Jump to content

Confesionario de las Lamentaciones (MM B: 87865)


Reena Vladimir
 Compartir

Publicaciones recomendadas

http://i.imgur.com/uUSU79R.png

— Un placer conocerla.

 

La bruja asintió cuando él preguntó si ella era una de las dueñas de aquel negocio. Pues sí, estaba muy bien todo aquello de la ayuda espritual pero al fin y al cabo era lo que era, un negocio.

 

— Perfecto, ¿adónde nos dirigimos? —El mago se colocó de pie y siguió a la sacerdotisa. Le había hecho gracia aquel comentario «Así no perturbamos la paz del resto...» Él era un experto en armar lío, aunque sólo lo hiciera por ayudar a los magos y brujas en aquella lucha constante contra los mortífagos.

 

Browsler sonrió y palpó su túnica negra. sí, allí estaba Ddraig Goch en su interior.

 

Mientras se dirigían hacia la sala de descanso, Browsler observaba como Reena observaba por el rabillo de sus ojos las velas que iluminaban el camino. Aquella conducta le pareció un poco extraña pero no mencionó nada al respecto. Al llegar a la sala entendió porque la llamaban la "sala de descanso", es decir, cualquier muerto habría podido descansar en paz allí. No se escuchaba ningún ruido... ¿Estaría encantada aquella sala?

 

— Bien, vengo acá para decirle que sus servicios ministeriales han expirado. En el atrio del Ministerio de Magia y en El Profeta salieron unos anuncios al respecto —comentó Edmund—, por lo que sugiero renovarlos con prontitud. Se viven tiempos difíciles... Y aunque no dudo que su divinidad la socorra en momentos de peligro, es mejor ser un poco más precavidos y salvaguardar a sus clientes asimismo. ¿Tiene alguna pregunta al respecto?

 

@@Reena Vladimir

BA 4GfTlba.gif TT


s5GyAv7.jpg


http://i.imgur.com/uqzq7Rd.gifhttp://i.imgur.com/6uQOEDh.gifhttp://i.imgur.com/IoFtBOl.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 mes más tarde...

Había pasado tiempo, había pasado demasiado tiempo, pero al fin había vuelto...

 

Me había aparecido cerca y andando había ido hasta el confesionario. La puerta estaba abierta y desde el interior salía cierto aire. Me arrebujé en la capa y traspuse el umbral en busca de descanso.

 

Suspiré y me bajé la capucha, nada había cambiado, eso era un consuelo, no estaba para cambios, no estaba para socializar. Solo quería descansar.

 

Solté la mochila de piel, que llevaba colgando del hombro y me estiré un poco, para desentumecer los músculos y relajarme, el viaje había sido largo y pesado. Avancé hasta la figura encapuchada a la que yo solía adorar. Era de madera y en sus manos portaba un árbol, diminuto en comparación, pero estaba vivo...

 

-¿Por qué me tratas así?

 

Su respuesta se iba a demorar y seguramente sería críptica, pero el tejo milenario, me la daría...

Sacerdotisa·Madre·Compañera


http://oi63.tinypic.com/9qy628.jpg


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Eyra Weasley

 

Necesitaba un descanso. A pesar de sus largos años de existencia, no era una jovencita que podía recorrer largo trayecto sin hacer una pausa en el camino.

 

Había traspasado el Caldero Chorreante para acceder al callejón Diagón. Sabía que por sus informante que una de sus nietas tenía negocios por allá, pero algo le llamó la atención.

 

Cerca de una clínica ahí estaba el confesionario. ¿Sería un lugar de resguardo espiritual y para viajeros cansados como ella? Tendría que averiguarlo.

 

Ajustó bien su capa con plumón en la parte superior, mientras se apoyaba en un cayado de madera éste le ayudaba a sobre pasar todo lo demás. Levantó su túnica de sacerdotisa para pasar a través de un charco y maldijo por lo bajo al ver que, por el final de éste se le había manchado de humedad... Miró en su cintura si aún tenía su varita además de las bolsitas de finas hierbas... y continuó el paso.

 

Sus ojos grises se tuvieron que adaptar a la casi semi- oscuridad que había en su interior, pero al mismo tiempo, sintió una paz que no sabía cómo explicar en esos momentos.

 

Se fijó en cómo una jovencita parecía que transportaba como una especie de árbol...

 

No pudo evitarlo y sonriente le dijo:

 

- ¿Eso es un tejo? - preguntó con curiosidad. Conocía casi todo, pero tampoco significara que se acordara...

 

- Discúlpeme señorita, he visto éste pequeño confesionario, necesitaría descansar y bueno, ¿se me permite el paso? - la miró fijamente a los ojos y con una sonrisa agradable, esperó la respuesta de la muchacha. Lo que menos sabía Eyra Weasley es que esa mujer que tenía delante, conocía a sus dos nietas.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El chillido del Augurey me sacó de mi ensueño. Hacía horas que estaba en el Confesionario, en la zona de la cripta, pensando... En realidad, era el lugar donde me gustaba esconderme cuando sentía que el mundo se me venía encima. Además, desde que Reena había desaparecido (espero que no hubiera ido a por tabaco), me sentía sola y como si estuviera en casa. Nadie se pasaba por allá y apenas había movimiento de las mismas sacerdotisas.

 

Yo me refugiaba allá, en la cripta, viendo las tumbas de la gente que allá habían sido enterradas. No me daban miedo los muertos; era sacerdotisa y nigromante. Era el mejor lugar para pensar. Nadie te importunaba.

 

Por eso me pilló de sorpresa el grito del pájaro. Sabía que estaba allá porque me encargaba de dejarle comida en su comedero cada tarde, pero hasta hoy no había ni piado. Me estremecí. Según la ideología popular, aquello sucedía cuando llegaba la Muerte a alguien. Después sonreí, incrédula ante mi propia necedad. Los Augurey sólo anunciaban lluvia.

 

Nada más.

 

Subí poco a poco los escalones hasta llegar al confesionario y ver a una figura conocida.

 

-- ¿Quién te trata cómo...? -- Pregunté a Reena. Pero entonces sentí unos pasos y una mujer mayor se adentró al Confesionario, preguntando si sería bienvenida. Abrí los ojos, muy sorprendida, por lo que dejé que fuera mi sobrina quien contestara. Años sin visitas y, de repente, tenía dos sacerdotisas delante de mí, aunque una fuera mi conocida Reena. Sonreí, pues me cayó muy bien la mujer, pero le correspondía a Reena darle la bienvenida al confesionario.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Abrí los ojos y sentí que a pesar de mi fina capa, que todavía estaba húmeda, empezaba a sentir calidez. Me estaban hablando a mi y aunque sentía la presencia de mi tía, me volví con una sonrisa en los labios.

 

-El confesionario está abierto al viajero siempre. Sea bienvenida.

 

Hice una pequeña reverencia y cuando miré a la anciana, me di cuenta de que estaba ante una sacerdotisa desconocida, seguramente el cansancio me había impedido identificarla antes, por suerte los ojos no me habían fallado.

 

-Sea cual sea su orden y religión, éste es su sitio y sí, es un tejo.

 

Me acerqué unos pasos y retiré mi capa, tenía que acabar de entrar en calor o me podría enfermar y no me apetecía nada en absoluto.

 

-Puedo ofrecerle un fuego en el que calentarse y tal vez algo para comer?

 

Miré a mi tía, en aquel momento y gesticule con los labios una pregunta, pero sin hacer ruido ¿Hay sopa? Si me decía que no había, llamaría a Taga para que trajera algo de la mansión. Le pediría incluso algo para mi, no recordaba con exactitud la ultima vez que había comido adecuadamente y puede que tanto cansancio fuera debido a ese detalle.

Sacerdotisa·Madre·Compañera


http://oi63.tinypic.com/9qy628.jpg


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Estaba un poco molesto...camine con pasos bastante fuertes porque tenía en mi mucho coraje, había salido del Hospital San Mungo y lo que dije a Anna fue mi verdad: No tenía nadie que entendiera lo que pasaba en mi, solo había silencio. ¿Cómo iba a entender mi presente si no conocía todo mi pasado? Estaba agotado, cansado, harto del comportamiento de los que hasta ahora conocía.

Solo había una persona que en este mundo me escuchaba, trataba de dar respuestas a mis miles de preguntas, me consolaba de una manera que no era de compromiso...

Llegue a ese lugar, no entendía porque ella fue a aquel sitio pero no me detuve, sentía gran necesidad de estar a su lado. Rodeado de tantos problemas, de tantos riesgos, de tantos secretos y culpas, solo con ella era la calma y me sentía con esperanza, me inundaba la paz...la que ansiaba mucho.

Ahora la vi diferente, estaba sobre el pasto cercana a unas hadas y su rostro estaba triste...¿Cómo podía ser? Me acerque incrédulo ¿era ella? Me hinque también a su lado y le tome una mano...levanto la mirada y me vio a los ojos.

--No abandones tu fortaleza que vengo a pedirte que me ayudes...Shena, tampoco tengo una historia, no se casí nada de mi pasado o de mi origen, no se quien fui, no he decidido quien ser, solo me he dado cuenta que contigo no tengo que actuar, no me tengo que pensar mucho que decir o que hacer, me nace todo de manera natural ¿aceptas que iniciemos de nuevo? ^_^ @

                  Picsart-22-02-23-05-13-30-507.jpg  

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

También se me había agotado algo en mi, no se si la fuerza o la esperanza o algo más que no conocía.

 

Lo que si identifique era que mi sentimiento era mayor y al ver que se dificultaba para mi que él lo notará, me hacia sentir derrotada.

 

No era algo agradable, no. Sobre todo cuando estoy acostumbrada a lograr lo que me propongo...pero esta vez...me sentía abatida.

 

Ya no tenía ánimos de ir a ningun lado, al menos aquí era como estar en un lugar parecido a "mi hogar" debía irme? Regresar y olvidarme de él?

 

No...no quería...pero a lo mejor debía. Trataba de reunir fuerza y coraje para levantarme e irme...irme por siempre...

 

Inesperadamente tomo mi mano, estaba junto a mi, me perdí en su mirada miel. Lo escuche pero me parecía un sueño...

 

--Cómo???perdoname...yo quiero ayudarte! No importa el antes, lo que es importante es el que eres ahora...tú me importas mucho, Antoni...!!Si!! Si, iniciemos de nuevo :) vamos a pasear en tu Aethonan? Le prometi a Angie que te cuidaría de no hacer cosas peligrosas. Vamos de una vez!

 

Me pongo de pie sin soltarte la mano, te guiño un ojo y giro sobre mis talones y desaparecemos a la aventura.

hLLAksc.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Eyra Weasley

 

- Muchas gracias, joven - sonrió la mujer al escuchar la bienvenida de la sacerdotisa. No sabía cómo lo sabía, pero así lo notaba. Y no sólo eso, la pelivioleta también le daba la sensación de que era su mismo gremio. ¿Podía ser casualidad que, había encontrado a dos sacerdotisas? Bueno no lo sería tanto si estaba en un confesionario. Generalmente se usaban para todo tipo de rituales, sanación, limpieza y resguardo espiritual...

 

- ¿Religión? - rió ahora por lo bajo- bueno la verdad es que sólo sirvo a la Madre Naturaleza resguardando si puedo, a todos los animales posibles. Ese es mi deber como sacerdotisa. Yo la verdad, tengo otro trabajo del que no puedo hablar ahora mismo.

 

<< Y pensar que el tejo tiene mala fama - negó ahora con la cabeza mirando sonriente a la muchacha- pues, sería un honor compartir el fuego y una buena sopa con ustedes si no están ocupadas, por supuesto - el estar hablando ni cuenta se había dado que, el estar andando las piernas ya se le aflojaban un poco. Tomó su cayado apoyándose con fuerza y se dirigió a uno de los bancos que había en su interior.

 

- Se respira mucha paz aquí dentro, pero siento que alguien más ha estado aquí dentro y no hace mucho, ¿Heliké suele venir a menudo por aquí? - preguntó con curiosidad - no sé si la conocen. Además de su hermana Isabella. Noto esas presencias mucho más fuertes que cualquiera... Bueno también es cierto que no tienen porqué conocer a todas las brujas del pueblo - lanzó una sonrisa contenta.

 

Se escuchan voces en el exterior. A la sacerdotisa la verdad es que apenas conocía gente, sólo por oídas de sus informadores.

 

Sacó de uno de sus bolsillos ocultos de la túnica que portaba un reloj de oro con cadena, lo observó durante un segundo y comprobó que aún era temprano.

 

- Nadie sabe el poder que tiene el tiempo - con un chasquido, cerró el reloj con una tapita del mismo material y lo guardó de nuevo en su interior- ¿saben de algún lugar para quedarme durante un tiempo? - Inquiró curiosa. Seguro que siendo nativas de ese lugar, sabían de un sitio barato y agradable para quedarse.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

A pesar del cansancio, se confirmaban mis sospechas, aquella mujer era sacerdotisa de los animales. Estaba segura de que en cuanto conociera a mi tía Sagitas, o se llevaban la mar de bien o se mataban por los animales que ella tenía en el circo... Esperaba que no hubiera sangre de por medio, lo que menos quería era quedarme sin un miembro de mi familia y la pelivioleta menos que nadie. Ella siempre había sido mi pilar en la vida, aunque algunas veces se retorciera y pareciera mas una culebra bailona...

 

-Otro trabajo ¿eh? Bueno, si necesitas ayuda, házmelo saber.

 

Que me contase que tenía cosas que hacer me parecía extraño. O bien era sincera y prefería evitarme las sospechas o es que tenía incontinencia verbal y había hablado mas de la cuenta. Pero con un suspiro lo dejé correr y le asentí ante su aceptación de hospitalidad. La mala fama de mi árbol sagrado me la sabía de sobra.

 

Iba a acercarme para ofrecerle un apoyo a la anciana, que por lo visto tenía dificultades para avanzar, cuando preguntó por mi prima.

 

-Heliké, dice? No, pero puedo preguntar por ahí... ¿Por qué la busca? ¿Podría describírmela?

 

Aquella anciana, había reconocido asuntos privados y ahora preguntaba por mi prima. Aquello empezaba a no gustarme.Tendría que advertirle a mi prima de que se escondiera unos días.

 

-Claro, si no busca comodidades aquí hay celdas de descanso, dígame como tratarla por favor, yo me llamo Reena.

 

Al final la tomé del codo y la acerqué a un plato de piedra que teníamos, en el que ardía el fuego que nunca se apaga, por suerte daba calor y la luz que desprendía nos venía muy bien. Además claro, tenía aspectos espirituales...

Sacerdotisa·Madre·Compañera


http://oi63.tinypic.com/9qy628.jpg


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web



Eyra se regañó a sí misma al notar que se había ido de la lengua. No, no podía decir nada de su otro trabajo. Tendría que contar una mentirijilla rápida para no ser descubierta.


- Es relacionado con el sacerdocio, nada importante - hizo un movimiento con su mano libre para restarle importancia a lo dicho anteriormente.


- Me alegra saber que Heliké y su hermana tiene gente que la protege - soltó ahora la anciana al notar como la sacerdotisa de pelo rojizo le hacía saber que desconocía a la chica- pues es bien fácil de reconocer. Genio indomable, pelo de color chocolate, ojos castaños, blanca como la leche. Bueno, digamos que eso viene de familia - sin evitarlo, soltó una risa...


- Le gusta armar broncas por cualquier motivo. Ya cuando era pequeña hacía lo que le daba en gana... - asintió con la cabeza, orgullosa. Esperaba que al decir esos datos, la pelirroja (era, no? xD) fuese cayendo más o menos que era un familiar...


- No tiene porqué esconderse de mí - volvió a reír escandalosamente- además que yo sepa, no ha cambiado en éstos largos trescientos años...


- Oh, es cierto, qué cabeza la mía - puso una mano en la frente, negando con la cabeza - puedes tutearme, me llamo Eyra Weasley...


<< Por lo que tengo entendido mis nietas han cambiado sus apellidos. Son las primeras de su generación que lo hacen - se encogió de hombros -es una pena. No la buscaba por nada en especial. Pero si las conocen es mejor que no sepan de mí. En teoría, para ellas, estoy muerta - no pudo evitarlo y en su cara se mostró algo de tristeza- lo sabrán en su tiempo los motivos.


- Por supuesto, no busco nada en especial. Sólo una cama cómoda para descansar mi espalda y piernas viejas. Por lo demás, puedo encargarme yo. Cómo ves, apenas llevo equipaje.


La señora Weasley se sentía cómoda con esa chiquilla tanto que hasta se sorprendió el ver cómo la ayudaba a sentarse... - gracias señorita.


Pocos jóvenes de hoy en día ayudaban a una anciana.


Se fijó en que había traído un fuego en un plato de piedra. Sin quererlo, lo paró con las manos. Éste había parado de flambear y Eyra se quedó sorprendida. No sabía porqué había pasado eso, con un chasquido de sus dedos volvió a su posición original. Calentando todo el lugar.


- No sé qué pasa, parece que la magia anda fallando ¿no te parece? - preguntó con curiosidad- o quizá yo esté demasiado mayor para controlar mis propios dones - rió por lo bajo.
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.