Ottery Fitness (MM B: 111388)

[That is not my name]

Así que la Warlock quería jugar con fuego. Noté de inmediato el aura del fénix crearse en el ambiente para bajar nuestros poderes de nivel, una estrategia bastante bien utilizada por la Warlock y que debería de cerrar de inmediato al comenzar a conjurar en el ambiente un conjunto de estrellas fugaces con blanco resplandor, una vez que inundaran el cielo razo mis queridos compañeros y yo tendríamos más poder del actual eliminando el conjuro que había lanzado Sagitas con el aura del poder.

 

Sentí las arenas del hechicero afectar mi vista de inmediato por lo que tenia que ser muy cuidadoso con lo que estaba a punto de realizar en esos momentos y, mientras eso ocurría, dejé que mis dos fuegos negros en su nivel tres atacaran de una vez a la bruja mientras caía en la confusión de Zack y que no tuviera modo de evitarlas... me hubiera gustado confundirla un momento más, pero los conjuros que ahora tenía me limitaban un poco. en ese momento mi viuda negra salió detrás de Sagis, aprovechando su confusión y le inyectó su veneno.

 

Con un simple cantar del eleboro curé mi visión e hice a mi compañero Zack inmune también a los ataques contra nuestros sentidos, de esta forma podríamos asegurarnos que nada más entorpecería nuestro camino. Ahora, ¿cómo debía de proceder correctamente ante mi hermana? Mi querida hermana... Suspiré mientras dejaba que un séneca verbal golpeara a la payasa, debía de controlar los ánimos de la bruja resecándole la garganta de inmediato.

[Sagitas E. Potter Blue]

¿Alguien se reía? Había un deje conocido en aquella risotada pero no podía decir qué era lo que me sonaba. Al fin y al cabo, estaba algo aturdida aún por un miedo y unos escalofríos extraños que me impedían pensar con claridad. Dejé pasar eso y me concentré en... ¿Caballos de fuego? ¿Pero qué...? Supongo que era algo imposible de parar por mi aturdimiento provocado y por la velocidad del hechizo. Así que sentí las quemaduras de manera inmediata. Aquello era un dolor atroz que, en contra de lo que suponía, obligó a mi mente a pensar en curarme. Así, pensé en un hechizo no verbal, ya no que no me sentía capaz de hablar, y pronuncié mentalmente una Curación que, equivalente a un Episkey, sanaría mis heridas ocasionada por... ¿tal vez un Fuego maldito?

 

Aquellos mortios iban a por todas.

 

-- ¡Deteneos! -- me atreví a decir, inútilmente, seguro, por segunda vez en lo que iba de velada. Me duró poco porque sentí el efecto claro de un Confundus. Me molestó bastante que un hechizo tan simple pudiera afectarme, pero teniendo encima varios ataques que habían mermado mi capacidad de reacción, era obvio que no lo había visto llegar. No sé cuanto tiempo estuve otra vez con la mente en otro sitio pero en cuanto volví a mí, supe que el mortífago nuevo, el de los lindos caballitos de fuego (lo sé, me encantan las criaturas aunque sean mortales) en el que no supe reconocer a mi compañero Warlock Zack, no me iba a dar respiro.

 

Así que intenté actuar deprisa y pronuncié un hechizo protector que me salvara de lo que venía.

 

-- Kansho -- invoqué la daga que me proporcionaría un poco de ayuda en aquella situación tan anómala. Al menos, al haber invocado la daga en silencio tenía la posibilidad de contrarrestar un hechizo, el cual sería detenido por la daga y devuelto a su remitente. Seguro que aquel mortífago disfrutaría viendo que lo que me había enviado se le volvía en contra. Como ni el hechizo curativo ni la daga consumían ningún hechizo y sólo había perdido una oportunidad por el Confundus, intenté una defensa para mí, a ver si lograba sacar algo de ventaja en este ataque: -- Cantar de Eleboro.

 

Musité el efecto y me pareció sentir la vibración musical en mi varita que me protegería de cualquier ataque contra la vista que pudieran lanzarme. Necesitaba estar atenta a sus movimientos y no podía permitir que me anularan la vista. Además, conseguí restituir totalmente la pérdida de los sentidos que me habían afectado aunque... ¿no sería que se acababa el efecto de aquellos tembleques y miedos originador por el primer ataque del otro mortífago?

[Zack Ivashkov]

-Uh, gracias- dijo a Ishaya en cuanto impuso su aura de poder por encima de la invocada por Sagitas. Esta última desapareció y gracias a la nueva los dos Mortífagos tenían poderes superiores. Que lamentablemente no iban a aprovechar. Los siguientes movimientos del Nigromante fueron letales para la bruja que, ignorándolos, sucumbió ante la Marca Tenebrosa. ¡Qué novedad!

 

En cuanto los caballos de fuego impactaron ella intentó curarse, claro que luego de caer en una confusión provocada por Zack y luego por el impacto de dos fuegos negros de más alto nivel no fue mucho lo que pudo hacer. Se le vio intentando realizar algún otro hechizo, pero con su mente divagando todo quedaba en una película personal. Solo cosas que ella podía imaginar y no materializar.

 

El Ángel Caído le miró con pena viendo cómo caía al suelo siendo consumida por las llamas del fuego negro y el cinaede. Y sin ánimos de seguir con la faena tomó de la mano a Arya y la dirigió hacia la salida. No sin antes pasar por Ishaya y también llevarlo del brazo. Los tres Mortífagos abandonaron la estancia llegando al callejón Diagón y luego desvaneciendo sus cuerpos tras un estallido ensordecedor.

 

No había mucho qué rescatar de aquél encuentro. Habían ido por una, regresaron por otra, y una tercera se ofreció como voluntaria de la masacre. Para estar en huelga se habían salido con la suya.

 

Off:

 

Recuerdo que Fiamma está muerta desde el asalto anterior a este.

 

Ahora muere Bel y Sagitas. Quienes por reglas ajenas a la huelga, exclusivas del juego de que forman parte, tampoco pueden rolear en ningún lugar público hasta curarse en su centro.

 

Bel, hablamos cuando te digan la verdad de lo que pasa allá adentro. Y perdón por malinterpretar el rol u.ú pero creí que era embarazo xD. Se te quiso.

[Fiamma Phoenix]

Ahí seguía ella, esperando que alguien llegara para no aburrirse, esperando a que los que andaban en los tours regresaran. Por un lado estaban @@Leandro Malfoy @ @ y @@Brendon Ravenclaw, en otra parte del gimnasio estaba @@Valeskya Granger con otros clientes.

 

El negocio tenía poco pero se estaba convirtiendo en un lugar popular. Fiamma esperaba que no fuera solo un lugar de moda, de esos que se llenan al prinicipio pero después ya nadie recuerda. Y es que aunque la mayoría de los habitantes de Ottery estaban en forma, su mayor atractivo sería el dojo donde se podrían practicar las artes marciales. El hecho de que los mortífagos estuvieran desaparecidos, no significaba que no podrían volver en algún momento.

 

De repente, un intenso olor a azufre inundó su olfato. Empezó a buscar el origen de aquel desagradable aroma y fue así como llegó a la caldera del sauna. Una de las tuberías estaba fracturada y un líquido de color café se derramaba lentamente.

 

-Genial, ahora debo de buscar quien lo repare, yo de eso no se nada.

 

Entonces colocó un letrero que decía FUERA DE SERVICIO, apagó las luces y cerró con llave la puerta para que nadie hiciera uso de las instalaciones del sauna en lo que encontraban la solución del problema.

 

Apuntó su varita hacia el techo y conjuró un hechizo que desprendió una ligera brisa de la punta de su varita Faith, dejando a su paso hacia la recepción un suave aroma a lavanda. Caminó a paso lento para que el efecto fuera aún mayor y los visitantes y clientes no percibieran el olor azufrado.

 

-Un poco de desinfectante y de insecticida tampoco nos caería nada mal, pero eso que lo haga Joaquín, ya no debe tardar en pasarse por aquí.

[Sophie Elizabeth Granger]

No podia decir que Bel no tuviese razon una vez que la hubo escuchado, habia conocido a los Triviani y sus problemas mentales saltaban a la vista. Pero aquello no aplicaba para los Malfoy, ella habia conocido a varios y salvo algunos problemas de prepotencia no habia detectado nada mal en ellos.

 

- los Triviani son cosa seria y los Gaunt, harina del mismo costal, no se si estos ultimos aun vivan en el pueblo. - dijo dandole la razon a la Evans.

 

Mientras la joven hablaba sobre la estetica artificial para lucir hermoso, la rubia sintio un zumbido extraño a su alrededor, como si un monton de mosquitos se hubiesen metido a su megocio y estuviese dispuesto a atacarlos. Aquello era raro, estaba segura que habia puesto un hechizo en todo el lugar para no tener problemas con las plagas, tendria que revisar en cuanto sus acompañantes se fuesen a hacer ejercicio o de regreso a sus casas. No podia darse el lujo de recien abiertos ya tener esa clase de cosas. Su atencion regreso de nuevo a la pequeña charla a la vez que miro a Leandro y dudo mucho que ese chico tuviese nada falso o artificial.

 

- Pero bueno, eso es lo que tu y yo pensamos pero ustedes chicosm, sobre todo tu Leandro, acaso la belleza Malfoy es comprada o lo traes en los genes, te apuesto un mes gratis a que son todos naturales, Bel - finalizo, dandole cierta emocion al asunto.

 

De repente de reojo alcanzo a ver Fiamma, lo mismo que Bel que parecia conocerla de hace muchos años, le hizo una seña a su prima para que se acercara y esperaba que la hubiese visto, si no ya la saludarian de salida

 

- de hecho,el negocio es de casi todos los Granger, es negocio familiar, asi que si, Fiamma tambien va a atender

 

 

@ @Leandro Malfoy @Zahil Aranel Granger @Brendon Ravenclaw @Fiamma Phoenix Diggory

[Rory Despard]

¿Gaunts? No había conocido a más miembros de la familia excepto Anne y Mery Gaunt, y ambas y no parecían a primera vista personas dementes. Pero las conocía poco, y en realidad, con lo hipócritas que podía ser gran parte de los habitantes de Ottery, lo que me hubieran mostrado de ellas bien podía ser solo una bonita fachada.

El intercambio con Zahil estaba resultando interesante, aun cuando parecía que nuestras conversaciones sobre la industria de cosméticos mágicos habían desalentado la participación de los muchachos presentes. Ella, mostrando cada vez de mejor manera sus dotes de anfitriona, no había tardado en encontrar una forma de darle la vuelta al asunto, haciéndole una pregunta bastante interesantes a Leandro y Brendon, aun cuando se centrara más en el primero dado que al ser un Malfoy, quizá podía tener más información del tema que habíamos hablado.

— Bueno, quizá es que nunca he sido muy partidaria de esta idea de que el nacimiento decida todo para ti. Quiero decir, creo que lo más trascendental para nuestras vidas pocas veces está en los genes, y más está en la actitud y decisiones que tomemos.

Recordaba que una dualidad similar se me había presentado muchos años atrás durante mi clase de Bando y Perfil. Esa vieja discusión de naturaleza vs sociedad, y cual era la que influía de forma "definitiva" en las personas. Pero no estaba muy segura de mencionar aquello en medio de un gimnasio. Fiamma no parecía habernos notado, pero Zahil no tardó en comentar algo que me hizo olvidar todo lo demás.

— Aparte de las tres, Fiamma, Valeskya y tu quiero decir, no conozco a ningún Granger. Aunque la verdad es que tampoco soy la persona más sociable de Ottery- llevándome la mano al mentón intenté hacer memoria de alguien más sin conseguirlo- ¿son mucho más miembros?

@@Leandro Malfoy @ @@Brendon Ravenclaw @

[Valeskya Granger]

Parecía que había pasado mucho tiempo desde que habían abierto el negocio (?), todo parecía ir mejor de lo que esperaba. La última vez había atendido a un par de clientes que parecían interesados en ponerse en forma; la bruja solo recordaba que después de eso, le había parecido escuchar un alboroto proveniente de algún lado y de repente… todo había vuelto a estar en calma, tanto que ya no veía a nadie por ningún lado: ni a clientes ni a alguien de la familia. ”¿A dónde fueron todos?”, pensó la joven, mientras caminaba desde el área de aparatos, hacia la recepción.

- ¡Breena! – Exclamó Valeskya, llamando a su elfina; solo un instante transcurrió y pudo escucharse un chasquido. - ¿Has visto a Zahil? ¿O a Fiamma? ¿Joaquín al menos se ha aparecido por aquí? – Preguntó.

- Las señoritas Zahil y Fiamma están en el área de piscinas, con unos visitantes. – Dijo con seguridad la pequeña elfina. - ¿Tiene pensado alcanzarlas? – Preguntó de forma curiosa.

- No lo creo Breena, prefiero estar en la recepción un rato, tengo algunas cosas en qué pensar… Revisa por favor que todo esté en orden y cualquier cosa importante, avísame.- Dijo distraídamente la pelinegra, mientras veía a su elfina hacer una pequeña reverencia y retirarse.

En realidad no tenía muchas ganas de convivir con muchas personas, no se le daba muy bien el socializar con gente que no fuera de su familia. Era reservada, al menos hasta que tomaba la confianza suficiente como para mostrarse con total naturalidad; caminó hasta la entrada y se puso a revisar unos papeles que Zahil había dejado tirados por ahí (?), sacó una pluma y comenzó a escribir cosas sin sentido aparente: estaba sacando cuentas, para ver cuánto tenían que trabajar todos ellos para tener el dinero suficiente en su bóveda y así poder recuperar un poco de lo que habían perdido misteriosamente (?)

- Baby, I’m dancing in the dark, with you between in my arms…- Comenzó a cantar la ojivioleta, sabiendo que estaba sola. Era una canción que le gustaba mucho, la había escuchado en uno de sus últimos viajes.

En ese momento dejó de escribir y comenzó a acomodar rápidamente todo; tenía que distraerse en algo o pronto llegaría esa nostalgia que tanto odiaba. ”¡Es cierto! Falta algo en este lugar”, dijo la Granger para sus adentros, al tiempo que sacaba su varita y la agitaba.

- Sonorus – Pronunció, al tiempo de que se cercioraba que su voz podía escucharse por todo el local. - Ottery Fitness les da la más cordial bienvenida y a todos nuestros visitantes queremos decirles que los queremos mucho (?) – Se notaba que estaba aburrida, pero después de eso, dirigió sus pasos hacia el área de aparatos, quizás un poco de ejercicio no le vendría mal.

[Sophie Elizabeth Granger]

Eran una familia numerosa pero desapegada, apenas hacia poco que sus primas habían regresado de su vida por el mundo muggle y habían decidido hacerse de muchos galeones, poniendo varios negocios, y todos parecian ir viento en popa. Se quedo pensando en que nunca los habia contado.

 

 

- veamos, somos 4 matriarcas, mas Fiamma, Apolo, Joacco, dos primos que van llegando, mis dos hijos, el hijo de Joaco, una visita ( ), somos un poco mas de quince, pero los que manejamos el gym solo somos 5

 

- bueno señores, no les aburro mas con mi platica, pueden usar las instalaciones desde ya, y cualquier cosa, siempre hay un Granger en recepción - y como si su prima le adivinara el pensamiento, decidió darle los buenos días a los socios. Aquello la hizo sonreir mientras sus acompañantes comenzaban a desperdigarse por el lugar.

 

La rubia se sentó frente al agua y observo su figura en el reflejo, gracias a su antigüedad ya había logrado romper esa barrera mágica, por lo que el agua le devolvió la imagen de una criatura extremadamente blanca, con ojos de una extraña tonalidad azul, que le daban un aspecto de frialdad y un cabello bicolor con mechones en rojo y rubio.

 

- Basta ya de admirar mi belleza - dijo bromeando consigo misma y se levanto para dirigirse a los cambiadores, desde que supo que pondrian aquel local se aseguro de tener siempre a la mano un equipo para nadar, por lo que podia lanzarse al agua siempre que quisiera, le gustaba mucho nadar y el hecho de ser una vampira le permitia hacer muchas cosas bajo el agua. Se quito la ropa deportiva y se coloco un bañador de una pieza en color negro con vistas rojas, una gorra a juego y una vez que estuvo lista, se lanzo al agua de un clavado.

 

Sentir el agua a su alrededor mientras se tomaba su tiempo para cruzar la piscina de lado a lado, la relajaban sobre manera, ademas de que usaba su velocidad humana para disfrutar mejor el momento. Despues de dar varias vueltas, se recargo en una orilla dejando su cuerpo adentro y dejando solo la cabeza y los brazos sobre la orilla y se quedo así disfrutando el agua

 

 

 

 

@

[Valeskya Granger]

Se encaminaba al área de aparatos, cuando una nota apareció de la nada prácticamente: ”El sauna ya está arreglado”, repitió la joven sin mover los labios siquiera; su elfina con ayuda de quién sabe quién, habían reparado una parte que la bruja no tenía ni idea que se encontrara fuera de servicio; hizo memoria y quizás el ruido que había escuchado varios minutos atrás, pudo ser por esa causa. Desconocía que los mortífagos hubieran estado allí y a decir verdad poco le hubiera importado, mientras no hubieran hecho más desastres; suspiró y en lugar de irse al área de aparatos para hacer ejercicio, se fue a supervisar el trabajo que la elfina había hecho.

 

Caminó hacia el sauna y vio que todo parecía en estado tan natural como se había inaugurado, incluso la ojivioleta se preguntó si no había sido una broma, pero conocía bien a su elfina: siempre amable, aguantando sus cambios de humor, atenta y servicial. ”¿Y si pruebo las propiedades del baño sauna?”, se quedó pensativa, pero finalmente decidió que sería mejor acudir a otra parte del local y que desde el inicio había dicho de probar: los masajes. Al llegar a aquella parte del negocio, un suave aroma floral inundó sus sentidos y una música lenta y tranquila que invitaban a cualquiera a probar el jacuzzi antes de cualquier masaje.

 

- Pues no hay nadie…- Exclamó, viendo para todos lados. Era su oportunidad perfecta para distraerse un poco.

 

Sacó su varita y apuntando hacia ella, la movió con suavidad: su ropa deportiva había desaparecido, y en su lugar había un traje de baño de dos piezas en color negro. Con otro movimiento, hizo aparecer un par de toallas junto con otros accesorios; al tiempo que el agua comenzaba a llenar el jacuzzi. Valeskya se acercó lo suficiente y con su varita removió el líquido para que las sales que había hecho aparecer, se mezclaran, dando una tonalidad azul con leves destellos brillantes. Hizo aparecer unas velas y dar un ambiente relajado.

 

Cuidadosamente se metió como pudo, mientras su piel tocaba la tibieza del agua; ”qué bien se siente”, pensó la pelinegra al tiempo que se acomodaba. El agua burbujeaba alegremente, la música estaba allí y no pudo hacer nada más que recostarse un poco al tiempo que cerraba los ojos. Parecía que había pasado muy poco tiempo entre su llegada y su estancia en Ottery Fitness, suponía que estaría por un tiempo y ahora no quería irse, se sentía contenta y completa, como hacía mucho tiempo que lo vivía así.

 

- Breena…– Exclamó con los ojos aun cerrados. Su elfina tenía un buen rato que estaba ahí, acomodando algunas cosas. - ¿Puedes traerme por favor una botella champagne y una copa por favor? – Nada mejor que eso, sin duda.

 

La gente del callejón pasaba sin darse cuenta que, si se tomaban solo un par de minutos para explorar el negocio Granger, podrían enamorarse y no querrían salir nunca más de ahí (?). La recepción estaba sola, ella no debería estar ahí disfrutando los servicios como un cliente más, pero confiaba en la atención de los elfos para atender a los futuros visitantes o, en el peor de los casos, dejar la tibieza de aquel jacuzzi y salir a atenderlos.

 

- Gracias Breena… - Dijo de forma desganada a la elfina, mientras escuchaba cómo destapaba la botella y servía aquella copa. Abrió los ojos y sonrió, al tiempo que bebía un trago…

[David Augustus Lestrange]

Antaño una de las cosas que más le gustaba hacer en el mundo mágico era precisamente lo que se encontraba haciendo en ese momento, pasear por el Callejón Diagon. Era uno de los lugares que más le gustaba del mundo, nunca se aburría de caminar por allí. Parecía que cada día había un negocio nuevo, porque siempre veía algún negocio o tienda que no había visto en la ocasión anterior. Eso era precisamente lo que más le gustaba, no saber con qué se encontraría ese día.

 

Paseaba de manera lenta con una túnica oscura. Avanzaba con las manos en los bolsillos mirando a izquierda y a derecha, intentando no tropezar con nadie porque en esos momentos lo que menos le apetecía era tener una disputa. No sería la primera vez que hechiza a una persona con la que había tropezado, pero siempre intentaba hacerlo cuando no hay nadie cerca, sería algo muy arriesgado atacar a una persona con muchos testigos que pudieran incriminarlo.

 

Estaba pensando en sus cosas, en su futuro, en sus planes para los próximos días y meses. Ahora que tenía la Marca Tenebrosa grabada en su antebrazo izquierdo comenzaba una nueva vida para él, había elegido su camino de una vez por todas y estaba entrando en una etapa de su vida, una etapa que seguramente le depararía muchas sorpresas. Estaba impaciente por demostrar su valía y demostrar que se había ganado el derecho de tener esa marca.

 

De pronto una voz le llegó a los oídos. Era una voz desconocida, parecía ser una especie de anuncio publicitario. Salía de un negocio llamado "Ottery Fitness". ¿Habían abierto un negocio dedicado al deporte? ¿Al cuidado del cuerpo? Eso le gustaba, intentaba siempre mantenerse en forma, es cierto que no estaba al mismo nivel físico que cuando jugaba al quidditch pero se podía decir que estaba en forma. De todas formas quería volver al mismo nivel al que estaba cuando jugaba y por ese motivo no dudó en acercarse al negocio.

 

Abrió la puerta al entrar y se acercó a lo que parecía ser la recepción esperando ser atendido más pronto que tarde.

 

—¿Hola?