Jump to content

Castillo Evans McGonagall (MM: B 97458)


Syrius McGonagall
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Leonid Yaxley

 

 

El ruso no pudo menos que sonreír, de alguna forma aquella mujer pudo ver entre sus mentiras revelando la verdad sobre aquel seudónimo - Es de mis favoritos - replicó mientras tomaba la botella con el vodka que la Evans rápidamente sacó de uno de los cajones. ¿Qué habilidades o entrenamientos tendría aquella mujer?

 

No llegó a destapar el vodka cuando se vio prohibido de hacerlo, la medimaga, Hannity lo detuvo, antes tendría que tomar unas pócimas, no era algo que le gustara especialmente pero como aquella familia le había dejado en claro minutos atrás, estaba atado de pies y manos, tenía que hacer lo que le dijeran.

 

Apoyó la botella de vodka sobre la mesa de luz junto a la cama y tomó las pócimas que la rubia le tendía, no emitió palabra alguna y de un solo trago vació el contenido de las ampollas, no le supieron a nada ¿Debería sentir algo? No estaba seguro. Mientras dejaba que las pócimas hicieran efecto escuchó con extremo cuidado las conclusiones que la sanadora exponía.

 

La Ollivanders tenía muy en claro que había sido atacado ¿Con qué hechizos aturdidores? Sin duda eso explicaría la espesa niebla que se arremolinaba dentro de su cabeza dificultando su habilidad de pensar con claridad ¿Pero aquel descontrol sobre sus sentidos se debería a lo mismo?

 

La respuesta llegó del único mago que llegó dentro del trío que cómodamente parecía haberse instalado en la habitación, sin duda su llegada era un evento entretenido en la calma de la madrugada.

 

-¿Con que una maldición? - dijo mirando al mago -¿Que tipo de maldición? -

 

Mientras esperaba una respuesta escuchó el comentario de Bel sobre la reciente incursión mortífaga en el castillo, con mucho cuidado trató de no desvelar mucho sobre el tema,sobretodo frente aquella mujer. Aún podía sentir arder la Marca Tenebrosa tatuada en su antebrazo, reciente señal de su aceptación dentro del bando tenebroso.

 

-Conozco de su guerra, pero no es mi asunto - trató de darle punto final al tema mientras tomaba la botella de vodka, la destapaba y daba un largo trago del destilado.

 

@@Rory Despard @@Hannity Ollivander Evans @@Richard Moody

 

Firma-Nueva.md.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿Cuantas serían las veces que atravesaría esa puerta como una desconocida? No lo sabía, no estaba segura, así como tampoco sabía cuantas veces serían las que se iría sin mirar atrás para desaparecer por un tiempo indefinido; aunque esta vez el tiempo había sido relativamente corto en comparación a sus desapariciones pasadas, eso tenia que contar para algo.

 

¿Con qué novedades se encontraría con este nueva llegada? La última vez se había topado con muchos cambios y noticias que la habían hecho sentir desorientada, confundida y totalmente fuera de lugar; era comprensible tomando en cuenta el tiempo que había estado fuera de su hogar...

 

- Su hogar - que rara sensación al pronunciar aquella palabra, su voz sonaba débil al pronunciarla, como si al decirla en voz alta se rompiera un hechizo o cayera en la realidad de que aquel sitio no era su hogar ¿Cómo podría serlo?

 

Alejo esos pensamientos de su mente, nunca había sido rechazada en aquel castillo, nunca antes le habían cerrado las puertas en ningún momento a pesar de todo el tiempo perdido. No, eso no pasaría, ni siquiera pasaría eso en su otro hogar, donde la familia no era tan unida pero seguía siendo familia "Mañana podría pasarme por ahí, ver si hay alguien, aunque lo dudo mucho" pensó para sus adentros.

 

Un "puf" ​sonó a su lado, apareciendo una pequeña criatura, más pequeña que los de su especie, con una pequeña playera negra que le quedaba ligeramente grande. La criatura sonrió hacia la bruja, quien no pudo ocultar su amplia sonrisa.

 

-Que bueno volver a casa, ama.

 

En aquella ocasión el elfo había partido con ella, la bruja ya no lo dejaría atrás como en veces anteriores, sabía que ella significaba mucho para el domestico y ciertamente, el elfo era el ser por el que sentía más aprecio y cariño.

 

-Si Van, es bueno volver...

|| 4GfTlba.gif ||


bor4Ktn.png


xcLm9MX.gif || || 3LeUwT8.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Elfina P-ko (saliendo a recibir a @@Helen Evans y @@Nicole Evans Crowley)

 

Los agudos sentidos de la elfina percibieron al instante que alguien más se adentraba en el Castillo. Haciendo una reverencia hacia Albus, para pedir permiso para retirarse unos momentos, la criatura salió rápidamente al vestíbulo y no tardó en distinguir la esbelta figura de Helen Evans. Llevaba tanto tiempo sin ver a la amita, que de inmediato fue hasta ella.

 

- ¿También le llegó el llamado señorita Helen? Es un gusto tenerla en casa, pase por favor a la cocina. El joven Albus está allí comiendo algunas viandas, y estoy segura que usted también debe tener hambre.

 

Sin esperar una respuesta afirmativa de parte de la joven, P-ko se internó rápidamente de regreso a la cocina y sirvió otra porción de tarta de carne y zumo de calabaza. No había pasado ni medio minuto cuando de repente, nuevos pasos se dejaron oír fuera de la cocina. P-ko volvió a ponerse de pie para asomarse y grande fue su sorpresa al ver a Van, y con ella, a Nicole, la hija de su ama.

 

Tener a tantos miembros de la familia en ese momento la llenaba de energías, aun si las razones para la venida de ellos hubieran sido por causa de un ataque.

 

- Le decía al joven Albus que aunque los mortífagos atacaron la casa, no se registraron más que pérdidas materiales, que igual conseguimos restaurar entre Mavado y yo- con un gesto autosuficiente tomó también ella un vaso y se sirvió un poco de zumo- ¿haN sido muy pesadoS sus viajes señoritas? ¿Desde donde están viniendo esta vez?

 

Aunque al comienzo le hubiese resultado chocante, había terminado aceptando la característica Evans de nunca permanecer demasiado en un solo lugar. Y de hecho, había comenzado a gustarle escuchar las anécdotas que cada uno de ellos traía tras sus viajes.

 

 

 

 

 

Bel Evans Ollivander

2da planta, en su habitación

con @@Richard Moody, @@Hannity Ollivander Evans y @@Syrius McGonagall

 

Richard podía a menudo burlarse, pero esta vez la curiosidad que se reflejaba en sus ojos era la mejor prueba de que no estaba mintiendo con lo de la maldición. Era un gesto casi tan transparente como el afán por comida de Melrose, que sin reparo alguno se había sentado al lado de carrito de comida traído por P-ko y comenzaba a zamparse bollos y rollos de canela, mientras Hannity con suma seriedad exigía al mago que tomase las pociones para que consiguiera estabilizarse.

 

- Por todo lo que indican, es claro que quienes lo perseguían señor Kuznetsov, querían deshacerse de usted a toda costa. Hubiera creído que los mortífagos que atacaron nuestro castillo podrían ser los culpables, pero si indica que ese no es su asunto, tendríamos que descartar la idea ¿no le parece?

 

Me puse de pie, e intercambié miradas con Catherine que aun tenía un gesto ausente. Era evidente que esa mujer estaba viendo algo más que escapaba al resto de presentes, excepto quizá Richard. Pero al menos tenía mucha más confianza en ella que en el mago, así que tomándolo del hombro, la obligué a que me prestara atención.

 

- Catherine ¿qué es lo que estás viendo en él? ¿Deberíamos preocuparnos por esa maldición?

 

Había repetido prácticamente las mismas palabras de Hannity. Y si bien en cierto sentido, se referían al hombre y su condición y salud, la otra parte tenía que ver directamente con nosotros. Cuanto antes supiera en qué podía estar involucrando a mi familia al ayudar a ese sujeto, más rápido podría tomar medidas.

 

Definitivamente había tomado un riesgo enorme, pero a esas alturas, no podía echarme atrás.

Editado por Rory Despard

cpoR6Mo.gif

GGxF5Wk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Richard negó con la cabeza. Su especialidad era romper cosas y detectarlas y para los procedimientos que él utilizaba, averiguar lo que eran siempre era la parte más difícil. Sin embargo, esa era información que no deseaba revelar a alguien como Bel Evans McGonagall. Además, veía la posibilidad de sacarle partido al asunto. Su rostro dejó ver una sonrisa encantadora.

 

Catherine mientras tanto había contestado de forma rápida, práctica y honesta ante la interpelación de Bel.

 

—No veo daños permanentes pero es difícil adivinar los estragos de la magia errática que causa pérdida de memoria.

 

Lo que realmente se preguntaba era¿se trataba o no de pérdida de memoria? Parecía que el hombre buscaba ocultar algo, lo que no tenía sentido si se trataba de una persona confundida que no sabía lo que estaba ocurriendo a su alrededor en lo absoluto. Richard por su parte, no había detenido sus ademanes ni siquiera ante las palabras de Bel, aprovechando más bien que ésta estaba cerca de Catherine y a varios metros de él.

 

—Quizá no pueda haberlo sabido por mis propios medios con un vistazo pero hay una forma muy sencilla de averiguarlo —replicó Richard acercándose todavía más hacia el hombre.

 

Sus ojos brillaron por un instante, fijándose en los del forastero. Eso facilitaba el proceso que podía ejercer para indagar en ello.

 

—Aún si no recuerda cómo sucedió, puedo extraer esa información de su mente —que era un consumado legilimante era información que Bel ya poseía así que no le importó revelarla en voz alta. Su sonrisa se ensanchó, cálida, a ojos de cualquiera que pudiese verlo. Por supuesto, no era cálida en realidad y sin duda los Moody presentes verían a través de ella, privilegio que quizá otros no poseían al conocerlo poco o nada ¿podría ver el hombre a través de ella? Tal vez sí, si era el tipo de persona que Richard sospechaba. Deseaba descubrirlo—. Si me lo permite.

 

Su cabeza se inclinó ligeramente hacia un lado, indicando duda y una petición. Podía ingresar y sacar la información a la fuerza claro, pero no parecía lo más apropiado en ese tipo de situación. Además, probablemente Catherine se confabularía con Melrose y Bel para impedírselo y quizá había entrenado bien a Melrose pero la muy bastarda seguía ganándole en fuerza física. Como un perro sobre-dimensionado que en ocasiones no puedes controlar porque tiene alguna clase de moral propia.

 

Y que si la pateabas, mordía.

 

@@Rory Despard @@Syrius McGonagall @@Hannity Ollivander Evans

 

Freya - elfina en la casa Evans McGonagall

 

Freya retornaba del huerto a donde había ido a recoger fresas cuando la vio: al inicio le costó procesarlo pero no podría tratarse de otra persona que de Helen Evans.

 

—¡Ama Helen!

 

Sus ojos se abrieron como platos y poco le faltó para soltar la canastilla con fresas. Se dirigió enseguida a preparar viandas junto a Freya, pensando en que incluso el ataque había valido la pena. También saludó a Albus y a Nicole con gritos, reverencias y expresiones de alegría. Hacía tanto que no veía a la familia reunida...

 

—Estas son excelentes noticias, la ama Bel se encuentra en la segunda planta —añadió, sin estar al tanto de que P-ko ya les había informado del asunto ¿cómo les ha ido, está bien?

 

Freya no era consciente de ello pero empezaba a envejecer. La emoción desbordante que sentía, era señal de la disminución de su autocontrol. Sin embargo, no se sentía desdichada, si no desbordante de alegría y energía y con los ojos casi llorosos, ofreció a los recién llegados un grupo de empanadas.

 

@@Helen Evans @@Nicole Evans Crowley @@Albus Severus Black

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Leonid Yaxley

 

 

No había dicho nada sobre el ataque pero tampoco valía la pena intentar negarlo, el vestigio del mismo fue claramente leído por todos los presentes en aquella habitación, pero no daría más detalles pese a las frases indirectamente indagatorias que la bruja llamada Bel empleaba. Se dedicó a beber otro sorbo de la botella de vodka para no tener que replicar a la pelirroja mientras la mujer llamada Catherine tomaba la palabra.

 

¿Maldición errática? No pudo extraer más información del enunciado ¿Que le habían echado esos malditos ucranianos? Al parecer nadie en aquella habitación tenía la respuesta y se estaba comenzando a impacientar, era un huésped inesperado y recelado lo podía leer claramente en los rostros y gestos de los Evans y su permanencia con esa gente precisamente era por su condición, y también no podía negarlo, la sombra de amenazas de alertar al Ministerio Británico.

 

Pero si nadie tenía respuestas no tenía motivos para seguir prolongando su estancia en el castillo, sus compañeros deberían estar buscándolo, al diablo con el Ministerio, buscaría la forma de irse. Pero sus cavilaciones sobre el escape se interrumpieron cuando Richard se acercó.

 

La sonrisa cálida que le dedicó no se correspondía con la mirada, el ruso frunció el ceño mientras escuchaba lo que el hombre proponía, desconfiaba de un legeremante desconocido y había algo particular en aquel mago que le desagradaba, no quería que se adentrará en su mente ni tuviera a su disposición sus recuerdos, pensamientos, sueños y pesadillas, era algo muy íntimo que no estaba dispuesto a compartir con ninguno de los presentes.

 

-No vas entrar en mi cabeza - fue su respuesta antes de darle un nuevo sorbo al destilado, el vodka le abrazó con dedos cálidos el pecho mientras descendía por su garganta dándole la sensación de recobrar la fuerza y confianza perdidas.

 

-Gracias por las pociones, los consejos, la cama y el vodka, ya me siento mejor - mintió el ojiazul mientras dejaba la botella a medio terminar nuevamente sobre la mesa de luz junto a la cama -Disculpen la interrupción en medio de la noche, no es mi forma habitual de presentarme - se disculpó el pelirrojo mientras se incorporaba.

 

-Les agradecería que me devuelvan la varita y no volveré a molestarlos - se esforzó en no sonar demandante mientras deslizaba la zurda en el bolsillo de su pantalones y para su sorpresa se encontró con una pequeña bolsa de plástico. Extrañado y olvidándose del resto por un instante extrajo la bolsa y observó la misma a la luz de las velas que iluminaban la habitación.

 

Reconoció las semillas pequeñas de un intenso color rojo que llenaban su interior, eran cientos - Potenciadores - dejó escapar atónito, aquella droga fue el motivo de la redada, los insurgente ucranianos que perseguían fueron a Inglaterra por Potenciadores, una semilla con la capacidad de aumentar la adrenalina una diez veces el nivel habitual, volviendo al que lo consumía en prácticamente una bestia incansable, fuerza, reflejos, sentidos, magia, todo se incrementaba a escalas inhumanas pero obviamente tal poder tenía un coste importante en la salud.

 

Era una droga prohibida dentro de la Federación Rusa.

 

La primera explosión sacudió las paredes y el piso de la torre, la segunda y la tercera no se hicieron esperar y los vidrios de las ventanas estallaron en una lluvia de fragmentos que salieron disparados en todas las direcciones. Los ucranianos regresaron por lo que les pertenecía.

 

Firma-Nueva.md.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Apenas habían cruzado el umbral del inmenso castillo cuando una criatura salio a su encuentre recibiendo a ambos con familiaridad y visible entusiasmo en su rostro, se trataba nada más y nada menos de P-ko la elfina de su Bel, madre de Nicole. Van dio unos saltitos de alegría al ver a la domestica, pues era su más grande amiga y había estado para él cuando la joven Crowley había desaparecido por largo tiempo.

 

La bruja y el elfo siguieron a P-ko, al parecer no eran los únicos que acababan de arribar al castillo, una bruja estaba siendo interrogada por la pequeña elfina; Helen los miro, Van siguió a P-ko mientras que Nicole se detuvo, había coincidido y convivido con su prima con anterioridad, saber que ella estaba regresando de una ausencia hizo que desaparecieran los últimos rastros de incomodidad que en ella pudieran existir.

 

-Helen...Que bueno verte, ha pasado algún tiempo.

 

-Visitamos varios lugares, la mayor parte de nuestro viaje fue en América desde Canadá hasta Chile...- comentaba Van emocionado en respuesta a la pregunta de P-ko.

 

Si, aquella vez Nicole había decidido viajar por aquel continente, pues no había estado el tiempo suficiente para conocer todos los aspectos de las comunidades mágicas de aquellas tierras.

 

Justo en aquel momento otra elfina ingreso a la escena, sin ningún tipo de control saludo a todos los presentes dejando en evidencia el entusiasmo que sentía al verlos a todos ahí, sujeto la mano de la Crowley entre sus delgadas manos he hizo varias reverencias, cosa que saco una ligera sonrisa a la chica, esos domésticos de verdad que eran todos unos personajes, ella lo sabía bien, Van era igual o incluso más efusivo que Freya, elfina que había estado durante generaciones entre los Evans.

 

Un comentario de esta última hizo que la sonrisa de Nicole desapareciera ¿Había escuchado bien? Bel...Bel Evans...su madre...¿estaba en el castillo? ¿Cómo? ¿Cuándo? La última vez que había estado en Londres su madre había abandonado el mundo mágico, o bueno, al menos eso era lo que le habían comunicado, en ese momento había querido que todo fuera una mala broma, pero durante su estadía en el castillo, hacía un año atrás, parecía que los rumores eran ciertos, Bel no volvería... Eso, al parecer, no duro mucho.

 

Permaneció en su lugar, resistiendo las ganas de echarse a correr por las escaleras para ver a su madre, sin importar todo lo que había pasado entre ellas, la devoción de Bel por la Orden y el tiempo que habían estado separadas Bel seguía siendo su madre, eso nunca cambiaría...

 

@@Syrius McGonagall @@Richard Moody @@Rory Despard

|| 4GfTlba.gif ||


bor4Ktn.png


xcLm9MX.gif || || 3LeUwT8.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

Bel Evans Ollivander

 

 

— No, no vamos a permitirlo Richard. Mientras estés aquí, no permitiré que las formas debidas a un invitado de la familia se pierdan.

 

Kuznetsov, no obstante, estaba decidido a irse y volvía a insistir con el tema de que le fuese entregada su varita. Yo tenía muchas dudas aun en torno a él, pero ¿no había hecho ya el suficiente esfuerzo por esa noche? Quizá tenerlo iba ganarnos más problemas que otra cosa y de todas formas, todavía era un misterio en parte la presencia de todos los Moody en la casa.

 

Despacharlo y dejar las formalidades con Richard ahora resultaba más imperioso.

 

Sin embargo, el paquete que el joven sacó de pronto me dejó paralizada por completo. Ni siquiera necesité escuchar su nombre de los labios de él, pues había visto aquellas semillas en docenas de fotografías, pero nunca, materialmente. ¿Qué hacía él portando una droga tan poderosa y peligrosa? ¿Podía ser entonces que aquella mercancía era la causa de que lo estuvieran siguiendo? Era muy probable pero antes de poder hacer una conjetura un remezón azotó el castillo.

 

— ¡Debe ser otro ataque mortífago! ¡Hann, ponte a buen recaudo, Mel cuento contigo para que mantengas protegido a nuestro huésped.

 

Al salir de la habitación el sonido de los ventanales del primer piso explotando resonó en mis oídos. Aturdida seguí avanzando, en búsqueda de P-ko que tenía que estar en la biblioteca, el espacio más seguro de la primera planta en caso de ataques. Por supuesto que no íbamos a quedarnos sin hacer nada, jamás había sido esa la forma de afrontar las cosas en la familia, pero tampoco pensaba arriesgar a nadie de forma innecesaria.

 

Grande fue mi sorpresa al cruzar el pasadizo y en el enorme recinto con libreros que iban del suelo al techo, encontrar no solo a P-ko, sino a Mavado, e increíblemente, a Albus, Helen y Nicole. Y aunque eran las peores circunstancias posibles, mi corazón se aceleró de verlos allí, y de que en cierto sentido, la familia estuviese reunida como hace mucho tiempo no lo había estado.

 

— Mis queridos, me alegro tanto de verlos— avanzando hasta ellos los estreché a cada uno en un abrazo, deteniéndome un extra en mi hija que había dejado atrás los rasgos más infantiles en su rostro y mostraba ahora una sobria y radiante belleza— Nicole...cuanto tiempo ha pasado. Necesitamos hablar de tantas cosas.

 

Mavado carraspeó y supe que debía dejar para un momento de más calma esa conversación, y escucharlo. El elfo de mi padre, de perpetuo gesto adusto, comunicó que no eran mortífagos los que nos atacaban, pues no traían ninguna clase de máscara en su rostro, y aunque desconcertante, a la luz de aquel paquete que el ruso llevaba el asunto podía tener algo de sentido.

 

Estoy casi segura que han venido por ese joven ruso, así que es prioridad tuya y de P-ko mantenerlo a salvo ¿me entendieron? Protéjanlo al costo que sea — una nueva explosión se dejó oír y no tuve dudas que había ocurrido en el interior de la casa ¿el recibidor quizá? Lo que implicaba que no podíamos perder más tiempo, por lo que volviéndome a mi hija y mis sobrinos les hablé con total franqueza— yo no poseo magia así que sería un estorbo en la batalla, pero ¿puedo confiar en su poder para defender el castillo? Como en los viejos tiempos...aunque si no desean pelear lo entenderé. No va ser nada sencillo enfrentar a esos tipos, pues emplean maldiciones sumamente poderosas, pero solo derrotándolos vamos a desentrañar el misterio de estos ataques sucesivos a la familia ¿que deciden?

 

Esperaba en lo profundo, que aceptaran sin vacilar.

 

@@Syrius McGonagall @@Richard Moody @@Nicole Evans Crowley @@Albus Severus Black @@Helen Evans @@Hannity Ollivander Evans

Editado por Rory Despard

cpoR6Mo.gif

GGxF5Wk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Aaron Yaxley

 

 

Otro sacudón asoló la torre del castillo, esto le hizo perder el equilibrio llevándolo nuevamente a sentarse sobre la cama que tenía a sus espaldas. Una fina capa de polvo caía como cortinas desde las viejas vigas del alto techo mientras el tremor continuaba, pero la familia Evans no dejó que la sorpresa del ataque los atolondrara, rápidamente Bel tomó las riendas del asunto y empezó a dictar órdenes, sin dudas aquella pequeña mujer era la jefa del hogar.

 

Pero pese a las buenas intenciones de la bruja no podía acatar lo que le pedía, no se quedaría de brazos cruzados dejando que el resto lo cuidará, podía pelear, asimismo era el único que conocía la identidad de los atacantes, necesitaba su varita. Saltó de la cama y fue directo hasta Mel - Necesito la varita, los que nos atacan no son mortífagos, son un grupo rebelde ucraniano y quieren esto - le mostró la bolsa con los Potenciadores que llevaba en su mano.

 

-Puedo ayudar - casi le suplicó.

 

Sus pasos resonaban por el amplio pasillo de piedra decorado con suntuosidad, podía sentir la voz de Bel y otros magos y brujas a un par de metro por delante, se estaban preparando para defender el castillo pero aún no sabían a que se enfrentaban. Corrió el último tramo que los separaba, saltando por encima de un grupo de libros que se amontonaban desordenados a los pies de una serie de estanterías de madera tallada se topó con el cuarteto que se preparaba para defender su hogar.

 

Notó como Bel inmediatamente se percató de la varita que sostenía en su diestra por lo que se apresuró apaciguar las aguas - Vengo ayudar - soltó mirando a todos los presentes - No son mortífagos los que nos atacan, son un grupo rebelde del este ucraniano y vienen a por los Potenciadores - sacó la pequeña bolsa con las semillas de un brillante color granate.

 

-Ellos fueron los que me atacaron, los perseguía por el cielo cuando me tomaron por sorpresa - relató recordando lo poco que las maldiciones no lograron borrar de su memoria - Son tres, solo quedan tres - finalizó antes de que otro estrépito de vidrio y piedra sacudiera el castillo.

-Hay que salir, presentarle batalla fuera en los jardines, tenemos la ventaja de los números y ustedes conocen el terreno, cuenten conmigo para lo que quieran - se ofreció ansioso por colaborar con la familia que lo cuidó.

 

 

@@Rory Despard @@Nicole Evans Crowley @@Richard Moody @@Helen Evans @@Hannity Ollivander Evans @@Albus Severus Black

 

Firma-Nueva.md.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Melrose reacciona a las palabras de Bel antes darse cuenta, acercándose automáticamente al desconocido. Sus ojos otean el espacio cuando los vidrios rotos han caído ya al suelo. La sacudida había sido tremenda.

 

Mientras tanto, Catherine se había movido más rápido que cualquiera: en realidad, había sido casi un instinto. Quizá hubiese sido hacía mucho tiempo pero recuerda perfectamente lo que significaba ese castillo, quiénes son los Evans y, sobre todo, cuando ella misma había ejercido una posición en la familia. Sus manos pasan rápidamente una capa de tela gruesa por encima de la cabeza de Bel. Es consciente de que es la persona más vulnerable del grupo, aunque eso no parece importar a Richard.

 

Éste, en lugar de correr hacia un miembro del grupo, se había precipitado a la ventana luego del estallido (lo que, si pensaban a profundidad, era una estupidez, porque inmortal o no, seguía siendo capaz de sangrar). Se había apegado a la pared de piedra entre dos ventanas antes de asomarse y se había refugiado allí mismo con una sonrisa ladeada en su rostro. Un rayo pasó rozando su frente por apenas un par de centímetros.

 

—Van en escobas, casi podría jurar que Nimbus 3000 —¿Cómo diablos era que sabía eso? Melrose le había dirigido una mirada preocupada pero Richard se encogió de hombros todavía sonriendo, con su pecho subiendo y bajando a gran velocidad. Era extraño verlo entusiasta casi en ninguna situación. Melrose solo podía suponer que era en momentos como esos en donde realmente se sentía vivo, luego de arrastrar tantos años encima en situaciones cotidianas y no cotidianas que no representaban un peligro mortal—. Pero ese bastardo me las va a pagar.

 

Richard alzo la mano estirando los dedos como si fuesen garfios y luego distendiendo los dedos al girar la muñeca. Melrose, atenta, escuchó un crack que rompió el silencio subsiguiente al primer remezón y la explosión de los vidrios.

 

Se escuchó un grito al exterior, que Richard aprovechó para asomarse, antes de volver a su posición, a cubierto, cuando varios rayos más cruzaron la ventana en el espacio donde antes había estado su cabeza. Con un gesto atemperado y casi amable, Richard le indicó a Melrose con la mano que se llevara al invitado fuera de la habitación. Tenían que bajar junto con Bel y Catherine (o eso supuso Mel que quería decir Richard).

 

Mientras tanto, el invitado había estado en sus propias preocupaciones. Mel no sabía donde estaba su varita pero entendía por qué le molestaba no tenerla en una situación así. Asintió en su dirección y ambos salieron de la habitación, dejando a Richard atrás. Si bien el invitado se adelantó a ella por mucho y para cuando llegó a la biblioteca, él ya se estaba dirigiendo a Bel, informándole sobre los atacantes, a cambio se ganó las risas de Richard en la retaguardia, a sus espaldas, que susurraba cosas acerca de palos de escoba endebles.

 

Mel, en realidad, a pesar del peligro inminente y la perspectiva de enfrentar desconocidos armados, pensaba más bien en el carrito de fiambres volcado del segundo piso. Había sido descorazonador y un desperdicio tremendo.

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 mes más tarde...

55ECdUt.jpg

La noche se cernía sobre Ottery St. Catchpole y era la señal que necesitaba con mi madre. Estaba demasiado enojado y no podía decidirme por si contarle a mi madre por lo que habíamos pasado y las consecuencias que podría llevarme ante el bando por lo sucedido en King Cross. No habíamos hablado casi nunca de estos temas. Pero estaba seguro que eso no iba a agradarle. O mejor dicho, a mejorar su estado. Desde el funeral de su padre que no la había visto para nada bien a Shelle Gryffindor.

 

¿Acaso la ayudaría despejarse un poco? Algunos chusmeríos dentro de la fortaleza hablaban sobre las hazañas de algunos mortífagos que realizaban dentro del pueblo y eso me había emocionado mucho.

 

Necesitaba descargarme. Necesitaba hacer algo o explotaría mi propia mansión en miles de pedazos.

 

Cuando rocé la marca tatuada en mi brazo con la punta de mi varita, le avisaba a mi madre dónde me encontraba. El terreno que pertenecía a los Evans McGonagall se encontraba justo enfrente, tan imponente sobre lo alto de aquella colina. Tenía que admitir que era muy bonito pero mi objetivo no se trataba de realizar sociales o de ir a tomar el te, sino de dejar un mensaje claro y conciso: estábamos vigilándolos. Con lo sucedido en King Cross estábamos demostrando que ya no estábamos para juegos.

 

Con la varita en la mano, la túnica que me cubría por completo y la máscara que protegía mi identidad, avancé junto a mi madre, la cuál me dirigí cómo la teníamos que llamar:

 

Shiva. Estoy muy enojado. ¡Muy! Necesito descargar mi furia contra algo y los McGonagall se encontraban en el momento menos indicado —le comenté. Era extraño dirigirme hacia mi madre de aquella manera pero mientras llegábamos al camino que serpenteaba en subida. Miré hacia arriba y esperé a que accedieran a subir. Los árboles cubrieron gran parte de nuestro trayecto. Fui en silencio pero con paso decidido y firme. Era como que mi corazón estaba listo para hacer de las suyas. Miré de reojo a Shiva—. Ten cuidado…

 

Conocía las habilidades de la bruja y sabía que no se iba a quedar con los brazos cruzados. Teníamos luz verde para hacer lo que quisiéramos. Solo teníamos una misión y nos iríamos de allí. Algunos minutos más alcanzaron para llegar ante la barbacana que contenía los muros ante los visitantes. Sus paredes rojas eran realmente hermosas pero no nos verían de afuera. Utilicé el común encantamiento del Salvaguarda Mágica para atravesar la puerta de manera intangible. Era como un fantasma.

 

Había llegado al primer patio interior y aquella fuente se veía tentadora.

 

¡Bombarda! —el rayó impacto en la base de aquellas piedras, que volaron en todas direcciones, al igual que el agua que contenía. Pedazos de piedra pegaron en flores, paredes y resto del patio y no pude contener una sonrisa. Se sentía muy bien.

 

@ Dana Gryffindor

Editado por Mael Blackfyre

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.