La Marca Tenebrosa ~ Mansión Riddle ~

[Joa Macnair Crowley]

Si era sincera, por más confianza que reflejase, no tenía idea de a dónde debía dirigirse o qué hacer. Su primer pensamiento había sido dirigirse al jardín, sin embargo, comenzaba a preguntarse si no sería mejor intentar ubicar a algún miembro de su familia antes del inicio del evento, sino qué otra cosa podría hacer. Nunca había asistido a una boda siendo familiar de la novia ―aunque tampoco del novio― y no tenía mucha idea de si debía sentarse en una mesa específica o si daba igual que se sentase lejos de la multitud; además, considerando su ausencia, ni siquiera estaba segura de tener un lugar allí

 

Estaba considerando seriamente el marcharse del lugar y reencontrarse con su familia en una ocasión con menor importancia cuando finalmente reconoció entre los invitados a una bruja acompañada de un pequeño grupo: Ariadna, su madre. No solo era fácil reconocerla a ella, sino también a esa cierta hostilidad que parecía haber entre ésta y la mujer a la que se dirigía.

 

―Madre ―llamó en un tono neutro acercándose sin estar segura del tipo de reacción que debería esperar, solo esperaba que fuese suficiente para interrumpir lo que fuera que pudiese ocurrir entre ―según lo que escuchó― eran las dos madrinas―. ¿Crees que sea un buen momento para un reencuentro?

 

Nunca había sido especialmente buena en reuniones sociales. Claro, nunca se le vería nerviosa, en su lugar solía parecer bastante arrogante y con sus expresiones siempre en control; la incomodidad que solía sentir al estar en grandes grupos era algo que solo ella misma podía notar, mientras tanto una sonrisa cortés se formaba en sus labios.

 

―Joana Macnair Crowley―se presentó ante los desconocidos, especialmente en respuesta al caballero medio desangrado que también se presentaba―. Gracias por la invitación, señor Luxure, pero tendré que pasar por esta vez ―no creía que su rechazo a unirse a lo que fuese que lo dejase así le importase demasiado. De hecho, parecía que su atención se enfocaba mayormente en el hombre con cabellos de plata que había tomado distancia.

 

Por otra parte, a pesar de la creciente actividad al rededor, ella misma no dejaba de ver a cierto infante que parecía orbitar alrededor de su madre.

 

―¿Quién ese niño?

 

 

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@@Ada Camille Dumbledore

@@Danny Lestrange

@@Lady Luxure Grindelwald

Editado 11 de Octubre del 2020 por Joa Macnair Crowley

[Idylla Macnair T.]

Shelle se quedó visiblemente callada, sabía que no estaba avergonzada dado la naturaleza que tenía siendo vampira, negó con la cabeza mientras su hijo llegaba a jugar a un lado de ella y su hermano le daba un dulce para que se entretuviera, le comentó por lo bajo que se alejara a jugar y le hiZo caso Muchas gracias Albus

 

En aquel momento había llegado Danny y su cara cambio completamente, sonrió mucho más y se sonrojo ligeramente viendo lo apuesto que estaba esa noche. Aunque lo negará con todas sus fuerzas, sabía que aún tenía sentimientos por el, pero no haría nada ya que el no daba señales de querer lo mismo que ella.

 

Hola Danny, que guapo te ves esta noche no sabía si la había oído porque en aquel momento el que había dicho que era su tío lo abrazo y lo atrajo hacia el con una pose no muy adecuada y con intenciones no muy claras. Pero aquello no le gustó en nada a la Macnair, por lo que sólo se dio media vuelta y se iba a ir en dirección al bar,necesitaba un trago para aquella noche que iba a ser larga y necesitaba estar un poco ebria para afrontarla.

 

Y justo cuando estaba por marcharse llegó ¿Joa? Su hija no había visto desde hacia tanto tiempo que pensó que era una alucinación ¿Joa? ahora si preguntó en voz alta y la miro, hacia tanto tiempo que no la veía que le dio un fuerte abrazo.

 

Ven vamos por un trago al bar, ¿El niño? es Sebastián tu hermano, tiene cinco años si quieres ahorita que vayamos por algo de tomar te presento

 

Después de tomar un Martina doble, vio que Albus estaba a unos metros de donde ellas se encontraban, por lo que fueron a su encuentro. Era la única persona con la que se sentía a gusto en aquel momento además de Joa claro. Aunque su madre también ayudaba pero era su boda y su día de alegría como para amargarselo de alguna manera.

 

Que bonita noche escogió Cissy para casarse ¿no crees? comentó la Macnair al llegar hasta @ y le tomó un gran trago a su bebida, que casi la vacio. Tal vez tendría que llamar a un elfo a que le trajera una nueva.

 

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@@Ada Camille Dumbledore

@@Danny Lestrange

@@Joa Macnair Crowley

Editado 11 de Octubre del 2020 por Ariadna Macnair Gryffindor

[Dana Gryffindor]

Mientras contemplaba la reacción de demian.

 

 

¿Una Macnair? Al parecer ya que trató al vampiro como hermano. Recordaba a esa muchacha que había interrumpido su momento con el lobito, aunque quizás había salvado la vida de la pelirroja si analizaba con claridad la situación de aquella fiesta en la Luxure.

 

Rió ante el comentario sobre Albus mientras recordaba aquella tarde en la tienda de muñecas voodoo, lo que le recordó el delicioso sabor de la sangre del mago, entre otras cosas.

 

En ello observó a @@Joa Macnair Crowley llegar a la sala, no la conocía pero realizó una suave reverencia con la cabeza a modo de bienvenida ¿Sería nueva en La Marca Tenebrosa? Ya tendría tiempo para conocerla mejor.

 

En ese momento observó a su amada <@@Ada Camille Dumbledore> y pensó que como madrina de cissy debía dar una mano, pero no era muy buena con eso de la decoración y los arreglos, menos cuando había tantos platillos por saborear, miró de reojo a @ y sonrió con picardía, sabía que la Dumbledore iba a matarme, pero como alguien dijo hacía poco “La sangre llama” (@@albus Seveerus Potter Peverell).

 

Entonces olfateó el delicioso aroma del lobito quien al verla empezó con sus reclamos, el corazón de la pelirroja dió saltos de alegría al ver que se ponía celoso por no ser el único Luxure deborado.

 

-Siempre serás mi platillo favorito- dijo tomando su mentón entre sus dedos para luego darle un rápido y tierno beso en los labios.

 

-¡Lady, que alegría verte por aquí!- dijo al ver a la Luxure llegar -Será mejor que demos una mano a la francesita o nos arrancará la cabeza. El bar está más adelante, Demian, luego te acompaño con una copa- le guiñó un ojo y se fue con su amada francesa para dar una mano con la decoración.

 

-Por poco y no vengo- dijo a la rubia al tiempo que levantaba su varita y la ayudaba a montar unas luces al rededor de las paredes -Estaba disfrutando de algún que otro cuello.

 

Observó a la bella Ada y le dió un escurridizo beso en la mejilla para que no se molestara.

-Estas... alucinante- le susurró al oído entrelazando sus brazos al rededor de su cintura -Y hablando de bellezas... ¿No deberíamos darle una mano a la novia?

[Danny Lestrange]

El chico levanta levemente su rostro con indignación sin dejar de mirar lo que estaba pasando. No podía entender por qué Demian le permitía que le mordiera, ¿Acaso lo había embriagado como a él? Definitivamente las fiestas afectaban de más a los Luxure. Sin embargo al ver como se acerca ensangrentado, Danny simplemente muestra una expresión extrañada cuando este intenta hablarle al oído. El joven mago se encoge de hombros.

 

La mordedura te ha afectado, ¿Cierto? Has olvidado que soy sordo.

 

Le menciona al ver que se separa, luego le sigue con la mirada segundos antes de ver a la chica vampiro acercarse a él. Danny se pone en tensión al ver a la joven y le recorre un escalofrío al sentir su mano helada tomándole del mentón y luego...

 

¿Eh? Tu boca sabe... ¡Así sabe la sangre de mi tío!

 

Danny se queda petrificado, así tal cual no sabe como reaccionar. Sabía que algunos reaccionaban positivo, otros simplemente se apartan y otros más lo toman como si nada, ¿Qué debía hacer? Lo único que su cuerpo hace es mantenerse inmóvil, seguramente en su otra vida había sido zarigüeya, por su tendencia a mantenerse estático como si hiciese el muertito.

 

¿Disculpa? ¿Por qué habría de tener celos?

 

Le pregunta con incomodidad. Danny sabía lo que eran los celos como cuando sus padres prestaban más atención a otro niño que a él. Quizá cuando otro compañero sacaba mejores notas en la escuela o cuando recibían mejores juguetes que los suyos, ¿Pero celos por las mordeduras? No podía creerlo y al principio solo parpadea un par de veces, luego se ríe divertido cuando Shelle se va. ¿La sangre de su familia sería deliciosa?

 

No soy tu comida, y uno de estos días me voy a desquitar de ti.

 

Menciona un poco intimidado, pero se le pasa cuando se da cuenta de que había una chica a la que conocía muy bien y que también había llegado. Ariana al parecer acababa de pasar con su hermano y alguien a quien no conocía bien... luego se da cuenta de que se aleja y se qued pensativo, ya que seguro había hecho algo que la hiciera sentir mal a ella.

 

Rayos, eres tonto.

 

Se regaña.

 

 

 

 

 

 

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@@Lady Luxure Grindelwald

 

[Thoth]

-Lo lamento…­-

Expreso ante su sobrino y caminaba rumbo al bar, en eso le vino los acontecimientos que allí pasaron tan fugaces. Y así, comprendió todo, en primera instancia se le vino la imagen de su escena de provocación, sentir esa agresividad del italiano y luego de la Gryffindor, fue algo que fue placentero, la llegada de otros invitados que para él pasaron en segundo plano. Aunque, cuando lo recordó una sonrisa se le dibujo en el rostro, baja la mirada y comenta nuevamente.

­cachorro, creo que esa dama se marcho por mi culpa. ­

Y produjo una leve pausa, se detuvo en seco. En ese instante cierra sus parpados, dibujándose en su mente la mirada del vampiro, aquellas palabras desafíos, como verle de reojo al marcharse, y sobre todo su aroma a cigarro, el mago oscuro se encontraba intrigado, pero no enamorado, ya que su corazón le pertenecía a otro, quizás si se pudiera elegir a quien amar fuera mas fácil, pero las flechas de cupido eran algo que no se podía controlar. Y continuo agregando.

-Y Gryffindor…­-

Gira su cabeza en dirección de ella, su mirada era fulminante. Incluso se podía notar cierta ira en ella, algo sombrío y con cierta intensidad, a tal punto que se pudo ver como en la misma se le aparece ciertas líneas finas rojas. En ese segundo, recuerda como se acerco a su sobrino, que se le olvido que era sordo, pero deseo que los otros supieran sus palabras. Y nuevamente pronuncio, pero esta vez con un tono frio, incluso pausado, a diferencia de las primeras que fue algo mas cálido.

-cuidale, pero si le lastima te sacare el corazón aun latiente y se lo daré a tu padre, incluso si eso significa romper mis lapsos con tu familia. ­-

Y creando una nueva pausa en su hablar, nota como en su mano comienza aparecer un pétalo de cerezo, y lentamente comienza a elevarse en dirección de su sobrino, este era un mensaje encriptado para él, por algo le gusto la herbolaria y estudio una rama para hacer uso de ciertas aplicaciones para transmitir su mensajes. Este solo llegaría a su mano, al tomarle el Luxure Ravenclaw o era Ravenclaw Luxure, era difícil descifrar como aparecía en su partida de nacimiento. Este receptor escucharía la voz de su tio, sin que nadie mas le escuchara.

-Cachorro no se si tu planteamiento fue dirigido a mi, quizás si pudiste escuchar algo. Esos celos que me réferi fue por que ella me mordió, o bien fue porque viste al otro vampiro, a veces pienso que me proteges demasiado, pero sabes te aprecio y te recomiendo buscar esa bruja que te hizo voltear la mirada, o si bien te interesa la bruja que nos mordió adelante, descuida que los Luxure en su mayoría somos un desastre en cuestión a los sentimientos, o si no mírame a mí.

Aunque, curiosamente esa desventaja parece no afectar a las damas de nuestra familia, las cuales parecen dominar en apariencia esas reacciones, pero descuida que no es temor al rechazo, sino que no sabemos lidiar con ello, pensé que tu rasgos de Ravenclaw te harían como el pez, digo el patriarca Keaton. Y descuida, que un dia de estos te dire porque le digo ese apado. En fin, espero que puedas aceptar estas palabras de ese quien no se anima a confesar lo que siente por ese mago, e incluso ni te he expresado quien es, porque le conoces bien. A pesar, que ese ser no es un Luxure o Ravenclaw. ­­-

Al mismo tiempo que la conversación de su ser amado le vino a la mente, esas palabras desafío, así como el vampiro lo desafio ¿Acaso ese era algo que le atraía de los hombres? Y si era así, porque no se enamoraba de todos, sino de algunos selectos, sin importar ideales, quizás algo mas hacia para que se produzca ese clic en la mente y corazón del egipcio. Además, que en cuanto ello ocurría, el mensaje se termino de escuchar sus palabras se escucharon en la mente de Danny, a quien apreciaba pero no amaba a ese nivel que alguien pudiera pensar, simplemente le parecio alguien que debe ser protegido, además ha sido la única persona que le ha quitado casi todas sus mascaras de apariencia, pues aun faltan otras tres que el hombre lobo nunca se ha atrevido a exponer a los demás. Y fue asi, como su sobrino descubrió que su tio le encantaba la vida, incluso la defendía, pero para otros era alguien que nada le importa. Otra, mascara que destruyo es que sus motivos defender a su familia era muy fuerte, incluso para exponerse a perder la vida. De igual forma, aquella que ocultaba sus miedos, inseguridades al amar, pero la que mucho no notan, es su sentido de buscar el caos por sin motivo, pero lo que le motiva es su interés político. No obstante, aun faltaban otras tres que nunca se atrevía a quitarse.

No obstante, Luxure no dejo perderse entre sus pensamientos, ya que seguía dirigiéndole palabras a la vampira que le había mordido y le había dado un beso a su sobrino, este se preocupo un poco. Además, que se cuestiono si era verdad que la bruja no mentia al afirmar que no sentía nada, pero cuando volvió hablar, su ropa comenzaba arder entre llamaradas azules, cambiándole de ropa, ahora su atuendo era de una tonalidad plateada, su camisa blanca. Sin embargo, los otras prendas eran de esa tonalidad de los cabellos del vampiro, es decir, su chaleco, pantalón, zapatos y palto. Ademas, se había agregado un sarcillo en su oreja derecha con joyas incrustadas de esa tonalidad, este tenia la forma de un lobo, y al pasar la menor brisa cambiaba con el de una serpiente, cuyos orbes eran rojos y diferente al lobo que eran azul celeste. En su mano derecha apareció un anillo con forma de un jaguar, cuyos obres eran amarillos.

-Y si Elvis es tu padre, abuelo u otro familiar, no me importa. Solo te advierto que si le lastimas al cachorro, yo te hare sufrir mil veces más. ­-

Sentencio y continuo caminando rumbo al bar con esa camina lenta, al hacerlo sus cabellera ondulaba, pero no importo futuras acciones, pues se había vuelto intangible, caminando como fantasma, atravesando las paredes por el uso de los poderes de los Uzzas, un saber de alto uso de la magia que seguro esa bruja podía reconocer. Este dejo en esa manera a esas personas que deberían resolver sus asuntos. Al llegar al bar, había una venta que dejaba verle a los jardines de ese hogar, allí se encontraba la joven bruja junto al vampiro de cabellera plateada, parecían estar hablando, a lo lejos la que se había encargado de levantar la carpa, era en verdad algo muy hermoso. El mago oscuro se deleita con la vista y la regresa con el cantinero.

-Un agua de coco fría. ­-

Expreso, en ello escucho la risa de muchos magos y brujas que allí se encontraban. Sin embargo, el encargo del bar se lo sirve, incluso con una pajilla dentro de un vaso de cristal, los cubos de hielo chocaban entre si dentro de ese recipiente. Y lanzando un suspiro, evoco por un momento ese último fragmento de ese momento que estaba con su sobrino, ese instante que le dejo con la Gryffindor. Y mientras que bebía cada sorbo sentía cierto agrado, pensó por un momento hacerle compañía a los otros, pero prefirió darle su tiempo, mientras que por su mente pasaban varias ideas de como continuar con la velada. Sin embargo, se cuestiono si ese que era objeto de su amor pudiera asistir a la boda, y que haría el mismo si le viera, seria que también se congelaría como su sobrino o por el contrario le confesaría aquello que siente, pero por tanto pensar noto que pasaban las segundos, incluso los minutos.

Y sentado en la barra, en un asiento de manera con cojín, escuchando una música algo diferente, quizás en el exterior podía sonar alguna otra, pero para su mente se hizo pasar una melodía muy distintiva, algo que rondo por sus pensamientos. Esta le comenzaba hacer crear algunas frases en versos en su mente, pero para no escaparle de sus ideas, le pedi al camarero una servilleta, y un bolígrafo, este se sorprende, pero no le importaba, igual conocía tan poco a su cliente, que solo se limito a obedecer. En el segundo que tuvo sus objetos, se levanto y marcho a una mesa en solitario, con su bebida, camina y algunas miradas se clavan en él, ya que tenia tiempo sin pasar por ese hogar, y ahora todo se encontraba diferente por motivo a la boda. Y se sienta y ve como una vela prendida se comienza consumir, allí volviéndose omiso a su alrededor escribe:

Quizás mis palabras se la puede llevar el viento, mis sentimientos sigan encarcelados mis labios, pero debes saber que te amo desde la primera vez que te vi, ese día no lo comprendí, como hacerlo si eras tan arrogante, pero ello me atrajo de vos. Esa palabras desafío, ese ardor en tu mirada, tu seguridad en matar, incluso que tu mente sea tan calculadora, es algo que me atrae.

@@Danny Lestrange

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@@Ada Camille Dumbledore

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@@Lady Luxure Grindelwald

[Arya Macnair]

Mansión Macnair

 

La puerta sonó dos veces y el silencio volvió a hacer mella en mis oídos. Me encontraba absorta ante semejante belleza, simplemente no era capaz de apartar la mirada de ellos dos, una parte de mi sentía que si parpadeaba alguien podría quitármelos. La perilla vibró frenética y los golpes se volvieron un poco más bruscos, quien estuviera del otro lado de la habitación había abandonado la sutileza de los nudillos para violentar la madera con el dorso de una mano cerrada, nervioso. Chasqueé los dedos, un simple fulgor escarlata envolvió la cerradura y tras un sonido mecánico se dio la orden al aire de ingreso.

 

Los conjuros de sangre eran típicos en los Macnair, Sybilla me lo confesó más tarde cuando el libro de las sombras insistió en despertarme durante la madrugada y hacer que deambulara por los pasillos de la Mansión hacia la biblioteca, noche tras noche hasta encontrar la respuesta a mi insomnio. Pero no todos eran capaces de realizar los rituales, o solo lo hacían en sus posesiones más personales, como la mayoría de los baúles en el cuarto de Pik; ese desgraciado no había permitido que hurgásemos entre sus cosas una vez que marchó para ya nunca más volver.

 

―¿Mamá, estás bien?― Ámbar se aferraba a la puerta con cierto temor, ya era toda una señorita, había cumplido doce años en Julio. La burbuja temporal no solo nos había afectado a nosotros y a la etapa gestante de Castalia, sino también a los niños.

 

Me giré, la contemplé con la misma ternura con que miraba a sus hermanos. Sentía tanta culpa dentro mío al recordar la terrible infancia que le regalé, la forma en que se comportaba conmigo, los temores reflejados en sus ojos caramelo cuando me observaba perdida en mis pensamientos. Sabía que de cierta manera que se preocupaba por los gemelos, por mi pasado, por sus recuerdos de todo ello.

 

―¿Estás lista? Hoy te toca una tarea sumamente importante ¿Dónde están tus primos?

 

Quise saber. En mi rostro una inmensa sonrisa, de haberme podido ver al espejo notaría el brillo absurdo en mis ojos, como si todo aquello fuese la narración de un hermoso cuento de hadas.

 

―Ay mamá, Roha está como loca porque tía Lya aun no ha llegado ¿Has sabido algo de ellos?

 

Fruncí el ceño.

 

―No he recibido más carta de tu tío después de la confirmación de asistencia. Baja y dile a tus primos que los quiero listos en diez minutos. Bajaré pronto, cuando Laura venga por los niños.

 

Ámbar me miró, por fin había abierto la puerta de par en par y pude ver como Kalevi corría con la corbata en la cabeza, ese muchachito, tan solo un año mayor que mi hija estaba sacándome de quicio. Digno heredero de Juliette.

 

―No me has respondido, mamá... La puerta estaba cerrada

 

La noté inquieta, me acerqué a ella y acomodé el volado de su escote. Se veía maravillosa

 

―¿Lo estaba? Lo siento cielo, a veces hago cosas por pura inercia. Todo está bien, apresúrate o la novia nos matará.

 

Y como prometí, diez minutos más tarde bajaba las escaleras con un delicado vestido en hilos de seda verde y jade. Los gemelos se quedarían en la Mansión, Aidan se encargaría de las protecciones necesarias, Kore posiblemente también estaría allí. Eran pequeños, frágiles, bebés de pecho. No había pasado un mes desde que di a luz, sorpresivamente, a dos pequeños seres que me llenarían de dicha y devolverían ―junto con su prima― la vida a los Macnair.

 

En el umbral de la puerta, como si fueran soldados, la familia aguardaba. Sonreí, en verdad me sentía completa por primera vez. Aidan Howard, el hombres más extraño del universo entero me devolvía la sonrisa, sentí un tirón allí donde viven las mariposas, en la boca del estómago, un choque eléctrico que les hizo despertar y subir por mi garganta. Reí, Kalevi por fin tenía la corbata donde iba ―debajo del cuello de la camisa vino tinto― gracias a él, Rohanna se veía preciosa con un vestido similar al de Ámbar pero un poco más recatado. Los tres tomados de las manos, listos.

 

―¿Viajaremos en limosina?

 

Mis ojos se abrieron de par en par. Aidan simplemente pasó un brazo por sobre mis hombros y nos guio hacia el extenso vehíc.ulo que aguardaba cruzando los jardines Macnair. Llegaríamos a la Mansión Riddle rápidamente, sin llamar demasiado la atención sería mucho pedir, aunque me hacía gracia. Sybilla debería estarse preguntando ya dónde estaba.

[Sagitas E. Potter Blue]

Reunión previa al gran acontecimiento, en la Mansión Snape: (flash-back)

Contemplé la llegada de mi sobrina Xell y arrugué aún más el ceño. No le dejé ni empezar, a pesar de su carita dulce y la luminosidad que se reflejaba en su rostro. Su aura angelical no me iba a convencer. Por suerte, o tal vez por desgracia, mi aura no era tan pura como la de ella. En realidad, creo que ninguna de mis hermanas sacerdotisas tenía esa oscuridad en la aura como la mía. Yo era una lucha diaria por no ceder a ese oscurantismo que me pedía actuar de forma diferente. Y ni Xell, con su carita de santa, impediría que hoy aceptara lo que iba a hacer.

 

-- ¿Cómo lo has sabido? Era un secreto. ¿ Cres que vas a persuadirme? -- le espeté antes de que ella intentara algo. -- ¿Y crees que estando en casa de Hayame vas a conseguir que ella te ayude?

 

Caminé un par de pasos hacia ella.

 

-- Es mi amiga. Sea lo que sea y por encima de todo, Cissy se casa. Un día se lo prometí, la casaría yo. No voy a faltar a mi palabra sólo porque... lo que sea.

 

Me crucé de brazos y esperé que intentara convencerme de que no lo hiciera. Como si pudiera...

 

 

Rumbo a la boda:

 

Avancé con la cabeza en alto hasta el punto de encuentro. Por supuesto, sabía a donde iba aunque mi amiga no había sido muy específica. Creía mucho en la Visión de mi sobrina, sabía a lo que nos enfrentábamos, pero mi confianza en Cissy era total. Eso sí, le había obligado a jurarme y perjurarme que, pasara lo que pasara, pusiera a salvo a Xell; fue la única condición que puse. A mí no me iba a pasar nada, ¿quién se iba a atrever a secuestrar o matar a la Ministra del MM? Demasiado riesgo, estaba segura. Pero no quería que la bobalicona de mi sobrina, quien se había empeñado en acompañarme en aquella ceremonia, sufriera un "accidente" en aquella boda.

 

-- Si tu vestido se mancha de sangre, te acompañarán mil años de mala suerte, así que tú misma -- le había dicho en su momento a Cissy.

 

Así, todo arreglado, me paré en el punto justo en el que había quedado con ella y fruncí el ceño. ¿Seguro que habíamos quedado en aquel descampado? Iba con una capa verde botella, oscura, poco visible en aquella oscuridad; el traje de gala de sacerdotisa lo llevaba levitando a mi lado por un Winwardium Leviosa, para que no se manchara, dentro de un plástico oscuro que no desvelara aún su diseño. Suspiré y le pregunté a Xell, quien me seguía:

 

-- No, no me he confundido. Me dijo que nos esperaría aquí. -- Mi voz era algo arrogante, sabía que ella no aprobaba nuestra presencia. Sin embargo, me acompañaba, así que suavicé el tono: -- Aún puedes dar media vuelta, si quieres...

[Xell Vladimir Potter Black]

Preparativos de la boda:

 

No me dejó ni respirar. En cuanto detectó mi presencia, me dejó bien clara su opinión sobre lo que iba a suceder y que no iba a ceder. Lo reconocí, su aura tenía una firmeza cabezona que sería inamovible. La tía Hayame aún no había bajado a vernos, sin embargo, supe que era una causa perdida: Sagitas iría a esa boda aunque significara su Muerte.

 

- Tía, escucha... - Intenté interrumpirla un par de veces mientras ella se mantenía obcecada en su idea de ser la sacerdotisa de la boda. Sólo cuando se cruzó de brazos pude exponerle mis razones. - Lo he visto. Tienes que confiar en mí, tengo la Visión... He visto...

 

¿Cómo decirle que las dos íbamos a morir aquel día si nos presentábamos en aquella boda.

 

- He visto nuestra muerte. Si no quieres ir por ti, hazlo por mí, no te voy a dejar sola en ese lugar y eso será nuestra perdición. De las dos.

 

Le expliqué mi sueño, lo mejor que supe y, sin embargo, ella no me hizo caso. Iríamos a la Boda de Cissy y Hades, la Diosa Gea nos protegiera... Y como no conseguí que cediera en su empeño, pues allá estaba yo, detrás de ella, caminando con cuidado en aquel camino extraño, lleno de piedras. Hacía un buen rato que habíamos dejado atrás todo edificio civilizado. ¿Allá se iba a casar la amiga de la tía Sagis? Era un descampado.

 

- Podías haberme dicho que no hacía falta llevar puesto el vestido de ceremonia. No hubiera traído los tacones.

 

Llevaba puesto el traje de sacerdotisa, blanco nieve, aunque me envolvía una gran capa de lana roja, que me había regalado mi mami Reena, para que no pasara frío. No se notaba que debajo llevaba un sutil vestido que apenas abrigaba y unas sandalia blancas de hebillas doradas, haciendo juego con los dorados en los ribetes del traje de gala de sacerdotisa.

 

Ella se paró. Yo me paré. Ella contestó mi pregunta antes que se la hiciera, a veces estaba segura que Sagitas sabía leerme la mente. Puse morritos de enfadada.

 

- Yo me quedo a tu lado por si hay que protegerte. ¿Por qué no has traído aurores que te hicieran de guardaespaldas? - Sabía la respuesta, porque íbamos a entrar en la fortaleza más protegida del bando mortífago y su presencia no era la más adecuada.

 

Ni la nuestra, tampoco. ¿Por qué Sagis había aceptado aquella propuesta de boda? Debían ser muy amigas para correr tanto riesgo...

[Eterno Black Triviani]

Después de realizar algunas labores cotidianas, aseguró a su movía se encontraran luego para ir a la reunión que les habían invitado, una oportuna boda donde verian los detalles y de alguna manera aprenderian lo mas mínimo de lo que llegado su momento debían aplicar cuando les toque.

No había pasado mucho había pisado estos lugares y era maravilloso a su manera volver estar acá, puesto le dejaba gratos recuerdos cuando me volví novio y me pidieron la mano, sonreír para mi mismo lo que se me había ocurrido, mientras terminaba de alistarme y digirme velozmente pero sin apuros a ver a m novia een el punto acordado. Acomodo u brazo de ella con el suyo entrelazandolo para darle una breve caricia y desaparecer del lugar donde estaban @@Lady Luxure Grindelwald ella muy hermosa con sus lindos atuendos adecuados para esta ocasion. Como veniamos de trabajo nos separamos y cada quien hacia lo suyo estando cerca del otro. Muy cerca note @Danny Leastrange y a @@Ada Camille Dumbledore quienes estaban en no suyo y me les acerque.

[Albus Renaldi Macnair]

Me encontraba inmerso en mis pensamientos cuándo de pronto un figura se posó junto a mi, era Ariadna. Su pequeño niño se encontraba saltando y jugando cerca de nosotros. Su comentario acerca de la noche era sumamente acertado, no podrían haber elegido una noche más hermosa para casarse.

 

Observé cómo dejaba su bebida casi vacía de un trago y le di unas palmadas en la espalda. Estaba feliz, era una boda, una celebración al amor y me encontraba rodeado de personas interesantes, aunque algunas más que otras cabía mencionar. Cada vez llegaba más y más gente, de curiosas facciones, de curiosas actitudes, pero todo parecía transcurrir en paz. Viejas rencillas entre algunos invitados pero nada más.

 

-Estoy ansioso por bailar, ¿ya viste que lindo está el cielo? Será un deleite bailar bajo el cielo estrellado aunque tenga que hacerlo solo.- Sonreí dejando ver mis colmillos. Eso casi nunca pasaba pero me encontraba de verdad feliz. Decidí dejar de fumar un rato y compartir algunas palabras con los invitados, al parecer todos tenían una relación cercana con Cissy, eso hacía un poco más fácil todo. Incluso ya tenía ensayado mi discurso con ayuda de Rita. -Eres de Italia, si, si eres un vampiro. No, no te los vas a comer ahí, sonrisa hipócrita, algún comentario de lo lindo que está todo y tratar de conocer un poco de la familia a la que pertenecen. Sigue el discurso al pié de la letra y funcionará perfecto.- Por eso tipo de cosas me gustaba tenerla conmigo.

 

Seguían pasando cosas a mi alrededor. Pude ver que hacían algunos hechizos... al parecer se comenzaba a poner interesante el asunto.

 

-Quiero más alcohol, ¿que estás tomando?- Giré mi vista con Ariadna y decidí que era momento de tener mi primer borrachera con mi nueva hermana. -Vamos a beber, es un día para festejar.- La tomé del brazo y la arrastré hasta la barra.

 

@@Joa Macnair Crowley

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@@Danny Lestrange

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