- Mansión Luxure - (MM B: 110324)

[Malum Luxure]

La casa se mantenía en silencio lo que había sido perfecto para dormir a mi cachorro, mientras paseaba con él en brazos lo miraba con infinito amor...había crecido tanto, sus pequeños rizos chocolate, su dulce nariz, su boca de donde apenas sonaba el aire que llenaba sus pulmones, sus encantadores faroles esmeralda estaban apagandos por el sueño, tan igual a su padre que a veces dolía...aquel maldito demonio que había vuelto a mi vida hacia poco y se había marchado nuevamente sin decir nada...mi alma entera lo odiaba pero a pesar de la manera me había dado la razón más maravillosa para seguir en este mundo.

 

-No sabes cuanto mamá te ama Alex-. Susurre suavemente mientras dejaba a mi hijo en su cuna.

 

En ese momento un sonido captó mi atención, era música...hermosa música, mire a mi niño pero al parecer no tenía intención de despertar, si no que al contrario pareció que se relajó más, su tierno cuerpo tomo una posición más cómoda lo que me llevo a dejarlo para poder investigar.

 

-Ya regresó mi vida-. Le dije antes de abandonar la habitación a paso decidido.

 

Mientras más me acercaba a donde provenía aquella melodía no podía dejar de sentir como de a poco me invadía el deseo de bailar en todo el cuerpo, era absolutamente maravillosa...había reconocido que se trataba de un violín magistralmente interpretado mediante mágia o por alguien, necesitaba saber o por lo menos ver a parte de escuchar.

 

-Suena increíble...-. Baje las escaleras a una velocidad aterradora pues las conocía de memoria.

 

Al llegar al recibidor no caí en cuenta quien interpretaba la canción sólo deje el cuerpo fluir, aquellos pasos de danza improvisada con los ojos cerrados, no sentía peligro alguno así que sólo era dejarse llevar. Los sonidos llenaban el ambiente de una forma cálida que no podía describir, se sentía una energía eléctrica y mágica.

 

-Eso fue fantástico...gracias-. Y escuche su voz cuando dejo de tocar, frente a mi estaba @@Alexander Fox

 

Mis ojos se abrieron enormes y en mis labios una sonrisa que me llevo a abrazarlo con todas las fuerzas de mi corazón...hacia tanto que no le veía que temí le hubiera sucedido algo...pero estaba aquí tan encantador como siempre que no pude reprimir las lágrimas que caían solas sin que las notase, él me había regalado aquel tema y no sólo eso sí no su presencia.

 

-Oh mi rojito estas aquí...me hace inmensamente feliz como no tienes idea-. Le dije para luego besar su mejilla derecha con cariño.

 

Estaba tan alegre que no me cabía en el cuerpo, había pasado por un par de cosas complicadas pero su visita a la casa sin duda era una de las mejores cosas que me podían pasar.

 

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[Alexander Fox]

Se sintió culpable cuando vio esa sorpresa en la mirada de su sobrina, pero cuando sintió ese abrazo tan cálido y lleno de cariño Alexander supo que todo estaba bien entre ellos, no había rencor por su desaparición solo preocupación. Le correspondió gentilmente mientras colocaba su violín y el arco en su mano izquierda, y con la otra le acariciaba dulcemente la espalda, permitiendo que todas sus ansiedades se fueran.

 

-Me alegro de verte pequeña Lady – sonrió con suavidad – te extrañe bastante… disculpa la desaparición – agregó algo apenado y con la mirada algo apagada, no había sido de su gusto el irse sin decir más nada, pero por su parte estaba feliz de regresar y reencontrarse con su familia, en especial cuando era recibido con ese amor.

 

-Déjame guardar esto, yo realmente espero escuchar cómo te ha ido sobrinita - Se separó un momento para tomar sus manos con dulzura y soltarla, debían recuperar algo de su tiempo perdido. Se tomó el tiempo para bajar y guardar su instrumento en el estuche, le tenía mucho cariño por lo que no quería que le pasara nada malo.

 

-¿Vamos al jardín? – le preguntó con tranquilidad mientras le volvía a tomar la mano con mucho respeto, y cariño, necesitaban un ambiente tranquilo y relajante para ponerse al día o eso pensaba el pelirrojo.

 

 

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[Malum Luxure]

Había dejado a los cachorros dormir en la que antes había sido solo la habitación del pequeño Alex y ahora compartía con Damian. Me asombraba el instinto protector de mi pequeño primogénito hacia su hermano menor, no quería separarse de él demasiado tiempo, ni de mí como si temiera perdernos, podía entenderlo perfectamente yo tampoco deseaba estar tan lejos de ellos...saltearme como fue creciendo todo este tiempo es un dolor que no esperaba pero estaba segura que intentaría calmar ahora que lo tenía.

 

-Descansen amores míos.- Me alejé entrando a mi cuarto...podía ver por más que estuviera oscuro.

 

Sentía el cuerpo cansado había trabajado toda la mañana en el ministerio y luego le había dedicado el resto del día a mis hijos...entonces me decidí a tomar un baño relajante, así que lo preparé todo con calma, poniendo con detalle en el agua burbujas con esencia a jazmín me recordaba a mi hermano Matty...el lobo había dicho que a eso olía..."jazmines con un toque de chocolate muy suave" una sonrisa se dibujó en mi rostro amaba a los mellizos con el alma como a toda mi familia.

 

-Necesito más vacaciones.- Solté una risita pensando que recién volvía al trabajo y ya quería salir de eso otra vez.

 

Luxure estaba en completo silencio por que al parecer hasta los elfos ya se encontraban descansando...era agradable y solitario, la gente no sabe disfrutar de la soledad mayormente pero yo sí. Mis pies se movían delicadamente sobre la alfombra dirigiendo mis pasos a la ventana balcón para dejar entrar la cálida brisa primaveral, los trazos lunares de luz que eran lo único brillante en aquel espacio.

 

-Esto es agradable.- Susurré entrando al agua tibia.

 

Deje que mi cuerpo se relajara y entrara en un letargo de ensoñación entre la realidad y el más allá...en estado de limbo demasiado bueno.

 

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[Hessenordwood Crouch]

Han pasado ya varios meses desde las supuestas desapariciones de los grupos clandestinos, ya apenas si se escucha los nombres de ellos murmurar entre los cotilleos matutinos camino al trabajo, y sobre los que él conoció, bueno los que quedan parecen estar en la misma situación que el brujo Ollivander. De su incierta plaza dentro del ministerio de magia, donde aún cree que le hace falta encajar, también ya ha pasado un par de meses, no se apura, sin embargo, en congeniar aun con el personal que debe ser su equipo de trabajo, después de todo, la dinámica del cuartel de inquisidores es bastante extraña, muy…individual, al menos así le juzgaría por ahora. La casa en Ollivander y la situación con…Granger, por supuesto no eran mejor que lo laboral, y de pronto a nada, el brujo ha comenzado a creer que de verdad algo en él se ha comenzado a distorcionar.

 

Nunca se habría juzgado a sí mismo como una persona apegada a algo, o a alguien dado el caso, se habría de desprender fácilmente de lo que quiere y busca el modo de mantenerse junto a él, habría sido sencillo luego de pasar parte de la niñez y juventud encerrado en aislamiento, pero hoy siente que el desapego le sabe desabrido, no podría decir que es algo que le disgusta más que otra cosa, pero sin duda aquel pensamiento “banal” ha comenzado a ofuscar sus ideas, a interrumpirlo durante sus sueños, y a distraerlo de sus deberes en horas de trabajo; todo pareciera no tener un significado fuertemente justificado para continuar en Ottery, y aun así ahí estaba él.

 

Bajo su brazo la caja de caramelos hace un ruido que acompaña rítmicamente sus lentos pasos, el otro paquete sobre este solo hace que el ruido no sea tan escandaloso. Es normal ya en él, aquel cambio de pie cada sexto o séptimo paso, casi como si renqueara. Tras él, y sobre sus rectos hombros, se ondea la capa del mago, de espesura aunque de colores desgastados por él uso, y por debajo un atuendo bastante formal; algo parecido a los uniformes utilizados en los colegios del norte, pero de colores grises y verdes oscuro, con botas de caballería que son cuidadosamente pulcras. El traje le da un porte menos cansón y desgarbado de lo habitual, al menos así consigue la pinta de finalmente parecer de la edad que en realidad tiene, a pesar de que el apático y pálido rostro no lo abandona ni en sus mejores días y en cambio, sobre su mejilla derecha parece haber un par de cicatrices nuevas.

 

Se ha desviado hoy de sus deberes para intentar conseguir una reunión con Luxure. Es ella de las pocas personas que quedan en Ottery que él puede reconocer, y que, aunque no le confesaría sus secretos, al menos cree que con ella se puede tener una buena charla, cómoda, disimulada y discreta.

 

Finalmente llega al castillo de los Luxure luego de atravesar los terrenos de su hogar, sospecha que los hechizos contra apariciones deben estar desactivados, pero siempre era enriquecedor recorrer los jardines de cada mansión que podía visitar en el pueblo, a pesar de que a él no le gusta "pasear por las noches". Como es costumbre, en la puerta lo recibe un pequeño elfo doméstico, nervioso por decir poco, seguramente por los maltratos que recibe de sus señores, no deja de ser una pena, pero no busca distraerse más en eso.

 

―Buen día, he venido…sin invitación, por supuesto-, el licántropo hiso un gesto de irrelevancia, luego se inclinó hacia adelante, para murmurar lo siguiente, como si buscara, de algún modo, ser más discreto. ― ¿Podrá la señora de la casa recibirme?-, masculló, a lo que la criatura pegó un salto nervioso luego de verse en aquel par de ojos de colores dispares, aunque vacíos de cualquier sentimiento o intención. ―Tenga aquí, es mi tarjeta-, se habría enderezado nuevamente solo para alcanzar de su bolcillo la tarjeta de presentación, es una vieja, de sus días de consultor en Baker, sabe que debe cambiarlas, pero ya habrá tiempo. ―Vaya usted, yo aquí espero-, se encogió de hombros regresando a su habitual forma flemática.

 

 

@@Lady Luxure Grindelwald

[Anthony R. Dracony M.]

El peliverde se para frente al gran espejo, admira como luce con aquel traje azul ultramar con brocados dorados, un chaleco a juego y una camisa exquisitamente blanca con puños adornados como en la época de los lord....su cabellera verde contrasta, le agrada calzar botas negras pero piensa mucho en aceptar pagar por aquel atuendo. ¿Debería acceder al consejo de su amada castaña? ya antes habían ido a "mirar" aquel local y ella había asegurado, que ese traje le quedaría muy bien....dió una vuelta para mirarse, se siente algo extraño al verse en otro olor de atuendo que no había usado antes...aunque...después de todo, Cindy había acertado aquellas otras dos veces pasadas; cuando vistió de blanco y aquella otra en que lució un traje negro con adornos y estamados rojos....

 

Suspiro resignado, le costaría acostumbrarse, pero pagó por el atuendo completo y salió vistiendolo de una buena vez, la ocasión es especial: visitaría a su hermosa "hermanita" en su hogar, además tiene curiosidad por ver de nuevo al pequeño Alex....

 

Asrael le llevó buenas noticias sobre el niño y su pelirroja madre, a sus ojos todo iba de maravilla, así que el ojimiel va muy feliz al encuentro de los dos, sujeta con anhelo una caja envuelta en regalo, hace tiempo que no va a la mansión Luxure....tantas actividades en el ministerio, que han abarcado su tiempo, que ha tenido que delegar algunas a sus compañeros, para recuperar algo para si.

 

Ryvak se aparece al frente de la mansión, toca la puerta principal, seguramente algún elfo abrirá y podrá pedir que anuncien su llegada.

[Thoth]

Tenía tiempo sin llegar y me encontraba en esta oportunidad en compañía de Sia, por tal motivo me encontraba en los exteriores de mi hogar, a pesar que por alguna rara razón no aparecía en el árbol familiar ¿Acaso ya no era parte de la familia o era un error? Sin embargo, eso no me importo, igual esperaba quizás la compañía de @@Adrian Wild si acaso este se osara a venir.

 

Mientras tanto me encontraba sentado y observando el cantar de un avecilla negra, pequeña y de curioso plumaje brillante ¿será una nueva especie? Solo me limite a contemplar, mi espectro me atravesaba, era su forma de jugar, al menos el frio nocturno me agradaba y al subir la mirada contemplaba el cielo estrellado con una luna creciente oculta por el vestigio del día, quizás era casi al atardecer, porque aún se observa alguna nube.

[Malum Luxure]

Me encontraba en mi mansión, hace tiempo que no pisaba por acá ya que me había desaparecido por bastante tiempo...había extrañado las lúgubres paredes, Luxure había sido mi primer hogar propio, mi orgullo a pesar de la traición de Alaric hacia mi persona y la de mi melliza...

 

-Mi hogar...tu oscuridad y herencia para Damian.- Sonreí ampliamente al pensar en mi cachorro mayor y cambien en el menor.

 

Pero eso no era lo que realmente me había llevado a volver a aquella casa...necesitaba un lugar privado, un ambiente cómodo y una charla con alguien así que dispuse a pensar quien seria la personas mas indicada para la situación...a mi mente vino cierto rubio que había visto hace unos días en el ministerio y mi interés surgió nuevamente en el.

 

 

Estimado Sr Diggory:

Le extiendo la invitación a reunirse conmigo aquí en la mansión Luxure a fin de tratar algunas dudas sobre el elfo que usted registro bajo su nombre la vez pasada en la ventanilla.

sin mas me despido.

Atte: Lady Luxure Grindelwald.

 

Una sonrisa torcida asomo mi rostro esperaba que @Gabriel W Diggory accediera a verme...había usado una excusa un poco tonta con intención que pareciera lo suficientemente inocente.

 

-Espero que mi plan funcione...- Susurre entrando descalza en el salón.

 

Llevaba un vestido largo negro simple que caía con total elegancia sobre mi cuerpo y el pelo suelto con leves ondas...era cierto que no estaba tan arreglada pero pero me sentía cómoda y no tenia intención de hacer tanto escándalo...solo deseaba una charla con el caballero o veremos que surgía durante la velada,

 

La casa se encontraba en silencio y eso a veces era peligroso...Alaric podría aparecer y arruinarlo solo esperaba que no...mande a Court con aquel mensaje a su destinatario...entonces me senté a esperar con una copa de whisky que previamente me había servido en el bar de la sala.

 

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[Gabriel W Diggory]

Mi tío había salido de viaje y me había dejado a cargo de la Mansión Diggory, me había asombrado al decirme, con cierto dejo de orgullo en su voz, que me felicitaba por mi graduación y que esperaba que supiera mantener en alto el nombre de la familia. Sonreí, el gesto de Amos era sin dudar genuino, en sus ojos pude ver que en cierta forma le recordaba a su hijo, el que no había llegado a graduarse por culpa de Lord Voldemort.

 

En verdad aunque hubiera querido hacer algo para molestar a mi padre, las palabras de mi tío me lo impedían, al igual que la primer carta que abrí esa mañana, dos lechuzas habían llegado y una de ellas era una carta de mi madre felicitándome por mi graduación, diciéndome cuánto me amaba y extrañaba y había agregado que mi padre me felicitaba, cosa que en verdad dudaba. Me eché atrás en el sillón en el que estaba desayunando, algo tarde, bastante, por culpa de las celebraciones. La siguiente carta tenía un aspecto más serio y cuando la abrí fruncí el ceño. ¿De verdad había un problema con el registro de Kato? Quizás al pasarme Amos su posesión había que hacer más trámites o ¿la pelirroja estaba tomando venganza por haber desaparecido? Sin embargo, no me citaba en el Ministerio.

 

Me apresuré a levantarme y cambié mi ropa por un pantalón jeans, unas zapatillas algo muggles, una remera negra escote en V y una chaqueta sport al tono. Esperaba ganarme un punto con mi look, ya que sospechaba que o iba a una trampa o iba a una cita "ministerial". Acomodé la varita en el bolsillo de mi jean, acomodándola gracias a un hechizo protector. Sonreí, al fin podría aparecerme sin necesidad de mi elfo.

 

Destino, decisión y deliberación, las tres palabras pasaron por mi mente mientras que me desaparecía de mi habitación, visualizando el ingreso de la Mansión Luxure. El sentirme apretujado y jalado como por un tunel metálico era divertido. Cuando finalmente visualicé frente a mí la estructura de la Mansión lancé un silbido, había olvidado lo impactante que resultaba en realidad el lugar. ¿Necesitaría pedir permiso en la reja de entrada para atravesar el camino empedrado hacia la mansión misma?

 

@@Lady Luxure Grindelwald

[Malum Luxure]

Me levante del sofá con mi gracia acostumbrada y decidí asomar apenas mi rostro por la ventana y para mi sorpresa me encontré en las rejas de entrada a la persona que esperaba, una sonrisa se asomo en mi rostro...pero por que no ingresaba?, debería enviar a Istar? me debatí un momento e hice sonar una diminuta campana haciendo que no tardara nada en aparecer la elfina.

 

-Pequeña...ve por mi victima...digo mi invitado.- Solté una risita divertida.

 

Ella me miro curiosa pues me conocía muy bien, no era solo mi ayudante si no también mi amiga, confidente y cómplice...podía decir que casi leía mi mente ya que hacia cosas sin que se las pidiera verbalmente lo que me ahorraba mucho tiempo. Sus pasos tranquilos dejaron el salón mientra yo no me había movido del lugar donde me encontraba.

 

-Muy bien...que empiece el juego...- Mi mirada no deba la figura del rubio en ningún momento.

 

~ Istar con @@Gabriel W Diggory ~

 

La elfina salio por la puerta principal con su tranquilidad acostumbrada y camino por el sendero que separaba la mansión de las rejas principales sin perder detalle del caballero, con un suave movimiento de su mano mágica abrió la puerta y se acerco a él sin intención de asustarlo o algo malo.

 

-Buenas...noble caballero.- Saludo con sus chillona voz jugando levemente con sus dedos.

 

Espero un momento luego se giro levemente y con disimulo hacia la ventana donde sabia que yo la observaba. sus ojos verdes destellaron un segundo como una buena señal que yo también conocía,

 

-Por favor sigame...mi ama lo espera.- Sentencio acomodando su pequeño vestido verde esperando la respuesta del joven.

 

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[Gabriel W Diggory]

No pasó mucho tiempo antes de que viera a lo lejos que la puerta de la mansión se abría y una elfina salía por ella. Estaba seguro de que a Kato le hubiear gustado, o no, en realidad los gustos de mi nuevo elfo eran algo extraños. Lo que me recordó que el trámite de ponerle a mi nombre era lo que me había llevado hasta aquel lugar. En ese momento se abrió el portón frente a mí y me atreví a avanzar un par de pasos, al encuentro de la elfina.

 

--Hola --respondí al saludo de la elfina y cuando iba a presentarme ésta pareció girar para observar a alguien en la mansión. Seguí su mirada, pareciéndome distinguir una figura familiar en una de las ventanas de la mansión, no pude evitar sonreír un poco.

 

--Por supuesto, me espera --respondí, siguiendo los pasos de la pequeña criatura de vestido verde, me parecía extraño, cada elfo elegía su ropa o eran sus amos quienes los vestían. En el caso de Kato había sido mi tío quien le había acostumbrado a vestir lo que él llevaba, como si fuera un pequeño mayordomo de estilo sport.

 

--¿Tu ama siempre lleva su trabajo a casa? --pregunté a la elfina mientras atravesábamos los jardines para llegar a la puerta de entrada del lugar. Una pregunta más directa me pareció que resultaría extraña y la elfina la esquivaría, obvio, si me citaba por trabajo a su hogar, pues nada, no veía por qué la criatura podría esquivar la respuesta.

 

Miré a mi alrededor, la puerta de ingreso era de roble macizo y su doble apertura se deslizó ante nosotros dándonos paso hacia un vestíbulo amplio y sobrio, lo cual me sorprendió, esperaba un estilo más audaz y provocador, como la dueña de la mansión. Claro que si me ponía a pensar hacía bastante juego con Demian Luxure, quien me había tomado los exámenes de vuelo y aparición.

 

--Bonito lugar --comenté observando una vez más a mi alrededor.