Oclumancia

[Mael Blackfyre]

— Claro que estoy listo, maestra —comenté, aunque estaba seguro que si lo pensaba era lo mismo. Eramos algunos alumnos y sabía que no podríamos llevar la clase de manera paralela. Ya había participado en otras dos clases y en ninguna había sucedido eso. Lo más cercano era comenzar el viaje juntos pero siempre nos habíamos tenido que dividir o tomar un camino diferente, porque eramos distintos y a todos nos impactaba aquellas habilidades de maneras diferentes.

Miré alrededor. Todo parecía tan callado que me había dado tiempo en sumergirme en algunos pensamientos de nuevo, aún asi estando concentrado en todo lo que pasaba allí. Bastian, Ishaya, Niko y Jessie estaban cada uno en la suya, y estaba en lo cierto si pensaba que luego podríamos ponernos al día, allí estaba para sumergirme en el arte de la Oclumancia, asi que tenía que enfocarme en eso. Por eso recurri ante la Arcana antes de empezar.

"Tengo algunas preguntas mientras empezamos, maestra. ¿Cuan cercana es la Oclumancia a la Legilimancia? ¿Cómo sabemos que necesitamos recurrir a la Oclumancia? ¿Hay diferentes tipos de Oclumancia, alguno puede ser más fuerte y derribar tu protección? ¿La otra persona se da cuenta que estás usando la habilidad para protegerte?"

Esperaba que no fueran demasiadas pero a veces los libros no contaban todas las respuestas que uno necesitaba, y siendo que tenía enfrente a la Arcana de la Oclumancia, tenía que aprovechar ante todo, a derribar los mitos falsos que a veces los magos y brujas comentaban por puro placer de molestar. Me alejé un poco de Nathan, caminando solo unos pasos, disfrutando tanto del panorama como de la tranquilidad.

¿Cómo podría unir la Oclumancia ante la Legilimancia para volverme un mago más fuerte? No tenía demasiadas cosas que ocultar pero estaba seguro que en algún momento lo necesitaría. Por lo menos, tal vez, de saber que alguien estaba recurriendo a la habilidad. Eso si que me era mucho más útil. Pensé algo dedicado a Sauda, como una frase para que ella me confirmara cuan cierto podía llegar a ser.

"Si no tengo secretos, si no tengo nada que ocultar, no necesito poner tantas barreras para la Oclumancia. ¿No?"

[Aailyah Sauda]

Sauda sintió a Niko o, más bien, lo escuchó, claro y fuerte como si lo tuviera justo al lado y él estuviera diciéndole todas esas palabras que pensaba al oído. Tenía muchos alumnos, todos en diferentes estados de aprendizaje, pero podía discernir a cuál debía llevar más y a cuál debía empujar menos o, al menos, esperar un poco para que diera el siguiente paso. Es así como primero se dirigió a las dos personas que, a su entender, estaban listas para realizar la prueba. Una de ellas era Jessie, quien había demostrado gran fortaleza mental y, la otra persona, era Bastian, el Warlock que la había sorprendido con sus fuertes convicciones y su alta capacidad para montar y desmontar una realidad diferente.

 

<<Es exactamente lo que has hecho, Jessie. Veo que has progresado mucho y es tiempo que te pregunte si deseas realizar la prueba de la habilidad. Creo que estás más que preparada para enfrentarte a la Gran Pirámide y lo que veas en el Portal>> dijo a su pupila, con satisfacción, sin perder el hilo de la ayuda que pedía Niko a gritos y que, en un momento, le daría. Tenía su cabeza dividida en tantas secciones para acceder a todos sus pupilos que una persona inexperta fácilmente se hubiera tirado al suelo y comenzado a llorar por la terrible ola de voces, pensamientos y recuerdos que ella escuchaba y "veía" en aquel momento. Pero Sauda era la Arcana.

 

<<Lo has hecho estupendamente, Bastian Karkarov. Creo que es hora que te pregunte si deseas realizar la prueba de la habilidad. Recuerda que si decides hacerla, no podrás abandonarla.>> y sabía que él diría que sí, por supuesto. Ya había demostrado su enorme fortaleza mental, su habilidad para ocultar pensamientos detrás de otros vanales o la de implantar pensamientos totalmente distintos en lugares que sabía que podían hurgar. Era inteligente, vaya que sí. Aailyah estaba encantada con el curso que estaba tomando la enseñanza a sus alumnos.

 

Mientras esperaba a que ellos dos dieran sus respuestas, volvió sus pensamientos hacia Niko.

 

<<La palabra en la que estás pensando es "Oclumens" y se usa para "activar" el hechizo que nos ayuda a activar las defensas de nuestra mente. ¿Pero cómo puedes activarlas si no las conoces? Primero, las trabajaremos. Tienes que relajarte, Niko. Si fuerzas las cosas, nada bueno saldrá de ello>> elevó su voz en la cabeza de él para que resonara en cada rincón de su ser y comenzó a "raspar" en ella, despacio, moviéndose como un reptil a través de sus pensamientos, sus recuerdos, sus vivencias, sus miedos. <<Lo primero que deberás aprender es a sentir cuando alguien está entrando en tu cabeza. Tú sabes que tus propios pensamientos poseen un matiz, un color propio que los identifica como tuyos. Reconoce el matiz de tus propios pensamientos y podrás ver el color intruso. Esto también te servirá para poder saber cuándo alguien ha querido implantar una idea en tu cabeza. Pero eso lo veremos más adelante. Primero, busca tu color>> lo alentó, mientras se volvía una vez más hacia Ishaya.

 

<<Entonces expúlsame, Ishaya>> lo invitó, con cierto tono malicioso. Había tocado recuerdos que él se esforzaba por mantener en lo más recóndito de mi mente. <<He visto que reconoces el matiz de tus propios recuerdos y has dado con el mío, ahora quiero invitarte a que hagas algo especial: quiero que no sólo me expulses, sino que pienses en cómo recubrir tus recuerdos, tus pensamientos, con un color distintio al tuyo>> y con esto, pretendía que él escondiera sus recuerdos en un laberinto del que un Oclumante inexperto tardaría no sólo en salir, sino en hallar algo que fuera "cierto". <<Vamos a trabajar con tus defensas, tus muros y lugares en tu mente que serán tu "lugar seguro". De ese modo, podrás evitar que las personas que no son bienvenidas accedan a cosas que no deseas que nadie sepan>> sintió, a su vez, la convicción de las palabras de Ishaya, cómo intentaba expulsarla y presionó un poco más. Era un mago verdaderamente fuerte mentalmente.

 

Y entonces, le llegó la voz del Director de la Universidad y Hogwarts. Sonrió, sí, en sumente. Le sonrió a él porque estaba planteando sus dudas y eran muy interesantes. Así que, con su propia mente dividida, concentrada en cada uno de sus alumnos, se dispuso a responderle. <<La Oclumancia y la Legilimancia son dos ramas de la misma magia: una se usa para incursionar, la otra para proteger. El conocimiento de ambas hacen a un mago ser alguien poderoso, pero también propenso a perderse en su propia mente. La Oclumancia es una sola, pero cada mago la usa de forma distinta. Si eres un poderoso oclumante, lograr que alguien penetre en tu mente y consiga algo sustancial de ella será difícil pero no imposible, es por eso que es una habilidad que debe estar en constante práctica para poder perfeccionarla>> hizo una pausa mientras pensaba la mejor forma de explicarlo. <<A veces, un oclumante prefiere dejar entrar al invasor a su mente, porque una vez allí está en su propio reino y, como debes haber escuchado: mi reino, mis reglas. Si no puedes mantener a un Ligilimante lejos de tu mente, entonces puedes meterlo en tu propio juego. Lo importante es conocer todas las herramientas para protegerse y luego implementar la que más nos convenga. Y no te dejes engañar: todos tenemos algo que ocultar, por más tonto que creamos que sea>>.

 

Sauda se estiró, tanteó en la mente de Elvis y luego comenzó a hurgar lentamente en sus pensamientos y sus recuerdos, buscando cosas sobre lo que él era, su familia, sus aficiones. Todo lo que pudiera usar para atacarlo.

 

<<Eres una persona respetada de la sociedad mágica de este país. Creo que tienes muchas cosas que a un intruso podrían gustarle. Pero primero, vamos por lo más básico. ¿Has sentido que yo haya estado en tu mente, mirando cosas privadas? Lo mejor para darte cuenta es que primero sepas reconocer el matiz de tus propios recuerdos, pensamientos y vivencias. Todos tenemos un color propio, un sonido o un olor que identifica nuestros pensamientos. Quizá la voz de ella o como quieras llamarla. Aprende a distinguirla con claridad y podrás encontrarme, escondida en tu mente>> otra invitación, como la que le había hecho a Niko.

 

¿Y dónde estaba Nathan? Le faltaba un alumno.

[Juliens]

¿Se encontraba listo?

 

Estar listo o no había pasado a segundo plano, era una de las metas de la clase; por su puesto. Pero lo que realmente importaba, lo que comprendió en cada una de las clases de los Arcanos fue que todo lo intermedio, el aprendizaje adicional era lo que hacían especiales aquellas clases.

 

En animagia, la primera habilidad que tomó, aprendió que muchas veces mirar en lo más profundo te podía dar las respuestas correctas. Cuando incursionó en el mundo de la Nigromancia aprendió cuan fácil podía cambiar una vida y lo importante de tomar las decisiones correctas. La metarmofomagia, por otra parte, le mostró el camino mediante el cual podía evitar perderse en una identidad que no le correspondía. Y justo en ese momento entendió todas las posibilidades que la proveía.

 

> los recuerdos eran fuertes, estaban en su cabeza afianzados inclusive siendo que se trataba de recuerdos falsos.

[Nate Weasley]

Nathan se quedó anonadado por la facilidad con que la Arcana ingresó en su propia mente; a decir verdad, la falta de conocimiento lo había preparado mal para la situación, dado que de alguna manera esperaba sentir el momento en que su mente era penetrada por la presencia de aquella mujer. Sin embargo, y sin saber si era por su falta de preparación o por el extremo poder de la arcana, no fue capaz de notar la presencia de la mujer. Aquello complicaba más las cosas, dado que ¿cómo iba a encontrarla si ni siquiera sabía donde estaba?

 

Cerró los ojos, tratando de que la penumbra ocasionada por la falta de estimulación de sus nervios ópticos le ayudasen a vislumbrar algo que le fuese útil a la hora de solventar la prueba que la Arcana le había impuesto. Por unos segundos, fue incapaz de detraer un pensamiento específico a su mente y se contentó con ver una serie de recuerdos mezclados vacilar ante la presencia de su consciente; hacía ya tiempo que había desarrollado progresivamente la habilidad de minimizar el poder de su subconsciente, dejando que los recuerdos situados en su inconsciencia perfundiesen su atención.

 

Finalmente, se concentró en un recuerdo específico, que por un momento fue incapaz de situar en tiempo y espacio. No fue hasta que vio los cabellos platinados de Arya reflejarse contra la luz de la luna que se percató de qué estaba recordando: una de las tantas caminatas a la luz de la luna a través de los bosques anexos a la fortaleza donde la mujer residía. Una profunda emoción borboteó dentro de él como una fuente, y no fue hasta que miró detrás de sí que fue capaz de localizar a la Arcana.

 

No podía verle el rostro, pero al menos si distinguía su silueta cuya forma contrastaba con el fondo de árboles en aquel enorme bosque. Nathan trató de acercarse a la mujer, pero no había hecho ni dos pasos que la silueta de la mujer desapareció entre los árboles y Nathan no fue capaz de distinguir nada más sino oscuridad. De un segundo a otro el recuerdo se evanesció y el Weasley se quedó con el gusto amargo de haber logrado un progreso sin conseguir la meta final. Se resolvió a intentar nuevamente.

 

De la nada, y tomándolo completamente por sorpresa, apareció un recuerdo que no visitaba hacía ya mucho tiempo. En vez de asombrarse por la capacidad de la memoria de presentar aquellos recuerdos en situaciones aleatorias, se enfocó en el nuevo recuerdo y en encontrar a la Arcana dentro de él. Esta vez le tomó mucho menos tiempo identificar donde se encontraba, hubiese reconocido el escenario de la ahora inexistente Academia de Magia y Hechicería en cualquier momento de su vida.

 

Era el momento de su graduación y Nathan, junto a otros tantos que se graduaban de la Academia, estaban parados en lo más alto del escenario escuchando las palabras del entonces director. Nathan paseó su mirada por la multitud hasta que la encontró, ya no una silueta sino el pleno rostro de la Arcana escondiéndose entre la multitud. El Weasley fue mucho más rápido esta vez, y prestando muy poco a la reacción del resto de la gente, se salió de su fila y bajó el escenario hasta la multitud de gente que presenciaba la ceremonia.

 

Pasó por varias caras conocidas más prestándoles muy poca atención, enfocándose en cambio en el esbelto cuerpo de la arcana que se colaba entre la multitud. Nathan aceleró el paso, notando como cada vez se acercaba más a la mujer, hasta que finalmente tomó un rodeo alrededor de la multitud y la tomó desprevenida cuando salía de detrás de una mujer. El Weasley la tomó de la mano suavemente, impidiendo que escapase.

 

- Ya sal, por favor.

[That is not my name]

Ya no podía proteger a nadie más, el haber abandonado aquel grupo me había bloqueado de alguna forma los rostros de quienes no se revelaron en el atrio del Ministerio de Magia, sin embargo podía sentir la pérdida de Madeleine,Thomas Gryffindor y de Lisa Weasley, dos grandes compañeros que ahora tenía que dejar atrás por el sentimiento de abandono y traición de la Orden del Fénix aunque, bueno, ninguno de ellos tuviera la culpa. Pero formaban parte del problema.

 

Comencé a notarme como en una neblina blanquecina, y el mazo en un tono plateado, brillante, por lo que aproveché esa carga de energía para comenzar a borrar el fénix que inundaba mi mente, mis recuerdo, mi historia en aquel país desde hace ya diez años atrás... era momento de formar no solo una barrera para los oclumantes que desearan ingresar a mi cabeza, sino para todos aquellos que me rodeaban. Estaba harto de representar los ideales de otros, agachando la cabeza y asumiendo responsabilidades que no debía... estaba harto de... de...

 

<< De esos recuerdos>>

 

Abrí los ojos en ese momento, mirando el bosque me rodeaba y que, de manera inconsciente, había olvidado que seguía hablando con la bruja solo en mi mente y nadie se encontraba a mi alrededor. Me di cuenta que mi respiración estaba agitada, que apretaba los puños y que me había encorvado, por lo que rápidamente recuperé una posición más cómoda mientras seguía en conexión de mi guía en aquel páramo, no podía permitir que la concentración se me escapara en esos momentos.

 

<<Entiérralos>>, seguía repitiendo Mirshka, pero no entendía como estaba hablando por su cuenta y no ahora que estaba fusionado con mi anterior esencia, la de Adriano.

 

<<Porque Adriano ya no está>>

 

Cerré nuevamente mis ojos para localizar a la arcana que se seguía escabullendo por mis recuerdos y dejé que Mirshka tuviera el control en esos momentos, total, este había sido su cuerpo durante mucho tiempo, si lo dejaba avanzar podría hacer que la neblina se tornara más espesa y difícil de distinguir. Todo estaba bien.

 

<<No estés tan seguro>>

 

Una fuerte ráfaga escarlata comenzó a bañar los recuerdos por los que la arcana estaba pasando, dejando entre ver solo a Mirshka con los ojos como un rubí en llamas y sus enromes colmillos asomando aquella sonrisa torcida. Era tan extraño verme y saber que no era yo... pero cualquiera juraría... Rápidamente su figura espesa, negra, rojiza, comenzó a traer recuerdos de persecuciones, de asalto, de homicidio a sangre fría entre aquellos que parecían no tener importancia como su cuerpo descansando en un roca a punto de caer a un abismo, en paz, sereno.

 

Nada de eso podría ser cierto, ¿o sí?

[Aailyah Sauda]

<<No, aún no>> respondió Sauda a la petición de Nathan de que saliera de su mente. <<Un poco más>> lo instó. Rápidamente desapareció de aquel recuerdo de Nathan, dejándolo solo en medio de la multitud que había asistido a su graduación. Se lo había hecho sencillo, desde luego, porque él era completamente inexperto en aquello de la mente y ella necesitaba primero que él conociera su propio potencial. Pero ahora se lo complicaría un poco más y, esta vez, en su siguiente memoria, se disfrazaría de un ser cercano a él, imposibilitándole reconocerla a simple vista. Era capaz de eso y mucho más, desde luego, pero necesitaba que Nathan separara el matiz que la envolvía a ella del de sus propias memorias.

 

Distinguió, entonces, lo que estaba sucediendo dentro de Ishaya. Ella había seguido avanzando paralelamente como lo hacía con todos sus alumnos y había descubierto que el mago intentaba cubrir todo para sacarla de allí. No era una tarea fácil, tampoco se lo quería hacer sencillo porque él ya tenía en su haber un don propio para el ocultamiento; todos los que pertenecían a una asociación ilícita eran, lo quisieran aceptar o no, diestros en ocultar lo que pensaban, lo que sentían. Sólo bastaba con que lo perfeccionaran un poco más.

 

<<¿Le temes a ese ser?>> le preguntó, entonces, viendo a quien Ishaya llamaba Mirshka. Era igual que él, quizá un demonio o un vampiro, no podía saberlo con exactitud aunque sospechaba algo al respecto. Parecía que era alguien a quien Ishaya había querido erradicar de sí mismo, así como intentaba erradicar aquellos recuerdos sobre la Orden del Fénix. <<Eres fuerte, Ishaya Tonks. No dejes que estos recuerdos te retengan. Puedes envolverlos en un manto y guardarlos lejos, para que ya no te afecten. Te enseñaré a hacerlo y no sólo a ocultarlos de tí mismo, sino de cualquier otro que pueda usarlos a su beneficio>> y la Arcana no mentía.

 

Bastian ya le había respondido afirmativamente a su pregunta de realizar la prueba y Sauda estaba segura de que eso mismo que él había aprendido, podía enseñárselo a Ishaya, a Nathan, a Elvis... a todos sus pupilos. Algunos aprenderían más rápido, otros más lentos, pero todos, esperaba, llegarían a su prueba.

 

<<Si estás listo, te espero mañana al atardecer en el lago, como ya bien debes conocer. Ve tranquilo. Con tus capacidades, seguro harás bien la prueba>> le dijo a Bastian, antes de dirigirse a Anne.

 

<<¿Anne?>> llamó con su pensamiento a la directora de la Universidad y Hogwarts, de quién no había recibido más respuesta luego de que cometiera aquel delito contra la fauna de aquel bosque y ella le permitiera, por única vez, regresar a su aprendizaje. <<Anne, ¿estás lista para seguir la clase?>> cuestionó, buscándola. Estaba muy callada.

Editado 10 de Noviembre del 2016 por Aailyah Sauda

[That is not my name]

No, está bien Aailyah, creo que lo he estado deteniendo durante mucho tiempo...

 

Ante aquellas palabras mi mente, que seguía viendo como si fuese una extraña composición de nubes en el cielo,

apareciendo escenas de vez en cuando al momento en que notaba la apariencia de la arcana intentar jugar o interactuar con dichos recuerdos, comenzó a tornarse en un tono sombrío en vez de toda la luz que había estado hasta ese momento, como si ese cielo se preparaba para una tormenta. Todo se volvió negro, espeso, ruidoso, caótico de manera rápida pero no brusca, mientras escuchaba el siseante avancé de esa otra parte de mi adelantándose al paso de la intrusa.

 

¿Dónde había quedado Adriano? ¿Era cierto que aquella parte se había desprendido completamente de mi ser? Ya no podía sentir su seguridad en el fondo de mi mente, su tranquilidad, aquella extraña aura de paz que siempre llenaba cada parte de mi cuerpo. Se había esfumado por alguna extraña razón. Ahora solo quedaba yo como pilar de aquel cuerpo, y aquel viejo recuerdo que comenzaba a crear relámpagos por todo el lugar.

 

<<Ahí está>>

 

Era tan extraño escuchar ese tono de voz retumbando en mi cabeza, no porque me molestara, sino porque parecía como si fuese de alguien más, de otra persona a pesar de estar clavada en mi propia esencia. Por eso lo dejaba defenderse ante la arcana, al final de cuentas él era quien había estado encerrado en ese sitio, mi propia mente podía sentirse segura si dejaba que él tomara el control en estos casos.

 

Rápidamente la neblina que caracterizaba el paso de Sauda comenzó a verse rodeada de nubes tormentosas, repletas de relámpagos hasta que formaron un remolino a su alrededor aunque sin tanta violencia como sucedería en un desastre natural y eso lo sabía a la perfección por especializarme en la materia de meteorología. La estaba obligando a tomar una forma, a dejar de ser una esencia cualquiera y ser una presencia... la estaba cazando, como si fuese un depredador.

 

Todo indicaba que Mirshka no lo había logrado, simplemente había convertido todo el lugar en un cielo casi huracanado y justo en el medio, en el 'ojo', comenzó a formarse la figura de aquel ente, tan parecido a mi. Caminaba despreocupado, alzando su mano hasta sentir un extraño rocío en ese punto de mi mente, algo que identifiqué como la arcana.

 

<<Իրականացնել միշտ միջոցների եւ քաշը, ինչպես սեփական կապիտալի, եւ չեն զրկել մարդկանց, թե ինչ է արդարացիորեն իրենցն է, ոչ ամբարշտությամբ վարվի երկրի վրա տարածելով կոռուպցիան>>

 

Le estaba hablando a ella, pero también a mi, la señalaba y retaba al mismo tiempo... no la dejaba ver más allá de él. Estaba funcionando, por alguna extraña razón.

[Mael Blackfyre]

Las cosas estaban siendo más claras ahora. Sauda se había encargado de responder a todas mis cuestiones, a pesar de suponer una respuesta. Pero los Arcanos eran los seres con más experiencia en las habilidades. Eran los más fuertes, los más expertos, asi que siempre tenía que pensar que había algo más. No por nada habían atravesado por las Siete Portales de la Sala Circular. La historia era tan intrigante y tan llamativa, que no entendía cómo era que aún los Arcanos conservaban la calma para con la gente. En todo ése tiempo no había tenido que recurrir a mis protecciones para con ellos.

 

Y Sauda había dado en el clavo, porque con pocas palabras, estaba cambiando la imagen que tenía de la Oclumancia. Me la imaginaba como meterse dentro de una caja de metal, pero era más que eso, todo dependía de tu mente, y de las barreras que podías llegar a construir, como la Legilimancia. Asi que podía decir que tenía la mitad de mis objetivos cumplidos al haber adquirido una de esas dos habilidades. Aunque la diferencia estaba en que uno se proyectaba en los demas, mientras que ésta era en uno.

 

»Realmente no había pensando en eso, maestra. Pero ahora que lo dice, estuvo conmigo todo éste tiempo en mi cabeza. Aún asi no lo parece. ¿Pero por donde empiezo?« Aquellas últimas palabras que formaban una nueva pregunta, las fui diciendo cada vez más despacio, llegando a mi cabeza la respuesta que necesitaba. Si no me conocía, hubiera pensado que Sauda era la culpable de eso, pero no, me caracterizaba por pensar las cosas, por lo que la experiencia con los Arcanos me había enseñado en que necesitaba respirar, poner la mente en blanco y buscar, simplemente buscar si quería encontrar la respuesta. »Eso haré, maestra Sauda«

 

Me enfoqué a mirar en la nada misma. Aquello si podía hacerlo con facilidad. Pensar en blanco, imaginarme mi lugar favorito. Relajarme. Eso lo sabía hacer desde hacía años atrás. No quería ponerme a discutir con la Arcana de que en verdad no tenía demasiado que ocultar. ¿La Orden del Fñennx quizás? Algunos se habían querido encargar de revelarme y habían fallado. ¿Qué no sabia Annick? Mi esposa lo sabía todo. Igual que mis hijos. En mi cabeza tenía más secretos de otros que propios y eso no me lo había puesto a pensar nunca. Pero eso era muy peligroso, porque si conocía cosas que no debía o no me pertenecía, era un grave riesgo si otros husmeaban eso. Habían confiado en mi y podía ser que se enteraran. ¿Pero qué era?

 

Empecé a sumergirme de a poco en mi cabeza. Los peores traumas que había vivido en mi infancia ya no eran tan recurrentes, pero podía llegar a entenderla cuando se referia con lo que caracterizaba a mis pensamientos del resto. Pero todo lo que veía era original. Nada era cambiado, nadie se infiltraba en ellos. Continué por momentos retrocediendo y por otros, acercándome al presente. ¿Que podía ser? ¿Lo sucedido con Thomas? ¿La identidad que conocía de algunos mortífagos? ¿Lo de mi otro hijo Groter? ¿Lo del padre de mis sobrinas? Todo parecía normal, de hecho no miraba aquellas imagenes como secretos.

 

Hasta que di con algo que estaba fuera de lugar. Tal vez no me hubiera dado cuenta si no fuera porque todos los miembros de la Gryffindor se caracterizaban por un gesto, una forma de ser, un tipo de personalidad. La mansión Gryffindor nunca estaba sola, y en aquella parte de mi mente, podíamos llegar a nombrarlo como miedo, todo estaba en silencio. Parecía hasta abandonado. No estaba Annick. ¿Dónde se había ido? ¿Arabella y las niñas? Mica estaba de nuevo con nosotros y ya se había ido. Todo parecía igual que siempre pero el silencio me apretaba los oídos, me provocaba mareos. Hasta que la vi. Mis ojos simbolizaban a un radar, que ante un objeto buscaba los expulsaba fuera.

 

— Maestra. Acabo de entender parte de lo que me quizo decir. La Oclumancia incluso sirve para encerrar al instruso que invadió tu mente. ¿Incluso puede pasar que tenga el poder de encerrar a alguien en un sitio como este? Ya que son mis reglas. ¿Alguien podría llegar a tener el poder de mantener a una persona dentro de su cabeza y no dejarlo salir nunca más? Seria una tortura —pensé luego de comentar todo aquello tras haber encontrado a Sauda entre mis pensamientos. Esperaba que entendiera que no era una pregunta contra ella, porque sería imposible contenerla. Pero si estaba seguro que si alguien se atrevía a leer mi mente, que no solo pueda modificar mi cabeza, sino utilizarla como trampa, como prisión.

[That is not my name]

Mirshka comenzó a reírse, entendiendo que no se materializaba la arcana por estar en varias mentes al mismo tiempo, debilitando su propia esencia, pero ahora no la dejaba moverse de aquel sitio que había creado únicamente para ella... era la manera que había encontrado de proteger mi mente, nuestra mente.

 

<<Սպանել նրանց, որտեղ դուք նրանց գտնել եւ դուրս, որտեղ նրանք քշեցին ձեզ. Գայթակղել է ավելի լուրջ է, քան սպանում: Չեն պայքարել նրանց Սուրբ մզկիթում, եթե նրանք պայքարել Ձեզ այնտեղ. Այնպես որ, եթե նրանք պայքարել ձեզ, սպանի նրանց: այդպիսին է պարգեւը անհավատների>>

 

Sus palabras sonaban con ferocidad, aunque no con violencia lo que desató mi curiosidad, se encontraba en un punto demasiado tranquilo esperando que que respondiera la bruja porque, hasta cierto punto, sabía que era simplemente una guía en aquel proceso de aprendizaje a pesar del tiempo de sobra que había pasado en el lugar, doblando ya la cantidad que se había puesto cuando me inscribí en la misma.

 

Paciencia, esa era la excusa para las irresponsabilidades de los arcanos, que simplemente eran pruebas de paciencia, ¡Que se lo crean aquellos jóvenes, recién graduados, pero que no vengan con esas palabras conmigo!

 

<<Նա, ով ունի ականջ, թող լսի, ինչ որ Հոգին ասում է եկեղեցիներին. Ով որ յաղթէ, պիտի տամ պահուած մանանայէն եւ պիտի տամ անոր ճերմակ խիճ մը, եւ այդ քարի նոր անուն գրված, որը ոչ ոք չգիտի, բացի նրանից, ով ստանում է այն:>>

 

Mirshka estaba feliz, de una manera un poco psicótica, le encantaba verme fuera de mi zona de confort y yo, bueno, me sentía mejor cuando dejaba que las emociones fluyeran.

 

<<Նրա Աստուած լսեց նրան. «Ես թույլ չեմ տա, աշխատանքը որեւէ մեկը քեզ կորստեան նույնն է, եթե դա տղամարդ կամ կին, ովքեր գալիս են միմյանց: Ես պետք է ջնջել վատ գործեր, ովքեր գաղթել եւ քշվեցին իրենց տներից, նրանց, ովքեր տուժել, քանի որ ինձ համար, եւ նրանց, ովքեր կռվել եւ զոհվել են, եւ ես, նրա մէջ այգիների հետ գետեր հոսում հոսքերի: պարգեւ Ալլահի »: Ալլահը Նրա հետ գեղեցիկ պարգեւատրման>>

 

Una serie de relámpagos comenzó a tronar e iluminar aquel espacio que representaba mi mente, cada vez que la neblina convertida en rocío que representaba a la arcana intentaba meterse a otra parte de mis recuerdos sonaba nuevamente un trueno con fuerza en aquella tormenta que se había generado. Ese era mi muro, esa era mi protección, era una forma de causar confusión y miedo al mismo tiempo ante los curiosos que quisieran ingresar a mi mente.

 

Podía ver a Mirshka sin ningún problema esperando, aguardando hasta que se volviera solida la forma de Aailyah, como buen depredador, estaba simplemente al acecho de que hiciera algún tipo de movimiento para atacar, pero sin perder un extraño porte, elegante, calmo, serio...

 

<<Ահա, գալիս եմ շուտով, ամուր բռնեցէք, թե ինչ դուք պետք է, որ ոչ մէկը առնէ քու պսակը:>>

[Aailyah Sauda]

Aailyah estaba reptando por la mente de Ishaya, conociendo a ese ser que él había llamado Mirshka y que ella reconocía como una sombra dentro del mago, algo casi maligno. Alguna vez, en su vida, se había sentido aprisionada y asfixiada por la mente de algunas personas, sobre todo cuando se trataba de personas que habían cometido actos terribles y no se arrepentían de ellos. Había construído fortalezas en su propia mente para no verse afectada de nuevo pero no había contado con encontrarse aquello en la mente de uno de sus alumnos. La presencia de Mirshka la tomó por sorpresa y se materializó en el "ojo" del huracán que Ishaya había formado en su mente.

 

<<Si lo dejas tomar el control, te perderás>> le advirtió a Ishaya. Hacía tiempo que no se había sentido tan vulnerable en la mente de alguien.

 

La presencia le habló y, versada como estaba en tantos idiomas, ella lo comprendió. Se estremeció dentro de la mente de Tonks, mientras los relámpagos seguían tronando. Ese hombre estaba perturbado, podía sentirlo.

 

<<Bien>> terminó diciendo y salió repentinamente del recuerdo que intentaba atacar.

 

Había sido precavida y empujado al mago a sus límites, tanto así que él había dejado que su parte "malvada" tomara el control de sus emociones. Eso, a la Arcana, sólo le parecía una cobardía pero no una mala forma de recurrir a los recursos propios. Mirshka no sólo era la parte fuerte de Ishaya, también era la violenta y era eso lo que el preocupaba a Sauda qué, por primera vez desde que había comenzado a dar clases, se preguntó si quería seguir enseñándole a aquel mago. Tomó aire, aunque aquello resultó imperceptible al resto y, no entrando de nuevo en el juego de la entidad de la cabeza de Tonks, volvió a hablar con él.

 

<<Has demostrado la fortaleza para expulsar a los que intentan tomar cosas de tu mente. Ahora quiero que me demuestres que puedes mantener la calma cuando alguien entra dentro de tu cabeza. Quiero que escondas tus pensamientos, tus recuerdos, tus frustraciones y tus alegrías. Quiero que construyas un muro cargado de lo que desees y me lo muestres. Quiero conocer cómo es tu muro>> le dijo y luego agregó: <<Pero ahora quiero que hagas algo más además de prestar atención a mi presencia en tu mente. Quiero que vayas hasta la orilla del río y recojas las margaritas que tienen once pétalos. Sólo las que tienen once. Mientras lo haces, vas a trabajar en los muros de tu mente>> y su voz tembló ligeramente mientras decía aquello.

 

Ishaya quizá estaba más preparado de lo que ella había pensado, pero era peligroso.

 

Escuchó a Elvis, agradecido por lo que le había respondido.

 

<<Ahí estás>> dijo Sauda cuando Elvis la encontró, en un recóndito lugar de sus pensamientos. <<Sí, desde luego. Nuestra mente es nuestro mundo, Elvis, nosotros podemos moldearlo como queramos. Aquí dentro está todo lo que has vivido y lo que eres, desde que naciste. Todo lo que pasa por aquí es enteramente tuyo y puedes hacer con ello lo que desees, incluso convertirlo en una prisión permanente para un intruso. Imagínalo como el beso de un Dementor, pero en vez de quitarle el alma le quitarías la voluntad. Una persona que viva dentro de la ilusión que otra ha creado, es un títere y creo que entre eso y el Dementor, prefiero el Dementor>> respondió, pesándolo con detenimiento. <<Ahora que has dado conmigo y con un punto importante de la cuestión sobre las defensas de tu mente, te dejaré entrar en la mía. Allí te encontrarás en un laberinto y deberás encontrar el centro, que es la salida. Lo único que debes tener siempre presente, es que nada de lo que veas es real. El laberinto no será uno propiamente dicho, así que deberás estar atento a los detalles que te hagan notar que ésto no es real... Cuando estés listo>>.

 

Eran pocas las ocasiones en que la Arcana usaba su propia mente de sala de juegos para sus alumnos, pero pensaba que Elvis era como Jessie y estaba preparado para enfrentarse a ello. Él conocía de Legeremancia y podría usar sus habilidades y conocimientos para discernir lo real de lo irreal. Si no lo lograba, ella le mostraría el camino y juntos entrenarían para que, al final, pudiera realizar su prueba.