►—Castillo Crowley—◄ (MM B: 96477)

[Vrael Myrddin]

Mei se había quedado en la retaguardia, por suerte se ahorró el tener que presenciar una escena poco decorosa. Lisa procedió a disparar también al hombre, solo faltaba que la mujer que lo acompañaba se pusiera histérica y deberían hacerle lo mismo que a su amante, este tipo de personas cuando andan con.... temperatura suelen hacer cosas no muy... juiciosas por decirlo así.

Con la varita en alto y preparado para recitar los hechizos que había aprendido tras múltiples horas latigazos de "kiorke" que le había dado su abuela ahora Lider y su otra mentora Mey una auror retirada, Vrael esperaba que algo más ocurriera, que viniera alguien a prestar "ropa" por así decirlo al hombre que estaba tendido muerto sobre la cama con sabanas negras de seda de las cuales el muchacho puso en duda de inmediato lo inmaculadas que podían llegar a estar, claro que no dijo nada, solo se limitó a hacer una mueca que quedó oculta tras la luz de su rostro.

en vista de que nada más pasó solo le quedaba hacer una cosa -- Vayámonos de aquí antes que me de nauseas -- se estremeció junto con su estomago que se revolvió y tomó a Lisa por el brazo y caminó hacia la salida del castillo, sin más nada por hacer. Caminamos por los terrenos de la marca mientras que Mei y su dragón hacían guardia en el castillo se veía imponente ahí lista para el ataque pero lo cierto era que nadie iba a venir. seguro se marcharía luego que nosotros.

Caminamos juntos hasta llegar a la calle de Ottery donde luego de abandonar los limites de la residencia Crowley caminamos charlando amenamente comentando lo sucedido y riendo por lo bajo, unos quinientos metros hasta que le dije -- te llevaré -- tomándola del brazo desaparecimos conjuntamente de Ottery dejando atrás esa noche tan... extraña.

[Mei Black Delacour]

OFF

Luego de pasada una hora en la cual no hubo respuesta de parte de León, se consideran impactados los ataques de Lisa y Vrael hacia él, por lo que deberá de pasarse por San Mungo para poder volver a rolear y para entrar a alguna situación de batalla ya sea asalto o redada. Lisa, Vrael y quien deja el mensaje salen ilesos. Eso es todo, saludos y buenas noches/días segun corresponda y perdón la interrupción XD

[Felicity]

El peso de León sobre su cuerpo, se le antojó de lo más placentero. Por ello, cerró los ojos y se dejó llevar por las suaves caricias que este le brindaba, impregnándose del varonil aroma que desprendía cada vez que inspiraba. Presa del deseo, pegó su cuerpo más al de él, aferrando ambas manos en su espalda con cierta fiereza y se amoldó más a este, sintiendo cada parte de su anatomía junto a la de ella. Débiles gemidos escaparon de sus labios cuando notó que los besos que el mago le daba descendían al cuello y, seguidamente, se desplazaban a su abdomen.

 

-Como pares... - amenazó entre un frágil susurro que a duras penas se escuchó, aunque el Crowley captó el mensaje y aquello bastó para que se abandonara...

 

Tras intensos minutos de indómito placer, el corazón le palpitó con fuerza y quitó a León, incorporándose sobre la cama. Los pálidos cabellos le caían de manera desordenada sobre los hombros. Tomó a León de una muñeca y lo obligó a bajar de esta. Con manos ágiles, arrebató las pocas prendas que les quedaban a ambos y las arrojó al suelo. A duras penas distinguía la silueta del mago, ya que una nube había tapado la luz de la luna.

 

De haber luz, el mago hubiera visto la pícara sonrisilla que asomó de sus pulposos labios cuando se ubicó frente a la ventaja, dándole la espalda y animándole a situarse tras de ella. Una vez lo hizo, se agarró a la repisa de la ventana. Sintió las manos agarrarle de las caderas y ambos fueron uno, rendidos ante una satisfacción mutua...

 

La puerta de la habitación se abrió, y tres figuras entraron sin reparo alguno. Felicity se echó a un lado y buscó a tientas su varita mágica sin dar con ella ya que seguramente hubiera caído al suelo al deshacerse de las ropas.

 

Los miembros de la Orden del Fénix o, mejor dicho, los miembros de una copia barata de la Marca Tenebrosa, habían interrumpido en aquel respetable castillo en busca de León, seguramente porque fuera el patriarca, justificando aquello con que tenían pruebas (obviamente falsas) de que guardaba relación con magos oscuros. Felicity entornó los ojos. No conocía a León más que de aquella noche, pero era un compañero de bando y, por ello, no iba a dejarlo solo. De tratarse de cualquier otro hombre, ya hubiera saltado por la ventana y huido bajo su forma animaga entre la espesa negrura de la noche.

 

Por suerte, la oscuridad no permitió que ninguno de los tres intrusos viera nada pero los rayos de los hechizos iluminaron lo suficiente como para ver lo que ocurría. Maldiciones alcanzaron a León, que se encontraba desarmado (al menos a lo que varita de madera se refería) y, en un intento de protegerla a ella, cayó al suelo. Felicity ignoraba la razón de aquel gesto, ya que no eran más que meros conocidos, sin embargo le gustó y, seguidamente, se preparó para morir, dando la cara a aquellos malnacidos.Pero, o no habían reparado en su presencia los muy cobardes, o bien ignoraban de que se tratase de ella, Felicity Weasley, una bruja considerada alta traidora dentro de las filas de la Orden (y eso que no tenían prueba alguna...).

 

Como un rayo , fue en busca de su varita, pero los tres magos con luces de luciérnaga en sus rostros, desaparecieron, sin poder hacer ya nada al respecto y menos intentar vengar la muerte de su compañero, quizás futuro amante...

 

Maldijo entre dientes y tras echarse una túnica encima, tanto de ella como del cuerpo de león, desapareció rumbo al hospital mágico, San Mungo, en concreto, a la zona ilícita de las mazmorras. No sería mala idea repetir en alguna de las tétricas habitaciones de estas... y al pensar aquello, en aquel momento, no pudo evitar reír.

[Alexander Malfoy]

La escuché atentamente con cada palabra que pronunciaba, con la determinación de que acabaría cediendo hasta venirse a la Mansión Malfoy. Siempre era bueno saber que sus largos salones e interminables pasillos salpicados de verde tendrían algo más de vida, una juventud efímera que permitiría mantener el linaje familiar al menos durante una generación más. Había que cuidar el destino de nuestra propia sangre, ya que estaba en nuestras propias manos el saber por dónde terminaría corriendo.

 

–No tienes por qué ir de un lugar al otro. Al fin y al cabo, si vienes, la Mansión terminará siendo tu nuevo hogar, y aunque dejes a personas importantes para ti –giré sobre mis tobillos y eché una fugaz a todo lo que tenía a mi alrededor, finalizando aquel examen visual con una mueca de desprecio que ni intenté disimular. Horrendos recuerdos acudían a mi mente para luego obligarlos a desaparecer–, siempre podrás volver a dedicarles alguna visita.

 

El viento se levantaba por la zona con cada vez mayor intensidad, como si se avecinase tormenta de un instante a otro, o incluso quizás algo de más fiereza, más peligroso. La apuré a decidir con un gesto de mi rostro, pero en ese momento interrumpió de cuajo cualquier tipo de expresión al recordarme la ausencia de una figura paterna que había sufrido.

 

–No podemos volver atrás ni cambiar las cosas que se han hecho, ni puedo devolverte algo que nunca llegaste a tener –quizás sí con un giratiempo. Pero no había cabida ni lugar para magias inexplicables que nada cambiarían–. Lo que sí puedes hacer es aceptar mi invitación, y venir a un lugar donde poder refugiarte bajo lluvia como la de hoy.

 

Le tendí la mano sin mis dilaciones, sintiendo el goteo de unas nubes cargadas sobre mi cabeza. Esperé allí sin poder ofrecerle más motivos por el que venir, confiando en que mi única hija pudiese perdonar a su padre.

[Fokker]

Fokker con Joa y Ariane en las cocinas

 

Joa explico, al comprender la mirada de interrogación del chico, todo lo que sucedió, y como había sido el encuentro con su ex mejor amigo. Era obvio que la firma que estaba en el pergamino que le mostró a Joa no era la suya,, pero como demostrar lo contrario, Nyota tardaría en encontrarlo, pero sabia donde buscar, no por algo había sido su elfina por tanto tiempo.

 

Observo a Ariane, que evitaba todo contacto por la sangre que aun estaba en su mano, a pesar de que la herida ya estaba cerrada. Iba a responder a su pregunta, pero Joa se le adelanto, y no podía estar mas de acuerdo con ello.

 

—Exacto, la venganza es el único camino, y Dominiv me la debe desde hace mucho, ya es tiempo de cobrársela

 

Camino en dirección a Joa con la mano levanto un mechón de su cabello que cubría su rostro. No dijo nada porque no supo que decir, estaba sorprendido de su propia reacción hacia ella, aunque no lo demostrara, siempre estaba pendiente de su familia. Se fijo entonces en Ariane.

 

—¿Ariane puedes cuidar de Joa?, lo siento pero no podremos salir hoy, pero mi invitación sigue en pie, un día de estos podemos ir a divertirnos al callejón. Por ahora debo de ir a encargarme de ciertos asuntos, y por cierto un nuevo Crowley acaba de llegar y no creo que deban fiarse de él por ahora.

 

Lo ultimo lo dijo en referencia a Nicolae. Le dio un beso a Ariane en la mejilla, se despidió de Joa y su figura desapareció del castillo. Pronto volvería, lo que tenia que hacer no tardaría mas que un par de horas.

Editado 16 de Septiembre del 2014 por Fokker

[Ada Camille Dumbledore]

Aun no entendía el porqué todo se había hecho tan confuso, aun apartaba su nariz del olor a sangre. Evitaba aspirar aire, eso no le quedaba tan difícil pero tener en el pensamiento que era sangre la hacia temer de su auto control.

 

Miro a Fokker y a Joa, sabia que él haría justicia como era debido y temí por el Crowley.

 

- yo vere por ella hermano, ve y has lo que tengas que hacer y si me necesitas no dudes en llamarme.

 

Tome a Joa y le acaricie el cabello, Mire a un lado y mi elfina estaba de pie sosteniendo una botella.

 

-deja la botella Nana, llevanos a la habitación de Joa, sera mejor que descance.

 

La criatura me obedeció y me guió, ayude a mi hermana a llegar hasta su habitación y la deposite en su aposento.

 

-Joa como estas? Como te sientes?

 

La verdad no le preguntaba solo por lo físico, sabia lo que era estar emocionalmente afectada y queria que ella estuviera tranquila.

[Roman A. Gaunt]

Por fin había llegado al castillo Crowley, hogar de aquéllos a quienes había adoptado como familia. No los conocía, a ninguno, pero si todos ellos eran como Ariane, una mujer que se había ganado mi afecto y tenía el honor de que me llamara hijo, entonces no tendría problemas para mezclarme y adaptarme a ellos (o ellos a mi). Me entusiasmaba la idea de verla, y esperaba que se encontrara esa noche pues tenía planes de quedarme a descansar en el castillo; no me apetecía ya trasladarme de nuevo, y si corría con la suerte de encontrarla allí, seguramente querría que le pusiera al tanto de todo lo que me había ocurrido desde el día que nos separamos, y eso me llevaría toda la noche. Llamé a la puerta e inmediatamente me abrieron -Buenas noches, soy Allen Romain, hijo de Ariane ¿está ella en el castillo esta noche?

[Ada Camille Dumbledore]

NANA, Elfina al servicio de Ariane Dumbledore

 

Ya habia llegado la noche y la ama despues de compartir con la familia me habia pedido que le dejase con la ama Joa en sus aposentos. Las deje a solas y baje a la primera planta del Castillo.

 

En la puerta de la casona sonó, el golpeteo me indicaba que alguien eataba en la entrada principal. Arregle mi vestido marinero, escogido y diseñado por la ama Ariane para mi y abrí la puerta.

 

Escuche al joven y al oir que era hijo de la Ama me alegre.

 

- Amo Allen, soy Nana elfina al servicio de Madamme Ariane. Sigame al gran salón por favor.

 

Guie al joven Allen para que se pusiera cómodo en la sala mientras que yo le avisaba a Madamme Ariane

 

- siga y tome asiento, le avisare a Madamme para que venga a recibirle

 

Hice una exagerada venía y fui directo a donde la ama a avisarle la llegada de su hijo.

 

 

OFF: Allen hijo querido, bienvenido a tu hogar

[Isabella Hawthorne R.]

Isabella Atkins

 

 

Había pasado prácticamente un año desde que me había enterado de que Fokker no era mi padre, aún seguía un poco dolida por su actitud de habérmelo ocultármelo por casi toda mi vida. Me había escapado del castillo Crowley una noche y desde entonces la familia no había sabido nada más de mí, ni yo de ellos. Pero sentía que debía disculparme por haberme comportado de esa manera, después de todo Fokker veló por mí sabiendo que no era su verdadera hija.

 

Caminé por las calles de Ottery hasta encontrarme con la gran reja del Castillo Crowley. Había llegado más rápido de lo que parecía puesto que por todo el camino venía pensando en qué le diría a mi padre cuando me viera después de tanto tiempo, seguramente se espantaría ya que seguro me había dado por muerta, pero no era así, yo estaba más viva que nunca.

 

Tomé una bocanada de aire y use mi mano en el picaporte, lo bajé y empujé el pesado portón negro hacia adentro, ingresé a los territorios del castillo. Todo estaba exactamente igual a cómo lo recordaba. Caminé por el sendero admirando el paisaje y acomodando mi túnica negra. Me acerqué hasta la gran puerta de entrada y toqué tres veces esperando a que un elfo me atendiera.

[Roman A. Gaunt]

Coincidió que el elfo que me abrió la puerta se hallaba al servicio de Ariane, mi madre, lo cual me hizo sentir aún mas confiado y cómodo al entrar en el castillo. Le seguí hasta el salón, y me acomodé en el respaldo de un sillón observando la decoración del lugar mientras el elfo iba a por mi madre. Pronto ella acaparó todos mis pensamientos de nuevo, haciéndome preguntar cómo la hallaría ahora; por supuesto, igual de joven que siempre; siempre resultaba inverosímil llamarla "madre" cuando aparentaba ser mi hermana, pero siempre paso que, apenas estaba junto a ella todo eso de la apariencia quedaba en segundo plano. Pero hacía años que no la veía, seguramente en algo debía lucir diferente.

 

Me resbalé en el sillón y caí cómodamente en el cojín del asiento, clavando la mirada en un peculiar cuadro que decoraba la pared. El personaje de la pintura me devolvió la mirada y me saludó con una inclinación de cabeza que yo respondí de igual manera. El volvió a sus asuntos, y entonces escuché los pasos de alguien que se acercaba. Seguí sentado, cómodamente aplastado en el sillón.