A Magic Valentine

[Taire]

Estaba un poco nerviosa, tenía que reconocerlo, se dijo mientras terminaba de arreglarse antes de salir de la Sala Común de Slytherin. Le gustaban las fiestas, pero desde luego no creía que pudiera encontrar mucha diversión en ir sola y sin conocer a nadie a una dedicada para los enamorados. Con un suspiro negó con la cabeza. Se recogió un poco su vestido azul marino para no pisarlo mientras bajaba por las escaleras y por un momento se planteó ir primero al Gran Salón, pero el ruido que le llegaba desde su posición le decía que estaba demasiado lleno, así que se dirigió hacia los jardines, donde podría disfrutar de la brisa y seguro que no habría tanta gente.

 

—Bueno, tengo que intentar ser positiva, puede que termine conociendo a alguien y todo —murmuró para sí misma, medio en broma. Salió a los terrenos del castillo, donde hacía un poco de brisa, pero no la suficiente como que tuviera frío.

[VioletteMoon]

Ishaya nos había invitado a servirnos mas ponche, me agobio un poco caminar entre tanta gente, la verdad no conocía a nadie, y no estaba un poco ansiosa, de hecho no había salido a cazar desde que llegue, podía oler sangre de todos los invitados a kilómetros, pero tenia que ser fuerte e intentar calmarme y socializar.

 

-No es que no me guste conocer gente... La verdad es que me es muy complicado, no sé si lo entenderías.- Comente un tanto nerviosa, tratando de parecer calmada.- Pero no pierdo nada con intentarlo, capaz hasta conozco a mi alma gemela esta noche.- Dije entre una risa nerviosa y bebí un sorbo del ponche intentando desviar la mirada para calmarme la ansiedad.

 

Tanto Ishaya y Alia me miraron intentando entender porque estaba tan nerviosa e inquieta, ''Creo que se dieron cuenta de que me estoy comportando de una forma extraña, maldición'' pensé, solo quería salir fuera lo mas lejos posible, pero no lo hice, tenia que ser fuerte.

 

 

@ @@Alia Lunne

Editado 17 de Febrero del 2016 por VioletteMoon

[Thomas E. Gryffindor]

-Bonito nombre… Lily. ¿Cómo Lily la madre del famoso Harry Potter?- comentó el mago con simpatía, esperando que la mujer sonriese ante su acotación y dejara de darle vuelta la espalda con aquella timidez que parecía inundarla en medio de la noche. -O sea… perdona. Sólo lo dije para entrar en confianza… Si te molesté, de verdad… perdón. Tu nombre me suena mucho a Millie… “Lily… Millie”; son muy parecidos ¿No crees?- añadió, tratando de disculparse anticipadamente por si la bruja se habría de molestar con su comentario algo fuera de línea, pero gracioso al fin y al cabo. -Y concuerdo contigo… tomar aire llena los pulmones de energía renovada. Es como volver a sentirte vivo una y otra vez- acotó, no dejando de percibir una tenue brisa que revolvía sus cabellos carmesíes, al igual que el vestido que lucía aquella muchacha. -¡Hey! ¿Quieres un gominola? Me saqué unos cuantos de allá adentro. Hay bandejas y bandejas llenas de comida… dulce y salada- le dijo al mismo tiempo que se movió velozmente para ponerse frente a ella sin vergüenza alguna.

 

-Tengo de frutilla, piña… melón y sandía… ¡Están deliciosos eh! ¡Venga! Toma uno- le instó con entusiasmo, tras lanzarse unos cuantos a la boca y a su vez le tendía la mano con un puñado de aquellas gomitas con forma de oso; anhelando que su nueva acompañante se animara a romper con la cortedad y cogiese al menos una. -Pensé que me quedaría solo hoy. No sé; cuando supe que habría una fiesta en honor a la celebración de San Valentín, salí desde mi casa con la seria intención de venir a comer como troll en Hogwarts. No obstante tuve un pequeño… digamos diminuto… encuentro con Peeves en el Gran Salón y bueno… me ves ahora aquí platicando contigo en los Jardines de la Escuela; ofreciéndote un simple osito de goma blanda para que te lo comas y digas: “Exquisito” ¡JaJaJaJa!- habló el Gryffindor, con una naturalidad que de seguro asombraría a la muchacha. -¿Por qué dices que no estás sola? ¿Te refieres a eso?- preguntó con atrevimiento el mago inefable, señalando el hermoso relicario que Lily tenía aferrado a su pecho con ambas manos.

Editado 17 de Febrero del 2016 por Enrick W. Ryddleturn

[Sophie M.]

Una hoja seca era arrastrada por la brisa otoñal, no era dueña de su rumbo pero, por un instante se queda atrapada contra el tronco de un árbol y aunque sus bordes se agitan no es capaz de despegarse de la corteza y avanzar. Un viento austral sopla más fuerte y entonces escapa, logra continuar y cae en un extenso lago, cuyo drenaje es una catarata río abajo… nunca más aquella hoja se sentirá seca, ahora se nutre del agua del lago… se nutre de su amor…

 

Despierto de golpe, pero sin exaltación alguna, no había sido una pesadilla, más bien un sueño, más parecido a una lección de vida, yo soy la hoja y he encontrado mi lago. Hoy es San Valentín.

 

No era muy asidua de celebrar las fechas que otras personas encontraba emocionales, quizá porque no era el ser social por excelencia, a menos de que tuviera algún interés personal, mortífaga en muchos sentidos. Pero desde hace algún tiempo que no soy del todo yo, ni solo yo. 'El día de los enamorados” llegaba como una excusa para dejarle saber una vez más a la mujer que había llegado para cambiar mi vida y pisando fuerte, cuando la adoraba y necesitaba en mi vida. Cuanto se había robado mi corazón y hasta mi alma de tener alguna aún.

 

Había tomado aquella siesta con la intención de despertar fresca y energizada. Tomar una ducha y salir a festejar con mi novia lo que sabía sería una esplédida velada en su compañía.

Todo estaba planificado,. El vestido era del mismo color que la plata, con adornos de piedras brillantes a la altura del busto y en el ajuste de la cintura, ajustado hasta casi las rodillas y luego suelto. El peinado, con ayuda de la magia, convirtió mis largas hebras de cabello negro azulado en un elegante moño con apenas un mechón medio suelto a la altura del rostro. Una pizca de orgullo y unos ojos grises me devuelven la mirada en el espejo. La varita en la cartera de mano, pues aunque quería creer que nada pasaría, aquellas ocasiones especiales eran perfectas para algún imprevisto.

 

Llegando a Hogwarts, es obvio que no soy allí de las primeras personas en hacer aparición pero tampoco de las últimas. El lugar parece de ensueño, saltaba a la vista que no habían escatimado ningún medio para convertirlo en un ambiente del cuál era fácil contagiarse o enamorarse con solo caminar por sus inmediaciones. Quizá por distraída es que no la escucho llegar, solo siento sus delicadas manos y escucho la voz que hace saltar mis latidos.

 

Tomo sus manos entre las mías, o al menos eso intento, porque cuando siento sus labios en mi descubierto cuello, estremecen hasta mi médula. Me giro y mi mirada recorre los detalles de su hermoso vestido blanco, su peinado, toda ella me enamora más cada vez que la veo y algo así debe decirle mi sonrisa y el cómo tomo su mano con la mía. - Era, acaba de llegar una chica que me arrebató mi lugar -la beso, porque no importa que nos vean, no somos un secreto – y mi aliento - susurro contra sus labios.

 

- Está irreconocible este lugar – repongo mientras tomo su mano para avanzar entre las mil decoraciones, personas y parejas que se comenzaban a acumular - ¿tienes alguna idea a donde deberíamos ir?- le pregunto y aunque me fascinan algunos detalles mi atención completa es suya. - Tu conoces mejor que yo - agrego sontiendo, perdiéndome entre sus ojos. Segura de que no importa hacia donde señale, yo iré con ella.

 

 

 

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[Helene Eloise Bellerose]

La tranquilidad de su proceder le alarmaba. ¿Qué se había imaginado? Ella misma había pensado tantas veces en lo que hubiera hecho si es que David regresaba, si es que no estaba muerto ella misma lo mataría, o al menos, sacaría toda la ira y el dolor que le embargaban y se lo haría saber. Pero no. Todo estaba resultando diferente, quizás por el impacto que resultaba tenerle en frente sin habérselo esperado. ¿Quizás después? Claro, se encargaría de hacer todas las preguntas, necesitaba saber por qué se había ido tan fácilmente, sin volver, sin mirar ni siquiera atrás a todo lo que habían tenido, a lo que había dejado.

 

Pero ahora, su sonrisa, el contacto fijo de sus ojos, la calidez de su abrazo habían menguado casi al punto muerto todo eso. Ahora no existía nada más, nadie más que le importara lo suficiente para apartarse de ahí y cortar el acercamiento o separarse de él. ¿Es que todavía le amaba?

 

“Sólo si tú me lo pides”… las palabras hicieron eco en su cabeza por unos segundos. ¿Se lo pediría? El orgullo le decía que no debía, que lo que tenía que hacer era dejarle ahí mismo solo, sin decir una palabra, tal y como él lo había hecho. El corazón sin embargo se batía en una lucha encarnecida con su orgullo, porque sí, en efecto, el sentimiento seguía siendo tan intenso como lo fue en su momento. Quizás más, efecto secundario del amor que creía perdido.

 

No respondió de inmediato. Cerró los ojos suavemente, emitiendo un leve suspiro, y cuando los volvió a abrir, estaban quizás más cerca, si es que eso era posible. Ah, San Valentín. En los últimos años había sido una fecha que había ignorado con todas las fuerzas de su alma. Ahora, sin embargo, le aguardaba una sorpresa tan grande que no se la esperaba. Le había devuelto a él.

 

—Feliz San Valentín. —Hizo eco de las palabras masculinas con una sonrisilla. Sabía que aún le debía una respuesta, pero él se adelantó. Es verdad que ellos no habían terminado su relación, sin embargo, ¿qué podía pensar ella con el abandono? Luego de convencerse que él no volvería había tratado de rehacer su vida, había empezado un par de relaciones… ¿debía abordar ese tema ahora? Eso seguro, desinflaría la magia del momento como si fuera un globo pinchado.

 

Si bien ya no tenía la sonrisa boba en el rostro, su mirada era cálida. —Cuando te fuiste, yo pensé que me moría… Cuando di por hecho que nunca más regresarías, traté de seguir con mi vida, traté, de encontrarte en alguien más. —Bajó la mirada, empezaba a sentirse culpable. —Me costó, y es que, creo que no hay nadie en el mundo para mí. —Su voz se había debilitado, por lo que el mago tendría que esforzarse un poco para escucharla.

—Nadie en el mundo que no seas tú.

 

Con lo último, le había expuesto todo. Sus sentimientos estaban claros, ahora él sabía que no le había olvidado. Sincerada, era claro que la batalla la había ganado el corazón. Sintió entonces que era el momento de darle esa respuesta, ahora la tenía clara en su cabeza.

 

—No te vayas nunca…

 

@@David Lannister

[Alia Lunne]

-Es cierto, a veces cuanto más tratamos de ganar amistad con alguien, más falsa les parece nuestra actitud. Violette,¿ por qué dices eso? Es decir, te entiendo, a mi también me resulta difícil, pero siempre hay que estar abierto a nuevas posibilidades.

 

Llegamos de nuevo a la mesa de los ponches. Miré indecisa mi vaso, pensando en qué sabor coger. Ví el de sabor frambuesa, luego el de fresa. Era divertido, que mi única preocupación fuera qué bebida escoger, cuando hacía apenas un mes vivía al día, buscando simplemente el poder aguantar hasta la mañana siguiente. Sonriente, me serví un vaso de ponche de frambuesa.

 

- He oído algo de que venía un grupo de música... ¿Las Brujas de Macbeth, tal vez? Se deben haber perdido.

 

Había un escenario dispuesto en el Gran Salón, pero ningún grupo estaba en él. Era extraño que no hubieran anunciado nada al respecto.

 

-Bueno, Ishaya, ¿A quién importante puedes presentarnos por aquí?- dije en tono de broma. Había visto que el rubio, de vez en cuando, miraba a su alrededor buscando rostros conocidos, pero aún no había saludado a nadie.

 

@ @VioletteMoon

Editado 17 de Febrero del 2016 por Alia Lunne

[VioletteMoon]

-Digamos Alia... Que el problema no es la gente al relacionarme con ellas o quizás si, pero en gran parte soy yo. -Rápidamente extendí mi brazo a una velocidad sobrenatural la verdad, agarrando otra bebida sin mirar ni siquiera de que era y la bebí rápidamente, mientras intentaba pensar algo para cambiar de tema.- ¿Las brujas de MacBeth? Si, seguro se han de haber perdido.

 

Tenia ganas de salir al jardín a tomar aire o simplemente salir y desaparecer por días como lo solía hacer en el pasado.

 

-Si Ishaya, ¿Cuando los conoceremos?.- Dije con un tono de broma al igual que Alia.

 

@Ishaya @Alia Lunne

[Seba Granger]

Sonreí coqueto una vez mas a mi chica, me incline un poco hacía la rosa que tenía en el escote la Potter Black, la olí profundo y lo vi con una mirada picara como a ella le gustaban, -Se vienen muchas cosas en esta noche- dije riendo mientras me incorporaba y besaba sus labios con ternura.

Observé a los querubines que revoloteaban en nuestras cabezas, a decir verdad recién me percataba de ellos, estaba mas precuopado de ver a mi novia y provocarla que de otra cosa.

-Pues no, no creo que tengan nada- cedí mi brazo a Darla de nuevo, luego orgullo entre con ella del brazo al salón, ahora que lo pensaba a ese lugar si que hacía mucho que no entraba, observé la forma que había ordenado todo, dirigí mis pasos a la mesa con los tragos, a ver si pillaba algo para Darla, y algo sin alcohol para mi.

-Parece que se han congregado varias parejas- añadí mirando a lo lejos, se veían varios rostros conocidos en el salón y había visto algunas mas mientras avanzábamos hasta este lugar.

Serví un vaso de la bebida que me señalaba Darla, y se la pase, luego llene un vaso para mi, de inmediato trate de ver de que se trataba.

-¿Quieres bailar luego?- por ahora no se veían mucha gente en la pista pero por algo habían organizado las cosas, además mientras estaba a su lado se me iba toda la timidez que me solía caracterizar en otras partes.

[That is not my name]

- Justamente ahí hay dos grandes amigos, ¡Seba, Darla!

 

Una de las parejas con mayor trayectoría que conocía aparecieron en mi campo de visión, @Seba Granger y @Darla Potter Black, por lo que los invité a que nos acompañaran a las hermanas y a mi en aquellos momentos, de esa forma podrían sentirse más abiertas a la idea de socializar con la comunidad mágica.

 

- ¡Me da mucho gusto verlos! - Dije cuando estaba cerca de ellos, intercambiando abrazos como saludo - Les presento a Allia y Viollete Haughton, apenas van a comenzar sus cursos en Hogwarts y decidí darles un empujoncito con este baile.

 

Cuando fui profesor me encantaba asistir a estos eventos y ahora que ya no lo era, resultaba un poco nostálgico el recordar el ambiente de los pasillos de la institución mágica, estos bailes siempre eran un buen pretexto para regresar a la escuela, de cierta forma.

[Darla G Dumbledore]

La Potter Black sonrió y se movió coqueta mientras su novio apreciaba el aroma de la rosa en su pecho, sus miradas se cruzaron y todo lo que sentían el uno por el otro estuvo en ellas y a flor de piel. Esos eran precisamente los momentos en los que en la vampiresa surgía su herencia materna y podía volver a sentir como un ser humano común y corriente.

 

Sus labios se curvaron en una bella sonrisa mientras se tomaba del brazo de su amado para pasear por el Gran Salón una vez más como en el pasado, la vampiresa no pudo evitar recordar cuando estuve allí hacía muchos años, recibiendo su diploma de graduación de manos de su bisabuela Antara y de Mistify Malfoy. Asintió ante las palabras de Seba, ella también había visto rostros conocidos entre los asistentes, aunque de momento se había dedicado a lo que más le interesaba y era estar con su prometido.

 

--Eso parece mi amor --antes de tomar el vaso con ponche que él le alcanzaba --gracias mi vida --la idea de bailar con él le encantaba --si mi amor, tengo reservada toda mi tarjeta de bailes para tí --río con ternura y luego probó un sorbo de la bebida, no sabía nada mal.

 

Mientras estaban acordando el baile una voz les sobresaltó haciéndoles volver hacia el origen de la misma, Ishaya, Darla sonrió y saludó con la mano mientras el mago se les acercaba junto a dos jovencitas a las que presentó como las hermanas Haughton. La nigromante asintió mientras pensaba en los miembros de esa familia que conocía, Anne era una de ellas.

 

--Hola Ishaya, un gusto verte también --saludó al mago y luego extendió su mano hacia las hermanas --encantada de conocerlas, Darla Potter Black y él es mi prometido, Seba Granger --no estaba segura si así era el formalismo de las presentaciones, pero como ellos nunca habían tenido convencionalismos al respecto --muy amable de tu parte para con las jovencitas, Ishaya, estoy segura que su familia estará agradecida que cuides de ellas --agregó la Potter Black con una franca sonrisa.