►—Castillo Crowley—◄ (MM B: 96477)

[Ada Camille Dumbledore]

La situación era algo difícil, ver a mi hermana herida y saber que la situación por la que habia pasado no era fácil. La observe y me pareció ver que descanzaba por lo que le arrope con una manta y me retire a mi habitación.

 

Camine deprisa hacia la blanca habitación que me servía como aposento y me diriji al vestidor, quitando pronto mi ropa fui hasta la ducha y me di un baño rapido para refrescarme.

 

Sali de prisa buscando algo comodo que usar, con habilidad me recogí el cabello con una trenza que rodeaba mi cabeza. Elegí un vestido azul profundo que dejaba mis hombros al descubierto y llegaba hasta la rodilla.

 

Unos golpeteos sonaron en la puerta, le invite a entrar y mi elfina anuncio la llegada de mi hijo Allen. Salte de emoción y colocandome pronto unas sandalias fui hacia la puerta, me detuve de subito, devolviendome delante de mi buro por bast, mi varita.

 

Al bajar las escaleras vi a Allen en la silla y corrí hasta mi hijo a saludarlo, le bese las mejillas, Como era la costumbre.

 

- Bienvenue à la maison, me alegra tanto verte, estas muy guapo.

 

Lo abraze

[Fokker]

Fokker con Isy

 

—¡Dichosos los ojos que te ven!—

 

Fueron las palabras que Fokker dijo observándola con una sonrisa, tomándola por completo desprevenida. El chico acababa de regresar de un corto viaje, tenia cierta preocupación por el estado de Joa, pero ya estaba mas tranquilo, a lo que acababa de ocurrir hace algunos días. No había podido ubicar a su mejor amigo, pero eso no le preocupaba. Tenia otras cosas en que pensar, como la de saber que le ocurría a él mismo. Se saco los lentes oscuros y por fin mostró a alguien mas, el destello rojo que cubría sus pupilas. Ese destello que indicaban que su demonio estaba al fin tomando el control de su cuerpo, sin poder hacer nada para detenerlo. Guardo los lentes en el bolsillo de su camisa negra, que combinaban con sus pantalones jeans y zapatos oscuros.

 

Se acerco a la Atkins entonces, aun temiendo por lo que le diría por haberle ocultado la verdad por tanto tiempo, pero es que nunca supo como decirle que no era su verdadero padre, pero la verdad siempre se sabe en algún momento, y él debió saber que ese momento ocurriría. Lo que no se espero es como se lo tomo ella y desapareció del castillo y no la volvió a ver hasta ese momento.

 

—Es bueno verte...— dudo como decirle —...Isy, ¿donde estuviste todo este tiempo?

 

Se detuvo a un par de pasos de ella, no podía negar que estaba feliz por su regreso, se notaba en su expresión que había madurado mucho y ya no era su pequeña hija y lo importante que estaba bien.

[Isabella Hawthorne R.]

Isabella Atkins

 

Escuché una voz bastante familiar que me obligó a levantar la vista en dirección a la puerta abierta. No me había percatado de que la puerta estaba abierta hasta ese entonces, un hombre de cabello castaño se asomaba a través de ella dejando al descubierto casi todo su cuerpo; por alguna extraña razón estaba vestido completamente de negro y algo me hizo pensar que estaba de duelo.

 

Una sonrisa se había formado en su rostro, al parecer sí se alegraba de verme. Enderecé mi postura y lo miré fijamente por unos minutos, mi respiración era bastante entrecortada y no sabía cuál era la razón. Se acercó unos dos pasos para poder verme con detenimiento. Carraspee la garganta para luego contestarle:

 

— Es una pena no poder decir lo mismo…

 

Hice una breve pausa ¿A qué se refería cuando me decía en donde me encontraba? Sabía perfectamente él no era mi verdadero padre, pero creía que algo le interesaba, suponía que me había estado buscando después de que me había escapado por la ventana de mi habitación en una de las torres del castillo, pero al parecer me equivocaba.

 

—Si te hubiese importado me hubieses buscado. ¿Qué en donde estaba? Por Dios, como si hubiese sido tan difícil encontrarme, era obvio que estada con mi verdadero padre —. Mis palabras fueron como cuchillos que intentaban atravesar su pecho sin tener piedad, no pensaba tener ni un poco de consideración por él, después de todo el tiempo que viví a base de sus mentiras. Si había que de verdad me molestaban era las mentiras.

[Fokker]

Fokker con Isy en la sala.

 

Pasó por alto su primer comentario, la guió dentro del Castillo, el cielo amenazaba tormenta y por lo menos esperaba llevar la conversación en un lugar mas tranquilo, y llegaron al salón. Y aunque estaba feliz de verla de nuevo no dejó de notar la mirada fria que le dedico su hija, porque a pesar que no los unía un lazo directo, no podía olvidar todo el tiempo que pasaron juntos y aunque el Crowley nunca seria un gran padre, lo intentó y esperaba que Isy no olvidara ese detalle.

 

No supo que decir en un primer momento, la buscó si, pero cuando la encontró no se le acercó para pedirle que volviera con él a casa. La respuesta a su pregunta, de verdad que lo dejaron perplejo, se giró desviando la vista para que no lo viera. Sus palabras cambiaron a un tono mas formal.

 

—Entonces... lo encontraste— La miró directo a los ojos mientras agregaba — y le hiciste la misma pregunta a él también, el porque no te busco y tuviste tu que encontrarlo.

 

No la quería hacer sentir mal, pero también debía entender que no todo era su culpa. Nunca considero que mentirle fuera tan grave hasta cuando se enteró que ella abandonó el castillo. Pero ya era tarde, su egoísmo primero por no perderla, y luego el temor a su reacción, hicieron que pospusiera decirle la verdad. Sus orbes brillaron con mayor intensidad.

 

—¡Te busqué! no creas que no. Hasta que un día te vi en el callejón, iba a acercarme pero te vi tan feliz, tan independiente que no lo hice, porque sentí que ya no te hacia falta como padre.

[Roman A. Gaunt]

El sonido de aquéllos pasos se hicieron más cercanos, cuando les escuché entrando en la sala, entonces entorné la mirada hacia la guapa mujer que se acercaba hacia mi con rapidez. Me levanté del cómodo sillón para darle un abrazo, tras lo cual ella llenó de sus afectuosos besos mis mejillas. Sonreí mientras me daba un vistazo de pies a cabeza con aquéllos hermosos ojos suyos color violeta, haciendo lo mismo con ella con más discreción. De nuevo me sentía extraño al volverme a encontrar con tal bella joven y llamarla "madre", pero podía sentir la calidez maternal que siempre arrojaba sobre mi.

-También me alegra verte, mamá -respondí de inmediato, tratando de despejar rápidamente el color de mis mejillas por su último comentario - Bueno, tengo que estar a la altura de mi bella madre - la tomé de las manos y la invité a sentarse conmigo -Ha sido un largo viaje, y no he querido perder más tiempo para venir a verte ¿Interrumpo algún plan?

[Nats Rambaldi Crowley]

Salió de su habitación donde ya llevaba horas. Las ganas de salir de ella eran escasas puesto que su relación con aquella familia no era ni buena ni mala, simplemente era una relación inexistente sin embargo eso no le impedía disfrutar su estadía en el castillo. Bajó las escaleras con mucha calma, sus pasos lentos se escuchaban gracias al sonido que producían sus tacones rojos.

 

- ¿Interrumpo algo? - Preguntó cuando llegó a la sala donde estaba su padre en compañía de otra chica. Mantenían una conversación algo extraña puesto parecía una conversación de padre e hija pero incluso ella misma no mantenía ese tipo de conversaciones con el Cygnus. - ¿Y ella es? - Preguntó a su padre cuando se acercó a él para saludarlo.

 

Cerca del mismo lugar en donde encontró su padre vio a una mujer conversando con un chico, ¿cuánto tiempo había estado encerrada en su habitación?, estaba viendo personas que veía por primera vez en el castillo, Ottery o su vida, ¿eran familia?, quizá pero no estaba interesada en conocerlos mucho solo le interesaba saber quien era esa chica que conversaba con su padre.

Editado 3 de Octubre del 2014 por Nats Moon Rambaldi Crouchs

[Ada Camille Dumbledore]

El ver a mi hijo me había hecho saltar el corazón de alegría, solo aquellos que guardan afecto sincero por alguien, conoce esa sensación de emoción al ver a quien quieres de regreso a tu lado.

 

Tome sus manos y acepte gustosa la invitación a sentarme a su lado.

- Claro que no interrumpes nada, deje hace un rato a mi hermana en su habitación y fui a darme un baño. Pero que descortés soy. .. quieres tomar algo hijo, un té, café algo frío?

 

Le acaricie la mejilla con cariño

[Roman A. Gaunt]

Dejé que su mano se posara en mi mejilla, mientras un cálido sentimiento inundaba mi pecho. De pronto todos los años en los que estuvimos separados se volvieron nada, como si no hubiesen pasado realmente, llenándose mi mente de atesorados recuerdos -Por ahora no me apetece tomar nada, gracias, pero ¿quizás podríamos cenar algo más tarde?

Por un momento pude ver un reflejo de cansancio en sus ojos, o era que algo le preocupaba, no duró más que un segundo pero aún así me hizo preocupar. Fruncí ligeramente el ceño, mis azules ojos se clavaron en los de mi madre -¿Ha pasado algo?

[Lisa Weasley Delacour]

- Castillo Crowley

Fueron las únicas palabras que salieron de los labios del hombre encapuchado. Asentí y actué. El espía serbio de mucha utilidad. Pase mi varita por el rostro creando así una luz que impedía al resto del mundo recocer mis facciones. Debía por todos los medios mantener a salvo a los míos. Cuando ya estuve lista, no habia pasado ni tres minutos desde que recibí la información, gire sobre mis talones y desaparecí en busca de mi destino.

Dos segundos después hice acto de presencia y envuelta en una estela blanca a cincuenta metros de la verja del castillo antes mencionado. Mi atuendo era sencillo; pantalones cortos de color negro y una camiseta de tirantes de una tonalidad burdeos. Obviamente y como siempre sucedía iba descalza. Mi varita en la diestra brillaba con fuerza. Mis ideales totalmente definidos era lo único que necesitaba para enfrentarme a las fuerzas del mal. Sonreí, era la hora de demostrar al mundo quien era la orden del fénix.

- Expecto Patronum.

Pronuncie con una euforia inaudita en mí, pues pocas veces habia hecho el llamado a mi bando. Un león adulto rugió al salir corriendo en busca de mis camaradas. No me moví de allí, en la oscuridad espere a que estos llegasen, sabía bien que no tardarían mucho. Nadie ni nada me podía ver. Lo único que tenía en mente era encontrar más pruebas de las que ya habia para encerrar a los patriarcas de la familia en Azkaban y tirar la llave al océano más profundo del mundo, no podía permitir la violencia ni la muerte que estos repartían por la sociedad.

- ¿Lista? Pensé que te echabas atrás, vale que estoy loca, pero…. - Bromee con ella, como siempre, eliminando la ligera tensión del momento.

[Mei Black Delacour]

Aquel patronus con forma de león la sorprendió verdaderamente en un principio, haciéndola creer que estaban atacando a su mejor amiga; rápidamente se había puesto en pie y solo esperaba instrucciones, cuando…

 

–¿Salió sola? ¡¿Sola?!

 

Inmediatamente su estado de ánimo cambió rotundamente: de estar preocupada a cabreada. Sí, la necesitaba, pero no para lo que ella creía, sino para algo totalmente distinto. Sacó su varita y se la pasó por el rostro, quedando cubierto por una tenue luz que impediría que alguien la reconociera; se arregló la capa que había aparecido encima de su vestido corto y zapatos de tacón y sin más, giró sobre sí misma para desaparecer.

 

Reapareció a cien metros de los terrenos de la familia Crowley, viendo que a mitad de camino se hallaba aquella initié revoltosa que la había llamado. Se acercó cuidadosamente, escuchando lo que le decía y respondiéndole con un único movimiento: un fuerte empujón que fue un medio golpe.

 

–Nunca vuelvas a asustarme así – se limitó a decir, viendo que de cerca se aproximaba alguien más para unírseles.