Jump to content

Nigromancia


Báleyr
 Compartir

Publicaciones recomendadas

<Cye> pensó, mientras la joven terminaba de anotar algo en su grimorio. Sí, sería un viaje para ambos pero él lo presenciaría desde la comodidad que le daba el mundo de los vivos. Esperó, mientras observaba detenidamente a la mujer, hasta que ésta entró dentro del portal y comenzó su búsqueda. El alma pura y buena de Cye la llevaría a ser más susceptible a que las almas quisieran aprovecharse de ella para que las devolviera a la vida, tanto las buenas como las malas. Pero su elemento, el fuego, los mantenía a raya. Quizá fuera la pureza misma, quién podía decirlo.

 

Por otro lado, el viejo contempló las maniobras de Juv Malfoy y reprimió una palabrota. ¿Cómo había podido ser tan tonta? ¿No le había dicho él sobre las almas en pena? Pero claro, si Malfoy quería jugarse el pellejo para demostrar que era digna de conseguir la habilidad, sólo podría hacerlo si salía viva del portal. ¿Es que no les había dicho qué...? Oh, no, no les había dicho que podían morir dentro del portal si se dejaban convencer para quedarse. Quizá no pareciera, pero el tiempo transcurría en ondas diferentes dentro del Mundo de los Muertos. Tan pronto podían ser horas como convertirse en años, aunque hasta ahora no había podido comprobarlo eficientemente, él tenía la certeza de que podía ocurrir. También sabía que si el alma de un vivo se perdía en el Mundo de los Muertos, era probable que la conexión que esa alma había hecho con el portal actuara de puente para otra que encontrase el camino.

 

—Es como un laberinto— le había dicho su propio maestro—. Tan pronto crees que conoces la salida como te encuentras atrapado entre cuatro paredes y no puedes recordar quién eras... o qué ibas a hacer allí. Hasta te parece tan natural encontrarte dentro— y jamás iba a olvidar aquellas palabras, así que iba a tener que recordárselas a sus alumnas para que no cometieran ninguna clase de estupidez como la de Juv, de involucrarse tan profundo dentro del portal en búsqueda del alma del chico, que había toca "el límite" del mundo astral.

 

—Hora de salir, Malfoy— musitó, mientras buscaba la esencia de Juv dentro del portal para incitarla a seguirlo.

 

Por otra parte, Cye parecía un poco más segura donde se encontraba. Báleyr esperaba que ella no cometiera la misma estupidez que su compañera de clase y se mantuviera lejos de la tentación de ver más allá de lo que le daban los ojos.

nuRQYmF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Seguía caminando sin prisa, pero se repetía mentalmente, “vine por el alma correcta la del cuerpo que repare y no me iré sin ella” eso no solo le ayudaba a mantener en mente el porqué estaba allí sino que también la urgía a no distraerse. Pero dentro de aquel laberinto el tiempo no parecía existir, había una extraña calma que empujaba a la pasividad y al abandono de cualquier objetivo, ese sentimiento la invadió de lleno sintiendo además como si su cuerpo pesara kilos y kilos que no sabía que poseía. Entonces comenzó a sentir como que un par de manos tiraban de ella hacia un lugar que parecía más apacible de lo que ya era todo, pero eso no podía ser posible.

 

--Vine por un alma, la encontrare y partiré-- dicho esto se sacudió y con el movimiento el lastre que intentaban imponerle las almas para que ella se perdiera la soltaron. -No vuelvan acercarse, no me quedare- sentencio con voz enérgica. Las vestiduras de Cye parecían resplandecer con su propia esencia y energía y eso era como miel para las abejas, aunque algunas abejas estaban ya envenenadas, de pronto un alma iracunda, se paro frente a ella con tanta ira que parecía despedir llamaradas, le gritaba improperios y parecía estar a punto de golpearla, la verdad es que nunca había tenido aquella clase de encuentros y desconocía si podían agredirla “Arcano” pensó, pero luego abandono el pensamiento.

 

--No vengo por ti-- y simplemente poso su mano sobre aquella energía el contacto le devolvió a ambos algo, al alma una clase de paz que desconocía, a Cye un poco de aquella ira mal canalizada, ninguno de los dos pudo decir nada, la sacerdotisa siguió su camino pero su aura no era la misma, ya no era tan luminoso como antes y la serenidad que conocía amenazaba por abandonarla.

 

De pronto vio una energía diferente, solitaria, que no buscaba nada, que no pedía nada, que apenas estaba entendiendo su paso por aquel mundo al que había ido a parar inesperadamente, a Cye le pareció que estaba hasta asustada --Ven conmigo, te llevare de vuelta-- escucho como le preguntaba quién era y porque la elegía a ella. -Supongo que de alguna manera tu me elegiste a mí, solo quiero devolverlos a donde pertenecen para que el tenga una oportunidad-- instintivamente la Lockhart se llevo las manos al vientre protegiendo aquella vida y aquel sentimiento las conecto.

 

--Ven sígueme-- le ofreció la mano y le advirtió --No te detengas y no escuches a nadie, solo puedo llevarte a ti y a tu bebe que está dentro de ti-- el alma asintió y la siguió hasta casi la salida del portal, donde la soltó aterrada preguntándole “Me va a doler” Cye se congelo, si le decía que si, quizás no quisiera cruzar y si le mentía no estaría preparada para asumir lo que estaba por venir.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Su arrogancia innata la había conducido por un camino sinuoso e inexplorado por otros magos. Siempre le había gustado arriesgar el pellejo, al límite, no podía acusársele de ser una persona cobarde o que se amilanará ante el peligro inminente de sufrir daños físicos o psicológicos o en el peor de los casos el perder la vida al dejarse llevar por su terquedad. Le importaba poco perder un brazo o una pierna o algún órgano vital, nunca era demasiado suficiente para ella y daría todo por sacar esa alma empecinada en perderse en ese par de gemas lapislázulis.

 

─¿Escuchas eso?...─inquirió mirándole hastiada─Ese anciano que ha hablado me dará una buena reprimenda y todo por tu culpa. Maldita sea, el que se empeñen en enseñar lo que no deben a los vivos y tentarlos a perderse en el mundo de los muertos…─rodeando sus ojos decidió tomarlo de la mano─Nada de trucos, no pienses que te dejaré tomar mi vida y encadenarla a permanecer dentro de este sitio…─avanzando con pasos sigilosos escuchaba los mismos lamentos y cuchicheos que le dieran la bienvenida al cruzar el portal. Era increíble la forma en que las almas se aliaban, para obtener un puente de salida, chillando y pregonando un dolor lacerante en sus cuerpos, heridas, sangre y puro dolor era lo que le rodeaba en esos momentos.

 

Jugarse el todo por el todo, no siempre era la apuesta ganadora y ella lo comprendía a la perfección. Bastaba un solo tirón, solo un pequeño pellizco en su resistencia y le conocerían como era realmente, arrogante, terca, empecinada y sobre todo impositiva, porque todo tenía que ser como ella lo deseaba y en el momento que deseaba. No había perdido la vida en el pasado, no porque la suerte estuviera de lado, sino porque era demasiado ególatra para tenderse a los pies de la muerte y entregar su vida sin pelear, aferrándose a que era merecedora de todo lo que poseía y deseaba obtener dentro de esa clase.

 

La Nigromancia, no era un mero capricho de Malfoy, no era el juguete nuevo que deseaba anexar a su amplia colección. Mucho menos un nuevo outfit, que luciría dentro del Ministerio de magia, aquello era un deseo por poseer más conocimiento del que ya tenía dentro de sus arcas, jactarse de haberle hurtado un poco de sabiduría a Báleyr y aprender el arte de enviar a todo aquel que lo mereciera a una condena eterna y purgante. Era justo eso lo que le gustaba de castigar al resto, controlar el poder de infringir la sanción que considerará merecieran y no permitirles librarse de ella por nada del mundo. La esencia de Báleyr se intensificaba con cada paso dado por la rubia, la conexión se reforzaba con la fuerza enviada por el sabio Arcano, desempeñando la función de un guía muy a su pesar.

 

Tal vez había sido demasiado tonta, aunque ella no lo veía de ese modo. Hasta le podría haber tildado de ingenua, pero no de manipulable, ya que era imposible poder controlar las acciones o pensamientos de la Nigromante. Ahí radicaba la esencia de su terquedad y arrogancia, evitar a toda costa que todo lo que le rodeaba le suavizará en extremo y le hiciera trastabillar en sus decisiones y modos de proceder en cada situación─El camino, no siempre es tan sencillo como lo esperamos…─siseó notando como el joven caminaba sin emitir una sola palabra.

 

Le intrigaba la forma en que ese sujeto perdiera la vida, inmiscuyéndose en una maraña de dudas y contradicciones. Posiblemente él las estaba sembrando en su cabeza, intentando confundirla y volcar sus planes de salir de ese portal ambos sanos y salvos─Cuidado con lo que deseas hacer…─girándose le tomo por el cuello─No vine a este sitio para perderme en medio de un pozo oscuro y ahogarme en penas ajenas, escúchame con atención…─endureciendo las facciones de su marmóreo rostro comenzaba a perder la paciencia que jamás poseyó─Voy a sacarte de aquí, aunque sea arrastrando, no zurcí y recompuse tu cuerpo para nada. Métete una cosa en la cabeza, estoy haciéndote un favor y lo menos que puedes hacer es agradecerlo…─tirando de su brazo lo llevaba de rodillas por el camino, asemejándose a una presa que arrastraba un trozo de carne sin vida.

 

A pocos metros de ella estaba la salida del portal, brillante e imponente. Le invitaba a cruzarla de una buena vez por todas, ya no prestaría atención a los gritos y peticiones de ayuda, ya no le importaba que cada una de esas almas ardieran dentro del mismísimo infierno, calcinándose una y mil veces, repitiendo ese proceso por siglos y siglos, justamente eso era lo que se merecieran y ella no era nadie para salvarlas. No se colocaría el mote de “Salvadora” o “Heroína de almas en pena”, ya tenía demasiados problemas y echarse uno más encima, no le sacaba una sonrisa de sus carnosos labios.

 

Sintiendo una gélida brisa acariciar sus angelicales facciones, percibió la mirada inquisitiva de Báleyr. No esperaba que le recibiera con una fiesta, globos y un pastel que tuviera como título principal “Felicidades excelente trabajo”. Se esperaba esa mueca por parte del anciano, no podía culparlo por crucificarla con la mirada, pidiendo a gritos que le cortarán la cabeza por sus acciones arriesgadas y descabezadas, pero ahí tenía el dilema de tenerla como alumna. No le resultaría sencillo mermar la personalidad de la mortifaga, no le agradaría toparse con una pared resistente de titanio puro, no sería vencido por el fuego o la electricidad, ya que su conductividad era nula con ambos elementos.

 

─Dígame lo que tenga que decirme, pero no me enjuicie solo por lo que ha presenciado su único ojo…─expreso dejando el alma delante de ella─He conseguido traerlo, no deseo el mérito por ello. Simplemente actué de la forma en que creí debido, pero para serle sincera las tentaciones que reinan ese lugar…─relamió sus labios como un felino─No son fáciles de repeler, no es una excusa a mi favor, solo le cuento lo que se siente estar ahí y no desear perderse en ese mar de seducción e incitación pura…─quedándose en silencio, le quedaba esperar lo que tuviera para decirle el arcano.

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

BwJfDFR.jpeg

Básicamente ya eres la mitad de una maldición

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Báleyr cerró los ojos al escuchar el llamado de Cye y se giró hacia donde creía que estaba la mujer. Podía ser que el portal pareciera lineal, pero una vez dentro, estabas en todos lados al mismo tiempo, como si estuviera literalmente caminando por el cementerio, a su alrededor. Así fue que centró su mente en la joven mujer y se preparó para su pedido pero, a último momento, Cye decidió continuar sola. El Arcano aún seguía pendiente de ella, aunque también lo estaba de Juv Malfoy, quien se había acercado hasta salir el portal.

 

—Comienza con el ritual— dijo simplemente, sin contestar ni a las acusaciones ni a las increpaciones de la mujer, todavía su vista fija en el portal, donde Cye se debatía entre responder sinceramente a la duda del alma de la mujer o no.—En una de las páginas de tu grimorio, convenientemente encontrarás los símbolos que debes dibujar en la tierra alrededor del cuerpo y el cántico que debes hacer. Si tan sólo haces un símbolo mal o recitas mal una estrofa, te aseguro que el resultado no va a ser lo deseado— puso su único ojo celeste en ella y gruñó por lo bajo algo indescrifrable, antes de retroceder para dejarle espacio a Malfoy de poder hacer lo que le pedía.

 

Oh, él no era de amedrentarse y la falta de respeto de Malfoy sería, a su tiempo, devuelta. Por el momento, la arrogancia de una brujita que creía que podía jugar con sus palabras y pasearse por el mundo de los muertos a gusto, no era algo de lo que tuviera que preocuparse en lo más mínimo. El tiempo le recordaría a la mujer por qué estaba allí y qué era lo que buscaba de él. Además, que él le propusiera hacer la prueba o no dependía no sólo de sus facultades para manipular la magia que le estaba enseñando, sino también la capacidad de darse cuenta de lo que estaba haciendo. Ser seducida tan fácilmente porque era incapaz de dejar el orgullo de lado, tarde o temprano, con o sin la habilidad de Nigromancia, Báleyr apostaba su otro ojo a que Juv Malfoy no llegaría realmente lejos.

 

—Debes aprender a jugar bien tus cartas— gruñó en dirección a la rubia, sin pestañear una sola vez.

 

—Cye, dile la verdad a la mujer y ofrécele algo para que se calme—le sugirió el mago.

nuRQYmF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Su única misión dentro de ese cementerio era devolver el alma de ese joven a su cuerpo, no dudaría un solo instante en recorrer a conciencia las páginas de su grimorio. Leyendo con sumo cuidado los canticos que debía recitar, memorizando, además los símbolos que tenía que plasmar en la tierra y así iniciar el ritual de resurrección. La guerra no era contra Báleyr, sino con ella misma, empeñarse en obtener una habilidad que conllevaba ciertas responsabilidades y privilegios─Esto es una guerra entre mi orgullo y yo…─reconoció enfilando sus orbes hacia el alma que no se había movido un solo ápice. Se mantenía quieta sin perder de vista a la rubia que le sacará de ese mundo de tormento y desolación, no le tenía agradecimiento, sino temor un temor que poco a poco se iba incrementado sin lugar a dudas.

 

─Comencemos con esto…─cerrando sus orbes lapislázulis sintió la conexión con la página del grimorio, acercándose al filo de la navaja. Era momento de demostrar de lo que era capaz, no para impresionar al Arcano, sino para demostrarse a ella misma que su astucia e inteligencia, sobrepasaban a su arrogancia y por mucho. Una a una las estrofas emanaron de sus labios, deslizándose por sus cuerdas vocales, brotando como una cascada oscura que empapaba el suelo─Ánima, Orbis, Mortale, Destinae…─siseaba delineando sobre el suelo un símbolo con la forma de una calavera hueca, dientes perfectamente alineados, las cuencas de los ojos vacías y las mejillas sin un solo rastro de carne o músculo que las protegiera. Después una pirámide dividida en tres niveles, acompañada por un par de cruces invertidas, señalando el cuerpo que carecía de un alma llena de vida que lo hiciera despertar de su letargo.

 

─Ánima, Demonis, Ectonis, Revitae, Ascendius, Destinae…─completaba parte del rezo. Emanando del cuerpo un aura oscura que lo envolvió por completo, delineando otro conjunto de símbolos, gotas de líquido vital rodeaban el cráneo, todos y cada uno de ellos dentro de un pentagrama, contrastados con una media luna y dos runas parecidas a los cuernos de un carnero, enroscados en una balanza y en el centro una serpiente abrazando una cruz o lo que parecía ser eso. No era detallado el concepto religioso dentro de la Nigromancia, no si se tomaba en cuenta que era un arte oscuro y sin lugar a dudas mal visto por los seguidores del bien. No le importaba lo que se dijera de la Nigromancia, solo le interesaba encarnar esa alma desencarnada y falta de un manto protector que la librará de vagar perdida por el resto de la eternidadVuelve al caparazón que espera por ti…─invocaba con más fuerza la conexión entre ambos.

 

El cuerpo necesitaba un alma y el alma un cuerpo, no les quedaba más remedio que ceder y responder al llamado de Malfoy. Era el momento idóneo, desatándose una tormenta que empapaba la sábana blanca, limpiando o lavando en parte la suciedad que pudiera haber quedado en ella─Sane todo en ti y espero que haya valido la pena…─desviando su vista hacia el cuerpo inerte detectó una alineación entre el alma y este, atrayéndose mutuamente, entrelazando sus intereses esta poco a poco se adentró en su abandonado recipiente─Unificae, Ánima, Ectonis, Demonic, Diabole, Destinae, Encarnaus, Corpo, Revitale. Unificae…─estaba por terminar el recital, afianzando su conexión con la magia negra, entablando una conexión mucho más resistente e infranqueable.

 

La energía se amalgamaba a la perfección, creando una aleación entre cuerpo y alma. Se reforzaban los lazos trozados por su repentina muerte, despertando poco a poco sus aletargados músculos, desperezándose los nervios entumecidos, corriendo por sus venas torrenciales cantidades de líquido vital, bombeando el mismo hacia su corazón, ordenándole al resto de los órganos cobrar vida y comenzar a trabajar. Era como un reloj suizo creador para funcionar sin fallas e imprecisiones, marcando la hora exacta en todo momento, aceitado con una precisión que rayaba en lo enfermizo, marcando la hora de echarse andar en el momento justo. Aquel par de gemas esmeraldas se abrieron poco a poco, dando la bienvenida a la oscuridad que reinaba dentro del cementerio, estirando sus brazos arriba de su cabeza, procedió a tronar su cuello en un acto reflejo.

 

Ahí estaba el joven de 22 años, retomando la vida que le fuera robada tan arteramente. Sintiendo la presencia de dos seres desconocidos para él, decidió optar por mostrarse temeroso en primera estancia, no estaba demás ser precavido y evitar volver a perder lo que en tan poco tiempo pudo recuperar de una forma extraña y desconocida para este. Sus ojos irradiaban un asombro que descolocaría a cualquiera, pero no a Báleyr y Malfoy, el valerse de contar con tan buena suerte podía jugar en contra en cualquier momento, no podía echar en saco roto la molestia que le había hecho pasar a la rubia. Ella solo se limitó a mirarlo de arriba abajo, sorprendida por la precisión de sus dibujos y la forma tan acertada para recitar cada uno de los canticos plasmados dentro del grimorio.

 

La magia negra era un arma de doble filo, peligrosa para aquellos que se la tomarán a la ligera y leyeran sus códices como un comic de segunda mano. Para ella eran como un mantra, palabras con un significado mayor, al que le confirieron los que las escribieron hace millones de años, significados diversos iban y venían de boca en boca. Leyendas urbanas que pocas veces eran tomadas como hechos reales, pero que se cristalizaron en acontecimientos que dejaron una honda huella dentro del mundo mágico, justo ahí era donde entraba la misión o función de los Nigromantes. Intentar explicar, ¿Por qué eran capaces de devolver un alma del mundo de los muertos a un cuerpo?, ¿Cómo eran capaces de controlar una magia de proporciones épicas y no resultar dañados?. Miles de interrogantes rondaban la vida de un Nigromante, aquello de que no perdían nada al traer un alma del más allá, no era más que una mentira oculta tras una pantalla de humo.

 

Báleyr perdió un ojo por aprender todo lo que le ofreció la Nigromancia, Malfoy no sería la excepción y sería capaz de entregar su cuerpo entero con tal de conocer todos los secretos que tenía el arcano respecto a dicha habilidad. No presionaría las cosas, ya no se dejaría arrastrar por su orgullo y su arrogancia, ahora la batuta la llevaban su astucia e inteligencia. Era una pared de titanio infranqueable, pero no para los regaños o reprimendas que le diera el anciano, sino para las falsas seducciones que podían cruzarse en su camino y entorpecer su aprendizaje dentro de esa clase.

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

BwJfDFR.jpeg

Básicamente ya eres la mitad de una maldición

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El cerebro y el corazón de la sacerdotisa mantenían una discusión: el cerebro le decía que le mintiera con todos los dientes, el corazón apelaba a la honestidad y a la verdad, aunque eso significaba perder lo que había ido a buscar. Entonces escucho en su mente la voz del arcano, miro hacia los lados pensando que lo iba a encontrar, no es que aquel tipo de comunicación fuera nueva para ella, sino que generalmente era ella quien la iniciaba y no le tomaban por sorpresa. “Dile la verdad y ofrécele algo para que se calme” --Ah entiendo otra cochina treta-- en su mundo de valores eso se llamaba soborno. El alma de la mujer se tenso al escuchar solo las palabras de Cye más no las del arcano y la Lockhart bufo y dijo con sarcasmo -Muchas gracias por hacerlo más fácil- por supuesto no le hablaba a la chica sino al nigromante fuera del portal.

 

--Veras cariño, no te mentiré, sufrirás, ¿cuánto? No lo sé, lo que si te puedo asegurar es que si deseas tanto como yo volver a estar en el mundo de los vivos el dolor valdrá la pena-- eso era lo más correcto y lo peor es que no podía acusar al sabio de aconsejarla o inducirla a trasgredir sus principios porque el también le sugirió que hablara con la verdad. Escucharon una risa burlona en la entrada del portal ambas se giraron hacia el alma que la provocaba y entonces la chica se separo de Cye.

 

--¿Que sucede?-- pregunto al ver la reacción el alma de un hombre gravemente herido, muy enojado tiro de la chica asegurándole que no lo dejaría solo ahora estaban juntos para siempre. A la rubia no le llevo mucho tiempo entender que esa energía había significado algo muy especial y que el motivo de la muerte de aquella mujer tenia de una u otra forma que ver con él. ¿El la había matado? ¿Ella se había suicidado para reunirse con él? ¿Ambos habían sido asesinados? Y Entonces el hombre apretó el puño frente a la cara de Cye amenazándola con matarla si intentaba llevarse a su compañera.

 

--No te tengo miedo, yo que tu no jugaría con fuego… puedes quedar calcinado--dijo con una voz tan dulce y calma que de no ser por sus orbes celestes donde asomaba el fuego del que hablaba y la seriedad de sus facciones no se hubiese entendido como otra amenaza --No sé cuál es su historia, pero el tiempo se agota, tu deberías querer su bienestar-- le dijo al hombre --Y tu deberías pensar en esa vida que merece la oportunidad de tomar sus propias decisiones, que no pidió ser creada por inconsciencia o a conciencia, pero que esta y ahora eres responsable de darle vida, oportunidad y sustento-- los miro a ambos incrédula.

 

--¿Que no se dan cuenta que va a pagar por sus errores pero ustedes no serán redimidos? no cuando tienen una oportunidad de hacer las cosas bien, de empezar de nuevo con algo de historia, si, pero un nuevo chance-- movió la cabeza en gesto negativo casi tenía ganas de golpearlos--Miren a su alrededor, cualquiera de estas almas se cambiaria con gusto por ti para ocupar tu cuerpo, para tener la oportunidad de volver, no seas insensata y necia, ¡ambos son un par de egoístas!- la mujer se amilano pero el hombre lanzo un golpe al rostro de Cye que hábilmente lo esquivo. --Bien, no te rogare, en verdad no lo hare, si quieres quedarte revolcándote en tu estupidez para siempre esa será tu elección, pero si decides seguirme más vale que te apresures-- con esto Cye se giro sobre su eje y comenzó andar camino a la salida del portal, lo poco que le faltaba, estaba tan furiosa que se desconocía, sentía su boca llena de hiel y un desasosiego que pugnaba por desbordarla, tenía ganas de golpear, de gritar, de insultar, y sin embargo era incapaz de abrir la boca, solo las uñas enterradas en su carne bajo los puños fieramente cerrados daban cuenta de su estado, eso y las pocas gotas de sangre que empezaban a manar.

La razón le decía que si la mujer no quería ir, de nada servía llevarla pues no aguantaría el sufrimiento que tenía que pasar como precio por la vida. Fue entonces que escucho un desgarrador “espera, iré contigo, lo hare por mi bebe” Cye se detuvo pero no volteo, ahora se sentía peor y si el bebe no lo lograba. Volvió andar y antes de poner un pie fuera del portal le ofreció su mano a la mujer y esta se aferro a ella.

 

--No lo olvides, sufrirás mucho, mucho y debes desear desde ahora que el bebe lo logre, es el único pensamiento que debe ocupar tu mente y tu corazón, no vaciles, no dudes, no te distraigas, oigas o veas lo que veas-- un asentimiento de cabeza recibió como respuesta y entonces ambas atravesaron el portal hacia el mundo de los vivos. El aire del cementerio refresco el cuerpo de Cye y la figura del alma que dentro del portal era tan nítida perdió color, el tiempo en adelante apremiaba y era importante usarlo correctamente.

 

--Arcano, aquí está el alma, ¿Qué debo hacer a continuación?-- pregunto con humildad, sabiendo que en cierta forma había fracasado, no como nigromante, eso solo lo podía decir Báleyr sino como sacerdotisa al dejarse contaminar, quizás tampoco como sacerdotisa, quizás lo que le entristecía era descubrir su vulnerabilidad ante la maldad aunque eso significara ser humana.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Vio a Juv tomando el Grimorio y leyéndolo a conciencia. ¿Cuántos cánticos diferentes había escuchado por parte de cada uno de sus pupilos? Ya no podía decirlo. Podía ser que hubiera una sola forma de realizar el ritual, con aquellos símbolos que incluso él mismo había colaborado a inventar alguna vez, hacía mucho tiempo, pero el cántico, la intención, dependía puramente de quien estuviera invocando al alma y lo que resultara de ello sería puramente producto de lo que su invocador deseara.

 

Asintió con aprobación cuando Malfoy terminó de recitar los cánticos a medida que dibujaba los símbolos. La precisión era algo fundamental y a ella no se le había pasado por alto la advertencia del Arcano, así que cuando el alma se introdujo dentro del cuerpo y comenzó a chillar por el dolor que le ofrecía la mortalidad nuevamente, Báleyr pensó que aquella muchacha tan oscuro quizá estaba destinada a saber las cosas que él le estaba enseñando. Miró al muchacho cuanto éste recobró la conciencia, un momento más tarde. No poseía cicatrices y nada que indicara que había estado en el más allá.

 

—Bien hecho, ahora veremos cómo puedes manejarte para explicarle lo que ha sucedido sin revelarle nada importante— dijo, dirigiendo su ojo bueno hacia el portal, desde donde podía percibir a Cye regresando, sola. Frunció levemente el ceño, porque había escuchado a medias la conversación que la joven había tenido con un alma perturbada y esperaba que comprendiera que no sería bueno que también aquella alma del hombre los acompañase. Pero, finalmente, la muchacha a la que Cye intentaba devolver a la vida cedió y ambas salieron del portal.—Muy bien, señorita Lockhart. Dentro del grimorio encontrará anotadas los símbolos y el cántico que debe llevar a cabo para regresar ese alma a su cuerpo. Le recomiendo tener precisión al entonar los versos y dibujar los símbolos, ya que cualquier error podría acarrear efectos no deseados—.

 

Acto seguido, se volvió nuevamente hacia Juv Malfoy.

 

—¿Cree que esté lista para el siguiente escalón de su aprendizaje?— preguntó.—Si su respuesta es afirmativa, este muchacho se quedará conmigo durante el tiempo que dure su prueba. ¿Va a tomarla?—preguntó, observándola con su único ojo celeste.

 

Cuando Cye terminara con el ritual, le propondría también hacer la prueba de una vez. La chica ya había demostrado ser más que eficiente en su labor y, además, tenía una curiosidad que iba más allá que cualquier otra. Juv, por su parte, poseía la oscuridad suficiente como para que no le importase perder su esencia. Dos caras de una misma moneda. El mejor equipo que había conocido Báleyr hasta el momento y la idea de verlas trabajar juntas casi se hizo sonreír. Era curioso como ambas representaban la vida y la muerte.

nuRQYmF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

“¿Muy bien?” pensó al escuchar las palabras del maestro, pero ella misma se estaba cuestionando, no era raro pues siempre buscaba la perfección en todo lo que hacía, precisamente por eso la nigromancia era un arte al que le tenía apetito voraz, porque aquel hombre podía enseñarle a devolver la vida (ella esperaba que sin errores o equívocos) sin vacilaciones y con toda la certeza que aun no había visto en nadie, la verdad ella ansiaba verlo a él en acción pero hasta ahora no había sido posible.

 

Asintió cuando el anciano le dijo que en el grimorio estaban las indicaciones, lo abrió deslizándolos sus delicados dedos por la hoja, luego la volteo y entonces vio los símbolos a los que se refería. -Maestro…- cayó por un Segundo como titubeando si preguntarle o no, pero era mejor dejarlo claro porque quizás no tuviera otra oportunidad -Si ese hombre me hubiera atacado en el portal yo…- se mordió el labio inferior y prosiguió mirándole directo al rostro.

 

-Lo que intento decir es que las almas allá pueden usar objetos quizás con los que hayan muerto, cuchillos, no sé, o eso se queda solo en el cuerpo y no pueden más que usar manos para estrangular, golpear, etc, etc- rodo los ojos, pues después de decirlo no parecía lógico pero realmente temió que aquella alma pudiera matarla, -Y lo otro es, tener el poder y el conocimiento de traer a un muerto a la vida, es algo muy valioso, es un arte, pero cuantas veces puedo hacerlo y, bueno las almas sufren cuando pasan por el proceso, digamos que es el precio que pagan, ¿cuál es el precio que el nigromante paga o es todo ganancia?- le preocupaba mucho aquel último punto, perder la luz propia para una sacerdotisa significaba deshacerse de energía que debía ser capaz de controlar, dominar y generar y temía que por allí fuera la cosa.

 

 

Mientras esperaba respuesta fue hasta la piedra donde estaba el cuerpo reparado de la mujer y con la mano quito la sabana dejándola caer al suelo, le pidió al alma que se acercara, era el primer encuentro, el alma subió a la piedra y se quedo junto a la carne inerte, entonces Cye comenzó a dibujar con su varita los símbolos alrededor de la piedra, exactamente en los tres puntos de impacto. Ella era consciente de la dualidad de las imágenes que estaba dibujando en el punto central justo sobre la cabeza del cuerpo, y luego se separaban uno a cada lado (a los pies del cadáver) así, sin conexión no parecían decir nada o tener relación, eran un jeroglífico más dibujado

por cualquier loco sin oficio. Pero cuando Cye entono el cantico escrito en el grimorio la magia se hizo presente.

 

 

A medida que las palabras salían de los labios de la Lockhart transformándose en energía tangible, una línea se formo uniendo los dos punto bajos, luego, de cada extremo salió otra línea que los conecto con el superior, así el cuerpo quedo encerrado en un triangulo y a medida que varias líneas lo cruzaban convirtiendo la imagen en la pirámide de la vida, el cuerpo se elevaba, levitando y el alma empezaba su camino a la incorporación, primero se fundió y luego podían verse espasmos nerviosos en varias partes del cuerpo, la esencia del alma recorría cada centímetro de piel, reconociendo, palpando, regenerando, pero cuando llego al área del vientre el cadáver pareció convulsionar, era evidente el sufrimiento. El grimorio en una de las manos de Cye escapo flotando por sí solo, había tanta magia en el ambiente, energía tan potente que todo parecía tener vida propia.

 

Cye seguía repitiendo el cantico, sus ojos estaban cerrados, pero podía ver con toda claridad la fusión, la trasmutación del aura, podía sentir el dolor pujante de la madre para regresar completa y no fraccionar esa parte que implicaba una nueva vida, el cuerpo empezó a descender y la Lockhart comprendió que no lo lograría, entonces apunto con su varita al eje canalizando parte de su propia energía para darle un empujón. De nuevo el cuerpo se elevo, esta vez mal alto y completo el proceso, al final la rubia rompió la conexión y cayó al piso débil, mientras la bruja en la piedra tomaba color a medida que la sangre empezaba a circular en su cuerpo, el corazón latía y cada órgano reanudaba su trabajo, así como aquel latido extra de un cuerpecito en crecimiento, finalmente abrió los ojos un poco desorientada y simplemente pido agua.

 

Paradójicamente la sacerdotisa no se sentía como de costumbre, era como si por esta ocasión ese poco de energía hubiera sido todo lo que tenia, fue entonces que comprendió que aunque ella tuviera mucha luz dentro, la oscuridad se la tragaba, que por muy altruista que fueran sus intenciones no había manera de convertirlo en un ritual puro y blanco, no era luz por oscuridad, vida por muerte, he allí parte del precio.

 

Sus razones era totalmente opuestas a las de Juv, al igual que sus métodos, sin embargo se sentía oscura y desprovista de sensibilidad, como si un manto negro la envolviera y faltaba la reprimenda de Bályer, aunque había logrado traer a madre e hijo con un costo personal no tangible como el ojo del arcano, y eso por mencionar lo que se veía, es que acaso ¿había otra forma? Como si hubiera envejecido una decena de años guardo su varita y recogió el grimorio que había caído cerca de ella, finalmente se incorporo para mirar con valentía al arcano en espera de cualquier palabra que tuviera para ella, mientras que la joven madre preguntaba donde estaba y quienes eran ellos, cubriéndose con ambas manos la desnudez del cuerpo. En un acto reflejo Cye apunto la sabana con la varita haciéndola levitar hasta la chica quien inmediatamente la tomo y se envolvió en ella. Lo único que faltaba es que fuera una vendita muggle y tuviera que desmemorizarla de paso.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Su experiencia al devolver el alma de ese joven a su cuerpo, no pudo ser más enriquecedora para Malfoy. Tener entre sus manos el poder de darle la oportunidad de reparar sus errores y enmendar los daños cometidos, extrañamente no se sentía más poderosa que antes y eso le confortaba sobremanera. Aprendió algo más que ir en busca de un ente energético y sin un cuerpo que lo protegiera, reconoció en ella un cambio notable y desconcertante por un breve instante─Ninguna explicación es sencilla…─comentó golpeando su mentón con su dedo índice. El Arcano colocaba el dedo en la llaga nuevamente, aunque en esta ocasión la rubia no respondería con una increpación hacia el anciano que le había enseñado en tanto poco tiempo.

 

─No ha sido sencillo, ¿verdad?...─desvió su vista hacia el castaño─Moriste en un abrir y cerrar de ojos…─terciando lo que aspiraba a ser una media sonrisa en sus labios, no quedo más que en un mohín indescriptible ante los ojos de ambos hombres─Puede que recuerdes un poco de tu descenso, puede que no, pero eso ya quedo en el pasado…─expresaba con naturalidad sin aumentar el temor en el joven. Era sencillo meterse en la boca del lobo y sortear los colmillos, pero lo complicado era adentrarse en la garganta de este y extraer el tesoro tan ansiado y salir sin un solo rasguño. Ahí el meollo de todo el asunto, verse en medio de un dilema que le provocaba una inquietante emoción─Te he ayudado a volver, digamos que sentí un dejo de compasión por tu cuerpo maltrecho y hete aquí…─entornando sus ojos hacia Báleyr, percibió que aprobaba la perorata de la Nigromante.

 

─Algunas veces la vida nos juega malas pasadas y la muerte, pues digamos que la muerte juega a la ruleta rusa…─meditando sus palabras prosiguió aclarando su garganta─Y la muerte apuesta al negro, porque siempre gana y justamente esa fue tu suerte. Desconozco tu nombre o procedencia, solo puedo decirte que eres una persona sumamente afortunada. Quién lo diría ir de paseo a una morgue y elegirte a ti para volver al mundo real…─mostrándose abierta al tema decidió no darle más vueltas al asunto─No es un sueño, pero si deseas que lo sea. Imagina que es una pesadilla, te viste sin vida dentro de un universo paralelo…─estaba vez la sonrisa si se escapó de sus labios─Y al despertar estarás en casa, bañado en sudor y sin saber porque soñaste tal aberración…─controlando un poco su ímpetu bajaba poco a poco la intensidad de sus palabras.

 

─Estas vivo y eso es lo que cuenta, ¿no?...─cerrando su grimorio lo conservaría como su objeto más preciado. Esperaba que el joven no prestará atención a los símbolos sobre la tierra, simplemente tendría que tomarlo como una broma del destino y acoplarse a estar nuevamente dentro del mundo de los vivos. La propuesta de Báleyr, sorprendió un poco a la Animaga, no se imaginaba, presentar la prueba para obtener la habilidad de Nigromancia en tan poco tiempo. Pero tampoco podía desaprovechar esa oportunidad, adentrarse un poco más en el arte de traer almas del mas allá, al mundo donde ella habitaba, sí que era una propuesta que no podría rechazar.

 

─Estoy preparada para tomar la prueba, no temo perder parte de mi esencia…─respondió convencida de su decisión─Para obtener lo que uno anhela, casi siempre debe sacrificarse algo más que la vida y eso lo tengo muy en claro…─poco a poco iba madurando dentro de ese cementerio. Ya no sentía ser la jovencita arrogante que deseaba imponer su santa voluntad, ahora se mostraba como una mujer inteligente y suspicaz, capacitada para enfrentarse a los retos que el anciano le pusiera dentro de la prueba. Tal vez usaría su habilidad de Animaga o quizás se jugaría el todo por el todo usando su naturaleza vampírica, aquello quedaba sumido en un misterio que se develaría al estar dentro de la prueba como tal.

 

─Él puede esperar aquí, no creo que necesite llevarlo de nuevo a las fauces del infierno…─sentenció notando una mirada sorpresiva en el hombre─¿Qué pasará con él al concluir la prueba?...─dejando escapar esa interrogante deseaba no tener que cargar con ese chico por el resto de su eternidad. No era mala idea tenerlo a su lado, pero en calidad de que podría adentrarse en la vida de Malfoy o formar parte de su círculo social. Sería un aliado o un lastre, aquello no le preocupaba de momento─Iniciaré la prueba en cuanto me lo indiqué…─asintió categóricamente notando que Cye, realizaba un ritual parecido al que ella había concluido hace unos momentos. Agradecía sobre manera, no tener que salvar dos almas en vez de una, porque si le dieran a elegir entre la madre y el crio, lastimosamente para la progenitora su destino estaría sellado con un tormentoso suplicio dentro de ese portal.

 

Se mostraba indiferente ante la vida de las jóvenes que morían con bebés en sus vientres. Consideraba aquello un descuido imperdonable, si ellas no eran capaces de proteger a sus hijos antes de nacer, no se imaginaba que les esperaba a esos pequeños al llegar al mundo mágico o muggle. Ante los ojos del resto parecería una inhumana y descorazonada, pero eso era lo de menos para ella. Tenía hijos y hubiera preferido mil veces morir ella a perderlos aun estando en su vientre, deseando asesinar al que se atreviera atentar contra la vida de sus pequeños. No era la clase de persona amorosa o maternal, pero cuando se trataba de los suyos, sí que era capaz de destrozar al causante de sus muertes o penurias.

 

─Lo dicho soy el lado opuesto de la moneda…─emanando de sus ojos un brillo maquiavélico, no le molestaba enorgullecerse de carecer de humanidad y sentimientos. Consideraba un lastre tener sensaciones positivas, emociones que muchas veces nublaban la razón e impedían alcanzar el objetivo deseando, aunque eso no significaba que no le importaba mantener a los suyos sanos y salvos. A su modo ella expresaba lo que muchos denominaban amor u odio, aunque ella prefería definirlo como displicencia innata. Justo eso era lo que le había mantenido en pie, decidida a elegir un alma en pena y devolverle un poco de paz o tal vez tenía otros planes en mente.

 

Jamás se podía saber que pensaba a ciencia cierta Malfoy, posiblemente por eso el Arcano, le considero descabezada y poco capacitada para realizar el ritual. Erróneamente se mostró altanera con la persona equivocada y no dudaba que se lo hicieran pagar con creces, pero los errores eran eso cometerse y pagarse, aunque el precio fuera demasiado alto y pasará una factura que muchas veces arrebataba algo preciado al deudor.

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

BwJfDFR.jpeg

Básicamente ya eres la mitad de una maldición

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Como el arcano se había sumió en un repentino silencio, a Cye le dio la sensación de que estaba disgustado o insatisfecho por cómo había afrontado ella las cosas, y ya que el no decía nada, y María, la muchacha que acaba de traer de vuelta a la vida requería respuestas decidió ocuparse del asunto.

 

--Hola-- dijo girando el rostro hacia la embarazada, luego a sus palabras la acompaño una afable sonrisa --Tranquila, no tienes nada de qué preocuparte-- encamino sus pasos a la piedra donde había estado recostada la mujer que ahora estaba sentada tan tiesa y fría como si no hubiera regresado el alma a su cuerpo.

 

--Soy sa… medico, doctora y acabo de curarte-- iba a decir sanadora pero reparo en que posiblemente fuera una muggle, aunque de ser así en lo que ella levito la sabana hubiera salido corriendo. La chica la enfrento con un “¿curarme? yo no estaba enferma quería morirme” grito --Posiblemente, pero mi deber es salvar vidas-- se atrevió a mirar retadoramente a Juv, que imaginaba se reiría de la situación pero contrario a ello seguía tan seria como había llegado.

 

--Vamos a dejar algo en claro, no sea cual sea tus motivaciones, pero en mi mundo si alguien intenta quitarse la vida con un bebe creciendo dentro de ella necesita un psicólogo o una condena de la ley-- Cye seguía moviéndose en ambos mundos, lo maravilloso del asunto es que los términos calzaban a la perfección tanto para los muggles como para los mágicos, además ella mantenía su integridad porque en realidad si era sanadora y su misión era salvar vidas.

 

-Pero yo prefiero darte el beneficio de la duda, pensar que estabas nublada o desesperada y que ahora que tanto tu como el bebe están recuperados te mantendrás sana y velando por tu hijito- se mordió el labio inferior -Tienes una segunda oportunidad, aprovéchala para hacer las cosas bien, ve esta experiencia como un retorno del mas allá porque aun no era tu hora y has que valga la pena-

 

Cye que no había dejado de lado su bolsito encantado, acudió a él dándole la espalda a la mujer y extrajo un frasquito que a simple vista parecía una botellita de agua, y lo era, pero además tenía unas cuantas gotas de poción herbovitalizante, filtro de la paz y ahora ella le agregaba un chorrito de poción para olvidar, lo agito vigorosamente y se giro para ofrecerlo a María.

 

-Un poco de agua te sentara bien y te hará ver las cosas con mayor claridad- la chica lo tomo con cierta desconfianza, destapo la botellita y la olisqueo pero al no encontrar ningún aroma especial bebió un sorbo y luego su cuerpo le pidió el resto del contenido. Era cuestión de minutos para que la paz la invadiera, además de que su cuerpo recuperara vitalidad, y empezara a olvidar ciertos detalles, como aquel mismo encuentro. Se giro hacia el arcano y le miro con intensidad, esperando que le dijera algo.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.