter Blue]

Gruñí, un poquito pero gruñí.

 

-- Vamos, ¿dónde llevar la varita si no...? El pelo es ideal para eso pero los lápices no son apropiados, mira que si te pintas la oreja...

 

Me senté en el asiento que me ofrecía y sacudí una imaginaria mota de polvo de la falda, ignorando sus quejas.

 

-- Anda, anda -- dije, al fin. -- Si aquí se venden cosas extraordinarias, ¿qué esperas encontrar sino son cosas inimaginables entre todo ese desorden del almacén? Yo creo que perdí un saco de mondas de patata que llevaba a los rediles del Circo, mira a ver si están por ahí, puede que tengan habitantes, ve con cuidado si lo encuentras.

 

Sonreí, divertida, ante la idea de encontrar un saco lleno de gnomos, por no pensar en alguna plaga, moviéndose por algún lugar de aquella trastienda.

 

-- Harpo te puede ayudar, si consigues convencerle; la última vez que se lo propuse, cuando el negocio aún era mío, huyo despavorido diciendo que ni loco se metía ahí dentro.

 

Me quité los zapatos y empecé a masajearme el pie derecho, soltando gemiditos de placer doloroso mientras apretaba los dedos en el puente. Dejé de hacerlo y fruncí el ceño cuando siguió hablando. Terminé de escucharle y seguro que vio que mi ceño se fruncía cada vez más.

 

-- Espera... ¿Estás diciendo que has tirado a Amya_An para meterte tú? Eso está muy feo, hij

o. Si fuera otra persona, hasta te ayudaba a esconder el cadáver ¿pero a tu propia tía? Vamos, no puedo permitirte que te cargues a Amya para ocupar su puesto.

 

Negué varias veces con la cabeza, algo confundida. ¿Dónde estaba Amya?

[Matt Blackner]

- Crees que no he intentado que Harpo me echara una mano? - le dije, alzando las cejas. - En cuanto supo que era para venir aqui alegó que tenía que lavar las túnicas de Jack y salió corriendo. - terminé echándome a reir.

 

Pero no me había atrevido a mirarla mientras le decía que había solicitado la dirección de Accidentes. No tenía grandes aspiraciones en el trabajo, y aun asi lo había hecho. Pero ahora me daba cierto respeto decirle que había intentado obtener el puesto.

 

Asi qeu me molestó en cierta manera la acusación de Sagitas.

- Como piensas qeu le he hecho algo? - le pregunté, girándome.

 

Ella me miraba ceñuda, pero yo le miraba ofendido.

- No...no le he hecho nada. Hace algún tiempo que no sabemos nada de ella. He intentado cubrirla, fingir qeu seguía aqui para que no se dieran cuenta mientras aparecía pero... - me llevé una mano al pelo, suspirando. - Hace unos días llegó una notificación del ministerio, y decía que habían despedido a la tía Amya.

 

En realidad me sentía tremendamente mal por hacer algo asi. En parte, creía estar ocupando el puesto de Amya, que antes había sido de Sagitas.

- Solo lo hice porqeu no quería que un extraño se haga cargo de Accidentes.

[Sagitas E. Potter Blue]

Creo que intenté no reírme de Matt porque Harpo le tomara el pelo con las túnicas de Jack pero acabé riéndome a carcajadas, a pesar de lo grave de la situación y de lo preocupada que estaba por mi hermana Amya. Pero es que el elfo tenía cada cosa...

 

Volví a recobrar la calma y lo miré, fija, sin parpadear, mientras me contaba que la habían encubierta cuando ella no estaba para ocultar su desaparición. Atendí también sin moverme su confesión de que había pedido el puesto de ella para evitar que nadie extraño ocupara el puesto de Dirección de Accidentes. Le entendía bien. Nuestro departamento era especial y mi corazón seguía siendo catastrófico a pesar de que había salido de allá.

 

Aún mantuve el silencio un tiempo más mientras pensaba. Se me ocurrió enfadarme, se me ocurrió reñirle por no haberme dicho nada, porque cuanto más tiempo pasara era más difícil encontrarla, porque... Pero deseché todos aquellos pensamientos porque eran inútiles, una traba y un principio de riña que no quería tener con mi hijo.

 

-- Vale... ¿La buscamos? No voy a permitir que desaparezca una persona del pueblo sin hacer nada. Aunque sea Amya. ¿Dónde fue la última vez que la viste? ¿Sabes si alguien más del Departamento tiene contacto con ella?

[Hayame Snape Potter Black]

No era posible

Hayame corría rápidamente por la calle en dirección de una de las tiendas de su hermana, esperando encontrarla en aquel lugar para ser capaz de pedirle ayuda, porque vaya! que necesitaba una mano amiga en aquel sitio que cada vez le parecía más de locos y menos de magos comunes y corrientes

No era posible... tres años... TRES AÑOS!! y en ese tiempo, todo se había puesto patas arriba

No solo no le habían dado su finiquito del trabajo sino que encima, todo lo que alguna vez conocía ya no estaba donde debía y otros negocios se habían esfumado como si fuera humo. Pero vaya...

Si ni las escaleras cambiantes de Hogwarts se movían de esa manera!!

Y vaya que recordaba su edad escolar como para no saber que de alguna forma u otra te terminabas memorizando los caminos que debías de recorrer para llegar a destino; sin embargo, lo que venía siendo ese nuevo Londres y aquel nuevo pueblo y todo lo demás... estaba bien perdida y se temía que la liaba cada dos por tres

-Debí de haberme mudado a Japón, el ministerio de allá sigue siendo el mismo desde centurias y milenios

Se quejó al tiempo que se sacudía el largo cabello pelirrojo hacia atrás y finamente llegaba a la puerta del establecimiento aunque... algo le parecía extraño en el aire y en el ambiente; resoplando, empujó la puerta que crujió como si hubiese tenido un buen tiempo sin ser usada y de las multitudes que solían aparecer en el sitio, ahora se percibía un clima algo...

-Como la casa de una abuela

Comentó para si misma para luego, entrar al lugar bien cubierta por su capa y viendo los alrededores

-Sagitas!? Chicos?... alguien aquí? -inquirió en voz alta

[Ashley Peverell]

-¡Hermanota!

 

Una chica había llegado corriendo por detrás de la más alta y antes de que esta pudiera decir nada para quejarse o siquiera para retirarse de su agarre, la menor de las chicas tanto en edad como en estatura se prendió de la cintura de la pelirroja y se dispuso a observar todo desde la seguridad que tenía en el sitio.

 

Después de todo nada mejor que un peligroso vampiro come sangre para alejar a las personas malas o que busquen hacer daño.

 

-¿Qué lugar es este?

 

Preguntó con sus grandes ojos impresionados. No le parecía que fuera uno de los negocios de su hermana ni por poco a pesar de que también se veía abandonado. Para nada, aquel estaba mucho más limpio de lo que su hermana solía tolerar.

 

A Hayame si le gustaba el mugrero.

[Hayame Snape Potter Black]

La vampiro la observó desde su altura con un tic sobre una ceja y una mirada que decía lo muy irritante que encontraba a aquella pequeña pulga persiguiéndola por todas partes como una especie de madre o niñera; no se suponía que lo fuera, ya tenía a sus propios hijos, bueno, uno en camino y otro por recuperar así que...

 

-Enana- refunfuñó la Vladimir colocando un puño sobre la cabeza rubia radiante de la menor al tiempo que le daba unos cuantos tallones- se puede saber qué haces aquí?

 

Inspiró profundo

 

-Este es un sitio que le brinda ayuda a los magos y brujas en cualquier cosa... tal vez deberías de pedir ayuda para que te inscriban a la Academia o que se yo, para que empieces a gnar tu propio dinero en galeones en lugar de estarmelo chupando a mi, como la pequeña garrapata que eres

 

Refunfuñó y resopló varias veces para luego, intentar quitarse de la cintura a la menor que cada día parecía que pesara más

 

-Has subido de peso o es esa rata a la que llamas mascota y que siempre traes atada al cuello? -trató de hacerla enfadar para ver si de esa manera la soltaba- se que por ahí unas pocas de mis mascotas querrían darle un bocado, sabes?... se ve que tiene bastantes proteínas...

[Ashley Peverell]

Los ojos de la muchacha se abrieron mucho por las palabras que salían de la mayor de ellas y que solo reflejaban un desprecio bastante evidente para todos hacia su querido pokemón. ¡Ese precioso pokemón que para ella significaba un gran amigo que la protegía de todo!

 

Se hizo hacia atrás soltando a la bruja de cabello rojo y con expresión de enojo se llevó la mano a la cintura para tomar la pokebola de su amigo y la apretó con fuerza, sabiendo que estaba a segundos de armar un verdadero problema.

 

-No es una mascota ¡es mi mejor amigo!

 

Exclamó y se enderezó aún señalando con su pokebola en dirección de su hermana. A veces era más que obvia la diferencia entre la luz y la oscuridad por causa de ambas.

 

-¿Quieres que te muestre su gran poder?

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame se cruzó de brazos y enarcó una ceja al tiempo que apoyaba el peso de su cuerpo en un lado de la cadera, casi divertida por el hecho de ser amenazada con una ratita de juguete como lo era el bichejo que pobremente se encontraba capturado en la esfera navideña rosada que usaba su hermana; volteó a los alrededores, asegurándose de que no hubiese otros magos o brujas presentes, era una suerte que en verdad nadie hubiese estado en el negocio o aquello sería en verdad vergonzoso.

 

Se pasó una mano por la cabeza para hacerse hacia atras el largo cabello rojizo y dejó salir una buena risotada

 

-En verdad, me estás amenazando... con eso?

 

Volvió a reírse con todas las ganas del mundo para acto seguido comenzar a andar hacia otro extremo de la tienda de Sagitas, pasando por un lado de la chiquilla en vestido naranja que con su cara de enojada solo parecía ser todavía más pequeña de lo que era; vamos que para esas alturas si lo quisiera ya podría tener un novio y hasta hijos, no entendía su manía de seguirse portando como una cría que acababa de entrar a Hogwarts.

 

-Ya Ashley... estuvo bueno el juego, mejor ayúdame a encontrar a mi otra hermana... que se supone que debería de estar aquí atendiendo Mega Ayudas... seguro que anda coqueteando con ese fantasma de nuevo

 

Frunció el ceño y dió unos cuantos toques al mostrador cercano

 

-SAGITAS!! por todas las cosas locas de Amya, en dónde demonios te has metido mujer!?

 

Gritó con fuerza y evidente enojo. Ella sería la mejor forma de correr a la rubia de una buena vez antes de que las cosas se salieran de control y comenzara a sugerir que sería buena idea que ella también se colocara un vestido; ya lo había hecho una vez y no era experiencia que quisiese repetir, muchísimas gracias, no señor.