Jump to content

~Mansión de la Familia Gryffindor~ (MM: B 104490)


Mael Blackfyre
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Ya te lo dije, Juv. ¡Retomar territorio! Buscar algunas víctimas por ahí. ¿Por qué el resto de los mortífagos están tan tranquilos? Prefieren banquetes de comida a festines de sangra —puse los ojos en blanco (aunque no había blanco en mis ojos, ya que eran completamente negros). Pero al mirar a la joven Juv, petrifiqué mi rostro a modo severo—. ¡Ni se te ocurra! La mansión Gryffindor ahora nos pertenece. ¡Años! Años luchando contra ellos y sólo pudimos obtenerla desde adentro.

Me había referido a Juve en cuanto a las estatuas. Conocía que las habilidades de la bruja eran muy poderosas y no le podía leer la mente Pero sus facciones se habían desviado y estaban admirando aquellas estatuas, con un destello malvado que solamente podíamos revelar los de su misma calaña. Negué con la cabeza.

¡Dracony! Haremos destrozos. Sé que lo deseas, si no, no estarías aquí. Necesitamos todo contacto y todo lo posible para hacer varias cosas —le guiñe un ojo. Nos habíamos conocido un poco mejor dentro del ministerio. Sabía Anthony que me refería a las fuerzas extranjeras que poseía simplemente por su trabajo de embajador. Si alguien tenía influencias y podía usarlas a su favor, entonces haríamos eso—. Y tú, Lider. ¿Sigues queriendo que esperemos a por ir al Ministerio? ¿Permitirás que siga subido ése cura inútil y maneje nuestro mundo?

Me había atrevido a retar un poco a la líder de la Marca Tenebrosa. Sabía que Arya era mucho más flexible que Aaron, pero si de algo estaba seguro es que la Macnair era mucha más severa que su antecesor. Necesitaba hacer hervir aquellas chispas, no podíamos perder terreno ni dejar que los mortífagos aflojaran en cada uno de sus trabajos.

@ Juv Macnair  @ Anthony Ryvak Dracony  @ Arya Macnair @ Sagitas Ericen Potter Blue  @ Kamra Ashryver D.  @ Candela Triviani  @ Jeremy Triviani  @ Cissy Macnair

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Me incliné por comportarme discreto, solo regale una sonrisa amigable a @ Juv Macnair cuando levantó su mano para saludarme, sigue siendo una mujer enigmática para mi pero justo eso respeto de ella, que no es fácil conocer totalmente su persona. Es una bruja fascinante, con quien se desea aliarse cuando despiertan las ganas de "divertirse", por eso no me apresuro a develar sus secretos, solo aguardar para cuando se preste la oportunidad de acercarme más a ella.

Me es difícil mantener esa distancia entre los que me conocen, alejarme de lazos que estrechen la cercanía demasiado, solo cuidar de que sea la distancia justa necesaria, por fortuna cuento con el ejemplo claro que las reinas de Escocia ejercen ahí, en una nación en la que lideran tanto a magos como "muggles"...poseyendo dos "caras" distintas que les ayudan a mantener el poder. Claro que no se la tienen fácil, sobre todo cuando se opusieron a la Primer Ministra en la convención de Magos pasada, solo porque suponían que la Ministra era partidaria de la Orden del Fénix...ese enfrentamiento aún tiene la situación tirante entre Inglaterra y Escocia, esa "jugada" que la están pensando detenidamente para ganar.

Como miembro diplomático, me es favorable al cien por ciento para encontrarme en el lugar y tiempo justo para conocer y entablar conexiones importantes y de gran valía, por lo que puedo divertirme aún con personas caóticas como la ex-prefecta de Durmstrang y actualmente sub- Directora de Beauxbatons..."dinamita con la mecha a punto de explotar", definitivamente es imposible aburrirse.

Al escuchar a @ Mael Blackfyre sobre usar todos los contactos para hacer destrozos por todo el mundo, mi mente trae a la joven mortífaga que vuelve a retornar a la vida social alejándose de esa temporada nómada que antes "abrazó".

Solo necesito cerciorarme que la bruja se mantiene menos "loca" que en el pasado, ella suele confundir valentía con la osadía  irracional.

--Por supuesto...me reservo por el momento de mencionar nombres, pero de acudir a varios de ellos, cuenta con ello.--Respondo con una leve sonrisa de entendimiento y perspicacia con el pelinegro.

                  Picsart-22-02-23-05-13-30-507.jpg  

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 mes más tarde...

JK1.png

 

Misteriosamente la reunión con sus compañeros se había disuelto en un abrir y cerrar de ojos, dejandole a solas con el Blackfyre. Realmente no le conoció a fondo, salvo por la aventura que habían compartido la celebración de San Valentín del año pasado, fuera de ese pequeño detalle, no existía nada que les conectará de forma más intima o personal. Empero le agradaba la compañía del hombre, sintiéndose gratamente complacida por la atmosfera de confianza y complicidad que s generaba entre ellos sin que tuvieran que mover un solo dedo.

— Sigo tentada en darles un toque especial a esas estatuas, pero lo dejaré para otro momento—comentó mirándole fijamente a los ojos. Extrañada por la necedad que reinaba en su compañero de bando, obstinado en mantener aquel sentimiento intacto dentro de su pecho. Era bien sabido que en cosas del corazón, no figuraba la razón volviéndose una tarea titánica romper esas barreras impuestas por el hombre. ¿Qué demonios le había dado esa mujer?, devorando por completo su raciocinio— ¿Y bien?—se atrevió a acercarse a él. Deslizando su mano por la mejilla de esté, sintiendo la frialdad de su piel impregnarse en la palma de su mano.

— ¿Te acompaño a llorar sobre la leche derramada o la pasamos bien?—le cuestionaba poniendo su otra mano sobre su pecho— Se casó por amor, por deseo. Que demonios se yo, pero se nota que te ha pegado con tubo—entrecerrando sus ojos indagaba que le generaban las palabras de la Ángel Caído. Deseaba hacerlo reaccionar, salir de ese letargo y mostrarle que el mundo era un océano inmenso, plagado de peces mucho mejores que podía tener a su disposición si lo deseaba—Vamos suéltalo ya, Mael—se aferraba a su idea de no irse de ahí hasta obtener lo que deseaba.
 

@ Mael Blackfyre

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

BwJfDFR.jpeg

Básicamente ya eres la mitad de una maldición

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Horas después de la reunión... madrugada.

Me había quedado pensativo por algunos momentos, mirando el follaje oscuro que rodeaba a la mansión Gryffindor, escuchando la copa de los árboles rozarse entre si y algún sonido nocturno escondidos entre las sombras. Las estatuas se hallaban cerca cuando Juv las mencionó. Pero no solo eso sino que siguió hurgueteando en la herida mucho más de lo que hubiera querido. Mire en seco a Juv y alejé un poco mi rostro. No quería que aumentara mi malestar. Aunque no entendía por qué confiaba demasiado en la joven Macnair.

Toca la estatua y te quedarás sin dedos, Macnair. Ya te lo dije —aun así, mis ojos negros se quedaron fijos en los de ella, quien se había atrevido a hablar sobre el tema. Un tema que había compartido inconscientemente. No había medido las palabras y en medio de la furia se lo había dicho. Claramente que me había arrepentido—. No es broma. ¿Te gusta ver las desgracias ajenas? —negué con la cabeza y me alejé unos dos pasos, volviendo a mirar más allá. Esta vez enfoqué mi atención en el panteón. Luego me giré hacia las ventanas, totalmente solitarias y oscuras. La mansión estaba casi vacía—. La última vez que lo solté, casi mato a ése japonés desgraciado de Quidditch. Y la anterior vez, tuve que mudarme hacia aquí. No soy tu juego, Juv. ¿O qué esperas?

Ésta vez fui yo quien la estaba cuestionando y mirándola. Había cierta oscuridad en su persona que me llamaba demasiado la atención. Su fidelidad para conmigo había hecho que fuera recíproco. No tenía ninguna intención de hurgar en la herida porque eso me haría tomar medidas que no serían buenas para nadie. Mucho menos con la varita entre mis dedos.

@ Kahlan Macnair

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

JK1.png

 

— Heridas de guerra—siseó al escucharlo hablar. Dibujándose en sus labios una sonrisa lóbrega y misteriosa, le amenazó con cortarle los dedos, si tan solo se atrevía a ponerle uno solo a sus amadas estatuas. No le intimidaba en lo más mínimo el accionar de Mael, ya que era insensato comportarse de ese modo ante la persona que le tendía la mano y estaba ahí para él en todo momento— Respiras por la herida y todos lo hemos hecho en el pasado. No eres mi juguete, ¿Crees que si lo fueras estaría aquí preocupándome por tu bienestar?—le cuestionaba buscando su mirada. Desde que el Blackfyre llegará a las filas oscuras, extrañamente se ganó de una la confianza y simpatía de la Ángel Caído. Ella misma se vio mil veces en encrucijadas como esas, aunque no dejaba que le afectarán del todo sentimentalismos baratos y sin sentido.

— Atrévete amenazarme una vez más y verás que tus estatuas no serán lo único que cambie dentro de estos jardines—perdía sus ojos azules en el oscuro firmamento— ¿Te pasarás media vida sufriendo por lo que no pudo ser?—soltaba sin emoción alguna en sus palabras. Aprendió el modo más efectivo de suprimir toda clase de emoción o sensación que nublará su juicio. Le interesaba verle crecer como mortifago y no sufriendo por los rincones, al tener el corazón roto—Puedes tener lo que quieras y a quien quieras, ¿Por qué no lo aceptas y dejar de auto flagelarte?—estaba siendo demasiado dura. Pero era lo que necesitaba el hombre, ponerle los puntos sobre las íes y hacerle ver que no todo eran cuentos de hadas con corceles blancos, príncipes y princesas que vivían felices para siempre. 

— Estoy aquí para ti, si eliges tomar esa opción. Si no es así, no me tomará ni medio segundo irme por esa puerta y no volver—resolvía sujetando con firmeza la varita que estaba debajo de su capa de viaje. Enfrentarse no era la idea que tenía en mente, pero no era mala idea llevarse al limite y ver gasta donde eran capaces de llegar. Sin duda ambos eran obstinados y eso les volvía mucho más complicados a la hora de intentar relacionarse.


@ Mael Blackfyre

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

BwJfDFR.jpeg

Básicamente ya eres la mitad de una maldición

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

7201195.jpg 

ELROS F. GRYFFINDOR

Hacía bastante frío aquella noche de invierno, pero Elros no lo sentía como el común de los ciudadanos; ya que su cuerpo se había tornado gélido debido a innumerables noches en desvelo bajo aquellas cuatro paredes de la celda de Azkabán que fue su hogar por tres largos años. Ya no recordaba qué era el calor bajo una chimenea, el aroma de un pie de limón recién horneado o la delicadeza de las sábanas que cubrían la cama de esa alcoba en la mansión de sus padres, dicha habitación que fue el marco de tantas escenas desde su niñez hasta la desenfrenada adolescencia.

El oscuro follaje cubría gran parte de los límites de la morada, las copas de los árboles más altos chocaban entre sí como si de piezas de rompecabezas se tratasen; pero aquel ambiente lúgubre y cargado de negro no era lo que más le preocupaba al Gryffindor, sino que la energía que su alma de paladín percibía (don heredado de sus padres), ya no era la misma. <Sabía que no era buena idea venir hasta acá> pensaba el muchacho mientras acariciaba su barba ya crecida, observando la marcha del Autobús Noctámbulo (que le había hecho un favor en llevarlo sin dinero) hacia nuevos destinos; desviando sus pasos hacia donde dos individuos platicaban en las proximidades del león con el lobo.

- ¿Tus estatuas?- vociferó el rubio tras oír las palabras de una mujer bastante atractiva que conversaba con un jovencito de apariencia extraña, aunque no tan "rara" como la suya propia, pues a ciencia cierta cualquiera que lo viera así en la calle apostaría que es uno más de los vagabundos o carroñeros en búsqueda de miserias y sobras. Era cierto, su estado era deplorable: olía bastante mal, pálido, delgado, y vestía peor que las azabaches túnicas de los dementores... necesitaba con urgencia una ducha y un buen plato de comida.

-Nunca antes había oído semejante patudez venir de una mujer. Lástima que estás en los campos de los Gryffindor... y aquí suelo comportarme como un caballero- prosiguió, dirigiendo ahora sus verdes ojos al hombre, clavándolos en su rostro. -¿Quién eres tú? No te recuerdo -

Editado por Thomas E. Gryffindor
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Miré cautelosamente a Juv mientras aquella muchacha se proponía a decir todo lo que se le había cruzado por la mente en ése momento. Lo que me gustaba de la joven era que jamás me había mentido. Siempre decía lo que correspondía. Aún así, no entendía porqué se preocupaba por mi ¿qué sentido tenía? Miré aquellos ojos azules y algo pasó por primera vez en muchos años. Me di cuenta que el nudo en el estómago que solía formarse porque me enojaba, no estaba. Algo no me dejaba enojarme con ella.

No, quédate —no pensaba pedirle disculpas a la Macnair. Creía que ella se había buscado algunas palabras más por meter el dedo en la herida cuando no debía hacerlo. Pero aquello había sido mi culpa por completo al confesárselo de una manera inconsciente. Me había dejado llevar y lo único que sentía era dolor. Un dolor constante en el pecho. Y no podía quitármelo. Juv se había encargado de aliviar aquella sensación. No podía alejarla también—. Me gustaría que estemos en la Gryffindor y ¿qué…?

Una figura apareció de la nada enfrente de nosotros. De alguna manera que no había logrado descifrar aún, ése chico se había acercado a nosotros sin que nos diéramos cuenta. Tal vez Juv si, pero me había ensimismado tanto en lo que estaba sintiendo y evitando sentir que cuando el rubio de ojos verdes, en un estado deplorable, habla hacia Juv cuestionando sobre porqué llamaba sus estatuas a la Macnair. Su pregunta sobre mi hizo que me quedara en silencio, recorriendo cada centímetro de su cuerpo. Un estado de alerta se prendió detrás de mi nuca, temblando el suelo sobre mis pies. De reojo podía ver aquellas estatuas tan llamadas hacía tan pocos segundos. ¡Y ninguna se había activado! Eso podía significar dos cosas: que no era un enemigo o que era de la familia. Y algo me decía que se trataba de lo segundo.

No me recuerdas porque no nos conocemos —expresé de la manera más directa y sería posible. Mi respiración de a poco empezó a aumentar y mi puño a apretar alrededor de mi varita. Y mucho más cuando un simple detalle apareció delante de mis ojos. Un anillo que portaba en sus dedos. Era igual al que le había robado a Annick y entregado a Mica. Una acción frustrada para un intento frustrado pero que en mi cabeza había funcionado diferente. Eso afirmaba mi hipótesis que era alguien de la familia. Y su porte y actitud me hacía acordar a alguien, aunque ése alguien no lo había conocido realmente y ahora se encontraba dentro del panteón a tan solo unos metros—.  ¿Y tú quién eres? ¿Qué haces en mi casa?

@ Kahlan Macnair  @ Thomas E. Gryffindor

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

JK1.png

 

Los dolores que aquejaban a su acompañante, no solo eran físicos, sino también emocionales. Ella paso por lo mismo hace años, pero ahora veía a las emociones o sentimientos como un mal innecesario hacia los de su especie y sus compañeros de bando. La molestia no se hizo presente en el hombre, aquello le asombro ya que no se vio amenazada como en los años donde se sacaban el cuero sin el menor reparo. Le importaba el caballero que estaba a pocos metros de ella. 

Extrañamente, no podía dar una explicación sensata del porque ese interés en que el estuviera bien en todo momento o aspecto de su vida. El ser apegada a las personas que le rodeaban, no eran un rasgo común en un ser como Macnair que siempre se dejaba llevar por los impulsos y no por el cerebro que muchas veces quedaba en segundo plano.

— Sería muy hipócrita de tu parte disculparte, ¿no lo crees?—soltó asintiendo ante su petición— Aunque no me lo hubieras pedido, no me hubiera ido a ningún lado—agregó sintiendo su varita aún sujeta por su zurda. Ambos eran demasiado obstinados como para admitirlo, ahí radicaba lo interesante y misterioso de la conexión invisible que les unía— ¿Y qué?—la duda de había quedado flotando en el aire. Le invitaba a entrar en su hogar, residencia que en el pasado fue atacada por la Ángel Caído sin ninguna clase de reparo. Imágenes de ese sitio envuelto en llamas se arremolinaron en su cabeza, dando vueltas como lo hacen los huracanes que arrasan con todo lo que está a su paso.

Una figura se hizo presente en los jardines, desconocido completamente para la Vidente, le miraba con cautela. Parecía que el tiempo, no le había ayudando a mantenerse con un aspecto pulcro y presentable— No, no son mis estatuas y si lo fueran, créeme que no tendrías los pantalones para hablarme de ese modo—su voz era como un filo que se deslizaba por la piel de un enemigo. No le agradaba que un desconocido, le tratará de ese modo y al estar en terreno ajeno, prefería ser diplomática y no darle demasiada importancia a ese incidente—Podemos tomar una copa, ponernos al día o lo que te apetezca—ofrecía sin buscar imponer su voluntad. Al menos las cosas iban por buen camino, ya se iría revelando que era eso que les mantenía unido y que no estaba del todo claro ante los ojos del par de mortifagos.

@ Mael Blackfyre  @ Thomas E. Gryffindor

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

BwJfDFR.jpeg

Básicamente ya eres la mitad de una maldición

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Tienes razón en el punto de que no nos conocemos... pero ¡Hey! no me vengas a decir que ésta es tu casa; porque está más que claro que un Gryffindor no eres. No reconozco en ti ninguna característica física de mis padres, tíos o abuelos... incluso ni uno de mis hermanos pareciera que fueses- comenzó platicando el rubio, tratando de acercarse hasta los individuos a pasos sigilosos, pues no poseía dentro de sus pertenencias su varita; la misma que debía ir a retirar al Ministerio de Magia una vez que su salida de Azkabán se decretase formalmente dentro de la comunidad mágica londinense. -Mi nombre es Elros Frasier Gryffindor... hijo menor de Elvis y Annick McKinnon. Quizás suene algo confuso... pero tal vez escuchaste hablar de un "Thomas" perteneciente a este hogar que fue procesado en los altos tribunales y llevado a la cárcel por el delito de suplantación de identidad... entre otros agravantes- dijo con cierto pesar en sus palabras, recordando en su mente parte de lo vivenciado junto a los reos y los horribles momentos de humillación que tuvo que soportar ahí. -Pero bueno... en estos tres años deben haber ocurrido muchas cosas en esta casa... de las cuales no estoy enterado. Pero si te siembra la duda sobre mis intenciones aquí... no tienes de qué temer, el león y el lobo me conocen desde pequeño y saben que no soy una amenaza- prosiguió sonriendo.

-Desearías que conservara mis pantalones bien puestos... no quiero bajármelos para demostrarte qué tipo de sujeto soy, menos delante de dos desconocidos- respondió el mago con una pizca de picardía, obviamente sin querer ofender a la bruja que le hacía compañía al supuesto "dueño de casa" (no reconociéndola como su antigua jefa en el Departamento de Misterios). -¿Una copa? Pues... me vendría de maravillas. No sabes hace cuánto tiempo que mis labios no se mojan con un poco de alcohol. Pero creo que me sería de utilidad tomar un baño y comer un poco, o me emborracharé a los pocos minutos de la conversación... tengo mi estómago vacío y... huele delicioso ¿No crees?- hizo un gesto con la nariz al terminar su intervención, absorbiendo por sus fosas nasales parte del aroma que venía desde la cocina de la mansión, añorando de que de la cena se tratase. -Pero bien... quisiera saber joven... ¿Quién es usted? ¿Por qué dice que éste es su hogar? ¿Es algún familiar acaso?- preguntó, examinando al muchacho de pies a cabeza, tratando de poder vincularlo con alguien o, sencillamente, intentar leer su mente con dicha habilidad que tanto le había servido en Azkabán para evadir situaciones mucho más vergonzosas.

Editado por Thomas E. Gryffindor
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

De alguna manera Juv había escuchado cada una de las palabras de Mael pero eso era lo que me agradaba de la muchacha que aún asi, siendo totalmente yo, no se ofendía para nada. Como yo de ella. La muchacha a pesar de las amenazas y de las reacciones que había tenido para con ella, demostraba que las había dejado pasar y que aún se mantenía a mi lado. Fidelidad. Pocas personas lo hacían y eso era lo que tenía que rescatar y mantener. De a poco me había puesto al lado de la rubia Macnair mientras el joven se había decidido a explayarse.

Y se trataba ni más ni menos de otro de los Gryffindor. Relamí mis labios esperando que todo lo que estuviera diciendo fuera mentira pero claramente el Viejo Auror con la Leona Viuda no habían perdido ningún tiempo en dejar toda una estirpe en la familia, desparramos por todos los puntos de la tierra. La mansión Gryffindor al momento era solitaria y tranquila pero lo poco que había comentado mi madre, era una jauría de leones que jamás dejaban margen a que todo fuera tranquilo, al contrario. Al parecer la única persona que lograba mantener todo centrado, ya se encontraba en otro plano.

Mi nombre es Mael, hijo de Shelle Gryffindor. Hace ya unos meses que estoy aquí. Justo… —iba a contestarle que no le importaba y que podría dar la vuelta y regresar donde había estado todo ése tiempo, pero algo me decía que era lo incorrecto. Las estatuas habían hablado, no era un enemigo, al menos no mío. Ninguna había reaccionado ante su aparición—. Justo llegué al funeral del Viejo Auror —no me gustaba llamarlo abuelo. ¿Elvis había sido mi abuelo? Tenía algunas dudas y una pequeña voz me decía que el ex patriarca hasta sabía de mi llegada sin siquiera conocerlo—. Solo he escuchado que ese Thomas no estaba en su hogar. Como la mayoría de sus hijos, que lo dejaron solo —no pude evitar soltar las palabras que mi madre me había dicho. Era algo que me gustaba hacer recalcar a los familiares que se habían ido y que de manera indirecta (o directa) luego se atrevían a venir a reclamar—. Pero también es tu hogar. Asi que pasa, es tu casa.

Y lamentaba que el momento leve que habíamos tenido con Juv se hubiera entrecortado con la aparición de Elros Gryffindor, uno de los herederos legítimos de la familia, la cual lo había creido desaparecido. Mi guerra interna contra la familia iba a ser eterna y había entendido antes que no podía luchar contra ella, sino que todos eramos Gryffindor, de una u otra manera.

¿Vamos? No creo que te hagan mal algunas copas de mas. Luego podemos seguir nuestra charla pendiente, ¿No crees? —le pregunté a Juv esperando que esas palabras le sirvieran como disculpas. La rubia Macnair sabía que no era bueno expresando sentimientos.

@ Kahlan Macnair  @ Thomas E. Gryffindor

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.