- Mansión Luxure - (MM B: 110324)

[Malum Luxure]

Todo aquello era un descontrol, los magos intrusos tenían la ventaja pesar de la ayuda que tenia de parte de la personas que iban sumándose al asunto, en un momento de distracción pues mis hijas habían intervenido y mi intención era protegerlas pero me vi de cabeza y desprotegida sin mi varita que por el impulso se me había caído.

 

-Maldito...como osas hacerte pasar por mi!.- Grite con toda mi voz, estaba furiosa iba a quemarlo hasta dejarlo carbón.- Cuando baje de aquí hare que Cornelia te devore lentamente!.- Chille fuerte creando una bola de fuego en mi mano derecha.

 

Estaba ciega de ira pues no había medido que podía lastimar a mis niñas en el proceso de tratar a la falsa yo, mi ego me decía que a pesar de todo era una rescatable imitación pero no lo diría en voz alta, que querían de mi era lo que debía saber, quizá tomar mi lugar en forma permanente.

 

-Que pretenden con esto impostores?!.- Lance mi ataque contra la falsa Luxure.- Su plan no funcionara...nunca vas a comparar tu mediocre imitación con mi magnifica elegancia.- Sisee en un tono mordaz y agresivo.

 

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@todos

[taison logan greyback]

No llevaba ni cinco minutos de haber llegado el, a la mansión cuando atestiguó lo que parecía un ataque, disfrutaba bastante de los lugares llenos de acción.

 

Abriéndose paso lentamente hasta el interior de la mansión,llegó al sótano donde vio con claridad como su amiga tenía colgado a alguien y del otro lado del pasillo alcanzó a distinguir la figura de una chica.

 

-Que demonios esta pasando aquí? -se preguntó a sí mismo en vos baja, mientras se dirigía al lado de su amiga -parece que llegue justo para la acción - dijo sonriendole a la pelirroja -que esta pasando aquí? - dijo mirando a la pelirroja mientras señalaba a la criatura colgada en el techo.

 

@Mathew B. Triviani @@Lady Luxure Grindelwald

[Danny Lestrange]

¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que Danny pisara la mansión de su familia? No tenía idea, ni siquiera se le había ocurrido que tardaría tanto tiempo en volver, lo único en lo qur pensaba era en acomodar un poco las ideas dentro de su cabeza. Las ideas y las emociones, que ya de por sí eran un caos desde siempre. Había llegado el momento de volver, así que abre la reja y atraviesa el campo frontal para llegar a su hogar.

—Definitivamente no quiero a nadie reclamando.

Se dice a sí mismo sin dejar de caminar hasta la puerta, se detiene frente a ella y se queda inmóvil un momento. El joven mago estaba nervioso, no quería problemas y, aunque por lo regular no solía tenerlos en esa familia, el chico estaba preocupado. No se le notaba mucho, claro, pero aún así estaba lejos de mostrar una expresión impasible como solían hacer otros chicos de su edad. Tampoco su estilo de vestir había cambiado, seguía luciendo como un chico muggle citadino aunque quizá un tanto anticuado.

Aunque está de más repetir que a Danny eso no le importaba gran cosa, o de lo contrario ya habría modificado su forma de vestir. En fin, era el momento de abrir la puerta y así lo hace, en ese momento no mira a nadie y al ser sordo, tampoco podía darse cuenta de cualquier conversación que pudiera estarse llevando a cabo en la casa. No tenía intención de participar de ella a pesar de todo, así que rápidamente se dirige a la escalera con su mochila al hombro y sube rápidamente. En un minuto se encuentra frente a su habitación, la cual abre para entrar y cerrar de un portazo en cuestión de segundos.

Off:

Regresé

[Eterno Black Triviani]

Después de tiempo me la encontré otra vez, estaba igual como lo había dejado, tanto tiempo aún intacta... Uff que locura, y ahora que de nuevo habrá

 

Pensando al posar a cierta distancia su vista sobre tal construcción, no era mucho que la epifanía se había cumplido y esto a su parecer le resultaba demasiado confuso, con eso las dudas se le marcaron aún más, pero a esas ideas las dejó momentáneamente de lado y siguió con lo suyo. Caminó en aquella dirección acomodando su ropas buscando el camino más directo dónde la entrada de singular apariencia le daba la bienvenida, ya que ninguna servidumbre lo hacía, sacó de su bolsillo un pañuelo limpiando el picaporte mientras lo giraba abriendolo para así guardar el mismo a dónde vino, usando su mano para abrir empujando la puerta y así por ingresar.

 

La puerta rugió cuan chirrido vago dónde unos elfos vestidos de pies a cabeza pasaban sin prestarle la debía atención, asentuando lo que pensaba de darle demasiada libertad a esas alimañas, cerrándose detras de si la puerta a voluntad, aproximose seguidamente a cortos pasos dónde recordaba era el salón de reuniones pues escuchaba una voces muy cerca de ahí.

 

El Black Triviani con mucha cautela avanzó por entre los pasillos sin tocar nada o quizás esa fue su primera intención, quedándose a cierta distancia después de haber pasado por el arco central y quedarse viendo las fotos enmarcadas de los antiguos recientes de la propiedad Luxure, donde él se encontraba. Puso sus manos entrelazadas hacia atrás reposando una sobre la otra mientras observaba los trazos del óleo que aún pareciera estar húmedo. Estos le seguían con la mirada mientras sin más ni menos pensaba que de algún lado les había visto en algún momento.

[Malum Luxure]

La casa demasiado tranquila, parecía muerta pues no había magos en ella solo los elfos, la muerte de Demián habías arrastrado la alegra del hogar con su partida, la matriarca había decidido mudar la vivienda a Austria con su reciente toma y la soledad que le había dejado su pareja al desaparecer, sin embargo aún frecuentaba la casa de vez en cuando como un fantasma errante. Ese día era uno de esos donde había caminando por las habitaciones pero me había detenido en la de Alex...mi pequeño cachorrito había cumplido tres años hace poco, llevé mi mano a la baranda de su cuna y sonreí al pensar en lo rápido que se había adaptado a su nuevo hogar, sin duda tenía un encanto tan natural.

 

Istar se encontraba dando indicaciones a los otros elfos, pronto se realizaría esa elegante fiesta y la mansión debía estar impecable, la señora Alessandra había dado órdenes también sobre los gustos de su melliza y los de su invitados, pronto se repartirían las invitaciones a lo que se esperaba fuera un evento inolvidable para muchas personas. Nunca espero encontrarse de frente con @@Eterno Black Triviani sabia de sobra que al mago no le agradaban los elfos y por eso su ama la había mantenido a distancia, siempre había agradecido el trato amable de la Luxure con ella desde que la nombró como su ayudante personal, su servicio era incondicional en todos los sentidos...sus ojos verdes como pelota de tenis se posaron en el hombre quien miraba un cuadro en la pared.

 

-Bienvenido sea amo Black Triviani-. No sabía si podía llamarlo por su nombre así que prefirió tratarlo con el mayor respeto posible. -Que puedo hacer por usted?-.Pregunto curiosa pues su ama no le había avisado que esperaba a alguien.

 

Arriba una pensativa Lady no había notado que su pareja había regresado, quizá por que él podía manejarse en la casa sin problema alguno, como si también fuera amo y señor de todo en aquella mansión, el aire permanecía tranquilo a su alrededor ya que en aquel cuarto siempre había encontrado la paz a sus malos momentos.

 

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[Veronica Prince Rambaldi]

El tiempo había volado desde Navidad y el intento de secuestro de mi madre. Tanto era así que me sorprendía que hubiera pasado la Gala de San Valentín, mi madre había acudido con mi tío. El Quidditch había sido un evento que había disfrutado secretamente desde las gradas y la visita a los distintos Templos no me había llamado para nada la atención. Había sabido de una cacería pero vamos, ¿qué clase de evento era ese para enamorados y amigos?

 

Mi estadía en el departamento que alquilaba en Londres se había prolongado. El no tener más noticias de mi amigo James me tenía preocupada, por más que observaba el espejo comunicador su rostro no volvía a aparecer. Por ello tome la iniciativa final, quizás mi madre pudiera obtener noticias de él con sus contactos en Alemania.

 

Tomé mi capa de viaje, cerré las ventanas de mi hogar y decidí utilizar la aparición, nadie me vería desaparecer de mi cuarto y cualquier vecino creería que no nos habíamos cruzado al marcharme. Cuando me aparecí frente a la Mansión Lúxure observé su fachada con un suspiro, el viento arremolinó mis cabellos y la capa contra el vestido negro que me había puesto, menos mal que con botas altas porque la primavera todavía no quería dar muestras de que llegaría en el día de mañana.

 

Atravesé el jardín central hacia la puerta de roble que daba ingreso a mi hogar familiar y no pude evitar recordar que allí había conocido a mi tío Danny. Mi ojimiel mirada se dirigió hacia el lugar en que lo había visto por primera vez, claro que sería extraño encontrarlo de nuevo en dicho espacio, como un deja vú. Me reí de mi misma por lo infantil de mi gesto y apresuré los pasos envolviéndome en la capa. Tenía ganas de un chocolate caliente, esperaba que algún elfo me lo preparara, ya que aún no conocía tan bien el lugar.

[Eterno Black Triviani]

Internamente reia observando la imagen que estaba cerca a mi sin lograr contener mi gesto, en mi rostro marco un breve sonrisa hasta que escucho una vocecita sin prestar mucha atención a lo que decía, con mis manos aún en la espalda se movían mientras sujetaba a Cinthya golpeando levemente la palma, siguió caminando en ese lugar sabiendo que por ese olor que un elfo estaba cerca, aceleró el paso para percatarse que no estaba solo.

 

Se dió la vuelta y unos ojos redondos le miraban fijamente, su cuerpo se escarapeló al verla, sin mucho interés dejo de mirarla, escucha lo que le decía.

 

- Tu ama ? Vine a verla, dile que le estoy buscando... -

Nota que está no se movía del lugar, se saca el saco que llevaba puesto buscando seguidamente dónde dejarlo, lo piensa dos veces si entregarlo para que lo guarden, mientras la observa de pies a cabeza, chasquea los dedos para que desaparezca de sus dedos.

 

Uno de los muebles se mueven velozmente colocándose en un lugar donde el Black Triviani se sienta y espera, cruza la pierna y una revista de su interés va a su mano cuando su varita a la vez desaparece.

La elfina le seguía observando.

 

- Tráeme la botella de su mejor vino y algo que comer, apura que no tengo tanto tiempo. -

 

Mueve la mano usando su muñeca de la misma varias veces para que está se vaya y se retire a algún lado sin mirarla.

Un olor agradable a flores impregna el aire, un aroma poco conocido para él cuando ve venir a una jovencita quien parecía @Veronica Price Rambaldi un jovencita de buena familia, aunque tenía un olor conocido una mezcla de olores, este se levanta y le saluda con un ademán elegante.

 

- Buenas tardes señorita, un gusto conocerle, bienvenida a esta honorable mansión... Me resulta conocida, quizás no hemos visto antes? Me resulta conocida. -

 

Le invita a sentarse cerca del mismo indicando el asiento más cercano. Sonríe mentras le ve avanzar, aun el continuaba en pie con intención de sentarse luego de ella.

[Veronica Prince Rambaldi]

La puerta cedió ante mi primer intento, parecía que mi madre había dejado instrucciones para que pudiera ingresar al hogar. Eso era bueno, aunque yo fuera una desaparecida total. Seguí con la mirada un movimiento hacia la cocina y dio un suave silbido, poco femenino pero aprendido de mi compañero de departamento.

 

—¿Puedes traerme una taza de chocolate caliente y unas masas por favor? —dije a la elfina que se alejaba hacia la cocina y me respondió con un gesto asustado asintiendo.

 

¿Qué le ocurría? Me pregunté y encogí mis hombros cuando el sonido de una voz llegó hasta mis oídos haciéndome girar hacia la sala cercana de dónde provenía. Me detuve en la entrada de la misma observándole con curiosidad. Se trataba de un hombre algo mayor y elegante, sonreí y negué, aunque últimamente había conocido a mucha gente nueva y como reportera me había cruzado con más gente de la que recordaba, no hubiera olvidado su porte.

 

—Buenas tardes caballero, igualmente y muchas gracias. Aunque no niego me sorprende, no recuerdo que tuviéramos la suerte de cruzarnos y solo estoy aquí por mi madre, hace algunos días no sé nada de ella, bueno —hice una pausa pensativa —a decir verdad fui yo la que me alejé luego de la fiesta de navidad, en un intento de recuperar mi trabajo —mencioné, para luego darme cuenta de un pequeño detalle que se me había escapado.

 

Di unos pasos hacia él, sin quitarme aún el abrigo, guardé mis guantes en el bolsillo y extendí mi mano hacia el desconocido.

 

—Verónica Prince Rambaldi, hija de Lady.

 

Interiormente pensaba: o más bien de su sangre demoníaca, ese es el puente que nos unía, nuestros demonios interiores eran madre e hija, por eso nosotras lo éramos también, aunque no lográbamos terminar de unir nuestras vidas por la misma senda.

 

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off: Hola @@Eterno Black Triviani perdón, con todo éste lío no pasé a leer y te has comido una n en mi apellido así que no me había llegado tu mención. Un gusto ^^

Editado 26 de Marzo del 2021 por Veronica Prince Rambaldi

[Danny Lestrange]

Había pasado algo de tiempo desde que el chico terminaba encerrado, no sabía si habían sido horas o un día entero ya que lo único que hacía era mirar el movimiento de las ramas de los árboles a través de la ventana abierta. No notaba nada más no tenía deseos de salir a ninguna parte, la muerte de su tío había cambiado totalmente el ánimo del muchacho.

¿Habría más personas en la mansión? Danny no podía darse cuenta debido a su incapacidad auditiva, tampoco se había fijado en el terreno para notar que en efecto, había varias personas después de que él se colara como lo había hecho. Pero el joven mago se sentía tan vacío que no deseaba encontrarse con nadie, hasta que de pronto descubre un movimiento inusual en una de las ramas del árbol que tenía más cerca.

—¿Qué fue... ¡Bram!

Se levanta bruscamente del marco de la ventana en el que estaba sentado al ver a su gato blanco trepado en una rama tambaleante. Danny sabía que las ramas eran resistentes, pero... ¿Que pasaría si el gato caía y se hacía daño? Era obvio que el felino tenía posibilidades, al menos más que las que tendría él de hacer lo mismo pero eso no lo detiene. En menos de un minuto el joven estaba escapando por la ventana y da un salto a la rama más cerca que tenía.

—¡Ven aquí!

Grita. Danny había olvidado que él podía hacer ruidos molestos o muy fuertes para el resto de las personas, y que debía tener cuidado por esa razón. Sin embargo en esta ocasión no le pasa por la cabeza. El chico seguía gritando lo más fuerte que podía mientras se deslizaba con cuidado y temor por una de las ramas. Afortunadamente había llegado su varita mágica por si acaso.

—¡Es peligroso! ¡Baja!

Sigue con su escándalo.

[Agatha Andrómeda Abbott]

- La soledad aislaba la familiaridad de la Mansión, pero también resaltaba su elegancia. Los muebles, los frágiles detalles de su tallado, el brillo de la madera pulida, el aroma de la limpieza, todo mostraba riqueza y a la vez una cierta excentricidad excesivamente adorable. No obstante, en medio de aquel amplio espacio, solo el movimiento de los elfos se podía vislumbrar como el único signo de vida, pues el resto de los habitantes de la Mansión, se encontraban precariamente recluídos en sus habitaciones.

La sombra de la desgracia se cernía en sus rincones, semi oculta entre las hojas de algunos maceteros con flores. No obstante, de todos los que estaban por allí, la única que podía verse recorriendo los estantes de la biblioteca, buscando o tomando libros, era una alta dama de cabellos largos de un verde jade precioso, ataviada con un elegante vestido negro con cintura entallada, amplia falda de lirio con retocados de dobleces discretos a un lado que llegaban hasta el suelo, cubriendo discretamente los ligeros zapatos. Manga larga que se abría en una hermosa flor perezosa, dejando entrever la pálida piel de la muñeca, un escote coqueto pero a la vez respetuoso que resaltaba la esponjosidad virginal de sus pechos.

 

Una flor en toda su elegancia, cuyas facciones conservaban el aire infantil de su inocencia, pero con la madurez propia de su edad. Las pestañas se batían en ocasiones cuando encontraba algo que le agradaba o le asombraba. Los labios de durazno, brillosos, rellenos, juveniles, esbozaban una tímida sonrisa ante los títulos. Se detenía, cogía un libro, lo leía y sonreía a la luz del atardecer, luego lo devolvía a su estante y continuaba dulcemente con otro de los recorridos. Un collar delgado, discreto, femenino, que ostentaba un dije fino de una mariposa, envuelta por una serpiente, reposaba en la suave depresión oblicua de su cuello.

 

Leía un pequeño libro de poesía, cuando uno de los elfos entró despacio a la estancia y bajó un poco su cabeza. No se inclinaba del todo, pues ella explícitamente le había pedido que no lo hiciera. Hacía tiempo le concedió cierta confianza y en toda la familia, ese elfo le tenía cierta preferencia.

 

- Joven ama, su padre acaba de llegar a casa. - Ante la mención de su padre, la doncella abandonó su lectura para prestarle atención. Las suaves pestañas aletearon de curiosidad y suavizaron la mirada después. Una pequeña sonrisa apareció en los gajos virginales de la dama. - ¿El está aquí? - El elfo asintió con una amable sonrisa. Era un poco viejo, pero sabía cuanto amor le tenía la niña a su progenitor. No en balde, la había cuidado desde muy infanta y era su celoso auto proclamado protector.

 

- Gracias por decírmelo. Voy de inmediato. - La doncella devolvió el libro al estante con cuidado y se dirigió a la puerta, en busca de su padre a quien hace mucho tiempo no veía.

Recorrió los pasillos, hasta llegar a su ubicación. Caminaba apresurada, ansiosa de poder recibirlo y darle un abrazo. Lo encontró cerca del salón de reuniones, justo en el saloncillo de invitados, cómodamente sentado en aquella butaca que siempre ocupaba y leyendo. No, no era el único, también avistó a su hermana Verónica, quien parecía un poco sorprendida de verlo. Le causó un poco de gracia y ternura la escena, acercándose con firmeza, el sonido de los tacones apenas escuchándose en las baldosas oscuras.

- ¡Papá! Bienvenido a casa ¡Me da tanto gusto verte! - Ya no era la pequeña niña traviesa que recorría los pasillos, jugando a las escondidas, inentando atrapar a los elfos o jugando en el patio con los dragones. Ahora era toda una dama a pesar de sus cortos 18 años, pero ya se comportaba y mostraba con orgullo la educación recibida en Hogwarts. No obstante, en su sonrisa había aún cierta picardía y su mirada risueña enamoraba a quienes le veían.

Apenas llegó a su lado, no se privó de rodear el sofá y abrazarle por detrás, dándole un suave beso en la mejilla derecha. Le observaba alegre y lo abrazaba con un poco de fuerza sin ser salvaje. Miró a su hermanita sonriente. - ¡Ven tu también hermanita! Papá por fin está en casa ¿No es eso maravilloso? - Su mirada volvió a su padre. Sabía que podía interrumpirle siempre y cuando no fueran negocios. Sonrió dulcemente y le soltó para colocarse a su lado, mirándole atenta. - Me alegra tanto que volvieses papa. ¿Cómo te ha ido? Has estado mucho tiempo ausente de casa. - Sus manos rodeaban ahora con suavidad el brazo de su padre por encima de la tela. - Te cuento que me he graduado con excelentes notas en Hogwarts y he aprendido bien las lecciones, como te lo prometí. Mis profesores están contentos con mi desempeño. Aunque mama no me deja aún tener mi propio hipogrifo ¿Puedes creerlo? - Soltó una dulce y cristalina risita discreta, semejante al tintineo de cascabeles de cristal.

@@Lady Luxure Grindelwald @@Veronica Prince Rambaldi @@Eterno Black Triviani

Editado 27 de Marzo del 2021 por Agatha Andrómeda Abbott