Ollivander's (MM B: 94928)

[Hakoda Albus Gryffindor Dumbledore]

Lo último que el joven ángel se hubiera esperado de aquel encuentro era que Ariane cayera desmayada en el piso. Suspiró, no aliviado ni mucho menos ofendido, sino simplemente consternado, ya que hubiera imaginado un arrebato de furia por el tiempo en abandono, o un sencillo atisbo de cariño y felicidad por volverlo a ver, pero ahora que había perdido el conocimiento por su culpa, era otra cosa completamente diferente, principalmente porque los que se encontraban presentes en la tienda y que estaban siendo atendido por ella percibían cada segundo del suceso.

 

Un empleado de la tienda, alguien a quien antes el joven Dumbledore no había visto nunca y dio socorro a Ariane, mientras le pregunta de la manera más desesperada posible por las razones por las cuales la joven se hallaba en el suelo. Hakoda permaneció en imperturbable silencio mientras entraba al mostrador y se inclinaba para observarla. No parecía tener nada grave, tan solo la sorpresa causada por ver a alguien que, se suponía, estaba muerto. Hubiera sido algo menos traumatico si no se tratara de su propio esposo.

 

- Seguramente se exaltó demasiado por...ver algo, pero sería mejor que descansara un poco mientras tu, que seguramente eres trabajador de este local, te ocupas de los clientes. La llevaré al cuarto interior de la tienda. No te molestes, sé donde está.

 

La tomó en brazos, igual que lo había hecho millones de veces antes y la condujo por entre los estrechos pasillos y estantes llenos de varitas hasta que encontró la habitación que buscaba. Era una suerte que recordara su ubicación tras tanto tiempo sin visitar el local. Un pestañeo sencillo bastó para que el escritorio se vaciara de todo lo que tenía encima y Albus pusiera a Ariane en la mesa como si se tratara de una confortable cama. Luego, se sentó en un lugar cercano, a esperar que recobrara la conciencia.

[Ada Camille Dumbledore]

Corría por los prados verdes y luminosos del Castillo, la musica instrumental de "I'll Be seeing you" sonaba como si sus violines me dieran el paso, estaba felíz y sentia el llamado de alguien en aquel lugar especial en donde solia esconderme.

 

Volteé a ver el lago,la barcaza bailaba sobre las aguas al ritmo de la musica, sonrei con agrado y camine hacia ella. La luz que me rodeaba era tan fuerte, nunca habia visto un sol así en el valle de Godric

 

Al llegar alli extrañamente alguien me esperaba, sentí temor y algo me insto a salir de allí, lloraba, no podia resistir las lagrimas.

 

Sentí frio entonces abrí los ojos, era un sueño, lentamente observe el lugar, ciertamente no era mi habitación, pero no era desconocido para mi era la oficina que estaba adecuando para Joacoo. Me incorpore despacio y me encontre con su apacible mirada de zafiro.

 

- No entiendo, pense que estabas muerto, me dijiste que no te dejarían volver...por lo visto no necesitan angeles en el cielo últimamente...

 

Solte en broma y nerviosa.

[León Crowley]

Arthur, Elfo de León Corvinus Crowley

 

 

Como era de esperarse después de un mes de estar abierto el negocio "Il Gusto del palato", su noche de inauguración había llegado al fin. Para su propietaria, la señorita Ariana De Lincourt, hija de León, era un completo orgullo invitar a la comunidad mágica y vecinos del callejón a dicho banquete. Esperaba así, que el mundo mágico conociera los delicioso platos, los espectaculares filetes y las bebidas con las que contaba el lugar. Arthur, un elfo de corte elegante y modales impecables, caminaba por el callejón para comunicar la buena nueva de dicho evento.

 

Se detuvo frente a un local con una fachada impecable y decoración intacta. Miró la lista que la hija de su amo le había entregado para repartir las invitaciones y miró de nuevo el letrero agradable que posaba afuera del negocio. Con su voz suave y educada repitió.

 

-Ollivander's- y toco la puerta.

 

Despacio y con la cabeza ligeramente agachada en señal de respeto por quien fuera que estuviera adentro, ingresó hasta el mostrador de local. Con una reverencia saludó anunciando su cometido en el lugar.

 

Tengo el placer de invitarlos, a la inauguración del local "Il gusto del Palato", si me permite, acá la invitación.

 

http://i.imgur.com/joGBt.jpg

 

-Bien si me disculpan, me retiro. Muchas gracias.

 

Con ese toque de gallardía que distingue a los servidores que valen la pena, Arthur se retiró sin dar la espalda a los presentes. Abrió la puerta y se retiró. Ya en el callejón, marcó el local como entregado y siguió su recorrido.

[Hakoda Albus Gryffindor Dumbledore]

No pasó demasiado tiempo antes de que la joven Ariane despertase del letargo en el que había sido sumergida tras la impresión de volver a ver a su muerto esposo. Eso, ciertamente, causó curiosidad a Hakoda, puesto que siendo una vampiresa no podía perder la conciencia o por lo menos un sobresalto no le causaría mayor problema. Cruzado de brazos como estaba, con una expreción imperturbable en el rostro, sin rastros de hostilidad o felicidad, observa el despertar de su esposa. Finalmente, con un tono de voz bajo y medianamente serio, habló.

 

- No me iban a dejar volver, es cierto. Ya tenían muchisimo trabajo en el cielo como para que se permitieran que me alejara del paraiso, sin embargo, aquí estoy. Creyeron bastante importante el protegerte, antes que cualquier otra cosa.

 

Se levantó de su asiento para acercarse a su esposa, mientras no dejaba de observarla detenidamente. El momento para hablar había llegado, y el joven Hakoda había pronunciado las primeras palabras de lo que, suponía, sería una larga conversación.

[Ada Camille Dumbledore]

La voz, la recordaba como en un sueño mientra él hablaba y me daba las explicaciones de su regreso, lo escuche tratando de respirar y no olvidar hacerlo, ahora no podía darse ese lujo.

 

- Sera que dieron cuenta de las locuras que hice... -me acomode dejando los pies colgando en el escritorio- mate un cazavampiros que quiso matarme, por eso hice un rito donde abandome mi inmortalidad... Y saque un demonio de mí...- suspire- Soy mortal aunque tengo habilidades de vampiro aunque no plenas...

 

No lo miraba a los ojos sentía verguenza de haber asesinado.

 

- Es raro verte viuda un día casada al otro, perdona mi reacción no fue muy logica, la verdad todo me espere en la vida menos volverte a ver... Me dijiste que jamás te dejarían regresar...

 

Respire profundo recordando aquella epoca mis hijos eran aun muy pequeños y ahora ya estaban mas creciditos.

 

- Que pasara ahora, volveras al Castillo? Ti madre se pondra felíz de verte, ahora las tres manejamos el Castillo, tu habitacion esta intacta...

 

No sabia que decir

[Hakoda Albus Gryffindor Dumbledore]

Hakoda escuchó anteta y silenciosamente las peripecias que le contaba su esposa. Era bueno saber que aún tenía la confianza suficiente con él para contarle algo que, a simple vista, se notaba que odiaba de sobremanera y por lo tanto le avergonzaba hablar de ello. Había concedido su inmortalidad y ahora, a pesar de poseer las habilidades de una vampiresa, no podía serlo plenamente.

 

- En realidad tu reacción fue la más lógica posible, considerando que ahora eres una humana.

 

Se levantó de su asiento y la ayudó a levantarse de la mesa. Aún no era prudente en lo absoluto tener muestra de afecto o cariño, por que no quería inducirla de nuevo a un shock mental. Pensó el la mansión Dumbledore cuando esta se mencionó y recordó a su madre Sally, y a los demás miembros de su familia. Seguro algunos estarían felices de verle...otros seguramente no tanto.

 

- Me quedaré en el castillo por un buen tiempo. Estoy seguro de que mi habitación y mi despacho están en perfectas condiciones y realmente quiero volver a ver esas estancias, si siguen siendo tan agradables como las recuerdo.

[Ada Camille Dumbledore]

En realidad no había cambiado nada, siempre el gallardo caballero y dulce ser que recordaba, aunque mi memoria humana no le hacia justicia.

 

Me ofrecio la mano y baje del escritorio, su contacto frio me hizo sentir algo de escalofrio. Estaba viviendo lo que toda persona deseaba que un ser amado volviera de la muerte, no era como lo hubiera imaginado, si hubiera tenido aviso alguno tal vez seria diferente.

 

- Disculpame... He cometido muchas locuras en este tiempo, los niños se sorprenderan de verte... Le hable mucho de tí, han mostrado mucha curiosidad por tu habitación cerrada, los he dejado entrar un par de veces y han visto tus fotos. Seguro te reconoceran...

 

Me quede con su mano y en un momento sentí deseos de besarsela, así lo hice, mis labios lo conocieron, era él mi esposo el ángel que me salvo de tanta tristeza en aquel entonces.

 

- Te juro que no se que hacer...no se que pensar, ni como reacionar, les avisare a mis hermanos y a Joacoo y si te parece te llevare a casa. Me da miedo que desaparezcas.

[Hakoda Albus Gryffindor Dumbledore]

Hakoda se detuvo de inmediato tan pronto como Ariane hizo mención de dejar su trabajo para llevarlo a casa. El hecho de que dejara su trabajo tan solo para acompañarlo no le hacía la más mínima gracia, muy a pesar de que conociera a sus hermanos no deseaba que hiciera a un lado sus labores solo para atenderlo. Luego se encargaría de que tuvieran un largo momento para los dos, como aquellos que tenían junto a hermosos paisajes, cenas que podían facilmente durar toda la noche y veladas maravillosas para compartir como esposos.

 

- Creo...que sería mejor que te quedaras aquí y terminaras de trabajar. Me ganaría el fastidio de tus clientes y tu trabajador si te alejara del trabajo. - Tomó la mano derecha de Ariane y la besó galantemente - Luego yo mismo me encargaré de que tengamos un encuentro mucho más memorable. Por mucho que quisiera estar contigo todo el día, tengo otras personas que deben saber de mi presencia.

 

Con sus manos aún entrelazadas, la llevó por los estrechos pasillos hasta donde se encontraba su clientela y el ayudante al que había dejado antes. Tan solo esperaba una respuesta de su esposa para decidir que hacer, si continuar en la tienda o simlemente marcharse.

[Ada Camille Dumbledore]

La conversación dejo el tono dramatico y se torno mucho más afable, la verdad estaba dispuesta a volver al Castillo y acomodarlo en su habitación, la cual solo tenía un modo de abrir y era por medio de un hechizo que solo conociamos Hakoda y yo.

 

El me llevo hasta la tienda camine de su mano por aquel largo pasillo y me sentí extraña al verme guiada por él, era como una mirada al pasado, a aquellos entonces cuando conocí a mi ángel guardían y nos enamoramos.

 

No ví al frente del mostrador a nadie e imagine que Joacoo estaba por los estantes ordenando las varitas. Mis hermanos no habían dejado la oficina y aún nos quedaba un asunto pendiente, pero temía que si dejaba ir a Hakoda los espiritus superiores consideraran que era mejor que regresara.

 

- Hagamos un trato, Joacoo es muy capaz de cuidar la tienda, es mi socio y confio en él, hablare con mis hermanos y trataremos ese asunto luego, creo que lo mejor es que volvamos a casa y aprovechare para descanzar un poco. Que te parece?

 

Espere que me contestara

[Nate Weasley]

Tenía una misión secreta, un cometido que le habían encargado. Debía patrullar anónimamente por un par de negocios en el Callejón Diagon y con la máxima discreción posible revisar un par de asuntos que le había encargado un superior suyo. Tenía una condición máxima, que debía respetar a toda costa, su identidad debía permanecer oculta e intacta.

 

Entró en el local, solo.. no saludó a mucha gente, únicamente al propietario del local y a algunos presentes, sin muchos mas objetivos, se dirigió a una zona en particular del local, con el único fin de inspeccionar un par de aspectos que eran necesarios para concluír su deber allí.

 

Miró hacia la puerta de entrada, su compañero elvis, a quien supuestamente no conocía, entraba por ella y repetía el mismo proceso que él, solo que se alejaba a otra zona para cumplir otros cometidos, era una misión importante.